Conciliar en femenino – @elisolerweb

Cartelería del #dóndeestánlospadres

La pandemia y el confinamiento lo han hecho evidente a todo el mundo: las mujeres seguimos llevando la carga familiar. La conciliación no es real, y el teletrabajo puede terminar siendo un retroceso en nuestros derechos laborales y sociales.

No se trata de plantear las relaciones mujer-hombre como un combate entre buenos y malos, pero los números son los números. La pandemia ha puesto el foco sobre todos los aspectos de nuestras vidas, y uno de estos aspectos es la igualdad de género. O, más bien, la desigualdad.

Ansiedad, fatiga mental, culpa e insomnio son las consecuencias que han sufrido muchas madres que teletrabajan durante esta crisis, y por tanto las que padecen «más impacto psicológico». Las mujeres siguen soportado más peso de las tareas domésticas y del cuidado de los menores con la sensación perpetua de «no hacer nada al 100%».

La división sexual del trabajo sigue siendo desigual. Dentro de casa hay poca conciencia de participación por parte de los hombres -que generalmente realizan dos terceras partes de las tareas del hogar- y estos patrones de dedicación se han hecho más duros con esta pandemia.

El teletrabajo para las mujeres no es la solución sin un cambio cultural grande y en estos momentos, desde que se decretó el estado de alarma, sólo hemos ido hacia atrás en materia de conciliación y reparto de las tareas.

Incluso, aunque el padre también trabaje en casa, la madre está más alerta de lo que pasa a nivel familiar y adapta su trabajo en los horarios de sueño de los menores y el del trabajo del padre.

Carga mental femenina

A pesar de todos los esfuerzos, la madre tiene un sentimiento de culpa por no cumplir los objetivos laborables que la hacen trabajar más horas y dormir menos, lo que está generando cuadros de ansiedad y problemas de sueño ya que incluso sus ciclos biológicos se ven modificados.

El exceso de responsabilidad que se les inculca a las mujeres tradicionalmente hace que el bienestar de su familia esté constantemente en la balanza y eso supone mucho estrés, y en estos cuadros de trastornos emocionales se ven agudizados desde la pandemia.

Un estudio de la UNED en España sobre el estado de ánimo desde el confinamiento el pasado marzo revela que uno de cada tres consultados está pasando por cuadros de ansiedad, depresión o problemas del sueño, y de éstos, el 70% corresponde a mujeres.

Si analizamos la implicación educativa y de crianza tampoco se juega el mismo papel. Las madres son las que van a la consulta del pediatra, las que llevan las vacunas al día de sus hijos, y las que acompañar a sus hijos a la consulta del psicólogo.

Durante estos años he realizar acompañamiento psicológico a varios menores y familias, y en casi todos los casos la personas que acompañaba al menor era la madre. La persona implicada y que mostraba más preocupación por las emociones del menor era la madre.

No es que los padres no se impliquen en la crianza de sus hijos, pero están menos presentes en su educación. Asumen un papel más productivo, más el rol de proveedor económico del hogar, y la madre se preocupa por las emociones de sus hijos. Pero no de las suyas.

Claves para rebajar la carga

Por eso, os propongo algunas claves para combatir y poner solución a la carga mental femenina.

CLAVE 1. Cambiar de actitud. Normalmente los hombres tienen que reaccionar y acostumbrarse a tener nuevos reflejos delante de actitudes que no funcionan. En cuanto a la mujer, hay que pasar a la acción y querer solucionar el problema.

CLAVE 2. Aprender a comunicarse. Tenemos que ir hacia una comunicación constructiva y no violenta. Debemos erradicar la idea de que una persona tiene la razón y la otra se equivoca, respetar las posturas de ambos y hacer crítica constructiva.

CLAVE 3. Compartir las responsabilidades. Hay que hacer un listado de tareas que hace cada uno, valorar si cada miembro de la pareja el satisfacen, y organizarse de la manera más eficiente posible para las dos personas, para equilibrar el tiempo que dedica uno y el que dedica el otro.

CLAVE 4. Promover el reconocimiento de la vida familiar del padre. Dar importancia al tiempo que pasa él haciendo cosas en casa y con los hijos o hijas, y no sólo el éxito profesional, el sueldo, etc.

CLAVE 5. Gestionar el estrés. Hay algunas estrategias de recuperación contra el estrés que pueden funcionar, entre las que, practicar algún deporte, hacer ejercicios de respiración sencillos, y en dedicarse al autocuidado.

CLAVE 6. Gestionar el tiempo. Hay que hacer un diagnóstico para saber en qué gastamos el tiempo, y decidir si está bien invertido en cada actividad o no. Es importante, también, poner fin a la procrastinación.

CLAVE 7. Trabajar la focalización o evitar divagar. Para ello, tenemos que trabajar en la atención selectiva. Mantener una conversación asertiva, calmada, y sin reproches ni ataques personales.


Eli Soler se describe como

Eli Soler

Psicóloga, formadora y divulgadora |Especializada en ADOLESCENCIA |Técnica de Igualdad Ed.Sexual | Libro ‘Convivir con un adolescente es fácil’ | Mejor Blog2019

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