¿Dónde están los padres tras escuchar la devastadora frase “no hay latido”? – @papabichoraro

Este año en el #MesPadre que lanzan los papás blogueros para hablar de dónde están los padres en distintos sitios o aspectos de la crianza de sus criaturas, yo voy a intentar reflexionar sobre el tema que llevo escribiendo (lo poco que lo hago) en los últimos años. La muerte gestacional y perinatal es un tabú en la sociedad y casi no se habla de ello, y los padres permanecemos también callados. Tengo la sensación que en general se intenta ocultar porque la gente piensa que si no se habla es como si no existiera, pero no es así… Por desgracia, es mucho más habitual de lo que pensamos. Seguro que aunque no lo sepas, alguna persona cercana a ti en tu familia, en el trabajo, en tu grupo de amigos o algún vecino/vecina ha tenido que pasar por ello.

Cartelería Dónde están los padres

Volviendo al tema ¿Dónde están los padres tras escuchar la devastadora frase “no hay latido”? Si me preguntaras esto en frío, lo primero que te contestaría sería “los padres están llorando a escondidas” porque los papás también tenemos sentimientos aunque nos cueste expresarlos y nos hayan educado en una sociedad machista donde los hombres no lloran, y debemos ser fuertes.

Pero realmente los hombres en duelo tras sufrir la pérdida de un hijo antes de tiempo,  estamos en muchos sitios… 

De cara a la gente estamos al lado de la madre “cuidandola” como podemos, porque en mi caso me estuve preparando durante 9 meses para ser padre y de repente todo se fastidió y no era capaz de cuidar de mí… Todo nuestro entorno me decía cuidala y yo lo intentaba hacer lo mejor posible.

Como todo el mundo se preocupaba por la madre, porque entiendo que ella lo podría pasar mucho peor que yo ya que le había llevado dentro durante 9 meses, había crecido en su tripa y su cuerpo se había transformado para que se formase una nueva vida, para que creciese nuestro bebé, pero… Ya no estaba, esa tripita se había quedado vacía y su cuerpo no sabía lo que había pasado, tuvo que vivir un postparto sin su amado hijo a su lado. En esos momentos en los que todo el mundo se preocupaba por la mamá, yo me sentía como si fuera invisible, como si no estuviera.

Pero esta sociedad hace 8 años, espero que en este tiempo haya mejorado, no estaba preparada o no quería estarlo para estas cosas, y tuve que hacer trámites para los que nadie me supo aconsejar… Tuve que ir al registro, para que me dijeran que ya no se registraban esos nacimientos, tras unas horas de espera. Recuerdo ese día en el registro, durante todo ese tiempo sólo tenía ganas de llorar, pero no lo hacía, me costaba llorar en público, estaba sentado esperando que llegase mi turno preguntándome continuamente ¿Por qué a mi? ¿Por qué a nosotros? Durante los primeros días estaba completamente perdido, ante los trámites habituales que hay que hacer en un nacimiento, porque en mi caso como nació sin vida nadie me sabía decir que tenía que hacer, no conocía a nadie a quien preguntar, los profesionales tampoco tenían ni idea y no me sabían informar… 

Para mí, mi hijo había existido y la sociedad no quería reconocerlo… Estaba cabreado sin saber que hacer, ya era bastante duro la pérdida de un hijo como para tener que estar contando todo cada vez que tenía que realizar un trámite, y encima luego la mayoría no eran necesarios. No sólo fue el registro, también fui a gestionar el permiso por paternidad y me dijeron que no tenía derecho a el, porque mi hijo no había estado separado de su mamá con vida al menos 24 horas… Con estas palabras tan duras (más o menos parecidas) me explicaron que tendría que haber ido a trabajar a los  4 días de nacer mi hijo (porque nació un jueves y los días por ingreso de la madre si me correspondían).

No entendía cómo la sociedad quería ocultar a mi hijo, ¿por qué no me dejaban que lo registrara? ¿Por qué no tenía derecho a un permiso de paternidad? ¿Por qué no me dejaban vivir mi duelo como padre de un hijo que se fue antes de tiempo? Si mi hijo había existido, había nacido y mi mujer tenía que vivir su postparto junto a su duelo, si todo el mundo me decía cuidala ¿Por qué no me dejaban cuidar de ella y lo ponían tan difícil? Todo esto me hacía estar hundido.

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Los padres en estos casos estamos en duelo, un duelo muy difícil de llevar porque como dice mucha gente lo más duro que puede vivir un padre es la muerte de un hijo, pues imagínate como me sentía si sólo pude disfrutar de mi bebé durante 39 semanas y dentro de la tripita de su madre, si todo lo que había preparado para él, lo tuve que desmontar y guardar… Su cuna, su carrito, su armario con toda la ropa que le habíamos comprado durante esos meses. 

Acabo agradeciendote que hayas llegado aquí en la lectura, haciendo un breve resumen a la pregunta de ¿Dónde están los padres tras escuchar la devastadora frase “no hay latido”? Los padres ante la muerte gestacional o perinatal de un hijo están llorando a escondidas, abrazando a la madre y en muchos casos llorando juntos, haciéndose el fuerte de puertas para fuera porque es lo que le exigen las personas cercanas, viviendo su duelo, recordando a su bebé al que la sociedad quiere esconder y mucha gente olvidar… Muchos seguro que les gustaría estar gritando a esta sociedad ¡YO SOY PADRE! 

Un fuerte abrazo a todas las familias que han vivido la marcha de su bebé antes de tiempo.


Papá Bicho Raro se define como:

Soy un papá de una estrella y dos soles. Intenté ser bloguero contando la aventura de ser un padre algo distinto… Un papá bicho raro…o no tanto
papabichoraro.wordpress.com

8 comentarios sobre “¿Dónde están los padres tras escuchar la devastadora frase “no hay latido”? – @papabichoraro

  1. Muchas gracias por el escrito y por dar visibilidad tanto a los duelos gestacionales/perinatales como a la figura del padre,

    Mi nombre es Gustavo y también soy padre de Dylan, nuestro bebé estrella que nos dejó en Agosto pasado a las 17 semanas de gestación.

    Han sido los 7 meses más duros de nuestra vida sin duda, y en mi caso también tuve que escuchar mucho el se fuerte para tu mujer, sois jóvenes , etc

    Aunque evidentemente las primeras semanas mi prioridad era atender y ayudar a mi mujer quien tuvo que parir a nuestro hijo ya fallecido, herida por tanto a nivel físico y emocional, el tener que contener mi dolor al principio hizo que me derrumbara después, ya que por supuesto yo también sufría la pérdida y tenía que seguir como si nada,

    Por suerte encontramos un grupo de apoyo al duelo gestacional y perinatal que nos ha ayudado mucho en nuestro dolor aunque aún estamos transitando el duelo,

    En el día del padre que se aproxima no sé cómo voy a sentirme ya que yo soy padre de Dylan mi primer y de momento único hijo pero la sociedad no lo ve así,

    Un abrazo de parte de otro padre en duelo por su bebé

    1. Gracias Gustavo por tus palabras, te mando un abrazo grande y lamento un montón vuestra perdida. El duelo es algo que todos los papás que hemos vivido algo así tenemos que pasar, y cada uno a su ritmo… Yo tuve momentos muy duros porque me sentía incomprendido durante ese duelo 🙁 .

      Si en cualquier momento necesitas hablar con algún papá que haya pasado por algo similar, puedes contactar conmigo.

      Un abrazo!!!

  2. Hola.

    Me llamo Amable y soy el papá de Ángel, mi primer hijo, que murió en la semana 34 de gestación. Lo primero es darte las gracias por tu texto, no hay muchos papás que hablemos de esto abiertamente y al hacerlo nos visibilizas a todos, a papás, mamás y bebés.

    Es terrible perder a un hijo, nadie nos prepara para ello y tampoco nadie quiere hablar del tema. Estamos solos, con nuestras compañeras y en el mejor de los casos la familia y algún amigo cercano, sin apenas desahogo. Nadie quiere hablar de que los bebés se mueren, pero es cierto, se mueren. Y desgraciadamente en más ocasiones de las que pensamos. Es un tema tabú, casi invisible, y por eso es importante hablar de él, así que por eso, gracias.

    No sé que decirte, poco puedo contarte que no sepas, cómo se siente uno, la enorme tristeza que te llena, la soledad, el vacío, la pena, la desesperación o el enorme amor que habías estado preparando durante meses y que se queda sin un destino tangible, que puedas tocar, abrazar o besar. El futuro se paraliza de repente y nada de lo que tenías preparado alcanza su destino. La pérdida de un bebé es un tajo rápido y cortante en el alma de un papá y una mamá.

    Yo nunca volví a ser el mismo y creo que jamás lo seré. De una manera rara soy el de siempre, me gustan las cosas de siempre, disfruto como siempre pero ya nunca de la misma manera. Siempre hay un sentimiento contenido, un poco de mí que no sale, que se queda guardadito.

    Tres años después de morir Ángel nació mi hija Nora. El miedo a que ocurriera lo mismo lo tuve desde el minuto uno que supimos del embarazo hasta el último minuto antes de nacer. Siendo un embarazo sin ningún problema no lo pude vivir nunca cómo tal, cada visita a la ginecóloga era una sensación de que el centro de la tierra me atrapaba, que no había aire que respirar ni sitio donde ponerme. Mi propia vida se contraía y el tiempo se paraba. ¿Estará todo bien? ¿Habrá latido? Por favor, que no vuelva a pasar, no lo podré volver a soportar, si vuelve a ocurrir me muero, no quiero volver a vivir algo así, por qué a nosotros, qué hemos hecho…

    Cuando nació mi hija pensé que todo el amor físico que no había podido darle a Ángel iría para ella. Nada más lejos de la realidad. Quiero a mi niño estrella y a mi niña arcoiris de la misma manera, están continuamente los dos presentes en mi vida.

    No se puede sacar nada bueno de la muerte de un hijo, no hay un beneficio, porque nunca debería haber pasado. Pero el amor que siento por él para mi es un tesoro, que me da fuerzas y que me prepara para todo. Ángel me enseñó a ser papá, me enseñó a amar cómo no se puede amar ninguna otra cosa y aunque le echo de menos y sufro todos los días, no retrocedería nunca en el tiempo a antes de su concepción, porque sin su amor ya no podría vivir, es mi tesoro, mi fuerza, mi bastón para ser paciente, tranquilo, templado y justo.

    Y algún día volveremos a estar juntos y podré unirme con él de alguna manera y abrazarlo y darle las gracias.

    Y gracias a ti por darme la posibilidad de escribir en algún lado estas palabras. Un abrazo fuerte para ti y otro para Gustavo.

    1. Gracias Amable por tu testimonio me identifico un montón con el, yo he tenido dos soles después de mi hijo estrella y los embarazos fueron muy, muy, muy duros, el primero necesité ayuda profesional y con el segundo empecé a escribir sobre el duelo, que era algo que me ayudaba bastante.

      Una de las cosas que me marcó mucho la perdida de mi hijo, es que desde entonces cuando alguien me comenta que va a ser mamá o papá, me cuesta un montón dar la enhorabuena porque lo que me pasó a mi, como has comentado, pasa más de lo que nos pensamos y es tan duro que nadie debería vivirlo.

      Nuestros hijos siempre vivirán en nuestro recuerdo, les amamos desde que supimos que íbamos a ser papás y lo seguiremos haciendo siempre.

      Muchas gracias de verdad por compartir con nosotros estas líneas y un abrazo grande.

  3. Gustavo, Ivan, Amable, soy una mamá que se despidió de su bebe estrella Hugo, el 30/12/17 y recibió a su bebé arcoiris el 17/02/20, en medio de los dos, un aborto, un embarazo ectopico, 2 operaciones.. Una odisea que no acababa nunca.. Yo como madre observo que he sentido y pasado por los mismos sentimientos y pensamientos que vosotros.. Siempre pensé que las mujeres lo sentíamos diferente, pero acabo de comprobar gracias a vosotros que no es así, que os sentíis exactamente igual.. Por mi parte os agradezco vuestros relatos ya que así las mamás podemos entenderos un poco más y en general agradecer vuestra labor, vuestra fortaleza para cuidar de las mamás aún rotos por dentro y os mando un abrazo a vuestros almas y a vuestros hijos, que estoy segura que todos estarán en un sitio especial, cuidandonos y siendo muy felices!

  4. Hola!! Han descrito muy bien las palabras que me dijo mi marido al tiempo de pasar por un trago tan duro. Tenía la sensación que era invisible, que él también lo pasaba mal … pero gracias a él y su apoyo aprendimos a vivir con el dolor, porque no se va no se olvida. Aprendes a vivir con ello simplemente. Abrazos

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