Estaba pensando que…

Este blog ha pasado por diferentes etapas desde su nacimiento, empezó como un desahogo, simplemente, de un momento de estrés extremo, que le dio nombre al blog, con los dos niños, y los trillis con tres años recién cumplidos, en plena etapa de descubrimiento, los picos de rozas la locura se sucedían casi a diario. Después, la cosa se fue tranquilizando, y como todo, nosotros nos fuimos acostumbrando, y la cosa pasó mas bien a como discurría el día a día de esta familia nuestra tan peculiar. Pero la tan traída y llevada crisis, que azotó esta familia, al  igual que a otras miles en España, y nos obligó a tomar decisiones, y esta fue, como bien sabéis, emigrar, me fui a Dinamarca en busca de un futuro mejor que el, me gustaría llamar incierto, pero la verdad es que era muy cierto e insostenible. Aquí cambió todo, cambiaron las circunstancias, y el blog, también cambió.
Pero el plan D no terminaba de consolidarse, y a pesar de haber sido una gran experiencia,  a la vez que dolorosa, tuvimos que tomar la decisión de abortar el plan.
Una vez en casa, y pasada la euforia inicial, se materializa la pregunta que ya llevaba tiempo rondando en nuestras cabezas, ¿y ahora, que?
Pero el destino, caprichoso, respondió la pregunta por nosotros, y antes de darnos cuenta, estábamos en Javea, Alicante, llevando un restaurante, una oportunidad que nos pusieron en las manos con la mayor de las facilidades, y que, independientemente del resultado, nunca agradeceremos bastante.
Y como el blog es un reflejo nuestro, al que le hago un poco de Photoshop para salir favorecido, en esas estamos ahora.
Lo primero que se te viene a la cabeza ante un cambio así es la inseguridad, tenemos bazas a nuestro favor, mamiestresada es un fenómeno en la cocina, pero la comida de una casa, aunque sea de 7, no es lo mismo que un restaurante, hablamos ingles, que estando en un camping,  es una ventaja, y ya habíamos tenido empresa propia, y no hay nada para saber llevar una empresa, que haber tenido otra antes, (por mas que se halla o no, estudiado empresariales) Pero nunca habíamos regentado un restaurante, y la inseguridad es mucha.
Lo siguiente que te preocupa es la adaptación de los niños, es un cambio radical, de casa, de ciudad, de idioma, y, por supuesto, de colegio. La mayor pudo entrar en un instituto que tiene curso de adaptación, y ha sido todo un éxito para ella, ya que a ella le encanta la lengua inglesa, y hace todo lo que puede por aprenderla, y en su clase, solo son dos españolas, y el resto, se reparte entre latinoamericanos, británicos y americanos, y, aunque va aprendiendo valenciano, donde ella se vuelca ( y me alegro) es en practicar el inglés con sus nuevas amigas.
Los niños tuvieron que entrar en un colegio 100% valenciano, y, aunque esto nos incomodaba bastante, hay que decir que el trato con el personal docente es impecable, y que son excelentes profesionales y personas. Empezaron algo disgustados, no se enteraban de nada, y continuamente tenían que preguntarle al compañero que pasaba, pero rápidamente, y con una capacidad de adaptación increíble, se empezaron a encontrar mas cómodos, hasta el punto que, en solo tres meses, ya hay alguno que otro que suelta mas de una palabra en valenciano en casa sin darse cuenta. Ahora lo peor es para nosotros, a la hora de ayudarles a hacer los deberes en casa…que no pillamos ni palabra.
Volviendo al restaurante, empezar en temporada baja, es un plus de tranquilidad, con la inseguridad que antes mencionaba, es mejor ir poco a poco, lo malo está siendo demasiado poco a poco, esperemos que en Diciembre la cosa vaya subiendo.
Tenemos un local genial, muy luminoso, con mucho espacio, muy nuevo, con terrazas y una gran aparcamiento y esperamos veros por allí a todos los que os animéis a visitarnos, Inma G. ya se ha pasado, por cierto, un placer enorme conocerla en persona, se ven los blogs diferentes después de conocer a la persona que hay detrás.
Para los que queráis echarle un vistazo al restaurante, aquí os dejo el enlace al grupo de  Facebook.

Vuestro amigo y vecino.
El padrestresado.

Sigue leyendo ->

Estaba pensando que…

Este blog ha pasado por diferentes etapas desde su nacimiento, empezó como un desahogo, simplemente, de un momento de estrés extremo, que le dio nombre al blog, con los dos niños, y los trillis con tres años recién cumplidos, en plena etapa de descubrimiento, los picos de rozas la locura se sucedían casi a diario. Después, la cosa se fue tranquilizando, y como todo, nosotros nos fuimos acostumbrando, y la cosa pasó mas bien a como discurría el día a día de esta familia nuestra tan peculiar. Pero la tan traída y llevada crisis, que azotó esta familia, al  igual que a otras miles en España, y nos obligó a tomar decisiones, y esta fue, como bien sabéis, emigrar, me fui a Dinamarca en busca de un futuro mejor que el, me gustaría llamar incierto, pero la verdad es que era muy cierto e insostenible. Aquí cambió todo, cambiaron las circunstancias, y el blog, también cambió.
Pero el plan D no terminaba de consolidarse, y a pesar de haber sido una gran experiencia,  a la vez que dolorosa, tuvimos que tomar la decisión de abortar el plan.
Una vez en casa, y pasada la euforia inicial, se materializa la pregunta que ya llevaba tiempo rondando en nuestras cabezas, ¿y ahora, que?
Pero el destino, caprichoso, respondió la pregunta por nosotros, y antes de darnos cuenta, estábamos en Javea, Alicante, llevando un restaurante, una oportunidad que nos pusieron en las manos con la mayor de las facilidades, y que, independientemente del resultado, nunca agradeceremos bastante.
Y como el blog es un reflejo nuestro, al que le hago un poco de Photoshop para salir favorecido, en esas estamos ahora.
Lo primero que se te viene a la cabeza ante un cambio así es la inseguridad, tenemos bazas a nuestro favor, mamiestresada es un fenómeno en la cocina, pero la comida de una casa, aunque sea de 7, no es lo mismo que un restaurante, hablamos ingles, que estando en un camping,  es una ventaja, y ya habíamos tenido empresa propia, y no hay nada para saber llevar una empresa, que haber tenido otra antes, (por mas que se halla o no, estudiado empresariales) Pero nunca habíamos regentado un restaurante, y la inseguridad es mucha.
Lo siguiente que te preocupa es la adaptación de los niños, es un cambio radical, de casa, de ciudad, de idioma, y, por supuesto, de colegio. La mayor pudo entrar en un instituto que tiene curso de adaptación, y ha sido todo un éxito para ella, ya que a ella le encanta la lengua inglesa, y hace todo lo que puede por aprenderla, y en su clase, solo son dos españolas, y el resto, se reparte entre latinoamericanos, británicos y americanos, y, aunque va aprendiendo valenciano, donde ella se vuelca ( y me alegro) es en practicar el inglés con sus nuevas amigas.
Los niños tuvieron que entrar en un colegio 100% valenciano, y, aunque esto nos incomodaba bastante, hay que decir que el trato con el personal docente es impecable, y que son excelentes profesionales y personas. Empezaron algo disgustados, no se enteraban de nada, y continuamente tenían que preguntarle al compañero que pasaba, pero rápidamente, y con una capacidad de adaptación increíble, se empezaron a encontrar mas cómodos, hasta el punto que, en solo tres meses, ya hay alguno que otro que suelta mas de una palabra en valenciano en casa sin darse cuenta. Ahora lo peor es para nosotros, a la hora de ayudarles a hacer los deberes en casa…que no pillamos ni palabra.
Volviendo al restaurante, empezar en temporada baja, es un plus de tranquilidad, con la inseguridad que antes mencionaba, es mejor ir poco a poco, lo malo está siendo demasiado poco a poco, esperemos que en Diciembre la cosa vaya subiendo.
Tenemos un local genial, muy luminoso, con mucho espacio, muy nuevo, con terrazas y una gran aparcamiento y esperamos veros por allí a todos los que os animéis a visitarnos, Inma G. ya se ha pasado, por cierto, un placer enorme conocerla en persona, se ven los blogs diferentes después de conocer a la persona que hay detrás.
Para los que queráis echarle un vistazo al restaurante, aquí os dejo el enlace al grupo de  Facebook.

Vuestro amigo y vecino.
El padrestresado.

Sigue leyendo ->

De mayor quiero ser…

Conversando con el guaje mientras cenábamos el jueves, nos cuenta que había tenido una actuación de magia en el cole, que el mago se llamaba Javi y que le había gustado mucho. Estaba muy entusiasmado contando cómo se había tragado una pelota y luego se la había sacado del bolsillo. Alarmas “ON”, explicando con la […]

Sigue leyendo ->

Creciendo



Hoy vengo a hablar de mi libro… 


No, no se asusten que no van a tener que comprarse otro libro más estas navidades, porque se lo iban a comprar, ¿no?. Por desgracia el día que repartieron el talento para la prosa estaba de cañas, bueno, y cuando repartieron el talento musical y los cuerpos danone…si, lo reconozco me tiré el curso escolar metido en el bar y como consecuencia de ello corro los 100 metros lisos en tres cuartos de hora, pero a cambio mi paladar distingue entre 300 tipos de cervezas (superen eso).


Va, que me pierdo. 


Yo quería decir que vuelvo a hacerme con los mandos de esta mi ventana al mundo, mi atril, mi patíbulo personal para el palique, la plática y como no, de los rubios. Yes, esos pequeños seres bondado-sos que están viviendo con noso-t… tengo la sensación que
me he vuelto a ir de bares…  me refiero a mis pequeños diablos que están empeñados en que no me aburra, en las próximas 17 vidas, al menos.

Entrando en el último trimestre del año podríamos decir que no ha sido un año fácil, es más, diría que en ocasiones ha sido como vivir en un parking de caravanas en el infierno. Pero aquí estamos, y lo podemos contar.

Hablemos del rizos 

El mayor, el serio, el antaño pequeñoKarateka ahora convertido en el personaje más sensible que puebla la lobocueva.
Mucho ha evolucionado desde la última vez que hablé de él, se ha convertido en un niño muy sociable y cariñoso, inteligente y fanático adorador de la televisión, de lo que pongan, sea lo que sea, él es fan, muy fan.

Aprende rápido, muy rápido y le gusta. Siempre con la antena puesta y siempre para aquello que él quiere, nosevayanapensar. Tu hablas, el parece que está a su bola y tres días más tarde te viene a que le expliques por qué esta mañana dijiste eso u lo otro.
Nota: esta mañana, tiempo utilizado por el pequeñoM, que abarca la franja horaria de «hace una hora» hasta cualquier día de los pasados 3 meses, y si el día es anterior a tres meses, entonces usamos el «cuando yo nací», que eso fue ya hace muuucho y si queremos referirnos a la época de los dinosaurios hablamos de «cuando estaba en tu tripa».

De esa capacidad de aprendizaje se deriva algún efecto secundario que otro, como las mentiras y los insultos, aunque esto último tengo que reconocer que es bastante leve si te comparo con el resto del ganado.

Es un niño muy sensible y orgulloso al que le cuesta aún controlar sus sentimientos, sobre todo la ira y el sueño (en él es un estado anímico más). Poseedor de una gran imaginación y un aún mayor corazón.

Reconozco que esa facilidad para el llanto que posee me saca de mis casillas, que es algo que intento controlar, pero sé que voy a perder en la mayoría de los casos, quizás porque me crié con el «no llores», quizás porque veo en él a aquel niño que fui y mi subsconsciente no quiere que pase por lo mismo o quien sabe, quizás sea un capítulo de mi propia vida cerrado en falso, por mil cosas y por ninguna a la vez. Pero cuando por un simple «es que me ha dicho #pongaaquiloquequiera» comienza a llorar como si mañana se acabara el mundo, el mío se incendia.

Sigues adorando a tus abuelos, a los cuatro y no hay semana que no preguntes eso de «¿cuándo vamos a casa de los abuelos?» o «¿Hoy me quedo a dormir en casa de los abuelos?», es una lástima  que la mitad de ellos estén tan lejos.

Has heredado el gusto por la cocina de tu madre, es decir, «tu lo guisas, yo me lo como» así que tendremos que dejar las clases de cocina para tu hermano, que de saque tampoco anda cojo.

El Rubio

Y ahora hablemos d’lrubio, alias «el pieza«, alias «, alias «el caras«, alias «o a mi modo o de ninguno«, alias «el que no iba a andar«.

Empezaste tarde a andar, al igual que a hablar. En una semana estabas corriendo y temo que en breve te pongan mordaza en el cole para que les dejes decir algo a tus compañeros, porque tu eres de los que llega cuando los demás estamos al postre y te pides el menú completo.

Le has cogido la medida a la mayoría de nosotros, pero sobre todo a tu hermano. Sabes como y cuando hacerle llorar, rabiar, reír  o lo que en ese momento te plazca, y te encanta, de la misma forma que te encanta llevarle la contraria a todo dios, que no hay forma de que obedezcas a la primera y la mayoría de los días ni siquiera a la tercera. Contigo no es que haya que tener  mano izquierda, contigo hay que ser un pulpo de 14 brazos para que al menos media docena sean izquierdos.
Pero es ese carácter el que te hace tan especial a los ojos de los demás, tu lo sabes y sobre todo, sabes como explotarlo y hacerte querer. Que se nos hace muy complicado castigarte o reñirte cuando nos estamos partiendo de risa por dentro por tu última ocurrencia o reacción.
Esa lengua de trapo va a ser nuestra perdición, lo sabemos. Pero es que es muy gracioso ver como intentas explicarte o que te entendamos y me temo, que o hablas un idioma que aún desconocemos o hemos perdido oído. 

Has entrado en eso que los mayores llamamos «los terribles dos» con la sutileza de un elefante en una exposición de copas de balón. Dispuesto a cogerte todos los berrinches que te corresponden a ti y los que dejó por cogerse tu hermano. Así eres tú, o todo o nada , sin grises. 

Esperemos salir vivos de esta.

Sígueme
Sigue leyendo ->

Creciendo



Hoy vengo a hablar de mi libro… 


No, no se asusten que no van a tener que comprarse otro libro más estas navidades, porque se lo iban a comprar, ¿no?. Por desgracia el día que repartieron el talento para la prosa estaba de cañas, bueno, y cuando repartieron el talento musical y los cuerpos danone…si, lo reconozco me tiré el curso escolar metido en el bar y como consecuencia de ello corro los 100 metros lisos en tres cuartos de hora, pero a cambio mi paladar distingue entre 300 tipos de cervezas (superen eso).


Va, que me pierdo. 


Yo quería decir que vuelvo a hacerme con los mandos de esta mi ventana al mundo, mi atril, mi patíbulo personal para el palique, la plática y como no, de los rubios. Yes, esos pequeños seres bondado-sos que están viviendo con noso-t… tengo la sensación que
me he vuelto a ir de bares…  me refiero a mis pequeños diablos que están empeñados en que no me aburra, en las próximas 17 vidas, al menos.

Entrando en el último trimestre del año podríamos decir que no ha sido un año fácil, es más, diría que en ocasiones ha sido como vivir en un parking de caravanas en el infierno. Pero aquí estamos, y lo podemos contar.

Hablemos del rizos 

El mayor, el serio, el antaño pequeñoKarateka ahora convertido en el personaje más sensible que puebla la lobocueva.
Mucho ha evolucionado desde la última vez que hablé de él, se ha convertido en un niño muy sociable y cariñoso, inteligente y fanático adorador de la televisión, de lo que pongan, sea lo que sea, él es fan, muy fan.

Aprende rápido, muy rápido y le gusta. Siempre con la antena puesta y siempre para aquello que él quiere, nosevayanapensar. Tu hablas, el parece que está a su bola y tres días más tarde te viene a que le expliques por qué esta mañana dijiste eso u lo otro.
Nota: esta mañana, tiempo utilizado por el pequeñoM, que abarca la franja horaria de «hace una hora» hasta cualquier día de los pasados 3 meses, y si el día es anterior a tres meses, entonces usamos el «cuando yo nací», que eso fue ya hace muuucho y si queremos referirnos a la época de los dinosaurios hablamos de «cuando estaba en tu tripa».

De esa capacidad de aprendizaje se deriva algún efecto secundario que otro, como las mentiras y los insultos, aunque esto último tengo que reconocer que es bastante leve si te comparo con el resto del ganado.

Es un niño muy sensible y orgulloso al que le cuesta aún controlar sus sentimientos, sobre todo la ira y el sueño (en él es un estado anímico más). Poseedor de una gran imaginación y un aún mayor corazón.

Reconozco que esa facilidad para el llanto que posee me saca de mis casillas, que es algo que intento controlar, pero sé que voy a perder en la mayoría de los casos, quizás porque me crié con el «no llores», quizás porque veo en él a aquel niño que fui y mi subsconsciente no quiere que pase por lo mismo o quien sabe, quizás sea un capítulo de mi propia vida cerrado en falso, por mil cosas y por ninguna a la vez. Pero cuando por un simple «es que me ha dicho #pongaaquiloquequiera» comienza a llorar como si mañana se acabara el mundo, el mío se incendia.

Sigues adorando a tus abuelos, a los cuatro y no hay semana que no preguntes eso de «¿cuándo vamos a casa de los abuelos?» o «¿Hoy me quedo a dormir en casa de los abuelos?», es una lástima  que la mitad de ellos estén tan lejos.

Has heredado el gusto por la cocina de tu madre, es decir, «tu lo guisas, yo me lo como» así que tendremos que dejar las clases de cocina para tu hermano, que de saque tampoco anda cojo.

El Rubio

Y ahora hablemos d’lrubio, alias «el pieza«, alias «, alias «el caras«, alias «o a mi modo o de ninguno«, alias «el que no iba a andar«.

Empezaste tarde a andar, al igual que a hablar. En una semana estabas corriendo y temo que en breve te pongan mordaza en el cole para que les dejes decir algo a tus compañeros, porque tu eres de los que llega cuando los demás estamos al postre y te pides el menú completo.

Le has cogido la medida a la mayoría de nosotros, pero sobre todo a tu hermano. Sabes como y cuando hacerle llorar, rabiar, reír  o lo que en ese momento te plazca, y te encanta, de la misma forma que te encanta llevarle la contraria a todo dios, que no hay forma de que obedezcas a la primera y la mayoría de los días ni siquiera a la tercera. Contigo no es que haya que tener  mano izquierda, contigo hay que ser un pulpo de 14 brazos para que al menos media docena sean izquierdos.
Pero es ese carácter el que te hace tan especial a los ojos de los demás, tu lo sabes y sobre todo, sabes como explotarlo y hacerte querer. Que se nos hace muy complicado castigarte o reñirte cuando nos estamos partiendo de risa por dentro por tu última ocurrencia o reacción.
Esa lengua de trapo va a ser nuestra perdición, lo sabemos. Pero es que es muy gracioso ver como intentas explicarte o que te entendamos y me temo, que o hablas un idioma que aún desconocemos o hemos perdido oído. 

Has entrado en eso que los mayores llamamos «los terribles dos» con la sutileza de un elefante en una exposición de copas de balón. Dispuesto a cogerte todos los berrinches que te corresponden a ti y los que dejó por cogerse tu hermano. Así eres tú, o todo o nada , sin grises. 

Esperemos salir vivos de esta.

Sígueme
Sigue leyendo ->

El día en que Mallafré se rompió el brazo

Las de submarinos, sin duda; las películas que prefiero son las de submarinos. Ese juego del gato y el ratón con los enemigos, ese sepulcral silencio exterior… ¡esa claustrofobia! Y, por encima de todo, esos fantásticos capitanes capaces de emitir seis o siete órdenes seguidas sin apenas respiro, y siempre a gritos. “¡Cierren la escotilla de babor!”, “¡Póngame en comunicación con el contramaestre!”, “¡Bajen el periscopio!”, “¡Preparen misil número dos!”… “¡Lancen contramedidas!”. Es mi género preferido, sin duda. Y no puedo oír esa maravillosa retahíla de órdenes sin recordar el día en que Mallafré se rompió el brazo.
Fue en el patio del colegio, hace ya muchos años, cuando apenas teníamos doce o trece. Jugábamos al fútbol y en realidad no sé cómo sucedió: recuerdo, sí, el silencio sepulcral que se apoderó de todos, Mallafré incluido. En la caída, el brazo se le había roto por un par de sitios y le colgaba como un guiñapo ante su atónita mirada. Y la nuestra. Lo siguiente fue la inmediata aparición del Hermano Agustí, llegando desde la banda y cruzando el patio a grandes y decididas zancadas. Y dando órdenes: “¡No le toquéis!” “¡Apartaos!” “¡Subid a clase! ¡Todos!”. Borderas, no sé por qué él, recibió una orden directa del Hermano Agustí: “Corre, Borderas, rápido, a consejería, avisa al señor Vicente que llame a una ambulancia!”. El Hermano, de quien jamás habría sospechado yo esos dotes de mando, cogió delicada y eficazmente a Mallafré, que a esas alturas ya se había desmayado, sin proferir un solo gritito, y se lo llevó en volandas. El silencio seguía siendo sepulcral y lo fue toda la tarde, incluso cuando ya estábamos otra vez en clase.
Mallafré tardó unos días en volver, aparatosamente enyesado y, estoy seguro, esperando lucir su protagonismo. Craso error. Mallafré no tardó en darse cuenta del anónimo papel que le tocó vivir en la tragedia. Los protagonistas, quedó claro, no fueron ni él ni tampoco el Hermano Agustí. Fuimos nosotros, que llevábamos días contándonos los unos a los otros qué vimos, qué sentimos, qué hicimos en esos breves segundos que sucedieron entre la caída de Mallafré y la marcha del Hermano con nuestro compañero en brazos. Nos contamos la historia, la recordamos, la mejoramos.

-Cuando llegó la ambulancia… –empezó Mallafré.
-Tú que sabrás, tú estabas desmayado –le corregimos.

Las películas de submarinos, sin duda.

Sigue leyendo ->

El día en que Mallafré se rompió el brazo

Las de submarinos, sin duda; las películas que prefiero son las de submarinos. Ese juego del gato y el ratón con los enemigos, ese sepulcral silencio exterior… ¡esa claustrofobia! Y, por encima de todo, esos fantásticos capitanes capaces de emitir seis o siete órdenes seguidas sin apenas respiro, y siempre a gritos. “¡Cierren la escotilla de babor!”, “¡Póngame en comunicación con el contramaestre!”, “¡Bajen el periscopio!”, “¡Preparen misil número dos!”… “¡Lancen contramedidas!”. Es mi género preferido, sin duda. Y no puedo oír esa maravillosa retahíla de órdenes sin recordar el día en que Mallafré se rompió el brazo.
Fue en el patio del colegio, hace ya muchos años, cuando apenas teníamos doce o trece. Jugábamos al fútbol y en realidad no sé cómo sucedió: recuerdo, sí, el silencio sepulcral que se apoderó de todos, Mallafré incluido. En la caída, el brazo se le había roto por un par de sitios y le colgaba como un guiñapo ante su atónita mirada. Y la nuestra. Lo siguiente fue la inmediata aparición del Hermano Agustí, llegando desde la banda y cruzando el patio a grandes y decididas zancadas. Y dando órdenes: “¡No le toquéis!” “¡Apartaos!” “¡Subid a clase! ¡Todos!”. Borderas, no sé por qué él, recibió una orden directa del Hermano Agustí: “Corre, Borderas, rápido, a consejería, avisa al señor Vicente que llame a una ambulancia!”. El Hermano, de quien jamás habría sospechado yo esos dotes de mando, cogió delicada y eficazmente a Mallafré, que a esas alturas ya se había desmayado, sin proferir un solo gritito, y se lo llevó en volandas. El silencio seguía siendo sepulcral y lo fue toda la tarde, incluso cuando ya estábamos otra vez en clase.
Mallafré tardó unos días en volver, aparatosamente enyesado y, estoy seguro, esperando lucir su protagonismo. Craso error. Mallafré no tardó en darse cuenta del anónimo papel que le tocó vivir en la tragedia. Los protagonistas, quedó claro, no fueron ni él ni tampoco el Hermano Agustí. Fuimos nosotros, que llevábamos días contándonos los unos a los otros qué vimos, qué sentimos, qué hicimos en esos breves segundos que sucedieron entre la caída de Mallafré y la marcha del Hermano con nuestro compañero en brazos. Nos contamos la historia, la recordamos, la mejoramos.

-Cuando llegó la ambulancia… –empezó Mallafré.
-Tú que sabrás, tú estabas desmayado –le corregimos.

Las películas de submarinos, sin duda.

Sigue leyendo ->

Correr en Montaña y Seguridad

Desde hace algún tiempo el denominado «Trail running» a pasado a popularizarse llegando a convertirse en una moda, y para ello no tenemos más que observar el incremento exponencial que este tipo de pruebas han tenido en el calendario de los últimos años.
«Correr por el monte» se hace desde siempre, unas veces como entrenamiento y otras como medio para llegar a lugares más distantes en menos tiempo.
Hasta no hace mucho los corredores proveníamos de la montaña y normalmente el conocimiento del medio y sus riesgos se daban por hecho.

Con la popularización y el aumento de practicantes se ha conseguido una especialización y un abaratamiento del material. Pero de la misma forma hay un gran grupo  con un desconocimiento en materia de seguridad en montaña, principalmente los llegados de disciplinas como el atletismo, triatlón, ciclismo etc..y que en muchos casos no han tenido contacto anterior con el medio en que se desarrolla esta actividad.
Las carreras cuentan con todo un equipo organizativo que normalmente vela por nuestra seguridad marcando el recorrido, colocando avituallamientos e indicándonos el material obligatorio. El problema surge cuando vamos a entrenar o planificamos nuestras propias rutas.
Hace poco fuí a correr aprovechando el espectacular Otoño de Ordesa por una de sus rutas más emblemáticas, la faja de las flores y pensando en ello decidí que lo mejor es enseñar que llevo en la mochila para explicar de manera visual en que consiste eso de la seguridad.

Todo comienza desde el momento que planificas tu actividad al elegir el material y seleccionar la información que necesitarás. La preparación y consulta metereológica son imprescindibles.
Salir solo nunca es recomendable pero es cierto que en muchas ocasiones la elección de correr viene dada por la falta de tiempo y contar con una persona con tus mismos condicionantes es complicado, cuando no una opción personal por las propias características de este deporte.
A modo de ejemplo os adjunto un vídeo con las cosas que formaron parte de mi mochila en esa excursión. ¿vosotros qué llevais?

Sigue leyendo ->

Correr en Montaña y Seguridad

Desde hace algún tiempo el denominado «Trail running» a pasado a popularizarse llegando a convertirse en una moda, y para ello no tenemos más que observar el incremento exponencial que este tipo de pruebas han tenido en el calendario de los últimos años.
«Correr por el monte» se hace desde siempre, unas veces como entrenamiento y otras como medio para llegar a lugares más distantes en menos tiempo.
Hasta no hace mucho los corredores proveníamos de la montaña y normalmente el conocimiento del medio y sus riesgos se daban por hecho.

Con la popularización y el aumento de practicantes se ha conseguido una especialización y un abaratamiento del material. Pero de la misma forma hay un gran grupo  con un desconocimiento en materia de seguridad en montaña, principalmente los llegados de disciplinas como el atletismo, triatlón, ciclismo etc..y que en muchos casos no han tenido contacto anterior con el medio en que se desarrolla esta actividad.
Las carreras cuentan con todo un equipo organizativo que normalmente vela por nuestra seguridad marcando el recorrido, colocando avituallamientos e indicándonos el material obligatorio. El problema surge cuando vamos a entrenar o planificamos nuestras propias rutas.
Hace poco fuí a correr aprovechando el espectacular Otoño de Ordesa por una de sus rutas más emblemáticas, la faja de las flores y pensando en ello decidí que lo mejor es enseñar que llevo en la mochila para explicar de manera visual en que consiste eso de la seguridad.

Todo comienza desde el momento que planificas tu actividad al elegir el material y seleccionar la información que necesitarás. La preparación y consulta metereológica son imprescindibles.
Salir solo nunca es recomendable pero es cierto que en muchas ocasiones la elección de correr viene dada por la falta de tiempo y contar con una persona con tus mismos condicionantes es complicado, cuando no una opción personal por las propias características de este deporte.
A modo de ejemplo os adjunto un vídeo con las cosas que formaron parte de mi mochila en esa excursión. ¿vosotros qué llevais?

Sigue leyendo ->

"Yo puedo" Nutriendo resiliencia en nuestros hijos

«YO PUEDO»
NUTRIENDO RESILIENCIA EN NUESTROS HIJOS


Se sentía atraído por el reto, pero tenía miedo.
Mucha altura, agua fría en medio, lo deseaba pero el miedo le echaba para atrás.

Nosotros le observábamos. El también a nosotros buscando claves.

No le dijimos que no lo hiciera, no le dijimos que se podía hacer daño, no le dijimos que se iba a manchar de barro, no de dijimos que no podía.
Le dijimos: «si crees que puedes, puedes».

Y el gritó fuerte, muy fuerte: YO PUEDO

Y saltó.





Sigue leyendo ->

"Yo puedo" Nutriendo resiliencia en nuestros hijos

«YO PUEDO»
NUTRIENDO RESILIENCIA EN NUESTROS HIJOS


Se sentía atraído por el reto, pero tenía miedo.
Mucha altura, agua fría en medio, lo deseaba pero el miedo le echaba para atrás.

Nosotros le observábamos. El también a nosotros buscando claves.

No le dijimos que no lo hiciera, no le dijimos que se podía hacer daño, no le dijimos que se iba a manchar de barro, no de dijimos que no podía.
Le dijimos: «si crees que puedes, puedes».

Y el gritó fuerte, muy fuerte: YO PUEDO

Y saltó.





Sigue leyendo ->

"Ayudando a pasar por el divorcio": una guía para padres/madres

La separación y el divorcio son unas realidades cada vez más comunes pero no por ello dejan de ser dolorosas, especialmente para los hijos. Por ello una guía que ayuda a la transición a las familias que pasan por un proceso de divorcio puede resultar útil a esos padres.
Se trata de una guía elaborada por la Fundación para la Responsabilidad Cívica y las Artes de la “Liga Unión” para apoyar a la familia durante el proceso de divorcio y que da respuesta a muchas preguntas que se plantean los padres ante tal trance.
Y es que ante un período de gran crisis emocional y transición para padres e hijos, y aunque cada divorcio y situación familiar es diferente, sí suele haber unos sentimiento comunes provenientes del dolor que sienten los niños por no poder hacer nada para remediar la situación:

Los niños pasan por diferentes niveles de reacciones tales como coraje, negación, miedo, culpabilidad, inseguridad, tristeza, depresión, y regresión, entre otras ansiedades menores, todas estas son reacciones normales en lo que se refiere a una pérdida. Tanto los niños como los adultos, tienen que pasar por este “proceso de pena” para llegar con el tiempo a aceptar la pérdida y seguir adelante.

En la guía se ofrecen consejos sobre lo que no se debería hacer, por el bien de los hijos, durante el proceso de divorcio, como menospreciar a la otra parte buscando que el hijo o los hijos tomen partido por el padre o la madre.
Las reacciones que se pueden esperar por parte de los hijos, las señales de advertencia para saber que el niño necesita alguna ayuda externa, qué es lo mas útil que pueden hacer los padres por ellos, qué constituye abuso y cómo lo afrontan los niños, cuáles son los derechos de los pequeños… también son cuestiones que aborda esta guía.
Es una ayuda para afrontar las situaciones más comunes que se producen durante la separación, situaciones difíciles para los niños, y que se puede descargar online. Esperamos que si tenéis niños y estáis pasando por este trance el documento “Ayudando a pasar por el divorcio: una guía para padres de familia” os sea de utilidad.
Sigue leyendo ->

"Ayudando a pasar por el divorcio": una guía para padres/madres

La separación y el divorcio son unas realidades cada vez más comunes pero no por ello dejan de ser dolorosas, especialmente para los hijos. Por ello una guía que ayuda a la transición a las familias que pasan por un proceso de divorcio puede resultar útil a esos padres.
Se trata de una guía elaborada por la Fundación para la Responsabilidad Cívica y las Artes de la “Liga Unión” para apoyar a la familia durante el proceso de divorcio y que da respuesta a muchas preguntas que se plantean los padres ante tal trance.
Y es que ante un período de gran crisis emocional y transición para padres e hijos, y aunque cada divorcio y situación familiar es diferente, sí suele haber unos sentimiento comunes provenientes del dolor que sienten los niños por no poder hacer nada para remediar la situación:

Los niños pasan por diferentes niveles de reacciones tales como coraje, negación, miedo, culpabilidad, inseguridad, tristeza, depresión, y regresión, entre otras ansiedades menores, todas estas son reacciones normales en lo que se refiere a una pérdida. Tanto los niños como los adultos, tienen que pasar por este “proceso de pena” para llegar con el tiempo a aceptar la pérdida y seguir adelante.

En la guía se ofrecen consejos sobre lo que no se debería hacer, por el bien de los hijos, durante el proceso de divorcio, como menospreciar a la otra parte buscando que el hijo o los hijos tomen partido por el padre o la madre.
Las reacciones que se pueden esperar por parte de los hijos, las señales de advertencia para saber que el niño necesita alguna ayuda externa, qué es lo mas útil que pueden hacer los padres por ellos, qué constituye abuso y cómo lo afrontan los niños, cuáles son los derechos de los pequeños… también son cuestiones que aborda esta guía.
Es una ayuda para afrontar las situaciones más comunes que se producen durante la separación, situaciones difíciles para los niños, y que se puede descargar online. Esperamos que si tenéis niños y estáis pasando por este trance el documento “Ayudando a pasar por el divorcio: una guía para padres de familia” os sea de utilidad.
Sigue leyendo ->

Consejos para los padres: fiebre, catarro, diarrea, vómitos y traumatismo

11/06/2012
Fuente: 
Hospital del Mar

Es muy común que los más pequeños enfermen a menudo y sufran diferentes dolencias que los padres no saben cómo atender. ElHospital del Mar ha publicado un manual sobre la fiebre, los resfriados, la diarrea, los vómitos y los traumatismos, con una serie de consejos sobre cómo tratar estas enfermedades, tan frecuentes en los niños.

FIEBRE

  • Cuando el niño tiene fiebre es conveniente quitarle ropa.
  • Se pueden administrar antitérmicos cuando la temperatura axilar es superior a 38 ºC. La dosis la debe indicar el médico.
  • Es aconsejable bañar al niño con agua templada aproximadamente durante 15-20 minutos.
  • Se le deben ofrecer líquidos azucarados para beber, en pequeñas cantidades y con frecuencia. No forzar la alimentación.
  • El niño con fiebre puede jugar si se encuentra animado y también puede salir de casa.
Motivos de consulta con el pediatra:
  • Fiebre superior a 40 ºC.
  • Fiebre en un niño menor de 3 meses.
  • Fiebre difícil de controlar con medidas habituales (quitar ropa, antitérmicos, baño, etc.).
  • Presenta alguno de los siguientes síntomas:
    • Convulsiones (“ataques”).
    • Manchas en la piel.
    • Dificultad para respirar.
    • Sensación de gravedad, irritabilidad o mal color.

CATARRO DE VÍAS ALTAS

  • El niño debe beber abundantes líquidos.
  • Puede estar inapetente. No se debe forzar la alimentación.
  • Si tiene fiebre (temperatura axilar mayor de 38 ºC), se le debe quitar ropa, y se le puede administrar un antitérmico.
  • Es aconsejable darle un baño con agua templada aproximadamente durante 15–20 minutos.
  • Si el niño se encuentra bien, sin fiebre u otro síntoma que interfiera en su actividad, puede ir al colegio.
  • Si el niño tiene la nariz tapada se deben hacer lavados con suero fisiológico.
Lavados nasales:
  • Colocar al niño acostado boca arriba y con la cabeza girada a un costado y vaciarle en el orificio nasal que queda más alto, 1 cc de suero fisiológico con una jeringuilla. Luego girar la cabeza al lado contrario y hacer lo mismo.
  • Si el niño tiene más de un año se pueden administrar 2 cc en cada orificio nasal.
  • Se puede repetir varias veces al día, sobre todo antes de dormir y un rato antes de comer.
Preparación casera del suero fisiológico:
  • Poner media cucharilla rasa de café de sal en un vaso grande y llenarlo con agua del grifo, disolverlo bien y se obtendrá aproximadamente un cuarto de litro de suero fisiológico.
  • Guardar el suero en un frasco de cristal.
  • Cambiarlo cada 2 días.

DIARREA (GASTROENTERITIS)

  • Diarrea leve: deposiciones pastosas o grumosas, algunas verdes o con moco.
  • Diarrea moderada: deposiciones líquidas o semilíquidas en número superior al habitual.
  • Diarrea grave: deposiciones líquidas y explosivas en gran cantidad, a las que se suman vómitos.
Alimentación del niño con diarrea leve o moderada:
1. Si toma lactancia materna.

  • Si tiene diarrea leve: se debe continuar con la lactancia materna.
  • Si tiene diarrea moderada: se le deben ofrecer tomas más frecuentes; se puede sustituir alguna toma por agua de arroz (se indica más adelante cómo se prepara).
2. Si toma lactancia artificial.
  • Si tiene diarrea leve: se debe continuar igual.
  • Si tiene diarrea moderada: se deben preparar los biberones con la mitad de cacitos de leche de lo habitual; por ejemplo, si pone 4 cacitos de leche en 120 cc de agua, ahora pondrá 2 cacitos de leche; esto se hará en cada toma durante un día y al día siguiente, se seguirá con la proporción normal.
3. Si toma alimentación complementaria.
  • La papilla de frutas se prepara sólo con manzana y plátano.
  • La papilla de cereales se prepara sólo con sémola de arroz.
  • El puré de verduras puede prepararse con patata, zanahoria o arroz hervido.
  • Pollo sin piel, pescado blanco o ternera (si ya se habían introducido), hervidos o a la plancha.
4. Si el niño presenta vómitos.
  • Hay que ofrecer líquidos fraccionados y con frecuencia, básicamente Sueroral‚ hiposódico, Isotonar, agua de arroz o suero casero con azúcar y sal.
Motivos de consulta con el pediatra:
  • El niño/a tiene una diarrea grave.
  • Rechaza completamente los líquidos.
  • Está exageradamente postrado o muy somnoliento.
  • Tiene vómitos muy frecuentes.
  • Tiene fiebre alta y que no baja con medidas antitérmicas habituales.
Preparación de soluciones líquidas para tratar las diarreas en los niños:
Sueroral, hiposódico:
  • Diluir el contenido de un sobre en un litro de agua (puede ser del grifo).
  • Se administra a temperatura ambiente.
  • La mezcla sólo puede usarse durante 24 horas; luego, hay que hacerla de nuevo.
Isotonar:
  • Verter el contenido de un sobre en el biberón vacío, agregar 250 cc de agua tibia y agitar para que se disuelva.
  • La mezcla sólo puede usarse durante 24 horas; luego, hay que hacerla de nuevo.
Agua de arroz:
  • Poner a hervir un litro de agua y añadir una taza de las de café de arroz.
  • Se deja hervir aproximadamente media hora, luego se pasa por un colador y se guarda el agua en la nevera.
  • Sólo puede usarse durante 24 horas; luego, hay que hacerla de nuevo.
Suero casero con azúcar y sal:
  • Disolver en 250 cc de agua, una cucharadita de las de café de sal y dos cucharaditas de las de café de azúcar.
  • Se pueden añadir unas gotas de zumo de limón.
  • La mezcla sólo puede usarse durante 24 horas; luego, hay que hacerla de nuevo.

VÓMITO

  • Al niño se le deben ofrecer líquidos de forma fraccionada y lentamente. Por ejemplo, 5-10 cc cada 10 minutos, hasta que hayan pasado 2 o 3 horas sin ningún vómito. Posteriormente, se ofrece más cantidad y más espaciada (por ejemplo, 20-25 cc cada 20 minutos).
  • Si cesan los vómitos, se puede iniciar una dieta sencilla sin grasas.
  • No se debe forzar la alimentación.
  • Si no ceden los vómitos, es mejor esperar un rato sin ofrecerle líquidos y después volver a probar la tolerancia. Pueden ser útiles las chuches de azúcar al principio, cuando acaba de vomitar y si el niño tiene “cetona”.
Motivos de consulta con el pediatra:
  • A pesar de todo sigue vomitando.
  • Aumenta la cantidad o la frecuencia de los vómitos.
  • Los vómitos persisten más de 12 horas.
  • Aparecen signos de deshidratación: orina poco, moja poco los pañales, llora sin lágrimas, pierde peso, tiene la boca seca, está poco activo o irritable.
  • Está dormido constantemente o cuesta despertarlo.

TRAUMATISMO CRANEAL

  • Es necesario observar de cerca al niño durante 24 horas.
  • Después de un golpe en la cabeza, es frecuente que el niño presente algún vómito aislado y que tenga sueño, se le puede dejar dormir y al cabo de 2-3 horas despertarlo.
  • Si tiene dolor de cabeza, se le puede administrar un analgésico.
Motivos de consulta con el pediatra:
  • Tendencia al sueño o dificultad para despertarlo.
  • Visión borrosa o movimientos anormales de los ojos.
  • Dificultad para caminar.
  • Convulsiones (“ataques”).
  • Desorientación.
  • Vómitos frecuentes.
  • Salida de sangre o líquido claro por la nariz o el oído.
  • Dolor de cabeza intenso.
  • Desviación de los ojos o de la boca.
  • Pérdida de conciencia (“desmayo”).
Sigue leyendo ->

Consejos para los padres: fiebre, catarro, diarrea, vómitos y traumatismo

11/06/2012
Fuente: 
Hospital del Mar

Es muy común que los más pequeños enfermen a menudo y sufran diferentes dolencias que los padres no saben cómo atender. ElHospital del Mar ha publicado un manual sobre la fiebre, los resfriados, la diarrea, los vómitos y los traumatismos, con una serie de consejos sobre cómo tratar estas enfermedades, tan frecuentes en los niños.

FIEBRE

  • Cuando el niño tiene fiebre es conveniente quitarle ropa.
  • Se pueden administrar antitérmicos cuando la temperatura axilar es superior a 38 ºC. La dosis la debe indicar el médico.
  • Es aconsejable bañar al niño con agua templada aproximadamente durante 15-20 minutos.
  • Se le deben ofrecer líquidos azucarados para beber, en pequeñas cantidades y con frecuencia. No forzar la alimentación.
  • El niño con fiebre puede jugar si se encuentra animado y también puede salir de casa.
Motivos de consulta con el pediatra:
  • Fiebre superior a 40 ºC.
  • Fiebre en un niño menor de 3 meses.
  • Fiebre difícil de controlar con medidas habituales (quitar ropa, antitérmicos, baño, etc.).
  • Presenta alguno de los siguientes síntomas:
    • Convulsiones (“ataques”).
    • Manchas en la piel.
    • Dificultad para respirar.
    • Sensación de gravedad, irritabilidad o mal color.

CATARRO DE VÍAS ALTAS

  • El niño debe beber abundantes líquidos.
  • Puede estar inapetente. No se debe forzar la alimentación.
  • Si tiene fiebre (temperatura axilar mayor de 38 ºC), se le debe quitar ropa, y se le puede administrar un antitérmico.
  • Es aconsejable darle un baño con agua templada aproximadamente durante 15–20 minutos.
  • Si el niño se encuentra bien, sin fiebre u otro síntoma que interfiera en su actividad, puede ir al colegio.
  • Si el niño tiene la nariz tapada se deben hacer lavados con suero fisiológico.
Lavados nasales:
  • Colocar al niño acostado boca arriba y con la cabeza girada a un costado y vaciarle en el orificio nasal que queda más alto, 1 cc de suero fisiológico con una jeringuilla. Luego girar la cabeza al lado contrario y hacer lo mismo.
  • Si el niño tiene más de un año se pueden administrar 2 cc en cada orificio nasal.
  • Se puede repetir varias veces al día, sobre todo antes de dormir y un rato antes de comer.
Preparación casera del suero fisiológico:
  • Poner media cucharilla rasa de café de sal en un vaso grande y llenarlo con agua del grifo, disolverlo bien y se obtendrá aproximadamente un cuarto de litro de suero fisiológico.
  • Guardar el suero en un frasco de cristal.
  • Cambiarlo cada 2 días.

DIARREA (GASTROENTERITIS)

  • Diarrea leve: deposiciones pastosas o grumosas, algunas verdes o con moco.
  • Diarrea moderada: deposiciones líquidas o semilíquidas en número superior al habitual.
  • Diarrea grave: deposiciones líquidas y explosivas en gran cantidad, a las que se suman vómitos.
Alimentación del niño con diarrea leve o moderada:
1. Si toma lactancia materna.

  • Si tiene diarrea leve: se debe continuar con la lactancia materna.
  • Si tiene diarrea moderada: se le deben ofrecer tomas más frecuentes; se puede sustituir alguna toma por agua de arroz (se indica más adelante cómo se prepara).
2. Si toma lactancia artificial.
  • Si tiene diarrea leve: se debe continuar igual.
  • Si tiene diarrea moderada: se deben preparar los biberones con la mitad de cacitos de leche de lo habitual; por ejemplo, si pone 4 cacitos de leche en 120 cc de agua, ahora pondrá 2 cacitos de leche; esto se hará en cada toma durante un día y al día siguiente, se seguirá con la proporción normal.
3. Si toma alimentación complementaria.
  • La papilla de frutas se prepara sólo con manzana y plátano.
  • La papilla de cereales se prepara sólo con sémola de arroz.
  • El puré de verduras puede prepararse con patata, zanahoria o arroz hervido.
  • Pollo sin piel, pescado blanco o ternera (si ya se habían introducido), hervidos o a la plancha.
4. Si el niño presenta vómitos.
  • Hay que ofrecer líquidos fraccionados y con frecuencia, básicamente Sueroral‚ hiposódico, Isotonar, agua de arroz o suero casero con azúcar y sal.
Motivos de consulta con el pediatra:
  • El niño/a tiene una diarrea grave.
  • Rechaza completamente los líquidos.
  • Está exageradamente postrado o muy somnoliento.
  • Tiene vómitos muy frecuentes.
  • Tiene fiebre alta y que no baja con medidas antitérmicas habituales.
Preparación de soluciones líquidas para tratar las diarreas en los niños:
Sueroral, hiposódico:
  • Diluir el contenido de un sobre en un litro de agua (puede ser del grifo).
  • Se administra a temperatura ambiente.
  • La mezcla sólo puede usarse durante 24 horas; luego, hay que hacerla de nuevo.
Isotonar:
  • Verter el contenido de un sobre en el biberón vacío, agregar 250 cc de agua tibia y agitar para que se disuelva.
  • La mezcla sólo puede usarse durante 24 horas; luego, hay que hacerla de nuevo.
Agua de arroz:
  • Poner a hervir un litro de agua y añadir una taza de las de café de arroz.
  • Se deja hervir aproximadamente media hora, luego se pasa por un colador y se guarda el agua en la nevera.
  • Sólo puede usarse durante 24 horas; luego, hay que hacerla de nuevo.
Suero casero con azúcar y sal:
  • Disolver en 250 cc de agua, una cucharadita de las de café de sal y dos cucharaditas de las de café de azúcar.
  • Se pueden añadir unas gotas de zumo de limón.
  • La mezcla sólo puede usarse durante 24 horas; luego, hay que hacerla de nuevo.

VÓMITO

  • Al niño se le deben ofrecer líquidos de forma fraccionada y lentamente. Por ejemplo, 5-10 cc cada 10 minutos, hasta que hayan pasado 2 o 3 horas sin ningún vómito. Posteriormente, se ofrece más cantidad y más espaciada (por ejemplo, 20-25 cc cada 20 minutos).
  • Si cesan los vómitos, se puede iniciar una dieta sencilla sin grasas.
  • No se debe forzar la alimentación.
  • Si no ceden los vómitos, es mejor esperar un rato sin ofrecerle líquidos y después volver a probar la tolerancia. Pueden ser útiles las chuches de azúcar al principio, cuando acaba de vomitar y si el niño tiene “cetona”.
Motivos de consulta con el pediatra:
  • A pesar de todo sigue vomitando.
  • Aumenta la cantidad o la frecuencia de los vómitos.
  • Los vómitos persisten más de 12 horas.
  • Aparecen signos de deshidratación: orina poco, moja poco los pañales, llora sin lágrimas, pierde peso, tiene la boca seca, está poco activo o irritable.
  • Está dormido constantemente o cuesta despertarlo.

TRAUMATISMO CRANEAL

  • Es necesario observar de cerca al niño durante 24 horas.
  • Después de un golpe en la cabeza, es frecuente que el niño presente algún vómito aislado y que tenga sueño, se le puede dejar dormir y al cabo de 2-3 horas despertarlo.
  • Si tiene dolor de cabeza, se le puede administrar un analgésico.
Motivos de consulta con el pediatra:
  • Tendencia al sueño o dificultad para despertarlo.
  • Visión borrosa o movimientos anormales de los ojos.
  • Dificultad para caminar.
  • Convulsiones (“ataques”).
  • Desorientación.
  • Vómitos frecuentes.
  • Salida de sangre o líquido claro por la nariz o el oído.
  • Dolor de cabeza intenso.
  • Desviación de los ojos o de la boca.
  • Pérdida de conciencia (“desmayo”).
Sigue leyendo ->

Días de boda

Ayer tuve una boda, y digo tuve, debido a que la mama embarazada ya no esta para mucho trote y ayer se quedo en el dique seco, ya que después de comer, deja de ser persona humana y necesita desfallecer.Uno de los comentarios mas escuchados era, que com…

Sigue leyendo ->

De Sabiñánigo a Donosti por la Traspyr.

En este año el reto de los mágníficos pasaba por terminar el proyecto iniciado en 2012 de recorrer los Pirineos de mar a mar por la exigente ruta de la «Traspyr». Serán tres jornadas que en esta ocasión  tomamos de diferente manera con la intención de disfrutar. Además se une al grupo otro de los magníficos Fernando que sin duda forjo lo que a la postre sería la frase del viaje..»Loberadaaaa..», para aludir a todas esas partes sin sentido que únicamente pretendían el sufrimiento físico sin apenas recompensa.

De Siresa a Anso..

Luis y Alberto corrieron la Quebrantahuesos y como buenos «machotes» que están hechos al día siguiente afrontaron nuestra ruta.
El comienzo fué relajado, Yo aun tenía trabajo esa mañana y los retoques de última hora hicieron que el pedaleo comenzase casi a la una. Para ese día 24 el objetivo era únicamente comenzar a rodar hasta donde llegásemos, para unos lenta puesta en forma y para otros recuperadora jornada.
Salimos por la Val Estrecha y una vez en Jaca afrontamos nuestra primera comida de confraternización  con el menú de Casa Varela que dió por iniciada la paralela ruta gastronómica.
Continuamos por el puente de San Miguel dirección Aisa. Desde allí hasta Jasa y tras una dura toma de decisiones elegímos por mayoría continuar a  Echo. Alojamiento en Casa Blasquico. Un acierto. Luna llena y copita de rigor. Muy buenas sensaciones.
El día siguiente afrontamos la etapa de Echo a Isaba. Vamos a terminar así nuestro periplo por el Pirineo aragonés, y aunque el comienzo fué la autentica «loberadaaa..» de la ruta en el paso entre Siresa y Ansó , y la comida tampoco estuvo a la altura, con el conocido como pufo de la ensalada a 9 euros, es bien cierto que ambos Valles Occidentales mantienen unas raices culturales y unos paisajes autenticos como pocos.
La llegada al Valle del Roncal y sus afamados quesos la realizamos desde un  Zuriza siempre espectacular. En Isaba el alojamiento muy acertado en una casa rural y la cena en el Hostal Lola muy bien. Lástima de pacharán.
Salimos puntuales de Isaba y por carretera subimos primero el puerto de Laza y después la mayor parte del de Larrau. Descenso increible por Irati y desde la presa más técnico con 9km para llegar a Orbaizeta. Tras la comida y por fuertes repechos llegaremos a Roncesvalles y desde su puerto por fortísima pendiente nos adentraremos en Francia. Espectacular descenso entre caballos. Miramos de quedarnos por aquí en un albergue, aunque finalmente nos lanzamos a la última subida durísima del día para cruzar de nuevo la frontera en dirección Elizondo. En el descenso descubrimos Casa Urruska donde disfrutamos de un alojamiento en caserío digno de nuestros mejores sueños. Casi 90 km con unos 2600mt de desnivel y la sensación de ser unos privilegiados.

Casa Urruska

Espectacular desayuno casero, y afrontamos la última jornada larga que nos llevará al Cantábrico.
Los 10 km que nos separan de Elizondo son bonitos y duros. Desde aquí viene la subida más exigente del día que nos llevará entre caseríos y caballos. Una parte de la GR11 nos guiará hasta las cimas desde donde divisaremos el mar. La bajada nos conducirá a Etxalar verdadero templo gastronómico donde comeremos alubias rojas y carne en cantidades desmedidas que junto al rico queso nos obligará a sestear cual lagartijas antes de afrontar lo que llamaremos el descenso vasco, donde las subidas se suceden de manera inmisericorde con nuestros estómagos.
 La dulce guinda supondrá el encontrarnos con la vía verde inacabada que nos dejará en Irun donde son las fiestas de San Marcial.

Fernando en pleno esfuerzo

La última jornada es para disfrutar, así que asumimos el ascenso al Jaizkibel y lo recorremos por pista hasta llegar a Pasajes donde comemos y tomamos la barca para afrontar los últimos kilómetros a San Sebastian. Allí la playa, la sidreria y la fiesta nos esperan para culminar y celebrar nuestra amistad y el último reto que acabamos de superar juntos.

Sigue leyendo ->

De Sabiñánigo a Donosti por la Traspyr.

En este año el reto de los mágníficos pasaba por terminar el proyecto iniciado en 2012 de recorrer los Pirineos de mar a mar por la exigente ruta de la «Traspyr». Serán tres jornadas que en esta ocasión  tomamos de diferente manera con la intención de disfrutar. Además se une al grupo otro de los magníficos Fernando que sin duda forjo lo que a la postre sería la frase del viaje..»Loberadaaaa..», para aludir a todas esas partes sin sentido que únicamente pretendían el sufrimiento físico sin apenas recompensa.

De Siresa a Anso..

Luis y Alberto corrieron la Quebrantahuesos y como buenos «machotes» que están hechos al día siguiente afrontaron nuestra ruta.
El comienzo fué relajado, Yo aun tenía trabajo esa mañana y los retoques de última hora hicieron que el pedaleo comenzase casi a la una. Para ese día 24 el objetivo era únicamente comenzar a rodar hasta donde llegásemos, para unos lenta puesta en forma y para otros recuperadora jornada.
Salimos por la Val Estrecha y una vez en Jaca afrontamos nuestra primera comida de confraternización  con el menú de Casa Varela que dió por iniciada la paralela ruta gastronómica.
Continuamos por el puente de San Miguel dirección Aisa. Desde allí hasta Jasa y tras una dura toma de decisiones elegímos por mayoría continuar a  Echo. Alojamiento en Casa Blasquico. Un acierto. Luna llena y copita de rigor. Muy buenas sensaciones.
El día siguiente afrontamos la etapa de Echo a Isaba. Vamos a terminar así nuestro periplo por el Pirineo aragonés, y aunque el comienzo fué la autentica «loberadaaa..» de la ruta en el paso entre Siresa y Ansó , y la comida tampoco estuvo a la altura, con el conocido como pufo de la ensalada a 9 euros, es bien cierto que ambos Valles Occidentales mantienen unas raices culturales y unos paisajes autenticos como pocos.
La llegada al Valle del Roncal y sus afamados quesos la realizamos desde un  Zuriza siempre espectacular. En Isaba el alojamiento muy acertado en una casa rural y la cena en el Hostal Lola muy bien. Lástima de pacharán.
Salimos puntuales de Isaba y por carretera subimos primero el puerto de Laza y después la mayor parte del de Larrau. Descenso increible por Irati y desde la presa más técnico con 9km para llegar a Orbaizeta. Tras la comida y por fuertes repechos llegaremos a Roncesvalles y desde su puerto por fortísima pendiente nos adentraremos en Francia. Espectacular descenso entre caballos. Miramos de quedarnos por aquí en un albergue, aunque finalmente nos lanzamos a la última subida durísima del día para cruzar de nuevo la frontera en dirección Elizondo. En el descenso descubrimos Casa Urruska donde disfrutamos de un alojamiento en caserío digno de nuestros mejores sueños. Casi 90 km con unos 2600mt de desnivel y la sensación de ser unos privilegiados.

Casa Urruska

Espectacular desayuno casero, y afrontamos la última jornada larga que nos llevará al Cantábrico.
Los 10 km que nos separan de Elizondo son bonitos y duros. Desde aquí viene la subida más exigente del día que nos llevará entre caseríos y caballos. Una parte de la GR11 nos guiará hasta las cimas desde donde divisaremos el mar. La bajada nos conducirá a Etxalar verdadero templo gastronómico donde comeremos alubias rojas y carne en cantidades desmedidas que junto al rico queso nos obligará a sestear cual lagartijas antes de afrontar lo que llamaremos el descenso vasco, donde las subidas se suceden de manera inmisericorde con nuestros estómagos.
 La dulce guinda supondrá el encontrarnos con la vía verde inacabada que nos dejará en Irun donde son las fiestas de San Marcial.

Fernando en pleno esfuerzo

La última jornada es para disfrutar, así que asumimos el ascenso al Jaizkibel y lo recorremos por pista hasta llegar a Pasajes donde comemos y tomamos la barca para afrontar los últimos kilómetros a San Sebastian. Allí la playa, la sidreria y la fiesta nos esperan para culminar y celebrar nuestra amistad y el último reto que acabamos de superar juntos.

Sigue leyendo ->

Paciente implicado,paciente seguro

Los aspectos relacionados con la mejora de la calidad asistencial son una de mis grandes pasiones. No en vano, ocupa un lugar muy importante dentro de las de las tareas que desempeño en mi centro de trabajo. De todos es bien sabido que la seguridad del paciente es una de las dimensiones de la calidad más importantes, si no la que más, y en los últimos años ha adquirido una merecida relevancia. Estos días he tenido la oportunidad de asistir al XXXI Congreso de la Sociedad Española de Calidad Asistencial donde este extremo ha sido ampliamente corroborado.
A nadie se le escapa que administración, entidades sanitarias y profesionales están realizando un esfuerzo titánico a la hora de implantar líneas y proyectos relacionados con la seguridad del paciente en una época donde la inversión en estructura y organización está llegando a niveles mínimos preocupantes.La higiene de manos, la identificación de los pacientes, la lista de verificación quirúrgica o la notificación de errores son solo algunos de las líneas implantadas en pro de la minimización de eventos adversos derivados de la asistencia sanitaria. El aspecto clave para que todo este sistema funcione es el calado de la cultura de seguridad en las organizaciones.Si no somos conscientes de que podemos equivocarnos, no seremos capaces de implantar barreras que dificulten el error. Las organizaciones deben por tanto invertir parte de sus recursos en «meter el gusanillo» de la seguridad del paciente en sus profesionales y personal en general.
Lo cierto es que todo esto es muy loable y sin duda necesario pero, ¿qué papel juega el paciente en todo este engranaje?. Nos llenamos la boca de que el paciente es el centro del sistema pero la mayoría de nuestras acciones demuestra que estamos más pendientes del profesional sanitario o la enfermedad que del enfermo en sí, y en seguridad del paciente la situación no es diferente. Bajo mi punto de vista, el paciente debe jugar un papel primordial en defensa de su propia seguridad, un papel activo que sea considerado una barrera más del sistema. Porque, ¿es consciente el paciente de que sólo el 50% de las listas de verificación quirúrgica están correctamente cumplimentadas? ¿Sabe el enfermo que la higiene de manos es la medida más efectiva para evitar el contagio de infecciones intrahospitalarias? ¿Somos acaso conocedores que la ausencia de dolor es un derecho?
Es muy posible que la mayoría de los ciudadanos desconozcan esta realidad y que su actitud a lo largo del proceso asistencial sea pasiva o ,como mucho,reactiva pero pocas veces proactiva.Pues bien, ha llegado la hora de promover un cambio de mentalidad en nuestros pacientes y sus familias  con el objetivo de que formen parte activa del proceso asistencial y se conviertan en guardianes de su propia seguridad. Pues sí, ha llegado la hora de que nos exijan que nos lavemos las manos antes de atenderlos, de que marquemos la rodilla que les vamos a operar y que les mostremos el plan analgésico previsto para después de la intervención. O ¿ embarcaríais en un avión si supierais que sólo se ha revisado parte del aparato?
Sigue leyendo ->

Paciente implicado,paciente seguro

Los aspectos relacionados con la mejora de la calidad asistencial son una de mis grandes pasiones. No en vano, ocupa un lugar muy importante dentro de las de las tareas que desempeño en mi centro de trabajo. De todos es bien sabido que la seguridad del paciente es una de las dimensiones de la calidad más importantes, si no la que más, y en los últimos años ha adquirido una merecida relevancia. Estos días he tenido la oportunidad de asistir al XXXI Congreso de la Sociedad Española de Calidad Asistencial donde este extremo ha sido ampliamente corroborado.
A nadie se le escapa que administración, entidades sanitarias y profesionales están realizando un esfuerzo titánico a la hora de implantar líneas y proyectos relacionados con la seguridad del paciente en una época donde la inversión en estructura y organización está llegando a niveles mínimos preocupantes.La higiene de manos, la identificación de los pacientes, la lista de verificación quirúrgica o la notificación de errores son solo algunos de las líneas implantadas en pro de la minimización de eventos adversos derivados de la asistencia sanitaria. El aspecto clave para que todo este sistema funcione es el calado de la cultura de seguridad en las organizaciones.Si no somos conscientes de que podemos equivocarnos, no seremos capaces de implantar barreras que dificulten el error. Las organizaciones deben por tanto invertir parte de sus recursos en «meter el gusanillo» de la seguridad del paciente en sus profesionales y personal en general.
Lo cierto es que todo esto es muy loable y sin duda necesario pero, ¿qué papel juega el paciente en todo este engranaje?. Nos llenamos la boca de que el paciente es el centro del sistema pero la mayoría de nuestras acciones demuestra que estamos más pendientes del profesional sanitario o la enfermedad que del enfermo en sí, y en seguridad del paciente la situación no es diferente. Bajo mi punto de vista, el paciente debe jugar un papel primordial en defensa de su propia seguridad, un papel activo que sea considerado una barrera más del sistema. Porque, ¿es consciente el paciente de que sólo el 50% de las listas de verificación quirúrgica están correctamente cumplimentadas? ¿Sabe el enfermo que la higiene de manos es la medida más efectiva para evitar el contagio de infecciones intrahospitalarias? ¿Somos acaso conocedores que la ausencia de dolor es un derecho?
Es muy posible que la mayoría de los ciudadanos desconozcan esta realidad y que su actitud a lo largo del proceso asistencial sea pasiva o ,como mucho,reactiva pero pocas veces proactiva.Pues bien, ha llegado la hora de promover un cambio de mentalidad en nuestros pacientes y sus familias  con el objetivo de que formen parte activa del proceso asistencial y se conviertan en guardianes de su propia seguridad. Pues sí, ha llegado la hora de que nos exijan que nos lavemos las manos antes de atenderlos, de que marquemos la rodilla que les vamos a operar y que les mostremos el plan analgésico previsto para después de la intervención. O ¿ embarcaríais en un avión si supierais que sólo se ha revisado parte del aparato?
Sigue leyendo ->

Mucho más que locos

“Este es un homenaje a los locos. A los inadaptados. A los rebeldes. A los alborotadores. A las fichas redondas en los huecos cuadrados. A los que ven las cosas de forma diferente. A ellos no les gustan las reglas, y no sienten ningún respeto por el statu quo. Puedes citarlos, discrepar de ellos, glorificarlos o vilipendiarlos. Casi lo único que no puedes hacer es ignorarlos. Porque ellos cambian las cosas. Son los que hacen avanzar al género humano. Y aunque algunos los vean como a locos, nosotros vemos su genio. Porque las personas que están lo suficientemente locas como para pensar que pueden cambiar el mundo… son quienes lo cambian”.
 
Hace un par de días fui al cine con mi familia. A la salida, advertí que estaba siendo testigo de una casualidad digna de una mística especial. Acababa de ver una película de animación que me fascinó y repasando la lista de películas que ese día se proyectaban, caí en la cuenta de que el film que acaba de ver compartía cartelera con el largometraje acerca de la vida de Steve Jobs, quien regalaría al mundo la reflexión con la que comienza este post. Lo curioso, lo extraordinario, lo excitante de esta casualidad, que seguramente incluso es susceptible de pasar desapercibida, es que esa película de animación a la que me refería tenía también como argumento un homenaje a los locos, a los inadaptados, a los rebeldes, a los alborotadores que ven las cosas de forma diferente, para los que no hay nada imposible, para los que no hay sueño demasiado grande ni soñador demasiado pequeño, lo suficientemente locos como para pensar que pueden cambiar el mundo.
 
En efecto, tuve la suerte de ver en la gran pantalla «Turbo», una fantástica película que recomiendo a todo el mundo, sea cual sea su edad, y que por supuesto considero un recurso didáctico único para enseñar a no dejar de soñar y a persistir en el intento hasta hacer realidad nuestros sueños.
 
 
 
Turbo narra la historia de una aparente gran contradicción, de una paradoja que sólo pueden sostener los muy soñadores, a los que algunos llaman locos, aquellos que, como decía Jobs, no sienten ningún respeto por el status quo y que son capaces de cambiar el mundo. La paradoja de un caracol, Teo, al que le fascina la velocidad y que sueña con ser un piloto de carreras y ganar las 500 millas de Indianápolis. Tildado de iluso por el resto de caracoles de su jardín, entre ellos su hermano Chet, que prefieren vivir sujetos a una lenta y miserable existencia y a expensas de imponderables -como que cualquier día un pajarraco se los comiesen o fuesen estrujados-, Teo sólo es feliz pensando en la velocidad, y para ello no duda en saltarse el status quo de las cosas y luchar poniendo en riesgo su propia vida. Todo para demostrar al mundo que podía ser un caracol veloz. Y en su insistencia, milagrosamente (yo diría que quien la sigue la consigue), adquiere el poder de la supervelocidad, como si se tratase de ese momento epifánico del que habla Ken Robinson en su estupendo libro «El Elemento».
 
En su camino, Turbo encuentra a otros personajes que también son tachados de locos e idealistas: desde una peculiar pandilla de caracoles callejeros tuneados que, como él, están obsesionados con la velocidad, a Tito, un entusiasta muchacho que tiene un negocio de tacos junto a su hermano Ángelo en el que casi nunca entra nadie. La película muestra cómo es necesario que a los entusiastas alguien les de una oportunidad para lograr sus sueños, que casi siempre llega de la mano de otros/as que sienten la misma pasión, así como que nadie llega a tener éxito por sí solo. Con todo esto, Turbo coloca su corazón y su concha en la línea de salida dispuesto a ayudar a sus colegas a lograr sus sueños, antes de intentar alcanzar el suyo: ganar las 500 millas de Indianápolis.
 
Una lección de perseverancia, esfuerzo y pasión en la búsqueda de aquello que nos hace ser felices en la vida que, por supuesto, os recomiendo. Fijaros que esta película lleva la paradoja inscrita hasta en su producción cinematógráfica, ya que ésta corre a cargo de DreamWorks Animation, la principal competencia de Pixar Animation Studios con la que Steve Jobs revoluciono el mundo de la animación. Quizás sea que las grandes paradojas esconden grandes sueños o que hay que estar muy loco para creer en ellas. Sea como fuere, si alguna vez alguien os dice que estáis locos, no dudéis en darle las gracias.
Sigue leyendo ->

Mucho más que locos

“Este es un homenaje a los locos. A los inadaptados. A los rebeldes. A los alborotadores. A las fichas redondas en los huecos cuadrados. A los que ven las cosas de forma diferente. A ellos no les gustan las reglas, y no sienten ningún respeto por el statu quo. Puedes citarlos, discrepar de ellos, glorificarlos o vilipendiarlos. Casi lo único que no puedes hacer es ignorarlos. Porque ellos cambian las cosas. Son los que hacen avanzar al género humano. Y aunque algunos los vean como a locos, nosotros vemos su genio. Porque las personas que están lo suficientemente locas como para pensar que pueden cambiar el mundo… son quienes lo cambian”.
 
Hace un par de días fui al cine con mi familia. A la salida, advertí que estaba siendo testigo de una casualidad digna de una mística especial. Acababa de ver una película de animación que me fascinó y repasando la lista de películas que ese día se proyectaban, caí en la cuenta de que el film que acaba de ver compartía cartelera con el largometraje acerca de la vida de Steve Jobs, quien regalaría al mundo la reflexión con la que comienza este post. Lo curioso, lo extraordinario, lo excitante de esta casualidad, que seguramente incluso es susceptible de pasar desapercibida, es que esa película de animación a la que me refería tenía también como argumento un homenaje a los locos, a los inadaptados, a los rebeldes, a los alborotadores que ven las cosas de forma diferente, para los que no hay nada imposible, para los que no hay sueño demasiado grande ni soñador demasiado pequeño, lo suficientemente locos como para pensar que pueden cambiar el mundo.
 
En efecto, tuve la suerte de ver en la gran pantalla «Turbo», una fantástica película que recomiendo a todo el mundo, sea cual sea su edad, y que por supuesto considero un recurso didáctico único para enseñar a no dejar de soñar y a persistir en el intento hasta hacer realidad nuestros sueños.
 
 
 
Turbo narra la historia de una aparente gran contradicción, de una paradoja que sólo pueden sostener los muy soñadores, a los que algunos llaman locos, aquellos que, como decía Jobs, no sienten ningún respeto por el status quo y que son capaces de cambiar el mundo. La paradoja de un caracol, Teo, al que le fascina la velocidad y que sueña con ser un piloto de carreras y ganar las 500 millas de Indianápolis. Tildado de iluso por el resto de caracoles de su jardín, entre ellos su hermano Chet, que prefieren vivir sujetos a una lenta y miserable existencia y a expensas de imponderables -como que cualquier día un pajarraco se los comiesen o fuesen estrujados-, Teo sólo es feliz pensando en la velocidad, y para ello no duda en saltarse el status quo de las cosas y luchar poniendo en riesgo su propia vida. Todo para demostrar al mundo que podía ser un caracol veloz. Y en su insistencia, milagrosamente (yo diría que quien la sigue la consigue), adquiere el poder de la supervelocidad, como si se tratase de ese momento epifánico del que habla Ken Robinson en su estupendo libro «El Elemento».
 
En su camino, Turbo encuentra a otros personajes que también son tachados de locos e idealistas: desde una peculiar pandilla de caracoles callejeros tuneados que, como él, están obsesionados con la velocidad, a Tito, un entusiasta muchacho que tiene un negocio de tacos junto a su hermano Ángelo en el que casi nunca entra nadie. La película muestra cómo es necesario que a los entusiastas alguien les de una oportunidad para lograr sus sueños, que casi siempre llega de la mano de otros/as que sienten la misma pasión, así como que nadie llega a tener éxito por sí solo. Con todo esto, Turbo coloca su corazón y su concha en la línea de salida dispuesto a ayudar a sus colegas a lograr sus sueños, antes de intentar alcanzar el suyo: ganar las 500 millas de Indianápolis.
 
Una lección de perseverancia, esfuerzo y pasión en la búsqueda de aquello que nos hace ser felices en la vida que, por supuesto, os recomiendo. Fijaros que esta película lleva la paradoja inscrita hasta en su producción cinematógráfica, ya que ésta corre a cargo de DreamWorks Animation, la principal competencia de Pixar Animation Studios con la que Steve Jobs revoluciono el mundo de la animación. Quizás sea que las grandes paradojas esconden grandes sueños o que hay que estar muy loco para creer en ellas. Sea como fuere, si alguna vez alguien os dice que estáis locos, no dudéis en darle las gracias.
Sigue leyendo ->

Que viene, que viene!!

A tan solo ya 2 meses y algo mas del nacimiento de mi primogénita, la cosa se va envalando cosa mala.La habitación ya la tenemos casi vaciada, al menos de muebles esta ya completamente, solo quedan un par de toneladas de trastos acumulados y tal.Pero e…

Sigue leyendo ->

Ex alumnos

Llevaba como treinta años sin verle, desde los tiempos escolares, pero enseguida supe que era él: gordinflón, bajito, sonrojado, aniñado. Ahora llevaba bigote. Y ese apellido inolvidable, recordé, De la Uña. Muy pronto supe que el encuentro sería inevitable: él me había reconocido también. Me dio un abrazo que consideré excesivo, pues en realidad nunca tuvimos mucha relación. En la escuela él tenía sus amigos, supongo, y yo los míos y quizá en todo esos años apenas cruzamos tres o cuatro frases banales y, desde luego, ninguna confidencia sobre política, mujeres o mucho menos fútbol.

-¡Hombre, hombre! –exclamó De la Uña tras ese absurdo abrazo suyo.
-¡De la Uña! –dije yo.

No hubo escapatoria. De la Uña empezó a charlotear incesantemente mostrando su alegría por el encuentro, su feliz sorpresa ante mi buen estado físico general, tan similar al que lucía ya, según él, en nuestros tiempos escolares, se congratuló por su propia buena salud y de ese modo, con un par más de hábiles frases, impidió que yo pudiera despedirme rápidamente. Mi torpe táctica de comprobar el reloj no sirvió de nada y De la Uña me tomó del brazo en modo confidencia, ese modo que jamás compartimos en el pasado.

-Oye –dijo- ¿te enteraste de lo de Clares?
-¿El jugador del Barça?
-No, hombre. El Clares del colegio.
-Pues no. La verdad es que llevo años sin verle, como a ti.
-Murió hace quince días.
-Vaya. Lo siento.
-Un ictus. Fulminante.
-Qué triste –lamenté relativamente.
-Dejó viuda y seis hijos.
-Cielos -me escandalicé.
-¿Y lo de Furrallats? –dijo De la Uña.
-¿Furrallats?
-Aquel rubito.
-Ah, ya –mentí.
-Cáncer. Le cogieron tarde –anunció De la Uña- Hace un año.
-No somos nadie –dije, pensando que en el caso de Furrallats tenía yo más razón que un santo, pues ignoraba quién era Furrallats.
-¿Y García Batés? –prosiguió sin respiro De la Uña.
-¿El que su padre tenía una taller mecánico? –tanteé.
-De suministros navales -corrigió él.
-¿Muerto también? –insinué.
-Ictericia galopante con afección pulmonar – diagnosticó De la Uña- En 2010.

En fin, para qué seguir. Tres o cuatro excompañeros muertos después, De la Uña afirmó que le esperaban en la notaría para un asunto urgente. Se despidió con prisa, no sin aconsejarme que me cuidara y con un “¡nos llamamos!” bastante absurdo, pues ni yo tengo su número ni él, espero, el mío. De eso hace tres semanas. Ayer cené con Borderas, mi amigo del alma, en el bachillerato y aún ahora.

-El otro día vi a De la Uña –anuncié.
¿De la Uña? –repitió él.
-Sí, aquel tonto gordinflón. Ahora lleva bigotito –recordé.
-Imposible –dijo Borderas.
-Bigotito, te lo juro –reí cruelmente.
-De la Uña murió hace años, coño.
-¿Qué? –protesté.
-Se tiró al metro. Fui al entierro. En el 92.

Sigue leyendo ->

Ex alumnos

Llevaba como treinta años sin verle, desde los tiempos escolares, pero enseguida supe que era él: gordinflón, bajito, sonrojado, aniñado. Ahora llevaba bigote. Y ese apellido inolvidable, recordé, De la Uña. Muy pronto supe que el encuentro sería inevitable: él me había reconocido también. Me dio un abrazo que consideré excesivo, pues en realidad nunca tuvimos mucha relación. En la escuela él tenía sus amigos, supongo, y yo los míos y quizá en todo esos años apenas cruzamos tres o cuatro frases banales y, desde luego, ninguna confidencia sobre política, mujeres o mucho menos fútbol.

-¡Hombre, hombre! –exclamó De la Uña tras ese absurdo abrazo suyo.
-¡De la Uña! –dije yo.

No hubo escapatoria. De la Uña empezó a charlotear incesantemente mostrando su alegría por el encuentro, su feliz sorpresa ante mi buen estado físico general, tan similar al que lucía ya, según él, en nuestros tiempos escolares, se congratuló por su propia buena salud y de ese modo, con un par más de hábiles frases, impidió que yo pudiera despedirme rápidamente. Mi torpe táctica de comprobar el reloj no sirvió de nada y De la Uña me tomó del brazo en modo confidencia, ese modo que jamás compartimos en el pasado.

-Oye –dijo- ¿te enteraste de lo de Clares?
-¿El jugador del Barça?
-No, hombre. El Clares del colegio.
-Pues no. La verdad es que llevo años sin verle, como a ti.
-Murió hace quince días.
-Vaya. Lo siento.
-Un ictus. Fulminante.
-Qué triste –lamenté relativamente.
-Dejó viuda y seis hijos.
-Cielos -me escandalicé.
-¿Y lo de Furrallats? –dijo De la Uña.
-¿Furrallats?
-Aquel rubito.
-Ah, ya –mentí.
-Cáncer. Le cogieron tarde –anunció De la Uña- Hace un año.
-No somos nadie –dije, pensando que en el caso de Furrallats tenía yo más razón que un santo, pues ignoraba quién era Furrallats.
-¿Y García Batés? –prosiguió sin respiro De la Uña.
-¿El que su padre tenía una taller mecánico? –tanteé.
-De suministros navales -corrigió él.
-¿Muerto también? –insinué.
-Ictericia galopante con afección pulmonar – diagnosticó De la Uña- En 2010.

En fin, para qué seguir. Tres o cuatro excompañeros muertos después, De la Uña afirmó que le esperaban en la notaría para un asunto urgente. Se despidió con prisa, no sin aconsejarme que me cuidara y con un “¡nos llamamos!” bastante absurdo, pues ni yo tengo su número ni él, espero, el mío. De eso hace tres semanas. Ayer cené con Borderas, mi amigo del alma, en el bachillerato y aún ahora.

-El otro día vi a De la Uña –anuncié.
¿De la Uña? –repitió él.
-Sí, aquel tonto gordinflón. Ahora lleva bigotito –recordé.
-Imposible –dijo Borderas.
-Bigotito, te lo juro –reí cruelmente.
-De la Uña murió hace años, coño.
-¿Qué? –protesté.
-Se tiró al metro. Fui al entierro. En el 92.

Sigue leyendo ->