¿Y tu agüela, aonde ejtá?

(¿Y tu abuela, dónde está?)

¿Quién no ha escuchado antes esta frase? En Puerto Rico es bien común y la utilizamos para, de cierta forma, recordarnos que venimos de una mezcla de tres razas, el indio taíno, el español y el negro africano.

Bien, se preguntarán por qué hablo de esto. Pues les cuento. Mi hijo estaba pasando unos días con su abuela (mi Santa Madre) y de repente le sale con la siguiente pregunta:

─Abuela, ¿Tío Javi salió de tu barriga o es adoptado?  preguntó con su habitual ingenuidad.

A mami le da un ataque de risa.

─JAJAJAJA .  ¿Porqué preguntas papi?

Tío Javi y sus hermanos
©2012-Carlos Torres
─Pues, porque mi papá y mis otros tíos son blancos y tío Javi es negro. 

─JAJAJAJA (Aún no se compone). Dame un momento y te explico.

Pasaron unos minutos y cuando al fin se le pasó la risa, le contestó lo siguiente:

─Mi amor. Tío Javi salió de mi barriga y no es adoptado. Eso se llama genética. Hay cosas que heredamos y otras que no. Así como tu papá heredó mi color de ojos, tío Javi heredó el color de piel de mi mamá y de mi tío Virgilio.

Cuando tú seas grande,  te cases y tengas hijos, pues quizás ellos hereden tu color de ojos o el de los míos y hasta es posible que hereden el color de piel de tu tío o de tu bisabuela. ¿Entendiste?

─ Eso creo

Mi padre, quien estaba presente, no paraba de reír y tomó el teléfono para intentar contarme lo sucedido. No fue hasta unos minutos después que se calmó y pudo decirme, aún entre risas, la ocurrencia de mi hijo.

Yo les confieso que estuve casi 10 minutos riéndome e imaginándome la escena. Al final, el chico nos hizo el día.

Y ahora te pregunto yo, ¿y tu agüela, aonde ejtá?

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Papá, ¿porqué ustedes nos tienen en tantas cosas?

Alguien me dijo una vez:

─“Chico, ¿cómo ustedes sacan tiempo para tener a los chicos en tantas cosas?”.

─”Pues sacándolo”, contesté con cierto sarcasmo

─”Es que yo no tengo tiempo para nada de eso” me comentó

Pues les diré que ese comentario en cierto modo me incomodó, puesto que cuando uno quiere, hace cualquier sacrificio por sus hijos. A mi esposa y a mí nadie nos puede hablar de que no tienen tiempo para que sus hijos participen de actividades extracurriculares. Repasemos nuestro calendario en una típica semana.

©2012-Carlos Torres
Lunes

·        Escuela de 8am a 5pm

·        Natación (pm)

Martes

·        Escuela de 8am a 5pm

·        Terapia del chico (pm)

·        Soccer de mi chiqui (pm)

Miércoles

·        Escuela de 8am a 5pm

·        Natación (pm)

·        Clases de guitarra de la chiqui (pm)

Jueves

·        Escuela de 8am a 5pm

·        Terapia del chico (pm)

·        Soccer de mi chiqui (pm)

Viernes

·        Escuela de 8am a 5pm

·        Boyscouts (pm)

Sábado

·        Soccer de la chiqui

·        Terapia del chico

·        Ballet de la nena

·        Boyscouts

Domingo

·        Iglesia

·        Almuerzo familiar

·        Pasear con los chicos

Estas son las actividades fijas de la semana, pero siempre surgen cosas que hay que acomodar en el calendario y los que son padres saben como es. Ahora que nadie me diga que no se puede.

Cuando discutía este calendario con mi esposa, la chiqui nos escuchó y preguntó:

─Papá, ¿porqué ustedes nos tienen en tantas cosas?

─Bueno, porque ustedes lo han pedido.

─Oh no, porque en el ballet ustedes me pusieron cuando yo tenía tres añitos y eso yo no lo decidí.

─Jajajaja, tienes razón. Pero te gusta y no quieres que te saquemos. En todo lo demás ustedes lo han pedido. Y contestando tu pregunta, papá y mamá los tienen en tantas cosas porque compartimos tiempo juntos, y mientras más cerca está papá, más lejos están las drogas, las malas influencias y otras cosas negativas.

¿Qué aprendí de esto?

Para todo hay tiempo en la vida. Solo es cuestión de programarse. Al final, a todo se le saca provecho y en un futuro sus hijos se lo agradecerán.

Cuéntame, ¿qué haces tú para compartir con tus hijos? Puedes dejar un comentario.
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Papá, ¿porqué ustedes nos tienen en tantas cosas?

Alguien me dijo una vez:

─“Chico, ¿cómo ustedes sacan tiempo para tener a los chicos en tantas cosas?”.

─”Pues sacándolo”, contesté con cierto sarcasmo

─”Es que yo no tengo tiempo para nada de eso” me comentó

Pues les diré que ese comentario en cierto modo me incomodó, puesto que cuando uno quiere, hace cualquier sacrificio por sus hijos. A mi esposa y a mí nadie nos puede hablar de que no tienen tiempo para que sus hijos participen de actividades extracurriculares. Repasemos nuestro calendario en una típica semana.

©2012-Carlos Torres
Lunes

·        Escuela de 8am a 5pm

·        Natación (pm)

Martes

·        Escuela de 8am a 5pm

·        Terapia del chico (pm)

·        Soccer de mi chiqui (pm)

Miércoles

·        Escuela de 8am a 5pm

·        Natación (pm)

·        Clases de guitarra de la chiqui (pm)

Jueves

·        Escuela de 8am a 5pm

·        Terapia del chico (pm)

·        Soccer de mi chiqui (pm)

Viernes

·        Escuela de 8am a 5pm

·        Boyscouts (pm)

Sábado

·        Soccer de la chiqui

·        Terapia del chico

·        Ballet de la nena

·        Boyscouts

Domingo

·        Iglesia

·        Almuerzo familiar

·        Pasear con los chicos

Estas son las actividades fijas de la semana, pero siempre surgen cosas que hay que acomodar en el calendario y los que son padres saben como es. Ahora que nadie me diga que no se puede.

Cuando discutía este calendario con mi esposa, la chiqui nos escuchó y preguntó:

─Papá, ¿porqué ustedes nos tienen en tantas cosas?

─Bueno, porque ustedes lo han pedido.

─Oh no, porque en el ballet ustedes me pusieron cuando yo tenía tres añitos y eso yo no lo decidí.

─Jajajaja, tienes razón. Pero te gusta y no quieres que te saquemos. En todo lo demás ustedes lo han pedido. Y contestando tu pregunta, papá y mamá los tienen en tantas cosas porque compartimos tiempo juntos, y mientras más cerca está papá, más lejos están las drogas, las malas influencias y otras cosas negativas.

¿Qué aprendí de esto?

Para todo hay tiempo en la vida. Solo es cuestión de programarse. Al final, a todo se le saca provecho y en un futuro sus hijos se lo agradecerán.

Cuéntame, ¿qué haces tú para compartir con tus hijos? Puedes dejar un comentario.
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Desayunando breakfast taco

“Los días rojos son terribles y en esos momentos lo único que me viene bien es ir a Tiffany’s, porque nada malo me puede ocurrir allí.” (Breakfast at Tiffany’s, 1961)   Ya sabéis que el desayuno es la comida mas importante del día ¿no?, pues descubro que aquí se lo toman en serio, y no […]

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Despilfarro con la comida

Me encuentro hoy en la revista de Intermon Oxfam una entrevista con Tristram Stuart, haciendo referencia a su libro Despilfarro: el escándalo global de la comida. En dicho libro critica la cantidad de comida que se tira en el mundo y lo que podemos hacer de manera individual para luchar contra ello, y entre los consejos que enumera en la revista, rescato uno que quiero comentar:

Enseña a tus hijos que deben acabarse todo lo que hay en el plato y haz tú lo mismo. No olvides que eres un modelo para ellos.”

Así leído, parece que suena bastante evidente, como muchos del resto de consejos, pero cuando me pongo a pensar en el día a día con las niñas y en las comidas con amigos y familiares, veo que lo de acabar TODO (y siempre) ya no es tan sencillo. Seguramente os vendrán a la mente esas comidas copiosas y cumpleaños en que se juntan los restos antes de llevarlo a la cocina, e incluso esa tarta tan exquisita que alguien ha dejado a medias; o el niño que no quiere comer y deja el plato sin acabar y guarreado. ¡Pero es que es inevitable! Bueno, traduciendo los consejos del libro a la alimentación infantil, tendríamos estas sugerencias:

  • Ajustar la cantidad que se compra o cocina.- ajustando de una vez a otra, podemos conseguir que no sobre comida, y huir del pensamiento de que si no sobra, es que hubiera comido más. Personalmente me duele cuando escucho frases como “haz pasta de más, total, si es muy barata” o “aunque no creo que se lo coma, le voy a hacer la papilla de 90 ml”.
  • Poner menos cantidad de comida en el plato y, si después quieren más, repetir. A veces ponemos tal cantidad de comida a los niños, que parece que el plato les abruma, sabiendo antes de empezar que no podrán con él. Seguro que es más gratificante para ellos, especialmente para los “malos comedores”, acabarse el plato entero y tener que pedir más.
  • No permitirles jugar y guarrear la comida, de manera que aquello que no se coma se pueda guardar para después, o sino también
  • pásale al que tienes al lado lo que no te puedas comer. Si se ha ajustado la cantidad de comida al cocinar, es posible que lo que uno no se coma lo quiera otro.
  • Y si aun así sobra comida, pues guardarla o congelarla para otra ocasión en que nos quedemos escasos o que decidamos comer de “sobras”.

Todo ello les hará valorar la importancia que tiene la comida, y además se les puede explicar que la comida no nos la regalan y que hay muchos niños que pasan hambre no muy lejos. Por cierto, que estas sugerencias en clave infantil también valen para mayores que, volviendo al principio, somos el modelo que damos a nuestros hijos de un modo especial, pero también al resto de niños de manera general.
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Despilfarro con la comida

Me encuentro hoy en la revista de Intermon Oxfam una entrevista con Tristram Stuart, haciendo referencia a su libro Despilfarro: el escándalo global de la comida. En dicho libro critica la cantidad de comida que se tira en el mundo y lo que podemos hacer de manera individual para luchar contra ello, y entre los consejos que enumera en la revista, rescato uno que quiero comentar:

Enseña a tus hijos que deben acabarse todo lo que hay en el plato y haz tú lo mismo. No olvides que eres un modelo para ellos.”

Así leído, parece que suena bastante evidente, como muchos del resto de consejos, pero cuando me pongo a pensar en el día a día con las niñas y en las comidas con amigos y familiares, veo que lo de acabar TODO (y siempre) ya no es tan sencillo. Seguramente os vendrán a la mente esas comidas copiosas y cumpleaños en que se juntan los restos antes de llevarlo a la cocina, e incluso esa tarta tan exquisita que alguien ha dejado a medias; o el niño que no quiere comer y deja el plato sin acabar y guarreado. ¡Pero es que es inevitable! Bueno, traduciendo los consejos del libro a la alimentación infantil, tendríamos estas sugerencias:

  • Ajustar la cantidad que se compra o cocina.- ajustando de una vez a otra, podemos conseguir que no sobre comida, y huir del pensamiento de que si no sobra, es que hubiera comido más. Personalmente me duele cuando escucho frases como “haz pasta de más, total, si es muy barata” o “aunque no creo que se lo coma, le voy a hacer la papilla de 90 ml”.
  • Poner menos cantidad de comida en el plato y, si después quieren más, repetir. A veces ponemos tal cantidad de comida a los niños, que parece que el plato les abruma, sabiendo antes de empezar que no podrán con él. Seguro que es más gratificante para ellos, especialmente para los “malos comedores”, acabarse el plato entero y tener que pedir más.
  • No permitirles jugar y guarrear la comida, de manera que aquello que no se coma se pueda guardar para después, o sino también
  • pásale al que tienes al lado lo que no te puedas comer. Si se ha ajustado la cantidad de comida al cocinar, es posible que lo que uno no se coma lo quiera otro.
  • Y si aun así sobra comida, pues guardarla o congelarla para otra ocasión en que nos quedemos escasos o que decidamos comer de “sobras”.

Todo ello les hará valorar la importancia que tiene la comida, y además se les puede explicar que la comida no nos la regalan y que hay muchos niños que pasan hambre no muy lejos. Por cierto, que estas sugerencias en clave infantil también valen para mayores que, volviendo al principio, somos el modelo que damos a nuestros hijos de un modo especial, pero también al resto de niños de manera general.
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Papi, ¿porqué el boxeo es un deporte?

En días recientes se dio la tan esperada pelea de boxeo entre el puertorriqueño Miguel Cotto y el estadounidense  Floyd Mayweather .  Unos amigos nos invitaron a verla en su casa y aceptamos la invitación.

Allí estábamos, sentados frente al televisor con los nervios de punta esperando el inicio del combate. Suena la campana e inicia la pelea. Cotto entra directo alternando golpes al rostro y al cuerpo. Sin embargo el contraataque del estadounidense fue efectivo.

A medida que pasaban los rounds se hacía evidente el castigo que ambos púgiles estaban recibiendo. De repente, ¡Bam!,  gancho de derecha de mi chiqui con una de sus famosas preguntas:

─ Papi, ¿porqué el boxeo es un deporte si se dan golpes?

©2012-Carlos Torres
─Ehhhh, no sé.

─Y entonces, ¿escogen personas que se odien mucho?

─No sé. ¿Por qué preguntas?

─Pues, porque veo que se dan golpes hasta sacarse sangre y se ponen bien feos. Quiere decir que se odian mucho y por eso no debe ser un deporte. Se supone que los deportes son para divertirse, ¿no?

─Creo que tienes razón.

Otra vez me he quedado sin palabras.

¿Qué aprendí de esto?

Los niños tienen una óptica muy distinta a la de los adultos y evidentemente debemos estar más pendientes a lo que los exponemos. A mí me ha quedado muy claro que no veré más boxeo frente a ella. Y ustedes, ¿qué opinan?

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Papi, ¿porqué el boxeo es un deporte?

En días recientes se dio la tan esperada pelea de boxeo entre el puertorriqueño Miguel Cotto y el estadounidense  Floyd Mayweather .  Unos amigos nos invitaron a verla en su casa y aceptamos la invitación.

Allí estábamos, sentados frente al televisor con los nervios de punta esperando el inicio del combate. Suena la campana e inicia la pelea. Cotto entra directo alternando golpes al rostro y al cuerpo. Sin embargo el contraataque del estadounidense fue efectivo.

A medida que pasaban los rounds se hacía evidente el castigo que ambos púgiles estaban recibiendo. De repente, ¡Bam!,  gancho de derecha de mi chiqui con una de sus famosas preguntas:

─ Papi, ¿porqué el boxeo es un deporte si se dan golpes?

©2012-Carlos Torres
─Ehhhh, no sé.

─Y entonces, ¿escogen personas que se odien mucho?

─No sé. ¿Por qué preguntas?

─Pues, porque veo que se dan golpes hasta sacarse sangre y se ponen bien feos. Quiere decir que se odian mucho y por eso no debe ser un deporte. Se supone que los deportes son para divertirse, ¿no?

─Creo que tienes razón.

Otra vez me he quedado sin palabras.

¿Qué aprendí de esto?

Los niños tienen una óptica muy distinta a la de los adultos y evidentemente debemos estar más pendientes a lo que los exponemos. A mí me ha quedado muy claro que no veré más boxeo frente a ella. Y ustedes, ¿qué opinan?

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Una aventura llamada vida

¿No les ha pasado alguna vez que logran una foto tan bella que no dejan de verla? La miran y la miran y la vuelven a mirar. Cada vez les gusta más. Encuentran detalles, etc., etc.  . Pues a mí me ha pasado con una en particular.

Estábamos tomando unas mini vacaciones y decidimos hacer turismo interno. Pasamos unos días en el suroeste de la isla, en Cabo Rojo, para ser más específico. Al segundo día salimos del hotel a dar un paseo y decidimos visitar el faro que estaba cerca de la hospedería.

Como es normal, comencé a tirar fotos de todo lo que veía a mí alrededor. Los chicos se nos adelantaron y les tiré una  foto.  Al regresar al hotel me puse a repasarlas y de todas  esta llamó mi atención y quedé encantado. No dejaba de observarla. Me fijé en cada detalle y hasta le busqué un significado, que a continuación les voy a compartir:



© 2012-Carlos Torres
El Faro significa la luz que les muestra el camino, que a su vez es la vida, pero ese camino está lleno de piedras, que representan las dificultades que enfrentarán. No todo es fácil, ¿verdad? .  Ambos caminan hacia adelante  sin mirar atrás. Uno al lado del otro, apoyándose, dándose la mano cuando uno o el otro se tropiece. A medida que avancen, las nubes grises irán desapareciendo y el día mejorará.

Finalmente estamos mi esposa y yo, justo detrás de ellos observando con gran satisfacción como los hemos encaminado en esta aventura llamada vida.

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Una aventura llamada vida

¿No les ha pasado alguna vez que logran una foto tan bella que no dejan de verla? La miran y la miran y la vuelven a mirar. Cada vez les gusta más. Encuentran detalles, etc., etc.  . Pues a mí me ha pasado con una en particular.

Estábamos tomando unas mini vacaciones y decidimos hacer turismo interno. Pasamos unos días en el suroeste de la isla, en Cabo Rojo, para ser más específico. Al segundo día salimos del hotel a dar un paseo y decidimos visitar el faro que estaba cerca de la hospedería.

Como es normal, comencé a tirar fotos de todo lo que veía a mí alrededor. Los chicos se nos adelantaron y les tiré una  foto.  Al regresar al hotel me puse a repasarlas y de todas  esta llamó mi atención y quedé encantado. No dejaba de observarla. Me fijé en cada detalle y hasta le busqué un significado, que a continuación les voy a compartir:



© 2012-Carlos Torres
El Faro significa la luz que les muestra el camino, que a su vez es la vida, pero ese camino está lleno de piedras, que representan las dificultades que enfrentarán. No todo es fácil, ¿verdad? .  Ambos caminan hacia adelante  sin mirar atrás. Uno al lado del otro, apoyándose, dándose la mano cuando uno o el otro se tropiece. A medida que avancen, las nubes grises irán desapareciendo y el día mejorará.

Finalmente estamos mi esposa y yo, justo detrás de ellos observando con gran satisfacción como los hemos encaminado en esta aventura llamada vida.

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Papá ¿Él es gay en la vida real?

Hace unos días fui a un concierto de la Orquesta Sinfónica de Puerto Rico y el día antes pasé por el Centro de Bellas Artes de Santurce a recoger mis boletos. Andaba con mi hija, quien estaba emocionada porque vería a su amigo Diego, de 12 años, tocar el chelo junto al chelista principal de la Sinfónica.

Pasamos por la boletería, me entregaron mis boletos y ¡listo!, nos fuimos.

Una vez en el estacionamiento, justo cuando vamos a abordar el carro, escucho mi nombre. Al voltear me encuentro con un ex-compañero de trabajo de Radio Isla y comenzamos a dialogar.

─”¿En qué estás trabajando aquí?”, pregunté.

─”Estoy haciendo la obra ‘Feliz cumpleaños, señor senador’”, contestó.

La nena nos interrumpe con un:

─”Permisooo, ¿tú eres actor?

─”Sí mamita”

─”¿Y en esa obra hay niños?

─”No, es para adultos”

”¿Y por qué no es para niños?”

Aquí, el individuo me lanza una mirada de “rescátame” y para no poner al pobre en apuros me despido y me marcho.

Una vez en el auto, la niña me dice:

─”Papi, ¿él es famoso?”

─”Sí, es famoso”

─”¿Ha salido en películas?

─”No lo sé. Pero tenía un programa de televisión, uno de radio y es actor de teatro”

─”Pues búscalo en Youtube para verlo”

Comienzo la búsqueda y no hallo un vídeo de buena calidad donde ella lo pueda ver bien. Finalmente encuentro fotos, pero las mismas son de un personaje que él hacía de gay. Se las muestro y me dice:

─”Papá, ¿él es gay en la vida real?

Yo, con mucha tranquilidad le contesto que sí. A lo que ella, con cara de confusión dice:

─”No entiendo. ¿Cuán difícil puede ser hacer el papel de algo que eres? Si es gay en la vida real, porqué hace un papel de gay. Eso no debe ser difícil.

Jajaja. De verdad que esta chica se las trae.

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Papá ¿Él es gay en la vida real?

Hace unos días fui a un concierto de la Orquesta Sinfónica de Puerto Rico y el día antes pasé por el Centro de Bellas Artes de Santurce a recoger mis boletos. Andaba con mi hija, quien estaba emocionada porque vería a su amigo Diego, de 12 años, tocar el chelo junto al chelista principal de la Sinfónica.

Pasamos por la boletería, me entregaron mis boletos y ¡listo!, nos fuimos.

Una vez en el estacionamiento, justo cuando vamos a abordar el carro, escucho mi nombre. Al voltear me encuentro con un ex-compañero de trabajo de Radio Isla y comenzamos a dialogar.

─”¿En qué estás trabajando aquí?”, pregunté.

─”Estoy haciendo la obra ‘Feliz cumpleaños, señor senador’”, contestó.

La nena nos interrumpe con un:

─”Permisooo, ¿tú eres actor?

─”Sí mamita”

─”¿Y en esa obra hay niños?

─”No, es para adultos”

”¿Y por qué no es para niños?”

Aquí, el individuo me lanza una mirada de “rescátame” y para no poner al pobre en apuros me despido y me marcho.

Una vez en el auto, la niña me dice:

─”Papi, ¿él es famoso?”

─”Sí, es famoso”

─”¿Ha salido en películas?

─”No lo sé. Pero tenía un programa de televisión, uno de radio y es actor de teatro”

─”Pues búscalo en Youtube para verlo”

Comienzo la búsqueda y no hallo un vídeo de buena calidad donde ella lo pueda ver bien. Finalmente encuentro fotos, pero las mismas son de un personaje que él hacía de gay. Se las muestro y me dice:

─”Papá, ¿él es gay en la vida real?

Yo, con mucha tranquilidad le contesto que sí. A lo que ella, con cara de confusión dice:

─”No entiendo. ¿Cuán difícil puede ser hacer el papel de algo que eres? Si es gay en la vida real, porqué hace un papel de gay. Eso no debe ser difícil.

Jajaja. De verdad que esta chica se las trae.

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Papá, ¿qué es Dios?

Una tarde pasé a recoger a mi hija al colegio. Le pregunté cómo había pasado el día, qué almorzó y cómo le había ido con los dos exámenes que tuvo ese día. Me contó que su día fue bueno y que obtuvo “A” en las dos pruebas.

Se queda cayada un ratito y de repente interrumpe el silencio con una de sus famosas preguntas. Esas que me ponen a pensar.

            ─”Papi, ¿qué es Dios?

            ─”Bueno, Dios es nuestro padre. El que lo creó todo”

            ─”Nooo papi. Te pregunté qué, no quién”.

Ajá, se fastidió el hijo de Ita. Qué clase de pregunta es esa a las cinco de la tarde cuando uno sale de trabajar con la mente fundida. Pero como siempre digo, mejor intentar dar una respuesta que quedarse callado.

            ─”Bueno mi amor. Dios es un ser Supremo. Está en todas partes. Es energía…

Aquí hago una pausa a mi explicación porque al observar por el espejo retrovisor, noto en su rostro una expresión de confusión. Como,¿ de qué rayos habla este?.

Entendí inmediatamente que me había metido en un callejón sin salida y que me había puesto muy filosófico con el asunto y le dije:

            ─”¿Qué pasó mamita?, ¿No entendiste?”.

         ─”Papá, no entendí nada de lo que dijiste pero yo sé la respuesta. Solo quería saber si tú sabías. Toma, esto lo hice en el colegio y tiene la respuesta de lo que te pregunté.”

  
© 2012 – Carlos Torres
 ¡Wow! Qué gran lección me ha dado mi hija. ¡Dios es amor!
¿Qué aprendí de esto?


A veces nos complicamos queriendo dar una explicación, cuando en realidad es más simple de lo que pensamos. Esta vez no fui yo quien tenía la respuesta, sino una niña de 8 años de una manera simple y perfecta.


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Papá, ¿qué es Dios?

Una tarde pasé a recoger a mi hija al colegio. Le pregunté cómo había pasado el día, qué almorzó y cómo le había ido con los dos exámenes que tuvo ese día. Me contó que su día fue bueno y que obtuvo “A” en las dos pruebas.

Se queda cayada un ratito y de repente interrumpe el silencio con una de sus famosas preguntas. Esas que me ponen a pensar.

            ─”Papi, ¿qué es Dios?

            ─”Bueno, Dios es nuestro padre. El que lo creó todo”

            ─”Nooo papi. Te pregunté qué, no quién”.

Ajá, se fastidió el hijo de Ita. Qué clase de pregunta es esa a las cinco de la tarde cuando uno sale de trabajar con la mente fundida. Pero como siempre digo, mejor intentar dar una respuesta que quedarse callado.

            ─”Bueno mi amor. Dios es un ser Supremo. Está en todas partes. Es energía…

Aquí hago una pausa a mi explicación porque al observar por el espejo retrovisor, noto en su rostro una expresión de confusión. Como,¿ de qué rayos habla este?.

Entendí inmediatamente que me había metido en un callejón sin salida y que me había puesto muy filosófico con el asunto y le dije:

            ─”¿Qué pasó mamita?, ¿No entendiste?”.

         ─”Papá, no entendí nada de lo que dijiste pero yo sé la respuesta. Solo quería saber si tú sabías. Toma, esto lo hice en el colegio y tiene la respuesta de lo que te pregunté.”

  
© 2012 – Carlos Torres
 ¡Wow! Qué gran lección me ha dado mi hija. ¡Dios es amor!
¿Qué aprendí de esto?


A veces nos complicamos queriendo dar una explicación, cuando en realidad es más simple de lo que pensamos. Esta vez no fui yo quien tenía la respuesta, sino una niña de 8 años de una manera simple y perfecta.


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Un ratoncito se comió mi comida

En días recientes, un grupo de Madres y Padres blogueros nos reunimos en un Mc Donalds. Allí charlábamos y discutíamos proyectos futuros. El hambre apretaba y de repente aparecieron en nuestra mesa unas cajitas con un producto nuevo llamado “Chicken McBites”, que no son otra cosa que pedacitos de pechuga de pollo empanados y sazonados.

Les cuento que “Super Guillo”, el hijo de mi amigo de Piccolo Mondo, ni corto ni perezoso abrió la caja y le metió el diente a aquel delicioso pollito. De entre las siete salsas a escoger, al chico le gustó la Creamy Ranch.

Como ví que el niño llevaba un ritmo bastante aceleradito, decidí probar y les digo que saben super ricos. A mí me gustaron las salsas Chipotle BBQ y la Sweet Chili. Para bajarlo me tomé un “smoothie” de mango-piña que es delicioso.

Seguimos hablando y entre una cosa y otra cuando fui a probar un poco más, noté que “un ratoncito se comió mi comida” , Jajajaja. Ya saben quien fue y aquí les presento evidencia fotográfica.
© 2012-Carlos Torres
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Un ratoncito se comió mi comida

En días recientes, un grupo de Madres y Padres blogueros nos reunimos en un Mc Donalds. Allí charlábamos y discutíamos proyectos futuros. El hambre apretaba y de repente aparecieron en nuestra mesa unas cajitas con un producto nuevo llamado “Chicken McBites”, que no son otra cosa que pedacitos de pechuga de pollo empanados y sazonados.

Les cuento que “Super Guillo”, el hijo de mi amigo de Piccolo Mondo, ni corto ni perezoso abrió la caja y le metió el diente a aquel delicioso pollito. De entre las siete salsas a escoger, al chico le gustó la Creamy Ranch.

Como ví que el niño llevaba un ritmo bastante aceleradito, decidí probar y les digo que saben super ricos. A mí me gustaron las salsas Chipotle BBQ y la Sweet Chili. Para bajarlo me tomé un “smoothie” de mango-piña que es delicioso.

Seguimos hablando y entre una cosa y otra cuando fui a probar un poco más, noté que “un ratoncito se comió mi comida” , Jajajaja. Ya saben quien fue y aquí les presento evidencia fotográfica.
© 2012-Carlos Torres
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La difícil elección de colegio

Ahora que Sara acaba de cumplir 3 años, nos toca enfrentarnos a una decisión que se me antoja muy importante para su futuro (y en parte, también el nuestro): la elección de colegio. Supongo que todos los padres coincidiríamos en decir que queremos “lo mejor para nuestros hijos”, pero ese topicazo no nos saca del aprieto, porque aún tenemos que pensar qué es para nosotros “lo mejor”: ¿nos fijamos en el aspecto puramente académico o valoramos más lo personal? ¿ajustamos nuestra jornada laboral al horario de nuestros hijos o al revés? ¿cuánto estamos dispuestos o podemos gastarnos en el cole?


Junto a este batiburrillo nos encontramos también con las opiniones que nos irán llegando de familiares y amigos, que a veces sí tienen muy claro cuál es “el mejor” colegio.


Pero nosotros, con nuestras dudas, nos vamos decantando por lo siguiente (más o menos en orden de importancia):


  • La opción por la escuela pública, que intenta (o intentaba) atraer a los mejores profesores y que no hace discriminación del alumnado.

  • La proximidad a casa, no sólo por comodidad, sino porque pueda coincidir con los amigos que después se vaya a encontrar en el parque. Además, la opción de no utilizar el coche a diario durante tantos años es una opción más ecológica.

  • Que tenga un AMPA que trabaje bien, que permita y anime a involucrarse a los padres.

  • Tener buenas referencias de alguien que conozcamos, que nos hable de su funcionamiento y nos cuenten también sus pegas.

  • Método pedagógico que utilicen. Aunque al final es más importante el profesor que tenga, pero el enfoque pedagógico del centro (uso de libros, fichas, proyectos…) condiciona.

  • Que tenga comedor, ampliación de horario, y que nos permita ajustar la logística.


En el lado contrario, remarcar también aquello a lo que NO damos tanta importancia:


  • La clasificación de colegios que hace la Comunidad de Madrid, que tiene un claro sesgo por la selección de alumnos en los concertados y privados, incluso por aquellos que dejan en casa a los peores alumnos en el día de la prueba.

  • Las instalaciones, que se pueden suplir con los polideportivos municipales.


Bueno, seguro que hay que tener en cuenta más cosas, porque la posibilidad de que no te den el primer colegio solicitado también te puede condicionar la elección, y también pueden cambiar o ser impredecibles las circunstancias personales (¿mantendré mi trabajo con el horario que tengo?).


A aquellos que estéis en la misma situación, os deseo que lo viváis con paz, que luego los niños se adaptan mucho mejor a las circunstancias que nosotros, sus padres, y que también es posible cambiar de colegio si el niño no se adapta o el colegio no responde a nuestras espectativas.


Por cierto, ya son oficiales los nuevos baremos de puntuación de la Comunidad de Madrid, que son los que se habían anunciado, y también está abierto el portal para buscar los puntos que corresponden a cada zona o domicilio con el nuevo baremo de 4 puntos por proximidad y 2 en el resto de la Comunidad.

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La difícil elección de colegio

Ahora que Sara acaba de cumplir 3 años, nos toca enfrentarnos a una decisión que se me antoja muy importante para su futuro (y en parte, también el nuestro): la elección de colegio. Supongo que todos los padres coincidiríamos en decir que queremos “lo mejor para nuestros hijos”, pero ese topicazo no nos saca del aprieto, porque aún tenemos que pensar qué es para nosotros “lo mejor”: ¿nos fijamos en el aspecto puramente académico o valoramos más lo personal? ¿ajustamos nuestra jornada laboral al horario de nuestros hijos o al revés? ¿cuánto estamos dispuestos o podemos gastarnos en el cole?


Junto a este batiburrillo nos encontramos también con las opiniones que nos irán llegando de familiares y amigos, que a veces sí tienen muy claro cuál es “el mejor” colegio.


Pero nosotros, con nuestras dudas, nos vamos decantando por lo siguiente (más o menos en orden de importancia):


  • La opción por la escuela pública, que intenta (o intentaba) atraer a los mejores profesores y que no hace discriminación del alumnado.

  • La proximidad a casa, no sólo por comodidad, sino porque pueda coincidir con los amigos que después se vaya a encontrar en el parque. Además, la opción de no utilizar el coche a diario durante tantos años es una opción más ecológica.

  • Que tenga un AMPA que trabaje bien, que permita y anime a involucrarse a los padres.

  • Tener buenas referencias de alguien que conozcamos, que nos hable de su funcionamiento y nos cuenten también sus pegas.

  • Método pedagógico que utilicen. Aunque al final es más importante el profesor que tenga, pero el enfoque pedagógico del centro (uso de libros, fichas, proyectos…) condiciona.

  • Que tenga comedor, ampliación de horario, y que nos permita ajustar la logística.


En el lado contrario, remarcar también aquello a lo que NO damos tanta importancia:


  • La clasificación de colegios que hace la Comunidad de Madrid, que tiene un claro sesgo por la selección de alumnos en los concertados y privados, incluso por aquellos que dejan en casa a los peores alumnos en el día de la prueba.

  • Las instalaciones, que se pueden suplir con los polideportivos municipales.


Bueno, seguro que hay que tener en cuenta más cosas, porque la posibilidad de que no te den el primer colegio solicitado también te puede condicionar la elección, y también pueden cambiar o ser impredecibles las circunstancias personales (¿mantendré mi trabajo con el horario que tengo?).


A aquellos que estéis en la misma situación, os deseo que lo viváis con paz, que luego los niños se adaptan mucho mejor a las circunstancias que nosotros, sus padres, y que también es posible cambiar de colegio si el niño no se adapta o el colegio no responde a nuestras espectativas.


Por cierto, ya son oficiales los nuevos baremos de puntuación de la Comunidad de Madrid, que son los que se habían anunciado, y también está abierto el portal para buscar los puntos que corresponden a cada zona o domicilio con el nuevo baremo de 4 puntos por proximidad y 2 en el resto de la Comunidad.

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"Papá, ¿cómo es que un avión puede volar?

Desde que era pequeño siempre quise ser Piloto de aviones. A los demás les preguntaban y decían, bombero, policía, maestro, doctor, entre otras. Pero yo fui consistente hasta poco antes de  entrar a la universidad.  Por algunas razones que no discutiré, desistí de la idea pero el deseo nunca se apagó.

El universo conspiró y me unió a una mujer maravillosa cuyo hermano es el mejor piloto comercial que conozco. Este último volvió a despertar en mí el deseo de aprender a volar. Me llevó varias veces al simulador de vuelo y hasta se ofreció a darme las clases privadas para sacar la licencia, pero por ser tan bueno en lo que hace, una compañía de Arabia Saudita lo contrató y se lo llevó bieeeen lejos para volar para ellos. Adiós maestro.

Para mi cumpleaños, mi esposa me regaló una clase para mantenerme motivado y les confieso que hasta lloré cuando recibí mi obsequio.

Bueno, llegó el día y me invadió una felicidad casi indescriptible. Luego de un repaso en tierra me subí al avión y surqué los cielos.

©2012, Carlos Torres

Ya en tierra me reuno con mi familia y mi hijita me pregunta:

© 2012, Carlos Torres

─”Papá, ¿cómo es que un avión puede volar si ni siquiera mueve las alas como los pájaros?

“Pan comido” pensé

─”Fácil. Los aviones tienen motores potentes. El piloto acelera el avión y cuando gana gran velocidad levanta la nariz de la nave. El avión comienza a subir mientras el viento corre por debajo”.

─”¿Y cómo es que no se cae si es tan grande y pesado? Preguntó

─”Pues las alas del avión tienen un borde curvo y mientras está en vuelo, el aire que pasa por encima de ellas se mueve más rápido que el que pasa por debajo, el cual es más lento pero empuja el avión hacia arriba. ¿Entendiste?”.

─”Ehhh, no entendí nada de nada”.

Jajajaja, y yo pensé que era fácil de explicar. Ni hablar de llamar a mi cuñado para que me salvara, ya saben, la llamada me podría costar el salario de un mes. Así que esta vez me quedé sin una respuesta apropiada.

¿Qué aprendí de esto?

Que no siempre tendremos una contestación para todo, pero al menos debemos hacer el esfuerzo.

Los dejo con el vídeo que me tomó el pequeño cineasta de la familia.

©2012, Carlos Torres
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"Papá, ¿cómo es que un avión puede volar?

Desde que era pequeño siempre quise ser Piloto de aviones. A los demás les preguntaban y decían, bombero, policía, maestro, doctor, entre otras. Pero yo fui consistente hasta poco antes de  entrar a la universidad.  Por algunas razones que no discutiré, desistí de la idea pero el deseo nunca se apagó.

El universo conspiró y me unió a una mujer maravillosa cuyo hermano es el mejor piloto comercial que conozco. Este último volvió a despertar en mí el deseo de aprender a volar. Me llevó varias veces al simulador de vuelo y hasta se ofreció a darme las clases privadas para sacar la licencia, pero por ser tan bueno en lo que hace, una compañía de Arabia Saudita lo contrató y se lo llevó bieeeen lejos para volar para ellos. Adiós maestro.

Para mi cumpleaños, mi esposa me regaló una clase para mantenerme motivado y les confieso que hasta lloré cuando recibí mi obsequio.

Bueno, llegó el día y me invadió una felicidad casi indescriptible. Luego de un repaso en tierra me subí al avión y surqué los cielos.

©2012, Carlos Torres

Ya en tierra me reuno con mi familia y mi hijita me pregunta:

© 2012, Carlos Torres

─”Papá, ¿cómo es que un avión puede volar si ni siquiera mueve las alas como los pájaros?

“Pan comido” pensé

─”Fácil. Los aviones tienen motores potentes. El piloto acelera el avión y cuando gana gran velocidad levanta la nariz de la nave. El avión comienza a subir mientras el viento corre por debajo”.

─”¿Y cómo es que no se cae si es tan grande y pesado? Preguntó

─”Pues las alas del avión tienen un borde curvo y mientras está en vuelo, el aire que pasa por encima de ellas se mueve más rápido que el que pasa por debajo, el cual es más lento pero empuja el avión hacia arriba. ¿Entendiste?”.

─”Ehhh, no entendí nada de nada”.

Jajajaja, y yo pensé que era fácil de explicar. Ni hablar de llamar a mi cuñado para que me salvara, ya saben, la llamada me podría costar el salario de un mes. Así que esta vez me quedé sin una respuesta apropiada.

¿Qué aprendí de esto?

Que no siempre tendremos una contestación para todo, pero al menos debemos hacer el esfuerzo.

Los dejo con el vídeo que me tomó el pequeño cineasta de la familia.

©2012, Carlos Torres
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De pie o sentado

Cuando se tiene una hija como la mía, muy analítica, podría representar que te pondrá en apuros muuuchas veces con sus preguntas. Esa precisamente es la cualidad que más admiro de mi chiqui porque significa que es un ser pensante, se ocupa en aprender y muy difícilmente le tomen el pelo. Hasta que no quede satisfecha te bombardeará con preguntas.

Una de esas veces, me atacó con una pregunta que al parecer podría ser tonta o simple, pero me tomó por sorpresa. Esto fue lo que pasó:

─”Papi, ¿por qué Dios hizo que las niñas orinen sentadas y los niños de pie?” preguntó

─”Pues porque somos diferentes. Las niñas tienen vagina y los niños pene” respondí

─”Nooo papi, ¿por qué?

─”Ya te dije, somos diferentes”

─”Si, ya lo sé, pero ¿por quéee?

─”Tú tienes vagina y yo pene, por eso”.

─”Papi, sigues sin entender mi pregunta. ¿Porqué Dios hizo que los niños orinen de pie y las niñas sentadas?”

Ya yo estaba ligeramente incómodo y para salir del apuro le contesté:


─”Mira nena, porque somos diferentes. Si tú orinas de pie se te van a orinar las piernas”. ¿Entendiste?

Se quedó pensativa por unos segundos y me dice:

─”Ahhh, ahora entiendo. Tienes razón y me hace mucho sentido. Gracias por contestar mi pregunta”.

¿Qué aprendí de esto?

Que a veces las respuestas menos rebuscadas son las más apropiadas. 

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De pie o sentado

Cuando se tiene una hija como la mía, muy analítica, podría representar que te pondrá en apuros muuuchas veces con sus preguntas. Esa precisamente es la cualidad que más admiro de mi chiqui porque significa que es un ser pensante, se ocupa en aprender y muy difícilmente le tomen el pelo. Hasta que no quede satisfecha te bombardeará con preguntas.

Una de esas veces, me atacó con una pregunta que al parecer podría ser tonta o simple, pero me tomó por sorpresa. Esto fue lo que pasó:

─”Papi, ¿por qué Dios hizo que las niñas orinen sentadas y los niños de pie?” preguntó

─”Pues porque somos diferentes. Las niñas tienen vagina y los niños pene” respondí

─”Nooo papi, ¿por qué?

─”Ya te dije, somos diferentes”

─”Si, ya lo sé, pero ¿por quéee?

─”Tú tienes vagina y yo pene, por eso”.

─”Papi, sigues sin entender mi pregunta. ¿Porqué Dios hizo que los niños orinen de pie y las niñas sentadas?”

Ya yo estaba ligeramente incómodo y para salir del apuro le contesté:


─”Mira nena, porque somos diferentes. Si tú orinas de pie se te van a orinar las piernas”. ¿Entendiste?

Se quedó pensativa por unos segundos y me dice:

─”Ahhh, ahora entiendo. Tienes razón y me hace mucho sentido. Gracias por contestar mi pregunta”.

¿Qué aprendí de esto?

Que a veces las respuestas menos rebuscadas son las más apropiadas. 

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"Papá, debiste detenerme"

Hacía un tiempo que mi hijo venía pidiéndome que lo llevara a Plaza Las Américas para comprar unos muñecos de “Dragon Ball Z” en una tienda de coleccionistas. Ya con saber el tipo de tienda me sospechaba que los dichosos muñecos costarían un ojo de la cara y la mitad del otro.

Estuve evadiendo el asunto toda la semana, pero el chico se encargó diariamente de recordarme el  asunto. Al parecer se dio cuenta de que su Padre no tenía intensiones de hacer semejante inversión y finalmente tomó una decisión:

─”Ok papá, que tal si me llevas y los compro con mi dinero”

─”Me parece bien” le contesté.

 

Agarró su cartera y con ella sus ahorros. Estaba súper feliz. Por fin tendría los anhelados action figures.

 

Llegamos a Plaza y de camino a la tienda me dijo un millón de veces lo emocionado que estaba. Al fin llegamos. Entramos y comenzamos la búsqueda. En los estantes no encontramos lo que buscábamos y me dice:

─”Que tal si preguntamos a un empleo”

─”Empleado” le corrijo.

─”Sí, empleado” me contesta.

─”Ok, ve y pregúntale a la chica de la caja registradora”

 


Se dirigió hacia la chica y le dice:


 


─”Con permiso, estoy buscando un Goku o un Vegeta. ¿Los tienes? Preguntó.


─”Déjame ver” ella contesta

Buscó en los estantes y no encontró nada. Mi chico puso cara de frustración y le pedí a la chica que si era posible que buscara en el almacén, a lo que amablemente accedió.


Al fin llegó con tres muñecos en sus manos y el brillo en los ojos de mi hijo era tan especial que hasta yo me emocioné. Bueno, ahora la parte difícil, escoger uno. Le pregunto al chico:



─”¿Cuál quieres?”


─”No sé, ¿pueden ser los tres? preguntó

─”Déjame preguntar cuánto cuestan”

Le pregunto a la empleada y al decirme el precio esta fue mi reacción:


─¿Cuaaaantooo? Exclamé sorprendido como Maceta Jiménez*

─”Sí, ese es el precio de cada uno. Recuerde que son de colección”.

Le digo al chico que solo podía comprar uno porque eran muy caros, pero él me dice que tiene el dinero. Yo traté de convencerlo pero me dijo:


─”Papá, míralos, son fascinantes”


─”Chico, son muy caros. Compra solo uno”. le insistí

Acto seguido vino la sorpresa de la noche. Algo que nunca había visto a mi hijo hacer. Negociar el precio. Quedé maravillado y lo dejé trabajar la situación solito. Logró una buena rebaja, pero aún así eran muy caros (no les diré el precio para que no infarten). Terminó comprando dos de los tres muñecos y estaba súper contento.

©2012-Carlos Torres

Al salir de la tienda le comenté de lo caros que eran y que había gastado casi todos sus ahorros. Se puso nervioso y me dice:



─”Papá, debiste detenerme”


¿Qué aprendí de esto?


Habrá quien piense que sí debí detenerlo, pero ahí estaba la lección. Había que dejarlo pasar por la experiencia para que así entendiera lo que es malgastar el dinero y sus consecuencias. Enseñemos a nuestros hijos el valor del dinero. El mío asegura haber aprendido la lección (esa es la idea).


*Maceta Jiménez es un personaje de la televisión puertorriqueña que representa a la gente tacaña.

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"Papá, debiste detenerme"

Hacía un tiempo que mi hijo venía pidiéndome que lo llevara a Plaza Las Américas para comprar unos muñecos de “Dragon Ball Z” en una tienda de coleccionistas. Ya con saber el tipo de tienda me sospechaba que los dichosos muñecos costarían un ojo de la cara y la mitad del otro.

Estuve evadiendo el asunto toda la semana, pero el chico se encargó diariamente de recordarme el  asunto. Al parecer se dio cuenta de que su Padre no tenía intensiones de hacer semejante inversión y finalmente tomó una decisión:

─”Ok papá, que tal si me llevas y los compro con mi dinero”

─”Me parece bien” le contesté.

 

Agarró su cartera y con ella sus ahorros. Estaba súper feliz. Por fin tendría los anhelados action figures.

 

Llegamos a Plaza y de camino a la tienda me dijo un millón de veces lo emocionado que estaba. Al fin llegamos. Entramos y comenzamos la búsqueda. En los estantes no encontramos lo que buscábamos y me dice:

─”Que tal si preguntamos a un empleo”

─”Empleado” le corrijo.

─”Sí, empleado” me contesta.

─”Ok, ve y pregúntale a la chica de la caja registradora”

 


Se dirigió hacia la chica y le dice:


 


─”Con permiso, estoy buscando un Goku o un Vegeta. ¿Los tienes? Preguntó.


─”Déjame ver” ella contesta

Buscó en los estantes y no encontró nada. Mi chico puso cara de frustración y le pedí a la chica que si era posible que buscara en el almacén, a lo que amablemente accedió.


Al fin llegó con tres muñecos en sus manos y el brillo en los ojos de mi hijo era tan especial que hasta yo me emocioné. Bueno, ahora la parte difícil, escoger uno. Le pregunto al chico:



─”¿Cuál quieres?”


─”No sé, ¿pueden ser los tres? preguntó

─”Déjame preguntar cuánto cuestan”

Le pregunto a la empleada y al decirme el precio esta fue mi reacción:


─¿Cuaaaantooo? Exclamé sorprendido como Maceta Jiménez*

─”Sí, ese es el precio de cada uno. Recuerde que son de colección”.

Le digo al chico que solo podía comprar uno porque eran muy caros, pero él me dice que tiene el dinero. Yo traté de convencerlo pero me dijo:


─”Papá, míralos, son fascinantes”


─”Chico, son muy caros. Compra solo uno”. le insistí

Acto seguido vino la sorpresa de la noche. Algo que nunca había visto a mi hijo hacer. Negociar el precio. Quedé maravillado y lo dejé trabajar la situación solito. Logró una buena rebaja, pero aún así eran muy caros (no les diré el precio para que no infarten). Terminó comprando dos de los tres muñecos y estaba súper contento.

©2012-Carlos Torres

Al salir de la tienda le comenté de lo caros que eran y que había gastado casi todos sus ahorros. Se puso nervioso y me dice:



─”Papá, debiste detenerme”


¿Qué aprendí de esto?


Habrá quien piense que sí debí detenerlo, pero ahí estaba la lección. Había que dejarlo pasar por la experiencia para que así entendiera lo que es malgastar el dinero y sus consecuencias. Enseñemos a nuestros hijos el valor del dinero. El mío asegura haber aprendido la lección (esa es la idea).


*Maceta Jiménez es un personaje de la televisión puertorriqueña que representa a la gente tacaña.

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"Me siento como una persona nueva"

En días recientes, tuve una actividad de Boyscouts en Plaza Las Américas con mi chico. A medida que caminaba por los pasillos me iba encontrando gente que conocía. Como es natural, me detenía a saludar y a charlar por unos minutos.  Lo interesante de cada parada fue que a cada una de esas personas mi hijo las saludó como si las conociera de toda la vida y les daba un abrazo fuerte.

Las reacciones fueron todas similares. Mis amigos respondían el abrazo, con algo de sorpresa, pero con una expresión en sus rostros de mucha ternura y alegría. Daba gusto ver como se iluminaban sus rostros.

Al concluir la actividad, y camino a nuestro hogar, le digo a mi chico:

─”Papi, tengo curiosidad…”

─”¿Qué es curiosidad?”, preguntó.

─”Pues que me gustaría saber algo”, contesté.

─”Ahh, ok. ¿Qué quieres saber?

─”Quería saber por qué saludaste a todos mis amigos con un abrazo si tú no los conoces”

─”Duh, papá, son tus amigos y no me van a hacer daño.”

─”Tienes razón papito, no te van a hacer daño.”

─”Además, me siento como una persona nueva cuando abrazo a la gente”.

¿Qué aprendí de esto?

Aprendí que debo imitar a mi hijo y comenzar a regalar abrazos. Te invito a que lo imites tú también. Comencemos por ahí para generar un cambio.

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"Me siento como una persona nueva"

En días recientes, tuve una actividad de Boyscouts en Plaza Las Américas con mi chico. A medida que caminaba por los pasillos me iba encontrando gente que conocía. Como es natural, me detenía a saludar y a charlar por unos minutos.  Lo interesante de cada parada fue que a cada una de esas personas mi hijo las saludó como si las conociera de toda la vida y les daba un abrazo fuerte.

Las reacciones fueron todas similares. Mis amigos respondían el abrazo, con algo de sorpresa, pero con una expresión en sus rostros de mucha ternura y alegría. Daba gusto ver como se iluminaban sus rostros.

Al concluir la actividad, y camino a nuestro hogar, le digo a mi chico:

─”Papi, tengo curiosidad…”

─”¿Qué es curiosidad?”, preguntó.

─”Pues que me gustaría saber algo”, contesté.

─”Ahh, ok. ¿Qué quieres saber?

─”Quería saber por qué saludaste a todos mis amigos con un abrazo si tú no los conoces”

─”Duh, papá, son tus amigos y no me van a hacer daño.”

─”Tienes razón papito, no te van a hacer daño.”

─”Además, me siento como una persona nueva cuando abrazo a la gente”.

¿Qué aprendí de esto?

Aprendí que debo imitar a mi hijo y comenzar a regalar abrazos. Te invito a que lo imites tú también. Comencemos por ahí para generar un cambio.

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"Te amo mucho papi"

Hoy no estaba en mis planes escribir, pero mi princesita me hizo cambiar de parecer. Como todos los martes, cuando llego a mi casa la chica ya se ha ido a su clase de guitarra. Yo aprovecho ese ratito para revisar mis correos electrónicos y para trabajar un poco en mis columnas.
En esta ocasión hubo algo distinto. Digamos que un recibimiento especial. Sobre la mesa hallé la siguiente nota:



­© 2012-Carlos Torres



Mi pequeña sabe que este es mi dulce favorito y se esmeró en conseguir uno para PAPÁ.
Ya con esto mi corazón comenzó a palpitar con fuerza.
Al abrir la nota me encontré este hermoso dibujo:



© 2012-Carlos Torres



Para ese entonces ya tenía los ojos llorosos de la emoción. Mi pequeña se había tomado la molestia de conseguir mi dulce favorito y de hacerme un hermoso dibujo. Wow! Eso es amor en su expresión más pura.
La cosa no termina ahí. Cuando voy a encender la computadora, me encuentro con esta hermosa nota en el monitor.




© 2012-Carlos Torres

 

¡Qué más puedo pedir!
Yo también te amo mucho Chiqui. ¡Te voy a dar una pela de besos!
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"Te amo mucho papi"

Hoy no estaba en mis planes escribir, pero mi princesita me hizo cambiar de parecer. Como todos los martes, cuando llego a mi casa la chica ya se ha ido a su clase de guitarra. Yo aprovecho ese ratito para revisar mis correos electrónicos y para trabajar un poco en mis columnas.
En esta ocasión hubo algo distinto. Digamos que un recibimiento especial. Sobre la mesa hallé la siguiente nota:



­© 2012-Carlos Torres



Mi pequeña sabe que este es mi dulce favorito y se esmeró en conseguir uno para PAPÁ.
Ya con esto mi corazón comenzó a palpitar con fuerza.
Al abrir la nota me encontré este hermoso dibujo:



© 2012-Carlos Torres



Para ese entonces ya tenía los ojos llorosos de la emoción. Mi pequeña se había tomado la molestia de conseguir mi dulce favorito y de hacerme un hermoso dibujo. Wow! Eso es amor en su expresión más pura.
La cosa no termina ahí. Cuando voy a encender la computadora, me encuentro con esta hermosa nota en el monitor.




© 2012-Carlos Torres

 

¡Qué más puedo pedir!
Yo también te amo mucho Chiqui. ¡Te voy a dar una pela de besos!
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