¿Qué valoramos cuando buscamos los alojamientos?

Ahora que vamos en familia, cuando buscamos alojamiento para nuestros viajes lo hacemos basándonos en unos criterios que nos permitan asegurar unos mínimos. Entre ellos, los más importantes son los siguientes:
Buena valoración por familias: ya sea utilizando Booking, TripAdvisor, Airbnb o la web que sea, revisamos las opiniones de los que lo han visitado antes basándonos principalmente en lo que dicen las familias; al final, los requisitos que puede tener una pareja o un grupo de amigos no son los mismos que alguien que viaja con niños pequeños. Tenemos muy en cuenta conceptos como la limpieza o la amabilidad de los propietarios/trabajadores así como un espacio cómodo para todos.


Relación calidad-precio: Intentamos ser coherentes con los lugares en los que nos alojamos teniendo en cuenta el precio medio de los alojamientos en esa zona. Nuestra intención es siempre ir al alojamiento más económico y mejor valorado con los criterios del punto anterior.
Bien situado: Relacionado con los dos puntos anteriores, si el lugar es fantástico pero está muy lejos y/o no hay buenas combinaciones para visitar o conocer la zona tampoco nos sirve de mucho. Hay que valorar muy bien qué cuesta desplazarse del alojamiento hasta el lugar a conocer, cuántas veces se va a hacer, cuánto se tarda y todo ello ponerlo en la balanza con lo que puede costar alojarse en algún lugar más cercano (y seguramente más caro).
Disponibilidad de wifi: Cuando viajas al extranjero, la wifi puede dar algunos ratos de tranquilidad permitiendo que, con la tablet, el móvil o el portátil, los más pequeños puedan disfrutar de dibujos animados tal y como lo hacen en casa; por mucho que vean cualquier cosa, ver unos dibujos en Croata, Checo o francés no tendrá el mismos interés para ellos…
Cocina / Habitaciones separadas: Una pequeña zona de cocina puede dar un respiro en la, a veces, cansada búsqueda de lugares para comer/cenar durante muchos días. Asimismo, tener la zona de dormir separada de la de estar permitirá a los adultos no tener que irse a dormir a la misma hora que los pequeños y disfrutar de un rato de tranquilidad y desconexión.
Baño privado: El hecho de compartir baño disminuye mucho el coste de un alojamiento pero viajando con niños pequeños, el no disponer de él es algo engorroso, así que preferimos pagar un poco más por él. 

Y estas son nuestras prioridades en la búsqueda de un alojamiento. ¿Son las mejores? No, son las nuestras 😉
Vosotros, ¿qué cosas tenéis en cuenta cuando viajais con vuestros hijos?
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S.O.S. profesor o socorrista

Aunque meteorológica y astronómicamente el verano comenzó hace ya unas semanas, para mí ha comenzado hoy. Justo hace unas horas, me he despedido de mis compañeros deseándoles un feliz verano. Para los que nos dedicamos a la maravillosa tarea de educar, el Colegio acaba, oficialmente, un par de semanas después de que las aulas queden huérfanas de alumnos con destino a la playa o a la piscina.


Tras esa despedida (que debe ser un «hasta septiembre»), se abre camino un verano que para casi todos es sinónimo de descanso y acopio de fuerzas, mientras que para otros, los profesores sustitutos, el periodo estival se convierte en algo parecido a un extenso desierto que, para colmo, no sabes si acabará en el oasis que representa la posibilidad de volver a desarrollar aquello que más te gusta hacer una vez llegue septiembre. Y es que para mí, con el verano, se abren incertidumbres, decenas de días con los Colegios cerrados a los que no puedes ni siquiera enviar tus credenciales, ni ofrecer tu entusiasmo y tus ilusiones; semanas desérticas en lo emocional, en las que debes librar una incandescente batalla contigo mismo para no desistir, tratando de bucear en ideas que te aporten esperanzas de cara al nuevo curso. En definitiva, miles de horas en las que rebobinar recuerdos e hilar nuevos proyectos con los que sostenerte mientras va pasando el estío. 

Hoy, en mi despedida, mi enésima despedida, tenía presente lo que iba a ser mi verano mientras deseaba felices vacaciones a aquellos que, en el último mes y medio, han sido mis compañeros. Y lo he hecho tratando de sentirlos como compañeros míos de toda la vida y a los que volveré a ver pronto. Hoy, he tratado de olvidar que también me despedí de compañeros de otros muchos Colegios deseándoles felices vacaciones en Navidad, Semana Santa o verano y con los que después no he vuelto, desafortunadamente, a compartir clases. 

Ser profesor sustituto, o errante según se mire, te exige llegar a ser un experto en aquello que, seguramente, se le da mal a la inmensa mayoría de las personas: subirse a un autobús en marcha (que es el ritmo de tu grupo-clase) y ponerte a su velocidad de crucero sin que el autobús frene (a veces incluso acelera) y sin que se note que hace unos segundos estabas sentado en la parada; adaptarte (y en ocasiones desencriptar) el trabajo que venía haciendo otro compañero usando su particular librillo, que además sigue llevando su nombre y no el tuyo; establecer vínculos emocionales con los que te rodean -alumnado, familias, compañeros, personal de administración y servicios- queriendo sentirte uno más de ellos; identificarte con el ideario de la comunidad educativa a la que de repente perteneces, hacer tuyos sus valores y su idiosincrasia no simplemente como un acto mimético, sino con el afán de incorporarlo a tu crecimiento personal y profesional…

Cuando eres profesor sustituto eres un profesor atípico, te vuelves alérgico a las vacaciones. Tu cuerpo segrega histaminas cada vez que se aproximan los periodos vacacionales y más si son estivales, por su mayor duración e inactividad docente. Y es que en verano son las playas y las piscinas, en lugar de las aulas, las que están abarrotadas de jóvenes. Por decirlo de una manera gráfica, son ahora los socorristas los que cogen el testigo, aquellos que por su profesión, flotador en mano, alcanzo a entender serán alérgicos a los largos inviernos.

Precisamente ayer tuve la fortuna, mientras participaba en un curso magistralmente impartido por Juan Manuel Alarcón Fernández, de darme cuenta que el profesor y el socorrista son más parecidos que antagónicos. El profesor Alarcón hizo una estupenda analogía entre estas dos profesiones que, en no pocas ocasiones, suelen despertar ciertas envidias por sus supuestos privilegios laborales. Es fácil tener la tentación de pensar, ¡socorrista, qué buen trabajo!. Todo el día en bañador al solecito, roneando con tus gafas de sol, trabajando al aire libre, rodeado de gente guapa y que a veces te hacen sentir centro de sus miradas, ganando un buen sueldecito… Sin embargo, el socorrista -como el docente vocacional- no es aquel que se enorgullece de su profesión simplemente por las envidias que despierta su trabajo supuestamente cómodo y privilegiado, sino que, por el contrario, se siente atraído por la idea de salvar vidas cuando ello sea preciso, de rescatar a personas que tienen el agua al cuello, por tener la oportunidad de mojarse para evitar que alguien arruine su vida por una imprudencia o por negligencia. Análogamente, el docente -como el socorrista vocacional- no es aquel que va a su puesto de trabajo con la idea de no encontrarse problemas y sentarse cómodamente en su silla mientras simplemente transcurren las horas de la jornada de la forma más liviana posible. Todo lo contrario, la vocación de unos y de otros les obliga a estar vigilantes de aquellos que se adentran inconscientemente en aguas revueltas, dispuestos a mojarse y dejarse el aliento para que ninguno de los que están bajo su responsabilidad cercenen sus vidas y sus proyectos futuros.


Es por ello, por lo que siento la necesidad de que en este verano me surjan oportunidades para volver a coger mi flotador en forma de carpeta y salir al rescate de jóvenes con el agua al cuello de cara al nuevo curso escolar.

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S.O.S. profesor o socorrista

Aunque meteorológica y astronómicamente el verano comenzó hace ya unas semanas, para mí ha comenzado hoy. Justo hace unas horas, me he despedido de mis compañeros deseándoles un feliz verano. Para los que nos dedicamos a la maravillosa tarea de educar, el Colegio acaba, oficialmente, un par de semanas después de que las aulas queden huérfanas de alumnos con destino a la playa o a la piscina.


Tras esa despedida (que debe ser un «hasta septiembre»), se abre camino un verano que para casi todos es sinónimo de descanso y acopio de fuerzas, mientras que para otros, los profesores sustitutos, el periodo estival se convierte en algo parecido a un extenso desierto que, para colmo, no sabes si acabará en el oasis que representa la posibilidad de volver a desarrollar aquello que más te gusta hacer una vez llegue septiembre. Y es que para mí, con el verano, se abren incertidumbres, decenas de días con los Colegios cerrados a los que no puedes ni siquiera enviar tus credenciales, ni ofrecer tu entusiasmo y tus ilusiones; semanas desérticas en lo emocional, en las que debes librar una incandescente batalla contigo mismo para no desistir, tratando de bucear en ideas que te aporten esperanzas de cara al nuevo curso. En definitiva, miles de horas en las que rebobinar recuerdos e hilar nuevos proyectos con los que sostenerte mientras va pasando el estío. 

Hoy, en mi despedida, mi enésima despedida, tenía presente lo que iba a ser mi verano mientras deseaba felices vacaciones a aquellos que, en el último mes y medio, han sido mis compañeros. Y lo he hecho tratando de sentirlos como compañeros míos de toda la vida y a los que volveré a ver pronto. Hoy, he tratado de olvidar que también me despedí de compañeros de otros muchos Colegios deseándoles felices vacaciones en Navidad, Semana Santa o verano y con los que después no he vuelto, desafortunadamente, a compartir clases. 

Ser profesor sustituto, o errante según se mire, te exige llegar a ser un experto en aquello que, seguramente, se le da mal a la inmensa mayoría de las personas: subirse a un autobús en marcha (que es el ritmo de tu grupo-clase) y ponerte a su velocidad de crucero sin que el autobús frene (a veces incluso acelera) y sin que se note que hace unos segundos estabas sentado en la parada; adaptarte (y en ocasiones desencriptar) el trabajo que venía haciendo otro compañero usando su particular librillo, que además sigue llevando su nombre y no el tuyo; establecer vínculos emocionales con los que te rodean -alumnado, familias, compañeros, personal de administración y servicios- queriendo sentirte uno más de ellos; identificarte con el ideario de la comunidad educativa a la que de repente perteneces, hacer tuyos sus valores y su idiosincrasia no simplemente como un acto mimético, sino con el afán de incorporarlo a tu crecimiento personal y profesional…

Cuando eres profesor sustituto eres un profesor atípico, te vuelves alérgico a las vacaciones. Tu cuerpo segrega histaminas cada vez que se aproximan los periodos vacacionales y más si son estivales, por su mayor duración e inactividad docente. Y es que en verano son las playas y las piscinas, en lugar de las aulas, las que están abarrotadas de jóvenes. Por decirlo de una manera gráfica, son ahora los socorristas los que cogen el testigo, aquellos que por su profesión, flotador en mano, alcanzo a entender serán alérgicos a los largos inviernos.

Precisamente ayer tuve la fortuna, mientras participaba en un curso magistralmente impartido por Juan Manuel Alarcón Fernández, de darme cuenta que el profesor y el socorrista son más parecidos que antagónicos. El profesor Alarcón hizo una estupenda analogía entre estas dos profesiones que, en no pocas ocasiones, suelen despertar ciertas envidias por sus supuestos privilegios laborales. Es fácil tener la tentación de pensar, ¡socorrista, qué buen trabajo!. Todo el día en bañador al solecito, roneando con tus gafas de sol, trabajando al aire libre, rodeado de gente guapa y que a veces te hacen sentir centro de sus miradas, ganando un buen sueldecito… Sin embargo, el socorrista -como el docente vocacional- no es aquel que se enorgullece de su profesión simplemente por las envidias que despierta su trabajo supuestamente cómodo y privilegiado, sino que, por el contrario, se siente atraído por la idea de salvar vidas cuando ello sea preciso, de rescatar a personas que tienen el agua al cuello, por tener la oportunidad de mojarse para evitar que alguien arruine su vida por una imprudencia o por negligencia. Análogamente, el docente -como el socorrista vocacional- no es aquel que va a su puesto de trabajo con la idea de no encontrarse problemas y sentarse cómodamente en su silla mientras simplemente transcurren las horas de la jornada de la forma más liviana posible. Todo lo contrario, la vocación de unos y de otros les obliga a estar vigilantes de aquellos que se adentran inconscientemente en aguas revueltas, dispuestos a mojarse y dejarse el aliento para que ninguno de los que están bajo su responsabilidad cercenen sus vidas y sus proyectos futuros.


Es por ello, por lo que siento la necesidad de que en este verano me surjan oportunidades para volver a coger mi flotador en forma de carpeta y salir al rescate de jóvenes con el agua al cuello de cara al nuevo curso escolar.

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Castigos ¿Sí o no?

¿El castigo como recurso para educar es adecuado? 
En casa no somos de aplicar castigos prácticamente nunca, aunque eso no significa que vivamos sin normas y que algunos actos no tengan sus consecuencias. 
¿Qué diferencia hay entre castigo y consecuencia?
Es una línea fina, no nos vamos a engañar; al final, lo normal es que los castigos sean también consecuencia de algunos actos o situaciones; no obstante, un castigo normalmente es un ataque a la moral o a los sentimientos de la persona que lo sufre (y la mayoría de las veces también supone un sentimiento de culpa al que lo impone) y es algo muy tajante. Muchas veces, además, no tiene relación con el hecho que ha provocado ese castigo. Las consecuencias, en cambio, son actos que se derivan de acciones concretas y conocidas, normalmente a partir de unas nombras establecidas (ya sabes que si no recoges no podrás mirar la tele). Además, las consecuencias nunca van a ser tan duras o agresivas como un castigo; como no se ha cumplido una parte del trato establecido, no se puede tener algo.
Muchas veces los castigos van de la mano de las amenazas, de las que ya os hablé hace algunas semanas; las consecuencias, en cambio, vendrán precedidas por avisos que informen del incumplimiento de las normas.
Hemos visto en algunos casos que hay gente que abusa del castigo: te quedas sin merienda, no puedes jugar, te vas a una habitación solo a pensar en lo que has hecho (¿?). Si ya de normal pensamos que son poco efectivos, si se producen de forma continuada aún lo serán menos… total, al final van a acabar castigados hagan lo que hagan. Creemos que esto hace que los niños tengan menos respeto a las normas.
Los castigos no nos parecen una herramienta adecuada, pero eso no quiere decir que nunca los hayamos usado; las contadísimas situaciones en las que hemos puesto en práctica algo del estilo ha sido tan traumático para nuestra hija que no hemos sido capaces de llevarlo hasta al final. Simplemente con tenerla sentada en algún sitio 5 minutos es ya una humillación tan grande que lo pasa fatal. No vemos necesidad en que pase por esas situaciones para que aprenda la lección.
Acostumbrémonos a hablar, a explicar las cosas; no olvidemos que muchas veces estamos tratando con pequeños seres humanos que pueden no estar entendiendo todo lo que les estamos pidiendo; tengamos paciencia y aplaquemos los nervios como podamos. Y, si no podemos, dejemos que gestione la situación otra persona o desahoguémonos 2 minutos en el lavabo encerrados, pero intentemos que la ira que puede desatarse en algunos momentos no nos haga hacer cosas de las que nos podemos arrepentir.
Ojo! Aquí únicamente he estado hablando de los castigos verbales… si ya me parecen crueles poco adecuados éstos, imaginaos qué pienso de los físicos: Una atrocidad.
Y vosotros, conseguís usar las consecuencias? O acabáis castigando?
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Por mi hijo dejé de fumar

Mi abuela siempre fue una fumadora empedernida, tal vez esa referencia fue mi acercamiento más íntimo al tabaco a temprana edad, ahora entiendo que esos ejemplos marcan tendencias más adelante en la vida de uno. Fumé por cerca de una década, no lo puedo negar, me gustaba el cigarrillo y lo consideraba un compañero de vida.

Siempre fui de los que decía que moriría fumando, me disgustaba el olor que producía el cigarrillo, aún así, lo consumía a dirario, ese tipo de molestias no eran relevantes. 
Cuando supe que sería padre, empezó en mí a germinar una vaga idea, la misma que luego fue un deseo y terminó por convertirse en un proyecto personal, dejar de fumar era la bandera que ocupaba mi mente y a la vez la intranquilizaba.
No lo negaré, pospuse de manera cobarde la decisión definitiva, sólo fue hasta la noche antes del día del parto que mi conciencia se aferró a la fortaleza y dijo ¡no más!
Siempre escuché historias de gente que fracasaba al intentar dejar el cigarrillo, se frustraban o argumentaban no tener una razón poderosa para dejarlo. No puedo asegurar que un hijo sea motivo suficiente para todo el mundo, para mí lo fue.
Un viernes, pasadas las 20 horas, dejé de fumar; hoy la ansiedad es nula, hoy no imagino tener a mi hijo en brazos y estar oliendo a tabaco. No reprocho a los fumadores, pero desde que soy padre los evito, he llegado a adquirir cierta repulsión al humo del cigarrillo.
Al final me gustó mi nueva faceta de no fumador, sin contar con todos los beneficios que esto conlleva; recuperar el olfato, el gusto, oler bien, etc. Lo que pensé en un principio que hacía por mi hijo, lo hacía realmente por mí.
Para finalizar, déjame decirte que no hay excusa alguna para tener un bebé en casa y seguir fumando. Los daños que se pueden presentar en esta nueva y frágil vida son incalculables, así que ¡ánimo!, dejar de fumar es más fácil que pensarlo.
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Por mi hijo dejé de fumar

Mi abuela siempre fue una fumadora empedernida, tal vez esa referencia fue mi acercamiento más íntimo al tabaco a temprana edad, ahora entiendo que esos ejemplos marcan tendencias más adelante en la vida de uno. Fumé por cerca de una década, no lo puedo negar, me gustaba el cigarrillo y lo consideraba un compañero de vida.

Siempre fui de los que decía que moriría fumando, me disgustaba el olor que producía el cigarrillo, aún así, lo consumía a dirario, ese tipo de molestias no eran relevantes. 
Cuando supe que sería padre, empezó en mí a germinar una vaga idea, la misma que luego fue un deseo y terminó por convertirse en un proyecto personal, dejar de fumar era la bandera que ocupaba mi mente y a la vez la intranquilizaba.
No lo negaré, pospuse de manera cobarde la decisión definitiva, sólo fue hasta la noche antes del día del parto que mi conciencia se aferró a la fortaleza y dijo ¡no más!
Siempre escuché historias de gente que fracasaba al intentar dejar el cigarrillo, se frustraban o argumentaban no tener una razón poderosa para dejarlo. No puedo asegurar que un hijo sea motivo suficiente para todo el mundo, para mí lo fue.
Un viernes, pasadas las 20 horas, dejé de fumar; hoy la ansiedad es nula, hoy no imagino tener a mi hijo en brazos y estar oliendo a tabaco. No reprocho a los fumadores, pero desde que soy padre los evito, he llegado a adquirir cierta repulsión al humo del cigarrillo.
Al final me gustó mi nueva faceta de no fumador, sin contar con todos los beneficios que esto conlleva; recuperar el olfato, el gusto, oler bien, etc. Lo que pensé en un principio que hacía por mi hijo, lo hacía realmente por mí.
Para finalizar, déjame decirte que no hay excusa alguna para tener un bebé en casa y seguir fumando. Los daños que se pueden presentar en esta nueva y frágil vida son incalculables, así que ¡ánimo!, dejar de fumar es más fácil que pensarlo.
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Empecemos a cambiar una masculinidad mal entendida

¿Qué tipo de masculinidad quiero transmitir a mi hijo? Es una pregunta que no me he hecho con mucha frecuencia pero si es algo que me he planteado en alguna ocasión. Esta inquietud tomó fuerza cuando hace unos días descubrí el documental ‘The Mask you live in’ que trata de cómo se transmite la masculinidad […]

La entrada Empecemos a cambiar una masculinidad mal entendida aparece primero en Papa a bordo.

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Las vacunas de los dos meses

Al nacer, nuestros hijos reciben unas dosis de vacunas que los mantendrán inmunes a ciertos riesgos hasta los dos meses, es por esto que nuestros cuidados en los primeros meses de vida deben ser extremos. Descansamos cuando llega el día 60 de vida de nuestro bebé, y lo hacemos porque es tiempo de vacunas, es tiempo de inmunidad. 
En Uno Más Uno Tres preparamos una serie de ‘tips’ para que la jornada de vacunación sea satisfactoria para los padres y poco traumática para el bebé.


1. Dar Acetaminofén antes de aplicar las vacunas.

En países como Colombia se maneja el acetaminofén para niños con el nombre de «Dolex Niños», no olvides consultar en tu país o región cuál es el adecuado para bebés de dos meses, así como la dosis a suministrar, esta muchas veces dependerá del peso.

2. Calmarse. 

Suena básico pero es algo que todos los padres debemos tener en cuenta. Es inevitable que nuestros bebés sientan dolor en esta experiencia, pero no debemos olvidar que es algo que les hará bien, es un camino que tienen que transitar, no les hará mal conocer que el dolor físico también hace parte del la vida.

3. Aliméntalo después.

A la hora de vacunar nuestro bebé debe tener el estómago vacío, esto con el fin de que ellos reciban la dosis oral sin complicaciones. Además brindarle su alimento después ayudará a calmarlo.

4. Cuidado con las alarmas.

La enfermera o personal encargado de vacunar al bebé debe dar una breve charla a los padres indicando todas las reacciones que puede ocasionar las vacunas en el cuerpo de nuestro pequeño/a. Así que presta mucha atención y sigue estos cuidados en casa durante los 10 días posteriores a la vacunación.
Fiebre: Si tu bebé tiene temperatura mayor a 38°C y ésta no desciende con la dosis adecuada de acetaminofén o con un baño refrescante se debe acudir al médico.
Diarrea: La deposición del bebé será más líquida de lo habitual, si ves sangrado el bebé requerirá atención médica. 
Llanto prolongado: Es normal que el bebé esté más consentido de lo habitual, pero su llanto se convierte en alarma cuando supera las 3 horas de manera consecutiva.

5. Calma su dolor.

Coloca compresas de agua fría cada hora para disminuir la hinchazón.

6. Doble dosis de amor.

Tu bebé necesitará todos los cuidados y el amor de sus padres, trata de que tu dosis de cariño sea más grande que el dolor.

¿Y tú cómo manejas el tema de la vacunación con tus bebés?

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Las vacunas de los dos meses

Al nacer, nuestros hijos reciben unas dosis de vacunas que los mantendrán inmunes a ciertos riesgos hasta los dos meses, es por esto que nuestros cuidados en los primeros meses de vida deben ser extremos. Descansamos cuando llega el día 60 de vida de nuestro bebé, y lo hacemos porque es tiempo de vacunas, es tiempo de inmunidad. 
En Uno Más Uno Tres preparamos una serie de ‘tips’ para que la jornada de vacunación sea satisfactoria para los padres y poco traumática para el bebé.


1. Dar Acetaminofén antes de aplicar las vacunas.

En países como Colombia se maneja el acetaminofén para niños con el nombre de «Dolex Niños», no olvides consultar en tu país o región cuál es el adecuado para bebés de dos meses, así como la dosis a suministrar, esta muchas veces dependerá del peso.

2. Calmarse. 

Suena básico pero es algo que todos los padres debemos tener en cuenta. Es inevitable que nuestros bebés sientan dolor en esta experiencia, pero no debemos olvidar que es algo que les hará bien, es un camino que tienen que transitar, no les hará mal conocer que el dolor físico también hace parte del la vida.

3. Aliméntalo después.

A la hora de vacunar nuestro bebé debe tener el estómago vacío, esto con el fin de que ellos reciban la dosis oral sin complicaciones. Además brindarle su alimento después ayudará a calmarlo.

4. Cuidado con las alarmas.

La enfermera o personal encargado de vacunar al bebé debe dar una breve charla a los padres indicando todas las reacciones que puede ocasionar las vacunas en el cuerpo de nuestro pequeño/a. Así que presta mucha atención y sigue estos cuidados en casa durante los 10 días posteriores a la vacunación.
Fiebre: Si tu bebé tiene temperatura mayor a 38°C y ésta no desciende con la dosis adecuada de acetaminofén o con un baño refrescante se debe acudir al médico.
Diarrea: La deposición del bebé será más líquida de lo habitual, si ves sangrado el bebé requerirá atención médica. 
Llanto prolongado: Es normal que el bebé esté más consentido de lo habitual, pero su llanto se convierte en alarma cuando supera las 3 horas de manera consecutiva.

5. Calma su dolor.

Coloca compresas de agua fría cada hora para disminuir la hinchazón.

6. Doble dosis de amor.

Tu bebé necesitará todos los cuidados y el amor de sus padres, trata de que tu dosis de cariño sea más grande que el dolor.

¿Y tú cómo manejas el tema de la vacunación con tus bebés?

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AMISTATS

[Puedes leerlo en castellano aquí] Resulta que avui he volgut revisar quan fa de la meva última entrada, i fa tres mesos que no passava per aquí… Durant aquests tres mesos he intentat escriure alguna entrada, però quan m’asseia a fer-ho, no em venia cap tema. També és veritat que he intentat treballar més una…
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¿Qué hubiera pasado si?

Que hubiera pasado si las cosas fueran distintas, que sería de mí si mis decisiones pasadas me hubieran hecho tomar rutas distintas, de repente no estaría escribiendo estas líneas, tal vez no estuviera casado con la mujer que comparte mi vida desde hace poco mas de 6 años y de repente no tendría una hija de casi 3 años.

Que hubiera pasado si hubiese decidido volver a postular a la universidad allá por el año 92, que sería de mí si hubiera aceptado irme a vivir a Canadá allá por el año 95, que influencias hubiera tenido si mi papá hubiera decidido compartir su vida conmigo y con mi madre. Donde estaría yo si me hubiese quedado trabajando en el puesto «A» de la empresa «X» en lugar de cambiarlo por el puesto «B» de la empresa «Y», tal vez estaría en un puesto gerencial o trabajando en el extrajero.

Que tantos ahorros tendría si no hubiera reventado mis tarjetas de crédito, más por la emoción de poder comprar de todo y sin medir las consecuencias, que hubiera pasado si hubiese decidido ingresar a la universidad antes del 2004 para culminar mi carrera de ingeniería. De repente tendría otra familia diferente si me hubiera atrevido a decirle a la chica del colegio que me gustaba, en lugar de quedarme callado y guardarme mis sentimientos. Quizas hubiera destrozado el auto si hubiera sacado brevete a los 18 en lugar de hacerlo a los 25. Realmente son tantas preguntas en base a tantos supuestos que podrían volverlo loco a cualquiera.

Si me hubiera casado mucho antes, ¿tendría otra familia?, ¿tendría mas hijos?, no se si sería el mismo papá que soh ahora si en lugar de tener 1 hija tuviera 3, tendría más probabilidades de conocer a mis nietos, por un tema de edad, o tal vez a mis bisnietos, disfrutaría de ellos mientras veo la televisión tomando un café con leche, no lo sé y creo que no lo sabré todavía, queda mucho por recorrer.

¿Y a que va esta catarsis de preguntas elaboradas que no vienen al caso ahorita? Sé que no van a cambiar mi pasado ni mi presente y menos mi futuro, ya lo que tenía que pasar pasó y no puedo volver atrás, tengo una hija hermosa, una excelente esposa, una familia increíble, unos amigos que no cambiaría por nada en el mundo. Todos ellos llegaron en el momento que correspondía, yo no decidí por ellos y ellos no decidieron por su cuenta, las cosas pasaron y punto. 

No me arrepiento de lo que tengo, de lo que he logrado y de lo que voy a lograr a futuro, en un año o en cinco, sé que he fallado en muchas cosas, pero de eso se trata la vida, de aprender de las metidas de pata y de salir airoso nuevamente.

Hoy vivo por mi familia y más por mi hija, por eso te digo que aceptes lo que tienes, disfrútalo, gózalo y no te sientas menos por lo que tienes y por lo que eres, no a todos nos llegan las cosas a la misma vez y a la misma velocidad. Eres un grandioso padre, una grandiosa madre y tienes un grandioso futuro por delante.

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¿Qué hubiera pasado si?

Que hubiera pasado si las cosas fueran distintas, que sería de mí si mis decisiones pasadas me hubieran hecho tomar rutas distintas, de repente no estaría escribiendo estas líneas, tal vez no estuviera casado con la mujer que comparte mi vida desde hace poco mas de 6 años y de repente no tendría una hija de casi 3 años.

Que hubiera pasado si hubiese decidido volver a postular a la universidad allá por el año 92, que sería de mí si hubiera aceptado irme a vivir a Canadá allá por el año 95, que influencias hubiera tenido si mi papá hubiera decidido compartir su vida conmigo y con mi madre. Donde estaría yo si me hubiese quedado trabajando en el puesto «A» de la empresa «X» en lugar de cambiarlo por el puesto «B» de la empresa «Y», tal vez estaría en un puesto gerencial o trabajando en el extrajero.

Que tantos ahorros tendría si no hubiera reventado mis tarjetas de crédito, más por la emoción de poder comprar de todo y sin medir las consecuencias, que hubiera pasado si hubiese decidido ingresar a la universidad antes del 2004 para culminar mi carrera de ingeniería. De repente tendría otra familia diferente si me hubiera atrevido a decirle a la chica del colegio que me gustaba, en lugar de quedarme callado y guardarme mis sentimientos. Quizas hubiera destrozado el auto si hubiera sacado brevete a los 18 en lugar de hacerlo a los 25. Realmente son tantas preguntas en base a tantos supuestos que podrían volverlo loco a cualquiera.

Si me hubiera casado mucho antes, ¿tendría otra familia?, ¿tendría mas hijos?, no se si sería el mismo papá que soh ahora si en lugar de tener 1 hija tuviera 3, tendría más probabilidades de conocer a mis nietos, por un tema de edad, o tal vez a mis bisnietos, disfrutaría de ellos mientras veo la televisión tomando un café con leche, no lo sé y creo que no lo sabré todavía, queda mucho por recorrer.

¿Y a que va esta catarsis de preguntas elaboradas que no vienen al caso ahorita? Sé que no van a cambiar mi pasado ni mi presente y menos mi futuro, ya lo que tenía que pasar pasó y no puedo volver atrás, tengo una hija hermosa, una excelente esposa, una familia increíble, unos amigos que no cambiaría por nada en el mundo. Todos ellos llegaron en el momento que correspondía, yo no decidí por ellos y ellos no decidieron por su cuenta, las cosas pasaron y punto. 

No me arrepiento de lo que tengo, de lo que he logrado y de lo que voy a lograr a futuro, en un año o en cinco, sé que he fallado en muchas cosas, pero de eso se trata la vida, de aprender de las metidas de pata y de salir airoso nuevamente.

Hoy vivo por mi familia y más por mi hija, por eso te digo que aceptes lo que tienes, disfrútalo, gózalo y no te sientas menos por lo que tienes y por lo que eres, no a todos nos llegan las cosas a la misma vez y a la misma velocidad. Eres un grandioso padre, una grandiosa madre y tienes un grandioso futuro por delante.

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Bienvenido al lado oscuro

Uno de esos pocos amigos irresponsables que me quedaban se acaba de pasar al lado oscuro. Era el último reducto, la aldea gala, la Islandia de la Eurocopa, la última esperanza blanca, el último de nosotros que no había probado aún las mieles de la paternidad. 
Digo “era” porque acaba de ser padre, desoyendo nuestros sabios consejos y dejándose embeber por los cantos de sirena de una vida plena al lado de su retoño. El último gran héroe es ahora uno de los nuestros, otro jedi abducido por el Imperio que ha entregado su espada al poder supremo y que, a partir de ahora, rara vez volverá a desenvainarla (y sí, esto es un símil sexual).

De nada sirven ahora los lamentos, los “cuánta razón tenías”, la nostalgia de un tiempo pretérito en el que dormir y yacer no eran cuestión de cábalas. Ha dado un paso hacia el abismo, hacia el averno, y con el agravante de tener tras de sí una legión de voces que le gritaban que no lo hiciera. Pero lo ha hecho, y ahora no hay vuelta de hoja. Mi amigo ha entregado su placa y su pistola y ha recibido a cambio el biberón y el pañal, estandartes que le acompañarán durante los próximos años cual fiel escudero a su quijote.
Y oye, a pesar de los pesares, se le ve contento, satisfecho, pleno, con un atisbo de certeza en sus actos como siendo consciente, en esos escasos momentos de lucidez que le concede la vida entre toma y toma, de haber hecho lo correcto. Enhorabuena tronco; bienvenido Marco.  
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Bienvenido al lado oscuro

Uno de esos pocos amigos irresponsables que me quedaban se acaba de pasar al lado oscuro. Era el último reducto, la aldea gala, la Islandia de la Eurocopa, la última esperanza blanca, el último de nosotros que no había probado aún las mieles de la paternidad. 
Digo “era” porque acaba de ser padre, desoyendo nuestros sabios consejos y dejándose embeber por los cantos de sirena de una vida plena al lado de su retoño. El último gran héroe es ahora uno de los nuestros, otro jedi abducido por el Imperio que ha entregado su espada al poder supremo y que, a partir de ahora, rara vez volverá a desenvainarla (y sí, esto es un símil sexual).

De nada sirven ahora los lamentos, los “cuánta razón tenías”, la nostalgia de un tiempo pretérito en el que dormir y yacer no eran cuestión de cábalas. Ha dado un paso hacia el abismo, hacia el averno, y con el agravante de tener tras de sí una legión de voces que le gritaban que no lo hiciera. Pero lo ha hecho, y ahora no hay vuelta de hoja. Mi amigo ha entregado su placa y su pistola y ha recibido a cambio el biberón y el pañal, estandartes que le acompañarán durante los próximos años cual fiel escudero a su quijote.
Y oye, a pesar de los pesares, se le ve contento, satisfecho, pleno, con un atisbo de certeza en sus actos como siendo consciente, en esos escasos momentos de lucidez que le concede la vida entre toma y toma, de haber hecho lo correcto. Enhorabuena tronco; bienvenido Marco.  
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La difícil tarea de compatibilizar paternidad y trabajo

El mundo ha cambiado mucho en los últimos 30 años. La globalización, los computadores, internet, el acceso casi ilimitado a la información…todo esto ha hecho que cambie la forma en que nos comunicamos y la forma en que interactuamos con las personas, tanto a nivel personal como a nivel laboral. Se han consolidado los derechos … More La difícil tarea de compatibilizar paternidad y trabajo

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I’m back

Hola, soy el Señor Lobo. Soluciono problemas.
¿Tu problema es que tienes un Blog abandonado? Aqui están los motivos de mi (querido) «Silencio».

Va pasando el tiempo, hasta que un día miras y ves que tu última entrada es de hace más de 6 meses. Reflexionas dándote cuenta que tu pequeña hija ha dejado de ser un modelo Ficus, y que en sinergia con su hermano mayor te absorben el tiempo (y el espacio de casa, literalmente).

Lo primero después de tanto tiempo es realizar un update:

Penny, se acerca peligrosamente a los dos años… A esos “””maravillosos”””2 años. Pero lo mejor de estos “””maravillosos””” 2 años de Penny, es que se tratan de la versión femenina… A mí me perdonaréis, pero habiendo vivido la primera adolescencia del hermano mayor, los dos años masculinos, me parecen Coser y cantar.

– Cariño, ¿nos vamos a la calle?
 Si!!!! Pongo la chaqueta rosa.
– Cariño, el plumón no. Que estamos a 35ºC grados y te vas a cocer al papillote…
– Pongo la chaqueta rosa.
– Pero, y si en lugar de la chaqueta nos ponemos el…
 Pon-go la CHA-QUE-TA ro-sa.
 Pero es que…
 CHAQUETA ROOOOOOSAAAAA!!!!!
 A sus órdenes.

Por su parte Le Petit Terrorist, ya ha superado aquellos “””maravillosos””” dos años, pero es que después del 2 viene el 3. Y donde dije: “la primera adolescencia”, digo: “la primera dictadura”. Los niños de 3 años son fácilmente reconocible por:

A) Se han tragado un transistor
B) El transistor lleva pilas de carga infinitas
C) Cuando no suena el transistor es porque: Roncan o están debajo del agua
Dentro de todo el despliegue lingüístico, en el diccionario triañil existe un verbo de invocación demoníaca. Un verbo que si lo repites tres veces seguidas, como Candyman, hace aparecer demonios. Ese verbo es… [Se oye el sonido de un trueno] “Quiero”.  Si dicen “Quiero X” (sustituir X por lo que se quiera: comer un helado, clavarle las tijeras a mi hermana, hacer un puzzle, disparar flechas a la tele…) tres veces seguidas:

1. Quiero “X”.
2. Quiero “X”.
3. QUIEEEEEEROOOOOO “X”
Los niños triañiles son poseídos por el espíritu de Chucky, mutan a color rojo, se les hinchan todas las venas del cuello, cierran los puños y chillan. Chilla MUY alto.

Tú como padre bregado en el noble arte del Discutir con las paredes (Arguing with the walls) le dices con toda la paz zen mundial en tu interior:


 Cariño, no puedes pintarle los ojos a tu hermana con rotulados permanente.
 Yo quiero pintarle los ojos como hace mami.
 Ya. Pero es que este rotulador no se borra y si le pintas la pupila no me apetece tener que ir a urgencias.
 Quiero pintarle los ojos!
 ¿Y si dibujamos unos ojos en esta hoja y los pintamos?
 No!!! QUIEEEEROOOO PINTAAAARSELOS A EEEELLAAAAAA!!!!
Y mientras grita esta última frase un halo de luz refulge a su alrededor, los pelos se le ponen (más) rubios y en punta y las pequeñas piedras y objetos de la casa empiezan a flotar a su alrededor. Está en modo Super Saiyajin Ascendido (sin pasar por la fase I)



Como decían Los Serrano: 1+1=7. Un niño de 3 años y una de 2 (x 2 por ser niña). Además de sus fases de desarrollo “””maravillosas””” y dictatoriales, hay que tener en cuenta que SON HERMANOS. Por lo que a los potenciales factores detonantes de conflictos de los niños de 2 y 3 años, hay que sumarle las máximas de los de los hermanos:

– ¿¿¿Y yo??? ¡¡¡Yo también!!! La justicia Salomónica es ciega y no entiende ni de sexos ni de edades. Mi hijo va con falda al colegio y mi hija duerme con pijamas de Batman. Además, todo utensilio en casa tiene que estar duplicado, y a poder ser (y sin poder, han de ser) del mismo color.
Yo no he sido, ha sido él/ella. Donde yo como padre, a pesar de tener un hermano y odiarlo profundamente, me he visto forzado, obligado, arrastrado contra mi voluntad a contestar: “¡Me da igual quién haya sido!”
– ¡¡¡Me ha peeeeegaaaaaadooooo!!! Cual arbrito de Pressing Catch me tengo que interponer entre ellos, porqué les da igual que les estés riñendo. Se van soltando mamporros por donde no miras. Patada por aquí, puñetazo por ahí. Y cuando no miras, la pequeñaja se sube al sofá como si fuesen las cuerdas del ring y se tira en plancha encima del hermano (#Truestory). Riete tú de Batista contra El Enterrador (léanse los nombres como Batttissssta / El Entttterrrrradoor) . El título mundial de WWE peso microbio se disputa en mi salón cada noche a la hora de la Cena.
El hecho de que Batista tenga a su hermano mayor, Pinochetcomo referencia a veces es un poco esperpéntico. Porque un/a niñ@ de dos años son por defecto monos de imitación, pero si encima tienen un herman@ es como tener Eco en casa: 

– Papi, quiero zumo.
 Quiero zumo, quiero zumo (zumo, umo, umo, umo…)

 Mami, tengo pipi.
 Tengo pipi, tengo pipi (pipi, pipi, pi, pi…)
Obviemante, la corista va TODO el día detrás del cantante en solitario. Y como buena profesional, le hace los coros de ABSOLUTAMENTE TODO: Preguntas-Preguntas, peticiones-peticiones, lloros-lloros, Let it go-Let it go, y eso si, risas-risas (incluso a las 23h después de 2h de cachondeo…).

Por último Dory, ya ha recuperado parte de su memoria en detrimento de algunas dioptrías. Por lo que en Buscando a Dory, sería más Destiny que Dory. Y como Dory o Destiny, es feliz porque ya puede comentar las películas o series con alguien. Una tarde cualquiera de domingo en casa de Cotorríny Cotorrona es: 

 Mami, pongo una peli, val·l·l·le? (No queráis saber el dominio que tiene con la play)
 Vale hijo. ¿Cuale pones?
 Frozen.
 ¿Frozen? ¿Seguro que no quieres otra? Ya la hemos visto SÓLO tres millones de veces…
 (1) Quiero Frozen.
 Vale, vale. Pon Frozen.
 Mira mami, hielo.
 Si hijo, mucho hielo.
 ¿Qué hacen?
 Cortan el hielo.
 ¿Y para qué cortan el hielo?
 Para venderlo cuando hace calor.
 ¿Y para qué?
 Porque a la gente le gusta la bebida fría. ¿No te gusta el agua con gas fría?
 Sí, me gusta muuuucho el agua con gas fría. ¿Mami?
 ¿Qué, hijo?
 (1) Quiero un vaso con agua con gas.
 Ahora cuando acabé la canción te lo traigo.
 (2) Quiero un vaso con agua con gas.
 Voy…
 Noooooooo!!!!!
 ¿Quéeeeee?
 QUIEEEERO UN HIEEEEELOOOOO!!!
 Aixxxxxx…
[Empieza a sonar de fondo: Born of cold and winter air and mountain rain combining…]

Todo esto antes de acabar el primer minuto, y así hasta el final. Con Frozen, con The Flash, con cualquier cosa que te sientes a ver con él en la tele. A lo que sólo puedo concluir: 

1. God bless subtitles.
2. TEMO el día que se arranque la Corista Batista y se sume al dueto Pinochet-Destiny.
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Hola, soy el Señor Lobo. Soluciono problemas.
¿Tu problema es que tienes un Blog abandonado? Aqui están los motivos de mi (querido) «Silencio».

Va pasando el tiempo, hasta que un día miras y ves que tu última entrada es de hace más de 6 meses. Reflexionas dándote cuenta que tu pequeña hija ha dejado de ser un modelo Ficus, y que en sinergia con su hermano mayor te absorben el tiempo (y el espacio de casa, literalmente).

Lo primero después de tanto tiempo es realizar un update:

Penny, se acerca peligrosamente a los dos años… A esos “””maravillosos”””2 años. Pero lo mejor de estos “””maravillosos””” 2 años de Penny, es que se tratan de la versión femenina… A mí me perdonaréis, pero habiendo vivido la primera adolescencia del hermano mayor, los dos años masculinos, me parecen Coser y cantar.

– Cariño, ¿nos vamos a la calle?
 Si!!!! Pongo la chaqueta rosa.
– Cariño, el plumón no. Que estamos a 35ºC grados y te vas a cocer al papillote…
– Pongo la chaqueta rosa.
– Pero, y si en lugar de la chaqueta nos ponemos el…
 Pon-go la CHA-QUE-TA ro-sa.
 Pero es que…
 CHAQUETA ROOOOOOSAAAAA!!!!!
 A sus órdenes.

Por su parte Le Petit Terrorist, ya ha superado aquellos “””maravillosos””” dos años, pero es que después del 2 viene el 3. Y donde dije: “la primera adolescencia”, digo: “la primera dictadura”. Los niños de 3 años son fácilmente reconocible por:

A) Se han tragado un transistor
B) El transistor lleva pilas de carga infinitas
C) Cuando no suena el transistor es porque: Roncan o están debajo del agua
Dentro de todo el despliegue lingüístico, en el diccionario triañil existe un verbo de invocación demoníaca. Un verbo que si lo repites tres veces seguidas, como Candyman, hace aparecer demonios. Ese verbo es… [Se oye el sonido de un trueno] “Quiero”.  Si dicen “Quiero X” (sustituir X por lo que se quiera: comer un helado, clavarle las tijeras a mi hermana, hacer un puzzle, disparar flechas a la tele…) tres veces seguidas:

1. Quiero “X”.
2. Quiero “X”.
3. QUIEEEEEEROOOOOO “X”
Los niños triañiles son poseídos por el espíritu de Chucky, mutan a color rojo, se les hinchan todas las venas del cuello, cierran los puños y chillan. Chilla MUY alto.

Tú como padre bregado en el noble arte del Discutir con las paredes (Arguing with the walls) le dices con toda la paz zen mundial en tu interior:


 Cariño, no puedes pintarle los ojos a tu hermana con rotulados permanente.
 Yo quiero pintarle los ojos como hace mami.
 Ya. Pero es que este rotulador no se borra y si le pintas la pupila no me apetece tener que ir a urgencias.
 Quiero pintarle los ojos!
 ¿Y si dibujamos unos ojos en esta hoja y los pintamos?
 No!!! QUIEEEEROOOO PINTAAAARSELOS A EEEELLAAAAAA!!!!
Y mientras grita esta última frase un halo de luz refulge a su alrededor, los pelos se le ponen (más) rubios y en punta y las pequeñas piedras y objetos de la casa empiezan a flotar a su alrededor. Está en modo Super Saiyajin Ascendido (sin pasar por la fase I)



Como decían Los Serrano: 1+1=7. Un niño de 3 años y una de 2 (x 2 por ser niña). Además de sus fases de desarrollo “””maravillosas””” y dictatoriales, hay que tener en cuenta que SON HERMANOS. Por lo que a los potenciales factores detonantes de conflictos de los niños de 2 y 3 años, hay que sumarle las máximas de los de los hermanos:

– ¿¿¿Y yo??? ¡¡¡Yo también!!! La justicia Salomónica es ciega y no entiende ni de sexos ni de edades. Mi hijo va con falda al colegio y mi hija duerme con pijamas de Batman. Además, todo utensilio en casa tiene que estar duplicado, y a poder ser (y sin poder, han de ser) del mismo color.
Yo no he sido, ha sido él/ella. Donde yo como padre, a pesar de tener un hermano y odiarlo profundamente, me he visto forzado, obligado, arrastrado contra mi voluntad a contestar: “¡Me da igual quién haya sido!”
– ¡¡¡Me ha peeeeegaaaaaadooooo!!! Cual arbrito de Pressing Catch me tengo que interponer entre ellos, porqué les da igual que les estés riñendo. Se van soltando mamporros por donde no miras. Patada por aquí, puñetazo por ahí. Y cuando no miras, la pequeñaja se sube al sofá como si fuesen las cuerdas del ring y se tira en plancha encima del hermano (#Truestory). Riete tú de Batista contra El Enterrador (léanse los nombres como Batttissssta / El Entttterrrrradoor) . El título mundial de WWE peso microbio se disputa en mi salón cada noche a la hora de la Cena.
El hecho de que Batista tenga a su hermano mayor, Pinochetcomo referencia a veces es un poco esperpéntico. Porque un/a niñ@ de dos años son por defecto monos de imitación, pero si encima tienen un herman@ es como tener Eco en casa: 

– Papi, quiero zumo.
 Quiero zumo, quiero zumo (zumo, umo, umo, umo…)

 Mami, tengo pipi.
 Tengo pipi, tengo pipi (pipi, pipi, pi, pi…)
Obviemante, la corista va TODO el día detrás del cantante en solitario. Y como buena profesional, le hace los coros de ABSOLUTAMENTE TODO: Preguntas-Preguntas, peticiones-peticiones, lloros-lloros, Let it go-Let it go, y eso si, risas-risas (incluso a las 23h después de 2h de cachondeo…).

Por último Dory, ya ha recuperado parte de su memoria en detrimento de algunas dioptrías. Por lo que en Buscando a Dory, sería más Destiny que Dory. Y como Dory o Destiny, es feliz porque ya puede comentar las películas o series con alguien. Una tarde cualquiera de domingo en casa de Cotorríny Cotorrona es: 

 Mami, pongo una peli, val·l·l·le? (No queráis saber el dominio que tiene con la play)
 Vale hijo. ¿Cuale pones?
 Frozen.
 ¿Frozen? ¿Seguro que no quieres otra? Ya la hemos visto SÓLO tres millones de veces…
 (1) Quiero Frozen.
 Vale, vale. Pon Frozen.
 Mira mami, hielo.
 Si hijo, mucho hielo.
 ¿Qué hacen?
 Cortan el hielo.
 ¿Y para qué cortan el hielo?
 Para venderlo cuando hace calor.
 ¿Y para qué?
 Porque a la gente le gusta la bebida fría. ¿No te gusta el agua con gas fría?
 Sí, me gusta muuuucho el agua con gas fría. ¿Mami?
 ¿Qué, hijo?
 (1) Quiero un vaso con agua con gas.
 Ahora cuando acabé la canción te lo traigo.
 (2) Quiero un vaso con agua con gas.
 Voy…
 Noooooooo!!!!!
 ¿Quéeeeee?
 QUIEEEERO UN HIEEEEELOOOOO!!!
 Aixxxxxx…
[Empieza a sonar de fondo: Born of cold and winter air and mountain rain combining…]

Todo esto antes de acabar el primer minuto, y así hasta el final. Con Frozen, con The Flash, con cualquier cosa que te sientes a ver con él en la tele. A lo que sólo puedo concluir: 

1. God bless subtitles.
2. TEMO el día que se arranque la Corista Batista y se sume al dueto Pinochet-Destiny.
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Hola, soy el Señor Lobo. Soluciono problemas.
¿Tu problema es que tienes un Blog abandonado? Aqui están los motivos de mi (querido) «Silencio».

Va pasando el tiempo, hasta que un día miras y ves que tu última entrada es de hace más de 6 meses. Reflexionas dándote cuenta que tu pequeña hija ha dejado de ser un modelo Ficus, y que en sinergia con su hermano mayor te absorben el tiempo (y el espacio de casa, literalmente).

Lo primero después de tanto tiempo es realizar un update:

Penny, se acerca peligrosamente a los dos años… A esos “””maravillosos”””2 años. Pero lo mejor de estos “””maravillosos””” 2 años de Penny, es que se tratan de la versión femenina… A mí me perdonaréis, pero habiendo vivido la primera adolescencia del hermano mayor, los dos años masculinos, me parecen Coser y cantar.

– Cariño, ¿nos vamos a la calle?
 Si!!!! Pongo la chaqueta rosa.
– Cariño, el plumón no. Que estamos a 35ºC grados y te vas a cocer al papillote…
– Pongo la chaqueta rosa.
– Pero, y si en lugar de la chaqueta nos ponemos el…
 Pon-go la CHA-QUE-TA ro-sa.
 Pero es que…
 CHAQUETA ROOOOOOSAAAAA!!!!!
 A sus órdenes.

Por su parte Le Petit Terrorist, ya ha superado aquellos “””maravillosos””” dos años, pero es que después del 2 viene el 3. Y donde dije: “la primera adolescencia”, digo: “la primera dictadura”. Los niños de 3 años son fácilmente reconocible por:

A) Se han tragado un transistor
B) El transistor lleva pilas de carga infinitas
C) Cuando no suena el transistor es porque: Roncan o están debajo del agua
Dentro de todo el despliegue lingüístico, en el diccionario triañil existe un verbo de invocación demoníaca. Un verbo que si lo repites tres veces seguidas, como Candyman, hace aparecer demonios. Ese verbo es… [Se oye el sonido de un trueno] “Quiero”.  Si dicen “Quiero X” (sustituir X por lo que se quiera: comer un helado, clavarle las tijeras a mi hermana, hacer un puzzle, disparar flechas a la tele…) tres veces seguidas:

1. Quiero “X”.
2. Quiero “X”.
3. QUIEEEEEEROOOOOO “X”
Los niños triañiles son poseídos por el espíritu de Chucky, mutan a color rojo, se les hinchan todas las venas del cuello, cierran los puños y chillan. Chilla MUY alto.

Tú como padre bregado en el noble arte del Discutir con las paredes (Arguing with the walls) le dices con toda la paz zen mundial en tu interior:


 Cariño, no puedes pintarle los ojos a tu hermana con rotulados permanente.
 Yo quiero pintarle los ojos como hace mami.
 Ya. Pero es que este rotulador no se borra y si le pintas la pupila no me apetece tener que ir a urgencias.
 Quiero pintarle los ojos!
 ¿Y si dibujamos unos ojos en esta hoja y los pintamos?
 No!!! QUIEEEEROOOO PINTAAAARSELOS A EEEELLAAAAAA!!!!
Y mientras grita esta última frase un halo de luz refulge a su alrededor, los pelos se le ponen (más) rubios y en punta y las pequeñas piedras y objetos de la casa empiezan a flotar a su alrededor. Está en modo Super Saiyajin Ascendido (sin pasar por la fase I)



Como decían Los Serrano: 1+1=7. Un niño de 3 años y una de 2 (x 2 por ser niña). Además de sus fases de desarrollo “””maravillosas””” y dictatoriales, hay que tener en cuenta que SON HERMANOS. Por lo que a los potenciales factores detonantes de conflictos de los niños de 2 y 3 años, hay que sumarle las máximas de los de los hermanos:

– ¿¿¿Y yo??? ¡¡¡Yo también!!! La justicia Salomónica es ciega y no entiende ni de sexos ni de edades. Mi hijo va con falda al colegio y mi hija duerme con pijamas de Batman. Además, todo utensilio en casa tiene que estar duplicado, y a poder ser (y sin poder, han de ser) del mismo color.
Yo no he sido, ha sido él/ella. Donde yo como padre, a pesar de tener un hermano y odiarlo profundamente, me he visto forzado, obligado, arrastrado contra mi voluntad a contestar: “¡Me da igual quién haya sido!”
– ¡¡¡Me ha peeeeegaaaaaadooooo!!! Cual arbrito de Pressing Catch me tengo que interponer entre ellos, porqué les da igual que les estés riñendo. Se van soltando mamporros por donde no miras. Patada por aquí, puñetazo por ahí. Y cuando no miras, la pequeñaja se sube al sofá como si fuesen las cuerdas del ring y se tira en plancha encima del hermano (#Truestory). Riete tú de Batista contra El Enterrador (léanse los nombres como Batttissssta / El Entttterrrrradoor) . El título mundial de WWE peso microbio se disputa en mi salón cada noche a la hora de la Cena.
El hecho de que Batista tenga a su hermano mayor, Pinochetcomo referencia a veces es un poco esperpéntico. Porque un/a niñ@ de dos años son por defecto monos de imitación, pero si encima tienen un herman@ es como tener Eco en casa: 

– Papi, quiero zumo.
 Quiero zumo, quiero zumo (zumo, umo, umo, umo…)

 Mami, tengo pipi.
 Tengo pipi, tengo pipi (pipi, pipi, pi, pi…)
Obviemante, la corista va TODO el día detrás del cantante en solitario. Y como buena profesional, le hace los coros de ABSOLUTAMENTE TODO: Preguntas-Preguntas, peticiones-peticiones, lloros-lloros, Let it go-Let it go, y eso si, risas-risas (incluso a las 23h después de 2h de cachondeo…).

Por último Dory, ya ha recuperado parte de su memoria en detrimento de algunas dioptrías. Por lo que en Buscando a Dory, sería más Destiny que Dory. Y como Dory o Destiny, es feliz porque ya puede comentar las películas o series con alguien. Una tarde cualquiera de domingo en casa de Cotorríny Cotorrona es: 

 Mami, pongo una peli, val·l·l·le? (No queráis saber el dominio que tiene con la play)
 Vale hijo. ¿Cuale pones?
 Frozen.
 ¿Frozen? ¿Seguro que no quieres otra? Ya la hemos visto SÓLO tres millones de veces…
 (1) Quiero Frozen.
 Vale, vale. Pon Frozen.
 Mira mami, hielo.
 Si hijo, mucho hielo.
 ¿Qué hacen?
 Cortan el hielo.
 ¿Y para qué cortan el hielo?
 Para venderlo cuando hace calor.
 ¿Y para qué?
 Porque a la gente le gusta la bebida fría. ¿No te gusta el agua con gas fría?
 Sí, me gusta muuuucho el agua con gas fría. ¿Mami?
 ¿Qué, hijo?
 (1) Quiero un vaso con agua con gas.
 Ahora cuando acabé la canción te lo traigo.
 (2) Quiero un vaso con agua con gas.
 Voy…
 Noooooooo!!!!!
 ¿Quéeeeee?
 QUIEEEERO UN HIEEEEELOOOOO!!!
 Aixxxxxx…
[Empieza a sonar de fondo: Born of cold and winter air and mountain rain combining…]

Todo esto antes de acabar el primer minuto, y así hasta el final. Con Frozen, con The Flash, con cualquier cosa que te sientes a ver con él en la tele. A lo que sólo puedo concluir: 

1. God bless subtitles.
2. TEMO el día que se arranque la Corista Batista y se sume al dueto Pinochet-Destiny.
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Els efectes d’educar en l’obediència i la conformitat

Als pares ens agrada que els fills ens facin cas. No debades quan els diem alguna cosa ho fem sempre pensant en el seu bé, i quan els manem, per exemple, que recullin els plats de taula, ho fem perquè es vagin acostumant a cooperar amb els altres i aprenguin quines són les tasques habituals de la llar. Poques vegades els fem fer alguna cosa perquè sí.
Nen, fes això! Noia, ves allà! Nois, feu cas i no sigueu desobedients!
També quan decidim fer alguna cosa tots junts els demanem que es conformin amb allò que hem decidit, o que acceptin el que proposa la majoria. La conformitat i l’obediència formen part de les relacions socials, i els infants ho perceben de ben menuts, tant bon punt comencem a interactuar amb ells i els diem el primer no. Fins i tot en fem un motiu d’orgull, com a pares: «La meva filla em fa cas sempre, no li haig de dir les coses dues vegades»; «El meu fill accepta de bon grat tot allò que li diem», etcètera.

La vida social comporta adaptar les actitud i els desitjos propis en funció del punt de vista dels altres, i aquest és un dels molts aspectes que, a través de l’educació, comuniquem als nostres fills, fins que al final acaben formant part del seu tarannà preconscient. Arriba un moment en què, en situacions normals acabem per no adonar-nos de què impliquen la conformitat i l’obediència. Són certament aspectes necessaris per harmonitzar la vida en comú però, ¿què implica realment a nivell cerebral convertir els nostres fills en autòmats de la conformitat i l’obediència?

L’obediència és l’acció d’executar allò que mana algú, generalment una persona a qui se li atorga –o ell s’auto-otorga– ,o se li suposa –o s’ho fa venir bé perquè els altres li pressuposin–, un estatus de superioritat jeràrquica. És molt freqüent en tots els àmbits: els nens obeeixen els pares i mestres, els empleats a llurs caps, tots els presents en un judici al jutge, els ciutadans les indicacions de la policia i, com a cas extrem, els soldats han d’obeir cegament les ordres rebudes, malgrat no sempre, en cap d’aquests casos, s’entengui o es vegi la lògica racional i emocional de les ordres rebudes. La conformitat, en canvi, és la qualitat d’estar d’acord amb algú o d’acceptar una cosa expressada per una altra persona o per un sector social, sense una ordre explícita, únicament com a mecanisme d’adaptació als altres. Tot plegat sembla l’ordre natural de la vida social, o així ho tenim assumit des de ben petits.

Obeir genera conflictes cognitius

Tanmateix, un treball publicat fa poc indica que l’obediència genera conflictes cognitius a la persona a qui s’exigeix, i que la conformitat no en genera però en canvi afavoreix el pas cap a l’obediència. Anem a pams, perquè l’experiment que van fer és curiós. Van demanar a un grup de voluntaris que compressin un llibre per Internet. Només en coneixien el títol i algunes paraules significatives, i podien accedir també a unes quantes ressenyes fetes per altres persones, algunes de les quals eren positives i altres negatives. Alguns dels llibres tenien majoritàriament ressenyes positives, i altres de negatives.

A partir d’aquí, a un grup els van deixar triar el llibre lliurement, la qual cosa feia que els voluntaris es fixessin amb més cura en el contingut i en la valoració de les ressenyes. Aquest cas simula el procés de conformitat, atès que hom té tendència a comprar el llibre que més persones han valorat positivament, sense que hi hagi cap ordre explícita subjacent. Acceptem una cosa expressada per una altra persona i ens adaptem a l’opinió de la majoria. A nivell familiar i escolar ve a ser exactament el mateix: molts infants trien sense reflexionar allò que els seus pares o germans diuen o prefereixen, i també molts alumnes basen les seves decisions en allò que majoritàriament prefereixen els companys, a vegades els companys que per algun motiu exerceixen algun tipus de lideratge dins el grup. La conformitat ajuda a harmonitzar el funcionament col·lectiu, atès que tendeix a homogeneïtzar les respostes dels diferents membres de qualsevol grup social i llima les diferències. I l’obediència?

A un altre grup de voluntaris l’investigador que estava amb ells, que pel fet de dirigir l’experiment se li suposa preconscientment un estatus de superioritat jeràrquica, els va donar l’ordre directe i explícita de comprar un llibre determinat, precisament un dels que tenia més opinions negatives. En aquesta situació se simula l’obediència, atès que el voluntari havia de comprar un dels llibres que molt probablement no hagués triat mai. Portat a nivell familiar i escolar també ve a ser exactament el mateix: fer que els fills o els alumnes facin obligatòriament alguna cosa que per ells mateixos difícilment haguessin triat. En tots ambdós experiments, els voluntaris havien de prendre la decisió de manera ràpida, i se’ls va monitoritzar l’activitat cerebral.

Concretament es van analitzar les anomenades ones cerebrals P3, que reflecteixen els processos de presa de decisions, d’avaluació d’estímuls i de categorització, i les N2, que reflecteixen els processos de control executiu, de planificació d’activitats, d’inhibició de respostes i de gestió del llenguatge. Per començar, van veure que la intensitat i la durada d’aquestes ones és clarament diferent en les proves d’obediència que en les de conformitat, la qual cosa indica que l’obediència requereix més esforç mental, per inhibir les respostes naturals. I també indiquen que l’obediència genera conflictes cognitius, motiu pel qual és més difícil mantenir la cohesió d’un grup a llarg termini a través de l’obediència que de la conformitat. Els conflictes cognitius es produeixen quan hi ha una incompatibilitat entre el que ho suposava prèviament i el que acaba esdevenint, i obliguen el cervell a reconciliar els punts de vista divergents.

Fer obeir o no fer obeir? Aquesta és la qüestió

Els resultats obtinguts també indiquen que la conformitat facilita el procés cap a l’obediència, motiu pel qual és més fàcil obeir en una situació social en la qual prèviament hom si sent adherit. Quina conclusió en podem treure de tot això, en clau educativa per als nostres fills i alumnes? Si us penseu que ara diré que l’obediència no és bona per la formació dels fills i alumnes perquè genera conflictes cognitius, em sembla que us decebré. I si ara penseu que diré que cal inculcar les virtuts de l’obediència, també us decebré. Perquè una de les maneres que té el cervell d’aprendre coses noves és solucionant els conflictes cognitius que se li presenten. És la manera com anem perfilant i canviant els nostres paradigmes. Sense conflictes cognitius els paradigmes apressos romanen inamovibles. Per tant, tenir conflictes cognitius pot ser profitós, sempre que tinguem temps per resoldre’ls i recursos per a fer-ho. Dit d’una altra manera, el que cal és educar en la reflexió i donar eines i estratègies, i temps, per reflexionar. De fet, i no dic res que no sapigueu, tot sovint la reflexió ens porta a acceptar els postulats dels altres, mantenint també els nostres. Una conformitat a mitges, que sovint fa innecessària l’obediència en el sentit estricte i jeràrquic de la paraula.

BONES VACANCES A TOTHOM !!!!!!!

El proper post: Equivocar-se per aprendre: perquè els errors són tant importants en l’educació

 

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CLND 25 Cuando hablamos del veranito, en directo

Cuando hacemos un directo sobre las vacaciones Bienvenidos a Cuando los niños duermen en este especial verano en Radio Palau, saludos a escuchantes del podcast y a oyentes de Radio palau en la 91.7 FM o a través de la web. Sumario: Noticias – Pepa Pig – El caimán de Disney Que hacer en verano Lucía, mi…

La entrada CLND 25 Cuando hablamos del veranito, en directo aparece primero en Nación Podcast.

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Errores que cometimos viajando con bebés

Hace pocos días hablaba con una amiga que es madre reciente. Ella y su pareja siempre han sido de viajar mucho y pretenden seguir haciéndolo, adaptándose un poco a su nueva realidad.
Estuvimos hablando sobre destinos, qué hacer, qué no hacer, qué llevar y qué no llevar… lo que me dio la idea de este post. Me vino a la mente aquel primer viaje que hicimos a Menorca con nuestra pequeña de menos de un año… lo estuve analizando y, ahora que ya llevamos algunos más, tuve claras cosas que no volvería a hacer; os las enumero aquí para que las tengáis en cuenta en vuestros viajes con niños pequeños.
1. Llevar comida preparada:
Una de las razones para escoger Menorca en nuestro primer viaje con niños fue que podíamos llevarnos el coche, lo que facilitaba el traslado de un lugar a otro. Por aquel entonces la pequeña estaba en el cambio de comer comida triturada a empezar con los trocitos… pues nos llevamos una nevera portátil llena de comida ya preparada! Luego nos arrepentimos mucho; al final lo más sencillo habría sido llevarnos algo de comida para el viaje y luego en el destino ya comprar los ingredientes y preprarlo alli (que es lo que hicimos los últimos días).
2. Llevar muchos pañales:



Casi una maleta entera llena de pañales llevábamos… Al ir en ferry con el coche no importaba mucho el numero de bultos, pero en otros medios de transporte habría sido todo un incordio… Más adelante nos dimos cuenta que, curiosidades de la vida, en Menorca también los venden, así que mejor llevar algunos para el viaje y de reserva y comprar un paquete en el destino.

3. Cargarnos de juguetes:

Situación similar a la de los pañales: Llevábamos una bolsa bien grande llena de los juguetes de la pequeña… a los que prácticamente no les hizo ni caso; evidentemente, algún juguete / cuento / entretenimiento hay que llevar, pero algo que sea fácil de transportar, no todo el arsenal.
4. Pensar que nos mudamos:
Los dichosos ‘Por si acaso’ nos hacen ir demasiado cargados, y si el viaje es con niños aún más; al final hay que intentar ser coherente con lo que hay que llevar de ropa y calzado (ocupa mucho!) y, cubriendo todas las posibilidades, llevar lo justo. Es preferible dar un remojado a algo que cargar con una maleta más. Al principio cuesta (nosotros aún estamos en ello…).
5. Horarios muy estrictos:


Es bueno que los más pequeños tengan unas rutinas de sueño y comidas, pero no nos olvidemos que estamos de vacaciones y, a veces, pueden verse alterados por causas que escapan a nuestro control, así que mejor no agobiarse con ello; intentar cumplirlo, sí… perder la vida por ello, no haría falta. Al final, tampoco es muy difícil que el pequeño o la pequeña duerman o coman en un sitio u otro.
Pues eso, que ya es suficiente con que nosotros hayamos sufrido estas ‘novatadas’… a ver si evitamos a otras familias que las pasen 😛
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Música para bañar bebés

Es un momento íntimo, un ritual que forja vínculos y lazos de por vida, es el tiempo de baño para nuestro bebé. Es bueno escoger canciones joviales, piezas musicales que digan por nosotros cuán importante es nuestro hijo/a. 
En Uno más uno tres preparamos una ‘playlist’ ideal para disfrutar junto al bebé mientras lo bañamos. 

Cuéntanos, ¿Con qué canciones disfrutas el baño junto a tu bebé?

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Música para bañar bebés

Es un momento íntimo, un ritual que forja vínculos y lazos de por vida, es el tiempo de baño para nuestro bebé. Es bueno escoger canciones joviales, piezas musicales que digan por nosotros cuán importante es nuestro hijo/a. 
En Uno más uno tres preparamos una ‘playlist’ ideal para disfrutar junto al bebé mientras lo bañamos. 

Cuéntanos, ¿Con qué canciones disfrutas el baño junto a tu bebé?

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El baño del bebé, paso a paso

El baño de los bebés es una experiencia intimidante para todos los que se estrenan como nuevos padres, nuestros bebés son muy frágiles y no sabemos cómo llevar a cabo dicho acto. De una manera adecuada, el baño puede convertirse en un momento único entre padres e hijos, en Uno más uno tres hemos preparado una guía para que esto sea así.

Preguntas iniciales.
¿Cuándo puedo bañar a mi bebé por primera vez?
Cuando su cordón umbilical haya caído, esto puede suceder entre 8 y 15 días después del nacimiento.
¿Con qué frecuencia debo bañar a mi bebé?
Existen diversas posiciones en torno a este tema, los pediatras recomiendan que sea a diario, nosotros también.
¿Puedo usar jabón y shampoo para bañar a mi bebé?
Sí, pero tienen que ser neutros. Más adelante verás nuestra recomendación en torno a estos productos.
Adecuar el entrono.
La comodidad del entorno es esencial para llevar a cabo un baño satisfactorio, podemos ubicar la tina encima de nuestra cama para realizar el aseo del bebé.
Temperatura del agua.
‘Quitar el hielo’ es la expresión que se suele utilizar para describir la temperatura adecuada que debe tener el agua. Podemos probar utilizando el codo o un termómetro, el líquido tendrá que estar a unos 38°C, pero no te compliques, basta con el sentido común para saber cuándo el agua está lista.
Precauciones.
– Antes de comenzar el baño, debemos colocar unos tapones en los oídos del bebé (podemos hacerlos con algodón). 
– Nuestro bebé se enfrentará a una experiencia nueva, es probable que llore al principio, ¡no te preocupes!, todo pasará.
– Antes de ingresar el bebé al agua es pertinente abrazarlo unos cuantos minutos, brindarle nuestro calor, que se sienta protegido.
Baño, paso a paso:
1. Sosteniendo al bebé con el brazo derecho, lo bajamos despacio hasta que haga contacto con el agua. Para que no se sienta indefenso déjalo que agarre tu dedo índice con su manita.
2. Limpiamos su cara suavemente con un algodón humedecido.
3. Nos aseguramos de asear cada uno de los pliegues que tenga el bebé en la piel, estos puntos son muy propensos a albergar demasiado mugre.
4. Enjabonamos el cuerpo de nuestro bebé (por delante y por detrás), se aconseja utilizar jabones neutros, estos pueden ser de la línea para bebés de Natura. (Si nuestro bebé tiene pelo también podemos utilizar el shampoo de la misma marca).
5. Tras haber enjabonado y aplicado el shampoo, enjuagamos al bebé.
6. Durante todos estos pasos es importante hablarle y sonreírle a nuestro bebé, esto le creará un ambiente cómodo y de gozo. Si no eres de hablar puedes tener una ‘playlist’ exclusiva para este momento.
7. Tras haberlo enjuagado, envolvemos a nuestro bebé en una toalla,  es importante que no pierda calor antes de vestirle. Nos debemos asegurar de secar bien todos sus pliegues con el fin de que estos no adquieran mal olor.
8. Cuando lo hayamos vestido podemos amamantarlo y aplicar alguna fragancia en su ropa, y sí, Natura también tiene una colonia para bebés.
Si repetimos esto día a día al cabo de un par de semanas nuestro bebé se sentirá completamente a gusto con su rutina de baño. 
Ya lo saben, el aseo de nuestro bebé es un ritual que nos permite crear vínculos muy fuertes, es algo que se tiene que hacer con mucha dedicación.
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El baño del bebé, paso a paso

El baño de los bebés es una experiencia intimidante para todos los que se estrenan como nuevos padres, nuestros bebés son muy frágiles y no sabemos cómo llevar a cabo dicho acto. De una manera adecuada, el baño puede convertirse en un momento único entre padres e hijos, en Uno más uno tres hemos preparado una guía para que esto sea así.

Preguntas iniciales.
¿Cuándo puedo bañar a mi bebé por primera vez?
Cuando su cordón umbilical haya caído, esto puede suceder entre 8 y 15 días después del nacimiento.
¿Con qué frecuencia debo bañar a mi bebé?
Existen diversas posiciones en torno a este tema, los pediatras recomiendan que sea a diario, nosotros también.
¿Puedo usar jabón y shampoo para bañar a mi bebé?
Sí, pero tienen que ser neutros. Más adelante verás nuestra recomendación en torno a estos productos.
Adecuar el entrono.
La comodidad del entorno es esencial para llevar a cabo un baño satisfactorio, podemos ubicar la tina encima de nuestra cama para realizar el aseo del bebé.
Temperatura del agua.
‘Quitar el hielo’ es la expresión que se suele utilizar para describir la temperatura adecuada que debe tener el agua. Podemos probar utilizando el codo o un termómetro, el líquido tendrá que estar a unos 38°C, pero no te compliques, basta con el sentido común para saber cuándo el agua está lista.
Precauciones.
– Antes de comenzar el baño, debemos colocar unos tapones en los oídos del bebé (podemos hacerlos con algodón). 
– Nuestro bebé se enfrentará a una experiencia nueva, es probable que llore al principio, ¡no te preocupes!, todo pasará.
– Antes de ingresar el bebé al agua es pertinente abrazarlo unos cuantos minutos, brindarle nuestro calor, que se sienta protegido.
Baño, paso a paso:
1. Sosteniendo al bebé con el brazo derecho, lo bajamos despacio hasta que haga contacto con el agua. Para que no se sienta indefenso déjalo que agarre tu dedo índice con su manita.
2. Limpiamos su cara suavemente con un algodón humedecido.
3. Nos aseguramos de asear cada uno de los pliegues que tenga el bebé en la piel, estos puntos son muy propensos a albergar demasiado mugre.
4. Enjabonamos el cuerpo de nuestro bebé (por delante y por detrás), se aconseja utilizar jabones neutros, estos pueden ser de la línea para bebés de Natura. (Si nuestro bebé tiene pelo también podemos utilizar el shampoo de la misma marca).
5. Tras haber enjabonado y aplicado el shampoo, enjuagamos al bebé.
6. Durante todos estos pasos es importante hablarle y sonreírle a nuestro bebé, esto le creará un ambiente cómodo y de gozo. Si no eres de hablar puedes tener una ‘playlist’ exclusiva para este momento.
7. Tras haberlo enjuagado, envolvemos a nuestro bebé en una toalla,  es importante que no pierda calor antes de vestirle. Nos debemos asegurar de secar bien todos sus pliegues con el fin de que estos no adquieran mal olor.
8. Cuando lo hayamos vestido podemos amamantarlo y aplicar alguna fragancia en su ropa, y sí, Natura también tiene una colonia para bebés.
Si repetimos esto día a día al cabo de un par de semanas nuestro bebé se sentirá completamente a gusto con su rutina de baño. 
Ya lo saben, el aseo de nuestro bebé es un ritual que nos permite crear vínculos muy fuertes, es algo que se tiene que hacer con mucha dedicación.
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