"Estar bien" es como no decir nada.

Nuestro hogar es el cuerpo, la mente y nuestras emociones. Y es necesario saber que pasa dentro de nuestro hogar  para poder expresarnos y poder sanarnos. Cuando somos niños sentimos también, y por eso los niños no paran de moverse, de jugar porque necesitan hacerlo para sentir. Pero no están preparados para interpretar los que les pasa con la palabra, pero si con los gestos, con la risa, con el llanto. En la escuela, donde en general no dejan moverse a los niños y ni tampoco que se expresen tal y como son cada uno, que el resultado en muchos de los casos es la amputación de todo aquello que les sale de su mente creativa y por ende de su corazón. Si estas escuelas dejaran al niño, Seguramente en su adolescencia comenzaría a expresar aquello que pasa dentro de él de manera más clara, más  profunda. Y así algún día cuando tenga cuarenta, cincuenta o sesenta años y algún amigo, o quizás su madre le pregunte: ¿Qué tal estás? pueda contestar con toda su sinceridad de lo que le está pasando dentro de si, en su pequeño hogar. Si estás triste, si estás profundamente feliz, si estás tranquilo, o embargado quizás por un gran vacío. Así es como se abre el corazón y se comparte, se disfruta del otro y se le puede dar la oportunidad de amarlo.

http://www.morguefile.com

 Por eso cuando nos preguntamos de corazón: ¿Cómo estás?, cuando el corazón no queremos que hable decimos «estamos bien». Y como eso realmente lo que nos muestra es que no queremos compartir lo que nos pasa. Que estamos con el corazón cerrado y que tenemos tanto miedo a abrirlo. Y así dejamos que se marchite dentro de nuestra casa, de nuestro cuerpo, de nuestra mente, de nuestro ser.

Por eso cuando un amigo, un hijo, un hermano, un padre, una madre o un alma buena te pregunte: ¿Cómo estás?. Ábrele tu corazón. Dile lo que realmente te pasa. Los dos vais a salir ganando porque a lo mejor vuestros corazones tienen algo que decirse.

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"Estar bien" es como no decir nada.

Nuestro hogar es el cuerpo, la mente y nuestras emociones. Y es necesario saber que pasa dentro de nuestro hogar  para poder expresarnos y poder sanarnos. Cuando somos niños sentimos también, y por eso los niños no paran de moverse, de jugar porque necesitan hacerlo para sentir. Pero no están preparados para interpretar los que les pasa con la palabra, pero si con los gestos, con la risa, con el llanto. En la escuela, donde en general no dejan moverse a los niños y ni tampoco que se expresen tal y como son cada uno, que el resultado en muchos de los casos es la amputación de todo aquello que les sale de su mente creativa y por ende de su corazón. Si estas escuelas dejaran al niño, Seguramente en su adolescencia comenzaría a expresar aquello que pasa dentro de él de manera más clara, más  profunda. Y así algún día cuando tenga cuarenta, cincuenta o sesenta años y algún amigo, o quizás su madre le pregunte: ¿Qué tal estás? pueda contestar con toda su sinceridad de lo que le está pasando dentro de si, en su pequeño hogar. Si estás triste, si estás profundamente feliz, si estás tranquilo, o embargado quizás por un gran vacío. Así es como se abre el corazón y se comparte, se disfruta del otro y se le puede dar la oportunidad de amarlo.

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 Por eso cuando nos preguntamos de corazón: ¿Cómo estás?, cuando el corazón no queremos que hable decimos «estamos bien». Y como eso realmente lo que nos muestra es que no queremos compartir lo que nos pasa. Que estamos con el corazón cerrado y que tenemos tanto miedo a abrirlo. Y así dejamos que se marchite dentro de nuestra casa, de nuestro cuerpo, de nuestra mente, de nuestro ser.

Por eso cuando un amigo, un hijo, un hermano, un padre, una madre o un alma buena te pregunte: ¿Cómo estás?. Ábrele tu corazón. Dile lo que realmente te pasa. Los dos vais a salir ganando porque a lo mejor vuestros corazones tienen algo que decirse.

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La música, Kepa Junkera y el el alma del pueblo.

Hoy quiero escribir sobre la importancia de la música para mi. Lo quiero contar desde el corazón. Un lenguaje abstracto, pero legible y reconocible cuando lo encontramos dentro de nosotros. Por eso siento que la música es importante para nuestro alma. Creo que si el alma tuviese un nutriente básico de que alimentarse este sería sin lugar a dudas de la música. Yo no entiendo mucho de música pero mi corazón si. En particular, a mi me llega  la música tradicional, también llamada folk.. Ahora se le llama «música de raíz». Término mucho más próximo a lo que yo siento al oírla. La raíz es algo que vive en la tierra, late dentro de ella y saca lo necesario para florecer de nuevo cada vez. Mi alma se revuelve y parece gritar al escuchar tambores, darbukas, cajones, txalapartas unido o no a instrumentos que se construyeron para llenar de sonidos las vidas de los que nos precedieron. Y que llegaron a nuestros días como un tesoro.

Cada uno de nosotros tiene en la memoria un sonido, un olor, un paisaje asociado a un sentimiento. Seguramente forjado desde nuestra más tierna infancia donde se empezó a crear el ser que ahora somos cada uno. A mi llega intensamente el aroma del pueblo, de mis veranos en Burgos, de mis abuelos, de mis primos, de mis encuentros con los muchachos de Huerta de Rey, de la naturaleza que envolvía todo esto.Por eso cuando escucho una música popular, de romería, de encuentro en la plaza, de las calles, de lo bares, mi mente fantasea y el sonido de la dulzaina, y los tambores nutren mis raíces, y siento correr la  tierra de mis antepasados por el torrente sanguíneo llegando a un territorio donde la razón no deja expresar lo que sientes, ya que eso está en el código de esa música, de esos sonidos, de ese puente hacia el alma que es la música.

Como hijo de la transición me he inspirado de las manifestaciones populares de los pueblos de España, de aquellos festivales de los años sesenta. De aquellos encuentros que se hicieron y a la que a tanta juventud hicieron movilizar, naciendo de la lucha contra la dictadura, me vienen a la memoria Jarcha, Oskorry, El Nuevo Mester de Juglaría, Fuxan os Ventos, Jose Antonio Labordeta, Benito Lertxundi, Chus Pedro,Candeal, Eliseo Parra y lo más granado de la cultura de esa época. Y de todos ellos llegaron más tarde Milladoiro, Xacaloma, los grupos galegos, Ixo Rai y a hasta hasta llegar a Carlos Nuñez, Mato Congrio, Hevia, Kepa Junkera y un numeroso elenco de grupos que en la actualidad miman y ponen en vigencia la música popular en Iberia.

Kepa Junkera

Entre tantos. Destaco a Kepa Junkera. Un músico que este año hace treinta y cinco años en la música. Kepa ya estaba en la música cuando yo sólo contaba con siete años, y lo descubrí cuando tenía veinticinco. Allá por el 1997 cuando le invitó La Musgaña a tocar en Madrid en su décimo aniversario, que por aquel entonces contaba todavía con Quique Almendros, una de las almas de ese grupo ya emblemático de la música popular. Era el mes de Abril y recuerdo cuando salió a escena para acompañar a La Musgaña en uno de sus temas, «Danzas de Burgos». Cuando desde mi asiento mi corazón empezó a palpitar y al instante Kepa hizo que conectase con la más sagrada conexión, la que me lleva a la tierra de mi padre y la de mi madre (concretamente de mi bisabuela materna). Me llevó al Pais Vasco desde mi Burgos de la infancia, con esa jota que sacó de su acordeón haciendo un sólo inolvidable. Desde entonces he seguido a este gran músico en todo el resto de su carrera hasta hoy y he de reconocer que en él encontré un trozo de mi alma. Veintiún años después de este encuentro su música me sigue haciendo vibrar. Siempre fiel a sus orígenes pero con una facilidad y vocación innata para mezclarse con todo tipo de músicas. Con él he viajado con  músicos de la península Iberica y del mundo que se han topado con su «trikitixa», así llamada el acordeón diatónico que domina con una perfección que no parece de este mundo.

Si la música es el alma de los pueblos, Kepa encarna para mi un alma gemela. Su discurso musical para mi es nítido, esperando siempre una oportunidad para abrir su corazón como lo hace con el fuelle de su «triki». José Saramago escribió en el 2008 : «Hay un pueblo músico donde están representados todos los pueblos del mundo, como si fuese una casa común. El arquitecto y albañil se llama Kepa». Como así creo que su sonido es el sonido de los pueblos.

El próximo mes Kepa va a parir su próximo trabajo, todavía con la resaca del anterior dedicado a uno de los lugares más mágicos que conozco, Galicia. Y yo sólo pido que la música siga haciendo vibrar de esta manera.Que sea el silencio divino el que lo permita.

Gracias música, gracias tierra, gracias Kepa.

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La música, Kepa Junkera y el el alma del pueblo.

Hoy quiero escribir sobre la importancia de la música para mi. Lo quiero contar desde el corazón. Un lenguaje abstracto, pero legible y reconocible cuando lo encontramos dentro de nosotros. Por eso siento que la música es importante para nuestro alma. Creo que si el alma tuviese un nutriente básico de que alimentarse este sería sin lugar a dudas de la música. Yo no entiendo mucho de música pero mi corazón si. En particular, a mi me llega  la música tradicional, también llamada folk.. Ahora se le llama «música de raíz». Término mucho más próximo a lo que yo siento al oírla. La raíz es algo que vive en la tierra, late dentro de ella y saca lo necesario para florecer de nuevo cada vez. Mi alma se revuelve y parece gritar al escuchar tambores, darbukas, cajones, txalapartas unido o no a instrumentos que se construyeron para llenar de sonidos las vidas de los que nos precedieron. Y que llegaron a nuestros días como un tesoro.

Cada uno de nosotros tiene en la memoria un sonido, un olor, un paisaje asociado a un sentimiento. Seguramente forjado desde nuestra más tierna infancia donde se empezó a crear el ser que ahora somos cada uno. A mi llega intensamente el aroma del pueblo, de mis veranos en Burgos, de mis abuelos, de mis primos, de mis encuentros con los muchachos de Huerta de Rey, de la naturaleza que envolvía todo esto.Por eso cuando escucho una música popular, de romería, de encuentro en la plaza, de las calles, de lo bares, mi mente fantasea y el sonido de la dulzaina, y los tambores nutren mis raíces, y siento correr la  tierra de mis antepasados por el torrente sanguíneo llegando a un territorio donde la razón no deja expresar lo que sientes, ya que eso está en el código de esa música, de esos sonidos, de ese puente hacia el alma que es la música.

Como hijo de la transición me he inspirado de las manifestaciones populares de los pueblos de España, de aquellos festivales de los años sesenta. De aquellos encuentros que se hicieron y a la que a tanta juventud hicieron movilizar, naciendo de la lucha contra la dictadura, me vienen a la memoria Jarcha, Oskorry, El Nuevo Mester de Juglaría, Fuxan os Ventos, Jose Antonio Labordeta, Benito Lertxundi, Chus Pedro,Candeal, Eliseo Parra y lo más granado de la cultura de esa época. Y de todos ellos llegaron más tarde Milladoiro, Xacaloma, los grupos galegos, Ixo Rai y a hasta hasta llegar a Carlos Nuñez, Mato Congrio, Hevia, Kepa Junkera y un numeroso elenco de grupos que en la actualidad miman y ponen en vigencia la música popular en Iberia.

Kepa Junkera

Entre tantos. Destaco a Kepa Junkera. Un músico que este año hace treinta y cinco años en la música. Kepa ya estaba en la música cuando yo sólo contaba con siete años, y lo descubrí cuando tenía veinticinco. Allá por el 1997 cuando le invitó La Musgaña a tocar en Madrid en su décimo aniversario, que por aquel entonces contaba todavía con Quique Almendros, una de las almas de ese grupo ya emblemático de la música popular. Era el mes de Abril y recuerdo cuando salió a escena para acompañar a La Musgaña en uno de sus temas, «Danzas de Burgos». Cuando desde mi asiento mi corazón empezó a palpitar y al instante Kepa hizo que conectase con la más sagrada conexión, la que me lleva a la tierra de mi padre y la de mi madre (concretamente de mi bisabuela materna). Me llevó al Pais Vasco desde mi Burgos de la infancia, con esa jota que sacó de su acordeón haciendo un sólo inolvidable. Desde entonces he seguido a este gran músico en todo el resto de su carrera hasta hoy y he de reconocer que en él encontré un trozo de mi alma. Veintiún años después de este encuentro su música me sigue haciendo vibrar. Siempre fiel a sus orígenes pero con una facilidad y vocación innata para mezclarse con todo tipo de músicas. Con él he viajado con  músicos de la península Iberica y del mundo que se han topado con su «trikitixa», así llamada el acordeón diatónico que domina con una perfección que no parece de este mundo.

Si la música es el alma de los pueblos, Kepa encarna para mi un alma gemela. Su discurso musical para mi es nítido, esperando siempre una oportunidad para abrir su corazón como lo hace con el fuelle de su «triki». José Saramago escribió en el 2008 : «Hay un pueblo músico donde están representados todos los pueblos del mundo, como si fuese una casa común. El arquitecto y albañil se llama Kepa». Como así creo que su sonido es el sonido de los pueblos.

El próximo mes Kepa va a parir su próximo trabajo, todavía con la resaca del anterior dedicado a uno de los lugares más mágicos que conozco, Galicia. Y yo sólo pido que la música siga haciendo vibrar de esta manera.Que sea el silencio divino el que lo permita.

Gracias música, gracias tierra, gracias Kepa.

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Bebés y bilingüismo: ¿lo conseguiremos?

Como ser padre primerizo no es suficiente marr… reto, vengo con un añadido: quiero “contagiarle” el bilingüismo al niño. Me explico: yo aprendí de niño tanto francés como español. Creo que es el mayor regalo que se puede hacer a alguien porque te ves con 7 años hablando dos idiomas con acento perfecto… y sin […]

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Viernes dando la nota: Life on Mars

Hace poco que ha empezado la cuarta temporada de American Horror Story y en su primer capítulo aparece una escena con Jessica Lange (que, por cierto lo peta en toda la serie y eso que cada temporada interpreta a un personaje distinto) cantando este tema de David Bowie

La versión de la Lange con el mismo traje y el mismo maquillaje que lleva Bowie en el video original

Por último he de decir que aunque no soy especialmente fan de Bowie (solo conozco sus temas más conocidos) hay que reconocer que es un gran artista… bueno… hasta que se junta con Mick Jagger y deciden grabar un video como el que sigue, son los 2 minutos y 57 segundos más extraños que he vistoen mi vida. Debe de estar dirigido por David Linch poor lo menos:

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Viernes dando la nota: Life on Mars

Hace poco que ha empezado la cuarta temporada de American Horror Story y en su primer capítulo aparece una escena con Jessica Lange (que, por cierto lo peta en toda la serie y eso que cada temporada interpreta a un personaje distinto) cantando este tema de David Bowie

La versión de la Lange con el mismo traje y el mismo maquillaje que lleva Bowie en el video original

Por último he de decir que aunque no soy especialmente fan de Bowie (solo conozco sus temas más conocidos) hay que reconocer que es un gran artista… bueno… hasta que se junta con Mick Jagger y deciden grabar un video como el que sigue, son los 2 minutos y 57 segundos más extraños que he vistoen mi vida. Debe de estar dirigido por David Linch poor lo menos:

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Feliz cumpleaños, Nachete

Pues hale, que ya ha pasado un año. Un añito entero desde que esta cosita que veis abajo decidiera adelantarse y romper la bolsa antes de tiempo y ponernos los atributos masculinos de corbata con un parto de lo más movidito. Un año entero desde que, a eso de las 3 de la mañana, decidiera que ya estaba bien de andarse quietecito y que ya tocaba comenzar la fiesta. Desde ese momento, hace justo un año, esto es lo que ha sido la vida para él, una fiesta. Para su padre no tanto, yo me he saltado la parte festiva y he pasado directamente a la resaca. Un añito entero en el que el pieza, ahí donde le veis, ha ido dando retazos sólidos y bastante contundentes de lo que va a ser su personalidad. Rasgos de lo que se presupone que será su esencia. Detalles de cómo se configurará su temperamento y su carácter. Esbozos, en definitiva, de que está como un cencerro.
Un añito ya, señores, que se dice pronto. Su padre, el que suscribe (en teoría) es un año más viejo, con más canas en la perilla y con bolsas en los ojos del tamaño de Alabama. La travesía se está haciendo dura, no lo voy a negar, porque con dos niños al cuidado la cosa se complica y porque, quieras que no, el tiempo hace mella. A ello se une que Nacho es chico. Pero chico chico, o lo que es lo mismo, es más inquieto que Don Quijote en un parque eólico.
Con todo, haciendo balance, sigue siendo un privilegio poderle ver crecer, poder ver cómo interactúa, cómo forja su genio, cómo llora, grita, patalea y muerde si es menester con tal de salirse con la suya, cómo después te mira con esos ojillos como si no hubiera pasado nada y claro, te derrites. Cómo, a pesar del agotamiento y la jaqueca que a veces genera, tenerle en brazos y poder besarle y achucharle es una bendición. Feliz cumpleaños, Nachete
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Feliz cumpleaños, Nachete

Pues hale, que ya ha pasado un año. Un añito entero desde que esta cosita que veis abajo decidiera adelantarse y romper la bolsa antes de tiempo y ponernos los atributos masculinos de corbata con un parto de lo más movidito. Un año entero desde que, a eso de las 3 de la mañana, decidiera que ya estaba bien de andarse quietecito y que ya tocaba comenzar la fiesta. Desde ese momento, hace justo un año, esto es lo que ha sido la vida para él, una fiesta. Para su padre no tanto, yo me he saltado la parte festiva y he pasado directamente a la resaca. Un añito entero en el que el pieza, ahí donde le veis, ha ido dando retazos sólidos y bastante contundentes de lo que va a ser su personalidad. Rasgos de lo que se presupone que será su esencia. Detalles de cómo se configurará su temperamento y su carácter. Esbozos, en definitiva, de que está como un cencerro.
Un añito ya, señores, que se dice pronto. Su padre, el que suscribe (en teoría) es un año más viejo, con más canas en la perilla y con bolsas en los ojos del tamaño de Alabama. La travesía se está haciendo dura, no lo voy a negar, porque con dos niños al cuidado la cosa se complica y porque, quieras que no, el tiempo hace mella. A ello se une que Nacho es chico. Pero chico chico, o lo que es lo mismo, es más inquieto que Don Quijote en un parque eólico.
Con todo, haciendo balance, sigue siendo un privilegio poderle ver crecer, poder ver cómo interactúa, cómo forja su genio, cómo llora, grita, patalea y muerde si es menester con tal de salirse con la suya, cómo después te mira con esos ojillos como si no hubiera pasado nada y claro, te derrites. Cómo, a pesar del agotamiento y la jaqueca que a veces genera, tenerle en brazos y poder besarle y achucharle es una bendición. Feliz cumpleaños, Nachete
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Ya somos cuatro

Ya sé que hace algunas semanas que no escribo, ni siquiera para el viernes dando la nota, pero tenia un buen motivo y es que ya ha nacido la peque.

El parto fue todo lo bien que puede ir una cesárea, Lamamá se ha recuperado mucho más rápido esta vez y en unos pocos días ya nos encontrábamos los cuatro en casa.

NaiaPetita ha salido menos «petita» que su hermano y tiene mucho pelo, estoy pensando en llamar a Pantenne (post no patrocinado) para que me la vayan metiendo en nómina. Como es habitual, la gente ya ha empezado a sacarle parecidos y hay disparidad de opiniones; unos dicen que es igualita a la madre, otros que es clavada a su hermano y los menos que se parece a mi.

Pero en una cosa se han equivocado las teorías populares. Durante el embarazo, al ver que Joan es un niño muy bueno, que no suele ponerse pesado, que es muy cariñoso y muy tranquilo aunque tiene sus rabietas y sus momentos como todos los niños; familiares y amigos tenían claro que la nena iba a salir un terremoto. Incluso yo mismo lo había interiorizado y me había preparado mentalmente para las interminables noches sin dormir y para pasarlo todo lo mal que no lo pasé con el peque. Pero de momento (crucemos los dedos) no ha sido así. Llora como todos los bebés, pero no constantemente y  por cualquier cosa. También es verdad que intentamos adelantarnos a sus necesidades para que no esté incómoda.

De la relación con su hermano, tampoco nos podemos quejar. El peque lo está llevando muy bien. El primer día de vida de la peque lo pasamos en familia los cuatro en el hospital, sin visitas. Desde el minuto uno JoanPetit ha estado encantado con su «teta». Le canta las canciones que aprende en el cole, le cuenta cuentos inventados en su media lengua, le dice «oooooh teta, ¡que mona! ¡cuanto pelo tenes! ¡que apa!» y, sobre todo, la cubre de besos a todas horas. El único momento un poco conflictivo es la hora del pecho. Aunque el peque estaba prácticamente destetado, con la llegada de su hermana parece que necesita un poco más de esos momentos con Lamamá pero a veces no entiende que la teta es el único alimento de NaiaPetita y se enfada cuando le decimos que le toca mamar a su hermana. Para Lamamá a veces es desesperante dar el pecho a los dos, espero que solo sea una fase y que le pase pronto porque entiendo que debe sentirse la pobre con complejo de vaca lechera.

Y estas son las novedades, estamos adaptándonos aun pero encantados con el aumento de la familia.

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Ya somos cuatro

Ya sé que hace algunas semanas que no escribo, ni siquiera para el viernes dando la nota, pero tenia un buen motivo y es que ya ha nacido la peque.

El parto fue todo lo bien que puede ir una cesárea, Lamamá se ha recuperado mucho más rápido esta vez y en unos pocos días ya nos encontrábamos los cuatro en casa.

NaiaPetita ha salido menos «petita» que su hermano y tiene mucho pelo, estoy pensando en llamar a Pantenne (post no patrocinado) para que me la vayan metiendo en nómina. Como es habitual, la gente ya ha empezado a sacarle parecidos y hay disparidad de opiniones; unos dicen que es igualita a la madre, otros que es clavada a su hermano y los menos que se parece a mi.

Pero en una cosa se han equivocado las teorías populares. Durante el embarazo, al ver que Joan es un niño muy bueno, que no suele ponerse pesado, que es muy cariñoso y muy tranquilo aunque tiene sus rabietas y sus momentos como todos los niños; familiares y amigos tenían claro que la nena iba a salir un terremoto. Incluso yo mismo lo había interiorizado y me había preparado mentalmente para las interminables noches sin dormir y para pasarlo todo lo mal que no lo pasé con el peque. Pero de momento (crucemos los dedos) no ha sido así. Llora como todos los bebés, pero no constantemente y  por cualquier cosa. También es verdad que intentamos adelantarnos a sus necesidades para que no esté incómoda.

De la relación con su hermano, tampoco nos podemos quejar. El peque lo está llevando muy bien. El primer día de vida de la peque lo pasamos en familia los cuatro en el hospital, sin visitas. Desde el minuto uno JoanPetit ha estado encantado con su «teta». Le canta las canciones que aprende en el cole, le cuenta cuentos inventados en su media lengua, le dice «oooooh teta, ¡que mona! ¡cuanto pelo tenes! ¡que apa!» y, sobre todo, la cubre de besos a todas horas. El único momento un poco conflictivo es la hora del pecho. Aunque el peque estaba prácticamente destetado, con la llegada de su hermana parece que necesita un poco más de esos momentos con Lamamá pero a veces no entiende que la teta es el único alimento de NaiaPetita y se enfada cuando le decimos que le toca mamar a su hermana. Para Lamamá a veces es desesperante dar el pecho a los dos, espero que solo sea una fase y que le pase pronto porque entiendo que debe sentirse la pobre con complejo de vaca lechera.

Y estas son las novedades, estamos adaptándonos aun pero encantados con el aumento de la familia.

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Una pesadilla horrible

Paternidad con Apego
Paternidad con Apego – Crianza con apego, paternidad y disciplina positiva. Reflexiones, ideas y conclusiones sobre la crianza basada en el respeto y el cariño.

Anoche tuve una pesadilla horrible. De esas que te dejan con mal cuerpo, tras las que no sabes si dar gracias por haberte despertado o maldecir haberte acostado. Como el recuerdo de mis propios sueños me resulta tremendamente escurridizo, volátil, voy a describir en esta entrada cómo se desarrollaron los acontecimientos. Recuerdo que estaba sentado […]

La entrada Una pesadilla horrible se publicó originalmente en Paternidad con Apego.

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DILIs del mundo, uníos

Ya desmonté en este mismo espacio tiempo atrás los mitos sobre el presunto y supuesto atractivo que despertamos los padres entre el género femenino. Ha quedado demostrado con hechos que la capacidad del padre para provocar instintos primarios entre las féminas, ya sean casadas, madres, solteras, abuelas o estudiantes universitarias, no guarda relación alguna con el hecho de llevar un niño/a colgado del brazo.
Más bien al contrario, ha quedado evidenciado que la invisibilidad del padre hacia el género opuesto se acrecenta y acentúa cuando nos exponemos en la vía pública con un retoño, dado que todas las miradas, comentarios, carantoñas y zarandajas se dirigen de forma exclusiva hacia él.
Pues bien, traigo ahora a colación otro mito más que en las últimas fechas se está extendiendo en redes sociales bajo la etiqueta “DILFs”, acrónimo de origen anglosajón resultante de la expresión ‘Dad I’d Like to Fuck’, o lo que es lo mismo, ‘Padre con el que me acostaría’, y que no es más que una extensión de las conocidas MILFs o maduritas sexys que surgieron tras el fenómeno de Amercian Pie y la madre de Stifler.
Parece ser que se están poniendo de modas los DILFs, o papás con actitudes cariñosas para con sus vástagos que, además o quizá como consecuencia de ello, desprenden y destilan atractivo y poder de seducción hacia el sexo opuesto (y hacia el propio, obviamente). Se citan a modo de ejemplo casos como los de Ryan Gosling, Hugo Silva, David Beckham o Brad Pitt. Ahí es ná.
Ahora resulta que esta caterva liga porque son padres, no te jode. ¿En qué lugar nos deja esto al resto? Si ellos, guapos, ricos y famosos, son DILFs ¿qué somos los demás?  ¿DILIs? ¿Dads I’d like to Ignore? ¿Acaso esta clase de “padres buenorros” se pasan la noche en vela porque lloren sus hijos? ¿Les manchan sus rubísimos y guapísimos bebés sus trajes de Armani cuando les dan el potito multifrutas? ¿Se ensucian sus preciosas manos con las deposiciones de sus críos? ¿Llegan a casa después de currar 8 horas y se lían la manta a la cabeza para preparar meriendas, bajar al parque, bañar a los niños, darles la cena y acostarles? ¿Lidian con los pequeños cuando se ponen cabezones y pretenden llamar la atención? ¿Salen de madrugada en busca de farmacias de guardia para abastecerse de Dalsy y/o Apiretal cuando la fiebre aflora? Dúdolo.
Es fácil ser DILF cuando sólo tienes que preocuparte de ponerte mono para las fotos, durmiendo a pierna suelta y sin preocuparte de llegar a fin de mes. Así la piel luce mucho más tersa y el pelo reluce bajo el sol de otoño, nos ha jodido.

Desde aquí hago un llamamiento a todos los DILIs del mundo para que nos unamos y seamos tendencia con nuestras ojeras, nuestras camisas arrugadas, nuestro pelo descuidado (el que aún lo mantenga) y nuestro culo pelao de cambiar pañales, calentar biberones, aguantar llantinas y pasar noches en vela. DILIs del mundo, unámonos.
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DILIs del mundo, uníos

Ya desmonté en este mismo espacio tiempo atrás los mitos sobre el presunto y supuesto atractivo que despertamos los padres entre el género femenino. Ha quedado demostrado con hechos que la capacidad del padre para provocar instintos primarios entre las féminas, ya sean casadas, madres, solteras, abuelas o estudiantes universitarias, no guarda relación alguna con el hecho de llevar un niño/a colgado del brazo.
Más bien al contrario, ha quedado evidenciado que la invisibilidad del padre hacia el género opuesto se acrecenta y acentúa cuando nos exponemos en la vía pública con un retoño, dado que todas las miradas, comentarios, carantoñas y zarandajas se dirigen de forma exclusiva hacia él.
Pues bien, traigo ahora a colación otro mito más que en las últimas fechas se está extendiendo en redes sociales bajo la etiqueta “DILFs”, acrónimo de origen anglosajón resultante de la expresión ‘Dad I’d Like to Fuck’, o lo que es lo mismo, ‘Padre con el que me acostaría’, y que no es más que una extensión de las conocidas MILFs o maduritas sexys que surgieron tras el fenómeno de Amercian Pie y la madre de Stifler.
Parece ser que se están poniendo de modas los DILFs, o papás con actitudes cariñosas para con sus vástagos que, además o quizá como consecuencia de ello, desprenden y destilan atractivo y poder de seducción hacia el sexo opuesto (y hacia el propio, obviamente). Se citan a modo de ejemplo casos como los de Ryan Gosling, Hugo Silva, David Beckham o Brad Pitt. Ahí es ná.
Ahora resulta que esta caterva liga porque son padres, no te jode. ¿En qué lugar nos deja esto al resto? Si ellos, guapos, ricos y famosos, son DILFs ¿qué somos los demás?  ¿DILIs? ¿Dads I’d like to Ignore? ¿Acaso esta clase de “padres buenorros” se pasan la noche en vela porque lloren sus hijos? ¿Les manchan sus rubísimos y guapísimos bebés sus trajes de Armani cuando les dan el potito multifrutas? ¿Se ensucian sus preciosas manos con las deposiciones de sus críos? ¿Llegan a casa después de currar 8 horas y se lían la manta a la cabeza para preparar meriendas, bajar al parque, bañar a los niños, darles la cena y acostarles? ¿Lidian con los pequeños cuando se ponen cabezones y pretenden llamar la atención? ¿Salen de madrugada en busca de farmacias de guardia para abastecerse de Dalsy y/o Apiretal cuando la fiebre aflora? Dúdolo.
Es fácil ser DILF cuando sólo tienes que preocuparte de ponerte mono para las fotos, durmiendo a pierna suelta y sin preocuparte de llegar a fin de mes. Así la piel luce mucho más tersa y el pelo reluce bajo el sol de otoño, nos ha jodido.

Desde aquí hago un llamamiento a todos los DILIs del mundo para que nos unamos y seamos tendencia con nuestras ojeras, nuestras camisas arrugadas, nuestro pelo descuidado (el que aún lo mantenga) y nuestro culo pelao de cambiar pañales, calentar biberones, aguantar llantinas y pasar noches en vela. DILIs del mundo, unámonos.
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