Abrumados… pero no nos callamos

Abrumados… pero no nos callamos

Absolutamente desolados con la actualidad.

En unos días, en Italia, políticos del más alto nivel proponen censar a las personas gitanas residentes en el país y lamentan, a la vez, que habrá bastantes a quienes no puedan expulsar. Supongo que lo que lamentan es que una parte de los italianos sea gitana. Desde miles de kilómetros de distancia, en el país mal llamado, a mi modo de ver, de los sueños y oportunidades, cierto energúmeno de peinado en forma de plato típico francés decide separar a los niños que cruzan la frontera indocumentados, de sus padres. Todo ello excusándose en una ley que prohíbe a menores de edad convivir con los progenitores acusados de delitos graves y todos sabemos que en el país del capitalismo salvaje y los neocones, querer dejar de malvivir es un grave delito. Y, a medio camino, nos encontrábamos nosotros, pero realmente estamos más cerca de nuestros primos parientes romanos que de aquellas colonias inglesas, francesas y algún señor de Cuenca que se perdió en tierras indias. Pero, como decía, aquí no andamos muy lejos y nuestros partidos de más a la derecha (porque izquierda aquí ya ni el tato) han puesto el grito en el cielo por ese nimio gesto del Gobierno Español, de acoger al famoso Acuarius. Pues parece ser que para ellos acoger a ese barco repleto de personas que huyen de un país en guerra, y que por muy lleno que fuera solo es una mínima parte de los que quedan ahí fuera y de los que han perdido su vida buscando una oportunidad o simplemente un sitio más seguro es un peligro para nuestro amado país y el alcalde y los vecinos del alcalde.

Los tres casos tienen mucho en común: unos papeles que no existen, los niños en el escalafón más débil y el que más peligro corre y unos tecnócratas intentando calcular el precio de un ser humano. Porque no nos engañemos, la solidaridad no genera beneficios en las cuentas de balances, no te da nada de lo que presumir, no puedes irte de vacaciones pagadas con bonos de solidaridad, simplemente te permite mirarte al espejo y sonreir al del otro lado, dormir tranquilo y crecer por dentro, cualidades que hace tiempo quebraron en la bolsa de los valores humanos de esta gente.

abrumados no nos callamos

Mientras tanto alguno de nuestros compañeros no han podido ni querido escuchar el famoso audio en el que se escucha a niños y niñas separados de sus progenitores, llamándoles  muertos de miedo, completamente encerrados en jaulas en un centro de detención de Texas.  No he soportado más que unos segundos. Eso y las imágenes y notas que circulan por las redes han sido suficientes.

Seas papá o no… ¿cómo demonios puede sentirse un niño o una niña en una situación así? ¿cómo crees que se sentirían los tuyos?

Es abominable.

No me imagino la mente de los que hayan pensado que separar a criaturas de pocos años de sus padres y enjaularlos, solos y con miedo, pueda ser aceptable. No digo ya legal, legítimo o moral, sino tan solo humanamente aceptable. Para mí un procedimiento o una política que respalde un chantaje y una tortura así sólo se merece una palabra: crimen.

Y todo para levantar otro puto muro, en otra puta frontera. Cada país tiene derecho a gestionar sus fronteras y su política migratoria, pero no hay muro que valga personas sufriendo, o huyendo. ¿Qué clase de país, de mundo, permite que se separe a criaturas de sus padres y se les enjaule solos y asustados?

Ha hecho falta que se sepa que más de dos mil niños y niñas sufren esta tortura «legalizada» desde abril y que medio planeta se muestre horrorizado por las imágenes y los llantos de las criaturas, para que ahora el «líder del mundo libre» anuncie que pondrá fin a esta crueldad. Según parece: se ha firmado una orden presidencial que va a impedir separar a padres e hijos en la frontera. Parece ser que hasta para los que están muertos por dentro hay situaciones complicadas de digerir y que acaban volviéndose en contra.

Nosotros, @papasblogueros, no somos un colectivo especialmente potente, ni con alto impacto social… Estamos absolutamente abrumados pero no nos callamos ante esta barbarie.

Hay que alzar la mirada y tratar de ver más allá. Más allá de nuestra bolsa de la compra. Más allá de nuestra mesa de trabajo. Más allá de las ventanas de la oficina, del salpicadero de nuestro coche y del escaparate del gimnasio. Más allá de los seis bloques de edificios que perfilan el paisaje del barrio que asoma por la ventana de nuestro pequeño salón.

Porque a veces, el mundo exige hacer algo más. El alma lo exige. La ética lo exige. La justicia lo exige. El karma lo exige. Joder… ¡El amor propio lo exige! A veces hay que salir de ahí, de nuestro micromundo, y ver qué se cuece fuera; qué se cuece en casa del vecino, al otro lado de nuestro muro, de nuestra frontera, para ver cómo se vive allí. Para ver qué pasa allí: la dosis de anestesia cotidiana sobre la que nuestros cansados y privilegiados culos occidentales del primer mundo, se vuelve cada vez más y más potente y abundante. Más pesada y escandalosa.

Porque no nos permite levantarnos. Levantarnos y mirar lo que ocurre a nuestro lado. Y gritar. Gritar a los cuatro vientos, como haría cualquier garganta sensata con un mínimo de empatía y raciocinio, tenga la ideología que tenga; gritar por la atroz realidad hacia la que está virando todo.

A veces hay que alzar la mirada y ver las cosas con perspectiva.

Ver que hay situaciones que van más allá de cualquier tipo de tolerancia, de razón y de sentido. Ver que hay cosas que están MAL. Que hay situaciones, llámalo políticas, llámalo comportamientos, que no se deben permitir ni tolerar. Que nos hacen cómplices a todos, si entre todos lo seguimos fomentando, permitiendo y tolerando. Que nos hace terriblemente cómplices si lo seguimos ignorando.

Tenemos un drama a nuestra vera, pero claro, ¿qué podemos hacer nosotros?, te preguntarás. Pues yo no sé la respuesta última, … ¡Pero qué carajo! Sí que sé que al menos, lo primero, es querer levantarse del sofá, aunque sea para gritar toda esta gigantesca mierda por la ventana bien abierta, para que nuestra querida anestesia social al menos se menee un poco.

Ahora… ve a decirle a esos niños y niñas que los monstruos no existen.

Pero ya se sabe… Esto es algo que no te/nos concierne. Es el drama de otro, como siempre. Mejor cierra, que si no, entra la calor.

 

Y así nos va.

Esta entrada ha sido escrita sobre tres reflexiones a vuelapluma de nuestros compañeros @laparejadegolpe (de La Parejita de Golpe), @papaLobox (de Las historias de papa Lobo) y @estasbarbas (de Y yo con estas barbas)

2 comentarios sobre “Abrumados… pero no nos callamos

  1. Yo no he sido capaz de escuchar ese vídeo, me niego a escuchar un sufrimiento que un degenerado y cabeza hueca (es lo más agradable q se me ocurre decirle) ha provocado. Cómo contarles a esos niños que los monstruos no existen?? Claro que existe!! Es el espécimen que les separó de sus padres…
    Un país importante y rico en algunos aspectos está siendo noticia por las locuras de su máximo representante. La verdad es q a veces no sé qué prefiero si un loco q nos represente al estilo trump o a la panda de ladrones q campan por Soto del Real.

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