Saludos!
Los primeros pasos de mi bebé, mis primeros como papá
Saludos!
#papasblogueros reunidos
Hace algunas semanas, mi leona me platicó algo que le ocurrió mientras jugaba con nuestro cachorrito: un conocido de ella el cual tiene un hijo de la misma edad que el nuestro, (1 año y 3 meses) le había preguntado si aún no caminaba y como Jackie le contestara que no, éste no tardó en presumir de algún modo que el suyo ya lo hacía, y bueno, en aquella ocasión el asunto no pasó de ahí hasta hace unos días cuando al encontrarlo nuevamente (y sin más saludo) lo primero que hizo fue insistir y lanzar nuevamente la pregunta…“¿Todavía no camina?”.
Hace algunas semanas, mi leona me platicó algo que le ocurrió mientras jugaba con nuestro cachorrito: un conocido de ella el cual tiene un hijo de la misma edad que el nuestro, (1 año y 3 meses) le había preguntado si aún no caminaba y como Jackie le contestara que no, éste no tardó en presumir de algún modo que el suyo ya lo hacía, y bueno, en aquella ocasión el asunto no pasó de ahí hasta hace unos días cuando al encontrarlo nuevamente (y sin más saludo) lo primero que hizo fue insistir y lanzar nuevamente la pregunta…“¿Todavía no camina?”.
Recuerdo que cuando estábamos “embarazados” aparte de estar felices, ilusionados, nerviosos, miedosos, dudosos y demás adjetivos, había ciertos días en los que llegaba hasta nuestras melenudas cabezas una interminable mezcla de ideas de cómo podría ser nuestr@ pequeñ@: si sería leoncita o leoncito, si tendría los chinos de Jackie que tanto me encantan, cómo serían sus ojitos, su tono de piel, el color de su cabello, etcétera… y bueno, la vida fue muy generosa con nosotros, pues aparte de desear con todo el corazón que nuestro cachorro llegara sano, ambos deseábamos que de uno u otro modo se pareciera a los dos y nos fue concedido.
Pues bien, ese hermoso día en el que por fin pudimos conocer a nuestro leoncito ya al verlo llegamos a la conclusión (Jackie y yo) de que tenía una melenita casi tan lacia como la mía pero en una abundante cantidad como la de ella, y eso sí, a todas luces una nariz como la de su mami a quien por cierto no le agrada tanto la idea.
Como es de esperarse, siempre que nace un pequeñín se tiene esa inclinación (me incluyo, pues antes lo hacía) a tratar de encontrarle parecido con alguien de la familia, y no basta con que éste sea con mamá y papá, pues se incluyen en las similitudes cualquier tipo rasgo incluso algunos que resultan por demás chistosos… “que si la pestaña de uno o la ceja del otro”.
En nuestro caso, al inicio la balanza estaba muy equilibrada pues se dividían opiniones entre los que aseguraban que se parecía más a ella y viceversa, pero a últimas fechas se ha cargado un poco hacia mi lado, y aunque debo de admitir con toda honestidad que en nada me incomoda y hasta me “esponjo” como pavo real orgulloso cuando alguien dice que nuestro cachorro se parece o que es igualito a mí, también he de confesar que lo tomo con algunas reservas…
Esto último lo comento porque aunque hoy me siento orgulloso y satisfecho de lo que hasta este momento he evolucionado y/o logrado como papá, también soy consciente de esos pequeños grandes detalles que quiero “pulir”, cambiar, corregir e incluso quitar de mi felina personalidad, (basta preguntarle a Jackie sobre lo desordenado que soy) y por ello me cuesta algo de trabajo asimilar o saber hasta dónde quisiera que mi hijo se parezca a mí, con esto quiero decir que si bien como hijo y como persona tuve la fortuna de ser criado con mucho amor y de que me fueran inculcados valores, a su vez crecí como toda persona con algunos hábitos, actitudes y una que otra manía que -ya siendo papá- no me gustaría ver reflejadas en mi espejito llamado Emilio.
Como padre hoy quiero aplicar mucho de esa forma en la que fui criado y educado, en la que siempre me fue dada toda libertad de tomar mis propias decisiones y hasta hoy no recuerdo algún tipo de presión o intención de modificar alguno de mis gustos o preferencias.
Abogaré siempre por tratar de que ese pequeño ser que hoy guía nuestras vidas cuente con los elementos que le permitan ir más allá de esa provisión de genes con la que dotamos a nuestros hijos y la natural influencia que tenemos como padres, que conserve siempre su esencia y sea el responsable y creador de su destino como Ser humano.
Nunca me quejaré de que mi hijo se parezca a mí y siempre estaré contento de que así sea, pero para ser feliz y mejorar como persona, como ser y como papá, hoy lo único que pido es poder parecerme (al menos un poco) a mi leoncito, quien gateando no se detiene ante nada para llegar a donde quiere y se esfuerza por agarrarse de cualquier cosa para mantenerse en pie, quien no sólo aprende con gran destreza a comer sino nos alimenta cada instante con su alegría, quien sin importar los golpes y caídas vence cada uno de sus miedos y lo intenta cada cosa una y otra vez, quien con cada siesta me enseña a respetar mi cansancio y a perseguir mis sueños, quien encuentra en el más pequeño objeto la razón para admirar este mundo y hallar lo simple que es divertirse y ser feliz, y más aún, quien sin importar lo que acontece a su alrededor siempre tiene una hermosa sonrisa (¡esa sí que la heredó de mamá!) o una caricia para los que le amamos y con ello mejora a cada instante nuestra existencia.
Hijo de tigre, pintito; hijo de león…
…que con el tiempo decida él solito.
«V»
Foto: Michael Sharman via photopin cc
Sigue leyendo ->Recuerdo que cuando estábamos “embarazados” aparte de estar felices, ilusionados, nerviosos, miedosos, dudosos y demás adjetivos, había ciertos días en los que llegaba hasta nuestras melenudas cabezas una interminable mezcla de ideas de cómo podría ser nuestr@ pequeñ@: si sería leoncita o leoncito, si tendría los chinos de Jackie que tanto me encantan, cómo serían sus ojitos, su tono de piel, el color de su cabello, etcétera… y bueno, la vida fue muy generosa con nosotros, pues aparte de desear con todo el corazón que nuestro cachorro llegara sano, ambos deseábamos que de uno u otro modo se pareciera a los dos y nos fue concedido.
Pues bien, ese hermoso día en el que por fin pudimos conocer a nuestro leoncito ya al verlo llegamos a la conclusión (Jackie y yo) de que tenía una melenita casi tan lacia como la mía pero en una abundante cantidad como la de ella, y eso sí, a todas luces una nariz como la de su mami a quien por cierto no le agrada tanto la idea.
Como es de esperarse, siempre que nace un pequeñín se tiene esa inclinación (me incluyo, pues antes lo hacía) a tratar de encontrarle parecido con alguien de la familia, y no basta con que éste sea con mamá y papá, pues se incluyen en las similitudes cualquier tipo rasgo incluso algunos que resultan por demás chistosos… “que si la pestaña de uno o la ceja del otro”.
En nuestro caso, al inicio la balanza estaba muy equilibrada pues se dividían opiniones entre los que aseguraban que se parecía más a ella y viceversa, pero a últimas fechas se ha cargado un poco hacia mi lado, y aunque debo de admitir con toda honestidad que en nada me incomoda y hasta me “esponjo” como pavo real orgulloso cuando alguien dice que nuestro cachorro se parece o que es igualito a mí, también he de confesar que lo tomo con algunas reservas…
Esto último lo comento porque aunque hoy me siento orgulloso y satisfecho de lo que hasta este momento he evolucionado y/o logrado como papá, también soy consciente de esos pequeños grandes detalles que quiero “pulir”, cambiar, corregir e incluso quitar de mi felina personalidad, (basta preguntarle a Jackie sobre lo desordenado que soy) y por ello me cuesta algo de trabajo asimilar o saber hasta dónde quisiera que mi hijo se parezca a mí, con esto quiero decir que si bien como hijo y como persona tuve la fortuna de ser criado con mucho amor y de que me fueran inculcados valores, a su vez crecí como toda persona con algunos hábitos, actitudes y una que otra manía que -ya siendo papá- no me gustaría ver reflejadas en mi espejito llamado Emilio.
Como padre hoy quiero aplicar mucho de esa forma en la que fui criado y educado, en la que siempre me fue dada toda libertad de tomar mis propias decisiones y hasta hoy no recuerdo algún tipo de presión o intención de modificar alguno de mis gustos o preferencias.
Abogaré siempre por tratar de que ese pequeño ser que hoy guía nuestras vidas cuente con los elementos que le permitan ir más allá de esa provisión de genes con la que dotamos a nuestros hijos y la natural influencia que tenemos como padres, que conserve siempre su esencia y sea el responsable y creador de su destino como Ser humano.
Nunca me quejaré de que mi hijo se parezca a mí y siempre estaré contento de que así sea, pero para ser feliz y mejorar como persona, como ser y como papá, hoy lo único que pido es poder parecerme (al menos un poco) a mi leoncito, quien gateando no se detiene ante nada para llegar a donde quiere y se esfuerza por agarrarse de cualquier cosa para mantenerse en pie, quien no sólo aprende con gran destreza a comer sino nos alimenta cada instante con su alegría, quien sin importar los golpes y caídas vence cada uno de sus miedos y lo intenta cada cosa una y otra vez, quien con cada siesta me enseña a respetar mi cansancio y a perseguir mis sueños, quien encuentra en el más pequeño objeto la razón para admirar este mundo y hallar lo simple que es divertirse y ser feliz, y más aún, quien sin importar lo que acontece a su alrededor siempre tiene una hermosa sonrisa (¡esa sí que la heredó de mamá!) o una caricia para los que le amamos y con ello mejora a cada instante nuestra existencia.
Hijo de tigre, pintito; hijo de león…
…que con el tiempo decida él solito.
«V»
Foto: Michael Sharman via photopin cc
Sigue leyendo ->Tómate un pequeño tiempo, detente un fugaz instante; intenta dormir una pequeña siesta en lo ordinario de este mundo y encontrar un gran descanso en tu rutina.
Al despertar de tu letargo ya que estés renovada en la ilusión, espera, no abras tus ojos;crea, gobierna y llena con tu magia el reino de los sueños y la fantasía, procura no olvidar tu pasado logrando al mismo tiempo que éste no entorpezca tu presente y sobretodo considera siempre a futuro que nunca deje de existir aunque sea un pequeño lugar para la oportunidad y la esperanza.
-Se generosa, comparte y dale a todo la posibilidad de Ser; navega sin agua y vuela sin alas-
Una vez que el cielo no sostenga más a las estrellas déjalas que iluminen la profundidad del mar de las alternativas, echa un vistazo, pregúntale a los peces de tu curiosidad y si es que no les pareciera tan inmenso permíteles buscar incluso al viento para suspirar y nadar ahora entre las nubes.
Si la luna se sintiese olvidada por la luz antes de que busque el refugio de la oscuridad invita a las flores a que conviden un poco del arcoiris que el despistado sol depositó en ellas y junto a todas permanece alerta para defender con entera convicción tu nueva creación ante la hostilidad de las dudas propias y ajenas
Como nada es para siempre mientras disfrutas del silencio aduéñate pacientemente de tus miedos y con ayuda de la arena sepúltalos; y por si acaso; deja anclada sobre ellos a la a tristeza y lleva contigo algunas lágrimas para llorar sólo de felicidad; ahora al suave ritmo de la melodía que marca tu corazón abre tus ojos…
…por fin ha llegado el momento de comenzar en tu nueva realidad y de vivir acompañada de la magia de tu sonrisa; es tiempo de soñar despierta.
Dedicado con todo mi amor y admiración al amor de mi vida que es la mujer de mis sueños: «JACQUELIN»
«V»
Sigue leyendo ->Tómate un pequeño tiempo, detente un fugaz instante; intenta dormir una pequeña siesta en lo ordinario de este mundo y encontrar un gran descanso en tu rutina.
Al despertar de tu letargo ya que estés renovada en la ilusión, espera, no abras tus ojos;crea, gobierna y llena con tu magia el reino de los sueños y la fantasía, procura no olvidar tu pasado logrando al mismo tiempo que éste no entorpezca tu presente y sobretodo considera siempre a futuro que nunca deje de existir aunque sea un pequeño lugar para la oportunidad y la esperanza.
-Se generosa, comparte y dale a todo la posibilidad de Ser; navega sin agua y vuela sin alas-
Una vez que el cielo no sostenga más a las estrellas déjalas que iluminen la profundidad del mar de las alternativas, echa un vistazo, pregúntale a los peces de tu curiosidad y si es que no les pareciera tan inmenso permíteles buscar incluso al viento para suspirar y nadar ahora entre las nubes.
Si la luna se sintiese olvidada por la luz antes de que busque el refugio de la oscuridad invita a las flores a que conviden un poco del arcoiris que el despistado sol depositó en ellas y junto a todas permanece alerta para defender con entera convicción tu nueva creación ante la hostilidad de las dudas propias y ajenas
Como nada es para siempre mientras disfrutas del silencio aduéñate pacientemente de tus miedos y con ayuda de la arena sepúltalos; y por si acaso; deja anclada sobre ellos a la a tristeza y lleva contigo algunas lágrimas para llorar sólo de felicidad; ahora al suave ritmo de la melodía que marca tu corazón abre tus ojos…
…por fin ha llegado el momento de comenzar en tu nueva realidad y de vivir acompañada de la magia de tu sonrisa; es tiempo de soñar despierta.
Dedicado con todo mi amor y admiración al amor de mi vida que es la mujer de mis sueños: «JACQUELIN»
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Sigue leyendo ->La jungla estaba de fiesta y nosotros con ella, como cada Diciembre esperábamos la llegada de la Navidad y un poco después la del año nuevo; sería la primera vez que disfrutáramos como matrimonio de estas fechas, y como si hiciera falta algo, el mejor ingrediente era que estábamos en vísperas de la ansiada llegada de nuestro cachorro y con ello la consolidación de nuestra FAMILIA.
La jungla estaba de fiesta y nosotros con ella, como cada Diciembre esperábamos la llegada de la Navidad y un poco después la del año nuevo; sería la primera vez que disfrutáramos como matrimonio de estas fechas, y como si hiciera falta algo, el mejor ingrediente era que estábamos en vísperas de la ansiada llegada de nuestro cachorro y con ello la consolidación de nuestra FAMILIA.
Una parte hermosa de la vida es que cuando uno aprende algo, casi de forma inmediata se da cuenta que al menos un par de cosas más son las que se requieren aprender para así dar sentido a la primera y con ello reforzar nuestra experiencia para tratar de dar verdadero significado y poner en práctica lo aprendido.
Ambos sabemos hoy día que decisiones volveríamos a tomar, que cosas no dejaríamos que ocurrieran o se repitieran y para cuales otras quizá podríamos tener un
poco más de flexibilidad, sin embargo (y esta es trascendental) las dudas que hoy día aún tenemos ya como padres de un hermoso bebé y aquellas que llegasen a venir con un segundo embarazo son las que nos motivan a tratar de ser mejores, a insistir en aprender cada vez más de nuestros errores y por encima de todo a compartir cada paso lleno de amor y entregar el corazón en cada rugido.
«V»
Una parte hermosa de la vida es que cuando uno aprende algo, casi de forma inmediata se da cuenta que al menos un par de cosas más son las que se requieren aprender para así dar sentido a la primera y con ello reforzar nuestra experiencia para tratar de dar verdadero significado y poner en práctica lo aprendido.
Ambos sabemos hoy día que decisiones volveríamos a tomar, que cosas no dejaríamos que ocurrieran o se repitieran y para cuales otras quizá podríamos tener un
poco más de flexibilidad, sin embargo (y esta es trascendental) las dudas que hoy día aún tenemos ya como padres de un hermoso bebé y aquellas que llegasen a venir con un segundo embarazo son las que nos motivan a tratar de ser mejores, a insistir en aprender cada vez más de nuestros errores y por encima de todo a compartir cada paso lleno de amor y entregar el corazón en cada rugido.
«V»
Hoy día la lección más grande que tenemos de todo lo anterior, es que nada se le comparará nunca a la lucha de nuestro leoncito, quien siempre de alguna forma, (quizá con vómitos y náuseas) nos trató de decir desde
adentro que estaba creciendo, que aun siendo tan diminuto libraría tal batalla, que veríamos su sonrisa, que lo acompañaríamos en sus gateos y escucharíamos sus rugidos, porque desde entonces, con todo y su fragilidad ya era una pequeña gran fiera, quien sin conocernos aún nos enseñó que en la vida siempre hay que luchar por nuestros sueños e ilusiones con el corazón y por amor, tal y como él lo hizo.
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Hoy día la lección más grande que tenemos de todo lo anterior, es que nada se le comparará nunca a la lucha de nuestro leoncito, quien siempre de alguna forma, (quizá con vómitos y náuseas) nos trató de decir desde
adentro que estaba creciendo, que aun siendo tan diminuto libraría tal batalla, que veríamos su sonrisa, que lo acompañaríamos en sus gateos y escucharíamos sus rugidos, porque desde entonces, con todo y su fragilidad ya era una pequeña gran fiera, quien sin conocernos aún nos enseñó que en la vida siempre hay que luchar por nuestros sueños e ilusiones con el corazón y por amor, tal y como él lo hizo.
«V»
Mientras jugaba y reía con mi sobrina me parecía irónico que al mismo tiempo que festejaba el día del padre mi hijo pudiera correr riesgo, terminó el evento y por fin nos dieron los resultados de los cuales la ginecóloga hizo el siguiente diagnóstico:
Mientras jugaba y reía con mi sobrina me parecía irónico que al mismo tiempo que festejaba el día del padre mi hijo pudiera correr riesgo, terminó el evento y por fin nos dieron los resultados de los cuales la ginecóloga hizo el siguiente diagnóstico:
– El nombre de la o el bebé sería “Elisa” en el primer caso o “Emilio” en el segundo ( fueron algunas horas de búsqueda y negociación, sobre todo para el nombre de niña)
– Decidimos no saber el sexo del bebé hasta su nacimiento y con ello tratar de prepararnos de la mejor forma posible para que “E” pudiera desarrollarse en un ambiente apto para ambos casos.
– Se vale rugir, desmelenarse, llorar, pero siempre anteponiendo el amor por el otro y sabiendo que…
“V”
– El nombre de la o el bebé sería “Elisa” en el primer caso o “Emilio” en el segundo ( fueron algunas horas de búsqueda y negociación, sobre todo para el nombre de niña)
– Decidimos no saber el sexo del bebé hasta su nacimiento y con ello tratar de prepararnos de la mejor forma posible para que “E” pudiera desarrollarse en un ambiente apto para ambos casos.
– Se vale rugir, desmelenarse, llorar, pero siempre anteponiendo el amor por el otro y sabiendo que…
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