Fabricando Robots con mi hijo

Estos días estoy participando como alumno en un interesantísimo curso de Domestika titulado Ilustración para no ilustradores e impartido por César Evangelista, alias Mr. Kone. En una de las clases prácticas estamos creando collages con imágenes bajadas de Internet. Para hacer mi práctica le he pedido ayuda a mi hijo Leo. Le he pedido que me […]

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El peligro de los juguetes inteligentes

Los juguetes inteligentes son aquellos capaces de generar interacción con nuestros hijos como intercambiar frases, reproducir algo que dicen o hasta «vomitar y hacer popó» (como algunos bebotes inteligentes). Sin embargo, su atractivo está sesgado por varias desventajas, pero la principal de ellas es que recopilan información de su propietario y son considerados por muchos gobiernos como una «potencial amenaza a la seguridad de los ciudadanos».

Incluso hace unas semanas ordenaron en Alemania que se destruya a la muñeca Mi amiga Cayla por la recolección ilegal de datos y quienes se negaran a hacerlo tendrían que pagar una multa de 25.000 euros. Seguir leyendo

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El peligro de los juguetes inteligentes

Los juguetes inteligentes son aquellos capaces de generar interacción con nuestros hijos como intercambiar frases, reproducir algo que dicen o hasta «vomitar y hacer popó» (como algunos bebotes inteligentes). Sin embargo, su atractivo está sesgado por varias desventajas, pero la principal de ellas es que recopilan información de su propietario y son considerados por muchos gobiernos como una «potencial amenaza a la seguridad de los ciudadanos».

Incluso hace unas semanas ordenaron en Alemania que se destruya a la muñeca Mi amiga Cayla por la recolección ilegal de datos y quienes se negaran a hacerlo tendrían que pagar una multa de 25.000 euros. Seguir leyendo

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¿ES LA HORA DEL FEMINISMO PARA EL PSOE?

S

Siempre he pensado que la tarea esencial del feminismo no ha sido ni es coser las prendas rotas o remendar las vestimentas deterioradas. Eso es más bien lo que les ha tocado  hacer a las mujeres en el reparto de funciones mediante el que el patriarcado ha consolidado el dominio masculino.  Es decir, mientras que nosotros luchábamos por la patria, ellas cosían las banderas. Las teóricas y activistas feministas, de las que continúo aprendiendo cada día, y que me obligan permanentemente a revisar mi posición privilegiada y los paradigmas que siempre me beneficiaron como varón, me han enseñado que el objetivo del feminismo es diseñar otro patrón y poner las bases de otro tipo de pacto. Es decir,  no asumir el traje masculino y ajustarlo para que le siente bien a ellas sino articular, desde la teoría y la praxis, un nuevo modelo de subjetividades y de relaciones entre ellas que haga posible de una vez por todas la equivalencia política de los géneros.

Ese ambicioso horizonte supone someter a un proceso crítico y a una posterior reconstrucción todas las estructuras de poder que durante siglos han condicionado el estatuto político de la mitad femenina. Un proceso que en este momento supone nada más y nada menos que combatir las profundas desigualdades que genera la perversa alianza entre neoliberalismo y patriarcado. Este debería ser, sin duda, el principal reto que asumiera una izquierda desnortada y que parece no tener muy claro que lo que daría sentido a su proyecto sería convertir en central lo que la política neoliberal insiste en mantener en la periferia. De ahí la necesidad de que el feminismo, que es sin duda la propuesta teórica y emancipadora más revolucionaria que podamos imaginar, se convierta en el eje principal de unas fuerzas políticas que andan a la deriva, entre otras cosas, porque han sido incapaces de asumir que el eje de la igualdad de género debe ser la palanca que haga saltar por los aires todos los aparatos de poder que continúan sosteniendo al depredador masculino. Un depredador que, no lo olvidemos, también siempre ha habitado en la izquierda y al que, por supuesto, también imitan muchas mujeres que entienden que la única manera de alcanzar y ejercer el poder es reproducir los patrones de conducta de sus colegas varones.

Por todo ello, pienso que, a diferencia de lo que una de las candidaturas a la secretaría del PSOE ha bautizado como “La hora de las mujeres”,  lo que el socialismo debería asumir de una vez por todas es que esta debería ser la hora del feminismo. Lo cual pasa por revisar no solo quién ocupa el poder sino también cómo lo ejerce y de acuerdo con qué prioridades. Ello no supone exigir a las mujeres un plus de méritos políticos y morales, ya que tienen el derecho fundamental a ser como mínimo igual de malas que nosotros, pero sí, cuando está en juego todo un proyecto político, exigir que las reglas del juego respondan a los objetivos que podríamos resumir en lo que Nancy Fraser llama “justicia de género”. Y eso implica no simplemente que haya una presencia paritaria de mujeres y hombres en el poder sino también, y sobre todo, que unas y otros dejen de usarlo de acuerdo con los parámetros masculinos y con la visión androcéntrica que acaba reduciendo a la igualdad a una cuestión de mera asimilación.  Lo contrario nos llevaría al absurdo de, por ejemplo, valorar positivamente los liderazgos de Marie Le Pen o Angela Merkel simplemente por el hecho de ser mujeres. No se trata, como diría Susan Sarandon, de votar solo con la vagina sino de confiar en quienes  luchan por subvertir un juego cuyo manual de instrucciones ya no nos sirve.  El reto, insisto, muy especialmente para la izquierda, no es solo que haya más mujeres ejerciendo el poder, sino que haya cada vez más mujeres capaces de situar  la agenda feminista como prioridad absoluta e innegociable.

Esa es, o debería ser, una de las grandes cuestiones que deberían estar planteándose en el seno de un PSOE que, sin embargo, parece más pendiente de los liderazgos personalistas y de la cultura de trincheras que del objetivo de ser en el siglo XXI el partido que más y mejor se comprometa con la igualdad de mujeres y hombres. Lo cual supone, insisto, plantarle cara al liberalismo salvaje, a las reglas patriarcales que siguen dominando lo público y a la falsa creencia de que la simple presencia de una mujer en el poder es capaz de darle la vuelta a un mundo hecho a imagen y semejanza de los varones y de quienes, con independencia de su sexo, son cómplices del sistema. Mucho me temo que si el partido no asume como principal bandera esta lucha continuará sumando argumentos para situarse en la irrelevancia.

Publicado en THE HUFFINGTON POST, (16 de mayo de 2017)I
http://www.huffingtonpost.es/octavio-salazar/es-la-hora-del-feminismo-para-el-psoe_a_22081089/?utm_hp_ref=es-homepage

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¿ES LA HORA DEL FEMINISMO PARA EL PSOE?

S

Siempre he pensado que la tarea esencial del feminismo no ha sido ni es coser las prendas rotas o remendar las vestimentas deterioradas. Eso es más bien lo que les ha tocado  hacer a las mujeres en el reparto de funciones mediante el que el patriarcado ha consolidado el dominio masculino.  Es decir, mientras que nosotros luchábamos por la patria, ellas cosían las banderas. Las teóricas y activistas feministas, de las que continúo aprendiendo cada día, y que me obligan permanentemente a revisar mi posición privilegiada y los paradigmas que siempre me beneficiaron como varón, me han enseñado que el objetivo del feminismo es diseñar otro patrón y poner las bases de otro tipo de pacto. Es decir,  no asumir el traje masculino y ajustarlo para que le siente bien a ellas sino articular, desde la teoría y la praxis, un nuevo modelo de subjetividades y de relaciones entre ellas que haga posible de una vez por todas la equivalencia política de los géneros.

Ese ambicioso horizonte supone someter a un proceso crítico y a una posterior reconstrucción todas las estructuras de poder que durante siglos han condicionado el estatuto político de la mitad femenina. Un proceso que en este momento supone nada más y nada menos que combatir las profundas desigualdades que genera la perversa alianza entre neoliberalismo y patriarcado. Este debería ser, sin duda, el principal reto que asumiera una izquierda desnortada y que parece no tener muy claro que lo que daría sentido a su proyecto sería convertir en central lo que la política neoliberal insiste en mantener en la periferia. De ahí la necesidad de que el feminismo, que es sin duda la propuesta teórica y emancipadora más revolucionaria que podamos imaginar, se convierta en el eje principal de unas fuerzas políticas que andan a la deriva, entre otras cosas, porque han sido incapaces de asumir que el eje de la igualdad de género debe ser la palanca que haga saltar por los aires todos los aparatos de poder que continúan sosteniendo al depredador masculino. Un depredador que, no lo olvidemos, también siempre ha habitado en la izquierda y al que, por supuesto, también imitan muchas mujeres que entienden que la única manera de alcanzar y ejercer el poder es reproducir los patrones de conducta de sus colegas varones.

Por todo ello, pienso que, a diferencia de lo que una de las candidaturas a la secretaría del PSOE ha bautizado como “La hora de las mujeres”,  lo que el socialismo debería asumir de una vez por todas es que esta debería ser la hora del feminismo. Lo cual pasa por revisar no solo quién ocupa el poder sino también cómo lo ejerce y de acuerdo con qué prioridades. Ello no supone exigir a las mujeres un plus de méritos políticos y morales, ya que tienen el derecho fundamental a ser como mínimo igual de malas que nosotros, pero sí, cuando está en juego todo un proyecto político, exigir que las reglas del juego respondan a los objetivos que podríamos resumir en lo que Nancy Fraser llama “justicia de género”. Y eso implica no simplemente que haya una presencia paritaria de mujeres y hombres en el poder sino también, y sobre todo, que unas y otros dejen de usarlo de acuerdo con los parámetros masculinos y con la visión androcéntrica que acaba reduciendo a la igualdad a una cuestión de mera asimilación.  Lo contrario nos llevaría al absurdo de, por ejemplo, valorar positivamente los liderazgos de Marie Le Pen o Angela Merkel simplemente por el hecho de ser mujeres. No se trata, como diría Susan Sarandon, de votar solo con la vagina sino de confiar en quienes  luchan por subvertir un juego cuyo manual de instrucciones ya no nos sirve.  El reto, insisto, muy especialmente para la izquierda, no es solo que haya más mujeres ejerciendo el poder, sino que haya cada vez más mujeres capaces de situar  la agenda feminista como prioridad absoluta e innegociable.

Esa es, o debería ser, una de las grandes cuestiones que deberían estar planteándose en el seno de un PSOE que, sin embargo, parece más pendiente de los liderazgos personalistas y de la cultura de trincheras que del objetivo de ser en el siglo XXI el partido que más y mejor se comprometa con la igualdad de mujeres y hombres. Lo cual supone, insisto, plantarle cara al liberalismo salvaje, a las reglas patriarcales que siguen dominando lo público y a la falsa creencia de que la simple presencia de una mujer en el poder es capaz de darle la vuelta a un mundo hecho a imagen y semejanza de los varones y de quienes, con independencia de su sexo, son cómplices del sistema. Mucho me temo que si el partido no asume como principal bandera esta lucha continuará sumando argumentos para situarse en la irrelevancia.

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Jugando a restaurar

Una de las pocas cosas que hicimos durante las vacaciones de semana santa, además de desconectar del todo, fue restaurar una bicicleta G.A.C de más de 30 años, que había abandonada en un rincón.

Es una bicicleta con historia, ya que es la que usaron mamacangreja y sus dos hermanas para aprender a montar en bicicleta. Después, años y años de abandono, grasa seca, hojas, polen de ciprés, y tiempo, mucho tiempo.

En la imagen podéis ver un trozo ya limpio y detrás como estaba el resto de la bicicleta. Tampoco penséis que hemos hecho una restauración total al estilo «joyas sobre ruedas». No, hemos desmontado las piezas principales, le hemos dado una buena limpieza a toda la bicicleta. Aunque hemos puesto especial empeño en las ruedas, los radios, la cadena, etc.

No hemos pulido ni pintado la bicicleta, tampoco hemos cambiado los faros delanteros y traseros, aunque supongo que será difícil, si no imposible encontrar otros en buen estado sin gastarnos una pasta. Lo que sí hemos buscado y reemplazado son las cámaras y las cubiertas. No penséis, no todas las tiendas de bicicletas tienen ruedas para estas bicicletas. Pero por suerte, después de buscar por internet, encontré una tienda en Castellón que tenía, así que fuimos y nos hicimos con las nuevas y flamantes ruedas.

Después simplemente nos dedicamos a limpiar, limpiar y limpiar. Y una vez la bicicleta estaba limpia, engrasada y con las ruedas en perfectas condiciones era el momento de probarla. Mamacangreja la primera claro, se la veía emocionada, supongo que la abordarían muchos recuerdos con cada pedalada.

Ahora, ya tenemos la bicicleta con la que aprenderá cangrejito, que todavía no sabe y se nos resiste un poco, pero aprenderá y después seguro que no quiere bajar.

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Jugando a restaurar

Una de las pocas cosas que hicimos durante las vacaciones de semana santa, además de desconectar del todo, fue restaurar una bicicleta G.A.C de más de 30 años, que había abandonada en un rincón.

Es una bicicleta con historia, ya que es la que usaron mamacangreja y sus dos hermanas para aprender a montar en bicicleta. Después, años y años de abandono, grasa seca, hojas, polen de ciprés, y tiempo, mucho tiempo.

En la imagen podéis ver un trozo ya limpio y detrás como estaba el resto de la bicicleta. Tampoco penséis que hemos hecho una restauración total al estilo «joyas sobre ruedas». No, hemos desmontado las piezas principales, le hemos dado una buena limpieza a toda la bicicleta. Aunque hemos puesto especial empeño en las ruedas, los radios, la cadena, etc.

No hemos pulido ni pintado la bicicleta, tampoco hemos cambiado los faros delanteros y traseros, aunque supongo que será difícil, si no imposible encontrar otros en buen estado sin gastarnos una pasta. Lo que sí hemos buscado y reemplazado son las cámaras y las cubiertas. No penséis, no todas las tiendas de bicicletas tienen ruedas para estas bicicletas. Pero por suerte, después de buscar por internet, encontré una tienda en Castellón que tenía, así que fuimos y nos hicimos con las nuevas y flamantes ruedas.

Después simplemente nos dedicamos a limpiar, limpiar y limpiar. Y una vez la bicicleta estaba limpia, engrasada y con las ruedas en perfectas condiciones era el momento de probarla. Mamacangreja la primera claro, se la veía emocionada, supongo que la abordarían muchos recuerdos con cada pedalada.

Ahora, ya tenemos la bicicleta con la que aprenderá cangrejito, que todavía no sabe y se nos resiste un poco, pero aprenderá y después seguro que no quiere bajar.

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[Reseña] ¡Cobardes!

Volvemos con las reseñas de los juegos de mesa. En esta ocasión, no es un juego específicamente infantil. La edad mínima recomendada es de 10 años, así que técnicamente sí pueden jugar niños, pero ya «mayores». De esta manera nos salimos un poco de nuestra línea de hablar de juegos para niños muy pequeños. Pero …continúa leyendo «[Reseña] ¡Cobardes!»

La entrada [Reseña] ¡Cobardes! aparece primero en Padres Frikis.

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Aprendiendo un poco de Historia a través de “Lunnis de Leyenda”

Aún, ni por asomo, ha llegado el momento de que #Bichillo le toque estudiar Historia. En casa somos dos licenciados en Historia y bueno, sabemos cómo se las gasta la materia. Ahora cuando le toque, espero que sigan existiendo recursos para niños como los que he descubierto con Clan TV y sus “Lunnis de Leyenda“. … Sigue leyendo Aprendiendo un poco de Historia a través de “Lunnis de Leyenda”

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Rebelión alimenticia

Hace un tiempo empecé a oír sobre los “terribles 2”. Sobre como los niñ@s se vuelven terribles al llegar a esa edad. Yo lo entiendo como que quieren ser independientes, explorar y hasta cierto punto ver el aguante de los padres.  En realidad, Giulia no es TAN terrible, más bien diría que es dócil porque entiende, hace caso y cuando empieza a hacer sus travesuras como treparse a las sillas o a los bancos, no le digo que no lo haga, sino que estoy a su lado para cogerla si es que se cae o se

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Fomentar la verdadera autonomía en nuestros hijos

Los padres podemos y debemos fomentar la autonomía en nuestros hijos desde que son capaces de ir alcanzando retos evolutivos. Resulta obvio pensar que el recién nacido no tiene autonomía salvo para respirar, ni siquiera controla sus propios movimientos. Es extremadamente vulnerable y dependiente. Poco a poco irá madurando su cerebro y será capaz de ir manejando su cuerpo y su voluntad. La autonomía se expresa por dos caminos que confluyen: uno más físico, donde debemos permitir que el niño haga aquello que puede hacer o cree que puede hacer y otro más psicológico que tiene que ver con desarrollar la independencia de criterio, la toma de decisiones y asumir sus consecuencias.

Cuando los padres permitimos que un niño haga algo que puede hacer, necesitamos trabajarnos la tolerancia al error, a la imperfección y al fracaso.También a la paciencia. Muchas veces hacemos cosas por ellos porque las hacemos más rápido y no les permitimos ensayar, practicar, experimentar y en definitiva poner a prueba sus herramientas. Priorizamos el resultado y no el aprendizaje que solo se produce durante el proceso
El día a día ofrece muchas oportunidades para favorecer que los niños habiliten estrategias y habilidades, que de otro modo, no aprenderán.
En cuanto a favorecer la autonomía en el ámbito más emocional y psicológico, también debemos hacer un ejercicio de soltar un poco el control y permitir que el niño elija todo aquello que pueda elegir (y que suele ser más de lo que creemos), y que tome decisiones.
Cuando un niño es capaz de hacer cosas por sí mismo estamos fortaleciendo su autoestima, su percepción de competencia, reforzando una autoimagen de seguridad, enseñándole a manejar la tolerancia a la frustración, desarrollando la perseverancia, entre otras cosas.
Por otra parte, educar hijos implica sobre todo que sean capaces de devenir en adultos competentes y seguros sin nosotros. Educar es una tarea a largo plazo, donde nuestra labor fundamental es facilitar que nuestros hijos desarrollen herramientas por sí mismos, porque eso es lo que les servirá para enfrentar la vida y para tomar decisiones encaminadas a la construcción de una existencia significativa y feliz.
En mi opinión la sobreprotección es perjudicial porque coarta la posibilidad de desarrollar estrategias de aprendizaje y les deja desprotegidos e ineptos para enfrentar los reveses vitales. Además, cuando llega la adolescencia, los padres perdemos influencia y autoridad y si no han desarrollado un criterio sólido, serán vulnerables a las exigencias del grupo de iguales. Y esta es una labor “hormiga” que se hace día a día y desde el principio.

¿Por qué nos cuesta favorecer su autonomía?

En general, a los padres nos cuesta favorecer su autonomía por varias razones. Las más básicas tienen que ver con las exigencias de tiempo actuales: siempre vamos con prisa, con horarios muy exigentes para todo. Eso hace que muchas veces no podamos esperar a que hagan ellos las cosas. Nos impacientamos y lo hacemos nosotros.
Pero también creo que hay otras más profundas, como la necesidad de que sigan dependiendo de nosotros o la falta de confianza en que pueden hacerlo por sí mismos. También nos cuesta tolerar el error y el fracaso. Es difícil dejar fracasar a un hijo, aunque imprescindible.
Tenemos también una gran necesidad de controlarlo todo, porque ello nos da seguridad y además estamos terriblemente condicionados a las presiones externas. Si yo dejo que mi hijo o hija elija lo que se quiere poner, me expongo a la crítica externa. Nos han enseñado que educar es igual a controlar y el juicio externo aún nos pesa mucho.
Para tratar de contrarrestar esta tendencia hay que tener presente de forma muy consciente que los beneficios de favorecer autonomía en los niños, son esenciales en la formación de una personalidad sana y sólida. Que merece la pena invertir un poco de tiempo y de paciencia permitiendo que hagan los aprendizajes necesarios para su edad. Que la responsabilidad debe ser compartida así como respetado el criterio. Pero que no fuercen las cosas.
Tan negativo es dar a nuestros hijos responsabilidades cuando aún no pueden asumirlas como no dárselas cuando aún están listos para ello y la única forma de saberlo es probar puesto que cada niño evoluciona de forma diferente.
Olga Carmona
Publicado en «El País» el 27 de abril de 2017
http://elpais.com/elpais/2017/04/24/mamas_papas/1493021002_268544.htmlhttp://elpais.com/elpais/2017/04/24/mamas_papas/1493021002_268544.html
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Fomentar la verdadera autonomía en nuestros hijos

Los padres podemos y debemos fomentar la autonomía en nuestros hijos desde que son capaces de ir alcanzando retos evolutivos. Resulta obvio pensar que el recién nacido no tiene autonomía salvo para respirar, ni siquiera controla sus propios movimientos. Es extremadamente vulnerable y dependiente. Poco a poco irá madurando su cerebro y será capaz de ir manejando su cuerpo y su voluntad. La autonomía se expresa por dos caminos que confluyen: uno más físico, donde debemos permitir que el niño haga aquello que puede hacer o cree que puede hacer y otro más psicológico que tiene que ver con desarrollar la independencia de criterio, la toma de decisiones y asumir sus consecuencias.

Cuando los padres permitimos que un niño haga algo que puede hacer, necesitamos trabajarnos la tolerancia al error, a la imperfección y al fracaso.También a la paciencia. Muchas veces hacemos cosas por ellos porque las hacemos más rápido y no les permitimos ensayar, practicar, experimentar y en definitiva poner a prueba sus herramientas. Priorizamos el resultado y no el aprendizaje que solo se produce durante el proceso
El día a día ofrece muchas oportunidades para favorecer que los niños habiliten estrategias y habilidades, que de otro modo, no aprenderán.
En cuanto a favorecer la autonomía en el ámbito más emocional y psicológico, también debemos hacer un ejercicio de soltar un poco el control y permitir que el niño elija todo aquello que pueda elegir (y que suele ser más de lo que creemos), y que tome decisiones.
Cuando un niño es capaz de hacer cosas por sí mismo estamos fortaleciendo su autoestima, su percepción de competencia, reforzando una autoimagen de seguridad, enseñándole a manejar la tolerancia a la frustración, desarrollando la perseverancia, entre otras cosas.
Por otra parte, educar hijos implica sobre todo que sean capaces de devenir en adultos competentes y seguros sin nosotros. Educar es una tarea a largo plazo, donde nuestra labor fundamental es facilitar que nuestros hijos desarrollen herramientas por sí mismos, porque eso es lo que les servirá para enfrentar la vida y para tomar decisiones encaminadas a la construcción de una existencia significativa y feliz.
En mi opinión la sobreprotección es perjudicial porque coarta la posibilidad de desarrollar estrategias de aprendizaje y les deja desprotegidos e ineptos para enfrentar los reveses vitales. Además, cuando llega la adolescencia, los padres perdemos influencia y autoridad y si no han desarrollado un criterio sólido, serán vulnerables a las exigencias del grupo de iguales. Y esta es una labor “hormiga” que se hace día a día y desde el principio.

¿Por qué nos cuesta favorecer su autonomía?

En general, a los padres nos cuesta favorecer su autonomía por varias razones. Las más básicas tienen que ver con las exigencias de tiempo actuales: siempre vamos con prisa, con horarios muy exigentes para todo. Eso hace que muchas veces no podamos esperar a que hagan ellos las cosas. Nos impacientamos y lo hacemos nosotros.
Pero también creo que hay otras más profundas, como la necesidad de que sigan dependiendo de nosotros o la falta de confianza en que pueden hacerlo por sí mismos. También nos cuesta tolerar el error y el fracaso. Es difícil dejar fracasar a un hijo, aunque imprescindible.
Tenemos también una gran necesidad de controlarlo todo, porque ello nos da seguridad y además estamos terriblemente condicionados a las presiones externas. Si yo dejo que mi hijo o hija elija lo que se quiere poner, me expongo a la crítica externa. Nos han enseñado que educar es igual a controlar y el juicio externo aún nos pesa mucho.
Para tratar de contrarrestar esta tendencia hay que tener presente de forma muy consciente que los beneficios de favorecer autonomía en los niños, son esenciales en la formación de una personalidad sana y sólida. Que merece la pena invertir un poco de tiempo y de paciencia permitiendo que hagan los aprendizajes necesarios para su edad. Que la responsabilidad debe ser compartida así como respetado el criterio. Pero que no fuercen las cosas.
Tan negativo es dar a nuestros hijos responsabilidades cuando aún no pueden asumirlas como no dárselas cuando aún están listos para ello y la única forma de saberlo es probar puesto que cada niño evoluciona de forma diferente.
Olga Carmona
Publicado en «El País» el 27 de abril de 2017
http://elpais.com/elpais/2017/04/24/mamas_papas/1493021002_268544.htmlhttp://elpais.com/elpais/2017/04/24/mamas_papas/1493021002_268544.html
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50 sombras de López

-Alguien ha empezado a tirar del hilo y nuestra misión peligra. Espero que tú no hayas tenido nada que ver Chin-Hwa. Lamentaría tener que matarte después de haberte amado tanto -dijo ella. –Oh, Grey, cómo me pones. Me he portado mal y merezco una azotaina con el látigo de tiras. Dámela. Ahora -dijo él. El […]

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El hombre invisible

Todas las noches me duermo pensando en como, de niño, soñaba con ser como los superhéroes de los tebeos. Entonces no podía saber que, de mayor, me convertiría en el hombre invisible. Que lucharía a diario contra otros como yo por conseguir un lugar a cubierto en el que dormir. Y que, cada noche, sería […]

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Vestuarios y niños: Combinación explosiva

Visitamos habitualmente el vestuario del club natación del que somos socios durante todo el año; ya sea para acompañar a los peques a hacer cursillos, para ir a hacer deporte o para ir a darnos un chapuzón en cualquier momento.
Cada vez que vamos, pasamos demasiado un rato en ellos… al llegar y al salir. No os lo voy a negar, muchas veces me he visto tentado de salir corriendo -incluso desnudo- porque hubiera pasado menos vergüenza de la que he tenido que vivir con determinados comentarios y/o situaciones; hoy os voy a comentar algunas de ellas:
Las comparaciones son odiosas… o no
La HermanaMayor varias veces ha comparado los miembros reproductores de algunos hombres y/o niños; por supuesto, sin el menor disimulo:

Situación 1: Papá, mira qué pene más grande tiene ese señor!
Situación 2: Papá… ese niño de ahí tiene el pene muy pequeñito, casi ni se le ve!
Comentarios y miradas indiscretas
Situación 1: Un hombre, sentado a nuestro lado, con una verruga enorme en la espalda… Papá! Qué es eso que tiene ese señor en la espalda? (faltando milímetros para que lo tocara…). Tras una pequeña explicación por mi parte, puede fácilmente llegar otro comentario del estilo a: – Puaj, qué asco!
Situación 2: Ponerse delante de una persona que se está duchando y quedarse fijamente mirando cómo lo hace. Y no importa que la persona que se está duchando mire o no… ellos se quedan tan frescos ahí plantados (parecen clavados al suelo!). 
Momentos escatológicos (podéis saltarlo si sois un poco escrupulosos).
Situación 1: Llegar a la ducha, quitarle el pañal acuático al peque y ver que lleva -un mojón como un piano- sorpresa. A ver cómo limpia uno los tropezones cuando la ducha está clavada a la pared.
Situación 2: Después de una -discusión- negociación el HermanoMenor me convence de no ponerle pañal para ir a la piscina. Parecía muy decidido… hasta que, 10 segundos después, cuando había bajado del banco (menos mal!) me mira y me dice: Papá, pipi! Instantáneamente ver un chorrillo que baja de la pierna…
Carreras
No sé por qué, pero es muy divertido correr por el vestuario, dando vueltas a los bancos, a las taquillas y por los pasillos. Por supuesto, estas carreras muchas veces llevan asociados resbalones, caídas, golpes y choques con otros usuarios. 
Peleas
No es lo más habitual, pero sí se ha dado alguna vez… los hermanos se quieren mucho, pero también se pelean bastante. Cuando esto pasa, todo el mundo sabe dónde están mis hijos; es muy posible que alguno de los dos acabe gritando, pegándose, molestándose…
Cuando pasan cosas como la que os he explicado se pasa mal en el momento. Sin embargo, es tremendamente divertido revivirlo luego explicándoselo a cuánta más gente mejor 😛
Por supuesto no siempre pasan este tipo de cosas: Muchas veces (la mayoría) nos cambiamos de forma razonablemente tranquila y descontrolada y nos vamos a casa sin más… 
¿Vosotros tenéis experiencias de este estilo?
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Vestuarios y niños: Combinación explosiva

Visitamos habitualmente el vestuario del club natación del que somos socios durante todo el año; ya sea para acompañar a los peques a hacer cursillos, para ir a hacer deporte o para ir a darnos un chapuzón en cualquier momento.
Cada vez que vamos, pasamos demasiado un rato en ellos… al llegar y al salir. No os lo voy a negar, muchas veces me he visto tentado de salir corriendo -incluso desnudo- porque hubiera pasado menos vergüenza de la que he tenido que vivir con determinados comentarios y/o situaciones; hoy os voy a comentar algunas de ellas:
Las comparaciones son odiosas… o no
La HermanaMayor varias veces ha comparado los miembros reproductores de algunos hombres y/o niños; por supuesto, sin el menor disimulo:

Situación 1: Papá, mira qué pene más grande tiene ese señor!
Situación 2: Papá… ese niño de ahí tiene el pene muy pequeñito, casi ni se le ve!
Comentarios y miradas indiscretas
Situación 1: Un hombre, sentado a nuestro lado, con una verruga enorme en la espalda… Papá! Qué es eso que tiene ese señor en la espalda? (faltando milímetros para que lo tocara…). Tras una pequeña explicación por mi parte, puede fácilmente llegar otro comentario del estilo a: – Puaj, qué asco!
Situación 2: Ponerse delante de una persona que se está duchando y quedarse fijamente mirando cómo lo hace. Y no importa que la persona que se está duchando mire o no… ellos se quedan tan frescos ahí plantados (parecen clavados al suelo!). 
Momentos escatológicos (podéis saltarlo si sois un poco escrupulosos).
Situación 1: Llegar a la ducha, quitarle el pañal acuático al peque y ver que lleva -un mojón como un piano- sorpresa. A ver cómo limpia uno los tropezones cuando la ducha está clavada a la pared.
Situación 2: Después de una -discusión- negociación el HermanoMenor me convence de no ponerle pañal para ir a la piscina. Parecía muy decidido… hasta que, 10 segundos después, cuando había bajado del banco (menos mal!) me mira y me dice: Papá, pipi! Instantáneamente ver un chorrillo que baja de la pierna…
Carreras
No sé por qué, pero es muy divertido correr por el vestuario, dando vueltas a los bancos, a las taquillas y por los pasillos. Por supuesto, estas carreras muchas veces llevan asociados resbalones, caídas, golpes y choques con otros usuarios. 
Peleas
No es lo más habitual, pero sí se ha dado alguna vez… los hermanos se quieren mucho, pero también se pelean bastante. Cuando esto pasa, todo el mundo sabe dónde están mis hijos; es muy posible que alguno de los dos acabe gritando, pegándose, molestándose…
Cuando pasan cosas como la que os he explicado se pasa mal en el momento. Sin embargo, es tremendamente divertido revivirlo luego explicándoselo a cuánta más gente mejor 😛
Por supuesto no siempre pasan este tipo de cosas: Muchas veces (la mayoría) nos cambiamos de forma razonablemente tranquila y descontrolada y nos vamos a casa sin más… 
¿Vosotros tenéis experiencias de este estilo?
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cinco

  Llevo tiempo sin escribir. Y no precisamente porque no tenga nada que contar. Han sido semanas muy intensas. Las últimas, sin ir más lejos, nos han hecho pasar por quirófano y todo. Ha sido… Más

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