Apuntes contra el Estado (I)

Estamos poniendo en marcha un grupo de pensamiento (o como se llame) para reflexionar sobre la dominación y las posibilidades de salida desde una perspectiva libertaria. Se trata, entre otras cosas, de cuestionar las alternativas que se ofrecen en la actualidad, que se pueden resumir en su totalidad en más de lo mismo. El tema con el que hemos empezado es el Estado. Comparto a continuación las notas que estoy tomando para aportarlas al debate. Como tales notan deben leerse, asumiendo que habrá ideas poco desarrolladas e incluso contradictorias. Lo que sigue está basado en la idea marxista-situacionista de que las armas de la crítica exigen primero la crítica de las armas y en una necesidad, muy subjetiva, de radicalizar (coherentemente) el discurso. Ahí van:

Marx: «…el Estado enmaraña, controla, regula, vigila y tutela a la sociedad civil, desde sus manifestaciones de vida más vastas hasta sus movimientos más insignificantes, desde sus formas de vida más generales hasta la existencia privada de los individuos…»

Una idea central es amos sin esclavos. Ahora vivimos en una situación de amos con esclavos (pocos amos, muchos esclavos). La condición de esclavo es miserable pero no hay que envidiar la de amo (Camus: «…el destino de los amos consiste en vivir eternamente insatisfechos o ser asesinados.»). Y no solo porque aspirar a ser amo con esclavos es legitimar a los que hay ahora. Los amos, al exigir la existencia de esclavos, y necesitarla, se degradan de manera intensa, se reducen a subhumanos. Su degradación es mayor que la de los esclavos. El Estado es la base actual de esta situación de amos con esclavos.

El Estado tiene como principal objetivo no solo su autopermanencia sino la satisfacción de los deseos y ambiciones de los pocos que lo dominan. (Y habría que pensar con atención si los que lo dominan forman parte de cada Estado o si son una congregación supraestatal. Estado y nación están identificados en la actualidad, cada uno de ellos tiene a sus poderosos pero las decisiones que estos toman son menores ya que la mayoría de ellas viene impuesta por una elite desconocida, hombres detrás de las cortinas. Aunque, eso sí, cada elite local sabe adaptarse a esas decisiones supraestatales para sacar provecho). Para justificar la existencia del Estado y del gobierno que, temporalmente, atiende sus requerimientos, idearon el concepto de cesión de poder y consentimiento. Esto es, las personas que habitamos cada Estado cedemos voluntariamente el poder a los gobernantes y consentimos que tomen decisiones por el bien común (risas). Para asegurarse esta situación ideal, nos han ido manipulando durante siglos para asegurarse que nuestra elección libre siga siendo ceder el poder y consentir ser gobernados. De esta manera, nuestra vida es mentira (Nietzsche: «Pero el Estado miente en todas las lenguas del bien y del mal; y diga lo que diga, miente; y posea lo que posea, lo ha robado».)

Para asegurarse nuestro consentimiento, el Estado se muestra como la única opción para que nuestras vidas sean seguras y confortables. Los principales defensores del Estado somos nosotras mismas. Nos hemos creído la idea de ciudadanía y todo lo que conlleva. Así, defendemos el civismo (no manchamos, no rompemos, no levantamos la voz), exigimos derechos y reconocemos obligaciones (los primeros son papel mojado, los segundos, losas al cuello), identificamos democracia con votos, engordamos tiranos… Somos la policía más eficaz. Marcuse tiene algo que decir a los ciudadanos, a los cívicos: La ley y el orden son siempre y en todas partes la ley y el orden que protegen la jerarquía establecida».

La manipulación que perpetúa el consentimiento es ubicua: educación, familia, medios de comunicación, trabajo… Pero incluso siendo libre, no dejaría de ser incomprensible. ¿Cómo es posible que alguien acepte delegar en otros las decisiones que condicionan su vida? Ni siquiera las supuestas necesidades de eficacia lo justifican. Ni el miedo a la guerra de todos contra todos de la que habla Hobbes. Es él el que escribe de la cesión de poder en los siguientes términos: «autorizo y otorgo mi derecho de gobernarme a este hombre o a esta asamblea de hombres con la condición renunciar a mi derecho y a autorizar de la misma manera sus acciones». Es interesante la verdad implícita en esa frase: nuestro derecho a gobernarnos a nosotros mismos. Sabiduría infantil: Tú no mandas en mí.

Como el Estado es la única opción posible y todas queremos ser buenas ciudadanas, no se cuestiona y, como mucho, se plantean pequeñas mejoras / reformas. La gran mayoría de la gente que ahora sale a la calle lo hace en este sentido. Desaprueban este gobierno pero no algobierno, no son conscientes, en palabras de Gramsci, de que les interesaría el derrocamiento de la dominación capitalista. La marea blanca defiende una sanidad en la que el Estado se limita a mediar entre nuestra salud y los intereses de las farmacéuticas y demás. La marea verde quiere recuperar los derechos perdidos (y no perder más) para poder seguir educando en la sumisión. Los mineros quieren que el Estado siga subvencionando a sus jefes para que ellos puedan cobrar. La PAH no deja de pedir y pedir a los diputados que sean buenos (señora zorra, está bien, cómase a las gallinas pero hágalo con cuidado)… Las cuestiones de fondo quedan incólumes. Son invisibles.

Otra idea que justifica al Estado es el binomio pastor-rebaño. El pastor (Estado-gobierno) está aquí para cuidarnos a nosotras (rebaño), todo lo que hace es por nuestro bien, su máxima preocupación es nuestra felicidad (claro que él, cuando quiere decir felicidad le sale docilidad). Dejando a un lado las connotaciones religiosas de esta justificación del Estado, hay que ponerla en cuestión por varias razones. El Estado como pastor y la ciudadanía como rebaño (balando en las casas delante del televisor, en las manifestaciones, en los colegios electorales…) es la base sobre la que se asienta el Estado del bienestar. Un bienestar que nunca fue tal o, en el mejor de los casos, nunca fue completo. Se añora la España de hace unos años y ya nadie recuerda en su justa medida a los mileuristas, los muertos de las pateras, los explotados en el campo o la construcción, los excluidos de una u otra manera… El bienestar siempre fue parcial y condicionado. No hay bienestar válido si una parte importante de nosotras se queda fuera, aunque sean ovejas negras. Además, el Pastor-rebaño remite a la relación paterno-filial. El Estado es el padre que nos ama y cuida, que nos prohíbe cosas por nuestro bien, que nos dice qué decisión tomar desde su indiscutible sabiduría. El poder parental es un mal inevitable justificado solo en la falta de capacidad del niño para tomar sus propias decisiones o para valerse por sí mismo. Pero el niño está desvalido solo durante un tiempo. El poder paternal, menos mal, tiene fecha de caducidad. Por su parte, el Estado del Bienestar, el Pastor-rebaño, nos trata eternamente como seres inmaduros, incapaces y nos somete a su control permanente… por nuestro bien.


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[El blog invitado] mamá sin complejos

No es fácil estar al día respecto a los que se va publicando en los blogs sobre maternidad y paternidad. Esta sección pretende dar visibilidad a esos blog que habitualmente leo. Espero que este blog invitado sea de vuestro interés y lo sigáis porque siempre aporta artículos en los que podemos aprender algo. El blog […]

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Escucha activa: las emociones primero

La comunicación con nuestros hijos es un asunto que debemos cuidar. Por ello es buena idea disponer de recursos y herramientas que faciliten la relación con ellos. Una de estas herramientas es la escucha activa: se trata de escuchar a los niños intentando comprender lo que nos dicen, lo que sienten. Cuando un niño revela […]

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Fraile

Seguro que no era su intención pero, al morir, Medardo Fraile me obligó a constatar una vez más mi vasta incultura. No es que yo no hubiera leído ninguno de sus libros; es que ni siquiera sabía que existía este escritor. Fraile murió hace unos pocos días en Glasgow y los diarios han hablado de un cuentista excepcional, adscrito a una difusa ‘generación del 50’. Ignacio Aldecoa, que aquí ha aparecido un par de veces en los últimos meses, por influencia de la desechería urbana, sería quizá uno de sus representantes más destacados. Bueno, de Medardo Fraile sigo sin leer nada, solo una entrevista que concedió a ‘El País’ en 2004 y que el diario ha rescatado con motivo de su fallecimiento. Una de sus respuestas, una reflexión sobre sus propios cuentos, me encantó: “A mí me gustan los cuentos en los que aparentemente no ocurre nada. Aparentemente. Cuando me dicen: «Es que ahí no pasa nada»; digo: «Bueno, pasa lo que no pasa». Y uno siente esa falta. Si eres muy obvio te sale un cuento decimonónico, muy atado pero sin espacio para el lector. El lector debe quedarse con la idea de que él podría acabar la historia”.

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Fraile

Seguro que no era su intención pero, al morir, Medardo Fraile me obligó a constatar una vez más mi vasta incultura. No es que yo no hubiera leído ninguno de sus libros; es que ni siquiera sabía que existía este escritor. Fraile murió hace unos pocos días en Glasgow y los diarios han hablado de un cuentista excepcional, adscrito a una difusa ‘generación del 50’. Ignacio Aldecoa, que aquí ha aparecido un par de veces en los últimos meses, por influencia de la desechería urbana, sería quizá uno de sus representantes más destacados. Bueno, de Medardo Fraile sigo sin leer nada, solo una entrevista que concedió a ‘El País’ en 2004 y que el diario ha rescatado con motivo de su fallecimiento. Una de sus respuestas, una reflexión sobre sus propios cuentos, me encantó: “A mí me gustan los cuentos en los que aparentemente no ocurre nada. Aparentemente. Cuando me dicen: «Es que ahí no pasa nada»; digo: «Bueno, pasa lo que no pasa». Y uno siente esa falta. Si eres muy obvio te sale un cuento decimonónico, muy atado pero sin espacio para el lector. El lector debe quedarse con la idea de que él podría acabar la historia”.

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Límites y crianza natural

Desde poco después del nacimiento de los mellizos acudimos a un grupo de crianza que está guiado por pedagogas que basan todo su trabajo en la crianza con apego. En este grupo se plantea un tema en cada sesión y todos participamos compartiendo nuestras experiencias y nuestras dudas. Lo primero que se planteo en el […]

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Mi mejor regalo

Hoy, el día de mi cumpleaños, me doy cuenta de lo que verdaderamente es importante. No se trata de lo que quisiera tener sino de valorar lo que tengo. No se trata de lo material sino de aquello que el dinero no puede comprar. No se trata de muchas cosas sino de esos pequeños detalles y momentos que quedarán grabados para siempre en la memoria. Me siento muy agradecido con la vida por haber tenido la oportunidad de ser padre, muy agradecido por con mi esposa por permitírmelo y agradecido con Dios por la hija que tengo, la única que pone en perspectiva cada paso que doy y orienta nuestro futuro, como familia, día a día. 

Este cumpleaños, celebro que estoy vivo, que tengo gente que me quiere (y yo los quiero) y que tengo una hija maravillosa que hace que la vida valga la pena.


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Mi mejor regalo

Hoy, el día de mi cumpleaños, me doy cuenta de lo que verdaderamente es importante. No se trata de lo que quisiera tener sino de valorar lo que tengo. No se trata de lo material sino de aquello que el dinero no puede comprar. No se trata de muchas cosas sino de esos pequeños detalles y momentos que quedarán grabados para siempre en la memoria. Me siento muy agradecido con la vida por haber tenido la oportunidad de ser padre, muy agradecido por con mi esposa por permitírmelo y agradecido con Dios por la hija que tengo, la única que pone en perspectiva cada paso que doy y orienta nuestro futuro, como familia, día a día. 

Este cumpleaños, celebro que estoy vivo, que tengo gente que me quiere (y yo los quiero) y que tengo una hija maravillosa que hace que la vida valga la pena.


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Canciones para los mellizos

Junto a nuestra doula pasamos gran parte del puerperio y ella nos proponía juegos, ejercicios, etc que nos podrían ayudar en la recuperación post-parto y en la crianza de los mellizos. Una de sus propuestas fue que compusiéramos una canción para los recién nacidos. Sería una canción que los describiera física y emocionalmente. Un regalo […]

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Viajar a Marabico

¿te vienes con nosotros?

Un nuevo viaje comienza….la aventura se llama Marabico y se trata de un proyecto emprendedor con el que pretendemos acercar el mundo de la naturaleza y los viajes con bebés a todo aquel que quiera.
Es un proyecto que surge de una necesidad y que trás mucho trabajo va tomando forma.
Ser padres es iniciar una aventura maravillosa de descubrimiento personal y una oportunidad para presentarle el mundo a ese nuevo ser que ya lo comenzó a percibir en la barriga de su mama y que acaba de llegar.
La naturaleza y viajar  son las dos mejores oportunidades que tenemos para comprender el mundo, y así conocernos a nosotros un poco mejor.
Desde Pyreneus  con nuestra experiencia acumulada en actividades en la naturaleza y ahora como padres inquietos y prácticos nos lanzamos a esta nueva aventura.
Marabico es un espacio donde buscamos, seleccionamos, compartimos y esperamos encontrarnos con vosotros. Comenzamos con el blog donde trataremos de mostraros a personas, proyectos, productos y propuestas que son interesantes y desconocidas. Nuestras páginas de Facebook y Twitter son los canales con los que podemos estar en contacto y recibir todas vuestras inquietudes y sugerencias.
En fin, que la aventura acaba de comenzar, y como todo buen viaje, hemos disfrutado preparandolo, buscando información, mirando mapas y leyendo libros. Ahora acabamos de comprar el primer billete de ida, y queremos compartirlo con vosotros…
Comienza el viaje…

Si quieres conocernos,

Pincha aquí abajo
                              Viajar a Marabico
Y si os gusta..síguenos en Facebook Marabico y dale Me gusta

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Un nuevo viaje comienza….la aventura se llama Marabico y se trata de un proyecto emprendedor con el que pretendemos acercar el mundo de la naturaleza y los viajes con bebés a todo aquel que quiera.
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La naturaleza y viajar  son las dos mejores oportunidades que tenemos para comprender el mundo, y así conocernos a nosotros un poco mejor.
Desde Pyreneus  con nuestra experiencia acumulada en actividades en la naturaleza y ahora como padres inquietos y prácticos nos lanzamos a esta nueva aventura.
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En fin, que la aventura acaba de comenzar, y como todo buen viaje, hemos disfrutado preparandolo, buscando información, mirando mapas y leyendo libros. Ahora acabamos de comprar el primer billete de ida, y queremos compartirlo con vosotros…
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20 Microrrelatos de Amor

Con motivo del 14 de febrero @OrquideaDichosa organizó un concurso de microrelatos que tuvieran como tema común el amor y no superaran las 100 palabras de extensión. Cuando vi el anuncio en Twitter me emocioné y anuncié rápido que participaba, después el trabajo, la familia y otros líos casi hace que no llegue a tiempo […]

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Animales en casa

Personalmente creo que las mascotas ayudan mucho al desarrollo emocional de nuestros enanos aparte de acompañarlos e iniciar a forjar en ellos la idea de responsabilidad sobre algo.

Tengo tres beagles que desde siempre fueron los dueños de la casa hasta que llegó mi pequeña. La llegada de nuestra hija inevitablemente los relegó un tanto en nuestra atención. Los primero seis meses si los mantuvimos alejados por prevención y como que esos meses son, los bebés, aun muy delicados. Pero después han interactuado regularmente y Abril siempre ha demostrado gran interés en ellos.

Las condiciones en mi casa se están dando para que Abril y los perros pasen más tiempo juntos y espero que así sea hasta que pueda ella, tener su propio compañero al que tenga que cuidar, alimentar, pasear, etc…

Eso sí, algunas reglas que deben tener claro son: lavarse bien las manos después de jugar con ellos y no molestarlos cuando comen. Después todo OK. Un dato adicional: no compren un cachorrito pensando en sus hijos pequeños. Los perros cuando cachorros juegan y dependiendo de la raza tienen más capacidad para hacer daño, aunque para ellos solo se trate de un juego y no tengan la intención de atacar a nuestros niños. Lo mejor es un perro de algunos dos años, maduro, más calmado (aunque no pasa para todas las razas. Algunos dicen que hay algunas razas recomendadas para niños como los beagles, bóxer, labradores o golden retriever sin embargo mucho influye la crianza del perro. Creo que debe escogerse de acuerdo a la edad de nuestros hijos y a las condiciones del lugar en que vivirán.

Traten bien a sus mascotas que ese mismo ejemplo seguirán sus hijos.

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Animales en casa

Personalmente creo que las mascotas ayudan mucho al desarrollo emocional de nuestros enanos aparte de acompañarlos e iniciar a forjar en ellos la idea de responsabilidad sobre algo.

Tengo tres beagles que desde siempre fueron los dueños de la casa hasta que llegó mi pequeña. La llegada de nuestra hija inevitablemente los relegó un tanto en nuestra atención. Los primero seis meses si los mantuvimos alejados por prevención y como que esos meses son, los bebés, aun muy delicados. Pero después han interactuado regularmente y Abril siempre ha demostrado gran interés en ellos.

Las condiciones en mi casa se están dando para que Abril y los perros pasen más tiempo juntos y espero que así sea hasta que pueda ella, tener su propio compañero al que tenga que cuidar, alimentar, pasear, etc…

Eso sí, algunas reglas que deben tener claro son: lavarse bien las manos después de jugar con ellos y no molestarlos cuando comen. Después todo OK. Un dato adicional: no compren un cachorrito pensando en sus hijos pequeños. Los perros cuando cachorros juegan y dependiendo de la raza tienen más capacidad para hacer daño, aunque para ellos solo se trate de un juego y no tengan la intención de atacar a nuestros niños. Lo mejor es un perro de algunos dos años, maduro, más calmado (aunque no pasa para todas las razas. Algunos dicen que hay algunas razas recomendadas para niños como los beagles, bóxer, labradores o golden retriever sin embargo mucho influye la crianza del perro. Creo que debe escogerse de acuerdo a la edad de nuestros hijos y a las condiciones del lugar en que vivirán.

Traten bien a sus mascotas que ese mismo ejemplo seguirán sus hijos.

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La velocidad relativa

Los libros ya no caben en mis estantes así que ayer recogí algunos y los llevé a la desechería. Nada que lamentar: eran libros que llegaron a casa sin que yo se lo pidiera, libros que nunca pude leer o, sencillamente, libros que me negué a abrir. Mientras hacía la selección de los descartados tuve en mis manos Paradiso, de José Lezama Lima. Me di cuenta de que ya hace casi 20 años que lo compré –el 25 de octubre de 1994, para ser exactos- y que durante todo este tiempo se me ha resistido tenazmente. Sé que empecé a leerlo en ese lejano octubre, nada más comprarlo, y no pasé de las primeras cuarenta páginas; luego, periódicamente, he insistido en su lectura varias veces y siempre he fracasado.

A Paradiso, en cualquier caso, siempre lo he relacionado con la velocidad o, para ser exactos, con la velocidad relativa, un concepto físico que intentaré exponer en unas breves palabras. Pocos meses después de abandonar por primera vez la lectura de Paradiso devoré La vuelta al día en ochenta mundos, de mi querido Julio Cortázar que, casualmente, dedica ahí un capítulo al libro de Lezama Lima. Cortázar se muestra asombrado por la novela y cuenta que “en diez días, interrumpiéndome para respirar y darle su leche a mi gato Teodoro W. Adorno, he leído Paradiso”. ¡Diez días, pensé yo! ¡Eso es un récord! Yo llevaba, por aquel entonces, ya casi cuatro meses con la novela del cubano y seguía atascado. Me confortó, eso sí, que Cortázar admitiera que “leer a Lezama es una de las tareas más arduas y con frecuencia más irritante que puedan darse”.

En fin, que siguieron pasando los meses, como ya sabéis, y en 1997 cayó en mis manos el Dietari de Pere Gimferrer. Casi se me salieron los ojos de sus órbitas –bueno, miento, no les ocurrió nada a mis ojos- al leer lo que sigue, en un párrafo de su anotación llamada Un cartel turístico: “Siempre recordaré que en un viaje en tren Madrid-Barcelona leí, entera, la primera edición cubana de Paradiso, de Lezama Lima”. ¡Dios mío! Aún suponiendo que la RENFE funcionara tan mal como acostumbra –la anécdota de Gimferrer sucedió, se deduce, a finales de los 60- el viaje de Madrid a Barcelona no podría haber durado más de 10 horas, tirando a largo, sumando apagones, huelgas y descarrilamientos. ¡Leer Paradiso en horas! ¡Increíble! Da la casualidad de que, en esa época en la que yo me torturaba con Paradiso, a Pere Gimferrer solía verle pasear por la barcelonesa calle Provença, los viernes al mediodía, mientras yo esperaba a unos amigos con los que solía almorzar ese día de la semana. Durante meses, viernes tras viernes, quise armarme de valor y detener a Gimferrer y espetarle a la cara: “Eso de que leyó Paradiso en un viaje en tren, ¿se lo inventó, no? ¿O fue en el Orient Express?”. Nunca me atreví: no sé si visteis nunca a Gimferrer pasear por la calle, lo cierto es que daba un poco de miedo.    

¿Vosotros habéis leído Paradiso? ¿En cuánto tiempo? ¿Más que mis veinte años, veinte años que siguen contando? Porque Paradiso, por supuesto, sigue en su estante, le salvé de la desechería, y no pienso morirme sin vencerle.
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La velocidad relativa

Los libros ya no caben en mis estantes así que ayer recogí algunos y los llevé a la desechería. Nada que lamentar: eran libros que llegaron a casa sin que yo se lo pidiera, libros que nunca pude leer o, sencillamente, libros que me negué a abrir. Mientras hacía la selección de los descartados tuve en mis manos Paradiso, de José Lezama Lima. Me di cuenta de que ya hace casi 20 años que lo compré –el 25 de octubre de 1994, para ser exactos- y que durante todo este tiempo se me ha resistido tenazmente. Sé que empecé a leerlo en ese lejano octubre, nada más comprarlo, y no pasé de las primeras cuarenta páginas; luego, periódicamente, he insistido en su lectura varias veces y siempre he fracasado.

A Paradiso, en cualquier caso, siempre lo he relacionado con la velocidad o, para ser exactos, con la velocidad relativa, un concepto físico que intentaré exponer en unas breves palabras. Pocos meses después de abandonar por primera vez la lectura de Paradiso devoré La vuelta al día en ochenta mundos, de mi querido Julio Cortázar que, casualmente, dedica ahí un capítulo al libro de Lezama Lima. Cortázar se muestra asombrado por la novela y cuenta que “en diez días, interrumpiéndome para respirar y darle su leche a mi gato Teodoro W. Adorno, he leído Paradiso”. ¡Diez días, pensé yo! ¡Eso es un récord! Yo llevaba, por aquel entonces, ya casi cuatro meses con la novela del cubano y seguía atascado. Me confortó, eso sí, que Cortázar admitiera que “leer a Lezama es una de las tareas más arduas y con frecuencia más irritante que puedan darse”.

En fin, que siguieron pasando los meses, como ya sabéis, y en 1997 cayó en mis manos el Dietari de Pere Gimferrer. Casi se me salieron los ojos de sus órbitas –bueno, miento, no les ocurrió nada a mis ojos- al leer lo que sigue, en un párrafo de su anotación llamada Un cartel turístico: “Siempre recordaré que en un viaje en tren Madrid-Barcelona leí, entera, la primera edición cubana de Paradiso, de Lezama Lima”. ¡Dios mío! Aún suponiendo que la RENFE funcionara tan mal como acostumbra –la anécdota de Gimferrer sucedió, se deduce, a finales de los 60- el viaje de Madrid a Barcelona no podría haber durado más de 10 horas, tirando a largo, sumando apagones, huelgas y descarrilamientos. ¡Leer Paradiso en horas! ¡Increíble! Da la casualidad de que, en esa época en la que yo me torturaba con Paradiso, a Pere Gimferrer solía verle pasear por la barcelonesa calle Provença, los viernes al mediodía, mientras yo esperaba a unos amigos con los que solía almorzar ese día de la semana. Durante meses, viernes tras viernes, quise armarme de valor y detener a Gimferrer y espetarle a la cara: “Eso de que leyó Paradiso en un viaje en tren, ¿se lo inventó, no? ¿O fue en el Orient Express?”. Nunca me atreví: no sé si visteis nunca a Gimferrer pasear por la calle, lo cierto es que daba un poco de miedo.    

¿Vosotros habéis leído Paradiso? ¿En cuánto tiempo? ¿Más que mis veinte años, veinte años que siguen contando? Porque Paradiso, por supuesto, sigue en su estante, le salvé de la desechería, y no pienso morirme sin vencerle.
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Paseando con esquis a Erata

El de hoy ha sido un viaje corto, intenso y conocido ya…pero también ha sido íntimo y en soledad.

Saliendo..

El aparcamiento de Cotefablo sin nadie, sol, bosque y la magia de llegar a la divisoria con Sobrepuerto con tantos pueblos y tantas historias contadas en las beiladas de cada casa..
Me acordé de Angelines y Susín, de las piedras, de las señales, de las gentes…

Mirando al valle del Ara

El cielo se fue cubriendo dándole ese aire enigmático a la montaña que te hace sentir aún más esa soledad buscada, ese silencio que te roba el viento al llegar arriba..

Ya no queda nada..

Suena el teléfono, y aparece el tiempo, hay que mirar el reloj y determinar la hora, calcular, cuando, como…ya casi me había olvidado….

En fin es hora de volver, de disfrutar de la nieve, el movimiento, de la llegada..
Nos vemos pronto.

El cielo amenaza..

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Paseando con esquis a Erata

El de hoy ha sido un viaje corto, intenso y conocido ya…pero también ha sido íntimo y en soledad.

Saliendo..

El aparcamiento de Cotefablo sin nadie, sol, bosque y la magia de llegar a la divisoria con Sobrepuerto con tantos pueblos y tantas historias contadas en las beiladas de cada casa..
Me acordé de Angelines y Susín, de las piedras, de las señales, de las gentes…

Mirando al valle del Ara

El cielo se fue cubriendo dándole ese aire enigmático a la montaña que te hace sentir aún más esa soledad buscada, ese silencio que te roba el viento al llegar arriba..

Ya no queda nada..

Suena el teléfono, y aparece el tiempo, hay que mirar el reloj y determinar la hora, calcular, cuando, como…ya casi me había olvidado….

En fin es hora de volver, de disfrutar de la nieve, el movimiento, de la llegada..
Nos vemos pronto.

El cielo amenaza..

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Si los niños se acostumbran

En nuestra vida diaria hay muchas cosas que forman parte de nuestra rutina, de nuestra cotidianidad, y hablamos entonces de que nos hemos acostumbrado o malacostumbrado. Curiosamente, la definición de malacostumbrarincluye la doble acepción de adquirir malos hábitos o de mimar en exceso.

En particular, cuando hablamos de los niños, las costumbres están basadas en el cariño, a veces incluso en mucho cariño, y unos pocos pequeños tienen la suerte de estar malacostumbrados, llevando a otros a pensar que en realidad han adquirido malos hábitos. Creo que me estoy liando; en el fondo, creo que la palabra está un poco pervertida ya cuando hablamos de los niños, y no se aplica el mismo criterio cuando se habla de otras relaciones, por ejemplo, de las parejas.

Si un recién nacido llora para que le cojan sus papás en brazos y le coges, te dicen que se malacostumbra(exceso de cariño, recordad); pero si fuera tu pareja quien te llora y te acercas, le das la mano y la consuelas, serás muy sensible (o insensible si no lo haces). Quizás la pregunta no sería tanto si los niños se acostumbran o no a los brazos, sino si cogerlos en brazos es bueno o malo.

Si un niño reclama tu atención para que juegues con él, para que le escuches, y tú coges la costumbrede estar pendiente y hacerle caso, al niño le malacostumbras; pero si es a tu pareja a quien escuchas, a quien acompañas, entonces eres atento, cercano o cariñoso.

De hecho, se considera que el bebé adquiere buenos hábitos cuando se queda tranquilo en la hamaca, cuando después va a la guardería y no llora; después pasará al colegio sin rechistar y se quedará en el comedor para seguir cogiendo buenas costumbres

Y los padres nos contentamos con que es lo mejor para ellos, y que los niños se acostumbran, cuando en el fondo lo que más deseamos es estar con ellos, verles crecer, hacerles reír y compartir las tardes de juegos, dándoles todo el cariño que podamos, incluso en exceso.

Y cuendo cambian las circuntancias y ya no es posible… sí, claro, los niños se acostumbran ¿y nosotros? ¿qué hacemos con nueztroz agujeditoz?

Dedicado a mis niñas y a todas las mamás (y los papás) que dejan a sus bebés para reincorporarse al trabajo

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Si los niños se acostumbran

En nuestra vida diaria hay muchas cosas que forman parte de nuestra rutina, de nuestra cotidianidad, y hablamos entonces de que nos hemos acostumbrado o malacostumbrado. Curiosamente, la definición de malacostumbrarincluye la doble acepción de adquirir malos hábitos o de mimar en exceso.

En particular, cuando hablamos de los niños, las costumbres están basadas en el cariño, a veces incluso en mucho cariño, y unos pocos pequeños tienen la suerte de estar malacostumbrados, llevando a otros a pensar que en realidad han adquirido malos hábitos. Creo que me estoy liando; en el fondo, creo que la palabra está un poco pervertida ya cuando hablamos de los niños, y no se aplica el mismo criterio cuando se habla de otras relaciones, por ejemplo, de las parejas.

Si un recién nacido llora para que le cojan sus papás en brazos y le coges, te dicen que se malacostumbra(exceso de cariño, recordad); pero si fuera tu pareja quien te llora y te acercas, le das la mano y la consuelas, serás muy sensible (o insensible si no lo haces). Quizás la pregunta no sería tanto si los niños se acostumbran o no a los brazos, sino si cogerlos en brazos es bueno o malo.

Si un niño reclama tu atención para que juegues con él, para que le escuches, y tú coges la costumbrede estar pendiente y hacerle caso, al niño le malacostumbras; pero si es a tu pareja a quien escuchas, a quien acompañas, entonces eres atento, cercano o cariñoso.

De hecho, se considera que el bebé adquiere buenos hábitos cuando se queda tranquilo en la hamaca, cuando después va a la guardería y no llora; después pasará al colegio sin rechistar y se quedará en el comedor para seguir cogiendo buenas costumbres

Y los padres nos contentamos con que es lo mejor para ellos, y que los niños se acostumbran, cuando en el fondo lo que más deseamos es estar con ellos, verles crecer, hacerles reír y compartir las tardes de juegos, dándoles todo el cariño que podamos, incluso en exceso.

Y cuendo cambian las circuntancias y ya no es posible… sí, claro, los niños se acostumbran ¿y nosotros? ¿qué hacemos con nueztroz agujeditoz?

Dedicado a mis niñas y a todas las mamás (y los papás) que dejan a sus bebés para reincorporarse al trabajo

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Hijos

Un regalo para todos los que somos padres, un regalo para todos los que somos hijos.
Me lo envió mi madre de regalo, algún día se lo regalaré yo a los mios.

Definición de Hijo, por José Saramago.

«Hijo es un ser que Dios nos prestó para hacer un curso intensivo de cómo amar a alguien más que a nosotros mismos, de cómo cambiar nuestros peores defectos para darles los mejores ejemplos y, de nosotros, aprender a tener coraje. Sí. ¡Eso es! Ser madre o padre es el mayor acto de coraje que alguien pueda tener, porque es exponerse a todo tipo de dolor, principalmente de la incertidumbre de estar actuando correctamente y del miedo a perder algo tan amado. ¿Perder? ¿Cómo? ¿No es nuestro? Fue apenas un préstamo… EL MAS PRECIADO Y MARAVILLOSO PRÉSTAMO ya que son nuestros sólo mientras no pueden valerse por sí mismos, luego le pertenecen a la vida, al destino y a sus propias familias. Dios bendiga siempre a nuestros hijos pues a nosotros ya nos bendijo con ellos.»

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Hijos

Un regalo para todos los que somos padres, un regalo para todos los que somos hijos.
Me lo envió mi madre de regalo, algún día se lo regalaré yo a los mios.

Definición de Hijo, por José Saramago.

«Hijo es un ser que Dios nos prestó para hacer un curso intensivo de cómo amar a alguien más que a nosotros mismos, de cómo cambiar nuestros peores defectos para darles los mejores ejemplos y, de nosotros, aprender a tener coraje. Sí. ¡Eso es! Ser madre o padre es el mayor acto de coraje que alguien pueda tener, porque es exponerse a todo tipo de dolor, principalmente de la incertidumbre de estar actuando correctamente y del miedo a perder algo tan amado. ¿Perder? ¿Cómo? ¿No es nuestro? Fue apenas un préstamo… EL MAS PRECIADO Y MARAVILLOSO PRÉSTAMO ya que son nuestros sólo mientras no pueden valerse por sí mismos, luego le pertenecen a la vida, al destino y a sus propias familias. Dios bendiga siempre a nuestros hijos pues a nosotros ya nos bendijo con ellos.»

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Cabezas huecas

(Título alternativo: Lo que tiene uno que escribir para poder subir una ilustración guapante.)

La Dominación también sueña, también acaricia sus utopías, oscuras y miserables, distopías desde nuestro punto de vista. La Dominación sabe que está rodeada de peligros, personas que quieren ser libres, amarse sin condicionantes, dar rienda suelta a sus subjetividades, jugar hasta perder el aliento. La Dominación se ve obligada a tener en marcha toda clase de sistemas de sumisión: medios de comunicación, educación, publicidad, militares, catedráticos, policías, parlamentarios… En palabras de Balzac: Todo poder es una conspiración permanente. Por no hablar de la terrible inquietud de que algún día algo falle y se vea liquidada. Ah, la Dominación, tan cansada y asustada pero triunfante, al fin y al cabo.

La Dominación aspira a convertirnos en borregos, marionetas productoras y consumidoras, ciudadanos obedientes con una papeleta de voto entre los dedos. La aspiración de la que hablamos ha sido reproducida hasta el aburrimiento en películas, tebeos, libros. Hasta en los dibujos animados de éxito popular. Para la Dominación, la persona ideal es como el pez de una de las películas de Bob Esponja, con un cubo embutido en la cabeza, dispuesto a obedecer todas las órdenes que le lleguen, en este caso de Plancton, el malo de turno. Personas con un cubo de cebo en lugar de cabeza, restos podridos de animales marinos en lugar de cerebro. La metáfora es tan atractiva que era imposible eludirla. La ficción no hace, con estas historias, más que usar dos de los significados del verbo «conjurar». La quinta acepción que el DRAE otorga a esta palabra es: Rogar encarecidamente, pedir con instancia y con alguna fórmula de autoridad una cosa. La sexta es: Impedir, evitar, alejar un daño o peligro. De esta manera, podemos ver a los trabajadores de la ficción como sádicos o quintacolumnistas de la Dominación o como magos que pronuncian sortilegios para evitar el desastre.

La Dominación, sin embargo, es efectiva. Sin descartar los servicios prestados por escritores, guionistas y artistas de todo pelaje, está consiguiendo, gracias a la tecnología, que su sueño sea más real que nunca. Lo que en tiempos fue denunciado como Pensamiento Único aspiraba, en realidad, a ser Pensamiento Cero. Nada por aquí, nada por allá. Mentes en blanco. Pizarras en las que escribir el destino que nos tiene preparado. La Dominación quiere mantener la situación atada y bien atada y qué mejor forma de conseguirlo que inducirnos a que seamos nosotras mismas las que hagamos esa labor. Así, somos las primeras en censurarnos, en no pensar tal cosa porque es muy arriesgada, en no hacer tal otra porque estaría mal vista, en pretender hacer la revolución vía internet. Somos nuestra propia policía para regocijo de la Dominación. Hay que reconocerle que sabe lo que se hace.

Hay una idea sobre la tecnología que Félix Rodrigo Mora enuncia de la siguiente manera: a mayor perfección del objeto técnico mayor degradación del sujeto que de él se sirve. No se trata de demonizar la tecnología porque según el razonamiento de Rodrigo Mora, la bondad o maldad de los ingenios depende del uso político que se haga de ellos, de su intencionalidad. Y según el adagio samurai, no es el arma sino el guerrero que la empuña. Sea como sea, la esencia de muchas expresiones concretas de la tecnología consiste en que el sujeto, al tiempo que se cosifica, debe transferir al objeto tecnológico buena parte de sus habilidades. Y eso nos lleva al meollo de esta entrada.

Las nuevas tecnologías, al igual que los dibujos animados o la Aritmética, también ofrece metáforas para continuar con el tema uno o dos párrafos más. La nube, sin ir más lejos. Dentro de poco, los discos duros de nuestros ordenadores estarán vacíos porque toda la información se depositará en grandes servidores, quedará flotando en la nube, es un decir, para que podamos acceder a ella cuando nos plazca. Lo mismo que pasará con las fotos o archivos de texto, sucede ya con las ideas, las opiniones e, incluso, los sentimientos. La Dominación elabora lo que debemos pensar, sentir, hacer y lo coloca en una nube que flota sobre nuestras cabezas huecas. De tal forma que cuando queremos saber qué opinar sobre este o aquel tema, escuchamos una tertulia radiofónica o leemos un periódico. Y cuando queremos saber cómo ser felices, vemos anuncios en la tele, para acertar con la bebida que nos hará especiales o la prenda de ropa que nos hará sobresalir de la masa. Dicho de otra manera:

«El Diablo de los Mares»,  Artiz.

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¿Por Qué El Sol Nunca Se Apaga?

¿Por qué el sol nunca se apaga? Ya se imaginan quien hizo la pregunta. Sí, esa misma, la Chiqui. Pero esta vez no fui yo su víctima.

Estaba en una fiesta compartiendo con unas amistades y una amiga comenzó a hablarme sobre las preguntas que hace mi hija. Me dice:

─»Oye, la Chiqui es cosa seria. No te quita el guante de la cara con sus preguntas”.─

Todos en la mesa comenzaron a reírse al recordar algunas de mis columnas e iniciamos un recuento de las más fuertes. Estuvimos un rato “muriéndonos” de la risa y ellos imaginándose mi cara en las diferentes situaciones.

De repente, como si supiera que hablábamos de ella, aparece mi princesa y pregunta:

─»¿De qué se ríen tanto?─

En ese momento se me ocurrió que pasaran por lo mismo que Yo y le digo:

─»Nada mi amor, que fulanita quiere que tú le hagas cualquier pregunta y ella te la va a contestar”.─

Jajajaja. La cara de mi amiga valía un millón. La Chiqui se puso pensativa y luego de unos segundos disparó:

─»Ok. ¿Por qué el sol nunca se apaga?

Hubo un silencio y todos mirábamos fijamente a su víctima. Nadie parpadeaba; ni siquiera respiraban. Mi amiga encogió sus hombros y le dice:

─»No sé. Pero fulano sí sabe la contestación.─ contestó mientras señalaba a un amigo.

Todos nos reímos a carcajadas menos la Chiqui, que esperaba con seriedad una respuesta. Entonces nuestro amigo aclaró un poco su garganta y dice:

─»Uhmm. Ehhh, bueno, el sol está lleno de gases que chocan entre ellos y forman una reacción termonuclear que genera enormes cantidades de energía en forma de luz y calor. Es como la barbacoa de tu Papá, que cuando abres la llave del gas y enciendes un fósforo se prende una llama”.─

Ohhh. Todos nos miramos sorprendidos pero a la misma vez como con ganas de confirmar la información con el genio mayor, Mr. Google©.  Pero la Chiqui siguió en búsqueda de la verdad  y le dice:

─ «Sí, pero a la barbacoa se le acaba el gas. Por lo que al sol se le tendrá que acabar en algún momento”─ ripostó la Chiqui.

Jajajaja. Tenga pa’ que se entretenga. Nos reímos a carcajadas y el pobre chico reaccionó diciendo:

─»Sí nena, pero eso va a ocurrir en millones de años. No te preocupes por eso”.

Si pensaron que ahí quedó todo, se equivocan. Para cerrar con broche de oro mi hija le dice:

─»Además, en mi clase de ciencia nos enseñaron que el fuego se apaga si no tiene oxígeno. ¿Cómo tú me explicas que si en el espacio no hay oxígeno el sol sigue prendido?─

Nadie paraba de reír y a nuestro amigo por poco hay que amarrarle la quijada con cinta adhesiva por lo sorpresiva que fue esa última pregunta.

Se los dije. “No es lo mismo llamar al diablo, que verlo venir”. Con esto quiero decir que no es fácil bregar con las preguntas de mis hijos y “para muestra, un botón basta”.

Una vez más digo: ¡Ser Padre está de Madre!

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¿Por Qué El Sol Nunca Se Apaga?

¿Por qué el sol nunca se apaga? Ya se imaginan quien hizo la pregunta. Sí, esa misma, la Chiqui. Pero esta vez no fui yo su víctima.

Estaba en una fiesta compartiendo con unas amistades y una amiga comenzó a hablarme sobre las preguntas que hace mi hija. Me dice:

─»Oye, la Chiqui es cosa seria. No te quita el guante de la cara con sus preguntas”.─

Todos en la mesa comenzaron a reírse al recordar algunas de mis columnas e iniciamos un recuento de las más fuertes. Estuvimos un rato “muriéndonos” de la risa y ellos imaginándose mi cara en las diferentes situaciones.

De repente, como si supiera que hablábamos de ella, aparece mi princesa y pregunta:

─»¿De qué se ríen tanto?─

En ese momento se me ocurrió que pasaran por lo mismo que Yo y le digo:

─»Nada mi amor, que fulanita quiere que tú le hagas cualquier pregunta y ella te la va a contestar”.─

Jajajaja. La cara de mi amiga valía un millón. La Chiqui se puso pensativa y luego de unos segundos disparó:

─»Ok. ¿Por qué el sol nunca se apaga?

Hubo un silencio y todos mirábamos fijamente a su víctima. Nadie parpadeaba; ni siquiera respiraban. Mi amiga encogió sus hombros y le dice:

─»No sé. Pero fulano sí sabe la contestación.─ contestó mientras señalaba a un amigo.

Todos nos reímos a carcajadas menos la Chiqui, que esperaba con seriedad una respuesta. Entonces nuestro amigo aclaró un poco su garganta y dice:

─»Uhmm. Ehhh, bueno, el sol está lleno de gases que chocan entre ellos y forman una reacción termonuclear que genera enormes cantidades de energía en forma de luz y calor. Es como la barbacoa de tu Papá, que cuando abres la llave del gas y enciendes un fósforo se prende una llama”.─

Ohhh. Todos nos miramos sorprendidos pero a la misma vez como con ganas de confirmar la información con el genio mayor, Mr. Google©.  Pero la Chiqui siguió en búsqueda de la verdad  y le dice:

─ «Sí, pero a la barbacoa se le acaba el gas. Por lo que al sol se le tendrá que acabar en algún momento”─ ripostó la Chiqui.

Jajajaja. Tenga pa’ que se entretenga. Nos reímos a carcajadas y el pobre chico reaccionó diciendo:

─»Sí nena, pero eso va a ocurrir en millones de años. No te preocupes por eso”.

Si pensaron que ahí quedó todo, se equivocan. Para cerrar con broche de oro mi hija le dice:

─»Además, en mi clase de ciencia nos enseñaron que el fuego se apaga si no tiene oxígeno. ¿Cómo tú me explicas que si en el espacio no hay oxígeno el sol sigue prendido?─

Nadie paraba de reír y a nuestro amigo por poco hay que amarrarle la quijada con cinta adhesiva por lo sorpresiva que fue esa última pregunta.

Se los dije. “No es lo mismo llamar al diablo, que verlo venir”. Con esto quiero decir que no es fácil bregar con las preguntas de mis hijos y “para muestra, un botón basta”.

Una vez más digo: ¡Ser Padre está de Madre!

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