#ViernesDandoLaNota Munford & Sons y el Folk Rock

Esta semana os quiero hablar de un grupo que conocí hace unos años, en 2009 / 2010, y como en muchos otros casos fue a través de una serie de televisión.

Como a muchos otros artistas, a este grupo lo conocí a través de una de las sagas de la serie Stargate, en concreto la primera vez que escuché una canción de estos chicos fue en la serie Stargate Universe. Uno de los episodios acababa con una canción suya que se llama «After the Storm«. Una canción para mi, muy optimista a pesar de lo triste que pueda parecer.

A raíz de esta canción que me espeluca cada vez que la escucho, conocí el resto de sus temas, de hecho esta canción pertenece a su primer disco, de 2009.

Os dejo otra canción suya que me gusta mucho de un disco posterior y que posiblemente hayáis escuchado porque es de su segundo disco y ya eran más conocidos. Y no olvidéis que en redes voy a poner algunas más.

Si quieres saber más, conocer las reglas, y cómo participar puedes verlo todo aquí.

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Viernes dando la nota #180: Buen humor

The Darkness – I believe in a thing called Love
Sweet – Fox on the run
The Faces – Stay with me

Cortita y al pie. No sé si será porque acabamos de celebrar el quinto cumpleaños de los Padawanes y hemos superado ya una semana-puente de locos, o que se acercan días de fiesta y el ambiente está cambiando, pero me apetece diversión. Estoy de buen humor. El cuerpo me pide rock & roll y saltos, voces de falsete y plumas. La gastroenteritis que estoy dejando atrás no es excusa, aunque la faena diaria puede que sí. El estrés, el cole, el trabajo, mil compromisos… Todo sigue ahí. Algún villancico perdido al pasar por la puerta de un comercio. Las pequeñas luces como estrellitas que hemos puesto en el olivo del patio. Globos de colores que aún deambulan por la casa, como la resaca del cumple que nos negamos a recoger. Un Pikachu en lo alto del árbol de navidad… Todo sigue ahí. Hoy mientras fregaba sartenes, y me he descubierto canturreando… esto:

Y no sé muy bien cómo, llevo desde el miércoles escuchando glam y blues rock de los 60 y 70. Empiezo con los T-Rex, y sigo con Sweet, Blue Öyster Cult, Bad Company, The Allman Brothers Band, Humble Pie, los Faces, The Who, Free, Cream… ¡Hasta Roxy Music! De forma indiscriminada y sin medida. Un brote, lo llaman en algunas enfermedades. Muchas bandas. Mucho cabeceo con la sonrisa de medio lado. Buen humor.

Aunque me paré un buen rato con los Faces, a los que nunca había prestado oídos. A lo que quedó de los Small Faces de los 60 se le unieron Ronnie Wood –más tarde en los Rolling Stones– y un jovencísimo y desatado Rod Stewart. Y volví a entrar en bucle. Ahora entiendo un poco más el porqué de su fama y la figura de ‘Rod the Mod’. Es de esos frontman magnéticos, casi hipnóticos. Un auténtico animal. Yo que me quedaba con su imagen del Maggie May, o los conciertos trajeado con chaqueta, baladas y villancicos

El caso es que no soy demasiado navideño. Como casi todo lo que huele a tradición, me repele. Más aún cuando tanta gente se empeña en mantener e imponer el carácter religioso a algo que, aunque lo fuera hace tiempo, hoy en día es mera cuestión estacional, social y cultural. Pero he de reconocer que me produce cierto cambio de ánimo. Será porque ves llegar de lejos días de descanso, miniescapadas, o celebraciones. Y la noche de Reyes. Será que ser padre lo hace a uno ver estos días a través de los ojos de mi hija, o las sonrisas de mi hijo. Al final me quedo escuchado a Rod y Kylie Minogue el Let it Snow. Buen humor. Muy raro todo. Espero que la semana que viene, más. Sed libres.

¡Feliz #VDLN! ¡Y que la Fuerza os acompañe!
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Gracias a todos por participar. ¡Y a dar la nota!

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Nuestra primera Navidad.

Era diciembre de 2015. Giulia tenía 10 meses y se acercaba la navidad. No teníamos idea de cómo sería nuestra primera navidad los 3, en familia. Felizmente ahora nuestras familias celebran diferente: Mis padres reciben el 24 en la noche, esperando las 12 y a esa hora hacen una pequeña ceremonia para conmemorar el nacimiento de Jesús para luego cenar todos juntos, a veces van algunos tíos y primos. Después abrimos los regalos y estamos despiertos unas pocas horas más. El mismo 25 sólo descansan y

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De héroe a villano en 24 horas

Muy comentada es la frase de que el portero pasa de héroe a villano en un instante. Este pasado fin de semana nos tocó vivirlo en primera persona con Pau, cuando le tocó jugar 2 partidos.
En el club de Pau hay 7 equipos de categoría benjamín pero sólo 6 porteros. Algo habitual en los primeros años del fútbol base, dónde la mayoría de niños prefieren meter goles que no pararlos. En esta caso en concreto lo que hace la coordinación es hacer que uno de los porteros juegue con su equipo y con el benjamín que no tiene. Según la distribución de los partidos van uno u otro. Este pasado fin de semana, el benjamín A, equipo de Pau, jugaba el domingo, con lo que él fue el elegido para ir el sábado con el benjamín F. Pau encantado poder jugar dos partidos.
Pues bien, el sábado el partido salió redondo. Victoria por 4-2 en la que tuvo un papel muy destacado Pau, que firmó una muy buena actuación, haciendo que el dominio del equipo rival no derivará en la derrota de su equipo. Al final del encuentro, Pau salía con una sonrisa de oreja a oreja explicando que hasta el contrario le había felicitado por su partido.
Y llegó el domingo. Tocaba jugar segundo contra tercero. Un partido importante para el benjamín A. Pero las cosas salieron fatal. El equipo rival con muchísima intensidad se hizo amo del encuentro y Pau firmó uno de los peores partidos que le he visto en tiempo, acabando con un marcador de 6-0 en contra. Si Pau hubiera estado perfecto, la distribución de puntos hubiera sido la misma, porque alguno de los goles eran incontestables y los compañeros de Pau tampoco tuvieron el día. Acabó el partido y esta vez Pau salió con lágrimas en los ojos. Estaba avergonzado de cómo le habían salido las cosas y que su actuación había perjudicado mucho a su equipo. Yo cómo espectador del encuentro era consciente de que no había estado nada bien, pero cómo padre en esos momentos tenía que hacerle ver que no pasaba nada. Ni él ni el resto del equipo lo habían hecho bien. El rival había sido mejor en todos los aspectos y eso había acabado con el marcador abultado. 
¿Era tan bueno Pau el sábado y tan malo el domingo?. No. Era el mismo chico que disfruta siendo portero. Pero el fútbol es así. Unos días salen las cosas bien y otras no tanto. Sea por el motivo que sea. La noche del sábado al domingo Pau pasó mala noche con fiebre, pero a la hora del partido con tratamiento la fiebre había desaparecido. ¿Podría haber influenciado eso? Tal vez, pero yo creo que el resultado hubiera sido el mismo en circunstancias normales. 
A todo ello le tenemos que sumar que la figura del portero está más predispuesta al elogio y la crítica. Sus aciertos y sus errores son tremendamente visibles y suelen influenciar en el marcador. 
Creo que en un chico con 9 años recién cumplidos es normal que haya días buenos y no tan buenos. Si todos sus días fueran buenos seguramente estaría jugando en un equipo de primer nivel. y la realidad es que está muy feliz jugando en el equipo de nuestro pueblo, aunque el domingo hasta quisiera dejar el fútbol tras la derrota. 
Los niños todos quieren ganar, ser héroes, pero también es importante saber que hay ocasiones en que se pierde, en que uno puede llegar a ser el «villano». El sábado Pau sonreía, el domingo dejaba escapar alguna lágrima, pero lo importante es que ese fin de semana aprendió que un día estás arriba y otro día abajo y que has de levantarte. Y darte cuenta que tanto el sábado como el domingo era el mismo, ni héroe, ni villano, simplemente portero. 
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De héroe a villano en 24 horas

Muy comentada es la frase de que el portero pasa de héroe a villano en un instante. Este pasado fin de semana nos tocó vivirlo en primera persona con Pau, cuando le tocó jugar 2 partidos.
En el club de Pau hay 7 equipos de categoría benjamín pero sólo 6 porteros. Algo habitual en los primeros años del fútbol base, dónde la mayoría de niños prefieren meter goles que no pararlos. En esta caso en concreto lo que hace la coordinación es hacer que uno de los porteros juegue con su equipo y con el benjamín que no tiene. Según la distribución de los partidos van uno u otro. Este pasado fin de semana, el benjamín A, equipo de Pau, jugaba el domingo, con lo que él fue el elegido para ir el sábado con el benjamín F. Pau encantado poder jugar dos partidos.
Pues bien, el sábado el partido salió redondo. Victoria por 4-2 en la que tuvo un papel muy destacado Pau, que firmó una muy buena actuación, haciendo que el dominio del equipo rival no derivará en la derrota de su equipo. Al final del encuentro, Pau salía con una sonrisa de oreja a oreja explicando que hasta el contrario le había felicitado por su partido.
Y llegó el domingo. Tocaba jugar segundo contra tercero. Un partido importante para el benjamín A. Pero las cosas salieron fatal. El equipo rival con muchísima intensidad se hizo amo del encuentro y Pau firmó uno de los peores partidos que le he visto en tiempo, acabando con un marcador de 6-0 en contra. Si Pau hubiera estado perfecto, la distribución de puntos hubiera sido la misma, porque alguno de los goles eran incontestables y los compañeros de Pau tampoco tuvieron el día. Acabó el partido y esta vez Pau salió con lágrimas en los ojos. Estaba avergonzado de cómo le habían salido las cosas y que su actuación había perjudicado mucho a su equipo. Yo cómo espectador del encuentro era consciente de que no había estado nada bien, pero cómo padre en esos momentos tenía que hacerle ver que no pasaba nada. Ni él ni el resto del equipo lo habían hecho bien. El rival había sido mejor en todos los aspectos y eso había acabado con el marcador abultado. 
¿Era tan bueno Pau el sábado y tan malo el domingo?. No. Era el mismo chico que disfruta siendo portero. Pero el fútbol es así. Unos días salen las cosas bien y otras no tanto. Sea por el motivo que sea. La noche del sábado al domingo Pau pasó mala noche con fiebre, pero a la hora del partido con tratamiento la fiebre había desaparecido. ¿Podría haber influenciado eso? Tal vez, pero yo creo que el resultado hubiera sido el mismo en circunstancias normales. 
A todo ello le tenemos que sumar que la figura del portero está más predispuesta al elogio y la crítica. Sus aciertos y sus errores son tremendamente visibles y suelen influenciar en el marcador. 
Creo que en un chico con 9 años recién cumplidos es normal que haya días buenos y no tan buenos. Si todos sus días fueran buenos seguramente estaría jugando en un equipo de primer nivel. y la realidad es que está muy feliz jugando en el equipo de nuestro pueblo, aunque el domingo hasta quisiera dejar el fútbol tras la derrota. 
Los niños todos quieren ganar, ser héroes, pero también es importante saber que hay ocasiones en que se pierde, en que uno puede llegar a ser el «villano». El sábado Pau sonreía, el domingo dejaba escapar alguna lágrima, pero lo importante es que ese fin de semana aprendió que un día estás arriba y otro día abajo y que has de levantarte. Y darte cuenta que tanto el sábado como el domingo era el mismo, ni héroe, ni villano, simplemente portero. 
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¿Le hacemos un regalo a la profe?

No falla. Llegamos a la época navideña y en los dichosos grupos de Whatsapp del colegio (de los que ya hablaré seguramente otro día aunque oficialmente no esté en ninguno de ellos) aparece el comentario: 
“Vamos a hacer un regalo de Navidad a la profesora, no?”
Pues si fuera por mi, no. Lo siento. Y no porque no esté contento con el trabajo que hacen; al contrario, estamos encantados. Simplemente pienso que ya cobran por hacer lo que hacen. Al fin y al cabo es su trabajo, no?
El tema de los regalos es superior a mi… es algo que me parece tremendamente injusto, tanto con otras profesiones como entre profesores y profesoras del mismo colegio; por un lado, prácticamente a nadie le hacen regalos por su trabajo y se considera el sueldo como recompensa suficiente; por el otro, no me parece bien que una profesora pueda recibir una cajita de bombones y su compañera de curso reciba una caja experiencias de más de 100 euros. Y no tengo dudas de que se dan ambos casos.
Sé que en algunos colegios estas prácticas están prohibidas y creo que debería ser así en todos.
Siempre que sale este tema (cíclicamente en Navidad y en final de curso) acabo mosqueado porque parece que cada año va in crescendo, cada año hay que superarse… El año pasado se le hizo regalo, además de la tutora (que podría llegar a tolerar ejem), a la monitora del comedor… Para esta vez mi mujer apareció diciéndome que se había planteado hacer regalo, además de a la tutora, a la profesora de inglés, a la de música, a la de informática y a la de psicomotricidad. Pero, ¿es que estamos locos? Mi reacción fue decirle que propusiera en el grupo hacer regalo también al director, al bedel, a la secretaria, a las señoras de la limpieza y, en general, a todos los adultos del colegio.
El problema de estas situaciones es que a ver quién es el o la valiente que alza la voz diciendo que esto se nos está yendo de las manos. Ser la oveja negra del grupo no es fácil ni agradable. Sin embargo, la supermami lo dijo… y las pocas que se pronunciaron la secundaron, así que nada, todo quedó en una propuesta y finalmente sólo se le hará regalo a la tutora…
Ahora a esperar a final de curso a volver a vivir un momento de estos. ARGH!
¿Qué opináis de estas cosas? ¿Os gustan? ¿Estáis a favor o en contra?
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¿Le hacemos un regalo a la profe?

No falla. Llegamos a la época navideña y en los dichosos grupos de Whatsapp del colegio (de los que ya hablaré seguramente otro día aunque oficialmente no esté en ninguno de ellos) aparece el comentario: 
“Vamos a hacer un regalo de Navidad a la profesora, no?”
Pues si fuera por mi, no. Lo siento. Y no porque no esté contento con el trabajo que hacen; al contrario, estamos encantados. Simplemente pienso que ya cobran por hacer lo que hacen. Al fin y al cabo es su trabajo, no?
El tema de los regalos es superior a mi… es algo que me parece tremendamente injusto, tanto con otras profesiones como entre profesores y profesoras del mismo colegio; por un lado, prácticamente a nadie le hacen regalos por su trabajo y se considera el sueldo como recompensa suficiente; por el otro, no me parece bien que una profesora pueda recibir una cajita de bombones y su compañera de curso reciba una caja experiencias de más de 100 euros. Y no tengo dudas de que se dan ambos casos.
Sé que en algunos colegios estas prácticas están prohibidas y creo que debería ser así en todos.
Siempre que sale este tema (cíclicamente en Navidad y en final de curso) acabo mosqueado porque parece que cada año va in crescendo, cada año hay que superarse… El año pasado se le hizo regalo, además de la tutora (que podría llegar a tolerar ejem), a la monitora del comedor… Para esta vez mi mujer apareció diciéndome que se había planteado hacer regalo, además de a la tutora, a la profesora de inglés, a la de música, a la de informática y a la de psicomotricidad. Pero, ¿es que estamos locos? Mi reacción fue decirle que propusiera en el grupo hacer regalo también al director, al bedel, a la secretaria, a las señoras de la limpieza y, en general, a todos los adultos del colegio.
El problema de estas situaciones es que a ver quién es el o la valiente que alza la voz diciendo que esto se nos está yendo de las manos. Ser la oveja negra del grupo no es fácil ni agradable. Sin embargo, la supermami lo dijo… y las pocas que se pronunciaron la secundaron, así que nada, todo quedó en una propuesta y finalmente sólo se le hará regalo a la tutora…
Ahora a esperar a final de curso a volver a vivir un momento de estos. ARGH!
¿Qué opináis de estas cosas? ¿Os gustan? ¿Estáis a favor o en contra?
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Sello de Calidad: tarjetasdevisita.com

Buenas noches!!

Hace algunos días pedimos unas tarjetas de visita para mi mujer y su nuevo proyecto El Taller de La Madriguera en la web Tarjetasdevisita.com y la verdad es que nos llevamos una sorpresa harto satisfactoria.

Que necesitas una tarjeta de visita y no quieres complicarte la vida? fácil! tienen muchísimos diseños pre configurados que cambias un par de cositas y listo…

Que por el contrario quieres hacer un alarde de tu creatividad y crear tu súper personalizada tarjeta de visita? más fácil aún… puedes crearla desde cero.

Otra cosa que nos gustó mucho era la variedad que presentan. Puedes hacerte tarjetas de papel, adesivas, imantadas… en su imprenta digital puedes imprimir flyers, dípticos, trípticos, cartelerías, calendarios de bolsillo… y si ya tienes una empresa… flipa: tazas personalizadas (como regalo de empresa, por ejemplo), lonas, imanes, llaveros, chapas, roll up y un sinfín de cosas más.

Ok.. diréis que todo esto lo pueden ofertar muchas otras empresas, al igual que sus descuentos… y os diré que sí, que es verdad pero hay una cosita que no he visto en tantos sitios: son una Entidad adherida a Confianza Online.

En fin… que son 100% Recomendables por multitud de cosas (precios, ofertas, variedad, tiempos de envío, atención personal y sus más de 30 años en el sector) así que.. a qué esperáis para haceros vuestras tarjetas de visita? Ahora no tenéis excusa.


Como siempre, muchísimas gracias por leerme y nos vemos en el siguiente post!

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¿Qué tenemos en común Tallahassee y yo?

Estoy casi seguro de que la mayoría de vosotros, si no todos, con esta imagen sabéis o sospecháis de lo que os voy a hablar, pero de todas formas tenéis que seguir leyendo para saberlo.

Pues bien, por si alguien no sabe quien es Tallahassee, os cuento que es el personaje que representa Woody Harrelson en la película «Bienvenidos a Zombieland». Una película divertida con la que, al menos yo, me lo pasé muy bien.

Pero lo que más recuerdo de la película es el ansia, la desesperación con la que Tallahasse, en medio del apocalipsis zombie, buscaba sus pastelitos favoritos, los «Twinkies«. Es tal su obsesión, que creo que al final de la película todos queríamos comernos un pastelito de esos y disfrutar de las pequeñas cosas.

Yo pensaba que esos pastelitos no existían, que era una marca ficticia para la película. Yo los relacionaba a los que conocemos aquí del Circulo Rojo de Bimbo.

Pero no, estaba equivocado, y aunque posiblemente muchos sabíais que son reales, y que la marca existe y es originaria de Kansas City, yo no tenía ni idea. Así que, el otro día mirando una web de comida que no tiene nada que ver con esto, y vi que los vendían, lo tuve claro, y en el pedido que hicimos incluí una caja de estos pastelitos.


De modo que hoy ha llegado nuestro paquete y no he podido resistirme a ser lo primero que he probado, bueno, en realidad los hemos probado todos. 


Por unos instantes me he sentido Tallahassee cuando al final consigue encontrar uno. Pero claro, las expectativas y la realidad nunca van de la mano y yo me he dado de bruces con ella. Porque sabéis que hay cosas que si no te gustan, no te gustan, y eso es lo que me pasa a mi con el merengue, no me gusta. Y da la casualidad, de que es eso de lo que va relleno el bollito, merengue.

Pero bueno, no ha estado mal probarlo, y seguramente me comeré alguno más porque mezclado con el bizcocho no está mal. Pero sobre todo me quedo con la emoción de encontrar y conseguir los ansiados pastelitos de mi amigo Tallahassee.

¿Los conocíais? ¿Los habíais probado?

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Viaje a Noruega: Glaciar Nigardsbreen con niños

Durante nuestro viaje por Noruega no podíamos dejar de visitar algunos de los glaciares más conocidos del país. Todos los que visitamos fueron brazos del grandísimo Jostedalsbreen, el mayor glaciar de toda la europa continental. Concretamente fueron Nigardsbreen, Boyabreen y Supphellebreen. En el post de hoy os explicaré un poco nuestra experiencia en el primero de ellos.

Dicen de él que es el glaciar más accesible de Noruega. Se llega tras tomar un desvío desde la tranquila población de Gaupne y no tiene pérdida, está a unos 30 kms. Justo antes de llegar a la zona del glaciar nos encontramos con un edificio bastante singular: El Breheimsenteret, un museo y uno de los tres centros de visitantes que tiene el Parque Nacional de Jostedalsbreen. Nosotros no entramos y seguimos hasta el glaciar porque corríamos el riesgo de que se nos hiciera tarde para llegar a nuestro alojamiento. Para acceder al párking hay que pagar (40 NOK). Tras pasar la barrera al poco rato aparece imponente la masa de hielo azul al fondo, flanqueado por un lago. La vista es espectacular.
Cuando llegamos vimos que había varios coches, pero no había nadie por las inmediaciones; ¿dónde estaba todo el mundo? Nos fijamos bien en el glaciar y apreciamos unos puntitos de colores… Los usuarios de los coches allí aparcados había llegado hasta el glaciar. 
No teníamos muy claro qué hacer: ¿nos acercamos con los niños o no es una buena idea? Un cartel advierte, como en todos los glaciares que visitamos, de que era un lugar peligroso. Sin embargo, la tentación era grande… era una oportunidad para que nuestros peques tocaran hielo de un glaciar (nosotros ya lo hicimos en el Perito Moreno) y tampoco lo íbamos a escalar ni mucho menos; con llegar a la base era suficiente. Además, no se veía muy lejano, casi al alcance de la mano… mientras nos debatíamos en si acercarnos o no había llegado más gente (incluso alguno iba con algún niño -mayor que los nuestros-) que se había calzado las botas y se habían puesto en marcha, y veíamos cómo iban avanzando, así que, ¿Por qué no nosotros? Pese a que llovía un poco (nada comparado con lo que había llegado a hacerlo durante el día), nos pusimos en marcha. 
El acceso es por la parte derecha
Pasamos con los peques un riachuelillo, seguramente más caudaloso de lo que era habitual (debido a las lluvias) y comenzamos a caminar por las rocas, por las resbaladizas rocas. ¿Realmente estábamos tan cerca? Comenzamos a valorar, en función de la gente que había llegado tras nosotros y que nos llevaba ventaja, cuánto rato podríamos tardar en llegar allí con los peques y volver… Seguíamos dudando qué hacer, aunque íbamos avanzando. 
De repente, nos cruzamos con una familia que volvía de allí. Iban con una niña más o menos como nuestra mayor y se les veía bastante agobiados. Al vernos con dos peques nos dijeron:
  • I didn’t recommend it. It’s very difficult… especially the way back (No os lo recomiendo. Es muy difícil, sobretodo la vuelta).
Nos quedamos bastante parados porque a simple vista no parecía tan complicado. Incluso hay zonas que tienen escaleras de madera o pequeños puentes para facilitar algún punto que pudiera ser más complicado. Sí que era cierto que resbalaba bastante y nuestra hija ya había sufrido algún pequeño percance. Además, veíamos que íbamos a tardar más rato de lo que parecía… Era ya por la tarde y aún nos quedaba un buen trecho en coche para llegar a nuestro próximo alojamiento, así que no podíamos estar allí muchas horas (lamentablemente).
Finalmente, tras mucho darle vueltas y tras haber avanzado un poco, decidimos abandonar. Nos quedamos con las ganas, pero muy posiblemente en algún momento nos habríamos arrepentido si hubiéramos seguido; bien por dificultad, bien por el rato que tardaríamos o por alguna otra cosa que no habíamos previsto… Además, por culpa de la lluvia caída durante todo el día aún se complicaba más (para pasar el riachuelillo del principio tuvimos que hacerlo por turnos, pasando los peques uno a uno en brazos saltando entre las rocas).
Nos quedamos en lo alto de unas rocas, nos hicimos algunas fotos fantásticas y nos volvimos al párking.
Y hasta aquí llegó nuestra ‘aventura’
Una vez en el párking nuestras sospechas se confirmaron: Se tardaba más de lo que parecía. Nos lo explicó una familia polaca que tenía la furgo aparcada al lado de nuestro coche; tardaron un mínimo de una hora de ida y otra de vuelta que, sumado a lo que podías estar por el glaciar (mínimo una hora), nos dilapidaba la tarde, así que habíamos tomado una buena decisión.
Entonces, ¿Se puede ir hasta Nigardsbreen con niños? Creo que sí, si se va con tiempo suficiente, la meteorología acompaña y se toman las precauciones oportunas. Pero sobretodo, cuidado porque es un lugar en el que hay que tener mucho cuidado; uno mismo y los peques.
También es posible contratar excursiones por encima del glaciar con guía (aquí) y llegar hasta él en una barca que parte desde el párking (60 NOK). Puede ser de ida y vuelta o únicamente de ida.

Diario de viaje a Noruega: Inicio

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Viaje a Noruega: Glaciar Nigardsbreen con niños

Durante nuestro viaje por Noruega no podíamos dejar de visitar algunos de los glaciares más conocidos del país. Todos los que visitamos fueron brazos del grandísimo Jostedalsbreen, el mayor glaciar de toda la europa continental. Concretamente fueron Nigardsbreen, Boyabreen y Supphellebreen. En el post de hoy os explicaré un poco nuestra experiencia en el primero de ellos.

Dicen de él que es el glaciar más accesible de Noruega. Se llega tras tomar un desvío desde la tranquila población de Gaupne y no tiene pérdida, está a unos 30 kms. Justo antes de llegar a la zona del glaciar nos encontramos con un edificio bastante singular: El Breheimsenteret, un museo y uno de los tres centros de visitantes que tiene el Parque Nacional de Jostedalsbreen. Nosotros no entramos y seguimos hasta el glaciar porque corríamos el riesgo de que se nos hiciera tarde para llegar a nuestro alojamiento. Para acceder al párking hay que pagar (40 NOK). Tras pasar la barrera al poco rato aparece imponente la masa de hielo azul al fondo, flanqueado por un lago. La vista es espectacular.
Cuando llegamos vimos que había varios coches, pero no había nadie por las inmediaciones; ¿dónde estaba todo el mundo? Nos fijamos bien en el glaciar y apreciamos unos puntitos de colores… Los usuarios de los coches allí aparcados había llegado hasta el glaciar. 
No teníamos muy claro qué hacer: ¿nos acercamos con los niños o no es una buena idea? Un cartel advierte, como en todos los glaciares que visitamos, de que era un lugar peligroso. Sin embargo, la tentación era grande… era una oportunidad para que nuestros peques tocaran hielo de un glaciar (nosotros ya lo hicimos en el Perito Moreno) y tampoco lo íbamos a escalar ni mucho menos; con llegar a la base era suficiente. Además, no se veía muy lejano, casi al alcance de la mano… mientras nos debatíamos en si acercarnos o no había llegado más gente (incluso alguno iba con algún niño -mayor que los nuestros-) que se había calzado las botas y se habían puesto en marcha, y veíamos cómo iban avanzando, así que, ¿Por qué no nosotros? Pese a que llovía un poco (nada comparado con lo que había llegado a hacerlo durante el día), nos pusimos en marcha. 
El acceso es por la parte derecha
Pasamos con los peques un riachuelillo, seguramente más caudaloso de lo que era habitual (debido a las lluvias) y comenzamos a caminar por las rocas, por las resbaladizas rocas. ¿Realmente estábamos tan cerca? Comenzamos a valorar, en función de la gente que había llegado tras nosotros y que nos llevaba ventaja, cuánto rato podríamos tardar en llegar allí con los peques y volver… Seguíamos dudando qué hacer, aunque íbamos avanzando. 
De repente, nos cruzamos con una familia que volvía de allí. Iban con una niña más o menos como nuestra mayor y se les veía bastante agobiados. Al vernos con dos peques nos dijeron:
  • I didn’t recommend it. It’s very difficult… especially the way back (No os lo recomiendo. Es muy difícil, sobretodo la vuelta).
Nos quedamos bastante parados porque a simple vista no parecía tan complicado. Incluso hay zonas que tienen escaleras de madera o pequeños puentes para facilitar algún punto que pudiera ser más complicado. Sí que era cierto que resbalaba bastante y nuestra hija ya había sufrido algún pequeño percance. Además, veíamos que íbamos a tardar más rato de lo que parecía… Era ya por la tarde y aún nos quedaba un buen trecho en coche para llegar a nuestro próximo alojamiento, así que no podíamos estar allí muchas horas (lamentablemente).
Finalmente, tras mucho darle vueltas y tras haber avanzado un poco, decidimos abandonar. Nos quedamos con las ganas, pero muy posiblemente en algún momento nos habríamos arrepentido si hubiéramos seguido; bien por dificultad, bien por el rato que tardaríamos o por alguna otra cosa que no habíamos previsto… Además, por culpa de la lluvia caída durante todo el día aún se complicaba más (para pasar el riachuelillo del principio tuvimos que hacerlo por turnos, pasando los peques uno a uno en brazos saltando entre las rocas).
Nos quedamos en lo alto de unas rocas, nos hicimos algunas fotos fantásticas y nos volvimos al párking.
Y hasta aquí llegó nuestra ‘aventura’
Una vez en el párking nuestras sospechas se confirmaron: Se tardaba más de lo que parecía. Nos lo explicó una familia polaca que tenía la furgo aparcada al lado de nuestro coche; tardaron un mínimo de una hora de ida y otra de vuelta que, sumado a lo que podías estar por el glaciar (mínimo una hora), nos dilapidaba la tarde, así que habíamos tomado una buena decisión.
Entonces, ¿Se puede ir hasta Nigardsbreen con niños? Creo que sí, si se va con tiempo suficiente, la meteorología acompaña y se toman las precauciones oportunas. Pero sobretodo, cuidado porque es un lugar en el que hay que tener mucho cuidado; uno mismo y los peques.
También es posible contratar excursiones por encima del glaciar con guía (aquí) y llegar hasta él en una barca que parte desde el párking (60 NOK). Puede ser de ida y vuelta o únicamente de ida.

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Cortylandia. NO. Nunca

Si vives en Madrid, o eres de otro sitio y vienes a la ciudad, y por remota casualidad quieren ver tus hijos el “espectáculo” de Cortylandia. No vayas si quieres seguir viviendo. Punto Puede parecer exagerado pero no lo es, es un aviso desde el corazón, desde el más profundo cariño. A ti, que no […]

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La primera vez en avión con mi bebé

Esta era una de mis grandes preocupaciones cuando decidimos irnos de viaje con Giu de 1 año 5 meses. Me angustiaba la idea de estar en el avión con ella, ¿Le pasará algo? ¿Estará cómoda? ¿Le dolerán los oídos? ¿Llorará?.  Ni a Gino ni a mí nos gustan los aviones pero somos felices viajando, osea que ni modo. Yo apenas me siento en el avión trato de dormir y felizmente tengo facilidad de hacerlo, puedo dormir horas, dependiendo de la distancia tranquilamente duermo durante todo el vuelo y sólo me

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