Sanidad privada: más y mejor con menos

En épocas de vacas flacas como la que desgraciadamente estamos viviendo, toca apretarse el cinturón. En este sentido, el sector sanitario no es una excepción con el agravante de que la limitación de recursos en un área tan sensible levanta importantes ampollas. 
Hace algunas semanas tuve la oportunidad de asistir a la Jornada de Dirección Médica de la entidad ACES (Associació Catalana d’Entitats Sanitàries) donde el debate principal giraba alrededor del papel de las direcciones asistenciales frente a un entorno de constantes cambios, cambios que han afectado a todos los grupos de interés. 
El cliente/paciente/ciudadano presenta actualmente un perfil más exigente (en calidad,precio y facilidades de pago), está mucho más informado que tiempo atrás y acepta el concepto de «forfait» en la compra de salud, compra que está trasladando a la modalidad digital u on-line.
Las entidades aseguradoras tienen hoy en día un gran poder de negociación debido en gran parte a la concentración del sector en grandes compañías lo cual les permite ajustar tarifas a la baja, renovar gamas de productos (más competitivos, más económicos) y adoptar un sistema de provisión propia con la consecuente retirada del concierto a otros proveedores.
Por otra parte, las propiedades de los centros proveedores buscan potenciar la imagen de marca, manteniendo la sostenibilidad económica pero sin que la excelencia del servicio se vea perjudicada.

Y yo me pregunto, ¿qué pueden hacer las entidades sanitarias ante tal panorama? ¿Es posible trabajar bien, si no mejor, con menos recursos? Y esos recursos, ¿en qué y cómo deberíamos emplearlos?
Primeramente, se deberían optimizar los costes y aumentar la rentabilidad de las organizaciones mediante la implantación de nuevos modelos organizativos como la centralización de servicios o las centrales de compras e incluso la incorporación de una dirección de operaciones a la estructura del centro. La contabilidad analítica debe jugar un papel fundamental en el control de costes de los principales procesos asistenciales. Los procesos de acreditación y certificación en calidad asistencial (EFQM, Joint Comission…) suponen una buena herramienta para la transformación organizativa esencial para la fidelización del talento, de aquellos profesionales dispuestos a trabajar mucho pero con rigor y calidad.
En cuanto a estrategias comerciales, la oferta de productos de gran consumo y la venta cruzada interna tienen por objetivo el incremento del volumen de actividad que, de cara al exterior, debe ser potenciado mediante la promoción de nuevos canales de venta (marketing on-line) y la personalización de servicios a través de las TIC.
En definitiva, la máxima «el hambre agudiza el ingenio» es perfectamente aplicable al sector privado de la sanidad y la implantación de nuevas fórmulas de gestión,venta y organización conjuntamente con la implicación de la parte productiva del servicio (personal sanitario) se antojan acciones innegociables para la sostenibilidad y el futuro de las organizaciones.
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Sanidad privada: más y mejor con menos

En épocas de vacas flacas como la que desgraciadamente estamos viviendo, toca apretarse el cinturón. En este sentido, el sector sanitario no es una excepción con el agravante de que la limitación de recursos en un área tan sensible levanta importantes ampollas. 
Hace algunas semanas tuve la oportunidad de asistir a la Jornada de Dirección Médica de la entidad ACES (Associació Catalana d’Entitats Sanitàries) donde el debate principal giraba alrededor del papel de las direcciones asistenciales frente a un entorno de constantes cambios, cambios que han afectado a todos los grupos de interés. 
El cliente/paciente/ciudadano presenta actualmente un perfil más exigente (en calidad,precio y facilidades de pago), está mucho más informado que tiempo atrás y acepta el concepto de «forfait» en la compra de salud, compra que está trasladando a la modalidad digital u on-line.
Las entidades aseguradoras tienen hoy en día un gran poder de negociación debido en gran parte a la concentración del sector en grandes compañías lo cual les permite ajustar tarifas a la baja, renovar gamas de productos (más competitivos, más económicos) y adoptar un sistema de provisión propia con la consecuente retirada del concierto a otros proveedores.
Por otra parte, las propiedades de los centros proveedores buscan potenciar la imagen de marca, manteniendo la sostenibilidad económica pero sin que la excelencia del servicio se vea perjudicada.

Y yo me pregunto, ¿qué pueden hacer las entidades sanitarias ante tal panorama? ¿Es posible trabajar bien, si no mejor, con menos recursos? Y esos recursos, ¿en qué y cómo deberíamos emplearlos?
Primeramente, se deberían optimizar los costes y aumentar la rentabilidad de las organizaciones mediante la implantación de nuevos modelos organizativos como la centralización de servicios o las centrales de compras e incluso la incorporación de una dirección de operaciones a la estructura del centro. La contabilidad analítica debe jugar un papel fundamental en el control de costes de los principales procesos asistenciales. Los procesos de acreditación y certificación en calidad asistencial (EFQM, Joint Comission…) suponen una buena herramienta para la transformación organizativa esencial para la fidelización del talento, de aquellos profesionales dispuestos a trabajar mucho pero con rigor y calidad.
En cuanto a estrategias comerciales, la oferta de productos de gran consumo y la venta cruzada interna tienen por objetivo el incremento del volumen de actividad que, de cara al exterior, debe ser potenciado mediante la promoción de nuevos canales de venta (marketing on-line) y la personalización de servicios a través de las TIC.
En definitiva, la máxima «el hambre agudiza el ingenio» es perfectamente aplicable al sector privado de la sanidad y la implantación de nuevas fórmulas de gestión,venta y organización conjuntamente con la implicación de la parte productiva del servicio (personal sanitario) se antojan acciones innegociables para la sostenibilidad y el futuro de las organizaciones.
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Teatro infantil: ‘El Cuentacuentos que no sabía contar cuentos’ (5 de enero 2014 en Ateneo Madrid)

Papás, mamás y niños, os aviso a todos para que nadie se quede sin entradas, el 5 de enero de 2014 a las 12:00 horas en el Ateneo de Madrid podréis disfrutar de la gran obra de Teatro Infantil ‘El Cuentacuentos que no sabía contar cuentos’ (compañía teatral ‘Me gustó más el libro’). Un cuentacuentos … Sigue leyendo

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Ganarse la vida

Es innegable que el dinero se ha impuesto a todo lo demás en la sociedad de nuestros días. Hace sombra a todo, desde ideologías hasta sentimientos y filiaciones. Me topé con un ejemplo de ello hace un par de días. Iba caminando por la calle cuando un chico, muy amable, me invitó a pararme para tratar de explicarme que sería una muy buena idea que colaborara con la ONG a la que estaba representando. El envoltorio de lo que me planteaba no podía ser mejor: cooperar con su orgaización para ayudar a las personas más desfavorecidas y las víctimas de catástrofes y guerras civiles en el denominado tercer mundo. Si embargo, a mi me dió por abrir el envoltorio de su propuesta y le pregunté: si no es mucha indiscrección ¿usted está contratado en esta ONG?. Y él, tras unos segundos deambulando entre la sorpresa y la duda me contestó: «bueno… lo que he firmado es un contrato privado y cobramos una comisión por cada socio que conseguimos hacer». Fue entonces cuando su propuesta perdió todo su celofán y se reveló ante mis ojos como una burda prostitución de algo tan sagrado y necesario como es la cooperación internacional. Le dije a este chico que lo sentía, pero que no colaboraría con su ONG porque faltaba a uno de los principios básicos que debe cumplir toda organización no lucrativa que se precie: el usar fines y estrategias capitalistas. Esta ONG (cuyo nombre omitiré para evitar daños en su imagen) estaba tratando de que los fines justificaran los medios, valiéndose de los servicios de este y otros/as chicos/as sin ni siquiera garantizarles una protección laboral adecuada, incumpliendo los preceptos de responsabilidad social que su organización trataba de venderme. En definitiva, la propuesta y su celofán envolvían un producto capitalista y no una visión social y proteccionista.

 
Y este es sólo un ejemplo de tantos cotidianos: agentes y asociaciones sindicales que malversan ayudas destinadas a sus fines sociales, profesionales de la politica que urden todo tipo de tramas para hacer un mal uso de los fondos públicos y así vivir como auténticos reyes, festividades religiosas que están sepultadas por el consumismo y la desproporción, y un largo etcétera. El capitalismo ha arrasado nuestra cultura y nuestra forma de entender el mundo. Y, tristemente, lo ha hecho con precisión de cirujano en una meditada estrategia de socavar nuestra forma de vida desde sus cimientos: desde la educación. Somos educados para competir en lugar de colaborar, instruidos en tareas individuales en lugar de colectivas, en estudiar aquellos contenidos que está contrastado son lo que demandan los poderes políticos y económicos y no aquellos otros que nos entusiasmen y/o que sean afines a nuestras motivaciones internas y nuestros talentos. ¿O acaso las evaluaciones PISA no son más que chequeos periódicos  de la OCDE para cerciorarse de que lo que se enseña en los colegios es lo que los países más industrializados dictan?. Hemos sido educados en lo que yo llamo «la cultura del negocio», es decir, aquella sustentada en la negación del ocio (neg-ocio), en la negación del placer y la satisfacción de hacer en la vida aquello que nos apasiona y nos entusiasma, para esclavizarnos y subyugarnos constantemente al dinero, comúnmente denominado ganarse la vida.
 
Más que a ganarnos la vida nos han enseñado, en el mejor de los casos, a ganar dinero, y a hacer lo que se tercie por conseguirlo. Pero hemos pagado un precio muy alto por ello: nos hemos dejado por el camino la creatividad, la imaginación, el talento  de generaciones y generaciones para hacer aquello para lo que vinimos a este mundo, que no es ni más ni menos que aportar y sumar nuestros valores, nuestras inquietudes, nuestras expectativas y nuestras visiones a la sociedad en la que nos ha tocado vivir. En este sentido, se expresa el controvertido realizador austriaco Erwin Wagenhofer en su último documental «Alphabet», en el que ha dedicado más de una decada a recopilar imágenes de cómo el sistema político, económico y social que rige en el mundo ha entrado en decadencia. Wagenhofer afirma que «la competitividad y la presión de la economía han pasado a la escuela». Secundo sus opiniones cuando dice: «que los sistemas educativos no tienen nada que ver con que les vaya bien a los niños o sean felices. Tienen que ver con la economía. No importan los niños sino el poder y la ideología». Como propone Wagenhofer la única forma de propiciar el cambio y dejar atrás este voraz capitalismo es «empezar por los niños, dejando que fluya su creatividad, y pasar de una sociedad competitiva a una colaboradora». Para mí sus palabras suponen pasar de la cultura del neg-ocio a la cultura del ocio, del disfrute, del placer y la felicidad por aquello que hacemos cada día para ganarnos la vida.
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Ganarse la vida

Es innegable que el dinero se ha impuesto a todo lo demás en la sociedad de nuestros días. Hace sombra a todo, desde ideologías hasta sentimientos y filiaciones. Me topé con un ejemplo de ello hace un par de días. Iba caminando por la calle cuando un chico, muy amable, me invitó a pararme para tratar de explicarme que sería una muy buena idea que colaborara con la ONG a la que estaba representando. El envoltorio de lo que me planteaba no podía ser mejor: cooperar con su orgaización para ayudar a las personas más desfavorecidas y las víctimas de catástrofes y guerras civiles en el denominado tercer mundo. Si embargo, a mi me dió por abrir el envoltorio de su propuesta y le pregunté: si no es mucha indiscrección ¿usted está contratado en esta ONG?. Y él, tras unos segundos deambulando entre la sorpresa y la duda me contestó: «bueno… lo que he firmado es un contrato privado y cobramos una comisión por cada socio que conseguimos hacer». Fue entonces cuando su propuesta perdió todo su celofán y se reveló ante mis ojos como una burda prostitución de algo tan sagrado y necesario como es la cooperación internacional. Le dije a este chico que lo sentía, pero que no colaboraría con su ONG porque faltaba a uno de los principios básicos que debe cumplir toda organización no lucrativa que se precie: el usar fines y estrategias capitalistas. Esta ONG (cuyo nombre omitiré para evitar daños en su imagen) estaba tratando de que los fines justificaran los medios, valiéndose de los servicios de este y otros/as chicos/as sin ni siquiera garantizarles una protección laboral adecuada, incumpliendo los preceptos de responsabilidad social que su organización trataba de venderme. En definitiva, la propuesta y su celofán envolvían un producto capitalista y no una visión social y proteccionista.

 
Y este es sólo un ejemplo de tantos cotidianos: agentes y asociaciones sindicales que malversan ayudas destinadas a sus fines sociales, profesionales de la politica que urden todo tipo de tramas para hacer un mal uso de los fondos públicos y así vivir como auténticos reyes, festividades religiosas que están sepultadas por el consumismo y la desproporción, y un largo etcétera. El capitalismo ha arrasado nuestra cultura y nuestra forma de entender el mundo. Y, tristemente, lo ha hecho con precisión de cirujano en una meditada estrategia de socavar nuestra forma de vida desde sus cimientos: desde la educación. Somos educados para competir en lugar de colaborar, instruidos en tareas individuales en lugar de colectivas, en estudiar aquellos contenidos que está contrastado son lo que demandan los poderes políticos y económicos y no aquellos otros que nos entusiasmen y/o que sean afines a nuestras motivaciones internas y nuestros talentos. ¿O acaso las evaluaciones PISA no son más que chequeos periódicos  de la OCDE para cerciorarse de que lo que se enseña en los colegios es lo que los países más industrializados dictan?. Hemos sido educados en lo que yo llamo «la cultura del negocio», es decir, aquella sustentada en la negación del ocio (neg-ocio), en la negación del placer y la satisfacción de hacer en la vida aquello que nos apasiona y nos entusiasma, para esclavizarnos y subyugarnos constantemente al dinero, comúnmente denominado ganarse la vida.
 
Más que a ganarnos la vida nos han enseñado, en el mejor de los casos, a ganar dinero, y a hacer lo que se tercie por conseguirlo. Pero hemos pagado un precio muy alto por ello: nos hemos dejado por el camino la creatividad, la imaginación, el talento  de generaciones y generaciones para hacer aquello para lo que vinimos a este mundo, que no es ni más ni menos que aportar y sumar nuestros valores, nuestras inquietudes, nuestras expectativas y nuestras visiones a la sociedad en la que nos ha tocado vivir. En este sentido, se expresa el controvertido realizador austriaco Erwin Wagenhofer en su último documental «Alphabet», en el que ha dedicado más de una decada a recopilar imágenes de cómo el sistema político, económico y social que rige en el mundo ha entrado en decadencia. Wagenhofer afirma que «la competitividad y la presión de la economía han pasado a la escuela». Secundo sus opiniones cuando dice: «que los sistemas educativos no tienen nada que ver con que les vaya bien a los niños o sean felices. Tienen que ver con la economía. No importan los niños sino el poder y la ideología». Como propone Wagenhofer la única forma de propiciar el cambio y dejar atrás este voraz capitalismo es «empezar por los niños, dejando que fluya su creatividad, y pasar de una sociedad competitiva a una colaboradora». Para mí sus palabras suponen pasar de la cultura del neg-ocio a la cultura del ocio, del disfrute, del placer y la felicidad por aquello que hacemos cada día para ganarnos la vida.
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Clases de parto

El final de esta epopeya llega a su fin, mes y pico y ya tendremos a la niña haciendo de las suyas.Y una prueba de ello son las clases de parto.Como la futura madre es muy comprensiva, me ha librado de ir a las practicas, pero a las teóricas allí estab…

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PAPA NOEL, no es un chantajista…

Por Olga F. Carmona

*



Se acercan las navidades, para bien o para mal. Rito de origen cristiano, introyectado de forma tal en nuestra cultura que hasta las familias no religiosas lo celebramos.


Veo y compruebo a mi alrededor cómo los niños van comentando lo bien que deben portarse porque son “espiados” por un sujeto (Papa Noel) o varios (Reyes Magos) que todo lo ven y todo lo pueden, ya que tienen en su mano algo muy preciado por nuestros niños: regalos.


Me resulta muy cansino y triste ver como se les chantajea con “portarse bien” , porque si no serán (nuevamente) castigados con la ausencia de regalos. Se sentirían unos niños extraordinariamente marginales si el día en que casi todos los demás niños del planeta reciben regalos, ellos los malos, no obtuvieran nada. Es además de una manipulación, una mentira porque no lo haremos. No conozco ninguna familia que a pesar de haber asustado a sus hijos con el asunto de marras, haya tenido el coraje de cumplirlo.


El hecho de utilizar a estos personajes del imaginario popular, tan amorosos y cercanos, como herramientas de chantaje para nuestros hijos, se explica desde nuestra falta de autoridad y de recursos que desemboca en tener que recurrir a estos sicarios para que nos hagan el trabajo sucio. Y es también la representación a gran escala de la pedagogía basada en el premio y en el castigo: te están vigilando…, Si no te “portas bien” no habrá premio.


Y voy mas lejos, el mensaje subliminal y tóxico que estamos enviando a nuestros hijos es “pórtate bien por miedo” no por razones, valores o principios, no porque eso te ayudará a crecer y te beneficia, no porque te amamos y tratamos de transmitirte lo mejor de nosotros mismos.


“Pórtate bien” porque si te “portas mal”, el espía de la barba blanca  y los chicos de los camellos,  no pasarán por aquí.



En estos días, donde el estrés se va apoderando de las familias que ya están empezando a sentir que algo se les desubica por dentro, donde los que faltan se vuelven inmensos, donde los conflictos intrafamiliares que hemos ido esquivando el resto del año ahora se ponen encima de la mesa, donde el simple hecho de las vacaciones de los niños y la perspectiva de que tenerlos en casa a muchas familias les remueve, donde nos confrontamos con el paso del tiempo, donde los ritos nos conectan con emociones que no queremos manejar, todos nos volvemos más vulnerables, es aún más fácil recurrir a terceros mágicos que hagan de espías omnipresentes y amenazantes. 

Es humano, pero no es ético.

Y además ni construye ni educa.


Los regalos son regalos, dádivas, ofrendas, que sirven para transmitir amor, generosidad, gratitud. Yo regalo a mis hijos porque me produce y les produce felicidad, igual que lo hago con mis amigos o con mi pareja. A ninguno de ellos les digo que si no “se portan bien” no les haré un regalito por navidad o por su cumpleaños.


Propongo “utilizar” estos ritos culturales para recuperar el derecho de dar, enseñar y transmitir a nuestros hijos la satisfacción y plenitud que produce la acción de dar, no sólo la de recibir.


En una sociedad basada en la abundancia de cosas y la deprivación de contacto y presencia, reinvidico para nuestros hijos  el derecho de dar.


Las navidades son un buen pretexto, aunque no el único, para ofrecerles opciones que tengan que ver con dar a otros, seguramente menos favorecidos. O al menos, hagámoslo nosotros y seamos espejo en el que se puedan mirar.


Nunca es demasiado pronto para transmitirles el germen de la solidaridad y nunca es demasiado tarde para alejar a los sicarios del castigo, a la pedagogía negra que tiene patas muy, pero muy cortas y que, aunque nos corra por la venas, podemos combatir, desde la conciencia y desde el amor.

Feliz Navidad.



*Fotografía adaptada de: 
StockImages , publicado el 01 de diciembre 2013 

Foto de archivo – imagen ID: 100221069

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PAPA NOEL, no es un chantajista…

Por Olga F. Carmona

*



Se acercan las navidades, para bien o para mal. Rito de origen cristiano, introyectado de forma tal en nuestra cultura que hasta las familias no religiosas lo celebramos.


Veo y compruebo a mi alrededor cómo los niños van comentando lo bien que deben portarse porque son “espiados” por un sujeto (Papa Noel) o varios (Reyes Magos) que todo lo ven y todo lo pueden, ya que tienen en su mano algo muy preciado por nuestros niños: regalos.


Me resulta muy cansino y triste ver como se les chantajea con “portarse bien” , porque si no serán (nuevamente) castigados con la ausencia de regalos. Se sentirían unos niños extraordinariamente marginales si el día en que casi todos los demás niños del planeta reciben regalos, ellos los malos, no obtuvieran nada. Es además de una manipulación, una mentira porque no lo haremos. No conozco ninguna familia que a pesar de haber asustado a sus hijos con el asunto de marras, haya tenido el coraje de cumplirlo.


El hecho de utilizar a estos personajes del imaginario popular, tan amorosos y cercanos, como herramientas de chantaje para nuestros hijos, se explica desde nuestra falta de autoridad y de recursos que desemboca en tener que recurrir a estos sicarios para que nos hagan el trabajo sucio. Y es también la representación a gran escala de la pedagogía basada en el premio y en el castigo: te están vigilando…, Si no te “portas bien” no habrá premio.


Y voy mas lejos, el mensaje subliminal y tóxico que estamos enviando a nuestros hijos es “pórtate bien por miedo” no por razones, valores o principios, no porque eso te ayudará a crecer y te beneficia, no porque te amamos y tratamos de transmitirte lo mejor de nosotros mismos.


“Pórtate bien” porque si te “portas mal”, el espía de la barba blanca  y los chicos de los camellos,  no pasarán por aquí.



En estos días, donde el estrés se va apoderando de las familias que ya están empezando a sentir que algo se les desubica por dentro, donde los que faltan se vuelven inmensos, donde los conflictos intrafamiliares que hemos ido esquivando el resto del año ahora se ponen encima de la mesa, donde el simple hecho de las vacaciones de los niños y la perspectiva de que tenerlos en casa a muchas familias les remueve, donde nos confrontamos con el paso del tiempo, donde los ritos nos conectan con emociones que no queremos manejar, todos nos volvemos más vulnerables, es aún más fácil recurrir a terceros mágicos que hagan de espías omnipresentes y amenazantes. 

Es humano, pero no es ético.

Y además ni construye ni educa.


Los regalos son regalos, dádivas, ofrendas, que sirven para transmitir amor, generosidad, gratitud. Yo regalo a mis hijos porque me produce y les produce felicidad, igual que lo hago con mis amigos o con mi pareja. A ninguno de ellos les digo que si no “se portan bien” no les haré un regalito por navidad o por su cumpleaños.


Propongo “utilizar” estos ritos culturales para recuperar el derecho de dar, enseñar y transmitir a nuestros hijos la satisfacción y plenitud que produce la acción de dar, no sólo la de recibir.


En una sociedad basada en la abundancia de cosas y la deprivación de contacto y presencia, reinvidico para nuestros hijos  el derecho de dar.


Las navidades son un buen pretexto, aunque no el único, para ofrecerles opciones que tengan que ver con dar a otros, seguramente menos favorecidos. O al menos, hagámoslo nosotros y seamos espejo en el que se puedan mirar.


Nunca es demasiado pronto para transmitirles el germen de la solidaridad y nunca es demasiado tarde para alejar a los sicarios del castigo, a la pedagogía negra que tiene patas muy, pero muy cortas y que, aunque nos corra por la venas, podemos combatir, desde la conciencia y desde el amor.

Feliz Navidad.



*Fotografía adaptada de: 
StockImages , publicado el 01 de diciembre 2013 

Foto de archivo – imagen ID: 100221069

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Estaba pensando que…

Este blog ha pasado por diferentes etapas desde su nacimiento, empezó como un desahogo, simplemente, de un momento de estrés extremo, que le dio nombre al blog, con los dos niños, y los trillis con tres años recién cumplidos, en plena etapa de descubrimiento, los picos de rozas la locura se sucedían casi a diario. Después, la cosa se fue tranquilizando, y como todo, nosotros nos fuimos acostumbrando, y la cosa pasó mas bien a como discurría el día a día de esta familia nuestra tan peculiar. Pero la tan traída y llevada crisis, que azotó esta familia, al  igual que a otras miles en España, y nos obligó a tomar decisiones, y esta fue, como bien sabéis, emigrar, me fui a Dinamarca en busca de un futuro mejor que el, me gustaría llamar incierto, pero la verdad es que era muy cierto e insostenible. Aquí cambió todo, cambiaron las circunstancias, y el blog, también cambió.
Pero el plan D no terminaba de consolidarse, y a pesar de haber sido una gran experiencia,  a la vez que dolorosa, tuvimos que tomar la decisión de abortar el plan.
Una vez en casa, y pasada la euforia inicial, se materializa la pregunta que ya llevaba tiempo rondando en nuestras cabezas, ¿y ahora, que?
Pero el destino, caprichoso, respondió la pregunta por nosotros, y antes de darnos cuenta, estábamos en Javea, Alicante, llevando un restaurante, una oportunidad que nos pusieron en las manos con la mayor de las facilidades, y que, independientemente del resultado, nunca agradeceremos bastante.
Y como el blog es un reflejo nuestro, al que le hago un poco de Photoshop para salir favorecido, en esas estamos ahora.
Lo primero que se te viene a la cabeza ante un cambio así es la inseguridad, tenemos bazas a nuestro favor, mamiestresada es un fenómeno en la cocina, pero la comida de una casa, aunque sea de 7, no es lo mismo que un restaurante, hablamos ingles, que estando en un camping,  es una ventaja, y ya habíamos tenido empresa propia, y no hay nada para saber llevar una empresa, que haber tenido otra antes, (por mas que se halla o no, estudiado empresariales) Pero nunca habíamos regentado un restaurante, y la inseguridad es mucha.
Lo siguiente que te preocupa es la adaptación de los niños, es un cambio radical, de casa, de ciudad, de idioma, y, por supuesto, de colegio. La mayor pudo entrar en un instituto que tiene curso de adaptación, y ha sido todo un éxito para ella, ya que a ella le encanta la lengua inglesa, y hace todo lo que puede por aprenderla, y en su clase, solo son dos españolas, y el resto, se reparte entre latinoamericanos, británicos y americanos, y, aunque va aprendiendo valenciano, donde ella se vuelca ( y me alegro) es en practicar el inglés con sus nuevas amigas.
Los niños tuvieron que entrar en un colegio 100% valenciano, y, aunque esto nos incomodaba bastante, hay que decir que el trato con el personal docente es impecable, y que son excelentes profesionales y personas. Empezaron algo disgustados, no se enteraban de nada, y continuamente tenían que preguntarle al compañero que pasaba, pero rápidamente, y con una capacidad de adaptación increíble, se empezaron a encontrar mas cómodos, hasta el punto que, en solo tres meses, ya hay alguno que otro que suelta mas de una palabra en valenciano en casa sin darse cuenta. Ahora lo peor es para nosotros, a la hora de ayudarles a hacer los deberes en casa…que no pillamos ni palabra.
Volviendo al restaurante, empezar en temporada baja, es un plus de tranquilidad, con la inseguridad que antes mencionaba, es mejor ir poco a poco, lo malo está siendo demasiado poco a poco, esperemos que en Diciembre la cosa vaya subiendo.
Tenemos un local genial, muy luminoso, con mucho espacio, muy nuevo, con terrazas y una gran aparcamiento y esperamos veros por allí a todos los que os animéis a visitarnos, Inma G. ya se ha pasado, por cierto, un placer enorme conocerla en persona, se ven los blogs diferentes después de conocer a la persona que hay detrás.
Para los que queráis echarle un vistazo al restaurante, aquí os dejo el enlace al grupo de  Facebook.

Vuestro amigo y vecino.
El padrestresado.

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Estaba pensando que…

Este blog ha pasado por diferentes etapas desde su nacimiento, empezó como un desahogo, simplemente, de un momento de estrés extremo, que le dio nombre al blog, con los dos niños, y los trillis con tres años recién cumplidos, en plena etapa de descubrimiento, los picos de rozas la locura se sucedían casi a diario. Después, la cosa se fue tranquilizando, y como todo, nosotros nos fuimos acostumbrando, y la cosa pasó mas bien a como discurría el día a día de esta familia nuestra tan peculiar. Pero la tan traída y llevada crisis, que azotó esta familia, al  igual que a otras miles en España, y nos obligó a tomar decisiones, y esta fue, como bien sabéis, emigrar, me fui a Dinamarca en busca de un futuro mejor que el, me gustaría llamar incierto, pero la verdad es que era muy cierto e insostenible. Aquí cambió todo, cambiaron las circunstancias, y el blog, también cambió.
Pero el plan D no terminaba de consolidarse, y a pesar de haber sido una gran experiencia,  a la vez que dolorosa, tuvimos que tomar la decisión de abortar el plan.
Una vez en casa, y pasada la euforia inicial, se materializa la pregunta que ya llevaba tiempo rondando en nuestras cabezas, ¿y ahora, que?
Pero el destino, caprichoso, respondió la pregunta por nosotros, y antes de darnos cuenta, estábamos en Javea, Alicante, llevando un restaurante, una oportunidad que nos pusieron en las manos con la mayor de las facilidades, y que, independientemente del resultado, nunca agradeceremos bastante.
Y como el blog es un reflejo nuestro, al que le hago un poco de Photoshop para salir favorecido, en esas estamos ahora.
Lo primero que se te viene a la cabeza ante un cambio así es la inseguridad, tenemos bazas a nuestro favor, mamiestresada es un fenómeno en la cocina, pero la comida de una casa, aunque sea de 7, no es lo mismo que un restaurante, hablamos ingles, que estando en un camping,  es una ventaja, y ya habíamos tenido empresa propia, y no hay nada para saber llevar una empresa, que haber tenido otra antes, (por mas que se halla o no, estudiado empresariales) Pero nunca habíamos regentado un restaurante, y la inseguridad es mucha.
Lo siguiente que te preocupa es la adaptación de los niños, es un cambio radical, de casa, de ciudad, de idioma, y, por supuesto, de colegio. La mayor pudo entrar en un instituto que tiene curso de adaptación, y ha sido todo un éxito para ella, ya que a ella le encanta la lengua inglesa, y hace todo lo que puede por aprenderla, y en su clase, solo son dos españolas, y el resto, se reparte entre latinoamericanos, británicos y americanos, y, aunque va aprendiendo valenciano, donde ella se vuelca ( y me alegro) es en practicar el inglés con sus nuevas amigas.
Los niños tuvieron que entrar en un colegio 100% valenciano, y, aunque esto nos incomodaba bastante, hay que decir que el trato con el personal docente es impecable, y que son excelentes profesionales y personas. Empezaron algo disgustados, no se enteraban de nada, y continuamente tenían que preguntarle al compañero que pasaba, pero rápidamente, y con una capacidad de adaptación increíble, se empezaron a encontrar mas cómodos, hasta el punto que, en solo tres meses, ya hay alguno que otro que suelta mas de una palabra en valenciano en casa sin darse cuenta. Ahora lo peor es para nosotros, a la hora de ayudarles a hacer los deberes en casa…que no pillamos ni palabra.
Volviendo al restaurante, empezar en temporada baja, es un plus de tranquilidad, con la inseguridad que antes mencionaba, es mejor ir poco a poco, lo malo está siendo demasiado poco a poco, esperemos que en Diciembre la cosa vaya subiendo.
Tenemos un local genial, muy luminoso, con mucho espacio, muy nuevo, con terrazas y una gran aparcamiento y esperamos veros por allí a todos los que os animéis a visitarnos, Inma G. ya se ha pasado, por cierto, un placer enorme conocerla en persona, se ven los blogs diferentes después de conocer a la persona que hay detrás.
Para los que queráis echarle un vistazo al restaurante, aquí os dejo el enlace al grupo de  Facebook.

Vuestro amigo y vecino.
El padrestresado.

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De mayor quiero ser…

Conversando con el guaje mientras cenábamos el jueves, nos cuenta que había tenido una actuación de magia en el cole, que el mago se llamaba Javi y que le había gustado mucho. Estaba muy entusiasmado contando cómo se había tragado una pelota y luego se la había sacado del bolsillo. Alarmas “ON”, explicando con la […]

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Creciendo



Hoy vengo a hablar de mi libro… 


No, no se asusten que no van a tener que comprarse otro libro más estas navidades, porque se lo iban a comprar, ¿no?. Por desgracia el día que repartieron el talento para la prosa estaba de cañas, bueno, y cuando repartieron el talento musical y los cuerpos danone…si, lo reconozco me tiré el curso escolar metido en el bar y como consecuencia de ello corro los 100 metros lisos en tres cuartos de hora, pero a cambio mi paladar distingue entre 300 tipos de cervezas (superen eso).


Va, que me pierdo. 


Yo quería decir que vuelvo a hacerme con los mandos de esta mi ventana al mundo, mi atril, mi patíbulo personal para el palique, la plática y como no, de los rubios. Yes, esos pequeños seres bondado-sos que están viviendo con noso-t… tengo la sensación que
me he vuelto a ir de bares…  me refiero a mis pequeños diablos que están empeñados en que no me aburra, en las próximas 17 vidas, al menos.

Entrando en el último trimestre del año podríamos decir que no ha sido un año fácil, es más, diría que en ocasiones ha sido como vivir en un parking de caravanas en el infierno. Pero aquí estamos, y lo podemos contar.

Hablemos del rizos 

El mayor, el serio, el antaño pequeñoKarateka ahora convertido en el personaje más sensible que puebla la lobocueva.
Mucho ha evolucionado desde la última vez que hablé de él, se ha convertido en un niño muy sociable y cariñoso, inteligente y fanático adorador de la televisión, de lo que pongan, sea lo que sea, él es fan, muy fan.

Aprende rápido, muy rápido y le gusta. Siempre con la antena puesta y siempre para aquello que él quiere, nosevayanapensar. Tu hablas, el parece que está a su bola y tres días más tarde te viene a que le expliques por qué esta mañana dijiste eso u lo otro.
Nota: esta mañana, tiempo utilizado por el pequeñoM, que abarca la franja horaria de «hace una hora» hasta cualquier día de los pasados 3 meses, y si el día es anterior a tres meses, entonces usamos el «cuando yo nací», que eso fue ya hace muuucho y si queremos referirnos a la época de los dinosaurios hablamos de «cuando estaba en tu tripa».

De esa capacidad de aprendizaje se deriva algún efecto secundario que otro, como las mentiras y los insultos, aunque esto último tengo que reconocer que es bastante leve si te comparo con el resto del ganado.

Es un niño muy sensible y orgulloso al que le cuesta aún controlar sus sentimientos, sobre todo la ira y el sueño (en él es un estado anímico más). Poseedor de una gran imaginación y un aún mayor corazón.

Reconozco que esa facilidad para el llanto que posee me saca de mis casillas, que es algo que intento controlar, pero sé que voy a perder en la mayoría de los casos, quizás porque me crié con el «no llores», quizás porque veo en él a aquel niño que fui y mi subsconsciente no quiere que pase por lo mismo o quien sabe, quizás sea un capítulo de mi propia vida cerrado en falso, por mil cosas y por ninguna a la vez. Pero cuando por un simple «es que me ha dicho #pongaaquiloquequiera» comienza a llorar como si mañana se acabara el mundo, el mío se incendia.

Sigues adorando a tus abuelos, a los cuatro y no hay semana que no preguntes eso de «¿cuándo vamos a casa de los abuelos?» o «¿Hoy me quedo a dormir en casa de los abuelos?», es una lástima  que la mitad de ellos estén tan lejos.

Has heredado el gusto por la cocina de tu madre, es decir, «tu lo guisas, yo me lo como» así que tendremos que dejar las clases de cocina para tu hermano, que de saque tampoco anda cojo.

El Rubio

Y ahora hablemos d’lrubio, alias «el pieza«, alias «, alias «el caras«, alias «o a mi modo o de ninguno«, alias «el que no iba a andar«.

Empezaste tarde a andar, al igual que a hablar. En una semana estabas corriendo y temo que en breve te pongan mordaza en el cole para que les dejes decir algo a tus compañeros, porque tu eres de los que llega cuando los demás estamos al postre y te pides el menú completo.

Le has cogido la medida a la mayoría de nosotros, pero sobre todo a tu hermano. Sabes como y cuando hacerle llorar, rabiar, reír  o lo que en ese momento te plazca, y te encanta, de la misma forma que te encanta llevarle la contraria a todo dios, que no hay forma de que obedezcas a la primera y la mayoría de los días ni siquiera a la tercera. Contigo no es que haya que tener  mano izquierda, contigo hay que ser un pulpo de 14 brazos para que al menos media docena sean izquierdos.
Pero es ese carácter el que te hace tan especial a los ojos de los demás, tu lo sabes y sobre todo, sabes como explotarlo y hacerte querer. Que se nos hace muy complicado castigarte o reñirte cuando nos estamos partiendo de risa por dentro por tu última ocurrencia o reacción.
Esa lengua de trapo va a ser nuestra perdición, lo sabemos. Pero es que es muy gracioso ver como intentas explicarte o que te entendamos y me temo, que o hablas un idioma que aún desconocemos o hemos perdido oído. 

Has entrado en eso que los mayores llamamos «los terribles dos» con la sutileza de un elefante en una exposición de copas de balón. Dispuesto a cogerte todos los berrinches que te corresponden a ti y los que dejó por cogerse tu hermano. Así eres tú, o todo o nada , sin grises. 

Esperemos salir vivos de esta.

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Creciendo



Hoy vengo a hablar de mi libro… 


No, no se asusten que no van a tener que comprarse otro libro más estas navidades, porque se lo iban a comprar, ¿no?. Por desgracia el día que repartieron el talento para la prosa estaba de cañas, bueno, y cuando repartieron el talento musical y los cuerpos danone…si, lo reconozco me tiré el curso escolar metido en el bar y como consecuencia de ello corro los 100 metros lisos en tres cuartos de hora, pero a cambio mi paladar distingue entre 300 tipos de cervezas (superen eso).


Va, que me pierdo. 


Yo quería decir que vuelvo a hacerme con los mandos de esta mi ventana al mundo, mi atril, mi patíbulo personal para el palique, la plática y como no, de los rubios. Yes, esos pequeños seres bondado-sos que están viviendo con noso-t… tengo la sensación que
me he vuelto a ir de bares…  me refiero a mis pequeños diablos que están empeñados en que no me aburra, en las próximas 17 vidas, al menos.

Entrando en el último trimestre del año podríamos decir que no ha sido un año fácil, es más, diría que en ocasiones ha sido como vivir en un parking de caravanas en el infierno. Pero aquí estamos, y lo podemos contar.

Hablemos del rizos 

El mayor, el serio, el antaño pequeñoKarateka ahora convertido en el personaje más sensible que puebla la lobocueva.
Mucho ha evolucionado desde la última vez que hablé de él, se ha convertido en un niño muy sociable y cariñoso, inteligente y fanático adorador de la televisión, de lo que pongan, sea lo que sea, él es fan, muy fan.

Aprende rápido, muy rápido y le gusta. Siempre con la antena puesta y siempre para aquello que él quiere, nosevayanapensar. Tu hablas, el parece que está a su bola y tres días más tarde te viene a que le expliques por qué esta mañana dijiste eso u lo otro.
Nota: esta mañana, tiempo utilizado por el pequeñoM, que abarca la franja horaria de «hace una hora» hasta cualquier día de los pasados 3 meses, y si el día es anterior a tres meses, entonces usamos el «cuando yo nací», que eso fue ya hace muuucho y si queremos referirnos a la época de los dinosaurios hablamos de «cuando estaba en tu tripa».

De esa capacidad de aprendizaje se deriva algún efecto secundario que otro, como las mentiras y los insultos, aunque esto último tengo que reconocer que es bastante leve si te comparo con el resto del ganado.

Es un niño muy sensible y orgulloso al que le cuesta aún controlar sus sentimientos, sobre todo la ira y el sueño (en él es un estado anímico más). Poseedor de una gran imaginación y un aún mayor corazón.

Reconozco que esa facilidad para el llanto que posee me saca de mis casillas, que es algo que intento controlar, pero sé que voy a perder en la mayoría de los casos, quizás porque me crié con el «no llores», quizás porque veo en él a aquel niño que fui y mi subsconsciente no quiere que pase por lo mismo o quien sabe, quizás sea un capítulo de mi propia vida cerrado en falso, por mil cosas y por ninguna a la vez. Pero cuando por un simple «es que me ha dicho #pongaaquiloquequiera» comienza a llorar como si mañana se acabara el mundo, el mío se incendia.

Sigues adorando a tus abuelos, a los cuatro y no hay semana que no preguntes eso de «¿cuándo vamos a casa de los abuelos?» o «¿Hoy me quedo a dormir en casa de los abuelos?», es una lástima  que la mitad de ellos estén tan lejos.

Has heredado el gusto por la cocina de tu madre, es decir, «tu lo guisas, yo me lo como» así que tendremos que dejar las clases de cocina para tu hermano, que de saque tampoco anda cojo.

El Rubio

Y ahora hablemos d’lrubio, alias «el pieza«, alias «, alias «el caras«, alias «o a mi modo o de ninguno«, alias «el que no iba a andar«.

Empezaste tarde a andar, al igual que a hablar. En una semana estabas corriendo y temo que en breve te pongan mordaza en el cole para que les dejes decir algo a tus compañeros, porque tu eres de los que llega cuando los demás estamos al postre y te pides el menú completo.

Le has cogido la medida a la mayoría de nosotros, pero sobre todo a tu hermano. Sabes como y cuando hacerle llorar, rabiar, reír  o lo que en ese momento te plazca, y te encanta, de la misma forma que te encanta llevarle la contraria a todo dios, que no hay forma de que obedezcas a la primera y la mayoría de los días ni siquiera a la tercera. Contigo no es que haya que tener  mano izquierda, contigo hay que ser un pulpo de 14 brazos para que al menos media docena sean izquierdos.
Pero es ese carácter el que te hace tan especial a los ojos de los demás, tu lo sabes y sobre todo, sabes como explotarlo y hacerte querer. Que se nos hace muy complicado castigarte o reñirte cuando nos estamos partiendo de risa por dentro por tu última ocurrencia o reacción.
Esa lengua de trapo va a ser nuestra perdición, lo sabemos. Pero es que es muy gracioso ver como intentas explicarte o que te entendamos y me temo, que o hablas un idioma que aún desconocemos o hemos perdido oído. 

Has entrado en eso que los mayores llamamos «los terribles dos» con la sutileza de un elefante en una exposición de copas de balón. Dispuesto a cogerte todos los berrinches que te corresponden a ti y los que dejó por cogerse tu hermano. Así eres tú, o todo o nada , sin grises. 

Esperemos salir vivos de esta.

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El día en que Mallafré se rompió el brazo

Las de submarinos, sin duda; las películas que prefiero son las de submarinos. Ese juego del gato y el ratón con los enemigos, ese sepulcral silencio exterior… ¡esa claustrofobia! Y, por encima de todo, esos fantásticos capitanes capaces de emitir seis o siete órdenes seguidas sin apenas respiro, y siempre a gritos. “¡Cierren la escotilla de babor!”, “¡Póngame en comunicación con el contramaestre!”, “¡Bajen el periscopio!”, “¡Preparen misil número dos!”… “¡Lancen contramedidas!”. Es mi género preferido, sin duda. Y no puedo oír esa maravillosa retahíla de órdenes sin recordar el día en que Mallafré se rompió el brazo.
Fue en el patio del colegio, hace ya muchos años, cuando apenas teníamos doce o trece. Jugábamos al fútbol y en realidad no sé cómo sucedió: recuerdo, sí, el silencio sepulcral que se apoderó de todos, Mallafré incluido. En la caída, el brazo se le había roto por un par de sitios y le colgaba como un guiñapo ante su atónita mirada. Y la nuestra. Lo siguiente fue la inmediata aparición del Hermano Agustí, llegando desde la banda y cruzando el patio a grandes y decididas zancadas. Y dando órdenes: “¡No le toquéis!” “¡Apartaos!” “¡Subid a clase! ¡Todos!”. Borderas, no sé por qué él, recibió una orden directa del Hermano Agustí: “Corre, Borderas, rápido, a consejería, avisa al señor Vicente que llame a una ambulancia!”. El Hermano, de quien jamás habría sospechado yo esos dotes de mando, cogió delicada y eficazmente a Mallafré, que a esas alturas ya se había desmayado, sin proferir un solo gritito, y se lo llevó en volandas. El silencio seguía siendo sepulcral y lo fue toda la tarde, incluso cuando ya estábamos otra vez en clase.
Mallafré tardó unos días en volver, aparatosamente enyesado y, estoy seguro, esperando lucir su protagonismo. Craso error. Mallafré no tardó en darse cuenta del anónimo papel que le tocó vivir en la tragedia. Los protagonistas, quedó claro, no fueron ni él ni tampoco el Hermano Agustí. Fuimos nosotros, que llevábamos días contándonos los unos a los otros qué vimos, qué sentimos, qué hicimos en esos breves segundos que sucedieron entre la caída de Mallafré y la marcha del Hermano con nuestro compañero en brazos. Nos contamos la historia, la recordamos, la mejoramos.

-Cuando llegó la ambulancia… –empezó Mallafré.
-Tú que sabrás, tú estabas desmayado –le corregimos.

Las películas de submarinos, sin duda.

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El día en que Mallafré se rompió el brazo

Las de submarinos, sin duda; las películas que prefiero son las de submarinos. Ese juego del gato y el ratón con los enemigos, ese sepulcral silencio exterior… ¡esa claustrofobia! Y, por encima de todo, esos fantásticos capitanes capaces de emitir seis o siete órdenes seguidas sin apenas respiro, y siempre a gritos. “¡Cierren la escotilla de babor!”, “¡Póngame en comunicación con el contramaestre!”, “¡Bajen el periscopio!”, “¡Preparen misil número dos!”… “¡Lancen contramedidas!”. Es mi género preferido, sin duda. Y no puedo oír esa maravillosa retahíla de órdenes sin recordar el día en que Mallafré se rompió el brazo.
Fue en el patio del colegio, hace ya muchos años, cuando apenas teníamos doce o trece. Jugábamos al fútbol y en realidad no sé cómo sucedió: recuerdo, sí, el silencio sepulcral que se apoderó de todos, Mallafré incluido. En la caída, el brazo se le había roto por un par de sitios y le colgaba como un guiñapo ante su atónita mirada. Y la nuestra. Lo siguiente fue la inmediata aparición del Hermano Agustí, llegando desde la banda y cruzando el patio a grandes y decididas zancadas. Y dando órdenes: “¡No le toquéis!” “¡Apartaos!” “¡Subid a clase! ¡Todos!”. Borderas, no sé por qué él, recibió una orden directa del Hermano Agustí: “Corre, Borderas, rápido, a consejería, avisa al señor Vicente que llame a una ambulancia!”. El Hermano, de quien jamás habría sospechado yo esos dotes de mando, cogió delicada y eficazmente a Mallafré, que a esas alturas ya se había desmayado, sin proferir un solo gritito, y se lo llevó en volandas. El silencio seguía siendo sepulcral y lo fue toda la tarde, incluso cuando ya estábamos otra vez en clase.
Mallafré tardó unos días en volver, aparatosamente enyesado y, estoy seguro, esperando lucir su protagonismo. Craso error. Mallafré no tardó en darse cuenta del anónimo papel que le tocó vivir en la tragedia. Los protagonistas, quedó claro, no fueron ni él ni tampoco el Hermano Agustí. Fuimos nosotros, que llevábamos días contándonos los unos a los otros qué vimos, qué sentimos, qué hicimos en esos breves segundos que sucedieron entre la caída de Mallafré y la marcha del Hermano con nuestro compañero en brazos. Nos contamos la historia, la recordamos, la mejoramos.

-Cuando llegó la ambulancia… –empezó Mallafré.
-Tú que sabrás, tú estabas desmayado –le corregimos.

Las películas de submarinos, sin duda.

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Correr en Montaña y Seguridad

Desde hace algún tiempo el denominado «Trail running» a pasado a popularizarse llegando a convertirse en una moda, y para ello no tenemos más que observar el incremento exponencial que este tipo de pruebas han tenido en el calendario de los últimos años.
«Correr por el monte» se hace desde siempre, unas veces como entrenamiento y otras como medio para llegar a lugares más distantes en menos tiempo.
Hasta no hace mucho los corredores proveníamos de la montaña y normalmente el conocimiento del medio y sus riesgos se daban por hecho.

Con la popularización y el aumento de practicantes se ha conseguido una especialización y un abaratamiento del material. Pero de la misma forma hay un gran grupo  con un desconocimiento en materia de seguridad en montaña, principalmente los llegados de disciplinas como el atletismo, triatlón, ciclismo etc..y que en muchos casos no han tenido contacto anterior con el medio en que se desarrolla esta actividad.
Las carreras cuentan con todo un equipo organizativo que normalmente vela por nuestra seguridad marcando el recorrido, colocando avituallamientos e indicándonos el material obligatorio. El problema surge cuando vamos a entrenar o planificamos nuestras propias rutas.
Hace poco fuí a correr aprovechando el espectacular Otoño de Ordesa por una de sus rutas más emblemáticas, la faja de las flores y pensando en ello decidí que lo mejor es enseñar que llevo en la mochila para explicar de manera visual en que consiste eso de la seguridad.

Todo comienza desde el momento que planificas tu actividad al elegir el material y seleccionar la información que necesitarás. La preparación y consulta metereológica son imprescindibles.
Salir solo nunca es recomendable pero es cierto que en muchas ocasiones la elección de correr viene dada por la falta de tiempo y contar con una persona con tus mismos condicionantes es complicado, cuando no una opción personal por las propias características de este deporte.
A modo de ejemplo os adjunto un vídeo con las cosas que formaron parte de mi mochila en esa excursión. ¿vosotros qué llevais?

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Correr en Montaña y Seguridad

Desde hace algún tiempo el denominado «Trail running» a pasado a popularizarse llegando a convertirse en una moda, y para ello no tenemos más que observar el incremento exponencial que este tipo de pruebas han tenido en el calendario de los últimos años.
«Correr por el monte» se hace desde siempre, unas veces como entrenamiento y otras como medio para llegar a lugares más distantes en menos tiempo.
Hasta no hace mucho los corredores proveníamos de la montaña y normalmente el conocimiento del medio y sus riesgos se daban por hecho.

Con la popularización y el aumento de practicantes se ha conseguido una especialización y un abaratamiento del material. Pero de la misma forma hay un gran grupo  con un desconocimiento en materia de seguridad en montaña, principalmente los llegados de disciplinas como el atletismo, triatlón, ciclismo etc..y que en muchos casos no han tenido contacto anterior con el medio en que se desarrolla esta actividad.
Las carreras cuentan con todo un equipo organizativo que normalmente vela por nuestra seguridad marcando el recorrido, colocando avituallamientos e indicándonos el material obligatorio. El problema surge cuando vamos a entrenar o planificamos nuestras propias rutas.
Hace poco fuí a correr aprovechando el espectacular Otoño de Ordesa por una de sus rutas más emblemáticas, la faja de las flores y pensando en ello decidí que lo mejor es enseñar que llevo en la mochila para explicar de manera visual en que consiste eso de la seguridad.

Todo comienza desde el momento que planificas tu actividad al elegir el material y seleccionar la información que necesitarás. La preparación y consulta metereológica son imprescindibles.
Salir solo nunca es recomendable pero es cierto que en muchas ocasiones la elección de correr viene dada por la falta de tiempo y contar con una persona con tus mismos condicionantes es complicado, cuando no una opción personal por las propias características de este deporte.
A modo de ejemplo os adjunto un vídeo con las cosas que formaron parte de mi mochila en esa excursión. ¿vosotros qué llevais?

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"Yo puedo" Nutriendo resiliencia en nuestros hijos

«YO PUEDO»
NUTRIENDO RESILIENCIA EN NUESTROS HIJOS


Se sentía atraído por el reto, pero tenía miedo.
Mucha altura, agua fría en medio, lo deseaba pero el miedo le echaba para atrás.

Nosotros le observábamos. El también a nosotros buscando claves.

No le dijimos que no lo hiciera, no le dijimos que se podía hacer daño, no le dijimos que se iba a manchar de barro, no de dijimos que no podía.
Le dijimos: «si crees que puedes, puedes».

Y el gritó fuerte, muy fuerte: YO PUEDO

Y saltó.





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"Yo puedo" Nutriendo resiliencia en nuestros hijos

«YO PUEDO»
NUTRIENDO RESILIENCIA EN NUESTROS HIJOS


Se sentía atraído por el reto, pero tenía miedo.
Mucha altura, agua fría en medio, lo deseaba pero el miedo le echaba para atrás.

Nosotros le observábamos. El también a nosotros buscando claves.

No le dijimos que no lo hiciera, no le dijimos que se podía hacer daño, no le dijimos que se iba a manchar de barro, no de dijimos que no podía.
Le dijimos: «si crees que puedes, puedes».

Y el gritó fuerte, muy fuerte: YO PUEDO

Y saltó.





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"Ayudando a pasar por el divorcio": una guía para padres/madres

La separación y el divorcio son unas realidades cada vez más comunes pero no por ello dejan de ser dolorosas, especialmente para los hijos. Por ello una guía que ayuda a la transición a las familias que pasan por un proceso de divorcio puede resultar útil a esos padres.
Se trata de una guía elaborada por la Fundación para la Responsabilidad Cívica y las Artes de la “Liga Unión” para apoyar a la familia durante el proceso de divorcio y que da respuesta a muchas preguntas que se plantean los padres ante tal trance.
Y es que ante un período de gran crisis emocional y transición para padres e hijos, y aunque cada divorcio y situación familiar es diferente, sí suele haber unos sentimiento comunes provenientes del dolor que sienten los niños por no poder hacer nada para remediar la situación:

Los niños pasan por diferentes niveles de reacciones tales como coraje, negación, miedo, culpabilidad, inseguridad, tristeza, depresión, y regresión, entre otras ansiedades menores, todas estas son reacciones normales en lo que se refiere a una pérdida. Tanto los niños como los adultos, tienen que pasar por este “proceso de pena” para llegar con el tiempo a aceptar la pérdida y seguir adelante.

En la guía se ofrecen consejos sobre lo que no se debería hacer, por el bien de los hijos, durante el proceso de divorcio, como menospreciar a la otra parte buscando que el hijo o los hijos tomen partido por el padre o la madre.
Las reacciones que se pueden esperar por parte de los hijos, las señales de advertencia para saber que el niño necesita alguna ayuda externa, qué es lo mas útil que pueden hacer los padres por ellos, qué constituye abuso y cómo lo afrontan los niños, cuáles son los derechos de los pequeños… también son cuestiones que aborda esta guía.
Es una ayuda para afrontar las situaciones más comunes que se producen durante la separación, situaciones difíciles para los niños, y que se puede descargar online. Esperamos que si tenéis niños y estáis pasando por este trance el documento “Ayudando a pasar por el divorcio: una guía para padres de familia” os sea de utilidad.
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"Ayudando a pasar por el divorcio": una guía para padres/madres

La separación y el divorcio son unas realidades cada vez más comunes pero no por ello dejan de ser dolorosas, especialmente para los hijos. Por ello una guía que ayuda a la transición a las familias que pasan por un proceso de divorcio puede resultar útil a esos padres.
Se trata de una guía elaborada por la Fundación para la Responsabilidad Cívica y las Artes de la “Liga Unión” para apoyar a la familia durante el proceso de divorcio y que da respuesta a muchas preguntas que se plantean los padres ante tal trance.
Y es que ante un período de gran crisis emocional y transición para padres e hijos, y aunque cada divorcio y situación familiar es diferente, sí suele haber unos sentimiento comunes provenientes del dolor que sienten los niños por no poder hacer nada para remediar la situación:

Los niños pasan por diferentes niveles de reacciones tales como coraje, negación, miedo, culpabilidad, inseguridad, tristeza, depresión, y regresión, entre otras ansiedades menores, todas estas son reacciones normales en lo que se refiere a una pérdida. Tanto los niños como los adultos, tienen que pasar por este “proceso de pena” para llegar con el tiempo a aceptar la pérdida y seguir adelante.

En la guía se ofrecen consejos sobre lo que no se debería hacer, por el bien de los hijos, durante el proceso de divorcio, como menospreciar a la otra parte buscando que el hijo o los hijos tomen partido por el padre o la madre.
Las reacciones que se pueden esperar por parte de los hijos, las señales de advertencia para saber que el niño necesita alguna ayuda externa, qué es lo mas útil que pueden hacer los padres por ellos, qué constituye abuso y cómo lo afrontan los niños, cuáles son los derechos de los pequeños… también son cuestiones que aborda esta guía.
Es una ayuda para afrontar las situaciones más comunes que se producen durante la separación, situaciones difíciles para los niños, y que se puede descargar online. Esperamos que si tenéis niños y estáis pasando por este trance el documento “Ayudando a pasar por el divorcio: una guía para padres de familia” os sea de utilidad.
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Consejos para los padres: fiebre, catarro, diarrea, vómitos y traumatismo

11/06/2012
Fuente: 
Hospital del Mar

Es muy común que los más pequeños enfermen a menudo y sufran diferentes dolencias que los padres no saben cómo atender. ElHospital del Mar ha publicado un manual sobre la fiebre, los resfriados, la diarrea, los vómitos y los traumatismos, con una serie de consejos sobre cómo tratar estas enfermedades, tan frecuentes en los niños.

FIEBRE

  • Cuando el niño tiene fiebre es conveniente quitarle ropa.
  • Se pueden administrar antitérmicos cuando la temperatura axilar es superior a 38 ºC. La dosis la debe indicar el médico.
  • Es aconsejable bañar al niño con agua templada aproximadamente durante 15-20 minutos.
  • Se le deben ofrecer líquidos azucarados para beber, en pequeñas cantidades y con frecuencia. No forzar la alimentación.
  • El niño con fiebre puede jugar si se encuentra animado y también puede salir de casa.
Motivos de consulta con el pediatra:
  • Fiebre superior a 40 ºC.
  • Fiebre en un niño menor de 3 meses.
  • Fiebre difícil de controlar con medidas habituales (quitar ropa, antitérmicos, baño, etc.).
  • Presenta alguno de los siguientes síntomas:
    • Convulsiones (“ataques”).
    • Manchas en la piel.
    • Dificultad para respirar.
    • Sensación de gravedad, irritabilidad o mal color.

CATARRO DE VÍAS ALTAS

  • El niño debe beber abundantes líquidos.
  • Puede estar inapetente. No se debe forzar la alimentación.
  • Si tiene fiebre (temperatura axilar mayor de 38 ºC), se le debe quitar ropa, y se le puede administrar un antitérmico.
  • Es aconsejable darle un baño con agua templada aproximadamente durante 15–20 minutos.
  • Si el niño se encuentra bien, sin fiebre u otro síntoma que interfiera en su actividad, puede ir al colegio.
  • Si el niño tiene la nariz tapada se deben hacer lavados con suero fisiológico.
Lavados nasales:
  • Colocar al niño acostado boca arriba y con la cabeza girada a un costado y vaciarle en el orificio nasal que queda más alto, 1 cc de suero fisiológico con una jeringuilla. Luego girar la cabeza al lado contrario y hacer lo mismo.
  • Si el niño tiene más de un año se pueden administrar 2 cc en cada orificio nasal.
  • Se puede repetir varias veces al día, sobre todo antes de dormir y un rato antes de comer.
Preparación casera del suero fisiológico:
  • Poner media cucharilla rasa de café de sal en un vaso grande y llenarlo con agua del grifo, disolverlo bien y se obtendrá aproximadamente un cuarto de litro de suero fisiológico.
  • Guardar el suero en un frasco de cristal.
  • Cambiarlo cada 2 días.

DIARREA (GASTROENTERITIS)

  • Diarrea leve: deposiciones pastosas o grumosas, algunas verdes o con moco.
  • Diarrea moderada: deposiciones líquidas o semilíquidas en número superior al habitual.
  • Diarrea grave: deposiciones líquidas y explosivas en gran cantidad, a las que se suman vómitos.
Alimentación del niño con diarrea leve o moderada:
1. Si toma lactancia materna.

  • Si tiene diarrea leve: se debe continuar con la lactancia materna.
  • Si tiene diarrea moderada: se le deben ofrecer tomas más frecuentes; se puede sustituir alguna toma por agua de arroz (se indica más adelante cómo se prepara).
2. Si toma lactancia artificial.
  • Si tiene diarrea leve: se debe continuar igual.
  • Si tiene diarrea moderada: se deben preparar los biberones con la mitad de cacitos de leche de lo habitual; por ejemplo, si pone 4 cacitos de leche en 120 cc de agua, ahora pondrá 2 cacitos de leche; esto se hará en cada toma durante un día y al día siguiente, se seguirá con la proporción normal.
3. Si toma alimentación complementaria.
  • La papilla de frutas se prepara sólo con manzana y plátano.
  • La papilla de cereales se prepara sólo con sémola de arroz.
  • El puré de verduras puede prepararse con patata, zanahoria o arroz hervido.
  • Pollo sin piel, pescado blanco o ternera (si ya se habían introducido), hervidos o a la plancha.
4. Si el niño presenta vómitos.
  • Hay que ofrecer líquidos fraccionados y con frecuencia, básicamente Sueroral‚ hiposódico, Isotonar, agua de arroz o suero casero con azúcar y sal.
Motivos de consulta con el pediatra:
  • El niño/a tiene una diarrea grave.
  • Rechaza completamente los líquidos.
  • Está exageradamente postrado o muy somnoliento.
  • Tiene vómitos muy frecuentes.
  • Tiene fiebre alta y que no baja con medidas antitérmicas habituales.
Preparación de soluciones líquidas para tratar las diarreas en los niños:
Sueroral, hiposódico:
  • Diluir el contenido de un sobre en un litro de agua (puede ser del grifo).
  • Se administra a temperatura ambiente.
  • La mezcla sólo puede usarse durante 24 horas; luego, hay que hacerla de nuevo.
Isotonar:
  • Verter el contenido de un sobre en el biberón vacío, agregar 250 cc de agua tibia y agitar para que se disuelva.
  • La mezcla sólo puede usarse durante 24 horas; luego, hay que hacerla de nuevo.
Agua de arroz:
  • Poner a hervir un litro de agua y añadir una taza de las de café de arroz.
  • Se deja hervir aproximadamente media hora, luego se pasa por un colador y se guarda el agua en la nevera.
  • Sólo puede usarse durante 24 horas; luego, hay que hacerla de nuevo.
Suero casero con azúcar y sal:
  • Disolver en 250 cc de agua, una cucharadita de las de café de sal y dos cucharaditas de las de café de azúcar.
  • Se pueden añadir unas gotas de zumo de limón.
  • La mezcla sólo puede usarse durante 24 horas; luego, hay que hacerla de nuevo.

VÓMITO

  • Al niño se le deben ofrecer líquidos de forma fraccionada y lentamente. Por ejemplo, 5-10 cc cada 10 minutos, hasta que hayan pasado 2 o 3 horas sin ningún vómito. Posteriormente, se ofrece más cantidad y más espaciada (por ejemplo, 20-25 cc cada 20 minutos).
  • Si cesan los vómitos, se puede iniciar una dieta sencilla sin grasas.
  • No se debe forzar la alimentación.
  • Si no ceden los vómitos, es mejor esperar un rato sin ofrecerle líquidos y después volver a probar la tolerancia. Pueden ser útiles las chuches de azúcar al principio, cuando acaba de vomitar y si el niño tiene “cetona”.
Motivos de consulta con el pediatra:
  • A pesar de todo sigue vomitando.
  • Aumenta la cantidad o la frecuencia de los vómitos.
  • Los vómitos persisten más de 12 horas.
  • Aparecen signos de deshidratación: orina poco, moja poco los pañales, llora sin lágrimas, pierde peso, tiene la boca seca, está poco activo o irritable.
  • Está dormido constantemente o cuesta despertarlo.

TRAUMATISMO CRANEAL

  • Es necesario observar de cerca al niño durante 24 horas.
  • Después de un golpe en la cabeza, es frecuente que el niño presente algún vómito aislado y que tenga sueño, se le puede dejar dormir y al cabo de 2-3 horas despertarlo.
  • Si tiene dolor de cabeza, se le puede administrar un analgésico.
Motivos de consulta con el pediatra:
  • Tendencia al sueño o dificultad para despertarlo.
  • Visión borrosa o movimientos anormales de los ojos.
  • Dificultad para caminar.
  • Convulsiones (“ataques”).
  • Desorientación.
  • Vómitos frecuentes.
  • Salida de sangre o líquido claro por la nariz o el oído.
  • Dolor de cabeza intenso.
  • Desviación de los ojos o de la boca.
  • Pérdida de conciencia (“desmayo”).
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