Estaba haciendo limpieza de posts en borrador y me he encontrado con éste. Calculo que lo escribiría sobre abril-mayo 2013.
Hoy voy a hablar de la suegra de mi pareja.
Vale, ahora ya he captado tu atención y ya puedo decir de qué va la entrada realmente. Pues voy a hablar de la organización de la casa y logística varia. Pero prometo que no he engañado a nadie al principio. Y es que antes limpiábamos. Ahora hacemos la limpieza de la suegra.
Conozco gente que pone dos o tres lavadoras diarias, que se van a dormir a medianoche haciendo las tareas de la casa, etc. Pues nosotros no. No sé porqué, pero nosotros somos más tranquilos.
Nuestro día empieza con el sonido del despertador. Jajajaajajaja. No, no. El primero que se levanta siempre se llama Hugo, no despertador. Viene a la cama y al comedor! Como es una hora «razonable» y en el sofá tampoco se está mal, uno se queda en la cama y otro se va al sofá a ver esos magníficos dibujitos. Traduciendo: se va al sofá a intentar echar otra cabezadita mientras en la tele hay unas cosas de colores hablando en bobo.
Se desayuna leche y lo que surja. Los adultos nos vamos a trabajar. Los pequeños, uno a la guardería y otro a casa de los abuelos maternos (sin la presencia de mi abogado no pienso decir nada más sobre ellos). Mi jornada laboral acaba y recojo al pequeñín y luego nos vamos corriendo a la guardería. Allí estamos una hora en un banco sentados mientras sigue jugando con alguna amiga suya. Normalmente con Cecilia. Hablo más con la mamá de esta niña que con mi pareja. Suerte que la chica es simpática. Bueno, si no lo fuera, no le diría nada. No será la primera…
Llegar a casa depende de nuestras ganas. Hay días que estamos en la calle hasta las ocho o así. Entonces se lo digo a la mamá y normalmente quedamos en el centro. O lo que es lo mismo, en una rampita que hay, donde nos tiramos muuuucho rato, mientras el mayor se tira, y el pequeño se mueve. Se mueve mucho ya!
Otros días en cambio llegamos a casa sobre las 6 y media. Eso es lo más pronto. Allí nos espera la mamá, que justo acaba de llegar. Como la frutería y la tienda de la carne le pilla de paso, esa compra ya está hecha. El embutido y los artículos de droguería también los compramos cerca de casa, al igual que los congelados. Normalmente suele ser el sábado. Salgo a las 9:55 de casa y vuelvo a las 10:27.
Tiene una explicación. Los sábados a las 10 am, si no trabaja, mi madre y su marido vienen a ver a los niños. Media horita más o menos. Sí, deduces bien. La relación no es la más fluida del mundo. Pues no, no lo es. Por diversos motivos de índole muy variada, así que 3 minutos semanales para mi es más que suficiente. En casa, muchos lo saben, mi pareja es la encargada de las relaciones sociales.
Y es ese día en que hacemos la limpieza de la suegra. No sé donde leí que para que una casa pareciera limpia había que limpiar la pantalla de la tele, espejos y lavabo. Y nosotros hacemos eso. Bueno, no llegamos a tanto. Hacemos la limpieza de la suegra: un lavabo cerrado, y el otro se limpia. La tele se enciende y al no estar la pantalla negra no parece que esté tan sucia.
Las compras grandes: aquí voy yo. Salgo de trabajar y una vez cada diez días, por la tarde cuando ella está en casa, cojo el coche y venga, a llenar el maletero. Bueno, o a gastar de 80 a 100 euros. No falla.
Tenemos también suerte que no hay nada por medio. Es decir, somos bastante recogidos.
Mi pareja se encarga de la plancha y las comidas y yo lo demás.
Nunca hemos sido de planchar la ropa interior y las sábanas (sé que hay quien lo hace y no me parece ni bien ni mal, simplemente esto aquí no se hace), pero unos mínimos sí. Pues ahora la mitad de la ropa ni la planchamos. Y la de los niños, por supuesto, tampoco.
Las comidas sí. Comemos cada día fuera de casa, así que mi pareja, por la tarde noche hace la cena y la comida para el día siguiente. Ella siempre se queja que no hace nada elaborado, pero para mi me parece estupendo. Oye, hay que ser práctico.
Yo en teoría todo lo demás
– Lavadoras, sí
– Lavavajillas, sí
– Recoger. Sí, definitivamente sí. Con esto, aunque esté mal que yo lo diga, me gano el cielo.
– Fregar. Aquí flojeo. Como dirían en la ESO, necesito mejorar. Y no, no progreso adecuadamente. Me da una flojera que p’a qué!
Cuando nació nuestro primer hijo como se tiraba tanto rato durmiendo y yo no sabía qué hacer, me entró una obsesión por limpiar… Si parecía un suelo de mármol lo que teníamos. Suerte que me duró dos semanas. Luego si no sabía qué hacer, había algo que no estaba de más: estar tumbado en silencio.
Si nos acostamos sin haber recogido la cocina no pasa nada. NADA! Si dejas un plato en la pica o una sarten encima de la vitro, yo aún no he conocido ninguna que se haya ido de fiesta. Pues otro día ya se recogerá. A las 22:00 se cierra la cocina y sólo se entra para una cosa: para coger helados mientras los pequeños duermen y disfrutarlos. A los helados, que a los peques ya los hemos disfrutado antes todo lo que hemos podido.
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