POR ALGO

Hace 2 años exactamente comenzó la etapa más dura de mi vida. Aquel 9 de noviembre un análisis de sangre detonaba nuestra visita a urgencias, y después más análisis, UCI, aislamiento, espera de un diagnóstico. El 10 de noviembre apareció en el box una persona que con sólo su presencia “tan grande” en todos los sentidos nos hizo saber que algo serio estaba pasando. “Soy Luis Madero, vamos a hacer una prueba para descartar que sea leucemia”. Aquella noche me hice un master en Internet sobre la enfermedad, que me hizo empezar a asimilar lo que se nos venía encima. Al día siguiente llegó el diagnóstico, 11 de Noviembre del 2010.


“8 de cada 10 niños superan el tratamiento. Empezaremos mañana. Uno de los dos tiene que pedir excedencia en el trabajo para estar junto a él. Os vendrá bien informaros y conocer la enfermedad. Estos folios (cuaderno impreso de casi 20 páginas) es el protocolo médico de los próximos 2 años. Quimioterapia, y más cosas. Lo más duro será el comienzo, y es determinante para el pronóstico.” 

Un momento después de un abrazo de un minuto sobrecogedor con Eva, ella volvía con Guzmán al box, y yo fuera, en la calle, lloraba como un loco. Y en aquel momento hubo un pensamiento que apareció de forma nítida en mi cabeza: “Por algo”. En las conversaciones que tuve a través del móvil esa oscura noche, esas palabras aparecían en mi boca, casi de forma inconsciente, como cuando uno habla dejando fluir ideas, sin pensar.

Desde ese día el “por algo” me acompañó todos los días. Viendo la reacción marciana de mucha gente cuando lo mencionaba, cambié el “por algo” a un “para algo”. Yo no sentía que lo que nos había ocurrido era una consecuencia de algo pasado, pero sí que podía estar pasando por algo de futuro, por tratar de que todos los que acompañáramos a Guzmán en este proceso sacáramos algo positivo de esta historia.

También la palabra casualidad cambió y se transformó en causalidad; y así, causalmente, empecé un blog, este blog. Un blog creado para “Transformar”, para cambiar la esencia de lo que estaba sucediendo y deconstruir cada día, cada momento, en positivo.

Causalmente conocí a un tal Jose Antonio Ritoré que me entrevistó en febrero del 2011 y poco después me llevó a una cosa que me venía muy grande llamada Héroes Sociales 2.0 . Causalmente y para encontrarme a mi mismo comencé a escribir proyectos que me hacían sentir bien, sin objetivos por delante. Causalmente conocí a Elías, más tarde a Ainara, Cristian, Janire… y a todos los pelones con los que hicimos los Pelones Peleones. Causalmente comenzamos la cruzada del #donamedula y ahí seguimos.

Causalmente mi amiga María no flaqueó en ningún momento y siempre que yo estaba mal, allí estaba ella. Causalmente junté a un grupo de gente para pensar en proyectos sin recursos y ayudarles a través de lo que sabíamos hacer: comunicación. Causalmente hoy Erik, Sergio, Guillermo, César, Jose Antonio, María y yo nos seguimos juntando un viernes al mes.

Y causalmente líe a María, mi vieja amiga, a Jose Antonio, mi nuevo amigo, para crear una Fundación. Una entre cien mil. 


Desde hace casi un año, creando el logo la página web, dibujitos, tarjetitas… con mi querida y sufrida Jimena, para arriba y para abajo, haciendo y deshaciendo. Desde hace un año pensando en qué proyectos y cómo ponerlos en marcha. Luchando casi 6 meses con papeles para tener aprobados los fines a los que nos queremos dedicar. 
Y este mes pasado, el día 15 de Octubre finalmente, Uno Entre Cien Mil es oficialmente fundación. La Fundación Uno Entre Cien Mil. 
El día 12 de Noviembre la presentamos oficialmente y lanzaremos el “Proyecto Corre contra la Leucemia Infantil”, un proyecto donde por sólo un euro cualquiera podrá contribuir a luchar para que algún día no haya más niños como Guzmán, Unai, Hugo, Quique, Miguel, Alex… Ese mismo día, dentro de una semana, estará abierta (cruzo los dedos) la plataforma para pagar a través de la web. Todo lo que se recaude se dedicará a un proyecto anual de investigación, el objetivo, tratar al menos de ser 100.000 y conseguir lanzar uno de los mayores proyectos de investigación para este área tan concreta y a la que lamentablemente tan pocos recursos se destinan en este país.

Os doy las gracias a todos, todos, todos los que habéis ayudado en cualquiera de las maneras, hasta con un simple pensamiento positivo (que de simple no tiene nada). Espero que mi siguiente post en este blog sea el de el fin definitivo del tratamiento de Guzmán en dos o tres semanas. El blog del peque seguirá abierto, no voy a dejar de escribir por arrancar la Fundación, aunque, como ya habéis visto, inevitablemente mi ritmo de entradas ha bajado significativamente.

A todos, todos los que estáis ahí, os invito a seguirnos en la web www.unoentrecienmil.org, en Twitter: @unoentrecienmil y en Facebook: unoentrecienmil. En definitiva os invito a ser uno entre cien mil. Y a luchar junto a nosotros.

Hoy miro a mi alrededor y veo a Eva disfrutando de ser profesora de primaria, mientras prepara sus clases de mañana, a Martina riendo junto a las carcajadas de su pillo hermano Guzmán mientras tratan de adivinar que ingredientes tiene el puré de esta noche, a Guzmán a menos de 3 semanas de concluir su tratamiento (se dice rápido para lo lento que ha sido todo) y a mi pensando en la Fundación mientras escribo este blog con una sonrisa en la cara… Y no se si es “por o para algo”, pero lo que tengo claro es todo lo que se ha transformado todas y cada uno de los cajoncitos de nuestras vidas. Me gusta esto de la transformación.

GRACIAS. GRACIAS. GRACIAS.

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El dinosaurio

Los jueves, participo en una tertulia literaria. Hay dos datos que me parecen relevantes: todas son mujeres, menos yo (a veces) y muchas no saben leer. No saber leer no implica necesariamente no poder disfrutar de algunos textos literarios ni aprovecharlos para mantener conversaciones muy interesantes.

Hace unas semanas, estuvimos hablando alrededor del cuento de Monterroso:

Al principio, hubo cierto empeño en descifrar qué quiso decir el escritor con eso de despertar y el dinosaurio. Luego nos deshicimos de esa necesidad y fuimos sacando nuestras propias conclusiones. Por ejemplo, el dinosaurio podía ser algo terrible, algo que cuando abres los ojos por la mañana recuerdas que sigue allí y se te viene el mundo abajo. También podía ser justo lo contrario, aquello que permanece y te consuela de tanta amargura suelta como hay por ahí. A mí, la lectura que más me gustó fue la que hizo una compañera para la que el dinosaurio es esa fuerza interior que cada mañana te permite seguir adelante a pesar de los pesares. La vida será una mierda pero yo puedo continuar. En ese sentido, el dinosaurio se transforma en una especie de talismán, algo parecido al Mojo al que le cantaba Muddy Waters (aunque Waters le diera un uso muy concreto a su dinosaurio).



Luego nos entretuvimos haciendo unos collages a propósito del cuento (ver fotos del post). No sin antes dedicarle un tiempo a las terribles peleas entre Raoul Hausmann y Max Ernst sobre cuál de los dos inventó el collage y el fotomontaje. Ah, ya no se hacen peleas como las dadaístas.


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La cuenta atrás…

Al tiempo que la exploraban y le hacían las pruebas pertinentes, le administraban la primera tanda de corticoides intramusculares.
¿Y para que sirven?, pues para madurar los pulmones del feto y evitar la tan temida displasia broncopulmonar.
Mis recuerdos de esa nuestra primera noche ingresados me llevan inevitablemente a pensar en Jairo. Era el residente de ginecología (creo que de tercer año entonces), hoy en día el marido de mi residente mayor, Mónica.
Nos visitó varias veces durante esa noche, y todavía veo la cara mezcla de angustia y pánico cada vez que asomaba por la habitación. Vamos que te dejaba muy tranquilo…
Mientras mi mujer con sus mediaciones (labetalol, sulfato de magnesio y no recuerdo si algo mas), se iba poniendo cada vez mas nerviosa. Apareció una cefalea incapacitante, y la pregunta era clara, ¿orgánica o tensional?. Los analgésicos no le hacían nada y la tensión estaba mas controlada. Jairo seguía entrando y saliendo con su cara desencajada. Todavía lo recuerdo explorándole los reflejos donde se objetivaba una hiperrreflexia mas que llamativa…
Pasó la noche y llegó el día. La llevaron para hacer una eco-doppler y valorar de forma mas detenida el feto. En aquella consulta creo que no faltaba nadie del servicio de ginecología (si no había 10-12 personas no había nadie). De hecho no se si quedaba alguien en el servicio.
Comenzó el pase, se oían murmullos. Yo desde el «gallinero» apenas veía y no lograba oír lo que se decía. Al terminar se acercó a mi un ginecólogo compañero de carrera (si Javier, eras tu aunque lo niegues ahora), me dio una palmada en el hombro y me musitó «lo siento». Me pinchan y no me sacan un coágulo, ¿que puedes pensar?. Lo primero que se te viene a la cabeza es que el feto está muerto, aunque al ingreso había latido, con poca variabilidad, pero latido.
Su ginecóloga vino después y nos informó de la situación: la ecografía mostraba un retraso del crecimiento, de hecho no había crecido nada respecto a la última eco de hace dos semanas. Y respecto a los flujos (visualizan el paso de sangre de tres vasos), uno estaba invertido, el otro mas o menos y el tercero normal. ¡¡¡MALO!!!.
Administran la segunda tanda de corticoides y la trasladan a monitorización (vulgarmente «correas»): frecuencia cardiaca correcta con poca variabilidad. La intranquilidad aumenta.
Aparece de nuevo la ginecóloga y nos comunica que van a proceder a trasladarla a un hospital de tercer nivel (esos macrocentros que tienen de todo y sólo hay en grandes ciudades). Mas angustia.
Y cuando aparecen los de la UVI móvil para el traslado…

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La cuenta atrás…

Al tiempo que la exploraban y le hacían las pruebas pertinentes, le administraban la primera tanda de corticoides intramusculares.
¿Y para que sirven?, pues para madurar los pulmones del feto y evitar la tan temida displasia broncopulmonar.
Mis recuerdos de esa nuestra primera noche ingresados me llevan inevitablemente a pensar en Jairo. Era el residente de ginecología (creo que de tercer año entonces), hoy en día el marido de mi residente mayor, Mónica.
Nos visitó varias veces durante esa noche, y todavía veo la cara mezcla de angustia y pánico cada vez que asomaba por la habitación. Vamos que te dejaba muy tranquilo…
Mientras mi mujer con sus mediaciones (labetalol, sulfato de magnesio y no recuerdo si algo mas), se iba poniendo cada vez mas nerviosa. Apareció una cefalea incapacitante, y la pregunta era clara, ¿orgánica o tensional?. Los analgésicos no le hacían nada y la tensión estaba mas controlada. Jairo seguía entrando y saliendo con su cara desencajada. Todavía lo recuerdo explorándole los reflejos donde se objetivaba una hiperrreflexia mas que llamativa…
Pasó la noche y llegó el día. La llevaron para hacer una eco-doppler y valorar de forma mas detenida el feto. En aquella consulta creo que no faltaba nadie del servicio de ginecología (si no había 10-12 personas no había nadie). De hecho no se si quedaba alguien en el servicio.
Comenzó el pase, se oían murmullos. Yo desde el «gallinero» apenas veía y no lograba oír lo que se decía. Al terminar se acercó a mi un ginecólogo compañero de carrera (si Javier, eras tu aunque lo niegues ahora), me dio una palmada en el hombro y me musitó «lo siento». Me pinchan y no me sacan un coágulo, ¿que puedes pensar?. Lo primero que se te viene a la cabeza es que el feto está muerto, aunque al ingreso había latido, con poca variabilidad, pero latido.
Su ginecóloga vino después y nos informó de la situación: la ecografía mostraba un retraso del crecimiento, de hecho no había crecido nada respecto a la última eco de hace dos semanas. Y respecto a los flujos (visualizan el paso de sangre de tres vasos), uno estaba invertido, el otro mas o menos y el tercero normal. ¡¡¡MALO!!!.
Administran la segunda tanda de corticoides y la trasladan a monitorización (vulgarmente «correas»): frecuencia cardiaca correcta con poca variabilidad. La intranquilidad aumenta.
Aparece de nuevo la ginecóloga y nos comunica que van a proceder a trasladarla a un hospital de tercer nivel (esos macrocentros que tienen de todo y sólo hay en grandes ciudades). Mas angustia.
Y cuando aparecen los de la UVI móvil para el traslado…

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La cuenta atrás…

Al tiempo que la exploraban y le hacían las pruebas pertinentes, le administraban la primera tanda de corticoides intramusculares.
¿Y para que sirven?, pues para madurar los pulmones del feto y evitar la tan temida displasia broncopulmonar.
Mis recuerdos de esa nuestra primera noche ingresados me llevan inevitablemente a pensar en Jairo. Era el residente de ginecología (creo que de tercer año entonces), hoy en día el marido de mi residente mayor, Mónica.
Nos visitó varias veces durante esa noche, y todavía veo la cara mezcla de angustia y pánico cada vez que asomaba por la habitación. Vamos que te dejaba muy tranquilo…
Mientras mi mujer con sus mediaciones (labetalol, sulfato de magnesio y no recuerdo si algo mas), se iba poniendo cada vez mas nerviosa. Apareció una cefalea incapacitante, y la pregunta era clara, ¿orgánica o tensional?. Los analgésicos no le hacían nada y la tensión estaba mas controlada. Jairo seguía entrando y saliendo con su cara desencajada. Todavía lo recuerdo explorándole los reflejos donde se objetivaba una hiperrreflexia mas que llamativa…
Pasó la noche y llegó el día. La llevaron para hacer una eco-doppler y valorar de forma mas detenida el feto. En aquella consulta creo que no faltaba nadie del servicio de ginecología (si no había 10-12 personas no había nadie). De hecho no se si quedaba alguien en el servicio.
Comenzó el pase, se oían murmullos. Yo desde el «gallinero» apenas veía y no lograba oír lo que se decía. Al terminar se acercó a mi un ginecólogo compañero de carrera (si Javier, eras tu aunque lo niegues ahora), me dio una palmada en el hombro y me musitó «lo siento». Me pinchan y no me sacan un coágulo, ¿que puedes pensar?. Lo primero que se te viene a la cabeza es que el feto está muerto, aunque al ingreso había latido, con poca variabilidad, pero latido.
Su ginecóloga vino después y nos informó de la situación: la ecografía mostraba un retraso del crecimiento, de hecho no había crecido nada respecto a la última eco de hace dos semanas. Y respecto a los flujos (visualizan el paso de sangre de tres vasos), uno estaba invertido, el otro mas o menos y el tercero normal. ¡¡¡MALO!!!.
Administran la segunda tanda de corticoides y la trasladan a monitorización (vulgarmente «correas»): frecuencia cardiaca correcta con poca variabilidad. La intranquilidad aumenta.
Aparece de nuevo la ginecóloga y nos comunica que van a proceder a trasladarla a un hospital de tercer nivel (esos macrocentros que tienen de todo y sólo hay en grandes ciudades). Mas angustia.
Y cuando aparecen los de la UVI móvil para el traslado…

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Petrificado

Ayer hojeaba un diario de provincias –de Madrid, creo- y en un artículo que leí en diagonal di con la palabra: PETRIFICADO. Bueno, es una palabra bien vulgar, diría que casi petrificada por el uso, pero esta vez me llamó vivamente la atención, ignoro por qué. Petrificado, petrificado, dije mentalmente. Y luego repetí la palabra a media voz, lo que me llevó a recordar, por cierto, que un personaje del Ulises aseguraba que “repetir prudente y prismas cuarenta veces todas las mañanas, cura para labios gordos”.
¿Cuántas veces en mi vida habré quedado yo petrificado?, pensé después. Me acordé sin esfuerzo de dos situaciones. En la primera yo era un estudiante que viajaba adormilado en el tren que me llevaba a la Facultad. En una de las estaciones, ya fuera de Barcelona, subió una señora extraordinariamente parecida a mi madre que fue a sentarse delante de mí. En realidad, si no hubiera sido por sus ropas, en nada parecidas a las que solía usar mamá, y a la indiscutible certeza de que hacía media hora me había despedido de ella en casa y que por tanto era imposible físicamente que apareciera ahora en esa estación y con ese llamativo abrigo fucsia, hubiera pensado que esa mujer no se parecía a mamá, sino que realmente era mamá. Y, además, claro está, la señora me ignoró por completo, algo que no habría hecho mi madre. Sin embargo, estuve tentado de preguntarle:

-¿Mamá?

Solo me lo impidió la angustiosa sensación de sentirme petrificado. No tan petrificado, sin embargo, como me sentí un día en que aguardaba en una pequeña sala vacía de un enorme hospital a que me llamaran para hacerme unas pruebas analíticas. Yo era apenas un niño. Me había acompañado hacia allí un camillero, que me mostró una silla y me dijo:

-Siéntate. Ahora mismito vengo.

Le obedecí, desapareció y apenas un minuto después se abrió otra puerta y apareció otro sanitario empujando una camilla en la que descansaba… un cadáver. De que se trataba un cadáver no tuve dudas, nadie amortaja con una sábana a un paciente, por muy enfermo que esté. El nuevo camillero me miró con cierto apuro y dijo:

-Uops. Espera un momento. No te preocupes. Ahora vengo.

Dejó allí su cadáver y desapareció por la misma puerta por la que había desaparecido mi camillero que, casi al instante, reapareció. Miró el cadáver, me miró a mí y dijo:

-Vaya. Qué cosas. En fin, ven conmigo.

Me costó moverme, petrificado como me encontraba.

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Petrificado

Ayer hojeaba un diario de provincias –de Madrid, creo- y en un artículo que leí en diagonal di con la palabra: PETRIFICADO. Bueno, es una palabra bien vulgar, diría que casi petrificada por el uso, pero esta vez me llamó vivamente la atención, ignoro por qué. Petrificado, petrificado, dije mentalmente. Y luego repetí la palabra a media voz, lo que me llevó a recordar, por cierto, que un personaje del Ulises aseguraba que “repetir prudente y prismas cuarenta veces todas las mañanas, cura para labios gordos”.
¿Cuántas veces en mi vida habré quedado yo petrificado?, pensé después. Me acordé sin esfuerzo de dos situaciones. En la primera yo era un estudiante que viajaba adormilado en el tren que me llevaba a la Facultad. En una de las estaciones, ya fuera de Barcelona, subió una señora extraordinariamente parecida a mi madre que fue a sentarse delante de mí. En realidad, si no hubiera sido por sus ropas, en nada parecidas a las que solía usar mamá, y a la indiscutible certeza de que hacía media hora me había despedido de ella en casa y que por tanto era imposible físicamente que apareciera ahora en esa estación y con ese llamativo abrigo fucsia, hubiera pensado que esa mujer no se parecía a mamá, sino que realmente era mamá. Y, además, claro está, la señora me ignoró por completo, algo que no habría hecho mi madre. Sin embargo, estuve tentado de preguntarle:

-¿Mamá?

Solo me lo impidió la angustiosa sensación de sentirme petrificado. No tan petrificado, sin embargo, como me sentí un día en que aguardaba en una pequeña sala vacía de un enorme hospital a que me llamaran para hacerme unas pruebas analíticas. Yo era apenas un niño. Me había acompañado hacia allí un camillero, que me mostró una silla y me dijo:

-Siéntate. Ahora mismito vengo.

Le obedecí, desapareció y apenas un minuto después se abrió otra puerta y apareció otro sanitario empujando una camilla en la que descansaba… un cadáver. De que se trataba un cadáver no tuve dudas, nadie amortaja con una sábana a un paciente, por muy enfermo que esté. El nuevo camillero me miró con cierto apuro y dijo:

-Uops. Espera un momento. No te preocupes. Ahora vengo.

Dejó allí su cadáver y desapareció por la misma puerta por la que había desaparecido mi camillero que, casi al instante, reapareció. Miró el cadáver, me miró a mí y dijo:

-Vaya. Qué cosas. En fin, ven conmigo.

Me costó moverme, petrificado como me encontraba.

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Lágrimas virtuales…

El post de hoy no tiene nada que ver con la historia que estamos hilvanando. Ha sido una parte de ella, pero hoy este post va dedicado a mi suegra, Pilarín.

Hoy la hemos enterrado, a mi segunda madre que no mi suegra (siempre lo han dicho, las suegras ganan un hijo y las madres lo pierden).

Tuvo una vida dura. Vivió la postguerra, un hijo con una enfermedad degenerativa muscular que vivió mas de 30 años para acabar teniendo que decidir desconectarlo, después un marido con un cáncer que murió joven, y para terminar un ictus a nivel carotídeo que la dejó hemipléjica mas de 15 años. Una vida llena de obstáculos que fue saltando…
Hoy la hemos despedido, le hemos dado el último adiós. Ha sido una muerte repentina, no de esas graduales que puedes preveer, de las que duelen mas por lo inesperado de la misma…
Os dejo la despedida de una hija a su madre, el dolor que arranca desde lo mas profundo, la rabia contenida…
Hemos derramada muchas lágrimas reales, y este es mi homenaje, mis lágrimas virtuales.

DEP Pilarín.

«Mamá, mamita, ¡que vida tan difícil te ha tocado vivir!, y ¡que injusta!.

Tu, tan leal, tan generosa con todos y con todo, tan buena gente pero, a la vez, tan dura. Dura para poder soportar tantas cosas que te fueron llegando y que yo no creo que te merecieras.

Pero tu, en silencio, seguías adelante llegando a todo, y todavía te quedaba algo para dar a los demás, aunque con el corazón tan dolido y triste que no te dejaba disfrutar de las cosas buenas que te iban llegando.

Al final te tocó a ti y ¡eso si que no!, ¡ya era suficiente!. Pero no, no fue suficiente.

Tuviste que seguir luchando muchos años para, al final, dejarnos en silencio, sin molestar, como siempre.

¡Nos has dejado tan solos, mamá!, ¡tan vacíos!.

Ya estabas muy cansada, ¿verdad?.

Vete tranquila, mamá. No sufras mas. Nosotros estaremos bien, recordándote siempre, llorándote mucho, pero bien.

Descansa mamá, pero sigue cuidando de nosotros, por favor.»

Maria Pilar, amante madre, esposa e hija.
Te quiero.

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Lágrimas virtuales…

El post de hoy no tiene nada que ver con la historia que estamos hilvanando. Ha sido una parte de ella, pero hoy este post va dedicado a mi suegra, Pilarín.

Hoy la hemos enterrado, a mi segunda madre que no mi suegra (siempre lo han dicho, las suegras ganan un hijo y las madres lo pierden).

Tuvo una vida dura. Vivió la postguerra, un hijo con una enfermedad degenerativa muscular que vivió mas de 30 años para acabar teniendo que decidir desconectarlo, después un marido con un cáncer que murió joven, y para terminar un ictus a nivel carotídeo que la dejó hemipléjica mas de 15 años. Una vida llena de obstáculos que fue saltando…
Hoy la hemos despedido, le hemos dado el último adiós. Ha sido una muerte repentina, no de esas graduales que puedes preveer, de las que duelen mas por lo inesperado de la misma…
Os dejo la despedida de una hija a su madre, el dolor que arranca desde lo mas profundo, la rabia contenida…
Hemos derramada muchas lágrimas reales, y este es mi homenaje, mis lágrimas virtuales.

DEP Pilarín.

«Mamá, mamita, ¡que vida tan difícil te ha tocado vivir!, y ¡que injusta!.

Tu, tan leal, tan generosa con todos y con todo, tan buena gente pero, a la vez, tan dura. Dura para poder soportar tantas cosas que te fueron llegando y que yo no creo que te merecieras.

Pero tu, en silencio, seguías adelante llegando a todo, y todavía te quedaba algo para dar a los demás, aunque con el corazón tan dolido y triste que no te dejaba disfrutar de las cosas buenas que te iban llegando.

Al final te tocó a ti y ¡eso si que no!, ¡ya era suficiente!. Pero no, no fue suficiente.

Tuviste que seguir luchando muchos años para, al final, dejarnos en silencio, sin molestar, como siempre.

¡Nos has dejado tan solos, mamá!, ¡tan vacíos!.

Ya estabas muy cansada, ¿verdad?.

Vete tranquila, mamá. No sufras mas. Nosotros estaremos bien, recordándote siempre, llorándote mucho, pero bien.

Descansa mamá, pero sigue cuidando de nosotros, por favor.»

Maria Pilar, amante madre, esposa e hija.
Te quiero.

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Lágrimas virtuales…

El post de hoy no tiene nada que ver con la historia que estamos hilvanando. Ha sido una parte de ella, pero hoy este post va dedicado a mi suegra, Pilarín.

Hoy la hemos enterrado, a mi segunda madre que no mi suegra (siempre lo han dicho, las suegras ganan un hijo y las madres lo pierden).

Tuvo una vida dura. Vivió la postguerra, un hijo con una enfermedad degenerativa muscular que vivió mas de 30 años para acabar teniendo que decidir desconectarlo, después un marido con un cáncer que murió joven, y para terminar un ictus a nivel carotídeo que la dejó hemipléjica mas de 15 años. Una vida llena de obstáculos que fue saltando…
Hoy la hemos despedido, le hemos dado el último adiós. Ha sido una muerte repentina, no de esas graduales que puedes preveer, de las que duelen mas por lo inesperado de la misma…
Os dejo la despedida de una hija a su madre, el dolor que arranca desde lo mas profundo, la rabia contenida…
Hemos derramada muchas lágrimas reales, y este es mi homenaje, mis lágrimas virtuales.

DEP Pilarín.

«Mamá, mamita, ¡que vida tan difícil te ha tocado vivir!, y ¡que injusta!.

Tu, tan leal, tan generosa con todos y con todo, tan buena gente pero, a la vez, tan dura. Dura para poder soportar tantas cosas que te fueron llegando y que yo no creo que te merecieras.

Pero tu, en silencio, seguías adelante llegando a todo, y todavía te quedaba algo para dar a los demás, aunque con el corazón tan dolido y triste que no te dejaba disfrutar de las cosas buenas que te iban llegando.

Al final te tocó a ti y ¡eso si que no!, ¡ya era suficiente!. Pero no, no fue suficiente.

Tuviste que seguir luchando muchos años para, al final, dejarnos en silencio, sin molestar, como siempre.

¡Nos has dejado tan solos, mamá!, ¡tan vacíos!.

Ya estabas muy cansada, ¿verdad?.

Vete tranquila, mamá. No sufras mas. Nosotros estaremos bien, recordándote siempre, llorándote mucho, pero bien.

Descansa mamá, pero sigue cuidando de nosotros, por favor.»

Maria Pilar, amante madre, esposa e hija.
Te quiero.

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El principio del fin…

Antecedentes: último fin de semana de febrero de ya hace unos años. Boda de unos amigos en Zaragoza en el hotel Corona de Aragón, de recuerdo infausto por el incendio que sufrió… ¿acaso era una premonición y también íbamos a arder?.
Durante la ceremonia por la tarde se quejó de las piernas (los zapatos de tacón, suponíamos), y además no se encontraba muy bien. Volvimos al hotel y allí descubrimos que tenía los pies inflamados, que seguí atribuyendo a los zapatos de tacón (o al menos eso quería pensar). Se tumbó un rato en la cama, se fue pasando y disfrutamos de una velada muy agradable. Pasamos el fin de semana en Zaragoza y al regresar a casa le tomé la tensión: 140/90; tampoco me extrañó mas al ser hipertensa previa, y ser unas cifras en la que se movía en ocasiones (error de cálculo, estaba embarazada y suspendido el tratamiento desde el primer trimestre con cifras normalizadas…).
Por la mañana nos despedimos. Ella se iba a su trabajo en las montañas (donde tenía la cabaña el abuelito de Heidi) y yo al hospital.
Coincidí con su ginecóloga durante la mañana y le comenté lo sucedido… En mis peores pesadillas todavía la oigo gritarme…

La llamé para que se acercara al consultorio a tomarse la tensión y hablé con mis antiguos compañeros. Al poco rato me dicen que estaba a 240/150, ¿¿¿¡¡¡COMORRRR!!!???. Entonces era yo el que gritaba.   Los alaridos de la ginecóloga seguían retumbando por todo el hospital… Los talones me tocaban en el culo para ir al coche a buscarla. A por cierto, ella estaba tan tranquila, ni dolor de cabeza ni cualquier otra sintomatología…
Cerramos la casa de la montaña, bajamos al llano, acomodamos a mi suegra y nos fuimos al hospital donde ya nos estaban esperando con «suite» reservada… Tras la exploración se confirmaron las sospechas, preeclampsia de libro.
Vale, pero ¿que es la preeclampsia?.  Es una complicación médica del embarazo, probablemente la mas común y frecuente. Se caracteriza por un aumento de la tensión arterial durante el mismo, pérdida de proteínas por la orina (proteinuria) y edemas en las extremidades. Los signos y síntomas son variados y pueden incluso conducir a la muerte en casos extremos. Se desconoce la causa, pero si que se sabe que la única cura es la inducción del parto o una cesárea.  Y respecto al recién nacido se aprecia una restricción del crecimiento intrauterino.
Y así fue como quedamos ingresados… y en esto estábamos en la semana 27+6 del embarazo con un discreto retraso en el crecimiento en la ecografía de hacía 2 semanas…

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El principio del fin…

Antecedentes: último fin de semana de febrero de ya hace unos años. Boda de unos amigos en Zaragoza en el hotel Corona de Aragón, de recuerdo infausto por el incendio que sufrió… ¿acaso era una premonición y también íbamos a arder?.
Durante la ceremonia por la tarde se quejó de las piernas (los zapatos de tacón, suponíamos), y además no se encontraba muy bien. Volvimos al hotel y allí descubrimos que tenía los pies inflamados, que seguí atribuyendo a los zapatos de tacón (o al menos eso quería pensar). Se tumbó un rato en la cama, se fue pasando y disfrutamos de una velada muy agradable. Pasamos el fin de semana en Zaragoza y al regresar a casa le tomé la tensión: 140/90; tampoco me extrañó mas al ser hipertensa previa, y ser unas cifras en la que se movía en ocasiones (error de cálculo, estaba embarazada y suspendido el tratamiento desde el primer trimestre con cifras normalizadas…).
Por la mañana nos despedimos. Ella se iba a su trabajo en las montañas (donde tenía la cabaña el abuelito de Heidi) y yo al hospital.
Coincidí con su ginecóloga durante la mañana y le comenté lo sucedido… En mis peores pesadillas todavía la oigo gritarme…

La llamé para que se acercara al consultorio a tomarse la tensión y hablé con mis antiguos compañeros. Al poco rato me dicen que estaba a 240/150, ¿¿¿¡¡¡COMORRRR!!!???. Entonces era yo el que gritaba.   Los alaridos de la ginecóloga seguían retumbando por todo el hospital… Los talones me tocaban en el culo para ir al coche a buscarla. A por cierto, ella estaba tan tranquila, ni dolor de cabeza ni cualquier otra sintomatología…
Cerramos la casa de la montaña, bajamos al llano, acomodamos a mi suegra y nos fuimos al hospital donde ya nos estaban esperando con «suite» reservada… Tras la exploración se confirmaron las sospechas, preeclampsia de libro.
Vale, pero ¿que es la preeclampsia?.  Es una complicación médica del embarazo, probablemente la mas común y frecuente. Se caracteriza por un aumento de la tensión arterial durante el mismo, pérdida de proteínas por la orina (proteinuria) y edemas en las extremidades. Los signos y síntomas son variados y pueden incluso conducir a la muerte en casos extremos. Se desconoce la causa, pero si que se sabe que la única cura es la inducción del parto o una cesárea.  Y respecto al recién nacido se aprecia una restricción del crecimiento intrauterino.
Y así fue como quedamos ingresados… y en esto estábamos en la semana 27+6 del embarazo con un discreto retraso en el crecimiento en la ecografía de hacía 2 semanas…

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Antecedentes: último fin de semana de febrero de ya hace unos años. Boda de unos amigos en Zaragoza en el hotel Corona de Aragón, de recuerdo infausto por el incendio que sufrió… ¿acaso era una premonición y también íbamos a arder?.
Durante la ceremonia por la tarde se quejó de las piernas (los zapatos de tacón, suponíamos), y además no se encontraba muy bien. Volvimos al hotel y allí descubrimos que tenía los pies inflamados, que seguí atribuyendo a los zapatos de tacón (o al menos eso quería pensar). Se tumbó un rato en la cama, se fue pasando y disfrutamos de una velada muy agradable. Pasamos el fin de semana en Zaragoza y al regresar a casa le tomé la tensión: 140/90; tampoco me extrañó mas al ser hipertensa previa, y ser unas cifras en la que se movía en ocasiones (error de cálculo, estaba embarazada y suspendido el tratamiento desde el primer trimestre con cifras normalizadas…).
Por la mañana nos despedimos. Ella se iba a su trabajo en las montañas (donde tenía la cabaña el abuelito de Heidi) y yo al hospital.
Coincidí con su ginecóloga durante la mañana y le comenté lo sucedido… En mis peores pesadillas todavía la oigo gritarme…

La llamé para que se acercara al consultorio a tomarse la tensión y hablé con mis antiguos compañeros. Al poco rato me dicen que estaba a 240/150, ¿¿¿¡¡¡COMORRRR!!!???. Entonces era yo el que gritaba.   Los alaridos de la ginecóloga seguían retumbando por todo el hospital… Los talones me tocaban en el culo para ir al coche a buscarla. A por cierto, ella estaba tan tranquila, ni dolor de cabeza ni cualquier otra sintomatología…
Cerramos la casa de la montaña, bajamos al llano, acomodamos a mi suegra y nos fuimos al hospital donde ya nos estaban esperando con «suite» reservada… Tras la exploración se confirmaron las sospechas, preeclampsia de libro.
Vale, pero ¿que es la preeclampsia?.  Es una complicación médica del embarazo, probablemente la mas común y frecuente. Se caracteriza por un aumento de la tensión arterial durante el mismo, pérdida de proteínas por la orina (proteinuria) y edemas en las extremidades. Los signos y síntomas son variados y pueden incluso conducir a la muerte en casos extremos. Se desconoce la causa, pero si que se sabe que la única cura es la inducción del parto o una cesárea.  Y respecto al recién nacido se aprecia una restricción del crecimiento intrauterino.
Y así fue como quedamos ingresados… y en esto estábamos en la semana 27+6 del embarazo con un discreto retraso en el crecimiento en la ecografía de hacía 2 semanas…

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Todo tiene un comienzo…

Y nuestros comienzos se remontan al siglo pasado…
Yo quería familia y ella no, y no porque no le gustaran los niños, sino porque su hermano falleció por una enfermedad degenerativa muscular que quizás pudiera ser hereditaria, pero eso no se sabría puesto que no había diagnóstico exacto.
Una vez vencidas las reticencias, cosa que costó algunos años, nos pusimos «manos a la obra». Y mira por donde luego no llegaba nada, mes tras mes la misma historia…
Como el tiempo corría decidimos visitarnos para descartar causas orgánicas (hay que tener en cuenta que la mayoría de las veces el problema es del varón), pero no parecía haber problemas por ninguna de las dos partes.
Y con el tiempo llegó, y estoy seguro que fue tras una noche de desenfreno en las fiestas de San Lorenzo de Huesca… diga lo que diga la ginecóloga. Y en algún otro post contaré la prueba del algodón.
Y a la primera falta ya sabíamos lo que había (5-6 semanas de gestación). Y esto provocó un cambio en nuestra relación a mejor todavía. Vivíamos en un estado de felicidad continua, como el primer amor de un adolescente. Era la embarazada mas guapa del mundo, la mas contemplada y mimada…
Todo iba viento en popa, incluso dejó de tomar la medicación antihipertensiva porque ya no la precisaba.
Sobre las 12 semanas de gestación le realizaron la biopsia corial sin incidencias, salvo porque me tuvo «esclavizado» 3 días (las cosas del reposo absoluto).
Un tiempo mas tarde recibí una llamada «de la casa» para informarme que el cariotipo del niño era normal y que podía pasar a recogerlo. 
– ¿Perdón?.
– Como, ¿no sabía nada? (imaginen mi tono de voz).
– Como lo voy a saber si me acaba de llamar, y no sabía ni que era de la casa…


Y así todo seguía hacia delante y como ella decía, «si pudiera elegir, mi estado natural sería embarazada». Hasta que…

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Todo tiene un comienzo…

Y nuestros comienzos se remontan al siglo pasado…
Yo quería familia y ella no, y no porque no le gustaran los niños, sino porque su hermano falleció por una enfermedad degenerativa muscular que quizás pudiera ser hereditaria, pero eso no se sabría puesto que no había diagnóstico exacto.
Una vez vencidas las reticencias, cosa que costó algunos años, nos pusimos «manos a la obra». Y mira por donde luego no llegaba nada, mes tras mes la misma historia…
Como el tiempo corría decidimos visitarnos para descartar causas orgánicas (hay que tener en cuenta que la mayoría de las veces el problema es del varón), pero no parecía haber problemas por ninguna de las dos partes.
Y con el tiempo llegó, y estoy seguro que fue tras una noche de desenfreno en las fiestas de San Lorenzo de Huesca… diga lo que diga la ginecóloga. Y en algún otro post contaré la prueba del algodón.
Y a la primera falta ya sabíamos lo que había (5-6 semanas de gestación). Y esto provocó un cambio en nuestra relación a mejor todavía. Vivíamos en un estado de felicidad continua, como el primer amor de un adolescente. Era la embarazada mas guapa del mundo, la mas contemplada y mimada…
Todo iba viento en popa, incluso dejó de tomar la medicación antihipertensiva porque ya no la precisaba.
Sobre las 12 semanas de gestación le realizaron la biopsia corial sin incidencias, salvo porque me tuvo «esclavizado» 3 días (las cosas del reposo absoluto).
Un tiempo mas tarde recibí una llamada «de la casa» para informarme que el cariotipo del niño era normal y que podía pasar a recogerlo. 
– ¿Perdón?.
– Como, ¿no sabía nada? (imaginen mi tono de voz).
– Como lo voy a saber si me acaba de llamar, y no sabía ni que era de la casa…


Y así todo seguía hacia delante y como ella decía, «si pudiera elegir, mi estado natural sería embarazada». Hasta que…

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Todo tiene un comienzo…

Y nuestros comienzos se remontan al siglo pasado…
Yo quería familia y ella no, y no porque no le gustaran los niños, sino porque su hermano falleció por una enfermedad degenerativa muscular que quizás pudiera ser hereditaria, pero eso no se sabría puesto que no había diagnóstico exacto.
Una vez vencidas las reticencias, cosa que costó algunos años, nos pusimos «manos a la obra». Y mira por donde luego no llegaba nada, mes tras mes la misma historia…
Como el tiempo corría decidimos visitarnos para descartar causas orgánicas (hay que tener en cuenta que la mayoría de las veces el problema es del varón), pero no parecía haber problemas por ninguna de las dos partes.
Y con el tiempo llegó, y estoy seguro que fue tras una noche de desenfreno en las fiestas de San Lorenzo de Huesca… diga lo que diga la ginecóloga. Y en algún otro post contaré la prueba del algodón.
Y a la primera falta ya sabíamos lo que había (5-6 semanas de gestación). Y esto provocó un cambio en nuestra relación a mejor todavía. Vivíamos en un estado de felicidad continua, como el primer amor de un adolescente. Era la embarazada mas guapa del mundo, la mas contemplada y mimada…
Todo iba viento en popa, incluso dejó de tomar la medicación antihipertensiva porque ya no la precisaba.
Sobre las 12 semanas de gestación le realizaron la biopsia corial sin incidencias, salvo porque me tuvo «esclavizado» 3 días (las cosas del reposo absoluto).
Un tiempo mas tarde recibí una llamada «de la casa» para informarme que el cariotipo del niño era normal y que podía pasar a recogerlo. 
– ¿Perdón?.
– Como, ¿no sabía nada? (imaginen mi tono de voz).
– Como lo voy a saber si me acaba de llamar, y no sabía ni que era de la casa…


Y así todo seguía hacia delante y como ella decía, «si pudiera elegir, mi estado natural sería embarazada». Hasta que…

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Listeza

«De un muchacho que principia y que promete, el mayor elogio que se puede hacer es exclamar: «¡Qué listo!». Es listeza la labia, la travesura, la habilidad: he ahí los supremos dones entre los españoles, he ahí las cualidades insignes para llegar a ser ministro».
(Azorín, Tiempos y cosas)

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Listeza

«De un muchacho que principia y que promete, el mayor elogio que se puede hacer es exclamar: «¡Qué listo!». Es listeza la labia, la travesura, la habilidad: he ahí los supremos dones entre los españoles, he ahí las cualidades insignes para llegar a ser ministro».
(Azorín, Tiempos y cosas)

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10 cosas que jamás le diré a mi hijo adolescente

El otro día, viendo la película Yes Man, me puse a pensar en como sería si yo me convirtiera en un Yes Dad y complaciera a mi hijo en todo lo que pidiera, ahora que ha entrado a la adolescencia. Siempre hay quien piensa que hay que darles lo que a nosotros nos faltó. Pero cuidado, eso puede tener un alto precio. Muchos podemos tener las mejores intenciones, pero podemos terminar malcriando a nuestros hijos.
  
A continuación les presento un listado de las diez cosas que jamás le diría a mi hijo, espero no aflojar rodillas.
1-     Aquí tienes mi tarjeta de crédito con límite de $50 mil. Úsala a tu antojo.
2-     Que tienes un “party” de tu clase! Claro que puedes ir. Es más, me llamas como a las 6 de la mañana y voy y te recojo.
3-     ¿Quieres un teléfono? Te compro el iPhone 5© con un plan de data ilimitada, llamadas internacionales y mensajes de textos ilimitados.
4-     ¿Que te quieres hacer un tatuaje? Suuuper cool. Vamos juntos y nos lo hacemos.
5-     Me voy de viaje con tu Madre. Te quedas solito y  si quieres puedes hacer una fiesta. Te contrato una banda.
6-     Que no quieres ir a la Universidad y hacerte de una carrera para ganarte la vida? Relax, quédate a vivir con nosotros y te cubro tus gastos.
7-     ¿No quieres limpiar tu cuarto? Tranquilo, te contrato una ama de llaves.
8-     ¿Necesitas vacaciones? Te vas para Europa con gastos pagos y de paso te llevas a dos de tus mejores amigos.
9-     ¿Aburrido del menú de tu Madre? Te contrato un chef personal para que complazca cada uno de tus caprichos.
10- ¿Que quieres unos tennis Nike© de $150 dólares? Te compro tres pares para que los alternes.
Como ven, todo tiene un límite. Estoy claro que hay cosas de esta lista que mi hijo llegará a hacer, pero será cuando sea adulto. Mientras viva bajo mi techo, “my rules”.
¿Y tú, qué añadirías a este listado? 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 
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10 cosas que jamás le diré a mi hijo adolescente

El otro día, viendo la película Yes Man, me puse a pensar en como sería si yo me convirtiera en un Yes Dad y complaciera a mi hijo en todo lo que pidiera, ahora que ha entrado a la adolescencia. Siempre hay quien piensa que hay que darles lo que a nosotros nos faltó. Pero cuidado, eso puede tener un alto precio. Muchos podemos tener las mejores intenciones, pero podemos terminar malcriando a nuestros hijos.
  
A continuación les presento un listado de las diez cosas que jamás le diría a mi hijo, espero no aflojar rodillas.
1-     Aquí tienes mi tarjeta de crédito con límite de $50 mil. Úsala a tu antojo.
2-     Que tienes un “party” de tu clase! Claro que puedes ir. Es más, me llamas como a las 6 de la mañana y voy y te recojo.
3-     ¿Quieres un teléfono? Te compro el iPhone 5© con un plan de data ilimitada, llamadas internacionales y mensajes de textos ilimitados.
4-     ¿Que te quieres hacer un tatuaje? Suuuper cool. Vamos juntos y nos lo hacemos.
5-     Me voy de viaje con tu Madre. Te quedas solito y  si quieres puedes hacer una fiesta. Te contrato una banda.
6-     Que no quieres ir a la Universidad y hacerte de una carrera para ganarte la vida? Relax, quédate a vivir con nosotros y te cubro tus gastos.
7-     ¿No quieres limpiar tu cuarto? Tranquilo, te contrato una ama de llaves.
8-     ¿Necesitas vacaciones? Te vas para Europa con gastos pagos y de paso te llevas a dos de tus mejores amigos.
9-     ¿Aburrido del menú de tu Madre? Te contrato un chef personal para que complazca cada uno de tus caprichos.
10- ¿Que quieres unos tennis Nike© de $150 dólares? Te compro tres pares para que los alternes.
Como ven, todo tiene un límite. Estoy claro que hay cosas de esta lista que mi hijo llegará a hacer, pero será cuando sea adulto. Mientras viva bajo mi techo, “my rules”.
¿Y tú, qué añadirías a este listado? 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 
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Y llegó el día…

Y llegó el gran día. Una idea que desde hace 2 años me rondaba por la cabeza ha salido a la luz.  
– ¿Y por que ahora?.
El detonante se produjo este fin de semana en la mesa redonda de crianza de PediaTIC en Lleida.
– ¿Que pasó?.
Muy fácil, todas las invitadas eran madres, salvo una honrosa excepción, Pedro Martínez de http://www.citomegalovirus.es, eso si, junto a su mujer Ana González.
– ¿Y los padres…?. 
Simplemente no se nos oye, no se sabe si estamos o no. 
La mayoría de los blogs son escritos por las madres y nos dan su visión de la crianza. Y la visión de los padres, ¿no tenemos nada que aportar ni que decir?.

Tuve la suerte de comentar algo al respecto con Amalia Arce en su blog hace un tiempo (http://www.dra-amalia-arce.com, la mamá pediatra), y con Rafa Pardo (http://www.perdidosenpandora.com) en PediaTIC, que fue el que me acabó de animar a contar mi experiencia.

– ¿Que experiencia?.
La de un médico en proceso de ser pediatra que tuvo la «suerte» de ser padre de un gran prematuro. 


De las vivencias y experiencias de un padre del otro lado, que pasó a ser un pediatra del otro lado.

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Y llegó el día…

Y llegó el gran día. Una idea que desde hace 2 años me rondaba por la cabeza ha salido a la luz.  
– ¿Y por que ahora?.
El detonante se produjo este fin de semana en la mesa redonda de crianza de PediaTIC en Lleida.
– ¿Que pasó?.
Muy fácil, todas las invitadas eran madres, salvo una honrosa excepción, Pedro Martínez de http://www.citomegalovirus.es, eso si, junto a su mujer Ana González.
– ¿Y los padres…?. 
Simplemente no se nos oye, no se sabe si estamos o no. 
La mayoría de los blogs son escritos por las madres y nos dan su visión de la crianza. Y la visión de los padres, ¿no tenemos nada que aportar ni que decir?.

Tuve la suerte de comentar algo al respecto con Amalia Arce en su blog hace un tiempo (http://www.dra-amalia-arce.com, la mamá pediatra), y con Rafa Pardo (http://www.perdidosenpandora.com) en PediaTIC, que fue el que me acabó de animar a contar mi experiencia.

– ¿Que experiencia?.
La de un médico en proceso de ser pediatra que tuvo la «suerte» de ser padre de un gran prematuro. 


De las vivencias y experiencias de un padre del otro lado, que pasó a ser un pediatra del otro lado.

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Y llegó el gran día. Una idea que desde hace 2 años me rondaba por la cabeza ha salido a la luz.  
– ¿Y por que ahora?.
El detonante se produjo este fin de semana en la mesa redonda de crianza de PediaTIC en Lleida.
– ¿Que pasó?.
Muy fácil, todas las invitadas eran madres, salvo una honrosa excepción, Pedro Martínez de http://www.citomegalovirus.es, eso si, junto a su mujer Ana González.
– ¿Y los padres…?. 
Simplemente no se nos oye, no se sabe si estamos o no. 
La mayoría de los blogs son escritos por las madres y nos dan su visión de la crianza. Y la visión de los padres, ¿no tenemos nada que aportar ni que decir?.

Tuve la suerte de comentar algo al respecto con Amalia Arce en su blog hace un tiempo (http://www.dra-amalia-arce.com, la mamá pediatra), y con Rafa Pardo (http://www.perdidosenpandora.com) en PediaTIC, que fue el que me acabó de animar a contar mi experiencia.

– ¿Que experiencia?.
La de un médico en proceso de ser pediatra que tuvo la «suerte» de ser padre de un gran prematuro. 


De las vivencias y experiencias de un padre del otro lado, que pasó a ser un pediatra del otro lado.

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Cumpleaños Feeeeeeliz

El día 8 de Octubre Guzmán cumplió 5 años. ¡¡¡¡5 añazos!!!!
El verano le ha sentado fenomenal. Ha dado un estirón brutal y el comienzo del cole, nada que ver con el del año anterior.
Lógicamente, como seguimos con la quimio, el sigue un poco cansadito (cuando un adulto te explica el efecto de lo que está tomando en su cuerpo y en sus palabras, no es de extrañar…). Así que hemos decidido que los miércoles no vaya a clase y nos quedemos en casa.

El está encantado de tener 5 años, de hecho hoy está organizando su fiesta con amigos, unos cuantos días después, pero como el dice cada día…

«mmmmmmm… Me lo he pensado mejod y he cambiado de opinión… lo vamos a celebrad… en casa»

Y nosotros… no podemos pedir más… si hace año y medio nos dicen que íbamos a estar así celebrando su 5º cumpleaños lo habríamos deseado, lo habríamos proyectado visualmente, pero no habríamos querido pensar mucho en ello por estar encogidos de temor y esperanza a la vez.

Hoy Guzmán está tan alto, tan guapo, tan lleno de energía y con la melena tan larga y rubia como yo lo había visualizado en todas las meditaciones que hice y he ido haciendo cada viernes desde hace casi 2 años. Y para mi ese es mi mayor regalo.

Este martes nos han suspendido el tratamiento porque está bajito de defensas, pero parece que suele ser recurrente en él, que cada 2 meses seguidos de «merca» y «meto», de un bajón de bigotes. Una semanita y de nuevo a las pastillas.

Y por otro lado el médico nos dijo que finalizaríamos POR FIN el tratamiento, no a principios de Noviembre como yo creia, sino a finales. Al principio, no voy a mentir, fue un jarro de agua fria para mi, pero viéndolo con distancia, ya no queda nada.

Siento estár escribiendo tan poco, por un lado el trabajo, el mio y el de Eva que casi no tenemos tiempo para vernos, y por otro toda la energía que estoy depositando en el lanzamiento de la Fundación no me está dejando ni tiempo ni aire para escribir unas líneas.

Echo de menos no sólo escribir sino el apoyo y los mensajes que siempre habéis enviado. Pero se que estais ahí. Gracias por seguir empujando. Mucho amor y energía positiva!!!!

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Cumpleaños Feeeeeeliz

El día 8 de Octubre Guzmán cumplió 5 años. ¡¡¡¡5 añazos!!!!
El verano le ha sentado fenomenal. Ha dado un estirón brutal y el comienzo del cole, nada que ver con el del año anterior.
Lógicamente, como seguimos con la quimio, el sigue un poco cansadito (cuando un adulto te explica el efecto de lo que está tomando en su cuerpo y en sus palabras, no es de extrañar…). Así que hemos decidido que los miércoles no vaya a clase y nos quedemos en casa.

El está encantado de tener 5 años, de hecho hoy está organizando su fiesta con amigos, unos cuantos días después, pero como el dice cada día…

«mmmmmmm… Me lo he pensado mejod y he cambiado de opinión… lo vamos a celebrad… en casa»

Y nosotros… no podemos pedir más… si hace año y medio nos dicen que íbamos a estar así celebrando su 5º cumpleaños lo habríamos deseado, lo habríamos proyectado visualmente, pero no habríamos querido pensar mucho en ello por estar encogidos de temor y esperanza a la vez.

Hoy Guzmán está tan alto, tan guapo, tan lleno de energía y con la melena tan larga y rubia como yo lo había visualizado en todas las meditaciones que hice y he ido haciendo cada viernes desde hace casi 2 años. Y para mi ese es mi mayor regalo.

Este martes nos han suspendido el tratamiento porque está bajito de defensas, pero parece que suele ser recurrente en él, que cada 2 meses seguidos de «merca» y «meto», de un bajón de bigotes. Una semanita y de nuevo a las pastillas.

Y por otro lado el médico nos dijo que finalizaríamos POR FIN el tratamiento, no a principios de Noviembre como yo creia, sino a finales. Al principio, no voy a mentir, fue un jarro de agua fria para mi, pero viéndolo con distancia, ya no queda nada.

Siento estár escribiendo tan poco, por un lado el trabajo, el mio y el de Eva que casi no tenemos tiempo para vernos, y por otro toda la energía que estoy depositando en el lanzamiento de la Fundación no me está dejando ni tiempo ni aire para escribir unas líneas.

Echo de menos no sólo escribir sino el apoyo y los mensajes que siempre habéis enviado. Pero se que estais ahí. Gracias por seguir empujando. Mucho amor y energía positiva!!!!

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