El susurro de nuestra historia: reflexión en torno al "cachete a tiempo"

por Alejandro Busto Castelli

«…

Y como el lector puede adivinar, nadie está libre del susurro de su historia, nadie se escapa de ese murmullo sórdido y agotador. Ni un juez de menores más o menos mediático, ni un popular pediatra vendedor de panfletos, ni los psicólogos/as televisivos armados con sus manuales científicos. Ni siquiera un tertuliano convertido en reformista ministro de educación. Ni uno solo se escapa…»

Llevo más de 12 años impartiendo formación en empresas.

Mis alumnos, los participantes de talleres y seminarios, no son niños. Son adultos que algún día fueron niños, que se parece pero no es igual.

A través de los años, resulta curioso ver cómo evolucionan los contenidos a impartir. Es más que interesante ver cómo hemos ido  pasando poco a poco de las recetas “para parecer” a las reflexiones del “como ser”. Cada día más y más adultos, empleados en alguna de las empresas de nuestro país reciben información y formación acerca de cómo gestionar sus emociones, como comunicarse asertivamente, como influir positivamente en los demás, como afrontar la crisis de forma optimista  o como dirigir y crear equipos poderosos en su rendimiento y en su fortaleza emocional.

Y reciben esta formación básicamente por dos razones:

La empresa española despierta del letargo del autoritarismo y el abuso de poder, del ser humano como un expediente más, una nómina a pagar, a una realidad donde la propia rentabilidad empresarial, pasa por el bienestar emocional y físico de las personas que la componen. Donde cualquier tipo de violencia o agresividad, sea esta verbal, psicológica o física “no es rentable” y por lo tanto no vende.  Es un despertar por cierto muy lento, a veces demasiado.

La segunda es más obvia que la anterior. Los adultos hoy devenidos en profesionales no saben, no pueden o no quieren, aproximarse en casi nada a lo que hoy las empresas les demandan de un punto de vista de la construcción de las relaciones internas y externas de sus organizaciones. Básicamente porque son hijos de la pedagogía más negra, del adiestramiento cuasi científico, de la educación delegada o institucionalizada y por supuesto de poderosas afirmaciones como “este niño necesita un cachete a tiempo”, a mayor gloria del castigo y la falta de respeto como escuela de vida.

La paradoja es que a día de hoy mientras esto sucede en una parte de la sociedad, todavía debatimos sobre el supuesto valor pedagógico del “cachete a tiempo”, de la imposición adultocéntrica, de la norma no consensuada, de los negativos o puntos rojos en el cole, de las sillas de pensar como castigo al sentir, de la agresividad como comunicación prioritaria  si uno quiere convertirse en un “hombre o mujer de éxito”.

Sirvan de muestra la entrevista que el diario ABC realiza recientemente a Olga Carmona, mi compañera de viaje en todos los sentidos, con el sugerente título “¿Por qué la bofetada a tiempo no es un método educativo?”  y también los comentarios de algunos de los lectores de la misma.

Y es allí donde curiosamente aunque no tanto, aparecen algunos de los defensores de “a pie” de esta visión. No se me escapa que el fenómeno va más allá de los comentaristas virtuales y  fundamentalmente en el ámbito de lo infantil, todavía “la letra con sangre entra”. Y esto lo vemos bien en el sistema educativo o bien dentro de las familias, porque como he dicho, este discurso ya no se compra hace años en la formación empresarial de adultos donde ya resulta intolerable. Asimismo es perseguido social y penalmente en el mundo de la pareja y sin embargo de forma torticera a mi juicio, el discurso cala si de niños se trata, propiciando absurda pero calculadamente el disparate social en el que nos encontramos.

El siglo XXI es ya el siglo del cuestionamiento de la educación decimonónica, del desenmascaramiento de las escuelas psicopedagógicas que solo pretenden controlar conductas y anular la libertad, del principio del fin de la pedagogía negra y del surgimiento imparable de la psicología positiva y de la eco pedagogía entre otros movimientos.

Recientemente tuve el placer de asistir a una conferencia de D. Federico Mayor Zaragoza, ex Director general de la Unesco y actual presidente de la Fundación Cultura de Paz. En ella dijo sin despeinarse, “no tenemos que continuar siendo obedientes a un sistema responsable del genocidio de más de 60.000 personas diarias entre ellas  miles de niños”.  Y en eso estamos, pues seguimos siendo más que obedientes…

Entrevista a D.Federico Mayor Zaragoza en Canal Sur
Es ya el siglo del cambio social. Los que nos han traído hasta aquí, ya han demostrado de sobras el tipo de sociedad que ofrecen.

Con las cartas boca arriba… ¿Entonces que defienden los que defienden el cachete o bofetada a tiempo? O debo preguntarme mejor ¿a quién o quienes defienden?

Cada ser humano se desarrolla como adulto, se convierte en padre o madre, en profesional o no de la educación, la psicología o las ingenierías, escuchando el eco de su historia. Quiera o no quiera.

Una historia que susurra a veces de forma incómoda como fuimos queridos o no, deseados o no, aceptados o no tanto. Una historia que susurra de forma dolorosa cuantos cachetes, azotes, gritos, ausencias, incomprensiones e injusticias acumulamos de aquellos seres humanos, que en nombre del amor nos educaron.

Tengo clarísimo que detrás de los defensores de estos modelos de educación, está la profunda y cobarde negación del murmullo de sus fantasmas, parafraseando por cierto al gran Boris Cyrulnik en uno de sus más exitosos e imprescindibles libros.

Y digo cobarde porque los niños sobre los que todavía hoy se ejercen estos modelos, son indefensos, frágiles y están abiertos en canal desde el afecto incondicional a percibir como verdad incuestionable y absoluta aquello que reciben de sus padres y madres primero y de cualquier otra figura de autoridad luego.

No es un tema baladí. Es un tema vital que tiene que ver con contribuir o no a perpetuar un modelo social y familiar completamente agotado. Esa cultura de la paz de la que habla Mayor Zaragoza, parece en la España actual una falacia.

Y como el lector puede adivinar, nadie está libre del susurro de su historia, nadie se escapa de ese murmullo sórdido y agotador. Ni un juez de menores más o menos mediático, ni un popular pediatra vendedor de panfletos, ni los psicólogos/as televisivos armados con sus manuales científicos. Ni siquiera un tertuliano convertido en reformista ministro de educación. Ni uno solo se escapa.

Todos ellos, y usted y yo… fuimos niños educados probablemente desde un lugar parecido al tan cacareado panorama educativo actual.

No hay mejor forma de “salvar” a quienes han sido muy importantes en nuestras vidas, que seguir diciendo contra viento y marea, contra todas las evidencias y necesidades sociales, contra la esencia gregaria y emocional del ser humano, que “es bueno y educativo un cachete a tiempo”, amén de otras formas de menoscabo.  Créanme que no la hay.

Honestamente me resulta fácil entender este proceso en un ser humano cotidiano, algo menos desde mi punto de vista, en un profesional que trabaja con niños de una forma u otra. Quizá no sea muy complicado entender que al final defienden a aquellos que les dieron la vida y de forma consciente o inconsciente, confundidos o lúcidos, tal vez en nombre del amor contribuyeron a ser lo que son.

Sin embargo que se pueda entender y explicar no significa que sea en absoluto justificable. El propiciar una cultura que desde la base más tierna, hace de la violencia, el maltrato y la agresividad un valor social y cultural es algo completamente inaceptable.

No quiero y no me da la gana justificarlo.

Y lo digo bien claro y más alto.

Tal vez con el secreto deseo de que ellos, mis propios fantasmas, me escuchen y comiencen a callar para siempre.

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El susurro de nuestra historia: reflexión en torno al "cachete a tiempo"

por Alejandro Busto Castelli

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Y como el lector puede adivinar, nadie está libre del susurro de su historia, nadie se escapa de ese murmullo sórdido y agotador. Ni un juez de menores más o menos mediático, ni un popular pediatra vendedor de panfletos, ni los psicólogos/as televisivos armados con sus manuales científicos. Ni siquiera un tertuliano convertido en reformista ministro de educación. Ni uno solo se escapa…»

Llevo más de 12 años impartiendo formación en empresas.

Mis alumnos, los participantes de talleres y seminarios, no son niños. Son adultos que algún día fueron niños, que se parece pero no es igual.

A través de los años, resulta curioso ver cómo evolucionan los contenidos a impartir. Es más que interesante ver cómo hemos ido  pasando poco a poco de las recetas “para parecer” a las reflexiones del “como ser”. Cada día más y más adultos, empleados en alguna de las empresas de nuestro país reciben información y formación acerca de cómo gestionar sus emociones, como comunicarse asertivamente, como influir positivamente en los demás, como afrontar la crisis de forma optimista  o como dirigir y crear equipos poderosos en su rendimiento y en su fortaleza emocional.

Y reciben esta formación básicamente por dos razones:

La empresa española despierta del letargo del autoritarismo y el abuso de poder, del ser humano como un expediente más, una nómina a pagar, a una realidad donde la propia rentabilidad empresarial, pasa por el bienestar emocional y físico de las personas que la componen. Donde cualquier tipo de violencia o agresividad, sea esta verbal, psicológica o física “no es rentable” y por lo tanto no vende.  Es un despertar por cierto muy lento, a veces demasiado.

La segunda es más obvia que la anterior. Los adultos hoy devenidos en profesionales no saben, no pueden o no quieren, aproximarse en casi nada a lo que hoy las empresas les demandan de un punto de vista de la construcción de las relaciones internas y externas de sus organizaciones. Básicamente porque son hijos de la pedagogía más negra, del adiestramiento cuasi científico, de la educación delegada o institucionalizada y por supuesto de poderosas afirmaciones como “este niño necesita un cachete a tiempo”, a mayor gloria del castigo y la falta de respeto como escuela de vida.

La paradoja es que a día de hoy mientras esto sucede en una parte de la sociedad, todavía debatimos sobre el supuesto valor pedagógico del “cachete a tiempo”, de la imposición adultocéntrica, de la norma no consensuada, de los negativos o puntos rojos en el cole, de las sillas de pensar como castigo al sentir, de la agresividad como comunicación prioritaria  si uno quiere convertirse en un “hombre o mujer de éxito”.

Sirvan de muestra la entrevista que el diario ABC realiza recientemente a Olga Carmona, mi compañera de viaje en todos los sentidos, con el sugerente título “¿Por qué la bofetada a tiempo no es un método educativo?”  y también los comentarios de algunos de los lectores de la misma.

Y es allí donde curiosamente aunque no tanto, aparecen algunos de los defensores de “a pie” de esta visión. No se me escapa que el fenómeno va más allá de los comentaristas virtuales y  fundamentalmente en el ámbito de lo infantil, todavía “la letra con sangre entra”. Y esto lo vemos bien en el sistema educativo o bien dentro de las familias, porque como he dicho, este discurso ya no se compra hace años en la formación empresarial de adultos donde ya resulta intolerable. Asimismo es perseguido social y penalmente en el mundo de la pareja y sin embargo de forma torticera a mi juicio, el discurso cala si de niños se trata, propiciando absurda pero calculadamente el disparate social en el que nos encontramos.

El siglo XXI es ya el siglo del cuestionamiento de la educación decimonónica, del desenmascaramiento de las escuelas psicopedagógicas que solo pretenden controlar conductas y anular la libertad, del principio del fin de la pedagogía negra y del surgimiento imparable de la psicología positiva y de la eco pedagogía entre otros movimientos.

Recientemente tuve el placer de asistir a una conferencia de D. Federico Mayor Zaragoza, ex Director general de la Unesco y actual presidente de la Fundación Cultura de Paz. En ella dijo sin despeinarse, “no tenemos que continuar siendo obedientes a un sistema responsable del genocidio de más de 60.000 personas diarias entre ellas  miles de niños”.  Y en eso estamos, pues seguimos siendo más que obedientes…

Entrevista a D.Federico Mayor Zaragoza en Canal Sur
Es ya el siglo del cambio social. Los que nos han traído hasta aquí, ya han demostrado de sobras el tipo de sociedad que ofrecen.

Con las cartas boca arriba… ¿Entonces que defienden los que defienden el cachete o bofetada a tiempo? O debo preguntarme mejor ¿a quién o quienes defienden?

Cada ser humano se desarrolla como adulto, se convierte en padre o madre, en profesional o no de la educación, la psicología o las ingenierías, escuchando el eco de su historia. Quiera o no quiera.

Una historia que susurra a veces de forma incómoda como fuimos queridos o no, deseados o no, aceptados o no tanto. Una historia que susurra de forma dolorosa cuantos cachetes, azotes, gritos, ausencias, incomprensiones e injusticias acumulamos de aquellos seres humanos, que en nombre del amor nos educaron.

Tengo clarísimo que detrás de los defensores de estos modelos de educación, está la profunda y cobarde negación del murmullo de sus fantasmas, parafraseando por cierto al gran Boris Cyrulnik en uno de sus más exitosos e imprescindibles libros.

Y digo cobarde porque los niños sobre los que todavía hoy se ejercen estos modelos, son indefensos, frágiles y están abiertos en canal desde el afecto incondicional a percibir como verdad incuestionable y absoluta aquello que reciben de sus padres y madres primero y de cualquier otra figura de autoridad luego.

No es un tema baladí. Es un tema vital que tiene que ver con contribuir o no a perpetuar un modelo social y familiar completamente agotado. Esa cultura de la paz de la que habla Mayor Zaragoza, parece en la España actual una falacia.

Y como el lector puede adivinar, nadie está libre del susurro de su historia, nadie se escapa de ese murmullo sórdido y agotador. Ni un juez de menores más o menos mediático, ni un popular pediatra vendedor de panfletos, ni los psicólogos/as televisivos armados con sus manuales científicos. Ni siquiera un tertuliano convertido en reformista ministro de educación. Ni uno solo se escapa.

Todos ellos, y usted y yo… fuimos niños educados probablemente desde un lugar parecido al tan cacareado panorama educativo actual.

No hay mejor forma de “salvar” a quienes han sido muy importantes en nuestras vidas, que seguir diciendo contra viento y marea, contra todas las evidencias y necesidades sociales, contra la esencia gregaria y emocional del ser humano, que “es bueno y educativo un cachete a tiempo”, amén de otras formas de menoscabo.  Créanme que no la hay.

Honestamente me resulta fácil entender este proceso en un ser humano cotidiano, algo menos desde mi punto de vista, en un profesional que trabaja con niños de una forma u otra. Quizá no sea muy complicado entender que al final defienden a aquellos que les dieron la vida y de forma consciente o inconsciente, confundidos o lúcidos, tal vez en nombre del amor contribuyeron a ser lo que son.

Sin embargo que se pueda entender y explicar no significa que sea en absoluto justificable. El propiciar una cultura que desde la base más tierna, hace de la violencia, el maltrato y la agresividad un valor social y cultural es algo completamente inaceptable.

No quiero y no me da la gana justificarlo.

Y lo digo bien claro y más alto.

Tal vez con el secreto deseo de que ellos, mis propios fantasmas, me escuchen y comiencen a callar para siempre.

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Alea iacta est

Como dice el titulo de la entrada, la suerte esta echada y es que esta va a ser la ultima enntrada de este post, antes de que nazca María.En agosto, fue cuando empece a escribir este blog, viendo aun muy lejano la fecha del nacimiento de María, y como …

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Consumo, regalos y tiempo en Navidad: Entrevista a Alejandro Busto Castelli:

«…les diría a padres y madres que abolieran el cacareado discurso que no importa tanto la cantidad de horas que pasamos con nuestros hijos como la calidad de las horas que pasamos. Este es uno de los inventos del sistema para ayudarnos a manejar la culpa mientras seguimos siendo rentables y le ayudamos a perpetuarle…»

por Cristina Saraldi

Como primer post de este año, quiero invitaros a reflexionar sobre el significado navideño en las familias gracias a la entrevista que hice a Alejandro Busto, psicólogo y padre comprometido con la infancia.

Alejandro Busto Castelli es cofundador y codirector del proyecto Psicología CEIBE de Madrid (España), un lugar de encuentro en torno a la crianza en positivo y al desarrollo consciente de las personas. CEIBE abarca el asesoramiento y terapia para padres, madres y niños/as, la realización de conferencias, talleres, seminarios y encuentros para hombres y padres, todo ello en torno a la paternidad y al desarrollo de adultos y niños en libertad. Desde hace 12 años es también profesor en empresas y universidad, formando profesionales en el mundo de las habilidades directivas. Bajo un prisma humanista, aborda temas como la comunicación emocional, la gestión de conflictos interpersonales, la creación de equipos de alto rendimiento, la creatividad, la motivación o la dirección de personas.
Es coautor del libro de reciente publicación Una nueva paternidad de la editorial PB.

Espero que la disfrutéis y, ya que los Reyes están a la vuelta de la esquina, tengáis en cuenta alguno de sus consejos.
Gracias Alejandro por tu tiempo.

PREGUNTA: Me gustaría hablar acerca del exceso que supone la Navidad en todos los niveles. Por un lado, la cantidad de reuniones familiares, por otro lado, la comida y por último, y a mí el que más me preocupa, la cantidad desmesurada de regalos que se compran. ¿Cómo puede afectar en las familias tanto consumismo?

RESPUESTA: Con independencia del tema regalos, desde mi punto de vista no es que el consumismo “nos afecte” familiarmente. Es que resulta el corazón del propio sistema, su leiv motiv, su razón de ser. No nos puede afectar más. Somos  cautivos de él.
Los regalos en estas fechas no son otra cosa que un hito más en esta carrera, por cierto programado y agendado como tantos otros momentos del año. Hablamos que algunas empresas de este país facturan el 70 % de toda su facturación anual en estas fechas, fíjate hasta qué punto afecta el consumismo a este juego capitalista y consumista al que por cierto de una forma u otra, con más o menos conciencia, todos jugamos.

Benjamin Lacombe
Déjame hacerte una observación. Regalamos, cenamos, nos queremos y cuidamos según el mercado decide que debemos hacerlo. Es una sutil manipulación calendarizada a lo largo del año, de nuestros afectos, nuestras creencias culturales y religiosas, nuestras emociones y nuestras carencias. Las llamadas “fiestas” son el punto álgido de esta manipulación, como lo demuestran las cifras. Digamos entonces que por ser el número estrella del circo, no deja de ser parte del mismo.

Ahora bien, este circo se puede vivir de diferentes maneras. Podemos ser conscientes de que somos parte de él o puedes creerte que no hay tal circo. Puedes seguir delegando tu vida o puedes intentar vivirla. En los circos hay muchos roles. ¿Tú quién eres cuando entras en una tienda en estas fechas y decides regalar algo?  Quizá no seas el dueño del circo, esto parece claro… pero ¿eres público?, ¿trapecista?, ¿el payaso? ¿el actor principal?, ¿el animal secuestrado y maltratado para que otros rían tus gracias?… Me parece importante primero definir mi rol en este jueguecito y  obviamente el resultado final, una vez definido el rol, no debería ser el mismo.
Cuando hablo de resultado final me refiero a nuestra forma de relacionarnos con cada final o comienzo de año y sus respectivas celebraciones. En resumidas cuentas y desde mi visión o lo vives haciéndote dueño de tus decisiones al respecto, o te conviertes tú en parte de la decisión de otros.


PREGUNTA: Pienso que los niños se llenan de juguetes y objetos muchas veces inservibles y que además en cantidad de ocasiones no les ayudan a desarrollar su creatividad, ¿crees que sería más interesante medir los regalos y repartirlos a lo largo del año?

RESPUESTA: Primero déjame decirte que para un niño el número de juguetes nunca es suficiente. El juego es algo muy serio y no me preocupa nada eso de “tiene muchos juguetes”. Como con los años ha dejado de preocuparme aquel “no cuida sus juguetes, porque tiene muchos y no los valora”… He aprendido que este tipo de afirmación, vivida desde la visión de un niño, tiene que ver más con su necesidad y el uso que él mismo le da al juguete, que con el descuido. Es más un “los cuida y usa de una manera útil para él”, que obviamente no es la mía, ni la que la sociedad impone. Por cierto en terapia tenemos muchísimos juguetes…, y siempre son pocos.
Sí puedo llegar a compartir que muchas veces los juguetes no son los deseables del punto de vista de la creatividad o el desarrollo del niño, pero no es una afirmación que yo haría de forma dogmática.
Un juguete es un estímulo sin más. La creatividad se puede apoyar en ello pero no puede estar determinada por él. Y un niño sin miedo a equivocarse, ni miedo a ser castigado, sin imposiciones ni limites sociales absurdos se encarga de encontrar al juguete que sea una utilidad… aunque mas no sea con la caja donde venía el trasto en cuestión.
Lo que quiero decir es que no depende del juguete, sino del niño/a y su entorno, como decíamos, del uso “permitido” que se le dé y de la rigidez o no con se juegue con él.
Por ejemplo, he disfrutado de juegos a priori competitivos aprovechados de fábula para establecer sinergias de cooperación y juegos diseñados para  la cooperación y la solidaridad que en la práctica estimulan todo lo contrario.
Si algo me preocupa de un punto de vista social y familiar, de este fenómeno  no es tanto que sean muchas las cenas, comidas o regalos. Mucho puede ser simplemente una opinión o un juicio de valor.
Para mí no es tanto la cantidad, si son dos, tres o cuatro, sino porque son dos, tres o cuatro… o ninguno/a. El cómo vivimos, percibimos, cómo nos relacionamos, las razones y el sentido que le damos a cada uno de estos acontecimientos. Esto es lo que es esencial.
En el tema de “regalos de navidad” hay todo tipo de comportamientos. Que según mi forma de verlo no se pueden juzgar por aspectos numéricos o conceptuales como juguete tradicional vs. juguete electrónico o grandes almacenes vs. juguetería didáctica.

¿Qué hay detrás de un padre o madre que decide “jugar” al chantaje con un trozo de carbón de azúcar en lugar de un regalo?
¿Y qué hay detrás del discurso “anti consumo”? que decide que no hay regalos, en una especie de rebeldía de salón contra el sistema.
Porque una familia  decide que serán todos los juguetes que el niño pida, o aquella otra que  decide que los niños no elegirán nada y todo será “sorpresa”… o lo que es lo mismo… “yo elijo por ti”.

Siempre resulta interesante analizar a aquellos seres humanos que encargan a otros lo que regalar porque no tienen tiempo y “descubren” junto a sus hijos lo que ellos han “pagado”, o por contrapartida a los que participan activamente de la compra, de la preparación, del disfrute…  obviamente nada es gratis y todo cuenta.

P: ¿Recomendarías algún regalo para disfrutar la familia al completo?

R: A mí me gustan mucho los juegos de caja cooperativos. Donde los objetivos son comunes y del trabajo de cada uno, depende el resultado global.
No te digo un regalo en particular, sin embargo creo que en estos días hay que visitar tiendas específicas de juguete “cuidado e intencionado” que se aleja de lo establecido.

www.pxleyes.com

No digo que no “escuchemos” peticiones de otro tipo, digamos más comerciales, digo que añadamos quizá otro tipo de juguete que necesita del niño para ser, y no tanto que convierte al niño en un espectador. De hecho para mí ésta es la clave. Juguetes con o sin vida… en función de la participación del niño.  Juguetes que son juguetes por que el niño les da vida o juguetes inertes para siempre en una estantería o un cajón.
Ahora bien, dicho esto… cualquier regalo se puede vivir en familia. Estoy convencido.
 Todo se puede transformar en juego si uno tiene la claridad de en qué dirección hacerlo y la voluntad de hacerlo.

P: ¿Qué trucos o consejos darías a los padres para que inviertan el tiempo en estar con sus hijos en vez de invertir principalmente el dinero en ellos?

R:Yo no creo en los trucos… ni en las recetas. Creo que las ideas iluminan otras ideas. Creo en la influencia positiva de aquello que funciona para crecer.
Quizá entonces deberíamos saber qué significa invertir tiempo en estar con los hijos, como me preguntas… lo cual me lleva a mí a preguntarme qué es “estar” con los hijos.
Desde ese punto de vista, les diría a padres y madres que abolieran el cacareado discurso que no importa tanto la cantidad de horas que pasamos con nuestros hijos como la calidad de las horas que pasamos. Este es uno de los inventos del sistema para ayudarnos a manejar la culpa mientras seguimos siendo rentables y le ayudamos a perpetuarle.
No me creo que se puedan garantizar unas pocas horas de calidad, en cuanto a presencia emocional, en aquellos que emocionalmente viven exiliados de la paternidad o maternidad. Simplemente no me lo creo.
Es de Perogrullo que un montón de horas de presencia física y ausencia emocional no sirven demasiado al vínculo y a la autoestima de nuestros hijos aunque les pongas una juguetería en el salón. Y es más de Perogrullo aún que si tu presencia es escasa a lo largo del día, será porque has estado en otro lado, y de alguna manera se te va a extrañar.
Se trata de atrapar el segundo, de vivir el presente. Es decir que cuando estás en un aquí y ahora, estás física y emocionalmente, viviendo ese instante que es tu vida.
No funciona que esté mi cuerpo físico mientras lo esencial de mí se quedó en la oficina. Simplemente no funciona y por cierto al revés tampoco.
Mientras redactas un informe o tienes una reunión con un cliente… eso también es tu vida, y de poco sirve que solo lo hagas físicamente, si tus emociones se han hecho un viaje astral al universo familiar… Esa trampa de no estar nunca donde quieres estar es demoledora para el ser humano. Luego, vive tu presente… el que sea que has elegido sin culpas y con responsabilidad.
Por cierto a los regalos se les llama “presentes”… ¿te has fijado?
Por algo será… eso me invita a pensar que cualquier día del año es bueno para hacer un regalo si tu cuerpo y corazón te lo piden. Es tu presente. Tu presente emocional ofrecido a otro.
En un adulto se entiende bien, no entiendo por qué no en un niño.

P: Por último me gustaría saber si eres de Papá Noel o de los Reyes Magos. ¿Ya les has escrito? ¿Qué te gustaría que te regalen?

R: Soy claramente de Reyes, solo en lo que a la magia y la ilusión se refiere eh? En otro tipo de reyes dejé de creer en  cuanto estudié un poco de Historia ;)
He sido un niño que ha crecido con esta tradición. En mi país, Uruguay el fenómeno “santa” o papá Noel fue tardío.
No sé cómo está en este momento, donde mi gente allí festeja “Halloween” como aquí y por cierto como “allí en el norte”… pero en los años 70 y 80, papá Noel no era más que un detalle, un juguetito… al volver de la cena de Nochebuena en el árbol. “El regalo, regalo”… eso eran los reyes.
En cuanto a pedir…. Bueno nunca hemos sido de pedir, o por lo menos no lo recuerdo. Si recuerdo con cariño que “mis reyes” nos dejaban algún regalo personal y siempre un juguete compartido para jugar los hermanos juntos. De hecho mantengo ahora esa tradición.
No crecí en una sociedad tan masivamente consumista, con catálogos de juguetes en papel, grandes superficie, campañas tan agresivas en la tele. En aquellos años los “estrenos Disney” eran las pelis de los años 50’.
Tuve la fortuna de tener reyes de juguetería o tienda especializada. Esa época en la que los balones se compraban en las tiendas de deporte y las bicicletas en la bicicletería del barrio. Creo sinceramente que “mis reyes” tuvieron más libertad que los actuales…
¿Qué quiero que me regalen? (risa)… por un momento  me siento como una miss… “la paz en el mundo”, “que se acabe el hambre y la guerra”… pero no, no haré demagogia con esto ;)
No sé si es un regalo, sin embargo sí aspiro a que mi familia y yo sigamos creciendo serenos  y conscientes, sin sobresaltos… con los ojos bien abiertos a lo que sentimos unos por otros, a fin de cuidarlo y alimentarlo día a día, muy a pesar del entorno en el que nos movemos todos.

P: ¿Quieres añadir algo más? 

R: Gracias por contar conmigo y por tu paciencia!
Un placer hacerlo y muchas gracias por tus respuestas! Me ha parecido muy interesante, sobre todo eso de desterrar mitos y ser conscientes del mundo y la época en la que vivimos. Gracias de verdad ;)

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Consumo, regalos y tiempo en Navidad: Entrevista a Alejandro Busto Castelli:

«…les diría a padres y madres que abolieran el cacareado discurso que no importa tanto la cantidad de horas que pasamos con nuestros hijos como la calidad de las horas que pasamos. Este es uno de los inventos del sistema para ayudarnos a manejar la culpa mientras seguimos siendo rentables y le ayudamos a perpetuarle…»

por Cristina Saraldi

Como primer post de este año, quiero invitaros a reflexionar sobre el significado navideño en las familias gracias a la entrevista que hice a Alejandro Busto, psicólogo y padre comprometido con la infancia.

Alejandro Busto Castelli es cofundador y codirector del proyecto Psicología CEIBE de Madrid (España), un lugar de encuentro en torno a la crianza en positivo y al desarrollo consciente de las personas. CEIBE abarca el asesoramiento y terapia para padres, madres y niños/as, la realización de conferencias, talleres, seminarios y encuentros para hombres y padres, todo ello en torno a la paternidad y al desarrollo de adultos y niños en libertad. Desde hace 12 años es también profesor en empresas y universidad, formando profesionales en el mundo de las habilidades directivas. Bajo un prisma humanista, aborda temas como la comunicación emocional, la gestión de conflictos interpersonales, la creación de equipos de alto rendimiento, la creatividad, la motivación o la dirección de personas.
Es coautor del libro de reciente publicación Una nueva paternidad de la editorial PB.

Espero que la disfrutéis y, ya que los Reyes están a la vuelta de la esquina, tengáis en cuenta alguno de sus consejos.
Gracias Alejandro por tu tiempo.

PREGUNTA: Me gustaría hablar acerca del exceso que supone la Navidad en todos los niveles. Por un lado, la cantidad de reuniones familiares, por otro lado, la comida y por último, y a mí el que más me preocupa, la cantidad desmesurada de regalos que se compran. ¿Cómo puede afectar en las familias tanto consumismo?

RESPUESTA: Con independencia del tema regalos, desde mi punto de vista no es que el consumismo “nos afecte” familiarmente. Es que resulta el corazón del propio sistema, su leiv motiv, su razón de ser. No nos puede afectar más. Somos  cautivos de él.
Los regalos en estas fechas no son otra cosa que un hito más en esta carrera, por cierto programado y agendado como tantos otros momentos del año. Hablamos que algunas empresas de este país facturan el 70 % de toda su facturación anual en estas fechas, fíjate hasta qué punto afecta el consumismo a este juego capitalista y consumista al que por cierto de una forma u otra, con más o menos conciencia, todos jugamos.

Benjamin Lacombe
Déjame hacerte una observación. Regalamos, cenamos, nos queremos y cuidamos según el mercado decide que debemos hacerlo. Es una sutil manipulación calendarizada a lo largo del año, de nuestros afectos, nuestras creencias culturales y religiosas, nuestras emociones y nuestras carencias. Las llamadas “fiestas” son el punto álgido de esta manipulación, como lo demuestran las cifras. Digamos entonces que por ser el número estrella del circo, no deja de ser parte del mismo.

Ahora bien, este circo se puede vivir de diferentes maneras. Podemos ser conscientes de que somos parte de él o puedes creerte que no hay tal circo. Puedes seguir delegando tu vida o puedes intentar vivirla. En los circos hay muchos roles. ¿Tú quién eres cuando entras en una tienda en estas fechas y decides regalar algo?  Quizá no seas el dueño del circo, esto parece claro… pero ¿eres público?, ¿trapecista?, ¿el payaso? ¿el actor principal?, ¿el animal secuestrado y maltratado para que otros rían tus gracias?… Me parece importante primero definir mi rol en este jueguecito y  obviamente el resultado final, una vez definido el rol, no debería ser el mismo.
Cuando hablo de resultado final me refiero a nuestra forma de relacionarnos con cada final o comienzo de año y sus respectivas celebraciones. En resumidas cuentas y desde mi visión o lo vives haciéndote dueño de tus decisiones al respecto, o te conviertes tú en parte de la decisión de otros.


PREGUNTA: Pienso que los niños se llenan de juguetes y objetos muchas veces inservibles y que además en cantidad de ocasiones no les ayudan a desarrollar su creatividad, ¿crees que sería más interesante medir los regalos y repartirlos a lo largo del año?

RESPUESTA: Primero déjame decirte que para un niño el número de juguetes nunca es suficiente. El juego es algo muy serio y no me preocupa nada eso de “tiene muchos juguetes”. Como con los años ha dejado de preocuparme aquel “no cuida sus juguetes, porque tiene muchos y no los valora”… He aprendido que este tipo de afirmación, vivida desde la visión de un niño, tiene que ver más con su necesidad y el uso que él mismo le da al juguete, que con el descuido. Es más un “los cuida y usa de una manera útil para él”, que obviamente no es la mía, ni la que la sociedad impone. Por cierto en terapia tenemos muchísimos juguetes…, y siempre son pocos.
Sí puedo llegar a compartir que muchas veces los juguetes no son los deseables del punto de vista de la creatividad o el desarrollo del niño, pero no es una afirmación que yo haría de forma dogmática.
Un juguete es un estímulo sin más. La creatividad se puede apoyar en ello pero no puede estar determinada por él. Y un niño sin miedo a equivocarse, ni miedo a ser castigado, sin imposiciones ni limites sociales absurdos se encarga de encontrar al juguete que sea una utilidad… aunque mas no sea con la caja donde venía el trasto en cuestión.
Lo que quiero decir es que no depende del juguete, sino del niño/a y su entorno, como decíamos, del uso “permitido” que se le dé y de la rigidez o no con se juegue con él.
Por ejemplo, he disfrutado de juegos a priori competitivos aprovechados de fábula para establecer sinergias de cooperación y juegos diseñados para  la cooperación y la solidaridad que en la práctica estimulan todo lo contrario.
Si algo me preocupa de un punto de vista social y familiar, de este fenómeno  no es tanto que sean muchas las cenas, comidas o regalos. Mucho puede ser simplemente una opinión o un juicio de valor.
Para mí no es tanto la cantidad, si son dos, tres o cuatro, sino porque son dos, tres o cuatro… o ninguno/a. El cómo vivimos, percibimos, cómo nos relacionamos, las razones y el sentido que le damos a cada uno de estos acontecimientos. Esto es lo que es esencial.
En el tema de “regalos de navidad” hay todo tipo de comportamientos. Que según mi forma de verlo no se pueden juzgar por aspectos numéricos o conceptuales como juguete tradicional vs. juguete electrónico o grandes almacenes vs. juguetería didáctica.

¿Qué hay detrás de un padre o madre que decide “jugar” al chantaje con un trozo de carbón de azúcar en lugar de un regalo?
¿Y qué hay detrás del discurso “anti consumo”? que decide que no hay regalos, en una especie de rebeldía de salón contra el sistema.
Porque una familia  decide que serán todos los juguetes que el niño pida, o aquella otra que  decide que los niños no elegirán nada y todo será “sorpresa”… o lo que es lo mismo… “yo elijo por ti”.

Siempre resulta interesante analizar a aquellos seres humanos que encargan a otros lo que regalar porque no tienen tiempo y “descubren” junto a sus hijos lo que ellos han “pagado”, o por contrapartida a los que participan activamente de la compra, de la preparación, del disfrute…  obviamente nada es gratis y todo cuenta.

P: ¿Recomendarías algún regalo para disfrutar la familia al completo?

R: A mí me gustan mucho los juegos de caja cooperativos. Donde los objetivos son comunes y del trabajo de cada uno, depende el resultado global.
No te digo un regalo en particular, sin embargo creo que en estos días hay que visitar tiendas específicas de juguete “cuidado e intencionado” que se aleja de lo establecido.

www.pxleyes.com

No digo que no “escuchemos” peticiones de otro tipo, digamos más comerciales, digo que añadamos quizá otro tipo de juguete que necesita del niño para ser, y no tanto que convierte al niño en un espectador. De hecho para mí ésta es la clave. Juguetes con o sin vida… en función de la participación del niño.  Juguetes que son juguetes por que el niño les da vida o juguetes inertes para siempre en una estantería o un cajón.
Ahora bien, dicho esto… cualquier regalo se puede vivir en familia. Estoy convencido.
 Todo se puede transformar en juego si uno tiene la claridad de en qué dirección hacerlo y la voluntad de hacerlo.

P: ¿Qué trucos o consejos darías a los padres para que inviertan el tiempo en estar con sus hijos en vez de invertir principalmente el dinero en ellos?

R:Yo no creo en los trucos… ni en las recetas. Creo que las ideas iluminan otras ideas. Creo en la influencia positiva de aquello que funciona para crecer.
Quizá entonces deberíamos saber qué significa invertir tiempo en estar con los hijos, como me preguntas… lo cual me lleva a mí a preguntarme qué es “estar” con los hijos.
Desde ese punto de vista, les diría a padres y madres que abolieran el cacareado discurso que no importa tanto la cantidad de horas que pasamos con nuestros hijos como la calidad de las horas que pasamos. Este es uno de los inventos del sistema para ayudarnos a manejar la culpa mientras seguimos siendo rentables y le ayudamos a perpetuarle.
No me creo que se puedan garantizar unas pocas horas de calidad, en cuanto a presencia emocional, en aquellos que emocionalmente viven exiliados de la paternidad o maternidad. Simplemente no me lo creo.
Es de Perogrullo que un montón de horas de presencia física y ausencia emocional no sirven demasiado al vínculo y a la autoestima de nuestros hijos aunque les pongas una juguetería en el salón. Y es más de Perogrullo aún que si tu presencia es escasa a lo largo del día, será porque has estado en otro lado, y de alguna manera se te va a extrañar.
Se trata de atrapar el segundo, de vivir el presente. Es decir que cuando estás en un aquí y ahora, estás física y emocionalmente, viviendo ese instante que es tu vida.
No funciona que esté mi cuerpo físico mientras lo esencial de mí se quedó en la oficina. Simplemente no funciona y por cierto al revés tampoco.
Mientras redactas un informe o tienes una reunión con un cliente… eso también es tu vida, y de poco sirve que solo lo hagas físicamente, si tus emociones se han hecho un viaje astral al universo familiar… Esa trampa de no estar nunca donde quieres estar es demoledora para el ser humano. Luego, vive tu presente… el que sea que has elegido sin culpas y con responsabilidad.
Por cierto a los regalos se les llama “presentes”… ¿te has fijado?
Por algo será… eso me invita a pensar que cualquier día del año es bueno para hacer un regalo si tu cuerpo y corazón te lo piden. Es tu presente. Tu presente emocional ofrecido a otro.
En un adulto se entiende bien, no entiendo por qué no en un niño.

P: Por último me gustaría saber si eres de Papá Noel o de los Reyes Magos. ¿Ya les has escrito? ¿Qué te gustaría que te regalen?

R: Soy claramente de Reyes, solo en lo que a la magia y la ilusión se refiere eh? En otro tipo de reyes dejé de creer en  cuanto estudié un poco de Historia ;)
He sido un niño que ha crecido con esta tradición. En mi país, Uruguay el fenómeno “santa” o papá Noel fue tardío.
No sé cómo está en este momento, donde mi gente allí festeja “Halloween” como aquí y por cierto como “allí en el norte”… pero en los años 70 y 80, papá Noel no era más que un detalle, un juguetito… al volver de la cena de Nochebuena en el árbol. “El regalo, regalo”… eso eran los reyes.
En cuanto a pedir…. Bueno nunca hemos sido de pedir, o por lo menos no lo recuerdo. Si recuerdo con cariño que “mis reyes” nos dejaban algún regalo personal y siempre un juguete compartido para jugar los hermanos juntos. De hecho mantengo ahora esa tradición.
No crecí en una sociedad tan masivamente consumista, con catálogos de juguetes en papel, grandes superficie, campañas tan agresivas en la tele. En aquellos años los “estrenos Disney” eran las pelis de los años 50’.
Tuve la fortuna de tener reyes de juguetería o tienda especializada. Esa época en la que los balones se compraban en las tiendas de deporte y las bicicletas en la bicicletería del barrio. Creo sinceramente que “mis reyes” tuvieron más libertad que los actuales…
¿Qué quiero que me regalen? (risa)… por un momento  me siento como una miss… “la paz en el mundo”, “que se acabe el hambre y la guerra”… pero no, no haré demagogia con esto ;)
No sé si es un regalo, sin embargo sí aspiro a que mi familia y yo sigamos creciendo serenos  y conscientes, sin sobresaltos… con los ojos bien abiertos a lo que sentimos unos por otros, a fin de cuidarlo y alimentarlo día a día, muy a pesar del entorno en el que nos movemos todos.

P: ¿Quieres añadir algo más? 

R: Gracias por contar conmigo y por tu paciencia!
Un placer hacerlo y muchas gracias por tus respuestas! Me ha parecido muy interesante, sobre todo eso de desterrar mitos y ser conscientes del mundo y la época en la que vivimos. Gracias de verdad ;)

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Consumo, regalos y tiempo en Navidad: Entrevista a Alejandro Busto Castelli:

«…les diría a padres y madres que abolieran el cacareado discurso que no importa tanto la cantidad de horas que pasamos con nuestros hijos como la calidad de las horas que pasamos. Este es uno de los inventos del sistema para ayudarnos a manejar la culpa mientras seguimos siendo rentables y le ayudamos a perpetuarle…»

por Cristina Saraldi

Como primer post de este año, quiero invitaros a reflexionar sobre el significado navideño en las familias gracias a la entrevista que hice a Alejandro Busto, psicólogo y padre comprometido con la infancia.

Alejandro Busto Castelli es cofundador y codirector del proyecto Psicología CEIBE de Madrid (España), un lugar de encuentro en torno a la crianza en positivo y al desarrollo consciente de las personas. CEIBE abarca el asesoramiento y terapia para padres, madres y niños/as, la realización de conferencias, talleres, seminarios y encuentros para hombres y padres, todo ello en torno a la paternidad y al desarrollo de adultos y niños en libertad. Desde hace 12 años es también profesor en empresas y universidad, formando profesionales en el mundo de las habilidades directivas. Bajo un prisma humanista, aborda temas como la comunicación emocional, la gestión de conflictos interpersonales, la creación de equipos de alto rendimiento, la creatividad, la motivación o la dirección de personas.
Es coautor del libro de reciente publicación Una nueva paternidad de la editorial PB.

Espero que la disfrutéis y, ya que los Reyes están a la vuelta de la esquina, tengáis en cuenta alguno de sus consejos.
Gracias Alejandro por tu tiempo.

PREGUNTA: Me gustaría hablar acerca del exceso que supone la Navidad en todos los niveles. Por un lado, la cantidad de reuniones familiares, por otro lado, la comida y por último, y a mí el que más me preocupa, la cantidad desmesurada de regalos que se compran. ¿Cómo puede afectar en las familias tanto consumismo?

RESPUESTA: Con independencia del tema regalos, desde mi punto de vista no es que el consumismo “nos afecte” familiarmente. Es que resulta el corazón del propio sistema, su leiv motiv, su razón de ser. No nos puede afectar más. Somos  cautivos de él.
Los regalos en estas fechas no son otra cosa que un hito más en esta carrera, por cierto programado y agendado como tantos otros momentos del año. Hablamos que algunas empresas de este país facturan el 70 % de toda su facturación anual en estas fechas, fíjate hasta qué punto afecta el consumismo a este juego capitalista y consumista al que por cierto de una forma u otra, con más o menos conciencia, todos jugamos.

Benjamin Lacombe
Déjame hacerte una observación. Regalamos, cenamos, nos queremos y cuidamos según el mercado decide que debemos hacerlo. Es una sutil manipulación calendarizada a lo largo del año, de nuestros afectos, nuestras creencias culturales y religiosas, nuestras emociones y nuestras carencias. Las llamadas “fiestas” son el punto álgido de esta manipulación, como lo demuestran las cifras. Digamos entonces que por ser el número estrella del circo, no deja de ser parte del mismo.

Ahora bien, este circo se puede vivir de diferentes maneras. Podemos ser conscientes de que somos parte de él o puedes creerte que no hay tal circo. Puedes seguir delegando tu vida o puedes intentar vivirla. En los circos hay muchos roles. ¿Tú quién eres cuando entras en una tienda en estas fechas y decides regalar algo?  Quizá no seas el dueño del circo, esto parece claro… pero ¿eres público?, ¿trapecista?, ¿el payaso? ¿el actor principal?, ¿el animal secuestrado y maltratado para que otros rían tus gracias?… Me parece importante primero definir mi rol en este jueguecito y  obviamente el resultado final, una vez definido el rol, no debería ser el mismo.
Cuando hablo de resultado final me refiero a nuestra forma de relacionarnos con cada final o comienzo de año y sus respectivas celebraciones. En resumidas cuentas y desde mi visión o lo vives haciéndote dueño de tus decisiones al respecto, o te conviertes tú en parte de la decisión de otros.


PREGUNTA: Pienso que los niños se llenan de juguetes y objetos muchas veces inservibles y que además en cantidad de ocasiones no les ayudan a desarrollar su creatividad, ¿crees que sería más interesante medir los regalos y repartirlos a lo largo del año?

RESPUESTA: Primero déjame decirte que para un niño el número de juguetes nunca es suficiente. El juego es algo muy serio y no me preocupa nada eso de “tiene muchos juguetes”. Como con los años ha dejado de preocuparme aquel “no cuida sus juguetes, porque tiene muchos y no los valora”… He aprendido que este tipo de afirmación, vivida desde la visión de un niño, tiene que ver más con su necesidad y el uso que él mismo le da al juguete, que con el descuido. Es más un “los cuida y usa de una manera útil para él”, que obviamente no es la mía, ni la que la sociedad impone. Por cierto en terapia tenemos muchísimos juguetes…, y siempre son pocos.
Sí puedo llegar a compartir que muchas veces los juguetes no son los deseables del punto de vista de la creatividad o el desarrollo del niño, pero no es una afirmación que yo haría de forma dogmática.
Un juguete es un estímulo sin más. La creatividad se puede apoyar en ello pero no puede estar determinada por él. Y un niño sin miedo a equivocarse, ni miedo a ser castigado, sin imposiciones ni limites sociales absurdos se encarga de encontrar al juguete que sea una utilidad… aunque mas no sea con la caja donde venía el trasto en cuestión.
Lo que quiero decir es que no depende del juguete, sino del niño/a y su entorno, como decíamos, del uso “permitido” que se le dé y de la rigidez o no con se juegue con él.
Por ejemplo, he disfrutado de juegos a priori competitivos aprovechados de fábula para establecer sinergias de cooperación y juegos diseñados para  la cooperación y la solidaridad que en la práctica estimulan todo lo contrario.
Si algo me preocupa de un punto de vista social y familiar, de este fenómeno  no es tanto que sean muchas las cenas, comidas o regalos. Mucho puede ser simplemente una opinión o un juicio de valor.
Para mí no es tanto la cantidad, si son dos, tres o cuatro, sino porque son dos, tres o cuatro… o ninguno/a. El cómo vivimos, percibimos, cómo nos relacionamos, las razones y el sentido que le damos a cada uno de estos acontecimientos. Esto es lo que es esencial.
En el tema de “regalos de navidad” hay todo tipo de comportamientos. Que según mi forma de verlo no se pueden juzgar por aspectos numéricos o conceptuales como juguete tradicional vs. juguete electrónico o grandes almacenes vs. juguetería didáctica.

¿Qué hay detrás de un padre o madre que decide “jugar” al chantaje con un trozo de carbón de azúcar en lugar de un regalo?
¿Y qué hay detrás del discurso “anti consumo”? que decide que no hay regalos, en una especie de rebeldía de salón contra el sistema.
Porque una familia  decide que serán todos los juguetes que el niño pida, o aquella otra que  decide que los niños no elegirán nada y todo será “sorpresa”… o lo que es lo mismo… “yo elijo por ti”.

Siempre resulta interesante analizar a aquellos seres humanos que encargan a otros lo que regalar porque no tienen tiempo y “descubren” junto a sus hijos lo que ellos han “pagado”, o por contrapartida a los que participan activamente de la compra, de la preparación, del disfrute…  obviamente nada es gratis y todo cuenta.

P: ¿Recomendarías algún regalo para disfrutar la familia al completo?

R: A mí me gustan mucho los juegos de caja cooperativos. Donde los objetivos son comunes y del trabajo de cada uno, depende el resultado global.
No te digo un regalo en particular, sin embargo creo que en estos días hay que visitar tiendas específicas de juguete “cuidado e intencionado” que se aleja de lo establecido.

www.pxleyes.com

No digo que no “escuchemos” peticiones de otro tipo, digamos más comerciales, digo que añadamos quizá otro tipo de juguete que necesita del niño para ser, y no tanto que convierte al niño en un espectador. De hecho para mí ésta es la clave. Juguetes con o sin vida… en función de la participación del niño.  Juguetes que son juguetes por que el niño les da vida o juguetes inertes para siempre en una estantería o un cajón.
Ahora bien, dicho esto… cualquier regalo se puede vivir en familia. Estoy convencido.
 Todo se puede transformar en juego si uno tiene la claridad de en qué dirección hacerlo y la voluntad de hacerlo.

P: ¿Qué trucos o consejos darías a los padres para que inviertan el tiempo en estar con sus hijos en vez de invertir principalmente el dinero en ellos?

R:Yo no creo en los trucos… ni en las recetas. Creo que las ideas iluminan otras ideas. Creo en la influencia positiva de aquello que funciona para crecer.
Quizá entonces deberíamos saber qué significa invertir tiempo en estar con los hijos, como me preguntas… lo cual me lleva a mí a preguntarme qué es “estar” con los hijos.
Desde ese punto de vista, les diría a padres y madres que abolieran el cacareado discurso que no importa tanto la cantidad de horas que pasamos con nuestros hijos como la calidad de las horas que pasamos. Este es uno de los inventos del sistema para ayudarnos a manejar la culpa mientras seguimos siendo rentables y le ayudamos a perpetuarle.
No me creo que se puedan garantizar unas pocas horas de calidad, en cuanto a presencia emocional, en aquellos que emocionalmente viven exiliados de la paternidad o maternidad. Simplemente no me lo creo.
Es de Perogrullo que un montón de horas de presencia física y ausencia emocional no sirven demasiado al vínculo y a la autoestima de nuestros hijos aunque les pongas una juguetería en el salón. Y es más de Perogrullo aún que si tu presencia es escasa a lo largo del día, será porque has estado en otro lado, y de alguna manera se te va a extrañar.
Se trata de atrapar el segundo, de vivir el presente. Es decir que cuando estás en un aquí y ahora, estás física y emocionalmente, viviendo ese instante que es tu vida.
No funciona que esté mi cuerpo físico mientras lo esencial de mí se quedó en la oficina. Simplemente no funciona y por cierto al revés tampoco.
Mientras redactas un informe o tienes una reunión con un cliente… eso también es tu vida, y de poco sirve que solo lo hagas físicamente, si tus emociones se han hecho un viaje astral al universo familiar… Esa trampa de no estar nunca donde quieres estar es demoledora para el ser humano. Luego, vive tu presente… el que sea que has elegido sin culpas y con responsabilidad.
Por cierto a los regalos se les llama “presentes”… ¿te has fijado?
Por algo será… eso me invita a pensar que cualquier día del año es bueno para hacer un regalo si tu cuerpo y corazón te lo piden. Es tu presente. Tu presente emocional ofrecido a otro.
En un adulto se entiende bien, no entiendo por qué no en un niño.

P: Por último me gustaría saber si eres de Papá Noel o de los Reyes Magos. ¿Ya les has escrito? ¿Qué te gustaría que te regalen?

R: Soy claramente de Reyes, solo en lo que a la magia y la ilusión se refiere eh? En otro tipo de reyes dejé de creer en  cuanto estudié un poco de Historia ;)
He sido un niño que ha crecido con esta tradición. En mi país, Uruguay el fenómeno “santa” o papá Noel fue tardío.
No sé cómo está en este momento, donde mi gente allí festeja “Halloween” como aquí y por cierto como “allí en el norte”… pero en los años 70 y 80, papá Noel no era más que un detalle, un juguetito… al volver de la cena de Nochebuena en el árbol. “El regalo, regalo”… eso eran los reyes.
En cuanto a pedir…. Bueno nunca hemos sido de pedir, o por lo menos no lo recuerdo. Si recuerdo con cariño que “mis reyes” nos dejaban algún regalo personal y siempre un juguete compartido para jugar los hermanos juntos. De hecho mantengo ahora esa tradición.
No crecí en una sociedad tan masivamente consumista, con catálogos de juguetes en papel, grandes superficie, campañas tan agresivas en la tele. En aquellos años los “estrenos Disney” eran las pelis de los años 50’.
Tuve la fortuna de tener reyes de juguetería o tienda especializada. Esa época en la que los balones se compraban en las tiendas de deporte y las bicicletas en la bicicletería del barrio. Creo sinceramente que “mis reyes” tuvieron más libertad que los actuales…
¿Qué quiero que me regalen? (risa)… por un momento  me siento como una miss… “la paz en el mundo”, “que se acabe el hambre y la guerra”… pero no, no haré demagogia con esto ;)
No sé si es un regalo, sin embargo sí aspiro a que mi familia y yo sigamos creciendo serenos  y conscientes, sin sobresaltos… con los ojos bien abiertos a lo que sentimos unos por otros, a fin de cuidarlo y alimentarlo día a día, muy a pesar del entorno en el que nos movemos todos.

P: ¿Quieres añadir algo más? 

R: Gracias por contar conmigo y por tu paciencia!
Un placer hacerlo y muchas gracias por tus respuestas! Me ha parecido muy interesante, sobre todo eso de desterrar mitos y ser conscientes del mundo y la época en la que vivimos. Gracias de verdad ;)

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ÁLBUM DE FOTOS.

Un día cualquiera te acuerdas de esas fotos. Preguntas por ellas y te mandan su ubicación, no por whatsapp, sino al estilo de las madres, en ese cajón de allí, en el estante de allá.Pasas las fotos. Nostalgia, melancolía y medias sonrisas. Pero por un …

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4 dias y bajando.

Seguimos la cuenta atrás a la inducción del parto, y por lo tanto al tan esperado de María, y es que estos días son sin duda los mas duros del embarazo.Lejos quedan ya, los cambios de humor, los primeros miedos al saber que vas a ser padre, el tener qu…

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El ocaso del clan de los rubios

«Se acerca el Invierno» está escrito en el escudo de armas de cierto clan en la serie de moda y de la misma forma, la hegemonía que hasta ahora mantenían los hermanos tiene visos de llegar a su fin…

El primero que llegó fue el rubio de los rizos y mechas californianas, se encontró con un país sin resistencia que le recibió con los brazos abiertos y la baba colgando. 18 meses duró su reinado en solitario, 18 felices meses con un reino entregado a cualquiera que fueran sus deseos, hasta que un buen día llegó el rubio del pelo liso, que rápidamente desplegó sus legiones y caballería, sitiando al hasta ahora único amo y señor del reino; Pero sabe más el diablo por viejo que por diablo, y como buen conocedor de sus tierras,  situó sus tropas en cerros, desfiladeros y pequeñas fortalezas que poco a poco fueron desgastando las fuerzas del joven invasor.

Y así, tras meses de encarnizada lucha al final los cuerpos diplomáticos de ambos bandos llegaron a la conclusión de «para qué pelear si hay pepinillos de sobra para los dos» y así surgió el clan de los rubios y el trono bicéfalo.

Los días pasaron, las estaciones fueron llegando y los años transcurrían con relativa paz y libres de amenazas externas. Cada uno de los hermanos se retiró a su medio reino permitiendo de vez en cuando, por lo de evitar el tedio de las tropas, y la relajación de costumbres, pequeñas escaramuzas para mantener firme la moral del pueblo fiel a su señor, a cual fuere que hubieran elegido claro.

Pero al igual que las guerras, ninguna paz es eterna y las hilanderas del destino nunca dejan de tejer…

Ahora, en los pequeños reinos del sur, aquellos que habían recibido a los rubios con los brazos abiertos y parecía que se habían sometido a sus designios ha comenzado a crecer la semilla de un regidor propio, uno que lleve su misma nariz y color de piel, que les llame mamá y papá y cuyas cacas olerán a rosas y especias orientales, al que poner vestiditos chochones y hacer kikis de tres pelos. 
Y ese clamor ha sido oído, y un nuevo aspirante al trono de los pepinillos de acerca desde el sur, lento (sobre todo para la futura madre) pero seguro.



¿Será este el ansiado Rey de más allá del Muro?

Se acerca el invierno y con él ¿la nueva amenaza para el trono de los rubios o un aliado más? ¿Tendremos una lucha a tres bandas? ¿Qué alianzas se formarán? ¿Se extenderá la guerra hacia los territorios del norte?

Por si alguno de los pocos lectores que aún espero que me queden, anda perdido les diré que en unos pocos días, quizás horas (si $cuñaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa tiene a bien soltarlo de una vez XDDD ) seré tío, oh YES WE ARE! 

Todo está ya preparado para la llegada de May litel sobrinou (léase con acentou de Quembrich) al que de momento llamaremos $pequeñoG al menos hasta que se haya ganado un nick por méritos claroestá. 

No voy a hacer ningún propósito de año nuevo ni nada por el estilo, a estas alturas me conozco de sobra para saber por dónde me tomo yo esos propósitos cuando llega Febrero, así que sin más diré que espero seguir manteniendo esto un poco, pues haber, hay mucho que contar.

Un saludo

Aclaraciones: perdón a todos aquellos que se han liado, culpa mía y de mi falta de tiempo. Hace ya unos cuantos meses que había escrito esta entrada y cuando lo hice aún no sabíamos el sexo del bebé, por eso, y a pesar de haberlo repasado (a mi manera) antes de publicar quedaban alusiones aún a un posible sexo femenino. Pero ha sido niño, tal como se esperaba y moreno tal como se espera de la genética. 

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El ocaso del clan de los rubios

«Se acerca el Invierno» está escrito en el escudo de armas de cierto clan en la serie de moda y de la misma forma, la hegemonía que hasta ahora mantenían los hermanos tiene visos de llegar a su fin…

El primero que llegó fue el rubio de los rizos y mechas californianas, se encontró con un país sin resistencia que le recibió con los brazos abiertos y la baba colgando. 18 meses duró su reinado en solitario, 18 felices meses con un reino entregado a cualquiera que fueran sus deseos, hasta que un buen día llegó el rubio del pelo liso, que rápidamente desplegó sus legiones y caballería, sitiando al hasta ahora único amo y señor del reino; Pero sabe más el diablo por viejo que por diablo, y como buen conocedor de sus tierras,  situó sus tropas en cerros, desfiladeros y pequeñas fortalezas que poco a poco fueron desgastando las fuerzas del joven invasor.

Y así, tras meses de encarnizada lucha al final los cuerpos diplomáticos de ambos bandos llegaron a la conclusión de «para qué pelear si hay pepinillos de sobra para los dos» y así surgió el clan de los rubios y el trono bicéfalo.

Los días pasaron, las estaciones fueron llegando y los años transcurrían con relativa paz y libres de amenazas externas. Cada uno de los hermanos se retiró a su medio reino permitiendo de vez en cuando, por lo de evitar el tedio de las tropas, y la relajación de costumbres, pequeñas escaramuzas para mantener firme la moral del pueblo fiel a su señor, a cual fuere que hubieran elegido claro.

Pero al igual que las guerras, ninguna paz es eterna y las hilanderas del destino nunca dejan de tejer…

Ahora, en los pequeños reinos del sur, aquellos que habían recibido a los rubios con los brazos abiertos y parecía que se habían sometido a sus designios ha comenzado a crecer la semilla de un regidor propio, uno que lleve su misma nariz y color de piel, que les llame mamá y papá y cuyas cacas olerán a rosas y especias orientales, al que poner vestiditos chochones y hacer kikis de tres pelos. 
Y ese clamor ha sido oído, y un nuevo aspirante al trono de los pepinillos de acerca desde el sur, lento (sobre todo para la futura madre) pero seguro.



¿Será este el ansiado Rey de más allá del Muro?

Se acerca el invierno y con él ¿la nueva amenaza para el trono de los rubios o un aliado más? ¿Tendremos una lucha a tres bandas? ¿Qué alianzas se formarán? ¿Se extenderá la guerra hacia los territorios del norte?

Por si alguno de los pocos lectores que aún espero que me queden, anda perdido les diré que en unos pocos días, quizás horas (si $cuñaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa tiene a bien soltarlo de una vez XDDD ) seré tío, oh YES WE ARE! 

Todo está ya preparado para la llegada de May litel sobrinou (léase con acentou de Quembrich) al que de momento llamaremos $pequeñoG al menos hasta que se haya ganado un nick por méritos claroestá. 

No voy a hacer ningún propósito de año nuevo ni nada por el estilo, a estas alturas me conozco de sobra para saber por dónde me tomo yo esos propósitos cuando llega Febrero, así que sin más diré que espero seguir manteniendo esto un poco, pues haber, hay mucho que contar.

Un saludo

Aclaraciones: perdón a todos aquellos que se han liado, culpa mía y de mi falta de tiempo. Hace ya unos cuantos meses que había escrito esta entrada y cuando lo hice aún no sabíamos el sexo del bebé, por eso, y a pesar de haberlo repasado (a mi manera) antes de publicar quedaban alusiones aún a un posible sexo femenino. Pero ha sido niño, tal como se esperaba y moreno tal como se espera de la genética. 

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¡Qué jodío el Rey Gaspar!

Como broche final a unas navidades tan felices como pasadas por agua en Gijón (las peores que recuerde en mucho tiempo… ¡11 días de 13 nos llovió!) llegaron SS.MM. los Reyes Magos de Oriente en helicóptero a la playa, donde el guaje pudo verlos bien cerquina e incluso tocarlos para mayor regocijo personal. Era el […]

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La navidad con niños: posibles problemas y como prevenirlos

Los niños viven estas fechas con una intensidad y una inocencia que se nos contagia y nos hace sentir la necesidad de conseguir que todas expectativas se vean correspondidas por una experiencia inolvidable.

Sin duda, el momento más esperado de los niños en las fiestas navideñas es el de recibir los regalos.
Aquí se plantean dos problemas básicos: ¿Cuándo regalar? y ¿Qué regalar?

¿Cuándo regalar?

¿Viene Papa Noel, vienen los Reyes Magos o viene todo el mundo en Navidad?
Aquí tenemos opiniones y costumbres para todos los gustos. Todas son igual de válidas si se sabe como argumentar con los niños el hecho de que los regalos se reciban en una u otra ocasión.

Los que prefieren Papa Noel

El argumento preferido de los adeptos de ‘Santa’ es el tiempo libre para jugar con los regalos en vacaciones. 
Es cierto que, si los niños reciben los regalos navideños el 25 de diciembre cuentan con casi todas las vacaciones de navidad para disfrutar con los juguetes. Pero también es cierto que los niños tienen recursos más que de sobra para pasárselo de maravilla durante las vacaciones sin necesidad de recibir los últimos juguetes que han pedido.

Los monárquicos

Los hay que no quieren perder la tradición española de regalar el Día de Reyes. «Yo soy más de los Reyes» te dicen.
Yo tengo una amiga que ha llegado ha hacer una página en Facebook para boicotear a Santa Claus… en fin…
Lo cierto es que los Reyes Magos tienen este carisma especial y ciertas tradiciones como la cabalgata que los hacen entrañables.

Los que escogen todo

Por ultimo quedan los que deciden regalar un poquito al principio y un poquito al final.
Seamos sinceros: al final nunca es un poquito… la cosa se desmadra.
Decidirse por esta opción es a veces una decisión meditada, pero lo cierto es que en ocasiones viene forzada por las circunstancias. 
Responder a preguntas como «¿Por qué Papa Noel va a la casa de Julián y no viene a la nuestra?» o «A Marta le han traído un videojuego los Reyes ¿Por qué a mi no me traen nada?» a veces son comprometidas y hay padres que prefieren dividir la ‘entrega de premios’ por este motivo.
Por otra parte, los vínculos familiares también cuentan. Si a las primas las visita Papa Noel y normalmente comemos juntos en Navidad puede que la comida sea un poco más tensa si las primas llegan con sus flamantes juguetes nuevos y yo no he tenido regalos en el árbol.
Yo me confieso que soy de los que regalo en ambas ocasiones. El motivo supongo que es un poco todo lo que acabo de explicar y además, que es lo que me hacían a mi de pequeño (que eso también cuenta)
Ayer, hablando con un amigo me comentaba que el a sus hijos les había explicado que Papa Noel no venia por su casa porque vivía en la nieve y en casa no hace frío. Pero como tienen una prima en Madrid que si que recibe regalos el 24 y viene a casa el 25, les explicó que Papa Noel solo reparte regalos en las zonas de nieve o de interior (que tienen clima más frío) Bueno, pues me parece una explicación estupenda para defender su opción ‘monarquica’ y mantener la ilusión de los niños.
Reconozco que cada vez veo más gente que se decide a regalar solo uno de estos días por cuestiones económicas y es que cada vez a más familias les cuesta muchísimo poder tener regalos una vez, y dos veces sería impensable).

¿Qué regalar?

Una vez que sabemos quién le va a traer los regalos a los niños se plantea otro problema: ¿Qué regalos va a pedir?

Yo aquí doy un consejo claro: Listas cerradas y consensuadas.

Es importante que el niño participe en la elaboración de la lista de regalos que le quiere pedir a los Reyes Magos o a Papa Noel. Si no sabe escribir se puede coger el catálogo de la juguetería y, tijeras en mano, cortar y pegar en la carta a los Reyes (si es el caso)

En este proceso es cuando podremos realmente influir en sus decisiones. Es cuando sacamos a relucir nuestro carisma de padres-vendedores. Pero lo importante es que ellos crean que son los que deciden.

Si no se hace así se corre el riesgo de que, una vez comprados los regalos, el niño cambie de idea y reescriba la carta.

Yo personalmente, una vez cerrada la carta la escaneo y la envío por email a Santa o a Melchor.

No falla, en las siguientes visitas a cualquier centro comercial intentará añadir cosas a la lista. La respuesta: «Noo, eso no lo pusiste en la lista. No te preocupes lo apuntamos y te lo regalamos nosotros en tu cumple».

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La navidad con niños: posibles problemas y como prevenirlos

Los niños viven estas fechas con una intensidad y una inocencia que se nos contagia y nos hace sentir la necesidad de conseguir que todas expectativas se vean correspondidas por una experiencia inolvidable.

Sin duda, el momento más esperado de los niños en las fiestas navideñas es el de recibir los regalos.
Aquí se plantean dos problemas básicos: ¿Cuándo regalar? y ¿Qué regalar?

¿Cuándo regalar?

¿Viene Papa Noel, vienen los Reyes Magos o viene todo el mundo en Navidad?
Aquí tenemos opiniones y costumbres para todos los gustos. Todas son igual de válidas si se sabe como argumentar con los niños el hecho de que los regalos se reciban en una u otra ocasión.

Los que prefieren Papa Noel

El argumento preferido de los adeptos de ‘Santa’ es el tiempo libre para jugar con los regalos en vacaciones. 
Es cierto que, si los niños reciben los regalos navideños el 25 de diciembre cuentan con casi todas las vacaciones de navidad para disfrutar con los juguetes. Pero también es cierto que los niños tienen recursos más que de sobra para pasárselo de maravilla durante las vacaciones sin necesidad de recibir los últimos juguetes que han pedido.

Los monárquicos

Los hay que no quieren perder la tradición española de regalar el Día de Reyes. «Yo soy más de los Reyes» te dicen.
Yo tengo una amiga que ha llegado ha hacer una página en Facebook para boicotear a Santa Claus… en fin…
Lo cierto es que los Reyes Magos tienen este carisma especial y ciertas tradiciones como la cabalgata que los hacen entrañables.

Los que escogen todo

Por ultimo quedan los que deciden regalar un poquito al principio y un poquito al final.
Seamos sinceros: al final nunca es un poquito… la cosa se desmadra.
Decidirse por esta opción es a veces una decisión meditada, pero lo cierto es que en ocasiones viene forzada por las circunstancias. 
Responder a preguntas como «¿Por qué Papa Noel va a la casa de Julián y no viene a la nuestra?» o «A Marta le han traído un videojuego los Reyes ¿Por qué a mi no me traen nada?» a veces son comprometidas y hay padres que prefieren dividir la ‘entrega de premios’ por este motivo.
Por otra parte, los vínculos familiares también cuentan. Si a las primas las visita Papa Noel y normalmente comemos juntos en Navidad puede que la comida sea un poco más tensa si las primas llegan con sus flamantes juguetes nuevos y yo no he tenido regalos en el árbol.
Yo me confieso que soy de los que regalo en ambas ocasiones. El motivo supongo que es un poco todo lo que acabo de explicar y además, que es lo que me hacían a mi de pequeño (que eso también cuenta)
Ayer, hablando con un amigo me comentaba que el a sus hijos les había explicado que Papa Noel no venia por su casa porque vivía en la nieve y en casa no hace frío. Pero como tienen una prima en Madrid que si que recibe regalos el 24 y viene a casa el 25, les explicó que Papa Noel solo reparte regalos en las zonas de nieve o de interior (que tienen clima más frío) Bueno, pues me parece una explicación estupenda para defender su opción ‘monarquica’ y mantener la ilusión de los niños.
Reconozco que cada vez veo más gente que se decide a regalar solo uno de estos días por cuestiones económicas y es que cada vez a más familias les cuesta muchísimo poder tener regalos una vez, y dos veces sería impensable).

¿Qué regalar?

Una vez que sabemos quién le va a traer los regalos a los niños se plantea otro problema: ¿Qué regalos va a pedir?

Yo aquí doy un consejo claro: Listas cerradas y consensuadas.

Es importante que el niño participe en la elaboración de la lista de regalos que le quiere pedir a los Reyes Magos o a Papa Noel. Si no sabe escribir se puede coger el catálogo de la juguetería y, tijeras en mano, cortar y pegar en la carta a los Reyes (si es el caso)

En este proceso es cuando podremos realmente influir en sus decisiones. Es cuando sacamos a relucir nuestro carisma de padres-vendedores. Pero lo importante es que ellos crean que son los que deciden.

Si no se hace así se corre el riesgo de que, una vez comprados los regalos, el niño cambie de idea y reescriba la carta.

Yo personalmente, una vez cerrada la carta la escaneo y la envío por email a Santa o a Melchor.

No falla, en las siguientes visitas a cualquier centro comercial intentará añadir cosas a la lista. La respuesta: «Noo, eso no lo pusiste en la lista. No te preocupes lo apuntamos y te lo regalamos nosotros en tu cumple».

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Lo más leído del 2013: Nuestro Top 5


Desde Psicología Ceibe queremos agradecer a todos los que nos han seguido, nos han dedicado tiempo de lectura y reflexión y han contado de una u otra manera con nuestra visión del mundo, pero especialmente y sobre todo,  a nuestros pacientes, por permitirnos el privilegio de acompañarles por el difícil camino de sus heridas, por valientes, por generosos, por ayudarnos también a nosotros a crecer.
 

“Las palabras son pedazos de afecto que transportan a veces un poco de información”

Boris Cyrulnik

 
En las últimas horas de este año 2013, os dejamos con aquellos artículos del blog, que vosotros habeis elegido para leer, difundir, compartir o simplemente para mirarse al espejo personal y seguir creciendo juntos.

Top 5
El diván de Peter Pan por Alejandro Busto Castelli

El nacimiento de un grupo de hombres, un círculo masculino en Madrid, junto con la publicación del libro «Una nueva paternidad» dió lugar a estas líneas donde reflexionabamos sobre la importancia del sentir masculino y el nuevo rol del hombre en la sociedad actual.

Top 4
Estoy enamorada de vuestro padre por Olga Carmona

Las palabras de Silvio Rodriguez en el tema «Oleo de mujer con sombrero» sirven de introducción y tremenda metáfora de esta declaración de amor de pareja…»Los amores cobardes no llegan a amores ni a historias, se quedan ahí, ni el recuerdo los puede salvar…” 

Top 3
Me pica la pepa  por Olga Carmona

La maternidad más oscura, los fantasmas y la dificultad para encontrar la coherencia con la que educar en el día a día.
  
Top 2
¡Sucios, desordenados y descalzos!  por Olga Carmona 

Una reflexión sobre la ecopedagogía o pedagogía verde, una propuesta valiente de reencontrarnos con nuestra esencia y alejarnos de los modelos tradicionales, enfermos y antropocéntricos.

Top 1
Educar vs. Adiestrar: por Olga Carmona

El articulo más leído de este año y el segundo más leído desde que tenemos el blog, es una critica sin matices al actual sistema educativo, desde dentro de si mismo. Con la humildad de no haber encontrado aún el camino alternativo y con toda la fuerza para pelear cada día por encontrarlo.

¡Feliz 2014! 
Alejandro y Olga

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¡Feliz 2014! 
Alejandro y Olga

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Docente adrede

«Todos venimos al mundo con la obsesión de un imposible. Y cuando tomamos conciencia de que el imposible es eso: un imposible, ya es tarde para refugiarnos en la sensatez.
Todos queremos lo que no se puede, somos fanáticos de lo prohibido. Algunos lo llaman utopía, pero la utopía es más seductora. No tiene puertas cerradas como lo imposible. No nos desprecia como lo prohibido. La utopía tiene la gracia de los mitos, la maravilla de las quimeras, si tenemos ánimo, paciencia y un poco de ilusión, podemos navegar en la barcaza de la utopía, pero no en el acorazado de lo imposible.»
 
Este párrafo extraído del precioso libro «Vivir adrede» de mi admirado Mario Benedetti resume a la perfección el sentimiento con el que cierro este año 2013 y que siento la necesidad de compartir con vosotros/as. Me siento, más que nunca, navegando en la barcaza de mi utopía, con el ánimo, la paciencia y la iusión necesarios como para dejar atrás el acorazado de lo imposible.
 
Y es que tras estos últimos años dejándome jirones de vida por conseguir mi sueño, después de haberle mirado a los ojos a lo imposible, de darme cuenta que no hay vuelta atrás porque es mucha la pasión y el entusiasmo invertidos (a veces con la tentación de pensar que fuesen malgastados), en definitiva, de darme cuenta que ya es tarde para refugiarme en la sensatez, he llegado a la conclusión de que soy un docente adredealguien empecinado en no dejar de ser nunca un guardián de los sueños y de las expectativas con las que todo niño o niña viene a este mundo, alguien capaz de aportar valor a su mundo a través de la palabra generosa de ánimo y de la mano tendida de impulso, aun cuando esté empolvada de tiza, alguien que se siente bien cuando consigue que los demás crean en sí mismos/as, alguien para quien ser docente es su forma de entender la vida.
 
En éste último post del año, quiero «desnudar» mi sueño ante vosotros/as, porque en 2014 cuento con vuestro apoyo y vuestra ayuda para hacer que mi utopía se convierta en realidad.
 
 
Te invito a que entres en http://cuentocontigoen2014.wix.com/ahora y descubras mi sueño, mi utopía, mi gran ilusión. Feliz 2014
 
 
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Docente adrede

«Todos venimos al mundo con la obsesión de un imposible. Y cuando tomamos conciencia de que el imposible es eso: un imposible, ya es tarde para refugiarnos en la sensatez.
Todos queremos lo que no se puede, somos fanáticos de lo prohibido. Algunos lo llaman utopía, pero la utopía es más seductora. No tiene puertas cerradas como lo imposible. No nos desprecia como lo prohibido. La utopía tiene la gracia de los mitos, la maravilla de las quimeras, si tenemos ánimo, paciencia y un poco de ilusión, podemos navegar en la barcaza de la utopía, pero no en el acorazado de lo imposible.»
 
Este párrafo extraído del precioso libro «Vivir adrede» de mi admirado Mario Benedetti resume a la perfección el sentimiento con el que cierro este año 2013 y que siento la necesidad de compartir con vosotros/as. Me siento, más que nunca, navegando en la barcaza de mi utopía, con el ánimo, la paciencia y la iusión necesarios como para dejar atrás el acorazado de lo imposible.
 
Y es que tras estos últimos años dejándome jirones de vida por conseguir mi sueño, después de haberle mirado a los ojos a lo imposible, de darme cuenta que no hay vuelta atrás porque es mucha la pasión y el entusiasmo invertidos (a veces con la tentación de pensar que fuesen malgastados), en definitiva, de darme cuenta que ya es tarde para refugiarme en la sensatez, he llegado a la conclusión de que soy un docente adredealguien empecinado en no dejar de ser nunca un guardián de los sueños y de las expectativas con las que todo niño o niña viene a este mundo, alguien capaz de aportar valor a su mundo a través de la palabra generosa de ánimo y de la mano tendida de impulso, aun cuando esté empolvada de tiza, alguien que se siente bien cuando consigue que los demás crean en sí mismos/as, alguien para quien ser docente es su forma de entender la vida.
 
En éste último post del año, quiero «desnudar» mi sueño ante vosotros/as, porque en 2014 cuento con vuestro apoyo y vuestra ayuda para hacer que mi utopía se convierta en realidad.
 
 
Te invito a que entres en http://cuentocontigoen2014.wix.com/ahora y descubras mi sueño, mi utopía, mi gran ilusión. Feliz 2014
 
 
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Cuando creí que no volvería…

Hola a tod@s de nuevo.

Esta es una vuelta en toda regla. Nunca me han faltado ganas de volver a escribir, pero ahora he encontrado el motivo. En este artículo os explicaré cómo y por qué.

Así empezó todo

Este blog empezó hace mucho tiempo que escribí por primera vez en este blog. Más exactamente 7 años 6 meses y 26 días, aunque a mi me parece ya toda una vida.

«¿De qué va el blog?» Así se titulaba la primera entrada de aquel mayo del 2006. Toda una declaración de intenciones. Intención de compartir mi experiencia, mi búsqueda de la paternidad y sobre todo ayudar a otras parejas que pasen por la misma situación de querer ser padres.

Misión Cumplida

El 24 de septiembre de 2008 nació Alonso y hasta entonces había compartido TODO con vosotros: alegrías, preocupaciones, reflexiones, información… y la respuesta fue espectacular y nunca me cansaré de agradecer la fidelidad y la participación de todos los lectores del blog.

Cuidando al bebé

Con Alonso con nosotros no dudamos ni un segundo en que podíamos seguir ayudando a otro padres ‘novatos’ como nosotros y que a los que nos leían porque aún estaban en pleno proceso de ‘búsqueda’ pronto agradecerían conocer también los más y los menos de esa primera etapa como padres.

Así fue como os comenté momentos tan especiales como el primer baño, su primer amigo: Pocoyó (que aún es un imprescindible en su cama), o algunos momentos tan delicados como la neumonía a los 10 meses o alguna negligencia médica que sufrimos.

El parón

Muchos habréis pensado: «Ahora que es papá está más ocupado y ya no tiene tiempo para escribir». No voy a negar que desde que tengo a Alonso el orden de prioridades ha cambiado y que ser padre lleva tiempo. Pero soy una persona suficientemente organizada y aún así he conseguido dedicar bastante tiempo a otras publicaciones de mi ámbito profesional, a cuidar mi marca personal y a tener una vida activa en Social Media en otros ámbitos de mi vida. Así que ese no es el motivo de que no escribiese más.

El año pasado escribí un último artículo sobre como habíamos conseguido quitarle el pañal. Fue el fruto de mucho tiempo con la sensación de que me quedaban muchos cabos sueltos y cosas por contar.

Pero también tenía la sensación de que al público al que iba enfocado este blog en un principio (futuros papás y padres primerizos). Por eso dejé de escribir.

Pero no he dejado de darle vueltas y dudar.

Cambio de rumbo

No sé bien si me he autoconvencido o es que cada vez que me pasa algo me planteo aquello de que «esto podría ayudar a otros padres» que me llevó a abrir el blog.

El caso es que tengo la decidida intención de empezar a escribir de nuevo, pero esta vez con otro tipo de publicaciones más orientadas a padres que, como yo, tienen a un hijo (o hija) creciendo a toda prisa y convirtiendo a nuestros bebés en niños que nos sorprenden cada día.

Este artículo es una clara declaración de intenciones nueva. Es como renovar el compromiso con vosotros. Espero estar a la altura. Sé que vosotros lo estaréis porque he seguido recibiendo visitas y comentarios en todo este tiempo. Incluso cuando no he escrito nada en más de un año.

GRACIAS

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Cuando creí que no volvería…

Hola a tod@s de nuevo.

Esta es una vuelta en toda regla. Nunca me han faltado ganas de volver a escribir, pero ahora he encontrado el motivo. En este artículo os explicaré cómo y por qué.

Así empezó todo

Este blog empezó hace mucho tiempo que escribí por primera vez en este blog. Más exactamente 7 años 6 meses y 26 días, aunque a mi me parece ya toda una vida.

«¿De qué va el blog?» Así se titulaba la primera entrada de aquel mayo del 2006. Toda una declaración de intenciones. Intención de compartir mi experiencia, mi búsqueda de la paternidad y sobre todo ayudar a otras parejas que pasen por la misma situación de querer ser padres.

Misión Cumplida

El 24 de septiembre de 2008 nació Alonso y hasta entonces había compartido TODO con vosotros: alegrías, preocupaciones, reflexiones, información… y la respuesta fue espectacular y nunca me cansaré de agradecer la fidelidad y la participación de todos los lectores del blog.

Cuidando al bebé

Con Alonso con nosotros no dudamos ni un segundo en que podíamos seguir ayudando a otro padres ‘novatos’ como nosotros y que a los que nos leían porque aún estaban en pleno proceso de ‘búsqueda’ pronto agradecerían conocer también los más y los menos de esa primera etapa como padres.

Así fue como os comenté momentos tan especiales como el primer baño, su primer amigo: Pocoyó (que aún es un imprescindible en su cama), o algunos momentos tan delicados como la neumonía a los 10 meses o alguna negligencia médica que sufrimos.

El parón

Muchos habréis pensado: «Ahora que es papá está más ocupado y ya no tiene tiempo para escribir». No voy a negar que desde que tengo a Alonso el orden de prioridades ha cambiado y que ser padre lleva tiempo. Pero soy una persona suficientemente organizada y aún así he conseguido dedicar bastante tiempo a otras publicaciones de mi ámbito profesional, a cuidar mi marca personal y a tener una vida activa en Social Media en otros ámbitos de mi vida. Así que ese no es el motivo de que no escribiese más.

El año pasado escribí un último artículo sobre como habíamos conseguido quitarle el pañal. Fue el fruto de mucho tiempo con la sensación de que me quedaban muchos cabos sueltos y cosas por contar.

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Pero no he dejado de darle vueltas y dudar.

Cambio de rumbo

No sé bien si me he autoconvencido o es que cada vez que me pasa algo me planteo aquello de que «esto podría ayudar a otros padres» que me llevó a abrir el blog.

El caso es que tengo la decidida intención de empezar a escribir de nuevo, pero esta vez con otro tipo de publicaciones más orientadas a padres que, como yo, tienen a un hijo (o hija) creciendo a toda prisa y convirtiendo a nuestros bebés en niños que nos sorprenden cada día.

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GRACIAS

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Y pasaron las fiestas.

Pues el final de la navidad ha llegado, al fin.Y digo al fin, porque un poco mas y no se sobrevive a ello. La cantidad de comida que puede ingerir una persona humana sin explotar es increíble.Tanta ha sido la injesta, que el lunes que viene, en la ecog…

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