Feliz día Mamá

No me odien por no haber saludo ayer a todas las mamás que me siguen, como bien saben y siempre lo ando diciendo, los fines de semana son totalmente familiares y más aún si es que es una fecha tan importante como la de ayer.


Creo que está demás decir que madre hay solo una, que nos dio la vida, que nos sigue ayudando, guiando, salvando, mostrando el camino, jalando las orejas, prestándonos dinero, siendo nuestra confidente, paño de lágrimas y otras tantas cosas más.


Resumiendo todo eso en una sola frase es muy fácil, mi madre es todo para mí.


Ahora, debo confesar que no es la única mamá que existe en mi vida, mi esposa también es mamá y está haciendo un increíble trabajo; mi abuela obviamente también es mamá, sin ella yo no existiría (genealógicamente hablando), ella también ha colaborado en mi desarrollo como persona. Además de tener a mi suegra como la mano derecha de mi esposa, a mis cuñadas, a mis tías, a mis amigas y al resto de madres que no conozco, pues la verdad que mamás hay millones.


Un día de reconocimiento es muy poco, un día en el calendario no refleja la magnitud que ser mamá significa, por eso que a la mamá se le reconoce en cualquier momento, de día o de noche, un sábado o un martes, en febrero o en agosto, todo es relativo y es de acuerdo a lo que cada uno siente. La fecha es solo eso, una fecha, el reconocimiento va a ser siempre eterno, aunque en algún momento ya no estén con nosotros, seguirán siendo mamás.


Ojo que no estoy desmereciendo a ninguna mamá, puede ser la que trajo al mundo un hijo o que decidió cuidar y hacerse cargo de un hijo, por eso yo considero que mamá es toda aquella mujer que ha disfrutado de los logros de los suyos y que ha sido parte importante en el desarrollo y crecimiento de un pequeño.


Así que ya saben, celebren a sus mamás cada vez que puedan, no tienen que darles objetos valiosos, solo basta que sepan que son queridas y amadas, que son importantes y que siempre lo serán.

Feliz día mamá!!!


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Feliz día Mamá

No me odien por no haber saludo ayer a todas las mamás que me siguen, como bien saben y siempre lo ando diciendo, los fines de semana son totalmente familiares y más aún si es que es una fecha tan importante como la de ayer.


Creo que está demás decir que madre hay solo una, que nos dio la vida, que nos sigue ayudando, guiando, salvando, mostrando el camino, jalando las orejas, prestándonos dinero, siendo nuestra confidente, paño de lágrimas y otras tantas cosas más.


Resumiendo todo eso en una sola frase es muy fácil, mi madre es todo para mí.


Ahora, debo confesar que no es la única mamá que existe en mi vida, mi esposa también es mamá y está haciendo un increíble trabajo; mi abuela obviamente también es mamá, sin ella yo no existiría (genealógicamente hablando), ella también ha colaborado en mi desarrollo como persona. Además de tener a mi suegra como la mano derecha de mi esposa, a mis cuñadas, a mis tías, a mis amigas y al resto de madres que no conozco, pues la verdad que mamás hay millones.


Un día de reconocimiento es muy poco, un día en el calendario no refleja la magnitud que ser mamá significa, por eso que a la mamá se le reconoce en cualquier momento, de día o de noche, un sábado o un martes, en febrero o en agosto, todo es relativo y es de acuerdo a lo que cada uno siente. La fecha es solo eso, una fecha, el reconocimiento va a ser siempre eterno, aunque en algún momento ya no estén con nosotros, seguirán siendo mamás.


Ojo que no estoy desmereciendo a ninguna mamá, puede ser la que trajo al mundo un hijo o que decidió cuidar y hacerse cargo de un hijo, por eso yo considero que mamá es toda aquella mujer que ha disfrutado de los logros de los suyos y que ha sido parte importante en el desarrollo y crecimiento de un pequeño.


Así que ya saben, celebren a sus mamás cada vez que puedan, no tienen que darles objetos valiosos, solo basta que sepan que son queridas y amadas, que son importantes y que siempre lo serán.

Feliz día mamá!!!


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Reordenando mi vida

Uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde.


Desde hace pocos días, cuando me levanto por las mañanas, pienso en lo que sucederá en el día, sin saber si voy a volver a casa al final del mismo, no sé si volveré a ver a mi familia, no sé si en el trabajo me ira bien, si lograre cumplir con todos mis pendientes, etc., yo no lo sé, nadie lo sabe. Pero ¿Y porque ese cambio? si antes no me importaban las cosas y siempre dejaba varias de ellas para el día siguiente.

Hace unos días leí una historia, y creo que muchos ya lo han hecho, sobre un madre con un hijo pequeño, de cuatro años, que falleció de cáncer, o el otro caso donde una mamá fue a la clínica y no volvió más y que su hijo pequeño no entendía porque su mamá no regresaba. Son situaciones que nadie debería vivirlas, nadie, pero no estamos a salvo de que esas cosas sucedan, la ruleta de posibilidades sigue girando, nuestro destino no está tallado en piedra, entonces, hay que aprovechar el tiempo al máximo, reordenar mis prioridades, reordenar mi vida.

La verdad, es que yo no quisiera pasar por eso y menos que mi familia tenga que pasar por eso, pero si es que sucede, quiero tener la certeza de haber hecho todo lo posible, de haber cumplido con las expectativas de mi vida y poder decir que disfrute todo lo que pude y que los míos disfrutaron también conmigo.

Tener una familia cambia las reglas del juego de la vida, ahora tengo dos personas que dependen de mí, por quienes debo velar todos los días, por darles la seguridad que merecen, incluso el simple hecho de estar con ellos es algo importante, por más cansado que esté, aburrido, renegando del asqueroso día que tuve, del tráfico, de porque no me alcanza el sueldo, de lo que no puedo comprar, todo eso debo dejarlo afuera de mi casa, para poder entrar preparado para dedicarle a mi hija algo de mi poco tiempo libre, que disfrute conmigo de esos pocos minutos antes de que caiga dormida. Quisiera poder hacer más pero aún no puedo.

Cada noche al verla dormir pienso en si estoy dando el máximo de mí, de si estoy cumpliendo con mi rol de padre de manera correcta, de si la estoy educando como debe ser. Ya no debo pensar en que juguete le voy a comprar mañana, eso es algo temporal, debo dejar recuerdos que se queden grabados en su mente, recuerdos de felicidad, de alegría, de que su papá jugo con ella, que salimos a pasear, a comer helado, a pintarse la cara.

El tiempo que mi hija obtiene de mi es poco, el trabajo, los estudios, las responsabilidades me agobian, me estresan, me agotan, pero ahora dejo todo eso de lado apenas la veo, libero mi mente y me dedico casi de forma entera a ella. Quiero que siempre este feliz y contenta, que sepa que me tiene cerca para cualquier cosa, quiero que sepa que su papá estará con ella hasta que mis minutos se agoten.

Porque al final, uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde.
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Reordenando mi vida

Uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde.


Desde hace pocos días, cuando me levanto por las mañanas, pienso en lo que sucederá en el día, sin saber si voy a volver a casa al final del mismo, no sé si volveré a ver a mi familia, no sé si en el trabajo me ira bien, si lograre cumplir con todos mis pendientes, etc., yo no lo sé, nadie lo sabe. Pero ¿Y porque ese cambio? si antes no me importaban las cosas y siempre dejaba varias de ellas para el día siguiente.

Hace unos días leí una historia, y creo que muchos ya lo han hecho, sobre un madre con un hijo pequeño, de cuatro años, que falleció de cáncer, o el otro caso donde una mamá fue a la clínica y no volvió más y que su hijo pequeño no entendía porque su mamá no regresaba. Son situaciones que nadie debería vivirlas, nadie, pero no estamos a salvo de que esas cosas sucedan, la ruleta de posibilidades sigue girando, nuestro destino no está tallado en piedra, entonces, hay que aprovechar el tiempo al máximo, reordenar mis prioridades, reordenar mi vida.

La verdad, es que yo no quisiera pasar por eso y menos que mi familia tenga que pasar por eso, pero si es que sucede, quiero tener la certeza de haber hecho todo lo posible, de haber cumplido con las expectativas de mi vida y poder decir que disfrute todo lo que pude y que los míos disfrutaron también conmigo.

Tener una familia cambia las reglas del juego de la vida, ahora tengo dos personas que dependen de mí, por quienes debo velar todos los días, por darles la seguridad que merecen, incluso el simple hecho de estar con ellos es algo importante, por más cansado que esté, aburrido, renegando del asqueroso día que tuve, del tráfico, de porque no me alcanza el sueldo, de lo que no puedo comprar, todo eso debo dejarlo afuera de mi casa, para poder entrar preparado para dedicarle a mi hija algo de mi poco tiempo libre, que disfrute conmigo de esos pocos minutos antes de que caiga dormida. Quisiera poder hacer más pero aún no puedo.

Cada noche al verla dormir pienso en si estoy dando el máximo de mí, de si estoy cumpliendo con mi rol de padre de manera correcta, de si la estoy educando como debe ser. Ya no debo pensar en que juguete le voy a comprar mañana, eso es algo temporal, debo dejar recuerdos que se queden grabados en su mente, recuerdos de felicidad, de alegría, de que su papá jugo con ella, que salimos a pasear, a comer helado, a pintarse la cara.

El tiempo que mi hija obtiene de mi es poco, el trabajo, los estudios, las responsabilidades me agobian, me estresan, me agotan, pero ahora dejo todo eso de lado apenas la veo, libero mi mente y me dedico casi de forma entera a ella. Quiero que siempre este feliz y contenta, que sepa que me tiene cerca para cualquier cosa, quiero que sepa que su papá estará con ella hasta que mis minutos se agoten.

Porque al final, uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde.
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La Cacería de Útiles

Ya se acerca nuevamente el inicio de clases y otra vez tenemos que empezar con los preparativos previos, lo que significa, que tenemos que visitar las librerías para poder comprar la mega lista de cosas que nos han pedido para este año, aunque ya sabemos dónde vamos a encontrar casi todo.

Para nosotros este es el tercer año que nuestra hija va a ir a clases, pero esta vez va a ir al colegio y ya no al nido, ahora estamos entrando a otras ligas y nos estamos enfrentando a las grandes compras de útiles y materiales varios, todo lo que aparece en la gran lista proporcionada por el colegio.

Esta gran cacería de útiles dio inicio la semana pasada, como jugando fui averiguando precios como para ir viendo que tanto nos iba a doler el bolsillo, y para sorpresa mía el cálculo inicial no salió tan costoso, el presupuesto era algo manejable, ojo que solo había visto útiles y no el resto de cosas, que incluyen uniforme y zapatillas, esa iba a ser una cifra aparte, que diferente es cuando empiezas a pasar por caja para pagar todo lo de la carretilla.

Lo interesante de estas compras es que no nos piden cosas difíciles de encontrar, aunque las plumas nos ha costado trabajo conseguirlas pero en fin. Seamos conscientes, siempre los colegios piden de todo un poco, incluso piden cosas que no necesariamente los chicos van a utilizar, por ejemplo nos han pedido plumones acrílicos para pizarra, está por demás asumir que son para la profesora, al igual que los dos paquetes de papel A4 (mil hojas) y algunas otras cosas más, pero la gran mayoría son para uso del alumno, los plumones, colores, crayolas, lápices, todos ellos serán usados hasta que ya no les quede nada de color en sus venas.

Lo que me pareció genial y me ha gustado mucho es que todos los útiles de escritura son de tamaño grueso, es decir, no son esos clásicos lápices Mongol B2 de color amarillo con negro que todos conocemos, no señor, son esos lápices Jumbo, todo es tamaño Jumbo, y eso está excelente, va a permitir que mi hija pueda manipular los colores, plumones y demás cosas fácilmente, en lugar de darle esos lapicitos minúsculos que no duran mucho.

Lo que a uniformes refiere, hemos encontrado todo lo necesario en Plaza Vea, aunque no lo crean, incluso los libros ya vienen empaquetados, todos juntos en un solo grupo y los pagas en caja como si compraras una caja de leche, así de sencillo, nada de buscar libros gigantescos y pesados, mi hija aún no va a tener que enfrentarse a Baldor, estos libros han sido fácilmente encontrados y me han gustado, 3 en castellano y 4 en inglés, me parece genial que vayan a enseñarle inglés desde ahorita, eso me va a permitir hablar con ella en inglés de lo más natural, practicar y ayudarla a que el inglés se convierta en su segundo idioma.

Resumiendo, a nivel presupuesto, hemos superado la cifra inicial, yo había calculado unos 300 soles en útiles, sin contar libros y uniformes, y nos habremos pasado en 100 soles porque hemos incluido las cosas del aseo personal (jabón, alcohol, papel higiénico, etc.). En uniformes se ha gastado hasta el momento algo de 200 soles, pero ya con todo, solo faltan las zapatillas, y finalmente los libros han costado 190 soles. Solamente nos faltan un par de detalles y listo, habremos finiquitado, súper gastados pero contentos porque mi hija va a ir al colegio.

Y no puedo irme sin agradecer inmensamente a mi mamá, porque nos ha ayudado un montón con todo esto de las compras escolares, si no fuera por ella esto sería un desastre. Y mi abuela también ha puesto su granito de arena, todos ayudando con un fin común, gracias totales.
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La Cacería de Útiles

Ya se acerca nuevamente el inicio de clases y otra vez tenemos que empezar con los preparativos previos, lo que significa, que tenemos que visitar las librerías para poder comprar la mega lista de cosas que nos han pedido para este año, aunque ya sabemos dónde vamos a encontrar casi todo.

Para nosotros este es el tercer año que nuestra hija va a ir a clases, pero esta vez va a ir al colegio y ya no al nido, ahora estamos entrando a otras ligas y nos estamos enfrentando a las grandes compras de útiles y materiales varios, todo lo que aparece en la gran lista proporcionada por el colegio.

Esta gran cacería de útiles dio inicio la semana pasada, como jugando fui averiguando precios como para ir viendo que tanto nos iba a doler el bolsillo, y para sorpresa mía el cálculo inicial no salió tan costoso, el presupuesto era algo manejable, ojo que solo había visto útiles y no el resto de cosas, que incluyen uniforme y zapatillas, esa iba a ser una cifra aparte, que diferente es cuando empiezas a pasar por caja para pagar todo lo de la carretilla.

Lo interesante de estas compras es que no nos piden cosas difíciles de encontrar, aunque las plumas nos ha costado trabajo conseguirlas pero en fin. Seamos conscientes, siempre los colegios piden de todo un poco, incluso piden cosas que no necesariamente los chicos van a utilizar, por ejemplo nos han pedido plumones acrílicos para pizarra, está por demás asumir que son para la profesora, al igual que los dos paquetes de papel A4 (mil hojas) y algunas otras cosas más, pero la gran mayoría son para uso del alumno, los plumones, colores, crayolas, lápices, todos ellos serán usados hasta que ya no les quede nada de color en sus venas.

Lo que me pareció genial y me ha gustado mucho es que todos los útiles de escritura son de tamaño grueso, es decir, no son esos clásicos lápices Mongol B2 de color amarillo con negro que todos conocemos, no señor, son esos lápices Jumbo, todo es tamaño Jumbo, y eso está excelente, va a permitir que mi hija pueda manipular los colores, plumones y demás cosas fácilmente, en lugar de darle esos lapicitos minúsculos que no duran mucho.

Lo que a uniformes refiere, hemos encontrado todo lo necesario en Plaza Vea, aunque no lo crean, incluso los libros ya vienen empaquetados, todos juntos en un solo grupo y los pagas en caja como si compraras una caja de leche, así de sencillo, nada de buscar libros gigantescos y pesados, mi hija aún no va a tener que enfrentarse a Baldor, estos libros han sido fácilmente encontrados y me han gustado, 3 en castellano y 4 en inglés, me parece genial que vayan a enseñarle inglés desde ahorita, eso me va a permitir hablar con ella en inglés de lo más natural, practicar y ayudarla a que el inglés se convierta en su segundo idioma.

Resumiendo, a nivel presupuesto, hemos superado la cifra inicial, yo había calculado unos 300 soles en útiles, sin contar libros y uniformes, y nos habremos pasado en 100 soles porque hemos incluido las cosas del aseo personal (jabón, alcohol, papel higiénico, etc.). En uniformes se ha gastado hasta el momento algo de 200 soles, pero ya con todo, solo faltan las zapatillas, y finalmente los libros han costado 190 soles. Solamente nos faltan un par de detalles y listo, habremos finiquitado, súper gastados pero contentos porque mi hija va a ir al colegio.

Y no puedo irme sin agradecer inmensamente a mi mamá, porque nos ha ayudado un montón con todo esto de las compras escolares, si no fuera por ella esto sería un desastre. Y mi abuela también ha puesto su granito de arena, todos ayudando con un fin común, gracias totales.
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Internada por primera vez

Luego del año nuevo pasamos una situación bastante complicada, tan complicada que mi hija termino internada tres noches, entrando el martes 2 de enero a emergencias con el rostro hinchado. Hasta el día anterior no teníamos idea de lo que estaba sucediendo, habíamos hablado con el pediatra porque habíamos detectado una pequeña hinchazón, pero por lo visto nada complicado, solo tuvimos que aplicar una crema y listo pero el martes todo cambio.


Ese día por la mañana mi esposa me había enviado una foto de la bebe donde aparecía totalmente hinchada, tuve que llamar al pediatra pero no tuve suerte, así que le envié la misma foto esperando una respuesta, al no recibir una tuve que contactarme con su pediatra anterior enviándole la foto, su respuesta fue rápida, había que llevarla a emergencias porque parecía algo llamado Celulitis Facial, algo que jamás había escuchado pero no tuve que esperar más, salí embalado a la casa para recogerlas y llevarlas a la clínica. Una vez llegamos me respondió el pediatra de la clínica y su reacción fue la misma, por suerte ya habíamos llegado y ya la estaban viendo.


Esta ha sido la primera vez que nos pasa algo así, que tres médicos lleguen al mismo diagnóstico y que me digan que tiene que quedarse, que si hubiera pasado un día más las cosas serían peores, que había que tratarlo rápidamente, que me pidan que salga de emergencias porque no ayudaba en nada, escuchar a mi hija gritar que quiere ir a la casa, que no quiere quedarse, que quiere que le no le pongan nada, llamar Mamá mientras cuatro personas tratan de inmovilizarla para ponerle la intravenosa, todo eso fue horrible, tuve que salir, me quebré, me puse a llorar de la impotencia, de no poder ayudar, de no poder hacer nada, de ser un inútil, de no poder protegerla, realmente fue horrible.



Ya en la tarde tuve que volver a la oficina, no había nada más que yo podía hacer, mi esposa se quedó con la Bubu y yo solo pude ir al departamento a recoger varias cosas para llevárselas en la tarde. Cuando llegue la bebe está más tranquila pero verla en una cama conectada al suero desde donde entraban los antibióticos es chocante, yo he tenido que pasar por eso, para mi es normal, tengo casi 42 años pero ella es una pequeña bebe, no es lo mismo que sea ella a que sea yo.

Ver a mi hija internada con la cara hinchada, que no quería quedarse, que quería quitarse la intravenosa, cada vez que tenían que ponerle el antibiótico verla llorar por el dolor del ingreso de los medicamentos a su sistema es algo que no se lo desearía a nadie. Fueron cuatro días que tuvo que quedarse, Mary no se alejó para nada de ella en esos cuatro días, yo iba y venía de la casa a la oficina a la clínica. Lo bueno es que todo terminó bien, al segundo día Mara estaba más tranquila, salía de su cuarto, paseaba por los corredores del piso, saludaba a todos, pacientes, enfermeras y doctores por igual, me explicaba que había otros niños enfermos y que los doctores los estaban también curando. Es realmente increíble ver como los niños se amoldan tan fácilmente a cualquier tipo de situación, por más complejas de que sean. Al tercer día ya estaba saltando en la cama como canguro y el último día estaba feliz porque ya se iba a su casa a dormir a su cama y a comer lo que su mamá le iba a preparar.

El proceso fue continuado en casa, tres días más, recién el lunes tuvimos luz verde para poder sacarla de la casa, porque teníamos que mantenerla aún bajo supervisión. Ese lunes pudo ir a sus talleres de verano, ese lunes todo volvió a la normalidad para ella, sin embargo ahora nosotros debemos estar más atentos para cualquier situación que involucre una picadura porque podría reaccionar nuevamente, al parecer Mara es alérgica a las picaduras de mosquitos. Mi esposa recién el viernes pudo descansar, recién ese día pudo llorar como lo hice yo el día que la internaron, ella fue la que puso la fortaleza esos días, ella fue la fuerte, ahora me toca a mí serlo.
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Internada por primera vez

Luego del año nuevo pasamos una situación bastante complicada, tan complicada que mi hija termino internada tres noches, entrando el martes 2 de enero a emergencias con el rostro hinchado. Hasta el día anterior no teníamos idea de lo que estaba sucediendo, habíamos hablado con el pediatra porque habíamos detectado una pequeña hinchazón, pero por lo visto nada complicado, solo tuvimos que aplicar una crema y listo pero el martes todo cambio.


Ese día por la mañana mi esposa me había enviado una foto de la bebe donde aparecía totalmente hinchada, tuve que llamar al pediatra pero no tuve suerte, así que le envié la misma foto esperando una respuesta, al no recibir una tuve que contactarme con su pediatra anterior enviándole la foto, su respuesta fue rápida, había que llevarla a emergencias porque parecía algo llamado Celulitis Facial, algo que jamás había escuchado pero no tuve que esperar más, salí embalado a la casa para recogerlas y llevarlas a la clínica. Una vez llegamos me respondió el pediatra de la clínica y su reacción fue la misma, por suerte ya habíamos llegado y ya la estaban viendo.


Esta ha sido la primera vez que nos pasa algo así, que tres médicos lleguen al mismo diagnóstico y que me digan que tiene que quedarse, que si hubiera pasado un día más las cosas serían peores, que había que tratarlo rápidamente, que me pidan que salga de emergencias porque no ayudaba en nada, escuchar a mi hija gritar que quiere ir a la casa, que no quiere quedarse, que quiere que le no le pongan nada, llamar Mamá mientras cuatro personas tratan de inmovilizarla para ponerle la intravenosa, todo eso fue horrible, tuve que salir, me quebré, me puse a llorar de la impotencia, de no poder ayudar, de no poder hacer nada, de ser un inútil, de no poder protegerla, realmente fue horrible.



Ya en la tarde tuve que volver a la oficina, no había nada más que yo podía hacer, mi esposa se quedó con la Bubu y yo solo pude ir al departamento a recoger varias cosas para llevárselas en la tarde. Cuando llegue la bebe está más tranquila pero verla en una cama conectada al suero desde donde entraban los antibióticos es chocante, yo he tenido que pasar por eso, para mi es normal, tengo casi 42 años pero ella es una pequeña bebe, no es lo mismo que sea ella a que sea yo.

Ver a mi hija internada con la cara hinchada, que no quería quedarse, que quería quitarse la intravenosa, cada vez que tenían que ponerle el antibiótico verla llorar por el dolor del ingreso de los medicamentos a su sistema es algo que no se lo desearía a nadie. Fueron cuatro días que tuvo que quedarse, Mary no se alejó para nada de ella en esos cuatro días, yo iba y venía de la casa a la oficina a la clínica. Lo bueno es que todo terminó bien, al segundo día Mara estaba más tranquila, salía de su cuarto, paseaba por los corredores del piso, saludaba a todos, pacientes, enfermeras y doctores por igual, me explicaba que había otros niños enfermos y que los doctores los estaban también curando. Es realmente increíble ver como los niños se amoldan tan fácilmente a cualquier tipo de situación, por más complejas de que sean. Al tercer día ya estaba saltando en la cama como canguro y el último día estaba feliz porque ya se iba a su casa a dormir a su cama y a comer lo que su mamá le iba a preparar.

El proceso fue continuado en casa, tres días más, recién el lunes tuvimos luz verde para poder sacarla de la casa, porque teníamos que mantenerla aún bajo supervisión. Ese lunes pudo ir a sus talleres de verano, ese lunes todo volvió a la normalidad para ella, sin embargo ahora nosotros debemos estar más atentos para cualquier situación que involucre una picadura porque podría reaccionar nuevamente, al parecer Mara es alérgica a las picaduras de mosquitos. Mi esposa recién el viernes pudo descansar, recién ese día pudo llorar como lo hice yo el día que la internaron, ella fue la que puso la fortaleza esos días, ella fue la fuerte, ahora me toca a mí serlo.
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Vacaciones Utiles

Empezó el verano y se acabaron las clases del nido/colegio, y se nos viene la pregunta ¿y ahora que hacemos con los chicos?, la verdad es que hay muchas cosas por hacer, ya sea en casa o no, la idea es que no atosiguemos a nuestros hijos con toneladas de actividades y ocupemos sus días con muchas más cosas que las que hacía en clases.


Por ahí leí alguna vez que no es bueno poner a un hijo en miles de actividades y talleres vacacionales a la vez, que es bueno medir la figura un poco y también dejar que se divierta, pase tiempo con sus amigos y con la familia. Lo que es cierto es que muchos de nosotros trabajamos y si ambas partes lo hacen, entonces los hijos no pueden quedarse encerrados en casa solos o con los abuelos, la tía o la nana, evitar que estén metidos en el internet o viendo televisión todo el santo día, es por eso que son buenos los talleres de verano.


En nuestro caso habíamos evaluado natación y ballet, pero tuvimos que descartar la natación por un tema de salud de Mara y el ballet ya había empezado, pero tuvimos la suerte que un día que mi esposa tuvo que ir al Nido a ver unos temas fue con la Bubu y justo ese día empezaban los talleres de verano en el nido y TATAN, listo, Mara fue inscrita y aceptada rápidamente, ahora tiene talleres de verano tres veces por semana, los días lunes, miércoles y viernes, va a tener pintura, teatro, baile y van a salir de paseo cada viernes, así que ahora tiene tres mañanas ocupadas.


Lo bueno es que ahora tiene actividades que van a darle tiempo a Mary para que pueda hacer las cosas que no podía porque Mara siempre quiere que jueguen con ella, así que ya se imaginaran. Por mi parte yo aprovecho los fines de semana para salir, pasear, ir a los juegos y pasar tiempo con la familia. No vamos a meterla en más actividades por ahora, al menos no hasta febrero. La idea de la natación esta aún vigente y es algo que le gusta mucho, todo lo que tiene que ver con agua es su fascinación y ya tenemos la venia del pediatra así que podemos inscribirla, aunque sea un mes, porque en marzo empieza su nuevo colegio.

Y tu ¿en qué actividades has puesto a tus hijos?



 Imagenes publicadas en el Diario El Comercio, suplemento Vacaciones Utiles


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Vacaciones Utiles

Empezó el verano y se acabaron las clases del nido/colegio, y se nos viene la pregunta ¿y ahora que hacemos con los chicos?, la verdad es que hay muchas cosas por hacer, ya sea en casa o no, la idea es que no atosiguemos a nuestros hijos con toneladas de actividades y ocupemos sus días con muchas más cosas que las que hacía en clases.


Por ahí leí alguna vez que no es bueno poner a un hijo en miles de actividades y talleres vacacionales a la vez, que es bueno medir la figura un poco y también dejar que se divierta, pase tiempo con sus amigos y con la familia. Lo que es cierto es que muchos de nosotros trabajamos y si ambas partes lo hacen, entonces los hijos no pueden quedarse encerrados en casa solos o con los abuelos, la tía o la nana, evitar que estén metidos en el internet o viendo televisión todo el santo día, es por eso que son buenos los talleres de verano.


En nuestro caso habíamos evaluado natación y ballet, pero tuvimos que descartar la natación por un tema de salud de Mara y el ballet ya había empezado, pero tuvimos la suerte que un día que mi esposa tuvo que ir al Nido a ver unos temas fue con la Bubu y justo ese día empezaban los talleres de verano en el nido y TATAN, listo, Mara fue inscrita y aceptada rápidamente, ahora tiene talleres de verano tres veces por semana, los días lunes, miércoles y viernes, va a tener pintura, teatro, baile y van a salir de paseo cada viernes, así que ahora tiene tres mañanas ocupadas.


Lo bueno es que ahora tiene actividades que van a darle tiempo a Mary para que pueda hacer las cosas que no podía porque Mara siempre quiere que jueguen con ella, así que ya se imaginaran. Por mi parte yo aprovecho los fines de semana para salir, pasear, ir a los juegos y pasar tiempo con la familia. No vamos a meterla en más actividades por ahora, al menos no hasta febrero. La idea de la natación esta aún vigente y es algo que le gusta mucho, todo lo que tiene que ver con agua es su fascinación y ya tenemos la venia del pediatra así que podemos inscribirla, aunque sea un mes, porque en marzo empieza su nuevo colegio.

Y tu ¿en qué actividades has puesto a tus hijos?



 Imagenes publicadas en el Diario El Comercio, suplemento Vacaciones Utiles


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Y el Espiritu Navideño, ¿donde quedo?

Estamos a puertas de una de las fechas más importantes para los niños, La Navidad, una fecha muy esperada por ellos, sobre todo si son pequeños, y si aún creen en Papá Noel mucho mejor, sin embargo, en estos últimos días nos hemos dado cuenta que el espíritu navideño se ha perdido bastante y ahora todo está más orientado hacia el lado comercial, de repente siempre ha sido así, pero ahora que estoy del otro lado de la ecuación lo noto mucho más. Las tiendas hacen su agosto, setiembre y hasta octubre y los clientes, o sea nosotros, gastamos nuestra gratificación y tal vez algo más de lo que debemos y que no tenemos presupuestado, el uso del plástico está en su más alto nivel y las compras se hacen más por cumplir que por otra cosa.

Antes la navidad era una sorpresa para los niños, dependiendo de la costumbre de cada familia, algunos son despertados pasada la media noche y otros esperan al 25 en la mañana, como era conmigo, para bajar corriendo las escaleras y encontrar el árbol repleto de cajas y paquetes, no todos con mi nombre, pero al menos había algunos, y a esa hora de la madrugada me ponía a separarlos, pero sin abrirlos, solo para asegurarme que los tuviera más cerca. Luego de eso tenía que esperar a que alguien más bajara para poder recibir mis regalos, y muchas de esas veces me quedaba dormido en el sillón de la sala esperando. En aquellos años nunca me despertaba tan temprano, solo el 25 madrugaba como nunca.

Esta es nuestra cuarta navidad de a tres, nosotros acostumbramos recibir las 12 en la casa de los papás de Mary y el 25 almorzamos con mi familia. El tema de los regalos solo se aplica para los pequeños, así no hay mucho gasto, aunque en sentido figurado claro porque al final igual gastamos, la cosa es que nosotros compramos todo lo necesario el fin de semana luego del 15 para evitar la pelotera de gente y aprovechar la disponibilidad de efectivo, aunque desde que empieza diciembre ya se ve que el tráfico humano empieza a crecer radicalmente. Nosotros vamos a comprar las cosas juntos, incluyendo a la Bubu, ella se pasea por los anaqueles y escaparates sacando cosas y metiéndolas en el carrito de compra, obviamente no se le compra todo, pero por ahí que le liga algo. Como ella aun s pequeña, la idea de Papá Noel está en un estado de pausa, le decimos que los regalos nos los deja el en el departamento y los que les dan en las otras casas también los deja, pero es difícil que no relacione un regalo con la persona que se lo da físicamente, si tú le preguntas quien le regalo algo ella te contesta con Papi, Abu, Tata o algún otro nombre familiar pero nunca dice papá Noel. 

No sé si para el siguiente año ella nos deba acompañar a comprar las cosas, decirle que tiene que hacer su carta a Santa Claus y decirle que si ha sido una niña buena va a recibir regalos, o dejar que nos acompañe y que vea lo que realmente sucede en estas fechas festivas, que los regalos los compran personas como cualquiera de nosotros y que no existe un hombre de traje rojo y barba blanca que maneja un trineo volador guiado por renos. Sera bueno hacer que pise el suelo y sepa la verdad o que tenga esa parte de fantasía asociada con la Navidad hasta que tenga cierta edad, como sucedió conmigo cuando era niño. El problema es que la televisión y las tiendas no ayudan mucho, como todo es marketing al 1000% es muy difícil explicarle a una niña pequeña que realmente Papá Noel se encarga de todo y que los papás como nosotros solo paseamos por las tiendas y miramos las cosas sin comprar nada, ¿qué difícil dilema no creen?

PD: Este artículo no tiene ninguna intención de malograrle las fiestas a nadie en lo absoluto, solo es mi punto de vista sobre estas fechas que tanto incremento comercial tienen últimamente.
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Y el Espiritu Navideño, ¿donde quedo?

Estamos a puertas de una de las fechas más importantes para los niños, La Navidad, una fecha muy esperada por ellos, sobre todo si son pequeños, y si aún creen en Papá Noel mucho mejor, sin embargo, en estos últimos días nos hemos dado cuenta que el espíritu navideño se ha perdido bastante y ahora todo está más orientado hacia el lado comercial, de repente siempre ha sido así, pero ahora que estoy del otro lado de la ecuación lo noto mucho más. Las tiendas hacen su agosto, setiembre y hasta octubre y los clientes, o sea nosotros, gastamos nuestra gratificación y tal vez algo más de lo que debemos y que no tenemos presupuestado, el uso del plástico está en su más alto nivel y las compras se hacen más por cumplir que por otra cosa.

Antes la navidad era una sorpresa para los niños, dependiendo de la costumbre de cada familia, algunos son despertados pasada la media noche y otros esperan al 25 en la mañana, como era conmigo, para bajar corriendo las escaleras y encontrar el árbol repleto de cajas y paquetes, no todos con mi nombre, pero al menos había algunos, y a esa hora de la madrugada me ponía a separarlos, pero sin abrirlos, solo para asegurarme que los tuviera más cerca. Luego de eso tenía que esperar a que alguien más bajara para poder recibir mis regalos, y muchas de esas veces me quedaba dormido en el sillón de la sala esperando. En aquellos años nunca me despertaba tan temprano, solo el 25 madrugaba como nunca.

Esta es nuestra cuarta navidad de a tres, nosotros acostumbramos recibir las 12 en la casa de los papás de Mary y el 25 almorzamos con mi familia. El tema de los regalos solo se aplica para los pequeños, así no hay mucho gasto, aunque en sentido figurado claro porque al final igual gastamos, la cosa es que nosotros compramos todo lo necesario el fin de semana luego del 15 para evitar la pelotera de gente y aprovechar la disponibilidad de efectivo, aunque desde que empieza diciembre ya se ve que el tráfico humano empieza a crecer radicalmente. Nosotros vamos a comprar las cosas juntos, incluyendo a la Bubu, ella se pasea por los anaqueles y escaparates sacando cosas y metiéndolas en el carrito de compra, obviamente no se le compra todo, pero por ahí que le liga algo. Como ella aun s pequeña, la idea de Papá Noel está en un estado de pausa, le decimos que los regalos nos los deja el en el departamento y los que les dan en las otras casas también los deja, pero es difícil que no relacione un regalo con la persona que se lo da físicamente, si tú le preguntas quien le regalo algo ella te contesta con Papi, Abu, Tata o algún otro nombre familiar pero nunca dice papá Noel. 

No sé si para el siguiente año ella nos deba acompañar a comprar las cosas, decirle que tiene que hacer su carta a Santa Claus y decirle que si ha sido una niña buena va a recibir regalos, o dejar que nos acompañe y que vea lo que realmente sucede en estas fechas festivas, que los regalos los compran personas como cualquiera de nosotros y que no existe un hombre de traje rojo y barba blanca que maneja un trineo volador guiado por renos. Sera bueno hacer que pise el suelo y sepa la verdad o que tenga esa parte de fantasía asociada con la Navidad hasta que tenga cierta edad, como sucedió conmigo cuando era niño. El problema es que la televisión y las tiendas no ayudan mucho, como todo es marketing al 1000% es muy difícil explicarle a una niña pequeña que realmente Papá Noel se encarga de todo y que los papás como nosotros solo paseamos por las tiendas y miramos las cosas sin comprar nada, ¿qué difícil dilema no creen?

PD: Este artículo no tiene ninguna intención de malograrle las fiestas a nadie en lo absoluto, solo es mi punto de vista sobre estas fechas que tanto incremento comercial tienen últimamente.
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Días de Claustro

Cuando nuestros hijos enferman nosotros estamos más que al pendiente de lo que sucede, siempre queremos evitar toda posible enfermedad, infección o tratamiento longevo con nuestros hijos, porque es un desgaste impresionante de tantas cosas a la vez, y para cuando sucede, nosotros los padres, no escatimamos en nada, cueste lo que cueste, suceda lo que suceda, debemos sacar a nuestros hijos adelante como sea.

Sin embargo cuando la enfermedad nos asecha a nosotros la cosa cambia, perder la libertad y quedarse encerrado por varios días en una clínica, tratando de arreglar cualquier daño que pudiéramos estar sufriendo en ese momento, a sabiendas de que la familia está en casa y que es difícil que puedan ir a visitarnos porque podríamos causar algún daño colateral, es lo peor, más aún si tenemos niños pequeños que nos extrañan y que solo quieren estar con nosotros, saber y entender que es lo que nos sucede, porque lamentablemente no todos los pequeños comprenden las cosas tan fácilmente. 

Luego de cuatro días de encierro completo, metido en una clínica con un cuadro complejo de bronquitis asmatiforme, siendo nebulizado cada 6 horas, tomando pastillas y consumiendo otros inhaladores diversos que me ayudaron a limpiar mi sistema respiratorio, logré salir adelante. Sin embargo y dejando de lado el tema de las medicinas que son parte del tratamiento, estar atado a una cama sin poder hacer mucho es horrible. Ya lo he vivido antes, ya me ha pasado en dos situaciones anteriores donde la peor aventura fue pasar dos semanas sin poder moverme, literalmente hablando, me sentía cuadripléjico y solo con una operación a la columna me pudieron reparar, para luego pasar tres meses con descanso medico en casa sin poder cargar o jugar con mi hija, que es la peor pena de cárcel o castigo que un padre puede sufrir, no disfrutar de los tuyos es un asco. 

Cuando estas solo en este mundo es más fácil de manejar la situación, no tienes dependientes por los cuales tienes que librar batallas, en lugar de que ellos lo hagan por si solos, el nivel de responsabilidad es muy alto, sobre todo si tienes una hija pequeña, como es mi caso, la cual solo quiere estar conmigo, abrazarme y jugar, que puedo hacer si no puedo brindarle esas mínimas cosas por estar metido en una clínica, se siente fatal. Sé que hay veces que no podemos hacer gran cosa, que las adversidades están en tu contra, que Murphy si existe y que solo esta ahí para fregarte la vida, sales de una y caes en otra, sino es A entonces es B pero nunca sales bien librado tan fácilmente y el costo es alto e inmanejable, solo es cosa de agarrarte bien los pantalones y esquivar cuanta roca te caiga en el camino. 

Estar enfermo friega, estar enfermo te quita cosas, que hace cambiar de carácter, estas amargado, aburrido, hastiado de todo, solo quieres salir y seguir con tu vida, los tuyos pagan los platos rotos por ti, ellos tienen que afrontar los problemas que tú no puedes por estar enclaustrado, tu solo quieres darles todo lo que necesitan y todo lo que merecen, porque son tuyos y de nadie más, son tu responsabilidad y solo quieres estar ahí para ellos todo el tiempo del mundo, estar enfermo jode horriblemente todo, no quiero volver a tener que vivirlo pero son pocas cosas que uno puede hacer para evitar sucumbir tarde o temprano, ya sea por ambiente, polvo, desgaste físico o algún daño colateral, solo hay que cubrirse las espaldas con todo lo que se pueda llevar a cuestas y cruzar los dedos, todos ellos, para evitar un nuevo episodio de este tipo.

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Días de Claustro

Cuando nuestros hijos enferman nosotros estamos más que al pendiente de lo que sucede, siempre queremos evitar toda posible enfermedad, infección o tratamiento longevo con nuestros hijos, porque es un desgaste impresionante de tantas cosas a la vez, y para cuando sucede, nosotros los padres, no escatimamos en nada, cueste lo que cueste, suceda lo que suceda, debemos sacar a nuestros hijos adelante como sea.

Sin embargo cuando la enfermedad nos asecha a nosotros la cosa cambia, perder la libertad y quedarse encerrado por varios días en una clínica, tratando de arreglar cualquier daño que pudiéramos estar sufriendo en ese momento, a sabiendas de que la familia está en casa y que es difícil que puedan ir a visitarnos porque podríamos causar algún daño colateral, es lo peor, más aún si tenemos niños pequeños que nos extrañan y que solo quieren estar con nosotros, saber y entender que es lo que nos sucede, porque lamentablemente no todos los pequeños comprenden las cosas tan fácilmente. 

Luego de cuatro días de encierro completo, metido en una clínica con un cuadro complejo de bronquitis asmatiforme, siendo nebulizado cada 6 horas, tomando pastillas y consumiendo otros inhaladores diversos que me ayudaron a limpiar mi sistema respiratorio, logré salir adelante. Sin embargo y dejando de lado el tema de las medicinas que son parte del tratamiento, estar atado a una cama sin poder hacer mucho es horrible. Ya lo he vivido antes, ya me ha pasado en dos situaciones anteriores donde la peor aventura fue pasar dos semanas sin poder moverme, literalmente hablando, me sentía cuadripléjico y solo con una operación a la columna me pudieron reparar, para luego pasar tres meses con descanso medico en casa sin poder cargar o jugar con mi hija, que es la peor pena de cárcel o castigo que un padre puede sufrir, no disfrutar de los tuyos es un asco. 

Cuando estas solo en este mundo es más fácil de manejar la situación, no tienes dependientes por los cuales tienes que librar batallas, en lugar de que ellos lo hagan por si solos, el nivel de responsabilidad es muy alto, sobre todo si tienes una hija pequeña, como es mi caso, la cual solo quiere estar conmigo, abrazarme y jugar, que puedo hacer si no puedo brindarle esas mínimas cosas por estar metido en una clínica, se siente fatal. Sé que hay veces que no podemos hacer gran cosa, que las adversidades están en tu contra, que Murphy si existe y que solo esta ahí para fregarte la vida, sales de una y caes en otra, sino es A entonces es B pero nunca sales bien librado tan fácilmente y el costo es alto e inmanejable, solo es cosa de agarrarte bien los pantalones y esquivar cuanta roca te caiga en el camino. 

Estar enfermo friega, estar enfermo te quita cosas, que hace cambiar de carácter, estas amargado, aburrido, hastiado de todo, solo quieres salir y seguir con tu vida, los tuyos pagan los platos rotos por ti, ellos tienen que afrontar los problemas que tú no puedes por estar enclaustrado, tu solo quieres darles todo lo que necesitan y todo lo que merecen, porque son tuyos y de nadie más, son tu responsabilidad y solo quieres estar ahí para ellos todo el tiempo del mundo, estar enfermo jode horriblemente todo, no quiero volver a tener que vivirlo pero son pocas cosas que uno puede hacer para evitar sucumbir tarde o temprano, ya sea por ambiente, polvo, desgaste físico o algún daño colateral, solo hay que cubrirse las espaldas con todo lo que se pueda llevar a cuestas y cruzar los dedos, todos ellos, para evitar un nuevo episodio de este tipo.

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Tiempo en Pareja

Cuando nos enteramos que íbamos a ser papás, pensamos que las cosas no iban a cambiar mucho, sin embargo, las cosas han cambiado bastante, la responsabilidad y los tiempos han cambiado de orden, incluso nuestro tiempo de pareja se ha visto diezmado en demasía.

Cuando una pareja tiene un hijo todas las energías apuntan hacia esa nueva personita, dejas de hacer cosas por hacer otras, dejas de gastar en algo por gastar en algo diferente y así sucesivamente.

Nosotros cuando no éramos papás disfrutábamos mucho de nuestro tiempo libre y del de pareja, yo por mi parte salía bastante al cine o a comer con mis amigos, o con Mary nos íbamos a bailar o a tomar unos tragos y escuchar música en vivo o asistíamos a algún concierto. Ni bien llegó nuestra hija a nuestras vidas cambio todo eso, los primeros dos años han sido de abstinencia casi total, para mí era más fácil salir que para ella, el apego que teníamos era bastante fuerte, ni bien podíamos escaparnos o salíamos del departamento ya estábamos preocupados por si la bebé estaba bien o simplemente queríamos volver rápido.

La mamá de Mary nos ha apoyado muchísimo en ese sentido y nos sigue ayudando de vez en cuando, ella viene una vez al mes a quedarse con Mara y nosotros aprovechamos para salir esa noche, aunque sea a dar una vuelta a la manzana. No les voy a decir que está bien o mal querer salir, querer tener un tiempo propio o de pareja, para nosotros es importante tener esas pocas horas, aunque solo signifique caminar o pasear en el auto.

Ahora que Mara ya tiene más de tres años es un poco más sencillo salir, podemos dejarla dormida con la mamá de Mary, aunque no es una práctica constante, porque si salimos vamos los tres. Lo que si no lo puedo negar, si nos vamos al cine o a comer algo, pero ahora ya no somos dos, ahora somos tres y así vamos a donde sea que tengamos que ir.

En resumen y en una sola frase nuestras salidas son familiares.
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Tiempo en Pareja

Cuando nos enteramos que íbamos a ser papás, pensamos que las cosas no iban a cambiar mucho, sin embargo, las cosas han cambiado bastante, la responsabilidad y los tiempos han cambiado de orden, incluso nuestro tiempo de pareja se ha visto diezmado en demasía.

Cuando una pareja tiene un hijo todas las energías apuntan hacia esa nueva personita, dejas de hacer cosas por hacer otras, dejas de gastar en algo por gastar en algo diferente y así sucesivamente.

Nosotros cuando no éramos papás disfrutábamos mucho de nuestro tiempo libre y del de pareja, yo por mi parte salía bastante al cine o a comer con mis amigos, o con Mary nos íbamos a bailar o a tomar unos tragos y escuchar música en vivo o asistíamos a algún concierto. Ni bien llegó nuestra hija a nuestras vidas cambio todo eso, los primeros dos años han sido de abstinencia casi total, para mí era más fácil salir que para ella, el apego que teníamos era bastante fuerte, ni bien podíamos escaparnos o salíamos del departamento ya estábamos preocupados por si la bebé estaba bien o simplemente queríamos volver rápido.

La mamá de Mary nos ha apoyado muchísimo en ese sentido y nos sigue ayudando de vez en cuando, ella viene una vez al mes a quedarse con Mara y nosotros aprovechamos para salir esa noche, aunque sea a dar una vuelta a la manzana. No les voy a decir que está bien o mal querer salir, querer tener un tiempo propio o de pareja, para nosotros es importante tener esas pocas horas, aunque solo signifique caminar o pasear en el auto.

Ahora que Mara ya tiene más de tres años es un poco más sencillo salir, podemos dejarla dormida con la mamá de Mary, aunque no es una práctica constante, porque si salimos vamos los tres. Lo que si no lo puedo negar, si nos vamos al cine o a comer algo, pero ahora ya no somos dos, ahora somos tres y así vamos a donde sea que tengamos que ir.

En resumen y en una sola frase nuestras salidas son familiares.
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Solo un Hijo

Primero que nada, quiero comentar que no tengo nada en contra de las familias numerosas, las que tienen más de dos, tres, cuatro y hasta más hijos, a mí me encantaría tener un hijo más y si es mujer mucho mejor. Ahora que ya dije esto puedo contarles lo que sigue.
En lo que va de estos tres años en el que somos padres nos habrán preguntado unas cuchumil quinientas treinta y dos veces «¿y para cuando el segundo?» y nos hacen comentarios de que siempre es bueno que mi hija tenga un hermanito para poder jugar o para que puedan protegerse y ayudarse cuando sean grandes y nosotros los viejos ya no estemos. Nosotros, que ya no somos tan jóvenes como hace 20 años, y les respondemos con una sonrisa explicando de forma sencilla que lamentablemente no está dentro de nuestros planes, es una respuesta simple pero contundente a la vez. Ahora si consideramos todas las variables, tener un segundo hijo involucra muchas más cosas de las que uno realmente ve en primera instancia. Considerando que mi hija tiene más de tres años ahora vemos las cosas con mucha más claridad.
Primero mi caso, yo soy hijo único, fui criado únicamente por mi mamá, quien hizo el papel de ambos padres durante toda mi etapa de crecimiento y desarrollo, mi papá nunca formó parte de mi vida, así que de hermanos, cero, no caen de los árboles como las manzanas, pero primos si tengo y varios, aunque no cumplen con el perfil de un hermano se acercan bastante. Yo crecí casi solo, jugaba solo, hacia mis tareas solo y así fui creciendo, casi solo. Mi familia siempre estuvo presente todo el tiempo, por eso mis abuelos son como mis papás y los hermanos de mi mamá son como mis hermanos, la palabra «tío» sólo se aplica más a las amistades de mis abuelos, todos los demás tienen nombres propios. Pero regresando al hecho de no tener hermanos con quienes jugar, no se me complico para nada, no me causo ningún tipo de problema o estrago en mi niñez, aunque tal vez podría considerar que el ser introvertido fue una etapa más crecimiento y aprendizaje, hoy soy todo lo contrario.
De mi esposa, Mary, ella si tiene varios hermanos, uff, son como 6, ahí si he visto durante todo el tiempo que llevamos juntos situaciones de alegría y de lucha sin cuartel, porque no todo es color de rosa entre hermanos, siempre hay situaciones de roce que pasan desde cosas tan tontas, como por ejemplo, ¿dónde está mi cartera?, ¿quién agarro X cosa? y la clásica ¿porque te pusiste eso si es mío y lo acabo de comprar?, cosas que pasan cuando todas son mujeres, porque los hermanos de Mary ya son mayores y para cuando llegué a su vida ya eran independientes, pero las hermanas menores aún estaban en la misma casa, así que ya se imaginaran.
Es cierto que antiguamente la cantidad de hijos por familia era numerosa, sino pregúntenle a sus abuelos, no había familias de un solo hijo, esos eran casos extraños, mi mamá tiene 4 hermanos más y otras familias cercanas con las que he crecido tienen como mínimo dos y he visto hasta familias de 7, 8 y 12 hermanos, ¿será porque no había televisión por cable en esa época?, sin embargo, las familias numerosas llenaban el hogar de vida, siempre se apoyaban y solo les importaba jugar, trabajar y vivir, no había la presión laboral que existe hoy en día, no habían tantos estudiosos universitarios como los hay ahora, las labores eran heredadas de generación en generación y así se pasaban los años. Ahora tienes que estudiar una carrera, una maestría y un doctorado y eso quita mucho tiempo.

Regresando al tema en cuestión, yo soy consciente que no podría darle la vida que merece a un segundo hijo, económicamente hablando y también de tiempo, además que el físico no rendiría lo suficiente al tratar de corretear a dos pequeños a la vez. Considerando que la experiencia vivida durante el embarazo anterior, las «n» complicaciones que tuvimos que pasar durante siete de los nueve meses fueron terribles, desde un internamiento de tres días, náuseas, vómitos y alto riesgo, no pondría nuevamente a mi esposa entre la vida y la muerte, menos aún si ya tenemos alguien que depende de nosotros, así me digan lo que sea y que tengamos realmente todas las ganas del mundo de tener un segundo hijo, es algo muy complicado, tal vez podríamos, de repente, quien sabe, adoptar más adelante, es una alternativa que ha estado dando vueltas en nuestras cabezas, pero por ahora nada de nada.

Estamos bastante tranquilos con lo que tenemos y con lo que somos, vamos un paso a la vez, con paciencia y buen humor estamos aprendiendo miles de cosas sobre nuestras nuevas responsabilidades, felices y contentos.

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Solo un Hijo

Primero que nada, quiero comentar que no tengo nada en contra de las familias numerosas, las que tienen más de dos, tres, cuatro y hasta más hijos, a mí me encantaría tener un hijo más y si es mujer mucho mejor. Ahora que ya dije esto puedo contarles lo que sigue.
En lo que va de estos tres años en el que somos padres nos habrán preguntado unas cuchumil quinientas treinta y dos veces «¿y para cuando el segundo?» y nos hacen comentarios de que siempre es bueno que mi hija tenga un hermanito para poder jugar o para que puedan protegerse y ayudarse cuando sean grandes y nosotros los viejos ya no estemos. Nosotros, que ya no somos tan jóvenes como hace 20 años, y les respondemos con una sonrisa explicando de forma sencilla que lamentablemente no está dentro de nuestros planes, es una respuesta simple pero contundente a la vez. Ahora si consideramos todas las variables, tener un segundo hijo involucra muchas más cosas de las que uno realmente ve en primera instancia. Considerando que mi hija tiene más de tres años ahora vemos las cosas con mucha más claridad.
Primero mi caso, yo soy hijo único, fui criado únicamente por mi mamá, quien hizo el papel de ambos padres durante toda mi etapa de crecimiento y desarrollo, mi papá nunca formó parte de mi vida, así que de hermanos, cero, no caen de los árboles como las manzanas, pero primos si tengo y varios, aunque no cumplen con el perfil de un hermano se acercan bastante. Yo crecí casi solo, jugaba solo, hacia mis tareas solo y así fui creciendo, casi solo. Mi familia siempre estuvo presente todo el tiempo, por eso mis abuelos son como mis papás y los hermanos de mi mamá son como mis hermanos, la palabra «tío» sólo se aplica más a las amistades de mis abuelos, todos los demás tienen nombres propios. Pero regresando al hecho de no tener hermanos con quienes jugar, no se me complico para nada, no me causo ningún tipo de problema o estrago en mi niñez, aunque tal vez podría considerar que el ser introvertido fue una etapa más crecimiento y aprendizaje, hoy soy todo lo contrario.
De mi esposa, Mary, ella si tiene varios hermanos, uff, son como 6, ahí si he visto durante todo el tiempo que llevamos juntos situaciones de alegría y de lucha sin cuartel, porque no todo es color de rosa entre hermanos, siempre hay situaciones de roce que pasan desde cosas tan tontas, como por ejemplo, ¿dónde está mi cartera?, ¿quién agarro X cosa? y la clásica ¿porque te pusiste eso si es mío y lo acabo de comprar?, cosas que pasan cuando todas son mujeres, porque los hermanos de Mary ya son mayores y para cuando llegué a su vida ya eran independientes, pero las hermanas menores aún estaban en la misma casa, así que ya se imaginaran.
Es cierto que antiguamente la cantidad de hijos por familia era numerosa, sino pregúntenle a sus abuelos, no había familias de un solo hijo, esos eran casos extraños, mi mamá tiene 4 hermanos más y otras familias cercanas con las que he crecido tienen como mínimo dos y he visto hasta familias de 7, 8 y 12 hermanos, ¿será porque no había televisión por cable en esa época?, sin embargo, las familias numerosas llenaban el hogar de vida, siempre se apoyaban y solo les importaba jugar, trabajar y vivir, no había la presión laboral que existe hoy en día, no habían tantos estudiosos universitarios como los hay ahora, las labores eran heredadas de generación en generación y así se pasaban los años. Ahora tienes que estudiar una carrera, una maestría y un doctorado y eso quita mucho tiempo.

Regresando al tema en cuestión, yo soy consciente que no podría darle la vida que merece a un segundo hijo, económicamente hablando y también de tiempo, además que el físico no rendiría lo suficiente al tratar de corretear a dos pequeños a la vez. Considerando que la experiencia vivida durante el embarazo anterior, las «n» complicaciones que tuvimos que pasar durante siete de los nueve meses fueron terribles, desde un internamiento de tres días, náuseas, vómitos y alto riesgo, no pondría nuevamente a mi esposa entre la vida y la muerte, menos aún si ya tenemos alguien que depende de nosotros, así me digan lo que sea y que tengamos realmente todas las ganas del mundo de tener un segundo hijo, es algo muy complicado, tal vez podríamos, de repente, quien sabe, adoptar más adelante, es una alternativa que ha estado dando vueltas en nuestras cabezas, pero por ahora nada de nada.

Estamos bastante tranquilos con lo que tenemos y con lo que somos, vamos un paso a la vez, con paciencia y buen humor estamos aprendiendo miles de cosas sobre nuestras nuevas responsabilidades, felices y contentos.

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Los maravillosamente terribles dos años

El tiempo pasa, el tiempo vuela y no hay nada que podamos hacer para detenerlo o disminuir su velocidad arrolladora, ese avance es continuo, no hay viajes en el tiempo, no hay pausas mágicas, todo sigue en constante movimiento, paso a paso por el largo camino de la vida. Es increíble que ya han pasado tres largos años desde la llegada de nuestra hija a nuestras vidas, a llenar ese espacio vacío que faltaba en nuestro mundo, de nuestra existencia. Nadie nos había preparado para su llegada, teníamos miles de dudas, no llevamos ningún curso de preparación previa, no existen capacitaciones perfectas ni diplomados o maestrías que cubran todo lo que significa ser padre, para que engañarme, aun no tengo todas las respuestas.


Dicen que cuando un hijo llega a cumplir los dos años, es desde ese momento que el día a día en la familia se convierten en los más terribles en la vida de un niño y de sus padres, y yo creo que esa afirmación es incorrecta, obviamente que desde mi punto de vista.


No hemos sufrido de ataques de histeria ni de pataletas incontrolables, todo ha estado dentro de los parámetros normales, asumiendo que los nuestros son correctos, habremos tenido suerte o lo peor aún no ha llegado a tocar nuestras puertas, no lo sé. Yo creo que desde que un bebe empieza a descubrir su entorno, sus alrededores, a gatear o caminar es cuando empiezan a ser terribles y temibles y todo esto es gracias a algo grandioso, a un término llamado «curiosidad«, conocerlo todo, hacer de todo, agarrar de todo, comer de todo. La combinación de palabras «curiosidad+todo» han generado un nuevo significado para nosotros, los bebés están en todas, listos para aprender e imitar, ávidos de conocimiento y es ahí cuando debemos estar más que atentos a sus movimientos, es verdad que hay que darles un poco más de espacio e independencia, pero igual siempre hay que estar monitoreando, muchas veces los peores accidentes ocurren durante esos segundos que no estamos cerca.


Es obvio que cuando son más pequeños son más dependientes de nosotros, siempre bajo nuestra observación, atentos a todo, al principio no podíamos dejarla sola ni un segundo, a no ser que estuviera dormida, pero aun así debíamos tener siempre un ojo sobre ella. Ahora que ya es más grande tiene un poco más de espacio para actuar, la dejamos jugar sola mientras estamos haciendo otras cosas en la casa, pero siempre con el sensor de movimiento activado y el oído en su máxima capacidad de captación. Los tiempos cambian y los niños empiezan a querer hacer más cosas, están mas despiertos y te tienen de un lado a otro, siempre quieren jugar, salir a caminar, pasear en el auto, ver televisión y demás actividades. Yo por mi parte no disfruto mucho de todas estas actividades como me gustaría hacerlo, mi horario de trabajo es un poco extenso a veces y cuando llego a casa solo puedo disfrutar de la compañía de mi hija pocos minutos porque el sueño llama.


Lo bueno es que mi esposa disfruta de todas las actividades con mi hija, salvo cuando está en el nido-guardería pero el resto de las horas están de un lado para otro, me envía fotos y me cuenta cada cosa que hace nuestra hija, es emocionante ver cómo va descubriendo poco a poco todas las cosas que la vida le puede brindar, la música, el baile, la pintura, la plastilina, los libros, la tecnología, son tantas cosas tan divertidas que la verdad parece que falta tiempo para verlas todas, sé que está descubriendo el mundo y lo está haciendo bastante bien, lo único que debemos hacer es estar al tanto, siempre es mejor prevenir que lamentar.


¿Y tú ya llegaste a los terribles dos años de tu hijo?
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Los maravillosamente terribles dos años

El tiempo pasa, el tiempo vuela y no hay nada que podamos hacer para detenerlo o disminuir su velocidad arrolladora, ese avance es continuo, no hay viajes en el tiempo, no hay pausas mágicas, todo sigue en constante movimiento, paso a paso por el largo camino de la vida. Es increíble que ya han pasado tres largos años desde la llegada de nuestra hija a nuestras vidas, a llenar ese espacio vacío que faltaba en nuestro mundo, de nuestra existencia. Nadie nos había preparado para su llegada, teníamos miles de dudas, no llevamos ningún curso de preparación previa, no existen capacitaciones perfectas ni diplomados o maestrías que cubran todo lo que significa ser padre, para que engañarme, aun no tengo todas las respuestas.


Dicen que cuando un hijo llega a cumplir los dos años, es desde ese momento que el día a día en la familia se convierten en los más terribles en la vida de un niño y de sus padres, y yo creo que esa afirmación es incorrecta, obviamente que desde mi punto de vista.


No hemos sufrido de ataques de histeria ni de pataletas incontrolables, todo ha estado dentro de los parámetros normales, asumiendo que los nuestros son correctos, habremos tenido suerte o lo peor aún no ha llegado a tocar nuestras puertas, no lo sé. Yo creo que desde que un bebe empieza a descubrir su entorno, sus alrededores, a gatear o caminar es cuando empiezan a ser terribles y temibles y todo esto es gracias a algo grandioso, a un término llamado «curiosidad«, conocerlo todo, hacer de todo, agarrar de todo, comer de todo. La combinación de palabras «curiosidad+todo» han generado un nuevo significado para nosotros, los bebés están en todas, listos para aprender e imitar, ávidos de conocimiento y es ahí cuando debemos estar más que atentos a sus movimientos, es verdad que hay que darles un poco más de espacio e independencia, pero igual siempre hay que estar monitoreando, muchas veces los peores accidentes ocurren durante esos segundos que no estamos cerca.


Es obvio que cuando son más pequeños son más dependientes de nosotros, siempre bajo nuestra observación, atentos a todo, al principio no podíamos dejarla sola ni un segundo, a no ser que estuviera dormida, pero aun así debíamos tener siempre un ojo sobre ella. Ahora que ya es más grande tiene un poco más de espacio para actuar, la dejamos jugar sola mientras estamos haciendo otras cosas en la casa, pero siempre con el sensor de movimiento activado y el oído en su máxima capacidad de captación. Los tiempos cambian y los niños empiezan a querer hacer más cosas, están mas despiertos y te tienen de un lado a otro, siempre quieren jugar, salir a caminar, pasear en el auto, ver televisión y demás actividades. Yo por mi parte no disfruto mucho de todas estas actividades como me gustaría hacerlo, mi horario de trabajo es un poco extenso a veces y cuando llego a casa solo puedo disfrutar de la compañía de mi hija pocos minutos porque el sueño llama.


Lo bueno es que mi esposa disfruta de todas las actividades con mi hija, salvo cuando está en el nido-guardería pero el resto de las horas están de un lado para otro, me envía fotos y me cuenta cada cosa que hace nuestra hija, es emocionante ver cómo va descubriendo poco a poco todas las cosas que la vida le puede brindar, la música, el baile, la pintura, la plastilina, los libros, la tecnología, son tantas cosas tan divertidas que la verdad parece que falta tiempo para verlas todas, sé que está descubriendo el mundo y lo está haciendo bastante bien, lo único que debemos hacer es estar al tanto, siempre es mejor prevenir que lamentar.


¿Y tú ya llegaste a los terribles dos años de tu hijo?
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Publicidad para Padres

Hace unos días tuve el gusto de ser entrevistado como parte de una investigación sobre paternidad asociada a la publicidad, tema que es para cubrir un proceso de tesis de la UPC. Lo interesante de esta entrevista es que el tema gira alrededor de como la publicidad y la paternidad está enfocada enteramente hacia la mujer y los hombres que somos papás solamente figuramos como un actor secundario que casi ni aparece.

Ahora, conversando con la señorita que me entrevistaba empezamos a tocar diversos temas, todos orientados a la paternidad, sobre lo que significa ser padre hoy en día, comparaciones con experiencias pasadas sobre como mis padres y mis abuelos educaron a sus hijos y como es ahora, si nuestra participación en casa es mucho mayor que antes, si nos involucramos más con nuestros hijos comparado con como nuestros padres se involucraron con nosotros y demás cosas. Fue divertido contar de todo un poco, recordar algunas cosas y comprar notas.

Lo que más llamo mi atención es que efectivamente la publicidad, no solo en este país, está orientada hacia mamá, papá no aparece en ningún comercial, salvo en fechas específicas como el día del padre, sino nada, es solo en esa fecha que aparecen spots publicitarios donde diversas marcas muestras al papá de la casa apoyando alguna situación con su hija o con su hijo, incluso me enseño tres comerciales diferentes donde aparece un padre ayudando a una hija que no puede oír a darse cuenta si es que están tocando el timbre, o un padre que le explica a su hijo que debe seguir un tratamiento porque gracias a él va a poder salvar vidas y que por eso va a ser un héroe, cosas de ese estilo, solo eso.

Sin embargo, nosotros, los papás de hoy, que estamos más involucrados en la educación y la crianza de nuestros hijos también participamos en temas que involucran lactancia, apego, colecho, porteo y todos esos términos tan de moda, estamos casi igual de capacitados para ir a comprar pañales, ropa, comida y demás accesorios. Los papás de hoy hemos aprendido tantas cosas que estamos en la capacidad de cambiar pañales en un baño público, que por suerte ahora tienen cambiadores o de preparar una mamadera, incluso sabemos diferenciar entre los tipos de leche que existen en el mercado, sabemos la diferencia de las diferentes gamas de pañales, así que tal vez podríamos tener algo de publicidad orientativa hacia nosotros.

Eso no significa que de la noche a la mañana empecemos a aparecer en televisión o en anuncios publicitarios, campañas o pancartas y letreros, esa no es la idea, pero nos gustaría tener más presencia y no solamente ser el que aporta desde las sobras: Las familias modernas de hoy tienen a la mamá trabajando y al papá en casa, o tal vez ambos trabajan y tienen la misma posibilidad de pasar a comprar algo por el supermercado, por eso creo que nuestro protagonismo va un poco más allá y seria de verdad genial ver más temas que nos puedan ayudar a nosotros a aprender más, incluso podrían considerar darnos un poco más de tiempo con nuestras familias cuando tenemos un recién nacido, cinco días no es mucho tiempo.
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Publicidad para Padres

Hace unos días tuve el gusto de ser entrevistado como parte de una investigación sobre paternidad asociada a la publicidad, tema que es para cubrir un proceso de tesis de la UPC. Lo interesante de esta entrevista es que el tema gira alrededor de como la publicidad y la paternidad está enfocada enteramente hacia la mujer y los hombres que somos papás solamente figuramos como un actor secundario que casi ni aparece.

Ahora, conversando con la señorita que me entrevistaba empezamos a tocar diversos temas, todos orientados a la paternidad, sobre lo que significa ser padre hoy en día, comparaciones con experiencias pasadas sobre como mis padres y mis abuelos educaron a sus hijos y como es ahora, si nuestra participación en casa es mucho mayor que antes, si nos involucramos más con nuestros hijos comparado con como nuestros padres se involucraron con nosotros y demás cosas. Fue divertido contar de todo un poco, recordar algunas cosas y comprar notas.

Lo que más llamo mi atención es que efectivamente la publicidad, no solo en este país, está orientada hacia mamá, papá no aparece en ningún comercial, salvo en fechas específicas como el día del padre, sino nada, es solo en esa fecha que aparecen spots publicitarios donde diversas marcas muestras al papá de la casa apoyando alguna situación con su hija o con su hijo, incluso me enseño tres comerciales diferentes donde aparece un padre ayudando a una hija que no puede oír a darse cuenta si es que están tocando el timbre, o un padre que le explica a su hijo que debe seguir un tratamiento porque gracias a él va a poder salvar vidas y que por eso va a ser un héroe, cosas de ese estilo, solo eso.

Sin embargo, nosotros, los papás de hoy, que estamos más involucrados en la educación y la crianza de nuestros hijos también participamos en temas que involucran lactancia, apego, colecho, porteo y todos esos términos tan de moda, estamos casi igual de capacitados para ir a comprar pañales, ropa, comida y demás accesorios. Los papás de hoy hemos aprendido tantas cosas que estamos en la capacidad de cambiar pañales en un baño público, que por suerte ahora tienen cambiadores o de preparar una mamadera, incluso sabemos diferenciar entre los tipos de leche que existen en el mercado, sabemos la diferencia de las diferentes gamas de pañales, así que tal vez podríamos tener algo de publicidad orientativa hacia nosotros.

Eso no significa que de la noche a la mañana empecemos a aparecer en televisión o en anuncios publicitarios, campañas o pancartas y letreros, esa no es la idea, pero nos gustaría tener más presencia y no solamente ser el que aporta desde las sobras: Las familias modernas de hoy tienen a la mamá trabajando y al papá en casa, o tal vez ambos trabajan y tienen la misma posibilidad de pasar a comprar algo por el supermercado, por eso creo que nuestro protagonismo va un poco más allá y seria de verdad genial ver más temas que nos puedan ayudar a nosotros a aprender más, incluso podrían considerar darnos un poco más de tiempo con nuestras familias cuando tenemos un recién nacido, cinco días no es mucho tiempo.
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Tu serás lo que yo no soy

Si la memoria no me falla y si es que el disco de mi cerebro aún esta ordenado puedo recordar aquellas palabras que alguna vez he oído decírselas a diferentes padres hacia sus hijos y la verdad es que aún se siguen utilizando, hasta yo lo he hecho ya más de un par de veces aunque mi hija no las entienda aún por completo, le digo algo como «tú serás lo que yo aún no soy» o sino “tu tendrás los logros que yo no he podido lograr” y en resumidas cuentas le estoy dando a entender a ella y me estoy comprometiendo de manera directa a lograr que mi hija haga y logre todo lo que yo aún no he logrado hacer, y creo que ese es el deseo de todo padre de familia, que sus hijos sean mejores que nosotros, sus progenitores, que logren cumplir todo lo que a nosotros se nos truncó de una u otra manera, pero pensándolo bien y haciendo mea culpa, ¿no sería un poco egoísta de mi parte, siendo un padre como cualquiera, enfocar, encausar o dirigir a mi hija hacia mis metas incumplidas en lugar de hacer que ella decida por si sola cuando le toque realizar sus propias elecciones? recién en este momento me he puesto a pensar en esa gran gran pregunta.


La verdad es que cuando yo era niño/adolecente no recuerdo exactamente si mi mamá me decía cosas parecidas a esas, de si tenía que hacer algo específico, cumplir una meta como por ejemplo estudiar medicina o alguna otra cosa, yo solo recuerdo su apoyo incondicional y lo orgullosa que estaba de mi por las cosas que iba logrando por mi cuenta y esfuerzo propio, sobre todo, si ese logro estaba asociado con temas de estudios, no es que yo haya sido un súper excelente estudiante, yo solo estaba dentro del promedio, nunca sentí esa presión que algunos padres aplicaban sobre sus hijos por aquella época para que obtuvieran buenas notas, a mí me dejaba ser (dentro de lo correcto, claro), si yo no estudiaba era mi problema, no tenía a nadie detrás mío pidiendome que estudiara o para hacer las tareas, solo venían a preguntarme cómo iba avanzando, yo controlaba mis horarios y eso era genial. Incluso cuando decidí estudiar sistemas y no obtuve el ingreso a la universidad a la primera, tuve todo su apoyo, nunca recibí una jalada de orejas o algo parecido, incluso ahora a mis 41 años sigo sintiendo ese orgullo que mi madre tiene hacia mí, no me lo tiene que decir con palabras, con solo verle la mirada estoy más que convencido.


En casa estamos empezando a aplicar la misma técnica con la bubu, darle las pautas de lo que significa estudiar o no hacerlo, algo sobre las notas, el manejo de los tiempos y alguno que otro «tip», lo que no vamos a hacer es elegir por ella, al menos hasta que empiece a tomar conciencia por sus actos, por ahora debemos guiarla por el camino que más o menos hemos trazado para ella, incluso ya hemos conversado en pareja sobre las posibles carreras que podría estudiar, como me dice Mary a veces, después de que tenga sus tres carreras podremos estar tranquilos y que va a ser economista y que va a trabajar en el banco mundial, que nos va a llevar de viaje por todo el mundo y cosas como esas, ya se imaginaran las aventuras que nos tocaran vivir más adelante, soñar no cuesta nada, de repente termina siendo otra cosa totalmente diferente.


La verdad es que yo me siento muy contento de lo que he logrado hasta ahora, algunas cosas de manera individual y otras en pareja, familia o en grupo de amigos, soy consciente que aún tengo muchas cosas pendientes por cumplir y espero lograr hacer muchas de ellas, a mi hija no la voy a sobrecargar con temas que son responsabilidad enteramente mía, lo que ella logre hacer sola o con ayuda me llenara de orgullo y emoción y si ella es feliz por lograrlo mucho mejor.


¿Y tú, que siempre me lees, ya has pensado sobre el futuro de tus hijos?
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