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Amor Platónico
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Simplificando la alimentación de los bebés
Como ya me imaginaba, una búsqueda rápida con las palabras “alimentación fruta bebés” en Google me lleva a artículos muy elaborados sobre las papillas de frutas y los métodos que se pueden utilizar para conseguir que el bebé se las tome.
Hoy nosotros queremos presentaros un producto revolucionario que está funcionando perfectamente con nuestra hija de 8 meses y que está consiguiendo su afición por la fruta (como ya hizo con Sara, que ahora tiene casi 3 años y las devora). Las ventajas que tiene son:
-
100% fruta natural
-
Rica en hidratos de carbono y potasio
-
Rica en vitaminas A y C y minerales
-
Envase de reducido tamaño y fácilmente transportable
-
Envase ecológico 100% biodegradable
-
Fácil y rápida preparación
-
Textura y olor atractivos para el bebé
Os presentamos… el PLÁTANO:
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Como ya me imaginaba, una búsqueda rápida con las palabras “alimentación fruta bebés” en Google me lleva a artículos muy elaborados sobre las papillas de frutas y los métodos que se pueden utilizar para conseguir que el bebé se las tome.
Hoy nosotros queremos presentaros un producto revolucionario que está funcionando perfectamente con nuestra hija de 8 meses y que está consiguiendo su afición por la fruta (como ya hizo con Sara, que ahora tiene casi 3 años y las devora). Las ventajas que tiene son:
-
100% fruta natural
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Rica en hidratos de carbono y potasio
-
Rica en vitaminas A y C y minerales
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Envase de reducido tamaño y fácilmente transportable
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Envase ecológico 100% biodegradable
-
Fácil y rápida preparación
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Textura y olor atractivos para el bebé
Os presentamos… el PLÁTANO:
Sigue leyendo ->Lección de generosidad
La semana pasada me volvió a pasar, una vez más, Sara me dejó de piedra, me dejó seco, sin saber si reír de alegría o llorar de emoción, dándome una nueva lección y recordándome cuánto tenemos que aprender de los niños.
La escena era muy sencilla, habíamos vuelto a casa y Sara iba a merendar; se estaba bebiendo la leche, pero le apetecían más unos Aspitos que no tenía muy claro de donde habían llegado.
Como Sara bebe poca leche y no le quedaba mucha, le dije que cuando se acabara la leche se podía comer uno; ella se quejaba y decía que no bebía y que se lo diera, pero yo le insistía en que se bebiera primero la leche o no había Aspitos; ella lo volvió a intentar pero me vio que yo estaba firme y que no se lo iba a dar. Cuando parecía que la situación se iba a complicar e íbamos a acabar ambos enfadados, pensó un instante, cogió la taza, y se bebió la leche de un sorbo.
-
Muy bien, Sara, ves qué rápido te lo has bebido, toma, ya te lo puedes comer.
Y le di el Aspito; y ella empezó a saborearlo, a morderlo poco a poco y a disfrutarlo. Tanto le gustaba que de nuevo se paró, me miró y me dijo:
-
¿Quieres, papá?
-
No, gracias, cariño – le dije, cuando en realidad pensaba – tienes un corazón grande y generoso, Sara.
Lección de generosidad
La semana pasada me volvió a pasar, una vez más, Sara me dejó de piedra, me dejó seco, sin saber si reír de alegría o llorar de emoción, dándome una nueva lección y recordándome cuánto tenemos que aprender de los niños.
La escena era muy sencilla, habíamos vuelto a casa y Sara iba a merendar; se estaba bebiendo la leche, pero le apetecían más unos Aspitos que no tenía muy claro de donde habían llegado.
Como Sara bebe poca leche y no le quedaba mucha, le dije que cuando se acabara la leche se podía comer uno; ella se quejaba y decía que no bebía y que se lo diera, pero yo le insistía en que se bebiera primero la leche o no había Aspitos; ella lo volvió a intentar pero me vio que yo estaba firme y que no se lo iba a dar. Cuando parecía que la situación se iba a complicar e íbamos a acabar ambos enfadados, pensó un instante, cogió la taza, y se bebió la leche de un sorbo.
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Muy bien, Sara, ves qué rápido te lo has bebido, toma, ya te lo puedes comer.
Y le di el Aspito; y ella empezó a saborearlo, a morderlo poco a poco y a disfrutarlo. Tanto le gustaba que de nuevo se paró, me miró y me dijo:
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¿Quieres, papá?
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No, gracias, cariño – le dije, cuando en realidad pensaba – tienes un corazón grande y generoso, Sara.
Propuestas electorales sobre conciliación de la vida laboral y familiar
-
La cantidad de generalidades que vienen en los programas, evitando poner acciones concretas que puedan ser verificadas a posteriori o que permitan comparar unos programas con otros.
-
La cantidad de mentiras que mezclan también entre las propuestas, haciendo planteamientos contrarios a los que hemos visto que defendían en los últimos años (el PSOE defiende “la gratuidad de los libros de texto en la enseñanza básica”, “mayor proporcionalidad en el sistema electoral” y “mayor progresividad en el sistema fiscal”, como si no hubieran tenido tiempo para hacerlo; el PP, por su parte, se atreve a hablar de “respaldar más a los profesores” o que “estamos comprometidos con una educación pública de calidad”, con la que tienen montada en Madrid y otras Comunidades; también hablan de “defensa del medio ambiente” y de “lucha contra el cambio climático”, tras haber negado esta realidad).
-
La maternidad debe estar protegida y apoyada. Promoveremos una ley de protección de la maternidad con medidas de apoyo a las mujeres embarazadas, especialmente a las que se encuentran en situaciones de dificultad. Impulsaremos redes de apoyo a la maternidad. Cambiaremos el modelo de la actual regulación sobre el aborto para reforzar la protección del derecho a la vida, así como de las menores.
-
Elevaremos los mínimos exentos en el IRPF adaptándolos mejor a las circunstancias de las familias.
-
Promoveremos un mayor reconocimiento de la aportación a la natalidad de las mujeres en el sistema de pensiones.
-
Buscaremos un acuerdo para racionalizar los horarios adaptándolos a los usos europeos.
-
Ampliaremos el permiso de paternidad, de forma acompasada a la mejora de la situación económica general, estableciendo un periodo mínimo obligatorio.
Propuestas electorales sobre conciliación de la vida laboral y familiar
-
La cantidad de generalidades que vienen en los programas, evitando poner acciones concretas que puedan ser verificadas a posteriori o que permitan comparar unos programas con otros.
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La cantidad de mentiras que mezclan también entre las propuestas, haciendo planteamientos contrarios a los que hemos visto que defendían en los últimos años (el PSOE defiende “la gratuidad de los libros de texto en la enseñanza básica”, “mayor proporcionalidad en el sistema electoral” y “mayor progresividad en el sistema fiscal”, como si no hubieran tenido tiempo para hacerlo; el PP, por su parte, se atreve a hablar de “respaldar más a los profesores” o que “estamos comprometidos con una educación pública de calidad”, con la que tienen montada en Madrid y otras Comunidades; también hablan de “defensa del medio ambiente” y de “lucha contra el cambio climático”, tras haber negado esta realidad).
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La maternidad debe estar protegida y apoyada. Promoveremos una ley de protección de la maternidad con medidas de apoyo a las mujeres embarazadas, especialmente a las que se encuentran en situaciones de dificultad. Impulsaremos redes de apoyo a la maternidad. Cambiaremos el modelo de la actual regulación sobre el aborto para reforzar la protección del derecho a la vida, así como de las menores.
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Elevaremos los mínimos exentos en el IRPF adaptándolos mejor a las circunstancias de las familias.
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Promoveremos un mayor reconocimiento de la aportación a la natalidad de las mujeres en el sistema de pensiones.
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Buscaremos un acuerdo para racionalizar los horarios adaptándolos a los usos europeos.
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Ampliaremos el permiso de paternidad, de forma acompasada a la mejora de la situación económica general, estableciendo un periodo mínimo obligatorio.
Balance del gobierno sobre familia y conciliación
Ahora que acaba la segunda legislatura del PSOE, quería echar la vista atrás y evaluar los cambios que se han producido en estos casi 8 años en materia de familia y conciliación. Personalmente creo que estamos mejor que hace 8 años, aunque lamento que es mucho también lo que se ha dejado por hacer y lo que se ha hecho mal. Siguiendo un orden cronológico, me gustaría comentar:
22 de marzo del 2007: Ley orgánica para la igualdad efectiva de mujeres y hombres, más conocida como Ley de Igualdad.- Aunque la ley es extensa y trata múltiples temas, sin duda incluye los avances más importantes en materia de maternidad/paternidad:
-
Se reconoce un permiso de paternidad de 13 días (pagado por la Seguridad Social, ya que los primeros 3 días se mantienen y los sigue pagando la empresa).
-
Ampliación del permiso de maternidad para los casos de parto prematuro y en aquellos en que, por cualquier otra causa, el recién nacido deba permanecer hospitalizado a continuación del parto.
-
Se contempla la posibilidad de que la madre ceda parte de su permiso de maternidad, salvo las 6 semana obligatorias, o de lactancia al padre, para que la disfruta de manera simultánea o consecutiva del periodo de la madre.
-
La reducción de jornada por cuidado de un menor se amplía hasta que este tenga 8 años (antes era hasta los 6) y la reducción puede hacerse entre 1/8 y la mitad (antes era entre 1/3 y la mitad). Además las cotizaciones se contabilizarán como el 100% de la jornada durante los 2 primeros años.
1 de julio de 2007: El gobierno ofrece 2.500 € por cada bebé nacido en nuestro país. Aunque a priori parezca una buena medida para ayudar a las familias, está medida fue considerada electoralista y criticada por entregarse a todas las personas por igual, cuando las necesidades de cada familia son bien distintas. Además, no se controlaba el uso que se daba a ese dinero, y entre la población de menor cultura era frecuente que el dinero no se destinara al niño. Seguramente hubieran sido mejor empleados en mejorar los servicios a las familias, mejorando la educación infantil pública, por ejemplo.
12 de mayo de 2010: El gobierno elimina el cheque-bebé para los niños nacidos a partir del 1 de enero de 2011, con lo cual esta medida, que ya era criticada por injusta, además fue efímera y discriminatoria en el tiempo, y estuvo en vigor tan solo 3 años y 6 meses.
25 de septiembre de 2010: Tras hacernos creer que el permiso de paternidad se iba a ampliar hasta las 4 semanas, aprobando la medida en el Congreso (18/6/2009) y en el Senado (23/9/2009), finalmente no entró en los presupuestos de 2011, quedando aplazada sine die.
Por último quería comentar una ley que, aunque no trata el tema de la conciliación, sí creo que tiene que ver con la paternidad y con los niños:
3 de marzo de 2010: Ley orgánica de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo, más conocida como Ley del Aborto. Aunque el gobierno entendía que la nueva ley defiende y protege mejor los derechos de los mujeres, lo cierto es que se ignoran por concreto los derechos del no nacido, ampliando los casos y los plazos para abortar, e incluyendo el aborto libre hasta las 14 semanas. También fue polémico que se pudiera abortar desde los 16 años, y sin consentimiento paterno.
Posiblemente me deje algo, pero he intentado recordar los cambios más importantes y que afectan a más familias. También quisiera abrir el debate sobre estos temas ahora que nos acercamos a las elecciones generales.
Sigue leyendo ->Balance del gobierno sobre familia y conciliación
Ahora que acaba la segunda legislatura del PSOE, quería echar la vista atrás y evaluar los cambios que se han producido en estos casi 8 años en materia de familia y conciliación. Personalmente creo que estamos mejor que hace 8 años, aunque lamento que es mucho también lo que se ha dejado por hacer y lo que se ha hecho mal. Siguiendo un orden cronológico, me gustaría comentar:
22 de marzo del 2007: Ley orgánica para la igualdad efectiva de mujeres y hombres, más conocida como Ley de Igualdad.- Aunque la ley es extensa y trata múltiples temas, sin duda incluye los avances más importantes en materia de maternidad/paternidad:
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Se reconoce un permiso de paternidad de 13 días (pagado por la Seguridad Social, ya que los primeros 3 días se mantienen y los sigue pagando la empresa).
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Ampliación del permiso de maternidad para los casos de parto prematuro y en aquellos en que, por cualquier otra causa, el recién nacido deba permanecer hospitalizado a continuación del parto.
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Se contempla la posibilidad de que la madre ceda parte de su permiso de maternidad, salvo las 6 semana obligatorias, o de lactancia al padre, para que la disfruta de manera simultánea o consecutiva del periodo de la madre.
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La reducción de jornada por cuidado de un menor se amplía hasta que este tenga 8 años (antes era hasta los 6) y la reducción puede hacerse entre 1/8 y la mitad (antes era entre 1/3 y la mitad). Además las cotizaciones se contabilizarán como el 100% de la jornada durante los 2 primeros años.
1 de julio de 2007: El gobierno ofrece 2.500 € por cada bebé nacido en nuestro país. Aunque a priori parezca una buena medida para ayudar a las familias, está medida fue considerada electoralista y criticada por entregarse a todas las personas por igual, cuando las necesidades de cada familia son bien distintas. Además, no se controlaba el uso que se daba a ese dinero, y entre la población de menor cultura era frecuente que el dinero no se destinara al niño. Seguramente hubieran sido mejor empleados en mejorar los servicios a las familias, mejorando la educación infantil pública, por ejemplo.
12 de mayo de 2010: El gobierno elimina el cheque-bebé para los niños nacidos a partir del 1 de enero de 2011, con lo cual esta medida, que ya era criticada por injusta, además fue efímera y discriminatoria en el tiempo, y estuvo en vigor tan solo 3 años y 6 meses.
25 de septiembre de 2010: Tras hacernos creer que el permiso de paternidad se iba a ampliar hasta las 4 semanas, aprobando la medida en el Congreso (18/6/2009) y en el Senado (23/9/2009), finalmente no entró en los presupuestos de 2011, quedando aplazada sine die.
Por último quería comentar una ley que, aunque no trata el tema de la conciliación, sí creo que tiene que ver con la paternidad y con los niños:
3 de marzo de 2010: Ley orgánica de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo, más conocida como Ley del Aborto. Aunque el gobierno entendía que la nueva ley defiende y protege mejor los derechos de los mujeres, lo cierto es que se ignoran por concreto los derechos del no nacido, ampliando los casos y los plazos para abortar, e incluyendo el aborto libre hasta las 14 semanas. También fue polémico que se pudiera abortar desde los 16 años, y sin consentimiento paterno.
Posiblemente me deje algo, pero he intentado recordar los cambios más importantes y que afectan a más familias. También quisiera abrir el debate sobre estos temas ahora que nos acercamos a las elecciones generales.
Sigue leyendo ->De cómo intentando conciliar fue que nos conciliaron por demás
El año pasado nos quejábamos de los baremos de puntuación utilizados para las becas, dando por hecho que conseguir una plaza en una escuela pública (0-3 años) era aún más complicado. Además, los baremos de puntuación eran parecidos, de manera que las becas se las llevaban generalmente los que serían los primeros en la lista de no admitidos de las escuelas. En particular, el peso que se daba por trabajar a jornada completa (punto 4, apartado 1 del proceso de admisión) era suficiente para establecer el límite mínimo, como pasaba con las becas (artículo 13 de la ORDEN 3336/2010).
Pues mira por donde este año nos encontramos con que habían cambiado ligeramente los baremos para la admisión (no para las becas), y ahora se igualaban los trabajos a jornada parcial o completa. ¡Pues vamos a probar! Y entregando los papeles in extremis, pensando que seríamos un número más en la lista de espera, nos encontramos con que aparecíamos dentro en las listas provisionales.
Sin enrollarme más en esto, resulta que tenemos a las 2 niñas matriculadas en la EI Arce ¡menuda suerte! – nos dice todo el mundo. Me temo que ha quedado gente por detrás que seguramente lo necesite más (sigo pensando que los parados no deberían perder los puntos a la vez que el trabajo), pero me tranquiliza ver que los que venían justo detrás sí que se lo merecían menos (la misma puntuación, pero mayor renta).
Pero la historia que quería contar no era esta, no, que sería demasiado bonito; la historia se complica cuando nos informan de que tenemos que incorporar a la niña en cuanto cumpla los 4 meses, o sino perdemos la plaza – ¿cómo? Si tengo baja hasta los 5 meses – Pues a la niña la llevas a la guarde y así descansas. Otra vez nos rechina escuchar “conciliación de la vida laboral y familiar” si luego te piden que ocupes la plaza antes de terminar la baja maternal, antes también de los 6 meses que recomienda la OMS como lactancia materna exclusiva.
Así que nos dirigimos a la Consejería de Educación para exponerles nuestro caso y básicamente nos dijeron que sí, que la ley dice eso, pero que si no nos gusta que hagamos trampa (que la niña se ha puesto mala, que ahora nos vamos de viaje..). Curiosamente, según hemos ido contando a los amigos nuestro problema, casi todos nos han animado con la misma solución: la llevas el primer día, pero al siguiente se pone mala, etc…
Y es que eso es justo lo que NO queremos, tener que andar con mentiras y excusas para hacer algo que a todo el mundo le parece lógico. Por eso estamos moviéndonos contrarreloj para intentar que nos reserven la plaza hasta octubre sin tener que llevarla con 4 meses, para no perder la lactancia materna y evitar las enfermedades habituales de las guarderías.
Además, estamos buscamos más gente que se encuentre en la misma situación o parecida, para ver si nuestros juntos podemos hacer más fuerza y si nuestros avances pueden servir a más gente. Así que lanzamos estas 3 preguntas:
¿alguien más se encuentra en esta situación en la Comunidad de Madrid?
¿alguien más ha pasado esta situación en la Comunidad de Madrid? ¿qué habéis hecho?
Y en el resto de España, ¿conocéis si existe este plazo de incorporación y cuál es?
Como a nosotros también nos costaba creer que esta normativa fuera así, os ponemos aquí el enlace a la ORDEN 314/2011 publicada en el BOCM, donde aparecen los siguientes artículos:
Artículo 17, punto 3: «Para formalizar la matrícula es necesario que el niño admitido haya nacido. La incorporación al centro se producirá una vez cumplidos los tres meses de edad, pudiendo retrasarse hasta los cuatro meses por decisión familiar, previa comunicación de la familia a la dirección del centro.»
Artículo 26, punto 2: “Causará baja el alumno que no se incorpore al centro, una vez transcurridos siete días naturales del comienzo del curso escolar sin causa justificada notificada por la familia. Asimismo, causará baja el alumno que, una vez incorporado, no asista al centro durante quince días naturales consecutivos sin justificación.”
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De cómo intentando conciliar fue que nos conciliaron por demás
El año pasado nos quejábamos de los baremos de puntuación utilizados para las becas, dando por hecho que conseguir una plaza en una escuela pública (0-3 años) era aún más complicado. Además, los baremos de puntuación eran parecidos, de manera que las becas se las llevaban generalmente los que serían los primeros en la lista de no admitidos de las escuelas. En particular, el peso que se daba por trabajar a jornada completa (punto 4, apartado 1 del proceso de admisión) era suficiente para establecer el límite mínimo, como pasaba con las becas (artículo 13 de la ORDEN 3336/2010).
Pues mira por donde este año nos encontramos con que habían cambiado ligeramente los baremos para la admisión (no para las becas), y ahora se igualaban los trabajos a jornada parcial o completa. ¡Pues vamos a probar! Y entregando los papeles in extremis, pensando que seríamos un número más en la lista de espera, nos encontramos con que aparecíamos dentro en las listas provisionales.
Sin enrollarme más en esto, resulta que tenemos a las 2 niñas matriculadas en la EI Arce ¡menuda suerte! – nos dice todo el mundo. Me temo que ha quedado gente por detrás que seguramente lo necesite más (sigo pensando que los parados no deberían perder los puntos a la vez que el trabajo), pero me tranquiliza ver que los que venían justo detrás sí que se lo merecían menos (la misma puntuación, pero mayor renta).
Pero la historia que quería contar no era esta, no, que sería demasiado bonito; la historia se complica cuando nos informan de que tenemos que incorporar a la niña en cuanto cumpla los 4 meses, o sino perdemos la plaza – ¿cómo? Si tengo baja hasta los 5 meses – Pues a la niña la llevas a la guarde y así descansas. Otra vez nos rechina escuchar “conciliación de la vida laboral y familiar” si luego te piden que ocupes la plaza antes de terminar la baja maternal, antes también de los 6 meses que recomienda la OMS como lactancia materna exclusiva.
Así que nos dirigimos a la Consejería de Educación para exponerles nuestro caso y básicamente nos dijeron que sí, que la ley dice eso, pero que si no nos gusta que hagamos trampa (que la niña se ha puesto mala, que ahora nos vamos de viaje..). Curiosamente, según hemos ido contando a los amigos nuestro problema, casi todos nos han animado con la misma solución: la llevas el primer día, pero al siguiente se pone mala, etc…
Y es que eso es justo lo que NO queremos, tener que andar con mentiras y excusas para hacer algo que a todo el mundo le parece lógico. Por eso estamos moviéndonos contrarreloj para intentar que nos reserven la plaza hasta octubre sin tener que llevarla con 4 meses, para no perder la lactancia materna y evitar las enfermedades habituales de las guarderías.
Además, estamos buscamos más gente que se encuentre en la misma situación o parecida, para ver si nuestros juntos podemos hacer más fuerza y si nuestros avances pueden servir a más gente. Así que lanzamos estas 3 preguntas:
¿alguien más se encuentra en esta situación en la Comunidad de Madrid?
¿alguien más ha pasado esta situación en la Comunidad de Madrid? ¿qué habéis hecho?
Y en el resto de España, ¿conocéis si existe este plazo de incorporación y cuál es?
Como a nosotros también nos costaba creer que esta normativa fuera así, os ponemos aquí el enlace a la ORDEN 314/2011 publicada en el BOCM, donde aparecen los siguientes artículos:
Artículo 17, punto 3: «Para formalizar la matrícula es necesario que el niño admitido haya nacido. La incorporación al centro se producirá una vez cumplidos los tres meses de edad, pudiendo retrasarse hasta los cuatro meses por decisión familiar, previa comunicación de la familia a la dirección del centro.»
Artículo 26, punto 2: “Causará baja el alumno que no se incorpore al centro, una vez transcurridos siete días naturales del comienzo del curso escolar sin causa justificada notificada por la familia. Asimismo, causará baja el alumno que, una vez incorporado, no asista al centro durante quince días naturales consecutivos sin justificación.”
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La familia crece
Por fin llegó el día. Ana Isabel me despertaba de madrugada con la sugerente frase: “ha llegado la hora” Y así fue, nos preparamos rápidamente, avisé a los abuelos y cogí a Sara para meterla en el coche – Papá, ¿es de noche? – preguntaba la pequeña – sí, cariño, duerme un poquito más. Ya en el coche, Sara nos volvía a preguntar – ¿dónde vamos? – y entonces entonamos la cantinela que habíamos practicado los meses anteriores: ¡Que vieeene Cristina! ¡Que vieeene Cristina! Todo fue muy rápido: parto natural, sin epidural y a las 3:45 de la noche llegó Cristina, chiquitita, con 2.660 kg, apenas 2 horas después de haberme despertado.
La familia crece, la familia cambia. Empezamos una nueva etapa, una nueva familia de cuatro, nuevos proyectos y nuevas ilusiones; también nuevos miedos, nuevas dudas: ¿cogerá bien el pecho? ¿engordará y crecerá rápido? ¿le prestaremos la misma atención que tuvo Sara? ¿y el mismo cariño? ¿tendrá Sara celos del bebé?
Cristina nació el 4 de mayo. Han pasado ya más de dos meses y crece sana y feliz; dos meses también que llevamos sin escribir en el blog, pero volvemos de nuevo para contar nuestros cambios, nuestras alegrías y todo lo que vamos aprendiendo de los niños con nuestra nueva maestra.
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Por fin llegó el día. Ana Isabel me despertaba de madrugada con la sugerente frase: “ha llegado la hora” Y así fue, nos preparamos rápidamente, avisé a los abuelos y cogí a Sara para meterla en el coche – Papá, ¿es de noche? – preguntaba la pequeña – sí, cariño, duerme un poquito más. Ya en el coche, Sara nos volvía a preguntar – ¿dónde vamos? – y entonces entonamos la cantinela que habíamos practicado los meses anteriores: ¡Que vieeene Cristina! ¡Que vieeene Cristina! Todo fue muy rápido: parto natural, sin epidural y a las 3:45 de la noche llegó Cristina, chiquitita, con 2.660 kg, apenas 2 horas después de haberme despertado.
La familia crece, la familia cambia. Empezamos una nueva etapa, una nueva familia de cuatro, nuevos proyectos y nuevas ilusiones; también nuevos miedos, nuevas dudas: ¿cogerá bien el pecho? ¿engordará y crecerá rápido? ¿le prestaremos la misma atención que tuvo Sara? ¿y el mismo cariño? ¿tendrá Sara celos del bebé?
Cristina nació el 4 de mayo. Han pasado ya más de dos meses y crece sana y feliz; dos meses también que llevamos sin escribir en el blog, pero volvemos de nuevo para contar nuestros cambios, nuestras alegrías y todo lo que vamos aprendiendo de los niños con nuestra nueva maestra.
Sigue leyendo ->Aprender con el ejemplo
Una frase que utilizamos mucho los padres que tenemos niños pequeños es decir de ellos que “son esponjas”, porque se empapan de todo lo que tienen a su alcance. Aunque lo sepamos y lo veamos, día a día nos sorprendemos de su capacidad de aprendizaje e imitación, y de vernos reflejados en sus gestos, sus expresiones y su manera de comportarse.
Así que ante la pregunta “¿cómo puedo enseñar a mi hij@ a …?” la mayoría de las veces se puede responder como “Hazlo tú, hazlo delante de él y hazlo con él”, lo cuál no quiere decir que sea sencillo. El ejemplo que podemos dar a nuestros hijos es básico en el aprendizaje de valores (honradez, sinceridad, coherencia …) y en el aprendizaje de conductas (ser amable, educado, cariñoso …).
Para mi, darme cuenta de ello me ha llevado a tener más cuidado en mis comportamientos, actitudes y con el lenguaje, ayudándome a crecer y a ser mejor persona; y me siento orgulloso cuando veo como Sara incorpora de manera natural pequeños gestos que me parecen valiosos: tirar las cosas a la basura, ayudar a poner la mesa, compartir, dar un beso al que llora, dar las gracias…
Por supuesto, creo que también hay que prestar atención a lo contrario, es decir, que es difícil que NO aprendan algo que nosotros hacemos mal (con el lenguaje y con los gritos, por ejemplo), o enseñarles a hacer algo que nosotros no hacemos (algo que nos pasa mucho con las comidas).
Estos dos videos cuentan de manera muy gráfica lo que he intentado transmitir: el primero de ellos, que es un poco duro, desde la cara negativa; el segundo, con un enfoque mucho más positivo, para ilusionar a los padres en esta experiencia tan maravillosa.
Aprender con el ejemplo
Una frase que utilizamos mucho los padres que tenemos niños pequeños es decir de ellos que “son esponjas”, porque se empapan de todo lo que tienen a su alcance. Aunque lo sepamos y lo veamos, día a día nos sorprendemos de su capacidad de aprendizaje e imitación, y de vernos reflejados en sus gestos, sus expresiones y su manera de comportarse.
Así que ante la pregunta “¿cómo puedo enseñar a mi hij@ a …?” la mayoría de las veces se puede responder como “Hazlo tú, hazlo delante de él y hazlo con él”, lo cuál no quiere decir que sea sencillo. El ejemplo que podemos dar a nuestros hijos es básico en el aprendizaje de valores (honradez, sinceridad, coherencia …) y en el aprendizaje de conductas (ser amable, educado, cariñoso …).
Para mi, darme cuenta de ello me ha llevado a tener más cuidado en mis comportamientos, actitudes y con el lenguaje, ayudándome a crecer y a ser mejor persona; y me siento orgulloso cuando veo como Sara incorpora de manera natural pequeños gestos que me parecen valiosos: tirar las cosas a la basura, ayudar a poner la mesa, compartir, dar un beso al que llora, dar las gracias…
Por supuesto, creo que también hay que prestar atención a lo contrario, es decir, que es difícil que NO aprendan algo que nosotros hacemos mal (con el lenguaje y con los gritos, por ejemplo), o enseñarles a hacer algo que nosotros no hacemos (algo que nos pasa mucho con las comidas).
Estos dos videos cuentan de manera muy gráfica lo que he intentado transmitir: el primero de ellos, que es un poco duro, desde la cara negativa; el segundo, con un enfoque mucho más positivo, para ilusionar a los padres en esta experiencia tan maravillosa.
¿Más límites o más cariño?
Recientemente estuvimos con un grupo de amigos que también tenían niños pequeños, entre 2 y 4 años, y nos dio tiempo para hablar de muchas cosas. Por supuesto, salieron temas sobre la educación de los hijos e incluso el tema se desvió hacia adolescentes: uno de ellos nos contaba sobre un familiar que de pequeño había sido “un trasto”, y que llegada la adolescencia fue a peor y acabó en un reformatorio; en ese momento respondía otro con un “si es que hay que saber poner los límites a tiempo”; y yo pensaba en voz alta, sin reflexionarlo mucho: “¿hay que poner más límites o más cariño?”. Se quedaron sorprendidos, y seguido comenté que en muchos de los casos con problemas importantes de conducta (como los hijos que pegan a sus padres que vemos en “Hermano mayor”) se debe a que los chicos se han criado en un ambiente con escasez de afecto: padres separados, familias con problemas, maltrato en la pareja o hacia los hijos…
Es cierto que los niños necesitan límites para conocer el ámbito en que pueden moverse y que les da seguridad, pero también es muy importante establecer una relación de afecto, de apego, entre padres e hijos, y no sé si esto se da por supuesto o simplemente se obvia. Por eso, después de haberle dado alguna vuelta más al tema, me pregunto y os pregunto: ¿es más importante marcar unos límites claros que establecer una adecuada relación de apego?, ¿cuándo pueden surgir más problemas, cuando no se establecen los límites o cuando no se expresa suficientemente el cariño?
Mi opinión es que cuando se establece una relación muy cercana de cariño, poner límites es algo natural, no problemático; cuando la relación no es de apego seguro (ya sea que los padres no le han dado importancia o que no lo han conseguido, por causas propias o ajenas) establecer límites adecuados será una tarea compleja. Volviendo al principio, ante un problema de conducta en un chico adolescente o más mayor yo me preguntaría: ¿recibió el cariño suficiente? Entendiendo el cariño en un concepto amplio de recibir cuidados, atención, pasar tiempo juntos, disfrutar en familia, ser cariñosos con el lenguaje y también expresarlo con el contacto físico.
Sigue leyendo ->¿Más límites o más cariño?
Recientemente estuvimos con un grupo de amigos que también tenían niños pequeños, entre 2 y 4 años, y nos dio tiempo para hablar de muchas cosas. Por supuesto, salieron temas sobre la educación de los hijos e incluso el tema se desvió hacia adolescentes: uno de ellos nos contaba sobre un familiar que de pequeño había sido “un trasto”, y que llegada la adolescencia fue a peor y acabó en un reformatorio; en ese momento respondía otro con un “si es que hay que saber poner los límites a tiempo”; y yo pensaba en voz alta, sin reflexionarlo mucho: “¿hay que poner más límites o más cariño?”. Se quedaron sorprendidos, y seguido comenté que en muchos de los casos con problemas importantes de conducta (como los hijos que pegan a sus padres que vemos en “Hermano mayor”) se debe a que los chicos se han criado en un ambiente con escasez de afecto: padres separados, familias con problemas, maltrato en la pareja o hacia los hijos…
Es cierto que los niños necesitan límites para conocer el ámbito en que pueden moverse y que les da seguridad, pero también es muy importante establecer una relación de afecto, de apego, entre padres e hijos, y no sé si esto se da por supuesto o simplemente se obvia. Por eso, después de haberle dado alguna vuelta más al tema, me pregunto y os pregunto: ¿es más importante marcar unos límites claros que establecer una adecuada relación de apego?, ¿cuándo pueden surgir más problemas, cuando no se establecen los límites o cuando no se expresa suficientemente el cariño?
Mi opinión es que cuando se establece una relación muy cercana de cariño, poner límites es algo natural, no problemático; cuando la relación no es de apego seguro (ya sea que los padres no le han dado importancia o que no lo han conseguido, por causas propias o ajenas) establecer límites adecuados será una tarea compleja. Volviendo al principio, ante un problema de conducta en un chico adolescente o más mayor yo me preguntaría: ¿recibió el cariño suficiente? Entendiendo el cariño en un concepto amplio de recibir cuidados, atención, pasar tiempo juntos, disfrutar en familia, ser cariñosos con el lenguaje y también expresarlo con el contacto físico.
Sigue leyendo ->Nuestro primer cumpleblog
Hoy queremos celebrar con todos que hace ya un año que comenzamos con este blog, así que he vuelto a leer nuestra presentación de entonces y puedo decir que suscribo todo lo que decíamos: también este segundo año de Sara lo hemos disfrutado mucho y hemos seguido creciendo juntos.
Entre el primer y el segundo año de un niño se producen importantes cambios, entre los que podemos destacar dos logros: aprender a andar, lo que les da libertad de movimientos, y aprender a hablar, lo que les permite comunicarse. Y junto al desarrollo de Sara, pensamos que también nosotros hemos seguido aprendiendo con ella.
Por eso tenemos muchas ganas de compartir los sentimientos, a veces tan extremos, que se experimentan con la paternidad: ilusión, cariño, dudas, miedo, sorpresa, expectación, paciencia…
También queremos sumarnos a la revolución, romper tópicos, buscar nuestros instintos, escuchar nuestros sentimientos y vivir, compartir y dar a conocer otra forma de crianza a la “formalmente establecida”, a la que vemos en la televisión: ¡otra crianza es posible!
Sigue leyendo ->Nuestro primer cumpleblog
Hoy queremos celebrar con todos que hace ya un año que comenzamos con este blog, así que he vuelto a leer nuestra presentación de entonces y puedo decir que suscribo todo lo que decíamos: también este segundo año de Sara lo hemos disfrutado mucho y hemos seguido creciendo juntos.
Entre el primer y el segundo año de un niño se producen importantes cambios, entre los que podemos destacar dos logros: aprender a andar, lo que les da libertad de movimientos, y aprender a hablar, lo que les permite comunicarse. Y junto al desarrollo de Sara, pensamos que también nosotros hemos seguido aprendiendo con ella.
Por eso tenemos muchas ganas de compartir los sentimientos, a veces tan extremos, que se experimentan con la paternidad: ilusión, cariño, dudas, miedo, sorpresa, expectación, paciencia…
También queremos sumarnos a la revolución, romper tópicos, buscar nuestros instintos, escuchar nuestros sentimientos y vivir, compartir y dar a conocer otra forma de crianza a la “formalmente establecida”, a la que vemos en la televisión: ¡otra crianza es posible!
Sigue leyendo ->10 cosas que hemos aprendido de nuestra hija
«10 cosas que he aprendido de mi hijo es un carnaval de blogs cuyo propósito es hacernos reflexionar, compartir, reír, emocionarnos y facilitarnos una mirada en retrospectiva acerca de cuánto hemos aprendido desde que emprendimos el camino de la maternidad/paternidad.»
Con 2 años que tiene ya Sara, son muchos los cambios que hemos visto en nuestra vida y en nosotros, y ha sido muy intenso el aprendizaje. Ya que mi mujer y yo compartimos el blog, hemos querido también pensar la lista entre los dos, y este es el resultado. Hemos aprendido:
-
A valorar más a nuestros padres y a quererlos más. Ahora entendemos mejor todo el tiempo, trabajo y cariño que se dedica a un hijo, y nos hace más dichosos y agradecidos de lo que hicieron nuestros padres por nosotros.
-
A confiar más en nuestras posibilidades, habilidades e instintos. Hemos descubierto que somos capaces de hacer muchas cosas que antes nos parecían muy difíciles, casi inalcanzables. Ahora nos sentimos más válidos, y nos atrevemos a hacer lo que sentimos, aunque no sea lo que haga la mayoría.
-
Que la vida comienza mucho antes del nacimiento, y que a los niños se les quiere y se les cuida desde el momento de su concepción.
-
A entregarnos en cuerpo y alma sin esperar nada a cambio. Aunque el amor de pareja también conlleva la entrega, la relación de dependencia con un hijo le da un sentido distinto.
-
Que los bebés son mucho más fuertes de lo que nos creemos y el instinto de supervivencia es muy grande desde el primer momento.
-
A expresar lo bien que lo hacen los demás con más frecuencia. A decir te quiero más veces.
-
A querer más a mi pareja por el regalo que me ha hecho de ser padres juntos.
-
A tener más cuidado con el lenguaje: hablando en positivo, expresando los sentimientos, profundizando con lo que decimos…
-
A entender mejor a los niños, a conocer sus sentimientos, a comprender sus necesidades y sus quejas. A darles afecto y mostrarlo con el contacto.
-
A dejarla crecer, acompañarla en su desarrollo, en sus descubrimientos, en sus pequeños logros y, con todo esto, a crecer en familia y como familia.
10 cosas que hemos aprendido de nuestra hija
«10 cosas que he aprendido de mi hijo es un carnaval de blogs cuyo propósito es hacernos reflexionar, compartir, reír, emocionarnos y facilitarnos una mirada en retrospectiva acerca de cuánto hemos aprendido desde que emprendimos el camino de la maternidad/paternidad.»
Con 2 años que tiene ya Sara, son muchos los cambios que hemos visto en nuestra vida y en nosotros, y ha sido muy intenso el aprendizaje. Ya que mi mujer y yo compartimos el blog, hemos querido también pensar la lista entre los dos, y este es el resultado. Hemos aprendido:
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A valorar más a nuestros padres y a quererlos más. Ahora entendemos mejor todo el tiempo, trabajo y cariño que se dedica a un hijo, y nos hace más dichosos y agradecidos de lo que hicieron nuestros padres por nosotros.
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A confiar más en nuestras posibilidades, habilidades e instintos. Hemos descubierto que somos capaces de hacer muchas cosas que antes nos parecían muy difíciles, casi inalcanzables. Ahora nos sentimos más válidos, y nos atrevemos a hacer lo que sentimos, aunque no sea lo que haga la mayoría.
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Que la vida comienza mucho antes del nacimiento, y que a los niños se les quiere y se les cuida desde el momento de su concepción.
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A entregarnos en cuerpo y alma sin esperar nada a cambio. Aunque el amor de pareja también conlleva la entrega, la relación de dependencia con un hijo le da un sentido distinto.
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Que los bebés son mucho más fuertes de lo que nos creemos y el instinto de supervivencia es muy grande desde el primer momento.
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A expresar lo bien que lo hacen los demás con más frecuencia. A decir te quiero más veces.
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A querer más a mi pareja por el regalo que me ha hecho de ser padres juntos.
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A tener más cuidado con el lenguaje: hablando en positivo, expresando los sentimientos, profundizando con lo que decimos…
-
A entender mejor a los niños, a conocer sus sentimientos, a comprender sus necesidades y sus quejas. A darles afecto y mostrarlo con el contacto.
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A dejarla crecer, acompañarla en su desarrollo, en sus descubrimientos, en sus pequeños logros y, con todo esto, a crecer en familia y como familia.
Para la primavera
Hoy queremos compartir públicamente una noticia que los que nos conocéis seguro ya sabéis: ¡ESTAMOS EMBARAZADOS! Vale, ya sé que no es novedad, porque nos quedan sólo un par de meses, pero es que ahora lo vemos muy cercano y nos apetecía ponerlo en el blog. Estamos encantados esperando a la que “parece” una hermanita para Sara, aunque también un poco asustados, porque ya conocemos lo que nos espera en los próximos meses.
Con la noticia, me venía a la memoria el comentario que me hizo mi tío, que ha vivido en el campo y ha criado caballos y otros animales, cuando les anunciábamos que esperábamos en bebé para mayo: “¡qué bien, para la primavera, como los animales!” Y como me quedé un poco perplejo y le pregunté algo más, me explicaba que es el tiempo más favorable para la supervivencia, y que muchos animales parían en esa estación.
Después lo estuve pensando, es verdad que es un tiempo favorable, pero actualmente las parejas planifican (o lo intentan) el periodo o el mes de nacimiento de sus hijos, así que no sabemos si pasaría lo mismo con la especie humana.
Y esta reflexión la quería traer aquí, por una parte porque veo que efectivamente los bebés que nacen en invierno lo tienen más difícil para salir a la calle (menos vitamina D) y pasan peor la temporada de mocos, pero tampoco veo fácil elegir el mes (o la estación) de nacimiento de nuestros hijos, ni tengo claro si “lo natural” sería de verdad que nacieran la mayoría en primavera.
¿Qué os parece? ¿Se está exagerando con la “elección” de las fechas de los nacimientos? ¿Hay factores sociales que presionan para que esto se produzca? ¿Y se acierta? ¿Es ir contra la naturaleza o es parte de nuestra naturaleza?
Nosotros conocemos ahora varios casos de parejas que están teniendo problemas para embarazarse, una vez que han tomado una opción clara, así que opino que la opción de retrasar o programar los nacimientos hay que tenerla también muy clara. Esto nos debe servir para ser conscientes de que tener hijos es un gran motivo de alegría, y como tal lo vivimos nosotros.
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Hoy queremos compartir públicamente una noticia que los que nos conocéis seguro ya sabéis: ¡ESTAMOS EMBARAZADOS! Vale, ya sé que no es novedad, porque nos quedan sólo un par de meses, pero es que ahora lo vemos muy cercano y nos apetecía ponerlo en el blog. Estamos encantados esperando a la que “parece” una hermanita para Sara, aunque también un poco asustados, porque ya conocemos lo que nos espera en los próximos meses.
Con la noticia, me venía a la memoria el comentario que me hizo mi tío, que ha vivido en el campo y ha criado caballos y otros animales, cuando les anunciábamos que esperábamos en bebé para mayo: “¡qué bien, para la primavera, como los animales!” Y como me quedé un poco perplejo y le pregunté algo más, me explicaba que es el tiempo más favorable para la supervivencia, y que muchos animales parían en esa estación.
Después lo estuve pensando, es verdad que es un tiempo favorable, pero actualmente las parejas planifican (o lo intentan) el periodo o el mes de nacimiento de sus hijos, así que no sabemos si pasaría lo mismo con la especie humana.
Y esta reflexión la quería traer aquí, por una parte porque veo que efectivamente los bebés que nacen en invierno lo tienen más difícil para salir a la calle (menos vitamina D) y pasan peor la temporada de mocos, pero tampoco veo fácil elegir el mes (o la estación) de nacimiento de nuestros hijos, ni tengo claro si “lo natural” sería de verdad que nacieran la mayoría en primavera.
¿Qué os parece? ¿Se está exagerando con la “elección” de las fechas de los nacimientos? ¿Hay factores sociales que presionan para que esto se produzca? ¿Y se acierta? ¿Es ir contra la naturaleza o es parte de nuestra naturaleza?
Nosotros conocemos ahora varios casos de parejas que están teniendo problemas para embarazarse, una vez que han tomado una opción clara, así que opino que la opción de retrasar o programar los nacimientos hay que tenerla también muy clara. Esto nos debe servir para ser conscientes de que tener hijos es un gran motivo de alegría, y como tal lo vivimos nosotros.
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