Durante la práctica de la meditación y sobre todo cuando no hacemos ejercicios de conciencia y de relajación. En el cuerpo surgen dolores, molestias en forma de contracturas, pinchazos en nuestra espalda, hombros, caderas, etc… Dichas molestias hay que observarlas en un contexto global. Posturas corporales repetidas (caso de enfermedad profesional), conductas viciadas de aspectos emocionales-afectivos no resueltos y que son productores de estrés, falta de descanso, mala alimentación, poca movilidad en las articulaciones, etc.
En muchas ocasiones lo que existe es una falta de relajación global lo que implica al cuerpo directamente Siendo este la pantalla donde se reflejan estos desajustes mentales. Aquí aparecen en forma de acortamientos musculares y posteriormente compensaciones articulares y de movimiento que a la larga si no se cuidan y no se ponen remedio nos generarán lesiones que nos imposibiliten estar sentados cómodamente y sin dolor lo que nos dificultara en avanzar en la meditación del silencio o de la contemplación.
Hace unos años conocí a Jorge Ramón, un refutado Osteópata, practicante de Yoga y habitual en las formaciones de Profesores de Yoga de mi escuela. Él nos presentó sus propias teorías sobre la cadenas musculares y nos enseñó ejercicios para poder estirar de manera global el cuerpo. Esto lo utilizo frecuentemente en las clases de Yoga. Ya que aunque no son posturas propiamente de Yoga si se basa en nuestro estado global y establece una unión de cuerpo y mente. Y a veces las personas que llegan a mis clases no tienen la estructura física necesaria para realizar posturas propiamente de Yoga por lo que suelo utilizar estos estiramientos que Jorge Ramón ha denominado «Estiramientos de cadenas musculares».
Aquí os presento algunas de ellas que podemos practicar cuando nos encontremos con una espalda sobrecargada. dolorida y contracturada.
Con piernas flexionadas y los pies apoyados en la pared, extiende los brazos a ambos lados de la cabeza, trata de hacerlos crecer a la vez que vacías el torax.
Para trabajar esta posición , es importante que permanezcas lo más cerca posible de la pared (sin que el sacro llegue a despegarse del suelo). Las piernas permanecen flexionadas,
Seguidamente separa todo lo que puedas los pies y haz lo mismo con las rodillas. Permanece ahí unos minutos y respeta tus límites, En esta posición, tienes la oportunidad de favorecer que la respiración descienda hacia el bajo vientre y el periné.
Para deshacer, hazlo cuidadosamente. Junta las piernas y mantente unos instantes así antes de incorporarte.
Para tomar posición: sentado/a junto a la pared, las piernas están flexionadas y las manos están detrás del suelo. Seguidamente, al mismo tiempo que llevas la espalda al suelo, las piernas se apoyan en la pared, de manera que el tronco quede alienado y perpendicular a ella.
A continuación tomaremos otros detalles:
Toma la cabeza en tus manos y desplázala un poquito, como queriendo hacer «la nuca larga».
Seguidamente estira un poco los pies hacia ti, al mismo tiempo que tratas de mantener las dos plantas en el mismo plano.
A la vez, trata de dirigir suavemente los isquiones hacia el suelo, todo ello vigilando que las rodillas no se salgan de su eje.
Tras realizar esos ajustes podrás comprobar si la distancia a la pared es la adecuada. La idea es que cada cual esté lo más cerca posible de la pared sin que haya excesiva tensión y que el hueso sacro no esté levantado.
Permanece unos minutos en esta posición , expulsando el aire por la boca , sin acelerar el ritmo de respiración, como prolongando un suspiro, haciendo descender las costillas. En este caso los brazos descansan próximos al suelo.
Para salir de esta posición :
En primer lugar flexiona las piernas y descansa unos instantes de esta manera.
A continuación gírate de lado con mucho cuidado y separándote de la pared descansa también ahí unos instantes.
Después reanuda el movimiento conscientemente, puedes aprovechar para de bostezar y desperezarte tranquilamente.
Espero que los practiquéis y disfrutéis de sus beneficios.
Fuente:
Esta información ha sido tomada del Libro de Jorge Ramón, «Estiramientos de Cadenas Musculares», de los sucesivos cursos de formación que tomé en la escuela de Yoga y de mi propia experiencia.
Namasté.
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