Una noche diferente

Ayer a las 4am me desperté, como uno lo hace normalmente algunas noches. Sólo que esta noche era diferente, empecé a ver unas luces dando vueltas en la casa. Me hizo acordar mucho a alguna película de Spielberg y pensé que finalmente habían venido los aliens por mi. «Muérete de

Sigue leyendo ->

Primer encuentro provincial de Familias Numerosas: Sevilla, 14.11.2015

Tenemos novedades en #papanoara !

Te adjunto la información del Primer encuentro provincial de Familias Numerosas que han organizado desde Fanuse para este sábado. Charlas de interés para nuestras familias y muuuuuchas actividades para peques.   Serán en el Colegio Claret, en Sevilla ciudad, horario de mañana. Este sábado.   Toda la información de este evento.   Ier Encuentro Provincial #Sevilla de #FamiliasNumerosas de @fanuandalucia: info en t.co/BrHN2kxHMZ 14.11.2015 pic.twitter.com/EUiJrhzcm1 — joaquim montaner (@2y6son8) noviembre 11, 2015 Información sobre el encuentro provincial de familias numerosas de Sevilla Aquí tienes un mapa para poder llegar con facilidad al sitio:

#dalegas

Sigue leyendo ->

Let’s talk about sex

Hola, soy el Señor Lobo. Soluciono problemas.
¿Tu problema es que vas a ser padre o eres padre y no sabes si tu vida sexual se verá afectada? Let’s talk about sex, baby. Let’s talk about you and me. Let’s talk about all the good things and the bad things that may be.

Sí, vamos a hablar de ese gran tabú: El sexo de los padres. Que no es el sexo como el de los ángeles, ya que como mínimo, como mínimo, una vez hemos practicado para llegar hasta aquí.


Para organizarnos mejor hay que diferenciar dos grandes momentos: El sexo pre-parto y el sexo post-parto.


Sexo pre-parto: 

Sin entrar en todas las categorías lujuriosas, fetichismos varios o prácticas sexuales de cada uno, nos centraremos en el sexo del momento a partir en que se dice: “Vamos a buscar” (que es con premeditación y alevosía). Otras categorías como “No vigilamos” o “Si, viene… viene” como circular en moto sin casco: En caso de accidente se necesitará atención médica seguro, y, vivirás pendiente de que te hayan pillado y te llegue una multa con retraso.

Pero volviendo a los hechos con alevosía. En el momento “Vamos a buscar” se pueden dar las siguientes categorías:
  • Conejero: El objetivo es fertilizar por repetición, prima la cantidad a la calidad. Es un toma y daca, y daca y toma, y venga, y dale, y qué tiempos tan maravillosos. Recuperando ese ritmo frenético adolescente como si se fuera a acabar el día de mañana. ¡Necesitas hasta hielo! Y cuando uno necesita hielo, es que el tema mola.
  • Gran Reserva: Seguramente pasado el primer mes y tras haber perdido 3Kg con la dieta del cucurucho (el único momento en tu vida que la harás), se pasa al Plan B: Prima la calidad a la cantidad. Así que hay que poner el cava a almacenar para tener un buen producto. Este momento empieza a ser delicado, ya que sin ser padre ya te están poniendo trabas burocráticas y reduciendo el consumo.
  • ¿Quién me iba a decir a mí?: Otra de las fases suele ser cuando entra en escena un test o calendario de ovulación. En ese momento descubrirás que “Quién te iba a decir a ti” que algún día en tu vida dirías: “Soy un hombre, pero tengo sentimientos. Me siento como un trozo de carne utilizado”. Por primera vez, descubrirás que no estás tan salido como pensabas y existe el sexo sin tener ganas.
Una vez que todo tu sacrificio sexual ha llegado a su fin, empieza la segunda fase del pre-parto: El sexo con una embarazada. Donde podemos distinguir las siguientes categorías:
  • Hormones-Up: Es bien. Consiste en que tu un día llegas a casa y de repente te encuentras a tu mujer embarazada que es poseída por el ritmo ragatanga, y tú que lo conoces tocas el himno de las 12, para ti la canción más deseada. Y tu mujer la baila y la goza y la canta.  Y no sabes muy bien qué ha pasado,ni cuándo, ni cómo, pero descubres que esta fase del embarazo donde se van restregando por las paredes, tiene su punto.
  • Hormones-Down: Es mal. Esto es debido al principio de la montaña rusa hormonal: “Todo lo que sube baja”, pasando de la selva amazónica al desierto del Gobi. Pensad que el cuerpo es muy sabio, y todo lo que sucede es para ir entrenando a la madre y al bebé (y en este caso, al padre también).
  • Ballena varada: Llega un momento en el embarazo en que el sexo descubre una nueva posición (y prácticamente la única) en el Kamasutra: La ballena varada. Aunque a las puertas del estreno del episodio VII podíamos también llamarla: “jabba esta hot”. Los que lo habéis vivido ya sabéis a que me refiero, y los que no, lo entenderéis. Lo importante es que en acabar no le cantéis eso de: “Duerme un poco más, los párpados no aguantan ya (…) Ballena, vuelve al mar, varada por la realidad”
  • El octavo pasajero: Tu capacidad de concentración se pondrá a prueba cuando estando practicando con Jabba está hot tengas un cross-over de franquicias con “Alien” y veas como “algo” recorre transversalmente toooda la barriga de punta a punta. Pares para meditar que está pasando, y te diga “No pares”. Concentración, amigo: Hemos venido a jugar este partido, y lo vamos a ganar.
  • Mario Bros: A partir del nivel 40 (aprox) pueden recomendar tres conceptos para desatascar las tuberías: Caminar, tomar chocolate caliente y/o llamar al fontanero. Y como decía el clásico: “El fontanero, su mujer y otras cosas del meter” cedes tu desatascador en un último acto de servicio como “soltero”.
Sexo post-parto: 

Después del lanzamiento, entramos en la fase post-parto. Lo primero que nos encontramos es “La cuarentena” (suenan truenos apocalípticos de fondo). Cuarentena viene del término bíblico, la versión femenina habla de los 40 días que Jesús estuvo por el desierto, pero la masculina cita los 40 años de éxodo por el desierto de Moisés (según el punto de vista), en que NO podías pecar. Durante “La cuarentena” los padres pasamos por 5 fases:
  • Negación: Al principio no te atreves a acercarte a tu mujer. Hace relativamente poco pudiste asistir al nacimiento de tu hij@, y estando en quirófano miraste a los ojos a Kthulu.
  • Ira: Entras en una fase donde te da rabia que tu experiencia Lovecraftiana con criaturas primigenias pueda afectar a tu vida sexual.
  • Negociación: Así que una vez superada la ira negocias alguna “desviación del protocolo de seguridad”.
  • Depresión: Pero ante la negativa entras en la siguiente fase de depresión. 
  • Aceptación: Hasta que finalmente aceptas tu nueva condición (a)sexual como padre
Pero Jesús volvió del desierto (y los hebreos llegaron a la tierra prometida), y un día te vuelves a acercar a lo que antaño era tu mujer. Descubriendo el sexo post-parto y sus tres vertientes:
  • Necrofilia: También denominado como The Fucking Dead. Sucede sobre todo al inicio, cuando llevas 3 meses sin dormir y tu cuerpo sólo reacciona ante las necesidades primarias como son comer, hidratarse y tener sexo. Así, que SIN apetecer absolutamente nada, llega un día que te preguntas cuándo fue la última vez y como por vergüenza ajena pactas con tu pareja tener tema, momento en el que descubres la necrofilia.
  • Ninja: Consistente en dejar al bebé dormido en su cuna (en su habitación mejor o si se queda en la misma habitación, mirando opuestamente a Cuenca), ir de puntillas a la cama, colarse por debajo de las sábanas y ejecutar a la víctima, TODO, sin hacer ni un ruido. 
  • Chun Li: Es el sexo programado. Cuando POR FIN dejas a tu bebé con un canguro, quiere decir que tienes planes y SABES a qué planes me refiero. Entras en un nuevo plano consistente en que tus preliminares mentales pueden ser de varias semanas, o incluso meses, por lo que llegas al día X con un caletón mental que casi te da fiebre. Así que en el momento de entrar en combate, tu rival, Chun Li de Street Fighter te grita su famosa frase de “Yatta!”. Y efectivamente, yatta. Pero como hay tiempo, te levantas y a pesar de que has perdido este round el campeonato será tuyo. 

Pero de todas las prácticas sexuales, pre y post parto, hay una que nunca te abandonará. Aquella que todos los padres, siempre negaremos: La del mono adolescente soltero.

d
Sigue leyendo ->

Let’s talk about sex

Hola, soy el Señor Lobo. Soluciono problemas.
¿Tu problema es que vas a ser padre o eres padre y no sabes si tu vida sexual se verá afectada? Let’s talk about sex, baby. Let’s talk about you and me. Let’s talk about all the good things and the bad things that may be.

Sí, vamos a hablar de ese gran tabú: El sexo de los padres. Que no es el sexo como el de los ángeles, ya que como mínimo, como mínimo, una vez hemos practicado para llegar hasta aquí.


Para organizarnos mejor hay que diferenciar dos grandes momentos: El sexo pre-parto y el sexo post-parto.


Sexo pre-parto: 

Sin entrar en todas las categorías lujuriosas, fetichismos varios o prácticas sexuales de cada uno, nos centraremos en el sexo del momento a partir en que se dice: “Vamos a buscar” (que es con premeditación y alevosía). Otras categorías como “No vigilamos” o “Si, viene… viene” como circular en moto sin casco: En caso de accidente se necesitará atención médica seguro, y, vivirás pendiente de que te hayan pillado y te llegue una multa con retraso.

Pero volviendo a los hechos con alevosía. En el momento “Vamos a buscar” se pueden dar las siguientes categorías:
  • Conejero: El objetivo es fertilizar por repetición, prima la cantidad a la calidad. Es un toma y daca, y daca y toma, y venga, y dale, y qué tiempos tan maravillosos. Recuperando ese ritmo frenético adolescente como si se fuera a acabar el día de mañana. ¡Necesitas hasta hielo! Y cuando uno necesita hielo, es que el tema mola.
  • Gran Reserva: Seguramente pasado el primer mes y tras haber perdido 3Kg con la dieta del cucurucho (el único momento en tu vida que la harás), se pasa al Plan B: Prima la calidad a la cantidad. Así que hay que poner el cava a almacenar para tener un buen producto. Este momento empieza a ser delicado, ya que sin ser padre ya te están poniendo trabas burocráticas y reduciendo el consumo.
  • ¿Quién me iba a decir a mí?: Otra de las fases suele ser cuando entra en escena un test o calendario de ovulación. En ese momento descubrirás que “Quién te iba a decir a ti” que algún día en tu vida dirías: “Soy un hombre, pero tengo sentimientos. Me siento como un trozo de carne utilizado”. Por primera vez, descubrirás que no estás tan salido como pensabas y existe el sexo sin tener ganas.
Una vez que todo tu sacrificio sexual ha llegado a su fin, empieza la segunda fase del pre-parto: El sexo con una embarazada. Donde podemos distinguir las siguientes categorías:
  • Hormones-Up: Es bien. Consiste en que tu un día llegas a casa y de repente te encuentras a tu mujer embarazada que es poseída por el ritmo ragatanga, y tú que lo conoces tocas el himno de las 12, para ti la canción más deseada. Y tu mujer la baila y la goza y la canta.  Y no sabes muy bien qué ha pasado,ni cuándo, ni cómo, pero descubres que esta fase del embarazo donde se van restregando por las paredes, tiene su punto.
  • Hormones-Down: Es mal. Esto es debido al principio de la montaña rusa hormonal: “Todo lo que sube baja”, pasando de la selva amazónica al desierto del Gobi. Pensad que el cuerpo es muy sabio, y todo lo que sucede es para ir entrenando a la madre y al bebé (y en este caso, al padre también).
  • Ballena varada: Llega un momento en el embarazo en que el sexo descubre una nueva posición (y prácticamente la única) en el Kamasutra: La ballena varada. Aunque a las puertas del estreno del episodio VII podíamos también llamarla: “jabba esta hot”. Los que lo habéis vivido ya sabéis a que me refiero, y los que no, lo entenderéis. Lo importante es que en acabar no le cantéis eso de: “Duerme un poco más, los párpados no aguantan ya (…) Ballena, vuelve al mar, varada por la realidad”
  • El octavo pasajero: Tu capacidad de concentración se pondrá a prueba cuando estando practicando con Jabba está hot tengas un cross-over de franquicias con “Alien” y veas como “algo” recorre transversalmente toooda la barriga de punta a punta. Pares para meditar que está pasando, y te diga “No pares”. Concentración, amigo: Hemos venido a jugar este partido, y lo vamos a ganar.
  • Mario Bros: A partir del nivel 40 (aprox) pueden recomendar tres conceptos para desatascar las tuberías: Caminar, tomar chocolate caliente y/o llamar al fontanero. Y como decía el clásico: “El fontanero, su mujer y otras cosas del meter” cedes tu desatascador en un último acto de servicio como “soltero”.
Sexo post-parto: 

Después del lanzamiento, entramos en la fase post-parto. Lo primero que nos encontramos es “La cuarentena” (suenan truenos apocalípticos de fondo). Cuarentena viene del término bíblico, la versión femenina habla de los 40 días que Jesús estuvo por el desierto, pero la masculina cita los 40 años de éxodo por el desierto de Moisés (según el punto de vista), en que NO podías pecar. Durante “La cuarentena” los padres pasamos por 5 fases:
  • Negación: Al principio no te atreves a acercarte a tu mujer. Hace relativamente poco pudiste asistir al nacimiento de tu hij@, y estando en quirófano miraste a los ojos a Kthulu.
  • Ira: Entras en una fase donde te da rabia que tu experiencia Lovecraftiana con criaturas primigenias pueda afectar a tu vida sexual.
  • Negociación: Así que una vez superada la ira negocias alguna “desviación del protocolo de seguridad”.
  • Depresión: Pero ante la negativa entras en la siguiente fase de depresión. 
  • Aceptación: Hasta que finalmente aceptas tu nueva condición (a)sexual como padre
Pero Jesús volvió del desierto (y los hebreos llegaron a la tierra prometida), y un día te vuelves a acercar a lo que antaño era tu mujer. Descubriendo el sexo post-parto y sus tres vertientes:
  • Necrofilia: También denominado como The Fucking Dead. Sucede sobre todo al inicio, cuando llevas 3 meses sin dormir y tu cuerpo sólo reacciona ante las necesidades primarias como son comer, hidratarse y tener sexo. Así, que SIN apetecer absolutamente nada, llega un día que te preguntas cuándo fue la última vez y como por vergüenza ajena pactas con tu pareja tener tema, momento en el que descubres la necrofilia.
  • Ninja: Consistente en dejar al bebé dormido en su cuna (en su habitación mejor o si se queda en la misma habitación, mirando opuestamente a Cuenca), ir de puntillas a la cama, colarse por debajo de las sábanas y ejecutar a la víctima, TODO, sin hacer ni un ruido. 
  • Chun Li: Es el sexo programado. Cuando POR FIN dejas a tu bebé con un canguro, quiere decir que tienes planes y SABES a qué planes me refiero. Entras en un nuevo plano consistente en que tus preliminares mentales pueden ser de varias semanas, o incluso meses, por lo que llegas al día X con un caletón mental que casi te da fiebre. Así que en el momento de entrar en combate, tu rival, Chun Li de Street Fighter te grita su famosa frase de “Yatta!”. Y efectivamente, yatta. Pero como hay tiempo, te levantas y a pesar de que has perdido este round el campeonato será tuyo. 

Pero de todas las prácticas sexuales, pre y post parto, hay una que nunca te abandonará. Aquella que todos los padres, siempre negaremos: La del mono adolescente soltero.

d
Sigue leyendo ->

Let’s talk about sex

Hola, soy el Señor Lobo. Soluciono problemas.
¿Tu problema es que vas a ser padre o eres padre y no sabes si tu vida sexual se verá afectada? Let’s talk about sex, baby. Let’s talk about you and me. Let’s talk about all the good things and the bad things that may be.

Sí, vamos a hablar de ese gran tabú: El sexo de los padres. Que no es el sexo como el de los ángeles, ya que como mínimo, como mínimo, una vez hemos practicado para llegar hasta aquí.


Para organizarnos mejor hay que diferenciar dos grandes momentos: El sexo pre-parto y el sexo post-parto.


Sexo pre-parto: 

Sin entrar en todas las categorías lujuriosas, fetichismos varios o prácticas sexuales de cada uno, nos centraremos en el sexo del momento a partir en que se dice: “Vamos a buscar” (que es con premeditación y alevosía). Otras categorías como “No vigilamos” o “Si, viene… viene” como circular en moto sin casco: En caso de accidente se necesitará atención médica seguro, y, vivirás pendiente de que te hayan pillado y te llegue una multa con retraso.

Pero volviendo a los hechos con alevosía. En el momento “Vamos a buscar” se pueden dar las siguientes categorías:
  • Conejero: El objetivo es fertilizar por repetición, prima la cantidad a la calidad. Es un toma y daca, y daca y toma, y venga, y dale, y qué tiempos tan maravillosos. Recuperando ese ritmo frenético adolescente como si se fuera a acabar el día de mañana. ¡Necesitas hasta hielo! Y cuando uno necesita hielo, es que el tema mola.
  • Gran Reserva: Seguramente pasado el primer mes y tras haber perdido 3Kg con la dieta del cucurucho (el único momento en tu vida que la harás), se pasa al Plan B: Prima la calidad a la cantidad. Así que hay que poner el cava a almacenar para tener un buen producto. Este momento empieza a ser delicado, ya que sin ser padre ya te están poniendo trabas burocráticas y reduciendo el consumo.
  • ¿Quién me iba a decir a mí?: Otra de las fases suele ser cuando entra en escena un test o calendario de ovulación. En ese momento descubrirás que “Quién te iba a decir a ti” que algún día en tu vida dirías: “Soy un hombre, pero tengo sentimientos. Me siento como un trozo de carne utilizado”. Por primera vez, descubrirás que no estás tan salido como pensabas y existe el sexo sin tener ganas.
Una vez que todo tu sacrificio sexual ha llegado a su fin, empieza la segunda fase del pre-parto: El sexo con una embarazada. Donde podemos distinguir las siguientes categorías:
  • Hormones-Up: Es bien. Consiste en que tu un día llegas a casa y de repente te encuentras a tu mujer embarazada que es poseída por el ritmo ragatanga, y tú que lo conoces tocas el himno de las 12, para ti la canción más deseada. Y tu mujer la baila y la goza y la canta.  Y no sabes muy bien qué ha pasado,ni cuándo, ni cómo, pero descubres que esta fase del embarazo donde se van restregando por las paredes, tiene su punto.
  • Hormones-Down: Es mal. Esto es debido al principio de la montaña rusa hormonal: “Todo lo que sube baja”, pasando de la selva amazónica al desierto del Gobi. Pensad que el cuerpo es muy sabio, y todo lo que sucede es para ir entrenando a la madre y al bebé (y en este caso, al padre también).
  • Ballena varada: Llega un momento en el embarazo en que el sexo descubre una nueva posición (y prácticamente la única) en el Kamasutra: La ballena varada. Aunque a las puertas del estreno del episodio VII podíamos también llamarla: “jabba esta hot”. Los que lo habéis vivido ya sabéis a que me refiero, y los que no, lo entenderéis. Lo importante es que en acabar no le cantéis eso de: “Duerme un poco más, los párpados no aguantan ya (…) Ballena, vuelve al mar, varada por la realidad”
  • El octavo pasajero: Tu capacidad de concentración se pondrá a prueba cuando estando practicando con Jabba está hot tengas un cross-over de franquicias con “Alien” y veas como “algo” recorre transversalmente toooda la barriga de punta a punta. Pares para meditar que está pasando, y te diga “No pares”. Concentración, amigo: Hemos venido a jugar este partido, y lo vamos a ganar.
  • Mario Bros: A partir del nivel 40 (aprox) pueden recomendar tres conceptos para desatascar las tuberías: Caminar, tomar chocolate caliente y/o llamar al fontanero. Y como decía el clásico: “El fontanero, su mujer y otras cosas del meter” cedes tu desatascador en un último acto de servicio como “soltero”.
Sexo post-parto: 

Después del lanzamiento, entramos en la fase post-parto. Lo primero que nos encontramos es “La cuarentena” (suenan truenos apocalípticos de fondo). Cuarentena viene del término bíblico, la versión femenina habla de los 40 días que Jesús estuvo por el desierto, pero la masculina cita los 40 años de éxodo por el desierto de Moisés (según el punto de vista), en que NO podías pecar. Durante “La cuarentena” los padres pasamos por 5 fases:
  • Negación: Al principio no te atreves a acercarte a tu mujer. Hace relativamente poco pudiste asistir al nacimiento de tu hij@, y estando en quirófano miraste a los ojos a Kthulu.
  • Ira: Entras en una fase donde te da rabia que tu experiencia Lovecraftiana con criaturas primigenias pueda afectar a tu vida sexual.
  • Negociación: Así que una vez superada la ira negocias alguna “desviación del protocolo de seguridad”.
  • Depresión: Pero ante la negativa entras en la siguiente fase de depresión. 
  • Aceptación: Hasta que finalmente aceptas tu nueva condición (a)sexual como padre
Pero Jesús volvió del desierto (y los hebreos llegaron a la tierra prometida), y un día te vuelves a acercar a lo que antaño era tu mujer. Descubriendo el sexo post-parto y sus tres vertientes:
  • Necrofilia: También denominado como The Fucking Dead. Sucede sobre todo al inicio, cuando llevas 3 meses sin dormir y tu cuerpo sólo reacciona ante las necesidades primarias como son comer, hidratarse y tener sexo. Así, que SIN apetecer absolutamente nada, llega un día que te preguntas cuándo fue la última vez y como por vergüenza ajena pactas con tu pareja tener tema, momento en el que descubres la necrofilia.
  • Ninja: Consistente en dejar al bebé dormido en su cuna (en su habitación mejor o si se queda en la misma habitación, mirando opuestamente a Cuenca), ir de puntillas a la cama, colarse por debajo de las sábanas y ejecutar a la víctima, TODO, sin hacer ni un ruido. 
  • Chun Li: Es el sexo programado. Cuando POR FIN dejas a tu bebé con un canguro, quiere decir que tienes planes y SABES a qué planes me refiero. Entras en un nuevo plano consistente en que tus preliminares mentales pueden ser de varias semanas, o incluso meses, por lo que llegas al día X con un caletón mental que casi te da fiebre. Así que en el momento de entrar en combate, tu rival, Chun Li de Street Fighter te grita su famosa frase de “Yatta!”. Y efectivamente, yatta. Pero como hay tiempo, te levantas y a pesar de que has perdido este round el campeonato será tuyo. 

Pero de todas las prácticas sexuales, pre y post parto, hay una que nunca te abandonará. Aquella que todos los padres, siempre negaremos: La del mono adolescente soltero.

d
Sigue leyendo ->

¡Papá, no corras!

Supongo que me define como persona el hecho de que, hasta que tuvimos a M., no sentí una especial premura por sacarme el carnet de conducir. Nunca he sentido un especial interés por los coches, así que no lo hice cuando todo el mundo se lanza a ello, con la mayoría de edad (ni sentí la necesidad ni la curiosidad), y cuando uno se acostumbra a buscar otros recursos, a apoyarse en otras formas de transporte (o se casa con alguien que sepa conducir), acaba relativizando la necesidad de apuntarse a una autoescuela.
Hasta que, como ocurre con tantas cosas de la vida, un hijo pone patas abajo tu concepción del mundo.
Siempre me había considerado un buen copiloto, un complemento perfecto para mi mujer, con la que (creo) formaba un equipo bien engrasado que nos permitía desplazarnos en coche prácticamente a cualquier sitio, con eficacia. Algo que, lógicamente, se hizo imprescindible cuando nació M., y nos encontramos con la realidad de que viajar en transporte público cargados con todo lo necesario para el día a día de un bebé puede ser una locura.
Que me lo digan a mí, cuando tenía que atravesar Barcelona en transporte público para ir a visitar a mis padres (ya tenía calculada una ruta de transbordos que me llevaba por estaciones de metro con ascensor, por más que me hiciera perder algo de tiempo)…
Estaba claro que tenía que sacarme de una vez el carnet. A mis treinta y muchos años.
No tuve problema alguno con la teoría. Aprobé a la primera. Mi tortura empezó cuando empecé a hacer exámenes prácticos. La cuestión es que tengo un problema a la hora de controlar los nervios ante situaciones tensas. Se me disparan con mucha facilidad.
Cada vez me sentía peor. Más inseguro. Menos capaz de aprobar. Varias veces me planteé abandonar, si realmente estaba capacitado para conducir, pero todas y cada una de ellas mi mujer me animó a seguir adelante, a continuar luchando, a no dejarme vencer. Sobre todo, debido a una sencilla (y por entonces, aún pequeñita) razón: M.
Y aunque parecía imposible, llegó el día en que lo conseguí. Aprobé. Logré superar mis limitaciones, mis miedos, por puro amor hacia mi hijo… Y por el apoyo incondicional de su mamá.
La paternidad nos hace (o, al menos, debería hacernos) mejores de lo que somos. Nos obliga a enfrentarnos a nosotros mismos, a vernos en perspectiva, a crecer, y a superarnos a cada paso. A ser, como he dicho en alguna ocasión, una versión mejor, más madura y más centrada, de nosotros mismos.
Han pasado dos años y medio desde que me dieron el carnet, y he aprendido a disfrutar de la conducción. Pero de lo que más disfruto, sin lugar a dudas, es de poder llevar a M. arriba y abajo. Como un papi más, aunque eso suponga renunciar a una cierta parcela de excepcionalidad. ¿Acaso mi hijo no lo merece?
Sigue leyendo ->

¡Papá, no corras!

Supongo que me define como persona el hecho de que, hasta que tuvimos a M., no sentí una especial premura por sacarme el carnet de conducir. Nunca he sentido un especial interés por los coches, así que no lo hice cuando todo el mundo se lanza a ello, con la mayoría de edad (ni sentí la necesidad ni la curiosidad), y cuando uno se acostumbra a buscar otros recursos, a apoyarse en otras formas de transporte (o se casa con alguien que sepa conducir), acaba relativizando la necesidad de apuntarse a una autoescuela.
Hasta que, como ocurre con tantas cosas de la vida, un hijo pone patas abajo tu concepción del mundo.
Siempre me había considerado un buen copiloto, un complemento perfecto para mi mujer, con la que (creo) formaba un equipo bien engrasado que nos permitía desplazarnos en coche prácticamente a cualquier sitio, con eficacia. Algo que, lógicamente, se hizo imprescindible cuando nació M., y nos encontramos con la realidad de que viajar en transporte público cargados con todo lo necesario para el día a día de un bebé puede ser una locura.
Que me lo digan a mí, cuando tenía que atravesar Barcelona en transporte público para ir a visitar a mis padres (ya tenía calculada una ruta de transbordos que me llevaba por estaciones de metro con ascensor, por más que me hiciera perder algo de tiempo)…
Estaba claro que tenía que sacarme de una vez el carnet. A mis treinta y muchos años.
No tuve problema alguno con la teoría. Aprobé a la primera. Mi tortura empezó cuando empecé a hacer exámenes prácticos. La cuestión es que tengo un problema a la hora de controlar los nervios ante situaciones tensas. Se me disparan con mucha facilidad.
Cada vez me sentía peor. Más inseguro. Menos capaz de aprobar. Varias veces me planteé abandonar, si realmente estaba capacitado para conducir, pero todas y cada una de ellas mi mujer me animó a seguir adelante, a continuar luchando, a no dejarme vencer. Sobre todo, debido a una sencilla (y por entonces, aún pequeñita) razón: M.
Y aunque parecía imposible, llegó el día en que lo conseguí. Aprobé. Logré superar mis limitaciones, mis miedos, por puro amor hacia mi hijo… Y por el apoyo incondicional de su mamá.
La paternidad nos hace (o, al menos, debería hacernos) mejores de lo que somos. Nos obliga a enfrentarnos a nosotros mismos, a vernos en perspectiva, a crecer, y a superarnos a cada paso. A ser, como he dicho en alguna ocasión, una versión mejor, más madura y más centrada, de nosotros mismos.
Han pasado dos años y medio desde que me dieron el carnet, y he aprendido a disfrutar de la conducción. Pero de lo que más disfruto, sin lugar a dudas, es de poder llevar a M. arriba y abajo. Como un papi más, aunque eso suponga renunciar a una cierta parcela de excepcionalidad. ¿Acaso mi hijo no lo merece?
Sigue leyendo ->

Wallapop

Este fin de semana nos hemos ido con D. y J. y Je y M. a una casa rural de la provincia de Girona, una población de la Cataluña profunda, ya sabéis, alejada de Barcelona, con pocos habitantes, con su niebla y sus estelades colgadas de los balcones. Donde viven los que con sus votos (gracias a nuestra ley electoral, los suyos valen mucho más que los de cualquier habitante de una gran urbe) han conseguido una sociedad totalmente dividida. Pues eso, que nos hemos ido a descansar … ¿qué?, ¿que no lo he dicho? … Ah, sí, nos hemos ido sin niños.

Pero la entrada no va de eso y el párrafo anterior no era más que una introducción, porque D (el irlandés) aprovechó su estancia para acercarse a una población lejana cercana (cercana a la frontera francesa) para recoger las piezas que le faltaban a una moto que se compró hace poco. Había quedado allí con un tipo con el que previamente había contactado a través de Wallapop. Ya, pero ¿qué es Wallapop?

Wallapop es una aplicación de compra y venta de todo tipo de artículos (la mayoría de segunda mano) que tiene la ventaja de contar con geolocalizador. Es decir, una vez te das de alta (es muy sencillo) te pide tu localización y cuando encuentra el producto que buscas, lo ordena de más cerca a más lejos. Es cierto, está muy bien, pero lo que nadie dice es que puede crear adicción.

La primera vez que oí hablar de esta aplicación fue a través de R., uno de los psicópatas con los que quedo para jugar a la PlayStation. El tío se compró unos sofás la mar de chulos. Buscó en esa aplicación, encontró a una pareja de su misma población que vendía dos sofás, se fue a verlos, comprobó que estaban en buen estado, los pagó y se los llevó para casa. Creo que lo ha usado en más ocasiones, no solo para comprar, sino también para vender.

Pero bueno, el que se ha vuelto forofo de esta aplicación es D. El tío ha comprado y vendido de todo. Con deciros que se ha comprado un monovolumen y ha vendido la furgoneta que tenía. Cuando tiene trastos por casa, esos que todo el mundo tira, pone un anuncio ahí y encuentra alguien que le ofrece algo por eso. No para de darle vueltas a la cabeza sobre su próxima compra o venta en Wallapop. Me reí mucho con una ocurrencia de A. cuando le preguntamos a D. dónde tenía las gafas que se había comprado el sábado en una farmacia de Girona y contestó que seguramente ya las había vendido en Wallapop.

La verdad es que si os dais un paseo por ahí podréis comprobar que se vende/compra todo lo imaginable … y lo inimaginable. Hay apartados (Muebles, Electrónica, Moda y Accesorios, Coches y Motos, Deporte y Ocio, Casa y Hogar …) que facilitan la búsqueda del producto.

He visto gente que vende una caja de un Samsung Galaxy S4 … de verdad, no sé para qué o a quién le puede interesar una caja de cartón vacía que en su día sirvió para transportar un teléfono móvil, pero lo cierto es que se vende por 2 €. Otro vende cabezas de caballero dragón de Playmobil … Como detecto caras de incredulidad, ahí va el documento gráfico: clica aquí
Y mientras en Wallapop puedes encontrar todo aquello que necesitas (o no), yo sigo dándole vueltas a ese plan B consistente en ganar espacio en casa … humm, estoy pensando que quizá Wallapop pueda ayudarme … ¿habrá algún anuncio de alguien intentando colocar un niño?
Sigue leyendo ->

Wallapop

Este fin de semana nos hemos ido con D. y J. y Je y M. a una casa rural de la provincia de Girona, una población de la Cataluña profunda, ya sabéis, alejada de Barcelona, con pocos habitantes, con su niebla y sus estelades colgadas de los balcones. Donde viven los que con sus votos (gracias a nuestra ley electoral, los suyos valen mucho más que los de cualquier habitante de una gran urbe) han conseguido una sociedad totalmente dividida. Pues eso, que nos hemos ido a descansar … ¿qué?, ¿que no lo he dicho? … Ah, sí, nos hemos ido sin niños.

Pero la entrada no va de eso y el párrafo anterior no era más que una introducción, porque D (el irlandés) aprovechó su estancia para acercarse a una población lejana cercana (cercana a la frontera francesa) para recoger las piezas que le faltaban a una moto que se compró hace poco. Había quedado allí con un tipo con el que previamente había contactado a través de Wallapop. Ya, pero ¿qué es Wallapop?

Wallapop es una aplicación de compra y venta de todo tipo de artículos (la mayoría de segunda mano) que tiene la ventaja de contar con geolocalizador. Es decir, una vez te das de alta (es muy sencillo) te pide tu localización y cuando encuentra el producto que buscas, lo ordena de más cerca a más lejos. Es cierto, está muy bien, pero lo que nadie dice es que puede crear adicción.

La primera vez que oí hablar de esta aplicación fue a través de R., uno de los psicópatas con los que quedo para jugar a la PlayStation. El tío se compró unos sofás la mar de chulos. Buscó en esa aplicación, encontró a una pareja de su misma población que vendía dos sofás, se fue a verlos, comprobó que estaban en buen estado, los pagó y se los llevó para casa. Creo que lo ha usado en más ocasiones, no solo para comprar, sino también para vender.

Pero bueno, el que se ha vuelto forofo de esta aplicación es D. El tío ha comprado y vendido de todo. Con deciros que se ha comprado un monovolumen y ha vendido la furgoneta que tenía. Cuando tiene trastos por casa, esos que todo el mundo tira, pone un anuncio ahí y encuentra alguien que le ofrece algo por eso. No para de darle vueltas a la cabeza sobre su próxima compra o venta en Wallapop. Me reí mucho con una ocurrencia de A. cuando le preguntamos a D. dónde tenía las gafas que se había comprado el sábado en una farmacia de Girona y contestó que seguramente ya las había vendido en Wallapop.

La verdad es que si os dais un paseo por ahí podréis comprobar que se vende/compra todo lo imaginable … y lo inimaginable. Hay apartados (Muebles, Electrónica, Moda y Accesorios, Coches y Motos, Deporte y Ocio, Casa y Hogar …) que facilitan la búsqueda del producto.

He visto gente que vende una caja de un Samsung Galaxy S4 … de verdad, no sé para qué o a quién le puede interesar una caja de cartón vacía que en su día sirvió para transportar un teléfono móvil, pero lo cierto es que se vende por 2 €. Otro vende cabezas de caballero dragón de Playmobil … Como detecto caras de incredulidad, ahí va el documento gráfico: clica aquí
Y mientras en Wallapop puedes encontrar todo aquello que necesitas (o no), yo sigo dándole vueltas a ese plan B consistente en ganar espacio en casa … humm, estoy pensando que quizá Wallapop pueda ayudarme … ¿habrá algún anuncio de alguien intentando colocar un niño?
Sigue leyendo ->

Papiconcilia: Un año ya ;)

Tenemos novedades en #papanoara !

aquí tienes la entrevista sobre papiconcilia que nos hicieron en grupo joly y que salió publicada en Diario de Sevilla y en Granada Hoy con @laparejadegolpe y con @jorge88b.   Hoy desde mamiconcilia han lanzado un recordatorio al respecto 🙂 Felicidades papiconcilia!!  

#dalegas

Sigue leyendo ->

El Embarazo Ectópico: Un Riesgo Que Debes Conocer

​A pesar de no ser muy conocido, el embarazo ectópico es una condición que presenta altos riesgos para la salud del bebé y la madre. Actualmente, se presenta en 1 de cada 50 embarazos, por lo que es un riesgo que debes conocer y anticipar lo antes posible mediante el reconocimiento de los primeros síntomas y señales.¿Qué es el embarazo ectópico o extrauterino?De manera resumida, es una gestación que se produce fuera del útero. En condiciones normales, el óvulo fecundado viaja por la […]

Sigue leyendo ->

Sofía y los números

Hace tiempo que Sofía ya sabe contar. Hace años de hecho. Pero ella no sabría decirte hace cuántos. Por alguna extraña razón, cuando se emociona o se siente bajo presión, se acuerda de los números, pero parece que perdieran todo el sentido para ella. Es un poco como cuando le

Sigue leyendo ->

Sofía y los números

Hace tiempo que Sofía ya sabe contar. Hace años de hecho. Pero ella no sabría decirte hace cuántos. Por alguna extraña razón, cuando se emociona o se siente bajo presión, se acuerda de los números, pero parece que perdieran todo el sentido para ella. Es un poco como cuando le

Sigue leyendo ->

Problemas de conducta en escolares:resultados del estudio EPOCA

Estos días estoy teniendo la oportunidad de presentar en distintas ciudades españolas los resultados del estudio EPOCA. El estudio EPOCA ha valorado el impacto de los problemas de conducta en niños menores de 12 años y sus familias.
En el estudio participaron más de 200 pediatras de todo el estado que incluyeron un total de casi 1000 niños que acudieron a la consulta por problemas de conducta. Fueron excluidos del estudio aquellos niños diagnosticados de algún trastorno mental tipificado (trastorno del espectro autista, déficit de atención, etc…). La población del estudio fue comparada con los datos de la población infantil de la Encuesta Nacional de Salud del año 2011. También se compararon los resultados basales con los obtenidos 3 meses después de seguir las medidas recomendadas por el pediatra.
Del estudio, destacamos los siguientes resultados
-Desde el punto de vista antropométrico, los niños del estudio presentaban un menor peso, talla e IMC (Índice de Masa Corporal) que la población general. A su vez, manifestaban una menor ingesta de pescado y tenían tendencia a comer alimentos menos saludables.
-Casi el 70% de los niños con problemas de conducta presentaban probables problemas de salud mental según los resultados del cuestionario de dificultades y capacidades (SDQ)
-Los niños del estudio mostraban en general un peor estado de salud que los de la encuesta de salud
-Los pacientes del estudio presentaban una peor calidad de vida que la población general (cuestionario Kidscreen-10)
-Los niños con problemas de conducta presentaban un menor descanso nocturno que la población general
-A través de la escala WHO-QoL-Bref, se observó que los padres de estos niños presentaban también una peor calidad de vida que los padres o tutores de niños sin problemas de conducta
*

-Tras la intervención del pediatra mediante la recomendación de medidas no farmacológicas (cambio de hábitos, complemento alimenticio, consulta con psicología y/o logopedia) se observó una mejoría estadísticamente significativa en la salud general y mental de los niños, un mayor descanso nocturno y una mejoría de su calidad de vida y la de sus padres.

-La asociación de más de una medida se mostró más efectiva que la recomendación de medidas aisladas.

El estudio EPOCA ha sido publicado en el número del mes de octubre de la revista Acta Pediátrica Española

Nota:el estudio EPOCA ha sido impulsado y financiado por Laboratorios Ordesa

*Imagen extraída de la página web del CEIP Nuestra Señora de los Ángeles (Canarias)


Sigue leyendo ->

Problemas de conducta en escolares:resultados del estudio EPOCA

Estos días estoy teniendo la oportunidad de presentar en distintas ciudades españolas los resultados del estudio EPOCA. El estudio EPOCA ha valorado el impacto de los problemas de conducta en niños menores de 12 años y sus familias.
En el estudio participaron más de 200 pediatras de todo el estado que incluyeron un total de casi 1000 niños que acudieron a la consulta por problemas de conducta. Fueron excluidos del estudio aquellos niños diagnosticados de algún trastorno mental tipificado (trastorno del espectro autista, déficit de atención, etc…). La población del estudio fue comparada con los datos de la población infantil de la Encuesta Nacional de Salud del año 2011. También se compararon los resultados basales con los obtenidos 3 meses después de seguir las medidas recomendadas por el pediatra.
Del estudio, destacamos los siguientes resultados
-Desde el punto de vista antropométrico, los niños del estudio presentaban un menor peso, talla e IMC (Índice de Masa Corporal) que la población general. A su vez, manifestaban una menor ingesta de pescado y tenían tendencia a comer alimentos menos saludables.
-Casi el 70% de los niños con problemas de conducta presentaban probables problemas de salud mental según los resultados del cuestionario de dificultades y capacidades (SDQ)
-Los niños del estudio mostraban en general un peor estado de salud que los de la encuesta de salud
-Los pacientes del estudio presentaban una peor calidad de vida que la población general (cuestionario Kidscreen-10)
-Los niños con problemas de conducta presentaban un menor descanso nocturno que la población general
-A través de la escala WHO-QoL-Bref, se observó que los padres de estos niños presentaban también una peor calidad de vida que los padres o tutores de niños sin problemas de conducta
*

-Tras la intervención del pediatra mediante la recomendación de medidas no farmacológicas (cambio de hábitos, complemento alimenticio, consulta con psicología y/o logopedia) se observó una mejoría estadísticamente significativa en la salud general y mental de los niños, un mayor descanso nocturno y una mejoría de su calidad de vida y la de sus padres.

-La asociación de más de una medida se mostró más efectiva que la recomendación de medidas aisladas.

El estudio EPOCA ha sido publicado en el número del mes de octubre de la revista Acta Pediátrica Española

Nota:el estudio EPOCA ha sido impulsado y financiado por Laboratorios Ordesa

*Imagen extraída de la página web del CEIP Nuestra Señora de los Ángeles (Canarias)


Sigue leyendo ->

Ropa de bebé y nuevo plan B

Bueno, pues ya está A. de baja. Es el primer embarazo en el que coge baja antes de dar a luz. Ya se sabe, a la séptima va la vencida. Hasta ahora, siempre había aguantado como una jabata hasta el último momento y así poder ‘disfrutar’ de esas 16 semanas de baja por maternidad. Esta vez, sin embargo, en el trabajo le han dicho que se cuide y que coja la baja. Todo un detalle, la verdad.

Aunque lo intentará, la baja no creo que sea una balsa de aceite. Hay que preparar cosas y, entre esas cosas, está la de conseguir espacio para la niña. El otro día nos fuimos a Ikea (¡dónde si no!) y compramos un armario que monté por la tarde y lo colocamos dentro de nuestro cuarto de baño, al lado de su mueble cambiador. No ha quedado del todo mal … y más teniendo en cuenta que tendrá parte de su ropa en un cuarto de baño.

La lavadora ha aumentado su ya habitual ritmo frenético de funcionamiento con coladas extra de ropa de bebé. Es como lavar ropa de muñecas. Lo bueno es que, poco a poco, van desapareciendo esas bolsas de ropa que invadían nuestra habitación y cuarto de baño. Sin embargo, la felicidad es efímera, porque cuando conseguimos recuperar un pequeño espacio de nuestro hogar, enseguida vuelve a ser ocupado. Ayer, sin ir más lejos, vino A. con un cochecito que le han regalado. Sí, sí, es muy chulo y hay que agradecer este gesto, pero cuando vi lo que ocupaba … De momento, lo ha llevado a casa de una hermana suya que tiene mucho espacio, pero sabemos que volverá. Como vendrá también una cuna,que habrá que montar y buscarle un espacio. Sí, ya sé, irá a los pies de la cama, así que ese banco que tenemos ahí tendrá que ir en otro sitio.

Mientras tanto yo no desfallezco en mi plan B, aquél que os contaba en la entrada anterior y que consistía en ‘facilitar’ que los hijos se vayan de casa. Este fin de semana próximo nos iremos con nuestros amigos D. y J. y Je. y M. a una casa rural. Es un plan que teníamos previsto desde hace mucho tiempo y que entre una cosa y otra no habíamos podido hacer. Pues bien, unos amigos nuestros se han ofrecido para quedarse con los dos pequeños, JP y S desde el sábado por la tarde hasta el domingo. Se me ha ocurrido que el domingo podríamos llamarles y decirles que nos va muy mal pasar a buscarlos, que si no les importa llevarlos al cole (sus hijos van al mismo cole que los nuestros) y ya, si eso, los recogemos allí. Como no creo que sepan que A. está de baja, el lunes por la tarde, poco antes de la recogida de los niños, podemos volver a llamarlos diciendo que nos resulta imposible recogerlos, que si no les importa los tengan esa semana con ellos y el fin de semana volvemos a hablar. Como son buena gente, no creo que pongan pegas. El fin de semana, como quien no quiere la cosa, no llamamos. Ellos, no se atreverán a llamar porque les dijimos que lo haríamos nosotros. Ya hemos ganado una semana más. Estoy seguro que así, a lo tonto a lo tonto, pueden pasar unos años y cuando por fin los vayamos a recoger, es muy posible que ya estén en la universidad, alguno de los mayores ya se haya ido de casa y volvamos a tener espacio para ello. Por si no os habíais dado cuenta, esta genialidad comporta además un considerable ahorro: imagino que ya que los tienen les darán de comer y los vestirán (¡qué menos!), mientras nosotros nos seguimos ocupando de los colegios. Creo que se lo voy a proponer a A.

Ah, y sigo pensando otros planes para el improbable caso de que éste falle.
Sigue leyendo ->

Ropa de bebé y nuevo plan B

Bueno, pues ya está A. de baja. Es el primer embarazo en el que coge baja antes de dar a luz. Ya se sabe, a la séptima va la vencida. Hasta ahora, siempre había aguantado como una jabata hasta el último momento y así poder ‘disfrutar’ de esas 16 semanas de baja por maternidad. Esta vez, sin embargo, en el trabajo le han dicho que se cuide y que coja la baja. Todo un detalle, la verdad.

Aunque lo intentará, la baja no creo que sea una balsa de aceite. Hay que preparar cosas y, entre esas cosas, está la de conseguir espacio para la niña. El otro día nos fuimos a Ikea (¡dónde si no!) y compramos un armario que monté por la tarde y lo colocamos dentro de nuestro cuarto de baño, al lado de su mueble cambiador. No ha quedado del todo mal … y más teniendo en cuenta que tendrá parte de su ropa en un cuarto de baño.

La lavadora ha aumentado su ya habitual ritmo frenético de funcionamiento con coladas extra de ropa de bebé. Es como lavar ropa de muñecas. Lo bueno es que, poco a poco, van desapareciendo esas bolsas de ropa que invadían nuestra habitación y cuarto de baño. Sin embargo, la felicidad es efímera, porque cuando conseguimos recuperar un pequeño espacio de nuestro hogar, enseguida vuelve a ser ocupado. Ayer, sin ir más lejos, vino A. con un cochecito que le han regalado. Sí, sí, es muy chulo y hay que agradecer este gesto, pero cuando vi lo que ocupaba … De momento, lo ha llevado a casa de una hermana suya que tiene mucho espacio, pero sabemos que volverá. Como vendrá también una cuna,que habrá que montar y buscarle un espacio. Sí, ya sé, irá a los pies de la cama, así que ese banco que tenemos ahí tendrá que ir en otro sitio.

Mientras tanto yo no desfallezco en mi plan B, aquél que os contaba en la entrada anterior y que consistía en ‘facilitar’ que los hijos se vayan de casa. Este fin de semana próximo nos iremos con nuestros amigos D. y J. y Je. y M. a una casa rural. Es un plan que teníamos previsto desde hace mucho tiempo y que entre una cosa y otra no habíamos podido hacer. Pues bien, unos amigos nuestros se han ofrecido para quedarse con los dos pequeños, JP y S desde el sábado por la tarde hasta el domingo. Se me ha ocurrido que el domingo podríamos llamarles y decirles que nos va muy mal pasar a buscarlos, que si no les importa llevarlos al cole (sus hijos van al mismo cole que los nuestros) y ya, si eso, los recogemos allí. Como no creo que sepan que A. está de baja, el lunes por la tarde, poco antes de la recogida de los niños, podemos volver a llamarlos diciendo que nos resulta imposible recogerlos, que si no les importa los tengan esa semana con ellos y el fin de semana volvemos a hablar. Como son buena gente, no creo que pongan pegas. El fin de semana, como quien no quiere la cosa, no llamamos. Ellos, no se atreverán a llamar porque les dijimos que lo haríamos nosotros. Ya hemos ganado una semana más. Estoy seguro que así, a lo tonto a lo tonto, pueden pasar unos años y cuando por fin los vayamos a recoger, es muy posible que ya estén en la universidad, alguno de los mayores ya se haya ido de casa y volvamos a tener espacio para ello. Por si no os habíais dado cuenta, esta genialidad comporta además un considerable ahorro: imagino que ya que los tienen les darán de comer y los vestirán (¡qué menos!), mientras nosotros nos seguimos ocupando de los colegios. Creo que se lo voy a proponer a A.

Ah, y sigo pensando otros planes para el improbable caso de que éste falle.
Sigue leyendo ->

Kriptonita para Superpapá

Hace una semana cogí una de esas amigdalitis intentísimas que te dejan en cama baldado, dolorido, con la garganta tan hinchada que ni puedes hablar ni casi comer (más allá de líquidos). Casi un guiñapo humano y quejumbroso, vamos.
Hablaba hace un tiempo sobre cómonos preocupamos los padres cuando nuestros hijos se ponen enfermos, pero hay otro tema por el que, demasiado a menudo, se pasa por encima: cómo reaccionan ellos cuando somos nosotros los que sufrimos algún tipo de malestar físico. Su visión de nosotros sigue siendo tan idealizada, tan pluscuamperfecta (nosotros seguimos siendo sus proveedoresprincipales), que en el momento en el que ven en nosotros una debilidad inesperada, se quedan desconcertados.
Me ha pasado otras veces en las que he caído presa de algún virus o similar: M. ni quiere acercarse a verme, ni a darme un beso. Y si lo hace, es con apresión, con incomodidad. Sin ganas.
Un padre (en general, una personal adulta y emocionalmente madura) no debería sentirse mal por una reacción semejante, por más que, en esa situación, sintamos una punzada de pena. Hay que ser conscientes que, para un niño, todo lo que sea una brecha en sus rutinas y, sobre todo, en todo lo que le hace sentirse seguro, le transmite desprotección.
Por eso a M. no le gusta ver derrotado a su Superpapá, ése que, cuando está en plena forma, nunca para, siempre está en movimiento, buscando fuerzas de donde sea para llevarle al fin del mundo… De hecho, cuando vio que no podía hablar, y que apenas me salía un hilo de voz a lo Vito Corleone, M. corrió a contárselo a su madre. Tanto le impresionó que me observaba atentamente cada vez que intentaba hablar, como intentando reconocer mi voz detrás de aquella especie de murmullo lastimero.
Día a día, me fui sintiendo mejor. Mi voz volvió. Y no nos podéis imaginar la sonrisa, la mirada de alivio, que dejó escapar M. cuando me escuchó hablar otra vez, más o menos, como una persona normal. Que pudiera leerle algunas páginas de uno de sus cuentos de antes de dormir, aunque fuera carraspeando sin parar, con una voz que iba menguando a medida que hablaba, le hizo increíblemente feliz. Como si hiciera una eternidad que no me veía.

Básicamente, porque su Superpapá había vuelto.

Sigue leyendo ->