Hace treinta años no era el hombre que soy. Mi hijo no había nacido, no me había casado, seguía escondido tras mi corazón coraza. Tres décadas después, he conseguido poco a poco, no sin lágrimas, mirarme en el espejo y reconocerme, aun…
Sigue leyendo ->![](http://papasblogueros.com/agregador/wp-content/uploads/2024/07/446a5fb5016da1fea1dbbe2697837bf4-1.png)