Los Diez Mandamientos…de la familia

 

 

  Hoy, los invito a reflexionar sobre  Los Diez Mandamientos de la familia. Después de todo, solo son diez, uno para cada dedo de las manos. Tómate un minuto y compártelo con los tuyos.

 

©2013-Carlos Torres

I     Amarása tu familia por encima de tu trabajo, pasatiempo o deporte favorito.

 
II    No dirás frente a tu familia palabras que traigan discusión u ofensa.

III   Santificarás las fiestas viviendo y entreteniéndote junto a los tuyos.

IV   Honrarás, respetando al menos, a los padres de tu pareja.

V    No matarás las ilusiones de los tuyos.

VI   No harás nada que afecte la integridad de tu familia.

VII  No hurtarás el tiempo de tu familia.

VIII No menospreciarás las cosas triviales de la vida familiar.

IX   Sé un ejemplo para tus hijos siendo fiel a tu pareja.

X    Repartirás alegría, sabiendo disfrutar de lo que tienes.


¿Y en tu familia, tienen mandamientos? Compártelos aquí para que todos nos beneficiemos.


 

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Los Diez Mandamientos…de la familia

 

 

  Hoy, los invito a reflexionar sobre  Los Diez Mandamientos de la familia. Después de todo, solo son diez, uno para cada dedo de las manos. Tómate un minuto y compártelo con los tuyos.

 

©2013-Carlos Torres

I     Amarása tu familia por encima de tu trabajo, pasatiempo o deporte favorito.

 
II    No dirás frente a tu familia palabras que traigan discusión u ofensa.

III   Santificarás las fiestas viviendo y entreteniéndote junto a los tuyos.

IV   Honrarás, respetando al menos, a los padres de tu pareja.

V    No matarás las ilusiones de los tuyos.

VI   No harás nada que afecte la integridad de tu familia.

VII  No hurtarás el tiempo de tu familia.

VIII No menospreciarás las cosas triviales de la vida familiar.

IX   Sé un ejemplo para tus hijos siendo fiel a tu pareja.

X    Repartirás alegría, sabiendo disfrutar de lo que tienes.


¿Y en tu familia, tienen mandamientos? Compártelos aquí para que todos nos beneficiemos.


 

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Si los niños se acostumbran

En nuestra vida diaria hay muchas cosas que forman parte de nuestra rutina, de nuestra cotidianidad, y hablamos entonces de que nos hemos acostumbrado o malacostumbrado. Curiosamente, la definición de malacostumbrarincluye la doble acepción de adquirir malos hábitos o de mimar en exceso.

En particular, cuando hablamos de los niños, las costumbres están basadas en el cariño, a veces incluso en mucho cariño, y unos pocos pequeños tienen la suerte de estar malacostumbrados, llevando a otros a pensar que en realidad han adquirido malos hábitos. Creo que me estoy liando; en el fondo, creo que la palabra está un poco pervertida ya cuando hablamos de los niños, y no se aplica el mismo criterio cuando se habla de otras relaciones, por ejemplo, de las parejas.

Si un recién nacido llora para que le cojan sus papás en brazos y le coges, te dicen que se malacostumbra(exceso de cariño, recordad); pero si fuera tu pareja quien te llora y te acercas, le das la mano y la consuelas, serás muy sensible (o insensible si no lo haces). Quizás la pregunta no sería tanto si los niños se acostumbran o no a los brazos, sino si cogerlos en brazos es bueno o malo.

Si un niño reclama tu atención para que juegues con él, para que le escuches, y tú coges la costumbrede estar pendiente y hacerle caso, al niño le malacostumbras; pero si es a tu pareja a quien escuchas, a quien acompañas, entonces eres atento, cercano o cariñoso.

De hecho, se considera que el bebé adquiere buenos hábitos cuando se queda tranquilo en la hamaca, cuando después va a la guardería y no llora; después pasará al colegio sin rechistar y se quedará en el comedor para seguir cogiendo buenas costumbres

Y los padres nos contentamos con que es lo mejor para ellos, y que los niños se acostumbran, cuando en el fondo lo que más deseamos es estar con ellos, verles crecer, hacerles reír y compartir las tardes de juegos, dándoles todo el cariño que podamos, incluso en exceso.

Y cuendo cambian las circuntancias y ya no es posible… sí, claro, los niños se acostumbran ¿y nosotros? ¿qué hacemos con nueztroz agujeditoz?

Dedicado a mis niñas y a todas las mamás (y los papás) que dejan a sus bebés para reincorporarse al trabajo

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Si los niños se acostumbran

En nuestra vida diaria hay muchas cosas que forman parte de nuestra rutina, de nuestra cotidianidad, y hablamos entonces de que nos hemos acostumbrado o malacostumbrado. Curiosamente, la definición de malacostumbrarincluye la doble acepción de adquirir malos hábitos o de mimar en exceso.

En particular, cuando hablamos de los niños, las costumbres están basadas en el cariño, a veces incluso en mucho cariño, y unos pocos pequeños tienen la suerte de estar malacostumbrados, llevando a otros a pensar que en realidad han adquirido malos hábitos. Creo que me estoy liando; en el fondo, creo que la palabra está un poco pervertida ya cuando hablamos de los niños, y no se aplica el mismo criterio cuando se habla de otras relaciones, por ejemplo, de las parejas.

Si un recién nacido llora para que le cojan sus papás en brazos y le coges, te dicen que se malacostumbra(exceso de cariño, recordad); pero si fuera tu pareja quien te llora y te acercas, le das la mano y la consuelas, serás muy sensible (o insensible si no lo haces). Quizás la pregunta no sería tanto si los niños se acostumbran o no a los brazos, sino si cogerlos en brazos es bueno o malo.

Si un niño reclama tu atención para que juegues con él, para que le escuches, y tú coges la costumbrede estar pendiente y hacerle caso, al niño le malacostumbras; pero si es a tu pareja a quien escuchas, a quien acompañas, entonces eres atento, cercano o cariñoso.

De hecho, se considera que el bebé adquiere buenos hábitos cuando se queda tranquilo en la hamaca, cuando después va a la guardería y no llora; después pasará al colegio sin rechistar y se quedará en el comedor para seguir cogiendo buenas costumbres

Y los padres nos contentamos con que es lo mejor para ellos, y que los niños se acostumbran, cuando en el fondo lo que más deseamos es estar con ellos, verles crecer, hacerles reír y compartir las tardes de juegos, dándoles todo el cariño que podamos, incluso en exceso.

Y cuendo cambian las circuntancias y ya no es posible… sí, claro, los niños se acostumbran ¿y nosotros? ¿qué hacemos con nueztroz agujeditoz?

Dedicado a mis niñas y a todas las mamás (y los papás) que dejan a sus bebés para reincorporarse al trabajo

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¿Por Qué El Sol Nunca Se Apaga?

¿Por qué el sol nunca se apaga? Ya se imaginan quien hizo la pregunta. Sí, esa misma, la Chiqui. Pero esta vez no fui yo su víctima.

Estaba en una fiesta compartiendo con unas amistades y una amiga comenzó a hablarme sobre las preguntas que hace mi hija. Me dice:

─»Oye, la Chiqui es cosa seria. No te quita el guante de la cara con sus preguntas”.─

Todos en la mesa comenzaron a reírse al recordar algunas de mis columnas e iniciamos un recuento de las más fuertes. Estuvimos un rato “muriéndonos” de la risa y ellos imaginándose mi cara en las diferentes situaciones.

De repente, como si supiera que hablábamos de ella, aparece mi princesa y pregunta:

─»¿De qué se ríen tanto?─

En ese momento se me ocurrió que pasaran por lo mismo que Yo y le digo:

─»Nada mi amor, que fulanita quiere que tú le hagas cualquier pregunta y ella te la va a contestar”.─

Jajajaja. La cara de mi amiga valía un millón. La Chiqui se puso pensativa y luego de unos segundos disparó:

─»Ok. ¿Por qué el sol nunca se apaga?

Hubo un silencio y todos mirábamos fijamente a su víctima. Nadie parpadeaba; ni siquiera respiraban. Mi amiga encogió sus hombros y le dice:

─»No sé. Pero fulano sí sabe la contestación.─ contestó mientras señalaba a un amigo.

Todos nos reímos a carcajadas menos la Chiqui, que esperaba con seriedad una respuesta. Entonces nuestro amigo aclaró un poco su garganta y dice:

─»Uhmm. Ehhh, bueno, el sol está lleno de gases que chocan entre ellos y forman una reacción termonuclear que genera enormes cantidades de energía en forma de luz y calor. Es como la barbacoa de tu Papá, que cuando abres la llave del gas y enciendes un fósforo se prende una llama”.─

Ohhh. Todos nos miramos sorprendidos pero a la misma vez como con ganas de confirmar la información con el genio mayor, Mr. Google©.  Pero la Chiqui siguió en búsqueda de la verdad  y le dice:

─ «Sí, pero a la barbacoa se le acaba el gas. Por lo que al sol se le tendrá que acabar en algún momento”─ ripostó la Chiqui.

Jajajaja. Tenga pa’ que se entretenga. Nos reímos a carcajadas y el pobre chico reaccionó diciendo:

─»Sí nena, pero eso va a ocurrir en millones de años. No te preocupes por eso”.

Si pensaron que ahí quedó todo, se equivocan. Para cerrar con broche de oro mi hija le dice:

─»Además, en mi clase de ciencia nos enseñaron que el fuego se apaga si no tiene oxígeno. ¿Cómo tú me explicas que si en el espacio no hay oxígeno el sol sigue prendido?─

Nadie paraba de reír y a nuestro amigo por poco hay que amarrarle la quijada con cinta adhesiva por lo sorpresiva que fue esa última pregunta.

Se los dije. “No es lo mismo llamar al diablo, que verlo venir”. Con esto quiero decir que no es fácil bregar con las preguntas de mis hijos y “para muestra, un botón basta”.

Una vez más digo: ¡Ser Padre está de Madre!

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¿Por Qué El Sol Nunca Se Apaga?

¿Por qué el sol nunca se apaga? Ya se imaginan quien hizo la pregunta. Sí, esa misma, la Chiqui. Pero esta vez no fui yo su víctima.

Estaba en una fiesta compartiendo con unas amistades y una amiga comenzó a hablarme sobre las preguntas que hace mi hija. Me dice:

─»Oye, la Chiqui es cosa seria. No te quita el guante de la cara con sus preguntas”.─

Todos en la mesa comenzaron a reírse al recordar algunas de mis columnas e iniciamos un recuento de las más fuertes. Estuvimos un rato “muriéndonos” de la risa y ellos imaginándose mi cara en las diferentes situaciones.

De repente, como si supiera que hablábamos de ella, aparece mi princesa y pregunta:

─»¿De qué se ríen tanto?─

En ese momento se me ocurrió que pasaran por lo mismo que Yo y le digo:

─»Nada mi amor, que fulanita quiere que tú le hagas cualquier pregunta y ella te la va a contestar”.─

Jajajaja. La cara de mi amiga valía un millón. La Chiqui se puso pensativa y luego de unos segundos disparó:

─»Ok. ¿Por qué el sol nunca se apaga?

Hubo un silencio y todos mirábamos fijamente a su víctima. Nadie parpadeaba; ni siquiera respiraban. Mi amiga encogió sus hombros y le dice:

─»No sé. Pero fulano sí sabe la contestación.─ contestó mientras señalaba a un amigo.

Todos nos reímos a carcajadas menos la Chiqui, que esperaba con seriedad una respuesta. Entonces nuestro amigo aclaró un poco su garganta y dice:

─»Uhmm. Ehhh, bueno, el sol está lleno de gases que chocan entre ellos y forman una reacción termonuclear que genera enormes cantidades de energía en forma de luz y calor. Es como la barbacoa de tu Papá, que cuando abres la llave del gas y enciendes un fósforo se prende una llama”.─

Ohhh. Todos nos miramos sorprendidos pero a la misma vez como con ganas de confirmar la información con el genio mayor, Mr. Google©.  Pero la Chiqui siguió en búsqueda de la verdad  y le dice:

─ «Sí, pero a la barbacoa se le acaba el gas. Por lo que al sol se le tendrá que acabar en algún momento”─ ripostó la Chiqui.

Jajajaja. Tenga pa’ que se entretenga. Nos reímos a carcajadas y el pobre chico reaccionó diciendo:

─»Sí nena, pero eso va a ocurrir en millones de años. No te preocupes por eso”.

Si pensaron que ahí quedó todo, se equivocan. Para cerrar con broche de oro mi hija le dice:

─»Además, en mi clase de ciencia nos enseñaron que el fuego se apaga si no tiene oxígeno. ¿Cómo tú me explicas que si en el espacio no hay oxígeno el sol sigue prendido?─

Nadie paraba de reír y a nuestro amigo por poco hay que amarrarle la quijada con cinta adhesiva por lo sorpresiva que fue esa última pregunta.

Se los dije. “No es lo mismo llamar al diablo, que verlo venir”. Con esto quiero decir que no es fácil bregar con las preguntas de mis hijos y “para muestra, un botón basta”.

Una vez más digo: ¡Ser Padre está de Madre!

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Papá, ¿por qué nadie ora por el diablo?



Foto de un niño en actitud reverente, sus ojos están cerrados, cabeza inclinada y las manos juntas para orar.
Foto: Flickr | manoj damodaran

¿Alguna vez has pensado en orar por el diablo? Yo nunca, pero mi hija sí. Resulta que la Chiqui estudia en un colegio católico y ya la están preparando para la primera comunión.

Como parte del proceso se les va hablando de diferentes temas y entre ellos está el de orar por los pecadores.

Un día llega del colegio y me hace una de sus famosas preguntas:

─Papá, ¿por qué nadie ora por el diablo?─

Por poco infarto. Las orejas se me pusieron calientes y en ese momento pensé “trágame tierra”. ¿Y ahora qué rayos hago?

─¿Por qué preguntas?─

─Porque mi maestra de religión dice que debemos rezar por los pecadores y su conversión y Yo pienso que si el que nos hace pecar es el diablo, pues tenemos que rezar por él para que no haya más pecado.─

─Humm, buen punto pero la verdad es que esa pregunta es demasiado fuerte y difícil de contestar. Yo creo que ni en Google® encuentro la respuesta. Necesito consultar y te dejo saber.─

Les confieso que de todas las preguntas que me ha hecho hasta ahora, creo que esta es la más compleja. Por tal razón, tuve que hacer una consulta teológica con un amigo sacerdote y de esa conversación esto fue lo que en palabras simples pudimos sacar para que la niña pudiera entender:

“El diablo, antes de ser malo, era un ángel bueno. Pasó por una prueba y eligió hacer lo malo en vez de lo bueno. Por esta razón solo puede hacer lo malo, porque fue su decisión. Lo que podemos hacer con nuestra oración es que Papa Dios limite su poder para que no le permita hacer tanto mal. Y de hecho, así Dios lo hace. Pero nosotros también debemos poner de nuestra parte. Si nos portamos bien, si obedecemos a nuestros padres, si cumplimos con nuestras tareas, limitamos su poder y hacemos que ese enemigo no haga tanto daño”.

¡De verdad que Ser Padre está de Madre! ☺

Y tú, ¿qué hubieses dicho?
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Papá, ¿por qué nadie ora por el diablo?



Foto de un niño en actitud reverente, sus ojos están cerrados, cabeza inclinada y las manos juntas para orar.
Foto: Flickr | manoj damodaran

¿Alguna vez has pensado en orar por el diablo? Yo nunca, pero mi hija sí. Resulta que la Chiqui estudia en un colegio católico y ya la están preparando para la primera comunión.

Como parte del proceso se les va hablando de diferentes temas y entre ellos está el de orar por los pecadores.

Un día llega del colegio y me hace una de sus famosas preguntas:

─Papá, ¿por qué nadie ora por el diablo?─

Por poco infarto. Las orejas se me pusieron calientes y en ese momento pensé “trágame tierra”. ¿Y ahora qué rayos hago?

─¿Por qué preguntas?─

─Porque mi maestra de religión dice que debemos rezar por los pecadores y su conversión y Yo pienso que si el que nos hace pecar es el diablo, pues tenemos que rezar por él para que no haya más pecado.─

─Humm, buen punto pero la verdad es que esa pregunta es demasiado fuerte y difícil de contestar. Yo creo que ni en Google® encuentro la respuesta. Necesito consultar y te dejo saber.─

Les confieso que de todas las preguntas que me ha hecho hasta ahora, creo que esta es la más compleja. Por tal razón, tuve que hacer una consulta teológica con un amigo sacerdote y de esa conversación esto fue lo que en palabras simples pudimos sacar para que la niña pudiera entender:

“El diablo, antes de ser malo, era un ángel bueno. Pasó por una prueba y eligió hacer lo malo en vez de lo bueno. Por esta razón solo puede hacer lo malo, porque fue su decisión. Lo que podemos hacer con nuestra oración es que Papa Dios limite su poder para que no le permita hacer tanto mal. Y de hecho, así Dios lo hace. Pero nosotros también debemos poner de nuestra parte. Si nos portamos bien, si obedecemos a nuestros padres, si cumplimos con nuestras tareas, limitamos su poder y hacemos que ese enemigo no haga tanto daño”.

¡De verdad que Ser Padre está de Madre! ☺

Y tú, ¿qué hubieses dicho?
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20 consejos para comenzar el Nuevo Año

Añadir leyenda

¿Ya hicieron su lista de resoluciones para el año nuevo?

Les confieso que Yo no. Ya tengo bastantes presiones diarias como para echarme encima mucha más. En su lugar, preparé una lista de veinte (20) consejos para disfrutar la vida*, que les entregué a mis hijos para que esta sea su guía en este nuevo año, y toda la vida,  y sean algo así como sus “resoluciones”.

 

Denle una miradita y traten de identificar aquellas cosas que estamos dejando de hacer y que pudieran darnos algo de las riquezas que la vida tiene para nosotros.

 

1-      Escucha buena música todos los días, es auténtico alimento para el alma.

2-      Al despertar cada mañana, hazte un propósito para el día.

3-      Vive con las tres E’s: energía, entusiasmo y empatía.

4-      Juega más que el año pasado.

5-      Lee más libros que el año pasado.

6-      Sueña más mientras estás despierto.

7-      Siéntate en silencio por los menos 10 minutos cada día y medita.

8-      Contempla la naturaleza al menos una vez al día y date cuenta de la majestuosidad del mundo que te rodea.

9-      Trata de hacer reír a por lo menos tres personas cada día.

10-   No dejes pasar la oportunidad de abrazar a quienes amas.

11-   Sonríe y ríe más.

12-   La vida es una escuela y estás aquí para aprender. Los problemas son lecciones y lo que aprendes de estos es para toda la vida.

13-   La vida es muy corta como para perder el tiempo odiando a alguien.

14-   Haz las paces con el pasado y así no arruinará tu presente.

15-   Nadie está a cargo de tu felicidad excepto tú mismo.

16-   No tienes el control de todo lo que te sucede, pero sí de lo que haces con ello.

17-   Aprende algo nuevo cada día.

18-   La envidia es una pérdida de tiempo; tú ya tienes todo lo que necesitas.

19-   Al acostarte en la noche da gracias por lo recibido y logrado en el día.

20-   Disfruta el viaje. Solo tienes una oportunidad.

 

 Ahí los tienen. Sáquenle el máximo y sean felices.

Aprovecho para darles las gracias por leerme, seguirme y  apoyarme durante este año.

 

*Estos consejos los he sacado de: La vida, mi esposa, mis padres, mis amigos, compañeros de trabajo, de la Iglesia, del facebook (jeje), en fin, que de todos he sacado un poquito.

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20 consejos para comenzar el Nuevo Año

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¿Ya hicieron su lista de resoluciones para el año nuevo?

Les confieso que Yo no. Ya tengo bastantes presiones diarias como para echarme encima mucha más. En su lugar, preparé una lista de veinte (20) consejos para disfrutar la vida*, que les entregué a mis hijos para que esta sea su guía en este nuevo año, y toda la vida,  y sean algo así como sus “resoluciones”.

 

Denle una miradita y traten de identificar aquellas cosas que estamos dejando de hacer y que pudieran darnos algo de las riquezas que la vida tiene para nosotros.

 

1-      Escucha buena música todos los días, es auténtico alimento para el alma.

2-      Al despertar cada mañana, hazte un propósito para el día.

3-      Vive con las tres E’s: energía, entusiasmo y empatía.

4-      Juega más que el año pasado.

5-      Lee más libros que el año pasado.

6-      Sueña más mientras estás despierto.

7-      Siéntate en silencio por los menos 10 minutos cada día y medita.

8-      Contempla la naturaleza al menos una vez al día y date cuenta de la majestuosidad del mundo que te rodea.

9-      Trata de hacer reír a por lo menos tres personas cada día.

10-   No dejes pasar la oportunidad de abrazar a quienes amas.

11-   Sonríe y ríe más.

12-   La vida es una escuela y estás aquí para aprender. Los problemas son lecciones y lo que aprendes de estos es para toda la vida.

13-   La vida es muy corta como para perder el tiempo odiando a alguien.

14-   Haz las paces con el pasado y así no arruinará tu presente.

15-   Nadie está a cargo de tu felicidad excepto tú mismo.

16-   No tienes el control de todo lo que te sucede, pero sí de lo que haces con ello.

17-   Aprende algo nuevo cada día.

18-   La envidia es una pérdida de tiempo; tú ya tienes todo lo que necesitas.

19-   Al acostarte en la noche da gracias por lo recibido y logrado en el día.

20-   Disfruta el viaje. Solo tienes una oportunidad.

 

 Ahí los tienen. Sáquenle el máximo y sean felices.

Aprovecho para darles las gracias por leerme, seguirme y  apoyarme durante este año.

 

*Estos consejos los he sacado de: La vida, mi esposa, mis padres, mis amigos, compañeros de trabajo, de la Iglesia, del facebook (jeje), en fin, que de todos he sacado un poquito.

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Presentación de Ludica Mundi

No quería acabar el año sin presentar el proyecto con el que comencé. Fue el día 2 de enero cuando me juntaba con un buen amigo para hablar y soñar un proyecto que conjugara dos elementos que son muy importantes en nuestros momentos vitales: lo lúdico y lo educativo. Ambos pensamos que el juego y la diversión tienen que ser los motores que llevan a los niños a aprender, a desarrollar sus inquietudes, en definitiva, a CRECER. Además, vemos que en el sistema educativo que conocemos, tanto en infantil, en primaria, como en secundaria, hace falta dejar atrás el modelo de aprender conceptos (muchas veces, basado en la memorización) para trabajar un desarrollo mucho más integral de la persona, un aprendizaje que potencie las capacidades y habilidades de cada niño.
Después de muchas reuniones y juegos, con un grupo de personas que llegamos a 15 y finalmente nos quedamos en 4, se hace realidad una parte del proyecto, con la presentación de la página web de Lúdica Mundi (www.ludicamundi.es). Por una parte, arrancamos con un blogdónde iremos contando experiencias y lanzando ideas sobre el juegoy la educación, un tema que nos apasiona y sobre el que queremos investigar, aprender y desarrollar.

A su vez, también hemos creado una tienda on-lineque ofrecerá los juegos de mesa que, después de una gran selección, hemos pensado que son los mejores que podíamos encontrar para empezar. Seguiremos buscando y probando nuevos juegos para ir ampliando esta selección inicial.

Espero que os interese y disfrutéis tanto como nosotros, y que os paséis por el blog para comentar los juegos que os han sorprendido.

Miguel Ángel dijo una vez: “El mayor peligro para la mayoría de nosotros no es que nuestras aspiraciones sean muy altas y las desaprovechemos, sino que son demasiado humildes y las alcanzamos”. Tenemos que aspirar alto y estar decididos a lograrlo.

¡Muchas suerte para el año 2013 que comenzamos!

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Presentación de Ludica Mundi

No quería acabar el año sin presentar el proyecto con el que comencé. Fue el día 2 de enero cuando me juntaba con un buen amigo para hablar y soñar un proyecto que conjugara dos elementos que son muy importantes en nuestros momentos vitales: lo lúdico y lo educativo. Ambos pensamos que el juego y la diversión tienen que ser los motores que llevan a los niños a aprender, a desarrollar sus inquietudes, en definitiva, a CRECER. Además, vemos que en el sistema educativo que conocemos, tanto en infantil, en primaria, como en secundaria, hace falta dejar atrás el modelo de aprender conceptos (muchas veces, basado en la memorización) para trabajar un desarrollo mucho más integral de la persona, un aprendizaje que potencie las capacidades y habilidades de cada niño.
Después de muchas reuniones y juegos, con un grupo de personas que llegamos a 15 y finalmente nos quedamos en 4, se hace realidad una parte del proyecto, con la presentación de la página web de Lúdica Mundi (www.ludicamundi.es). Por una parte, arrancamos con un blogdónde iremos contando experiencias y lanzando ideas sobre el juegoy la educación, un tema que nos apasiona y sobre el que queremos investigar, aprender y desarrollar.

A su vez, también hemos creado una tienda on-lineque ofrecerá los juegos de mesa que, después de una gran selección, hemos pensado que son los mejores que podíamos encontrar para empezar. Seguiremos buscando y probando nuevos juegos para ir ampliando esta selección inicial.

Espero que os interese y disfrutéis tanto como nosotros, y que os paséis por el blog para comentar los juegos que os han sorprendido.

Miguel Ángel dijo una vez: “El mayor peligro para la mayoría de nosotros no es que nuestras aspiraciones sean muy altas y las desaprovechemos, sino que son demasiado humildes y las alcanzamos”. Tenemos que aspirar alto y estar decididos a lograrlo.

¡Muchas suerte para el año 2013 que comenzamos!

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El fin del Mundo

Hoy, al llegar a la casa luego del trabajo, noto a mis hijos un poco ansiosos. Estaban cuchicheando y en sus rostros pude captar algo de miedo. Algo sucede aquí.  Fue lo que pensé. Así que hay que averiguar.

─ ¿Qué les pasa chicos?─ pregunté.

La Chiqui, que es la más vocal de los dos, me dijo:

─Papi, ¿es verdad que el mundo se acaba mañana?─

Ahhh, conque eso es lo que sucede. Pensé.

─Bueno, la realidad es que el fin del mundo es todos los días.─ les dije.

─ ¿Cómo?─ preguntaron.

─ Pues cuando una persona muere, ese es el fin del mundo para esa persona. Como ustedes no saben cuando se van a morir, pues todavía no es el fin del mundo. ─

─Sí Papi, pero ¿porqué la gente está diciendo que mañana es el fin del mundo para todos?.  Que todos nos vamos a morir.─

─Eso no es así. Nadie, absolutamente nadie sabe la fecha del fin del mundo. Chicos, los que piensan así son personas con “sequía espiritual”. ¿Qué les parece si buscamos en la Biblia?

Fui a mi habitación y busqué la Biblia en Mateos 24, 36. Y esto es lo que dice:

“Por lo que se refiere a ese día y cuando vendrá, nadie lo sabe, ni siquiera los ángeles de Dios, ni aún el Hijo, sino solamente el Padre.”

La Chiqui leyendo de la Biblia
©2012-Carlos Torres

 

 

─Bueno chicos, ahí lo tienen. Nadie sabe el día ni la hora. Los que piensan que mañana es el fin del mundo le creen más al Hombre que a Dios. Yo le creo más a Dios, ¿y ustedes?
 
 

 

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El fin del Mundo

Hoy, al llegar a la casa luego del trabajo, noto a mis hijos un poco ansiosos. Estaban cuchicheando y en sus rostros pude captar algo de miedo. Algo sucede aquí.  Fue lo que pensé. Así que hay que averiguar.

─ ¿Qué les pasa chicos?─ pregunté.

La Chiqui, que es la más vocal de los dos, me dijo:

─Papi, ¿es verdad que el mundo se acaba mañana?─

Ahhh, conque eso es lo que sucede. Pensé.

─Bueno, la realidad es que el fin del mundo es todos los días.─ les dije.

─ ¿Cómo?─ preguntaron.

─ Pues cuando una persona muere, ese es el fin del mundo para esa persona. Como ustedes no saben cuando se van a morir, pues todavía no es el fin del mundo. ─

─Sí Papi, pero ¿porqué la gente está diciendo que mañana es el fin del mundo para todos?.  Que todos nos vamos a morir.─

─Eso no es así. Nadie, absolutamente nadie sabe la fecha del fin del mundo. Chicos, los que piensan así son personas con “sequía espiritual”. ¿Qué les parece si buscamos en la Biblia?

Fui a mi habitación y busqué la Biblia en Mateos 24, 36. Y esto es lo que dice:

“Por lo que se refiere a ese día y cuando vendrá, nadie lo sabe, ni siquiera los ángeles de Dios, ni aún el Hijo, sino solamente el Padre.”

La Chiqui leyendo de la Biblia
©2012-Carlos Torres

 

 

─Bueno chicos, ahí lo tienen. Nadie sabe el día ni la hora. Los que piensan que mañana es el fin del mundo le creen más al Hombre que a Dios. Yo le creo más a Dios, ¿y ustedes?
 
 

 

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¡Qué edad más bonita!

Llevábamos unos meses sin escribir en el blog, pero no por falta de ganas ni de experiencias que compartir, sino porque tenemos tantas ocupaciones que no conseguimos parar un rato para dedicarle tiempo. Y una de estas ocupaciones, mejor dicho, dos de estas ocupaciones son nuestras hijas.

Niños realizando una importante investigación
Sara empezó ya el cole “de mayores”, y las dudas y miedos iniciales se van convirtiendo en ilusiones nuevas, muchos amigos y ganas de aprender y descubrir. Su emoción por aprender los números y contar, y también por conocer las letras, contarlas y ordenarlas nos recuerda que la capacidad de aprender que tiene ahora no la volverá a tener cuando vaya creciendo. Aunque a veces resulta cansado es muy divertido buscar respuesta para las preguntas que nos lanza sin parar, y no todas sencillas, por cierto.

Y cuando la vemos como canta y baila, por la calle y en casa, y lo contenta y sonriente que va siempre nos decimos por lo bajo: ¡Qué edad más bonita!

Luego viene Cristina, que con 18 meses repite todo lo que le oye a su hermana, con ese lenguaje tan divertido que tienen los pequeños. Apenas hace 3 meses que se soltó a andar, pero ya le gusta saltar en la cama (sa-tá, en su idioma), trepar el sofá para apagarnos la luz (su-bí), hacer volteretas en la cuna (lo aprendió imitando a la hermana) y subirse a la sillita para ver como cocinamos (a-í-ba). Va dejando atrás su etapa de bebé, y empieza a marcar su personalidad y a ocupar un lugar muy claro en la familia.

Y cuando la vemos echarse encima de su hermana, reír a carcajadas, o la escuchamos cantar el cumpleaños feliz y otras canciones caseras, nos decimos por lo bajo: ¡Qué edad más bonita!

Es cierto, cada edad es tan distinta y crecen tan rápido, que parece que si parpadeas te vas a perder los avances, así que intentamos disfrutar de cada día, acompañarlas y crecer con ellas, y ser conscientes del momento tan especial que supone cada etapa de la infancia.
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¡Qué edad más bonita!

Llevábamos unos meses sin escribir en el blog, pero no por falta de ganas ni de experiencias que compartir, sino porque tenemos tantas ocupaciones que no conseguimos parar un rato para dedicarle tiempo. Y una de estas ocupaciones, mejor dicho, dos de estas ocupaciones son nuestras hijas.

Niños realizando una importante investigación
Sara empezó ya el cole “de mayores”, y las dudas y miedos iniciales se van convirtiendo en ilusiones nuevas, muchos amigos y ganas de aprender y descubrir. Su emoción por aprender los números y contar, y también por conocer las letras, contarlas y ordenarlas nos recuerda que la capacidad de aprender que tiene ahora no la volverá a tener cuando vaya creciendo. Aunque a veces resulta cansado es muy divertido buscar respuesta para las preguntas que nos lanza sin parar, y no todas sencillas, por cierto.

Y cuando la vemos como canta y baila, por la calle y en casa, y lo contenta y sonriente que va siempre nos decimos por lo bajo: ¡Qué edad más bonita!

Luego viene Cristina, que con 18 meses repite todo lo que le oye a su hermana, con ese lenguaje tan divertido que tienen los pequeños. Apenas hace 3 meses que se soltó a andar, pero ya le gusta saltar en la cama (sa-tá, en su idioma), trepar el sofá para apagarnos la luz (su-bí), hacer volteretas en la cuna (lo aprendió imitando a la hermana) y subirse a la sillita para ver como cocinamos (a-í-ba). Va dejando atrás su etapa de bebé, y empieza a marcar su personalidad y a ocupar un lugar muy claro en la familia.

Y cuando la vemos echarse encima de su hermana, reír a carcajadas, o la escuchamos cantar el cumpleaños feliz y otras canciones caseras, nos decimos por lo bajo: ¡Qué edad más bonita!

Es cierto, cada edad es tan distinta y crecen tan rápido, que parece que si parpadeas te vas a perder los avances, así que intentamos disfrutar de cada día, acompañarlas y crecer con ellas, y ser conscientes del momento tan especial que supone cada etapa de la infancia.
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Perdiendo también se gana

¿Quién no ha perdido alguna vez mientras intenta alcanzar una meta? Todos, es la respuesta. Si para nosotros los adultos es frustrante, para un niño lo es más.
Les cuento que mi hija se inscribió en un equipo de fútbol desde el pasado mes de agosto y era la primera vez en su vida que pateaba un balón. Pero eso no era impedimento. Tampoco lo era para los demás miembros del equipo. Ninguno había jugado al fútbol alguna vez.
El equipo se inscribió en la Liga Metropolitana y se enfrentó a equipos formados hace años, con chicos y chicas que juegan desde muy pequeñitos, así que ya se imaginan, comenzaron el torneo perdiendo todos los partidos.
Cada vez se les veía más decepcionados, frustrados.
Un día, al finalizar el partido ─sí, volvieron a perder─ la Chiqui se sentó en el campo y se echó a llorar. De inmediato salí corriendo, me acerqué y le pregunté:

©2012-Carlos Torres
─¿Qué te pasa mi amor?─
─No es justo─ contestó.
─¿Qué no es justo?─ le pregunté.
─Que siempre perdemos. Ya estoy cansada de perder. Quiero ganar aunque sea un juego.─
─Lo sé. No es fácil. Pero tienes que ver que ustedes son un equipo nuevo, que nunca habían jugado este deporte y que están jugando con chicos y chicas que los aventajan en experiencia y en edad. Tu equipo está compuesto por niños y niñas que en su mayoría tienen nueve años, cuando la categoría es de once.─

─Somos unos loosers─ me dijo con sentimiento.
Hasta ahí llegamos. No iba a permitir que usara esas palabras y mucho menos que se las creyera. Así que de inmediato me vino a la mente unas palabras que alguna vez leí en el libro Actitud de vencedor, de John Maxwell y se las repetí.
─Mira Chiqui, el fracaso no significa que eres una fracasada; significa que todavía no has triunfado. Hay que seguir intentando.
El fracaso no significa que no has logrado nada; significa que has aprendido algo.
El fracaso no significa que eres inferior; significa que no eres perfecta.
El fracaso no siginifica que has perdido el tiempo; significa que tienes una excusa para comenzar otra vez y todas las veces que sea necesario.
El fracaso no significa que debes darte por vencida; significa que debes tratar con más fuerzas.
Y por último, el fracaso no siginifica que nunca lo lograrás; significa que debes tener paciencia─
Acto seguido, levantó la vista y con sus ojitos aún mojados por las lágrimas, me regaló una bella sonrisa.
─¿Cómo te sientes ahora?─ le pregunté.
─Mucho mejor. Me siento como una ganadora.─
©2012-Carlos Torres
Actitud de ganadora
─Essso esss. Dame cinco─ mientras chocamos las palmas.
El milagro ocurrió en el juego siguiente. Al parecer la Chiqui inyectó a sus compañeros con una dosis de positivismo y rompieron la mala racha. Al final del torneo se alzaron con la victoria en tres ocasiones. Para mí, son unos campeones.
¿Qué aprendí de esto?
Hay que estar siempre para los hijos. Son en los momentos difíciles cuando más nos necesitan y debemos estar allí para abrazarlos, apoyarlos y levantarles el ánimo. En fín, que todos los que alguna vez lograron algo, primero tuvieron una cadena de fracasos. Que nada nos haga retroceder.
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Perdiendo también se gana

¿Quién no ha perdido alguna vez mientras intenta alcanzar una meta? Todos, es la respuesta. Si para nosotros los adultos es frustrante, para un niño lo es más.
Les cuento que mi hija se inscribió en un equipo de fútbol desde el pasado mes de agosto y era la primera vez en su vida que pateaba un balón. Pero eso no era impedimento. Tampoco lo era para los demás miembros del equipo. Ninguno había jugado al fútbol alguna vez.
El equipo se inscribió en la Liga Metropolitana y se enfrentó a equipos formados hace años, con chicos y chicas que juegan desde muy pequeñitos, así que ya se imaginan, comenzaron el torneo perdiendo todos los partidos.
Cada vez se les veía más decepcionados, frustrados.
Un día, al finalizar el partido ─sí, volvieron a perder─ la Chiqui se sentó en el campo y se echó a llorar. De inmediato salí corriendo, me acerqué y le pregunté:

©2012-Carlos Torres
─¿Qué te pasa mi amor?─
─No es justo─ contestó.
─¿Qué no es justo?─ le pregunté.
─Que siempre perdemos. Ya estoy cansada de perder. Quiero ganar aunque sea un juego.─
─Lo sé. No es fácil. Pero tienes que ver que ustedes son un equipo nuevo, que nunca habían jugado este deporte y que están jugando con chicos y chicas que los aventajan en experiencia y en edad. Tu equipo está compuesto por niños y niñas que en su mayoría tienen nueve años, cuando la categoría es de once.─

─Somos unos loosers─ me dijo con sentimiento.
Hasta ahí llegamos. No iba a permitir que usara esas palabras y mucho menos que se las creyera. Así que de inmediato me vino a la mente unas palabras que alguna vez leí en el libro Actitud de vencedor, de John Maxwell y se las repetí.
─Mira Chiqui, el fracaso no significa que eres una fracasada; significa que todavía no has triunfado. Hay que seguir intentando.
El fracaso no significa que no has logrado nada; significa que has aprendido algo.
El fracaso no significa que eres inferior; significa que no eres perfecta.
El fracaso no siginifica que has perdido el tiempo; significa que tienes una excusa para comenzar otra vez y todas las veces que sea necesario.
El fracaso no significa que debes darte por vencida; significa que debes tratar con más fuerzas.
Y por último, el fracaso no siginifica que nunca lo lograrás; significa que debes tener paciencia─
Acto seguido, levantó la vista y con sus ojitos aún mojados por las lágrimas, me regaló una bella sonrisa.
─¿Cómo te sientes ahora?─ le pregunté.
─Mucho mejor. Me siento como una ganadora.─
©2012-Carlos Torres
Actitud de ganadora
─Essso esss. Dame cinco─ mientras chocamos las palmas.
El milagro ocurrió en el juego siguiente. Al parecer la Chiqui inyectó a sus compañeros con una dosis de positivismo y rompieron la mala racha. Al final del torneo se alzaron con la victoria en tres ocasiones. Para mí, son unos campeones.
¿Qué aprendí de esto?
Hay que estar siempre para los hijos. Son en los momentos difíciles cuando más nos necesitan y debemos estar allí para abrazarlos, apoyarlos y levantarles el ánimo. En fín, que todos los que alguna vez lograron algo, primero tuvieron una cadena de fracasos. Que nada nos haga retroceder.
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10 cosas que jamás le diré a mi hijo adolescente

El otro día, viendo la película Yes Man, me puse a pensar en como sería si yo me convirtiera en un Yes Dad y complaciera a mi hijo en todo lo que pidiera, ahora que ha entrado a la adolescencia. Siempre hay quien piensa que hay que darles lo que a nosotros nos faltó. Pero cuidado, eso puede tener un alto precio. Muchos podemos tener las mejores intenciones, pero podemos terminar malcriando a nuestros hijos.
  
A continuación les presento un listado de las diez cosas que jamás le diría a mi hijo, espero no aflojar rodillas.
1-     Aquí tienes mi tarjeta de crédito con límite de $50 mil. Úsala a tu antojo.
2-     Que tienes un “party” de tu clase! Claro que puedes ir. Es más, me llamas como a las 6 de la mañana y voy y te recojo.
3-     ¿Quieres un teléfono? Te compro el iPhone 5© con un plan de data ilimitada, llamadas internacionales y mensajes de textos ilimitados.
4-     ¿Que te quieres hacer un tatuaje? Suuuper cool. Vamos juntos y nos lo hacemos.
5-     Me voy de viaje con tu Madre. Te quedas solito y  si quieres puedes hacer una fiesta. Te contrato una banda.
6-     Que no quieres ir a la Universidad y hacerte de una carrera para ganarte la vida? Relax, quédate a vivir con nosotros y te cubro tus gastos.
7-     ¿No quieres limpiar tu cuarto? Tranquilo, te contrato una ama de llaves.
8-     ¿Necesitas vacaciones? Te vas para Europa con gastos pagos y de paso te llevas a dos de tus mejores amigos.
9-     ¿Aburrido del menú de tu Madre? Te contrato un chef personal para que complazca cada uno de tus caprichos.
10- ¿Que quieres unos tennis Nike© de $150 dólares? Te compro tres pares para que los alternes.
Como ven, todo tiene un límite. Estoy claro que hay cosas de esta lista que mi hijo llegará a hacer, pero será cuando sea adulto. Mientras viva bajo mi techo, “my rules”.
¿Y tú, qué añadirías a este listado? 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 
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10 cosas que jamás le diré a mi hijo adolescente

El otro día, viendo la película Yes Man, me puse a pensar en como sería si yo me convirtiera en un Yes Dad y complaciera a mi hijo en todo lo que pidiera, ahora que ha entrado a la adolescencia. Siempre hay quien piensa que hay que darles lo que a nosotros nos faltó. Pero cuidado, eso puede tener un alto precio. Muchos podemos tener las mejores intenciones, pero podemos terminar malcriando a nuestros hijos.
  
A continuación les presento un listado de las diez cosas que jamás le diría a mi hijo, espero no aflojar rodillas.
1-     Aquí tienes mi tarjeta de crédito con límite de $50 mil. Úsala a tu antojo.
2-     Que tienes un “party” de tu clase! Claro que puedes ir. Es más, me llamas como a las 6 de la mañana y voy y te recojo.
3-     ¿Quieres un teléfono? Te compro el iPhone 5© con un plan de data ilimitada, llamadas internacionales y mensajes de textos ilimitados.
4-     ¿Que te quieres hacer un tatuaje? Suuuper cool. Vamos juntos y nos lo hacemos.
5-     Me voy de viaje con tu Madre. Te quedas solito y  si quieres puedes hacer una fiesta. Te contrato una banda.
6-     Que no quieres ir a la Universidad y hacerte de una carrera para ganarte la vida? Relax, quédate a vivir con nosotros y te cubro tus gastos.
7-     ¿No quieres limpiar tu cuarto? Tranquilo, te contrato una ama de llaves.
8-     ¿Necesitas vacaciones? Te vas para Europa con gastos pagos y de paso te llevas a dos de tus mejores amigos.
9-     ¿Aburrido del menú de tu Madre? Te contrato un chef personal para que complazca cada uno de tus caprichos.
10- ¿Que quieres unos tennis Nike© de $150 dólares? Te compro tres pares para que los alternes.
Como ven, todo tiene un límite. Estoy claro que hay cosas de esta lista que mi hijo llegará a hacer, pero será cuando sea adulto. Mientras viva bajo mi techo, “my rules”.
¿Y tú, qué añadirías a este listado? 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 
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Papá, ¿cómo se besa a una chica?

Oficialmente mi hijo ha entrado a la adolescencia, etapa que promete mantenerme ocupado leyendo e investigando sobre todos los cambios que le están ocurriendo. Uno de esos cambios es que verá a las chicas de otra forma. Ya no será como “molestosas”, sino que  se sentirá atraído por ellas.

El otro día iba en el auto con él cuando de repente me soltó la bomba.

─Papá, ¿cómo se besa a una chica?preguntó. 
Abrí los ojos como vaca que va pa’l risco y empecé a gaguear.

─Ehhh, ehhh, ehhh, ¿por qué quieres saber?le pregunté con cierta ansiedad.

─Pues porque quiero saber. Eso es todo.

Diosss!  Con tantos tíos y con mayor millaje, me pregunta a mí. Jajaja. Bueno, pero a fin de cuentas soy su padre y es a mí a quien le corresponde. Así que, luego de respirar profundo e invocar al universo algo de inspiración, esto fue lo que le contesté:

©2012-Carlos Torres

─Bueno mi Rey, besar es una forma de expresarle a alguien el amor que sientes por ella. Hay diferentes formas de besar, pero en realidad, un buen beso depende del momento indicado.  Una vez se dé el momento, debes acercarte lentamente a la persona y poco a poco a su boca, mirándola fijamente a los ojos. Cuando tengas tus labios sobre los de la otra persona, cierra tus ojos y bésala suavemente (no seas brusco). Luego te despegas un poquito, abres tus ojos y mira como ha reaccionado tu pareja. Si le gustó, te aseguro que te volverá a besar. ¿Entendiste?

─Eso creo, ¿pero qué pasa si esa chica no me conoce?─preguntó ingenuamente.

─Jajaja, pues prepárate a recibir un buen *pescozón.

Ambos nos reímos a carcajadas y seguimos nuestro camino.

¿Qué aprendí de esto?

Aprendí que este tipo de conversaciones son el resultado de haber trabajado en ganar su confianza y que sea yo su mayor y mejor fuente de información.

*cachetada, bofetada

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Papá, ¿cómo se besa a una chica?

Oficialmente mi hijo ha entrado a la adolescencia, etapa que promete mantenerme ocupado leyendo e investigando sobre todos los cambios que le están ocurriendo. Uno de esos cambios es que verá a las chicas de otra forma. Ya no será como “molestosas”, sino que  se sentirá atraído por ellas.

El otro día iba en el auto con él cuando de repente me soltó la bomba.

─Papá, ¿cómo se besa a una chica?preguntó. 
Abrí los ojos como vaca que va pa’l risco y empecé a gaguear.

─Ehhh, ehhh, ehhh, ¿por qué quieres saber?le pregunté con cierta ansiedad.

─Pues porque quiero saber. Eso es todo.

Diosss!  Con tantos tíos y con mayor millaje, me pregunta a mí. Jajaja. Bueno, pero a fin de cuentas soy su padre y es a mí a quien le corresponde. Así que, luego de respirar profundo e invocar al universo algo de inspiración, esto fue lo que le contesté:

©2012-Carlos Torres

─Bueno mi Rey, besar es una forma de expresarle a alguien el amor que sientes por ella. Hay diferentes formas de besar, pero en realidad, un buen beso depende del momento indicado.  Una vez se dé el momento, debes acercarte lentamente a la persona y poco a poco a su boca, mirándola fijamente a los ojos. Cuando tengas tus labios sobre los de la otra persona, cierra tus ojos y bésala suavemente (no seas brusco). Luego te despegas un poquito, abres tus ojos y mira como ha reaccionado tu pareja. Si le gustó, te aseguro que te volverá a besar. ¿Entendiste?

─Eso creo, ¿pero qué pasa si esa chica no me conoce?─preguntó ingenuamente.

─Jajaja, pues prepárate a recibir un buen *pescozón.

Ambos nos reímos a carcajadas y seguimos nuestro camino.

¿Qué aprendí de esto?

Aprendí que este tipo de conversaciones son el resultado de haber trabajado en ganar su confianza y que sea yo su mayor y mejor fuente de información.

*cachetada, bofetada

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El Niágara en bicicleta

¿Quién no se acuerda cuando aprendió a correr bicicleta sin las rueditas de atrás? ¿Recuerdas que estabas asustado? ¿Recuerdas a tu Padre gritándote “¡Pedalea, pedalea!”? Pues ahora es mi turno de enseñar.

Para unas Navidades, mis hijos pidieron bicicletas y las recibieron. Yo, como todo padre, comencé la tarea de enseñarles, pero mi viejo nunca me dijo que era tan difícil. Así que decidí volver a instalar las famosas rueditas.

Un día, mi hijo salió a correr su bici -aún con las rueditas de atrás- y a los pocos minutos regresó furioso.

─Estúpida bicicleta─gritó.

─¿Qué pasó?─le pregunté.

─Esos niños me dijeron que me veo tonto con las rueditas. Ya no quiero correr más bicicleta─reaccionó.

Fue tan serio el asunto para él, que estuvo dos años si volver a intentarlo.

En todo ese tiempo, insistí y lo motivé pero no tuve éxito.

Confieso que me sentí frustrado. Pensé que había fallado como padre en enseñarle algo tan básico.

Luego, durante este verano, la Chiqui se motivó y lo logramos. Salió corriendo su bicicleta en dos o tres días. Su hermano agarró su bici y  finalmente decidió intentarlo. Yo, ni corto ni perezoso, comencé con mi special project.

Luego de haber trotado el equivalente al maratón de Nueva York -sin rebajar ni una onza de mi panza- con la espalda doblada -aún me duele- y agarrando su asiento por la parte de atrás, finalmente lo logró.

Todo era cuestión de tiempo y paciencia.

Les comparto el video de tan maravilloso momento.

 


 


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El Niágara en bicicleta

¿Quién no se acuerda cuando aprendió a correr bicicleta sin las rueditas de atrás? ¿Recuerdas que estabas asustado? ¿Recuerdas a tu Padre gritándote “¡Pedalea, pedalea!”? Pues ahora es mi turno de enseñar.

Para unas Navidades, mis hijos pidieron bicicletas y las recibieron. Yo, como todo padre, comencé la tarea de enseñarles, pero mi viejo nunca me dijo que era tan difícil. Así que decidí volver a instalar las famosas rueditas.

Un día, mi hijo salió a correr su bici -aún con las rueditas de atrás- y a los pocos minutos regresó furioso.

─Estúpida bicicleta─gritó.

─¿Qué pasó?─le pregunté.

─Esos niños me dijeron que me veo tonto con las rueditas. Ya no quiero correr más bicicleta─reaccionó.

Fue tan serio el asunto para él, que estuvo dos años si volver a intentarlo.

En todo ese tiempo, insistí y lo motivé pero no tuve éxito.

Confieso que me sentí frustrado. Pensé que había fallado como padre en enseñarle algo tan básico.

Luego, durante este verano, la Chiqui se motivó y lo logramos. Salió corriendo su bicicleta en dos o tres días. Su hermano agarró su bici y  finalmente decidió intentarlo. Yo, ni corto ni perezoso, comencé con mi special project.

Luego de haber trotado el equivalente al maratón de Nueva York -sin rebajar ni una onza de mi panza- con la espalda doblada -aún me duele- y agarrando su asiento por la parte de atrás, finalmente lo logró.

Todo era cuestión de tiempo y paciencia.

Les comparto el video de tan maravilloso momento.

 


 


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Te regalo un cuento

Hay un refrán que dice: “hijo de gato, caza ratón”. Con esto les quiero decir que cuando los hijos nos ven hacer cosas, nos quieren imitar. Un ejemplo de esto es que la Chiqui me ha visto escribiendo y ella también se ha interesado en escribir. La diferencia es que yo no soy escritor, sino más bien un narrador de los eventos de mis hijos. Ella en cambio, sí es una escritora porque todo lo que escribe es producto de su imaginación, y eso no es fácil.

Otra cosa que ha empezado a imitar es hacer obras de caridad, ya que su madre se involucra en muchos proyectos de esta índole (shhhh, que mi esposa no se entere porque no le gusta que nadie sepa que lo hace). Un ejemplo de esto sucedió el pasado 21 de julio de 2012 en el Hospital de Niños San Jorge.

Allí nos dimos cita por invitación de  una organización sin fines de lucro llamada Un rayito de sol en tu habitación para entregar una mochila, que en su interior tuviese artículos escolares, a los pacientes del piso de oncología. Mi esposa y una compañera de trabajo prepararon  una y fuimos a entregarla.

Nos acomodamos junto a la mesa y cuando venían los niños les entregábamos la que más les gustara.

De repente, llega este angelito en brazos de su padre. Una niña de algunos cuatro años, con los ojos más hermosos que he visto y con una mirada tierna. Buscaba entre las mochilas y al fin encontró la que le gustaba.

En ese instante noté que mi hija buscaba algo en su cartera. De ella sacó unos papeles y se dirigió al padre de la niña:

─Permiso, ¿le puedo regalar un cuento a su hija?, preguntó.

─Claro, dijo él.

Es aquí que se me formó un nudo en la garganta y me emocioné muchísimo. La Chiqui se desprendió de uno de sus cuentos para regalárselo a aquella pequeña.

Le entrega el cuento a la niña y le dice:

©2012-Carlos Torres
─Dile a papá que te lo lea cuando te sientas un poquito mal para que te alegre.

Luego se acerca al padre y le dice:


─Por favor, léaselo para que se sienta mejor.


─Así lo haré, no te preocupes.

Yo, al ser testigo de aquello, no me pude sentir más orgulloso de mi hija.


De regreso a casa vamos hablando de la actividad y de repente la nena me pregunta:


─Papi, ¿Cuál es tu propósito en la vida?



Uff, que fuerte la preguntita. Demasiado profunda para una niña de su edad.

─Ehh, pues pienso que protegerlos, amarlos, darles una buena educación y muchas cosas más. ¿Y el tuyo, cuál es?, le pregunté.


─Ser feliz y hacer feliz a los demás.


Wow, y bien que sí. Acababa de darme el mejor ejemplo al regalarle un cuento a aquel angelito, que lo recibió con una enorme sonrisa.

¿Qué aprendí de esto?


Lo que sembramos es lo que cosechamos. Sigamos siendo buen ejemplo para nuestros hijos y de seguro las cosas mejorarán.
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Te regalo un cuento

Hay un refrán que dice: “hijo de gato, caza ratón”. Con esto les quiero decir que cuando los hijos nos ven hacer cosas, nos quieren imitar. Un ejemplo de esto es que la Chiqui me ha visto escribiendo y ella también se ha interesado en escribir. La diferencia es que yo no soy escritor, sino más bien un narrador de los eventos de mis hijos. Ella en cambio, sí es una escritora porque todo lo que escribe es producto de su imaginación, y eso no es fácil.

Otra cosa que ha empezado a imitar es hacer obras de caridad, ya que su madre se involucra en muchos proyectos de esta índole (shhhh, que mi esposa no se entere porque no le gusta que nadie sepa que lo hace). Un ejemplo de esto sucedió el pasado 21 de julio de 2012 en el Hospital de Niños San Jorge.

Allí nos dimos cita por invitación de  una organización sin fines de lucro llamada Un rayito de sol en tu habitación para entregar una mochila, que en su interior tuviese artículos escolares, a los pacientes del piso de oncología. Mi esposa y una compañera de trabajo prepararon  una y fuimos a entregarla.

Nos acomodamos junto a la mesa y cuando venían los niños les entregábamos la que más les gustara.

De repente, llega este angelito en brazos de su padre. Una niña de algunos cuatro años, con los ojos más hermosos que he visto y con una mirada tierna. Buscaba entre las mochilas y al fin encontró la que le gustaba.

En ese instante noté que mi hija buscaba algo en su cartera. De ella sacó unos papeles y se dirigió al padre de la niña:

─Permiso, ¿le puedo regalar un cuento a su hija?, preguntó.

─Claro, dijo él.

Es aquí que se me formó un nudo en la garganta y me emocioné muchísimo. La Chiqui se desprendió de uno de sus cuentos para regalárselo a aquella pequeña.

Le entrega el cuento a la niña y le dice:

©2012-Carlos Torres
─Dile a papá que te lo lea cuando te sientas un poquito mal para que te alegre.

Luego se acerca al padre y le dice:


─Por favor, léaselo para que se sienta mejor.


─Así lo haré, no te preocupes.

Yo, al ser testigo de aquello, no me pude sentir más orgulloso de mi hija.


De regreso a casa vamos hablando de la actividad y de repente la nena me pregunta:


─Papi, ¿Cuál es tu propósito en la vida?



Uff, que fuerte la preguntita. Demasiado profunda para una niña de su edad.

─Ehh, pues pienso que protegerlos, amarlos, darles una buena educación y muchas cosas más. ¿Y el tuyo, cuál es?, le pregunté.


─Ser feliz y hacer feliz a los demás.


Wow, y bien que sí. Acababa de darme el mejor ejemplo al regalarle un cuento a aquel angelito, que lo recibió con una enorme sonrisa.

¿Qué aprendí de esto?


Lo que sembramos es lo que cosechamos. Sigamos siendo buen ejemplo para nuestros hijos y de seguro las cosas mejorarán.
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Central Market, el mercado orgánico

El mercado. Ese gran lugar que te dice mucho ( o todo) del lugar que visitas. además, éste es considerado como un lugar turístico. Turístico no sé, pero divertido es una rato. Además de poder disfrutar de un concierto en directo los fines de semana de 6:30 a 9:00 (pm) y tener un playground donde […]

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Papá, ¿qué es sex offender?

En días recientes, mi hijo tomó mi teléfono para, como es su costumbre, jugar. Pero antes de abrir algún juego se dedicó a revisar todas las aplicaciones que tengo en el celular, cuando de repente me pregunta:
─Papá, ¿qué es sex offenders?─
© 2012-Carlos Torres
Eah rayete ! Me fastidié, ahora hay que explicar.
─¿Porqué preguntas papi?─
─¿Por que está en tu teléfono?─
Ahora sí que no hay escapatoria. Le tengo que decir para que aprenda.
Aproveché y llamé a la chiqui para hablarles a los dos.
─Bueno chicos. Un ofensor sexual es una persona que le gusta tocar de manera impropia a los niños─
─¿Y qué es impropia?─ Preguntó la nena
─Ehhh, pues que le gusta tocar las partes privadas de un niño o niña─
─¡QUÉEEEEE!─ Gritó mi hijo
─No solo eso. Pueden pedirle al niño o niña que le toquen sus partes, o peor aún, que le besen sus partes o hasta penetrar el ano o la vagina con su pene─
─¡ESO ES ASQUEROSO!─ Dijo él
─Lo sé mi amor y por eso se los digo, para que no les pase eso. Quiero que entiendan que nadie, absolutamente nadie, les puede tocar sus partes ni pedirles que le toquen las partes a otra persona. Ni papá, ni mamá, nigún familiar lo puede hacer. Solo si están enfermos y un médico los tiene que ver, pero frente a mí o frente a mamá. Bajo ninguna otra circunstancia los pueden tocar. ¿Está claro?─
─Sí, papá.─ Dijeron casi al unísono
─Chicos, por eso tengo esas aplicaciones en el teléfono, porque me indica si hay un ofensor sexual cerca de nosotros y hasta me muestra una foto para que lo pueda identificar.
Al final de toda la charla, mi niño me dijo:
─Gracias por protegernos papá. Y que bueno que tienes esa aplicación. ¡Eres el mejor padre delmundo!


© 2012- Carlos Torres


¿Qué aprendí de esto?

Aprendí que no hay que tener miedo de hablar estos temas con tus hijos. Sería peor no hacerlo. Tenemos que protegerlos y valernos de todo lo que esté a nuestro alcance para lograrlo. Les recomiendo que si pueden, obtengan estas aplicaciones gratis para sus teléfonos. Mas vale precaver que tener que remediar.
Pueden dejar un comentario.
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Papá, ¿qué es sex offender?

En días recientes, mi hijo tomó mi teléfono para, como es su costumbre, jugar. Pero antes de abrir algún juego se dedicó a revisar todas las aplicaciones que tengo en el celular, cuando de repente me pregunta:
─Papá, ¿qué es sex offenders?─
© 2012-Carlos Torres
Eah rayete ! Me fastidié, ahora hay que explicar.
─¿Porqué preguntas papi?─
─¿Por que está en tu teléfono?─
Ahora sí que no hay escapatoria. Le tengo que decir para que aprenda.
Aproveché y llamé a la chiqui para hablarles a los dos.
─Bueno chicos. Un ofensor sexual es una persona que le gusta tocar de manera impropia a los niños─
─¿Y qué es impropia?─ Preguntó la nena
─Ehhh, pues que le gusta tocar las partes privadas de un niño o niña─
─¡QUÉEEEEE!─ Gritó mi hijo
─No solo eso. Pueden pedirle al niño o niña que le toquen sus partes, o peor aún, que le besen sus partes o hasta penetrar el ano o la vagina con su pene─
─¡ESO ES ASQUEROSO!─ Dijo él
─Lo sé mi amor y por eso se los digo, para que no les pase eso. Quiero que entiendan que nadie, absolutamente nadie, les puede tocar sus partes ni pedirles que le toquen las partes a otra persona. Ni papá, ni mamá, nigún familiar lo puede hacer. Solo si están enfermos y un médico los tiene que ver, pero frente a mí o frente a mamá. Bajo ninguna otra circunstancia los pueden tocar. ¿Está claro?─
─Sí, papá.─ Dijeron casi al unísono
─Chicos, por eso tengo esas aplicaciones en el teléfono, porque me indica si hay un ofensor sexual cerca de nosotros y hasta me muestra una foto para que lo pueda identificar.
Al final de toda la charla, mi niño me dijo:
─Gracias por protegernos papá. Y que bueno que tienes esa aplicación. ¡Eres el mejor padre delmundo!


© 2012- Carlos Torres


¿Qué aprendí de esto?

Aprendí que no hay que tener miedo de hablar estos temas con tus hijos. Sería peor no hacerlo. Tenemos que protegerlos y valernos de todo lo que esté a nuestro alcance para lograrlo. Les recomiendo que si pueden, obtengan estas aplicaciones gratis para sus teléfonos. Mas vale precaver que tener que remediar.
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¿Y tu agüela, aonde ejtá?

(¿Y tu abuela, dónde está?)

¿Quién no ha escuchado antes esta frase? En Puerto Rico es bien común y la utilizamos para, de cierta forma, recordarnos que venimos de una mezcla de tres razas, el indio taíno, el español y el negro africano.

Bien, se preguntarán por qué hablo de esto. Pues les cuento. Mi hijo estaba pasando unos días con su abuela (mi Santa Madre) y de repente le sale con la siguiente pregunta:

─Abuela, ¿Tío Javi salió de tu barriga o es adoptado?  preguntó con su habitual ingenuidad.

A mami le da un ataque de risa.

─JAJAJAJA .  ¿Porqué preguntas papi?

Tío Javi y sus hermanos
©2012-Carlos Torres
─Pues, porque mi papá y mis otros tíos son blancos y tío Javi es negro. 

─JAJAJAJA (Aún no se compone). Dame un momento y te explico.

Pasaron unos minutos y cuando al fin se le pasó la risa, le contestó lo siguiente:

─Mi amor. Tío Javi salió de mi barriga y no es adoptado. Eso se llama genética. Hay cosas que heredamos y otras que no. Así como tu papá heredó mi color de ojos, tío Javi heredó el color de piel de mi mamá y de mi tío Virgilio.

Cuando tú seas grande,  te cases y tengas hijos, pues quizás ellos hereden tu color de ojos o el de los míos y hasta es posible que hereden el color de piel de tu tío o de tu bisabuela. ¿Entendiste?

─ Eso creo

Mi padre, quien estaba presente, no paraba de reír y tomó el teléfono para intentar contarme lo sucedido. No fue hasta unos minutos después que se calmó y pudo decirme, aún entre risas, la ocurrencia de mi hijo.

Yo les confieso que estuve casi 10 minutos riéndome e imaginándome la escena. Al final, el chico nos hizo el día.

Y ahora te pregunto yo, ¿y tu agüela, aonde ejtá?

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