¡¡¡Artista!!!
(Yo creo en) Bruce Lee
Muchos años después, en otro lugar y con otros protagonistas, he vuelto a asistir a una conversación que ya escuché y que, en su momento, puse por escrito:
Moscas
– [Mamá] Nico, ponte el abrigo, por si las moscas. – [Nico] ¿Qué? ¿Que van a venir las moscas? – [Mamá] No, Nico, es una expresión que quiere decir lo mismo que “por si acaso”. – [Nico] Ah, vale, me pongo el abrigo por si acaso vienen las moscas.
Sigue leyendo ->Y comienzan los problemas…
En la visita del día siguiente según marcaba el horario, lo encontré conectado a un aparato que acababa en su naricita. Dos cánulas que se introducían en sus orificios nasales sujetadas con unas cinchas a su cabeza, y una especie de gafas de fieltro que le tapaban los ojos. Ya comenté en la anterior entrada que tenía cierta dificultad para respirar. Viendo esto puedes imaginar que la cosa no había ido a mejor…
Por lo demás, todo igual. Bueno, salvo por la pérdida de peso. TODOS los niños, sean a término o prematuros, pierden peso, que lo suelen recuperar sobre los 7-10 días de vida. Lo que ocurre es que, en un prematuro, todavía te parece mas horrible. Si nace con 720 grs y va perdiendo, ¿que queda?. Sabed que rondó los 600 grs cuando menos peso, y ahí está.
¿Que demonios eran esos tubos, por que los llevaba y para que servían?.
La complicación inicial esperada y mas temida en un prematuro es la enfermedad de la membrana hialina (EMH).
La EMH es debida a la falta o ausencia de surfactante pulmonar. Es una proteína que hace que los alveolos (unas pequeñas bolsitas al final de los bronquios donde se produce el intercambio de oxígeno) queden despegados y pueda entrar el aire. Si falta, quedan colapsados y no puede pasar el aire (atelectasia alveolar difusa). Para prevenir o minimizar esta complicación se administran corticoides a la madre antes de que nazca (en los menores de 34 semanas de gestación), a ser posible 2 dosis en 24 horas. Esto va a prevenir bastante, pero no le exime de padecerla. La incidencia es inversamente proporcional a la edad de gestación y al peso al nacer (mas frecuente cuanto mas pequeño y mas inmaduro).
El tratamiento se basa en intentar optimizar la entrada de aire e ir ganando tiempo hasta que empiece a fabricarlo el neonato. ¿Cómo se consigue expandir los alveolos y las vías respiratorias mas pequeñas?.
Hay varias posibilidades. Se adaptan al estado de cada uno, pudiendo empezar por una por otra.
Básicamente se dispone de:
– tratamiento sustitutivo del surfactante: se administra surfactante artificial de forma endotraqueal (o sea, por un tubo que se mete por la nariz o la boca y llega hasta la traquea).
– soporte respiratorio: CPAP o ventilación mecánica.
CPAP (presión positiva continua en las vías aéreas): mediante unas cánulas nasales o un tubo nasofaríngeo (desde la nariz a la faringe) se administra aire a presión de forma continua, que puede ir enriquecido en oxígeno o no, dependiendo de las necesidades.
Ventilación mecánica: pacientes intubados (tubo por la nariz o la boca que llega hasta la traquea) conectados a un respirador (máquina que digamos respira por el según las características que se precisen, existiendo varias modalidades). Para esto es posible que se tenga que dejar adormilado al neonato para que esté bien adaptado (es decir, se deje llevar por la máquina), la cual cosa se consigue mediante diferentes medicaciones (sedantes, relajantes musculares).
– fármacos: administrados de forma endovenosa, ya sea umbilical (por el ombligo) o por una periférica (de la cabeza a los pies en cualquiera de ellas).
– oxígeno.
Con el tiempo se intenta deshabituar al neonato de toda esta maquinaria, y siempre de la forma mas precoz posible en función de la respuesta.
Y comienzan los problemas…
En la visita del día siguiente según marcaba el horario, lo encontré conectado a un aparato que acababa en su naricita. Dos cánulas que se introducían en sus orificios nasales sujetadas con unas cinchas a su cabeza, y una especie de gafas de fieltro que le tapaban los ojos. Ya comenté en la anterior entrada que tenía cierta dificultad para respirar. Viendo esto puedes imaginar que la cosa no había ido a mejor…
Por lo demás, todo igual. Bueno, salvo por la pérdida de peso. TODOS los niños, sean a término o prematuros, pierden peso, que lo suelen recuperar sobre los 7-10 días de vida. Lo que ocurre es que, en un prematuro, todavía te parece mas horrible. Si nace con 720 grs y va perdiendo, ¿que queda?. Sabed que rondó los 600 grs cuando menos peso, y ahí está.
¿Que demonios eran esos tubos, por que los llevaba y para que servían?.
La complicación inicial esperada y mas temida en un prematuro es la enfermedad de la membrana hialina (EMH).
La EMH es debida a la falta o ausencia de surfactante pulmonar. Es una proteína que hace que los alveolos (unas pequeñas bolsitas al final de los bronquios donde se produce el intercambio de oxígeno) queden despegados y pueda entrar el aire. Si falta, quedan colapsados y no puede pasar el aire (atelectasia alveolar difusa). Para prevenir o minimizar esta complicación se administran corticoides a la madre antes de que nazca (en los menores de 34 semanas de gestación), a ser posible 2 dosis en 24 horas. Esto va a prevenir bastante, pero no le exime de padecerla. La incidencia es inversamente proporcional a la edad de gestación y al peso al nacer (mas frecuente cuanto mas pequeño y mas inmaduro).
El tratamiento se basa en intentar optimizar la entrada de aire e ir ganando tiempo hasta que empiece a fabricarlo el neonato. ¿Cómo se consigue expandir los alveolos y las vías respiratorias mas pequeñas?.
Hay varias posibilidades. Se adaptan al estado de cada uno, pudiendo empezar por una por otra.
Básicamente se dispone de:
– tratamiento sustitutivo del surfactante: se administra surfactante artificial de forma endotraqueal (o sea, por un tubo que se mete por la nariz o la boca y llega hasta la traquea).
– soporte respiratorio: CPAP o ventilación mecánica.
CPAP (presión positiva continua en las vías aéreas): mediante unas cánulas nasales o un tubo nasofaríngeo (desde la nariz a la faringe) se administra aire a presión de forma continua, que puede ir enriquecido en oxígeno o no, dependiendo de las necesidades.
Ventilación mecánica: pacientes intubados (tubo por la nariz o la boca que llega hasta la traquea) conectados a un respirador (máquina que digamos respira por el según las características que se precisen, existiendo varias modalidades). Para esto es posible que se tenga que dejar adormilado al neonato para que esté bien adaptado (es decir, se deje llevar por la máquina), la cual cosa se consigue mediante diferentes medicaciones (sedantes, relajantes musculares).
– fármacos: administrados de forma endovenosa, ya sea umbilical (por el ombligo) o por una periférica (de la cabeza a los pies en cualquiera de ellas).
– oxígeno.
Con el tiempo se intenta deshabituar al neonato de toda esta maquinaria, y siempre de la forma mas precoz posible en función de la respuesta.
Papá, ¿por qué nadie ora por el diablo?
Foto: Flickr | manoj damodaran |
¿Alguna vez has pensado en orar por el diablo? Yo nunca, pero mi hija sí. Resulta que la Chiqui estudia en un colegio católico y ya la están preparando para la primera comunión.
“El diablo, antes de ser malo, era un ángel bueno. Pasó por una prueba y eligió hacer lo malo en vez de lo bueno. Por esta razón solo puede hacer lo malo, porque fue su decisión. Lo que podemos hacer con nuestra oración es que Papa Dios limite su poder para que no le permita hacer tanto mal. Y de hecho, así Dios lo hace. Pero nosotros también debemos poner de nuestra parte. Si nos portamos bien, si obedecemos a nuestros padres, si cumplimos con nuestras tareas, limitamos su poder y hacemos que ese enemigo no haga tanto daño”.
Papá, ¿por qué nadie ora por el diablo?
Foto: Flickr | manoj damodaran |
¿Alguna vez has pensado en orar por el diablo? Yo nunca, pero mi hija sí. Resulta que la Chiqui estudia en un colegio católico y ya la están preparando para la primera comunión.
“El diablo, antes de ser malo, era un ángel bueno. Pasó por una prueba y eligió hacer lo malo en vez de lo bueno. Por esta razón solo puede hacer lo malo, porque fue su decisión. Lo que podemos hacer con nuestra oración es que Papa Dios limite su poder para que no le permita hacer tanto mal. Y de hecho, así Dios lo hace. Pero nosotros también debemos poner de nuestra parte. Si nos portamos bien, si obedecemos a nuestros padres, si cumplimos con nuestras tareas, limitamos su poder y hacemos que ese enemigo no haga tanto daño”.
En Reconstrucción
Con Guzmán me «Deconstruía»; con Martina todavía me estoy «Reconstruyendo»
¿Alguien ha visto un trozo de corazón por algún lado caído, que no lo encuentro?
En Reconstrucción
Con Guzmán me «Deconstruía»; con Martina todavía me estoy «Reconstruyendo»
¿Alguien ha visto un trozo de corazón por algún lado caído, que no lo encuentro?
La pequeña y la gran pantalla
Parece esto un blog abandonado. Pero no es tanto así, no os creais. De hecho, vengo de vez en cuando a visitarlo, a releerme, a repasar, y a preguntarme mientras releo sin atender si esto sobrevivirá lo que deba. Me he propuesto firmemente retomar Nicoyyo. Pero eso no quiere decir nada. Sólo que me lo he […]
Sigue leyendo ->Ocho años
Digan lo que digan, ocho años son muchos y eso a veces es un problema. Ocho son los años que le llevo a la Nueva y aunque mi siempre intacta lozanía disimule a la vista de terceros la considerable diferencia, lo cierto es que en ocasiones ese abismo generacional es… pues eso, un abismo. Como el otro día, cuando nos cruzamos por la calle con el Grasas, un hombrecillo que debe su apodo a su siempre brillante tupecillo y que trabaja de camarero en una cafetería del barrio que la Nueva y yo solo frecuentamos en verano, en los días más insoportables de agosto, cuando hasta los chinos se han ido de vacaciones.
-Siempre pienso que el Grasas –dijo la Nueva tras cruzarnos con él- se quedó anclado en algún momento del pasado.
Pensé que la Nueva tenía razón, como casi siempre. El Grasas es de un anticuado terrible. Original, eso sí. Viste original, sus gafas de sol son espeluznantes. Se peina original. Incluso lleva un peine en el bolsillo trasero del pantalón.
-No creo que tenga muchos más años que tú –prosiguió la Nueva- pero se quedó anclado en el pasado hace muchos años. Tantos, que ni siquiera sabría decir cuándo. No recuerdo que la gente se haya vestido así nunca.
-Bueno –dije yo. (Siempre digo “bueno” cuando voy a iniciar un sabio discurso desde la experiencia que me dan los ocho años de ventaja que le llevo a la Nueva)- Para mí que el Grasas se quedó anclado en 1978.
-¿Cómo puedes ser tan exacto? –me dijo la Nueva con admiración.
-Bueno –repetí- Es que el Grasas me recuerda mucho a Rocky Sharpe y los Replays.
-¿Eh? –dijo ella. La admiración que segundos antes la Nueva había sentido por mí acababa de tornarse en impenetrable incomprensión, como si a Umbrello y a Fratello les habláramos ahora del fax, las fiestas de guardar o el UHF.
-Sí, Rocky Sharpe y los Replays –dije- Un grupo de mi infancia. Al Grasas seguro que les gustaban antes de caer en coma o en alguna drogadicción o de que le encerraran en la cárcel, o una mezcla de todas esa cosas.
-Ah. Ni idea- dijo ella.
-No son tan antiguos –dije algo incómodo.
-No, claro –dijo.
-Ramalama ding dong –insistí absurdamente- Si hasta salen en youtube.
-Claro, claro -murmuró.
En fin, pues eso. El Grasas. Rocky Sharpe. Ocho malditos años.
Sigue leyendo ->Ocho años
Digan lo que digan, ocho años son muchos y eso a veces es un problema. Ocho son los años que le llevo a la Nueva y aunque mi siempre intacta lozanía disimule a la vista de terceros la considerable diferencia, lo cierto es que en ocasiones ese abismo generacional es… pues eso, un abismo. Como el otro día, cuando nos cruzamos por la calle con el Grasas, un hombrecillo que debe su apodo a su siempre brillante tupecillo y que trabaja de camarero en una cafetería del barrio que la Nueva y yo solo frecuentamos en verano, en los días más insoportables de agosto, cuando hasta los chinos se han ido de vacaciones.
-Siempre pienso que el Grasas –dijo la Nueva tras cruzarnos con él- se quedó anclado en algún momento del pasado.
Pensé que la Nueva tenía razón, como casi siempre. El Grasas es de un anticuado terrible. Original, eso sí. Viste original, sus gafas de sol son espeluznantes. Se peina original. Incluso lleva un peine en el bolsillo trasero del pantalón.
-No creo que tenga muchos más años que tú –prosiguió la Nueva- pero se quedó anclado en el pasado hace muchos años. Tantos, que ni siquiera sabría decir cuándo. No recuerdo que la gente se haya vestido así nunca.
-Bueno –dije yo. (Siempre digo “bueno” cuando voy a iniciar un sabio discurso desde la experiencia que me dan los ocho años de ventaja que le llevo a la Nueva)- Para mí que el Grasas se quedó anclado en 1978.
-¿Cómo puedes ser tan exacto? –me dijo la Nueva con admiración.
-Bueno –repetí- Es que el Grasas me recuerda mucho a Rocky Sharpe y los Replays.
-¿Eh? –dijo ella. La admiración que segundos antes la Nueva había sentido por mí acababa de tornarse en impenetrable incomprensión, como si a Umbrello y a Fratello les habláramos ahora del fax, las fiestas de guardar o el UHF.
-Sí, Rocky Sharpe y los Replays –dije- Un grupo de mi infancia. Al Grasas seguro que les gustaban antes de caer en coma o en alguna drogadicción o de que le encerraran en la cárcel, o una mezcla de todas esa cosas.
-Ah. Ni idea- dijo ella.
-No son tan antiguos –dije algo incómodo.
-No, claro –dijo.
-Ramalama ding dong –insistí absurdamente- Si hasta salen en youtube.
-Claro, claro -murmuró.
En fin, pues eso. El Grasas. Rocky Sharpe. Ocho malditos años.
Sigue leyendo ->de partos espontáneos y arribos extraordinarios…
hace un año llegó zutanito…
Con 38 semanas y 5 días esperábamos la llegada del segundo chamaco. Estábamos prácticamente a 10 días para cumplir el término del embarazo. Según mi doctora, el segundo hijo se adelanta así que el monitoreo semanal había comenzado un par de días antes. Mi segundo embarazo fue, a diferencia del primero, atropellado, lleno de síntomas, sustos y malestares, tooodo aquello que no sucedió con el fulanito parece que zutanito se lo cobró…
Ese día, martes 10 de enero, tuve una noche particularmente mala, desperté cansada, como con unos cólicos a los cuales no presté atención ya que entre los malestares de los cuales sufrí fue dolor de estomago por la comida, todo me hacía daño. Decidí no llevar al fulanito a la escuela ya que el día anterior me lo entregaron con temperatura y no había mejorado así que por indicaciones del pediatra nos quedamos todos a descansar.
Como todos los días Pá me hacia la obligada pregunta: (digo obligada ya por lo adelantado del embarazo y porque esperábamos que en cualquier momento zutanito decidiera llegar) “¿Cómo te sientes?” “Bien, cansada pero bien, aunque tengo unos cólicos pero nada de importancia” contesté, creyendo que las contracciones se presentarían exactamente igual que con en primer embarazo…error…nunca las sentí igual…
Por ahí de las 3:45 de la tarde, después de mi rutina diaria, arreglar un poco la casa, jugar con el fulanito y monitorear que su temperatura no subiera nos fuimos a comer, caldito de pollo, lo recuerdo bien, el fulanito se me quedó dormido en la cocina así que lo cargué y lo llevé a nuestro cuarto. Al terminar de comer comencé a peinarme ya que veríamos a unos amigos por la tarde.
Como a eso de 3:45 sentí un cólico más fuerte , mmm “creo que la comida me hizo mal, de nuevo” y seguí peinándome… otro cólico como a los 20 minutos… de nuevo como a los 10 minutos y la intensidad entre uno y otro aumentaba…”mmm esto no está bien”…
Mi doula fue unos días antes a casa para que juntas hiciéramos simulacro de parto por lo que tenia bien presente el cómo realizar cada respiración dependiendo de lo intenso de cada contracción, sin embargo, tuve que improvisar debido a que la manera en como estaba sintiendo las contracciones no fue como lo viví en mi parto anterior, así que tuve que cambiar por completo la dinámica de mi respiración. Dejé de lado la respiración de limpieza y tan solo me concentré en la respiración fuerte para dejar que el dolor fluyera y seguir con el proceso.
Al hacer esto pude darme cuenta que cuando sentía el dolor la panza se me ponía dura (es decir, contracción y panza dura se sincronizaban), al percatarme de ello y cuando las respiraciones funcionaron para sentirme mejor caí en cuenta de que mi trabajo de parto se estaba desarrollando.
Llamo a Pá: “Estoy teniendo contracciones, por favor llama a la doctora, espera (respiración…) creo que esto ya empezó”… Mientras entro al baño de mi cuarto siento la panza dura y el dolor llega de nuevo, respiro… veo como la toalla se mueve con mi aliento…siento alivio.
Llamada de Pá: “Sí, espera, te doy el numero de la doctora, espérame (inhalo, exhalo….) es ….. (inhalo, exhalo….)”
Las contracciones son cada vez más constantes, fuertes y pienso “¿cómo era eso de 2-2-10 o no sé que para saber que ya empezaron las contracciones buenas? (o sea esas con las que te aceptan en el hospital y no te regresan). Mejor anoto cada cuanto las tengo y cuanto duran”… mmmm viene otra…. (inhalo, exhalo….) sé que no las puedo parar….mmm no puedo escribir, (de plano dejo lápiz y papel)…. (inhalo, exhalo….) tan solo puedo pensar que si esto está así, no se como será lo demás “¡Puf! va a estar del terror!” (Ingenuamente seguía creyendo que estaba en la fase inicial del trabajo de parto….)
Lo único que se me ocurre es ir al WC. Escucho que algo cae, no cabe duda que el cuerpo es sabio, debido al dolor de las contracciones no siento ninguna otra parte de mi cuerpo, me asomo y veo el tapón mucoso. (Este tapón mantiene sellado el cuello del útero, al expulsarlo es signo inminente del parto)
Otra contracción, respiro….de repente siento que algo se revienta dentro de mi… pude sentir como se rompió una membrana justo en mi entrepierna en la parte más fuerte de esta contracción…cae agua…”Conque así es como uno ´rompe fuente´…” (en mi primer parto no rompí fuente, y según esto una tiene hasta dos horas para poder llegar al hospital…bueno, no siempre es así)
Llamo a Pá: “Ya rompí fuente”… lo oigo ansioso, apurado, nervioso… siento dolor… (inhalo, exhalo….) me calma escucharlo pero entiendo que no puedo estar con él todo el tiempo, tiene que manejar hasta acá y lo que menos quiero es que le pase algo ya sea por los nervios, distracción o lo que sea. Colgamos.
“¿Qué hago, voy con mi vecina? ¿Le pido que me acompañe? No, ni me puedo mover.”
Viene otra contracción (inhalo, exhalo…inhalo, exhalo….) contracción fortísima….percibo como el sudor me corre por el cuello, cae por el pecho y llega a mi panza que está completamente dura, mis músculos están contraídos, me descubro apretando mis manos contra el WC, agarro y suelto, agarro y suelto mientras respiro y siento el dolor… (inhalo, exhalo….) “Fuf, terminó”
Puedo descansar un poco, pero ¿cuánto? ¿Un par de minutos? Pensé: “¿Así va a estar esto? ¿Cómo voy a hacer para llegar al hospital? ¿Cómo me voy a mover, cómo me voy a subir al carro? Pts!! El movimiento del carro…. Voy a esperar mínimo media hora más en lo que llega alguien” (Pá ya se había comunicado con mis padres y los suyos, yo me desentendí y tan solo esperaba pero el tiempo se me hacía eterno)
Siento unas ganas inmensas de pujar, pero no quiero hacerlo ya que ello significa que estoy justo pujando para que salga el bebé y no quiero hacerlo, así que decido sólo respirar.
Llamo a Pá: contracción bien requeté fuerte…”(inhalo, exhalo….) necesito que alguien este conmigo (inhalo, exhalo….) ¡¡por favor!!”. Colgamos.
Llama la mamá de Pá: “Ya vamos en camino….”, “Ya arrojé tapón mucoso y rompí fuente”… Colgamos. Creí que al darle mi parte médico se apuraría, pero creo que más nunca supo que significaban esos síntomas.
Después de esta memorable contracción siento como comienzo a abrirme….” (literal: a abrirme) mmmm… “¿¡¡a poco ya estoy coronando!!?” (Es cuando aparece la cabeza del bebé por el canal del parto)… me levanto del WC, doy unos pasos para tomar un espejo mientras digo en voz alta “No zutanito, espera, no nazcas ahora, espera por favor!!!” coloco el espejo entre mis piernas…veo como me abro y alcanzo a percibir la cabeza de zutanito (cochino chamaco, ¡no me hizo caso!)
Instintivamente, sin pensarlo, regreso al WC, viene una contracción, una contracción muy, muy fuerte, la ultima contracción… LA contracción… siento mucho dolor…la panza se me pone muy dura pero esta vez como que se estira y se hace hacia abajo, tomo con una mano el filo de la pared que tengo del lado izquierdo y con la otra mano me jalo de la toalla que cuelga de la pared. Siento el dolor más intenso que jamás sentí en la vida, inhalo mientras me jalo con ambas manos y pujo con todas mis fuerzas… sale de mi zutanito y al sentir como llega también percibo como cesa el dolor y el cansancio.
Oigo como mi chamaquito va cayendo al agua, como en cámara lenta y antes de que terminara de caer ya lo estaba agarrando para abrazarlo… no pensé en nada pero sentí todo: era increíble sentir esa bolita de carne en mis manos, morada aún, calientita, resbalosa, chiquito, sentí una enorme ansiedad por verlo a la cara, mirarlo a los ojos, reconocerlo… darle la bienvenida, nombrarlo. Me pregunto si es normal el color moradito que tiene. Lo levanto y me percato de que aún tiene agua en la boca… pienso: “¡tiene que llorar! ¿Qué hago?” Lo volteo y le doy unas palmaditas en la espalda…”¡es tan chiquito!”…llora…mi corazón esta a todo…lo volteo y por fin nos vemos a los ojos…nos reconocemos.. sé que él también a su manera me saluda y se sabe bienvenido a este mundo…veo serenidad, mucha serenidad en su mirada e inmediatamente siento una paz muy grande (supongo es lo mas cercano a sentir el amor puro y en su máxima expresión, regalo de como sea que uno le llame: Dios, Universo, Energía….) sus ojos eran grandes, brillantes…todo se detuvo en ese momento y solo estábamos él y yo… reconociéndonos… viéndonos…saludándonos….y sintiéndonos sin palabras de por medio….todo eso en unos cuantos segundos.
Inmediatamente le doy de comer, me lo pego y él comienza a succionar. Nos conectamos…me siento tranquila…llegó mi chamaco y llegó bien, al menos por lo que percibí en esos segundos. Yo sabía que al darle de comer mi cuerpo produciría oxitocina, así la placenta saldría más rápido y mi útero se contraería previniendo una hemorragia. (sí, aunque no lo crean pensé esto)
Tomo la toalla, lo seco, después tomo mi bata y lo envuelvo en ella, trato de que su cuerpo y el mio estén siempre en contacto para mantenerlo calientito.
Llama la mamá de Pá: “Seguimos en camino pero ya no tardamos…” la interrumpo: “Ya nació…¿ puedes llamar una ambulancia?” recuerdo que la voz le tembló….Colgamos.
Llama Pá, no sé que me dice, lo interrumpo: “Ya nació, los dos estamos bien” “¿Cómo que ya nació?… “Sí, estamos bien, por favor vente con cuidado”… Colgamos
Llamo mi mamá: “Mamá, por favor no te espantes, no te pongas nerviosa, pero ya nació!!” “¿Qué? ¿Cómo? Y tu sola?? Ayyy hija pero debí de haberme ido contigo!! ¿Por qué no lo hice?… “Mamá, estamos bien, no te preocupes….Colgamos.
Creo que estuvimos cerca de 20 minutos más solos en casa esperando a que alguien llegara, el fulanito seguía dormido y yo tenía a zutanito entre mis brazos dándole de comer, estaba tranquila sintiendo lo maravilloso de todo el relajo del parto pero sobre todo disfrutando de esa conexión con zutanito. No podía creer, pero en verdad no podía creer nada de lo que pasó, no concebía como minutos antes tuve los dolores más fuertes que sentí jamás en la vida y ahora tan sólo me inundaba una tranquilidad y una paz indescriptible. Estaba embobada viendo a mi hijo desentendiéndome de todos y disfrutando ese momento…
Ahora, después de cuatro meses y de contar esta experiencia un par de veces no puedo evitar el emocionarme hasta las lágrimas. Tampoco puedo dejar de sentir una infinita gratitud hacia la vida y al universo no sólo por dejarme vivir esta experiencia, sino por regalarme (regalarnos) un chamaquito bien sano que ilumina mis días con su presencia (¡¡GRACIAS!!)
La crónica de Pá
- Martes 10 de enero de 2012
En algún momento nos quedamos solos de nueva cuenta Zutanito y yo…Lo observé con mucha atención, tratando de detectar y registrar cualquier elemento que me permitiera identificarlo…No encontraba detalle alguno: sin lunares, sin manchas, sin pecas, sin nada…Un bebé…genérico…
- Miércoles 11 de enero de 2012
la primer semana de zutanito…
el primer año de zutanito…
de partos espontáneos y arribos extraordinarios…
hace un año llegó zutanito…
Con 38 semanas y 5 días esperábamos la llegada del segundo chamaco. Estábamos prácticamente a 10 días para cumplir el término del embarazo. Según mi doctora, el segundo hijo se adelanta así que el monitoreo semanal había comenzado un par de días antes. Mi segundo embarazo fue, a diferencia del primero, atropellado, lleno de síntomas, sustos y malestares, tooodo aquello que no sucedió con el fulanito parece que zutanito se lo cobró…
Ese día, martes 10 de enero, tuve una noche particularmente mala, desperté cansada, como con unos cólicos a los cuales no presté atención ya que entre los malestares de los cuales sufrí fue dolor de estomago por la comida, todo me hacía daño. Decidí no llevar al fulanito a la escuela ya que el día anterior me lo entregaron con temperatura y no había mejorado así que por indicaciones del pediatra nos quedamos todos a descansar.
Como todos los días Pá me hacia la obligada pregunta: (digo obligada ya por lo adelantado del embarazo y porque esperábamos que en cualquier momento zutanito decidiera llegar) “¿Cómo te sientes?” “Bien, cansada pero bien, aunque tengo unos cólicos pero nada de importancia” contesté, creyendo que las contracciones se presentarían exactamente igual que con en primer embarazo…error…nunca las sentí igual…
Por ahí de las 3:45 de la tarde, después de mi rutina diaria, arreglar un poco la casa, jugar con el fulanito y monitorear que su temperatura no subiera nos fuimos a comer, caldito de pollo, lo recuerdo bien, el fulanito se me quedó dormido en la cocina así que lo cargué y lo llevé a nuestro cuarto. Al terminar de comer comencé a peinarme ya que veríamos a unos amigos por la tarde.
Como a eso de 3:45 sentí un cólico más fuerte , mmm “creo que la comida me hizo mal, de nuevo” y seguí peinándome… otro cólico como a los 20 minutos… de nuevo como a los 10 minutos y la intensidad entre uno y otro aumentaba…”mmm esto no está bien”…
Mi doula fue unos días antes a casa para que juntas hiciéramos simulacro de parto por lo que tenia bien presente el cómo realizar cada respiración dependiendo de lo intenso de cada contracción, sin embargo, tuve que improvisar debido a que la manera en como estaba sintiendo las contracciones no fue como lo viví en mi parto anterior, así que tuve que cambiar por completo la dinámica de mi respiración. Dejé de lado la respiración de limpieza y tan solo me concentré en la respiración fuerte para dejar que el dolor fluyera y seguir con el proceso.
Al hacer esto pude darme cuenta que cuando sentía el dolor la panza se me ponía dura (es decir, contracción y panza dura se sincronizaban), al percatarme de ello y cuando las respiraciones funcionaron para sentirme mejor caí en cuenta de que mi trabajo de parto se estaba desarrollando.
Llamo a Pá: “Estoy teniendo contracciones, por favor llama a la doctora, espera (respiración…) creo que esto ya empezó”… Mientras entro al baño de mi cuarto siento la panza dura y el dolor llega de nuevo, respiro… veo como la toalla se mueve con mi aliento…siento alivio.
Llamada de Pá: “Sí, espera, te doy el numero de la doctora, espérame (inhalo, exhalo….) es ….. (inhalo, exhalo….)”
Las contracciones son cada vez más constantes, fuertes y pienso “¿cómo era eso de 2-2-10 o no sé que para saber que ya empezaron las contracciones buenas? (o sea esas con las que te aceptan en el hospital y no te regresan). Mejor anoto cada cuanto las tengo y cuanto duran”… mmmm viene otra…. (inhalo, exhalo….) sé que no las puedo parar….mmm no puedo escribir, (de plano dejo lápiz y papel)…. (inhalo, exhalo….) tan solo puedo pensar que si esto está así, no se como será lo demás “¡Puf! va a estar del terror!” (Ingenuamente seguía creyendo que estaba en la fase inicial del trabajo de parto….)
Lo único que se me ocurre es ir al WC. Escucho que algo cae, no cabe duda que el cuerpo es sabio, debido al dolor de las contracciones no siento ninguna otra parte de mi cuerpo, me asomo y veo el tapón mucoso. (Este tapón mantiene sellado el cuello del útero, al expulsarlo es signo inminente del parto)
Otra contracción, respiro….de repente siento que algo se revienta dentro de mi… pude sentir como se rompió una membrana justo en mi entrepierna en la parte más fuerte de esta contracción…cae agua…”Conque así es como uno ´rompe fuente´…” (en mi primer parto no rompí fuente, y según esto una tiene hasta dos horas para poder llegar al hospital…bueno, no siempre es así)
Llamo a Pá: “Ya rompí fuente”… lo oigo ansioso, apurado, nervioso… siento dolor… (inhalo, exhalo….) me calma escucharlo pero entiendo que no puedo estar con él todo el tiempo, tiene que manejar hasta acá y lo que menos quiero es que le pase algo ya sea por los nervios, distracción o lo que sea. Colgamos.
“¿Qué hago, voy con mi vecina? ¿Le pido que me acompañe? No, ni me puedo mover.”
Viene otra contracción (inhalo, exhalo…inhalo, exhalo….) contracción fortísima….percibo como el sudor me corre por el cuello, cae por el pecho y llega a mi panza que está completamente dura, mis músculos están contraídos, me descubro apretando mis manos contra el WC, agarro y suelto, agarro y suelto mientras respiro y siento el dolor… (inhalo, exhalo….) “Fuf, terminó”
Puedo descansar un poco, pero ¿cuánto? ¿Un par de minutos? Pensé: “¿Así va a estar esto? ¿Cómo voy a hacer para llegar al hospital? ¿Cómo me voy a mover, cómo me voy a subir al carro? Pts!! El movimiento del carro…. Voy a esperar mínimo media hora más en lo que llega alguien” (Pá ya se había comunicado con mis padres y los suyos, yo me desentendí y tan solo esperaba pero el tiempo se me hacía eterno)
Siento unas ganas inmensas de pujar, pero no quiero hacerlo ya que ello significa que estoy justo pujando para que salga el bebé y no quiero hacerlo, así que decido sólo respirar.
Llamo a Pá: contracción bien requeté fuerte…”(inhalo, exhalo….) necesito que alguien este conmigo (inhalo, exhalo….) ¡¡por favor!!”. Colgamos.
Llama la mamá de Pá: “Ya vamos en camino….”, “Ya arrojé tapón mucoso y rompí fuente”… Colgamos. Creí que al darle mi parte médico se apuraría, pero creo que más nunca supo que significaban esos síntomas.
Después de esta memorable contracción siento como comienzo a abrirme….” (literal: a abrirme) mmmm… “¿¡¡a poco ya estoy coronando!!?” (Es cuando aparece la cabeza del bebé por el canal del parto)… me levanto del WC, doy unos pasos para tomar un espejo mientras digo en voz alta “No zutanito, espera, no nazcas ahora, espera por favor!!!” coloco el espejo entre mis piernas…veo como me abro y alcanzo a percibir la cabeza de zutanito (cochino chamaco, ¡no me hizo caso!)
Instintivamente, sin pensarlo, regreso al WC, viene una contracción, una contracción muy, muy fuerte, la ultima contracción… LA contracción… siento mucho dolor…la panza se me pone muy dura pero esta vez como que se estira y se hace hacia abajo, tomo con una mano el filo de la pared que tengo del lado izquierdo y con la otra mano me jalo de la toalla que cuelga de la pared. Siento el dolor más intenso que jamás sentí en la vida, inhalo mientras me jalo con ambas manos y pujo con todas mis fuerzas… sale de mi zutanito y al sentir como llega también percibo como cesa el dolor y el cansancio.
Oigo como mi chamaquito va cayendo al agua, como en cámara lenta y antes de que terminara de caer ya lo estaba agarrando para abrazarlo… no pensé en nada pero sentí todo: era increíble sentir esa bolita de carne en mis manos, morada aún, calientita, resbalosa, chiquito, sentí una enorme ansiedad por verlo a la cara, mirarlo a los ojos, reconocerlo… darle la bienvenida, nombrarlo. Me pregunto si es normal el color moradito que tiene. Lo levanto y me percato de que aún tiene agua en la boca… pienso: “¡tiene que llorar! ¿Qué hago?” Lo volteo y le doy unas palmaditas en la espalda…”¡es tan chiquito!”…llora…mi corazón esta a todo…lo volteo y por fin nos vemos a los ojos…nos reconocemos.. sé que él también a su manera me saluda y se sabe bienvenido a este mundo…veo serenidad, mucha serenidad en su mirada e inmediatamente siento una paz muy grande (supongo es lo mas cercano a sentir el amor puro y en su máxima expresión, regalo de como sea que uno le llame: Dios, Universo, Energía….) sus ojos eran grandes, brillantes…todo se detuvo en ese momento y solo estábamos él y yo… reconociéndonos… viéndonos…saludándonos….y sintiéndonos sin palabras de por medio….todo eso en unos cuantos segundos.
Inmediatamente le doy de comer, me lo pego y él comienza a succionar. Nos conectamos…me siento tranquila…llegó mi chamaco y llegó bien, al menos por lo que percibí en esos segundos. Yo sabía que al darle de comer mi cuerpo produciría oxitocina, así la placenta saldría más rápido y mi útero se contraería previniendo una hemorragia. (sí, aunque no lo crean pensé esto)
Tomo la toalla, lo seco, después tomo mi bata y lo envuelvo en ella, trato de que su cuerpo y el mio estén siempre en contacto para mantenerlo calientito.
Llama la mamá de Pá: “Seguimos en camino pero ya no tardamos…” la interrumpo: “Ya nació…¿ puedes llamar una ambulancia?” recuerdo que la voz le tembló….Colgamos.
Llama Pá, no sé que me dice, lo interrumpo: “Ya nació, los dos estamos bien” “¿Cómo que ya nació?… “Sí, estamos bien, por favor vente con cuidado”… Colgamos
Llamo mi mamá: “Mamá, por favor no te espantes, no te pongas nerviosa, pero ya nació!!” “¿Qué? ¿Cómo? Y tu sola?? Ayyy hija pero debí de haberme ido contigo!! ¿Por qué no lo hice?… “Mamá, estamos bien, no te preocupes….Colgamos.
Creo que estuvimos cerca de 20 minutos más solos en casa esperando a que alguien llegara, el fulanito seguía dormido y yo tenía a zutanito entre mis brazos dándole de comer, estaba tranquila sintiendo lo maravilloso de todo el relajo del parto pero sobre todo disfrutando de esa conexión con zutanito. No podía creer, pero en verdad no podía creer nada de lo que pasó, no concebía como minutos antes tuve los dolores más fuertes que sentí jamás en la vida y ahora tan sólo me inundaba una tranquilidad y una paz indescriptible. Estaba embobada viendo a mi hijo desentendiéndome de todos y disfrutando ese momento…
Ahora, después de cuatro meses y de contar esta experiencia un par de veces no puedo evitar el emocionarme hasta las lágrimas. Tampoco puedo dejar de sentir una infinita gratitud hacia la vida y al universo no sólo por dejarme vivir esta experiencia, sino por regalarme (regalarnos) un chamaquito bien sano que ilumina mis días con su presencia (¡¡GRACIAS!!)
La crónica de Pá
- Martes 10 de enero de 2012
En algún momento nos quedamos solos de nueva cuenta Zutanito y yo…Lo observé con mucha atención, tratando de detectar y registrar cualquier elemento que me permitiera identificarlo…No encontraba detalle alguno: sin lunares, sin manchas, sin pecas, sin nada…Un bebé…genérico…
- Miércoles 11 de enero de 2012
la primer semana de zutanito…
el primer año de zutanito…
de partos espontáneos y arribos extraordinarios…
hace un año llegó zutanito…
Con 38 semanas y 5 días esperábamos la llegada del segundo chamaco. Estábamos prácticamente a 10 días para cumplir el término del embarazo. Según mi doctora, el segundo hijo se adelanta así que el monitoreo semanal había comenzado un par de días antes. Mi segundo embarazo fue, a diferencia del primero, atropellado, lleno de síntomas, sustos y malestares, tooodo aquello que no sucedió con el fulanito parece que zutanito se lo cobró…
Ese día, martes 10 de enero, tuve una noche particularmente mala, desperté cansada, como con unos cólicos a los cuales no presté atención ya que entre los malestares de los cuales sufrí fue dolor de estomago por la comida, todo me hacía daño. Decidí no llevar al fulanito a la escuela ya que el día anterior me lo entregaron con temperatura y no había mejorado así que por indicaciones del pediatra nos quedamos todos a descansar.
Como todos los días Pá me hacia la obligada pregunta: (digo obligada ya por lo adelantado del embarazo y porque esperábamos que en cualquier momento zutanito decidiera llegar) “¿Cómo te sientes?” “Bien, cansada pero bien, aunque tengo unos cólicos pero nada de importancia” contesté, creyendo que las contracciones se presentarían exactamente igual que con en primer embarazo…error…nunca las sentí igual…
Por ahí de las 3:45 de la tarde, después de mi rutina diaria, arreglar un poco la casa, jugar con el fulanito y monitorear que su temperatura no subiera nos fuimos a comer, caldito de pollo, lo recuerdo bien, el fulanito se me quedó dormido en la cocina así que lo cargué y lo llevé a nuestro cuarto. Al terminar de comer comencé a peinarme ya que veríamos a unos amigos por la tarde.
Como a eso de 3:45 sentí un cólico más fuerte , mmm “creo que la comida me hizo mal, de nuevo” y seguí peinándome… otro cólico como a los 20 minutos… de nuevo como a los 10 minutos y la intensidad entre uno y otro aumentaba…”mmm esto no está bien”…
Mi doula fue unos días antes a casa para que juntas hiciéramos simulacro de parto por lo que tenia bien presente el cómo realizar cada respiración dependiendo de lo intenso de cada contracción, sin embargo, tuve que improvisar debido a que la manera en como estaba sintiendo las contracciones no fue como lo viví en mi parto anterior, así que tuve que cambiar por completo la dinámica de mi respiración. Dejé de lado la respiración de limpieza y tan solo me concentré en la respiración fuerte para dejar que el dolor fluyera y seguir con el proceso.
Al hacer esto pude darme cuenta que cuando sentía el dolor la panza se me ponía dura (es decir, contracción y panza dura se sincronizaban), al percatarme de ello y cuando las respiraciones funcionaron para sentirme mejor caí en cuenta de que mi trabajo de parto se estaba desarrollando.
Llamo a Pá: “Estoy teniendo contracciones, por favor llama a la doctora, espera (respiración…) creo que esto ya empezó”… Mientras entro al baño de mi cuarto siento la panza dura y el dolor llega de nuevo, respiro… veo como la toalla se mueve con mi aliento…siento alivio.
Llamada de Pá: “Sí, espera, te doy el numero de la doctora, espérame (inhalo, exhalo….) es ….. (inhalo, exhalo….)”
Las contracciones son cada vez más constantes, fuertes y pienso “¿cómo era eso de 2-2-10 o no sé que para saber que ya empezaron las contracciones buenas? (o sea esas con las que te aceptan en el hospital y no te regresan). Mejor anoto cada cuanto las tengo y cuanto duran”… mmmm viene otra…. (inhalo, exhalo….) sé que no las puedo parar….mmm no puedo escribir, (de plano dejo lápiz y papel)…. (inhalo, exhalo….) tan solo puedo pensar que si esto está así, no se como será lo demás “¡Puf! va a estar del terror!” (Ingenuamente seguía creyendo que estaba en la fase inicial del trabajo de parto….)
Lo único que se me ocurre es ir al WC. Escucho que algo cae, no cabe duda que el cuerpo es sabio, debido al dolor de las contracciones no siento ninguna otra parte de mi cuerpo, me asomo y veo el tapón mucoso. (Este tapón mantiene sellado el cuello del útero, al expulsarlo es signo inminente del parto)
Otra contracción, respiro….de repente siento que algo se revienta dentro de mi… pude sentir como se rompió una membrana justo en mi entrepierna en la parte más fuerte de esta contracción…cae agua…”Conque así es como uno ´rompe fuente´…” (en mi primer parto no rompí fuente, y según esto una tiene hasta dos horas para poder llegar al hospital…bueno, no siempre es así)
Llamo a Pá: “Ya rompí fuente”… lo oigo ansioso, apurado, nervioso… siento dolor… (inhalo, exhalo….) me calma escucharlo pero entiendo que no puedo estar con él todo el tiempo, tiene que manejar hasta acá y lo que menos quiero es que le pase algo ya sea por los nervios, distracción o lo que sea. Colgamos.
“¿Qué hago, voy con mi vecina? ¿Le pido que me acompañe? No, ni me puedo mover.”
Viene otra contracción (inhalo, exhalo…inhalo, exhalo….) contracción fortísima….percibo como el sudor me corre por el cuello, cae por el pecho y llega a mi panza que está completamente dura, mis músculos están contraídos, me descubro apretando mis manos contra el WC, agarro y suelto, agarro y suelto mientras respiro y siento el dolor… (inhalo, exhalo….) “Fuf, terminó”
Puedo descansar un poco, pero ¿cuánto? ¿Un par de minutos? Pensé: “¿Así va a estar esto? ¿Cómo voy a hacer para llegar al hospital? ¿Cómo me voy a mover, cómo me voy a subir al carro? Pts!! El movimiento del carro…. Voy a esperar mínimo media hora más en lo que llega alguien” (Pá ya se había comunicado con mis padres y los suyos, yo me desentendí y tan solo esperaba pero el tiempo se me hacía eterno)
Siento unas ganas inmensas de pujar, pero no quiero hacerlo ya que ello significa que estoy justo pujando para que salga el bebé y no quiero hacerlo, así que decido sólo respirar.
Llamo a Pá: contracción bien requeté fuerte…”(inhalo, exhalo….) necesito que alguien este conmigo (inhalo, exhalo….) ¡¡por favor!!”. Colgamos.
Llama la mamá de Pá: “Ya vamos en camino….”, “Ya arrojé tapón mucoso y rompí fuente”… Colgamos. Creí que al darle mi parte médico se apuraría, pero creo que más nunca supo que significaban esos síntomas.
Después de esta memorable contracción siento como comienzo a abrirme….” (literal: a abrirme) mmmm… “¿¡¡a poco ya estoy coronando!!?” (Es cuando aparece la cabeza del bebé por el canal del parto)… me levanto del WC, doy unos pasos para tomar un espejo mientras digo en voz alta “No zutanito, espera, no nazcas ahora, espera por favor!!!” coloco el espejo entre mis piernas…veo como me abro y alcanzo a percibir la cabeza de zutanito (cochino chamaco, ¡no me hizo caso!)
Instintivamente, sin pensarlo, regreso al WC, viene una contracción, una contracción muy, muy fuerte, la ultima contracción… LA contracción… siento mucho dolor…la panza se me pone muy dura pero esta vez como que se estira y se hace hacia abajo, tomo con una mano el filo de la pared que tengo del lado izquierdo y con la otra mano me jalo de la toalla que cuelga de la pared. Siento el dolor más intenso que jamás sentí en la vida, inhalo mientras me jalo con ambas manos y pujo con todas mis fuerzas… sale de mi zutanito y al sentir como llega también percibo como cesa el dolor y el cansancio.
Oigo como mi chamaquito va cayendo al agua, como en cámara lenta y antes de que terminara de caer ya lo estaba agarrando para abrazarlo… no pensé en nada pero sentí todo: era increíble sentir esa bolita de carne en mis manos, morada aún, calientita, resbalosa, chiquito, sentí una enorme ansiedad por verlo a la cara, mirarlo a los ojos, reconocerlo… darle la bienvenida, nombrarlo. Me pregunto si es normal el color moradito que tiene. Lo levanto y me percato de que aún tiene agua en la boca… pienso: “¡tiene que llorar! ¿Qué hago?” Lo volteo y le doy unas palmaditas en la espalda…”¡es tan chiquito!”…llora…mi corazón esta a todo…lo volteo y por fin nos vemos a los ojos…nos reconocemos.. sé que él también a su manera me saluda y se sabe bienvenido a este mundo…veo serenidad, mucha serenidad en su mirada e inmediatamente siento una paz muy grande (supongo es lo mas cercano a sentir el amor puro y en su máxima expresión, regalo de como sea que uno le llame: Dios, Universo, Energía….) sus ojos eran grandes, brillantes…todo se detuvo en ese momento y solo estábamos él y yo… reconociéndonos… viéndonos…saludándonos….y sintiéndonos sin palabras de por medio….todo eso en unos cuantos segundos.
Inmediatamente le doy de comer, me lo pego y él comienza a succionar. Nos conectamos…me siento tranquila…llegó mi chamaco y llegó bien, al menos por lo que percibí en esos segundos. Yo sabía que al darle de comer mi cuerpo produciría oxitocina, así la placenta saldría más rápido y mi útero se contraería previniendo una hemorragia. (sí, aunque no lo crean pensé esto)
Tomo la toalla, lo seco, después tomo mi bata y lo envuelvo en ella, trato de que su cuerpo y el mio estén siempre en contacto para mantenerlo calientito.
Llama la mamá de Pá: “Seguimos en camino pero ya no tardamos…” la interrumpo: “Ya nació…¿ puedes llamar una ambulancia?” recuerdo que la voz le tembló….Colgamos.
Llama Pá, no sé que me dice, lo interrumpo: “Ya nació, los dos estamos bien” “¿Cómo que ya nació?… “Sí, estamos bien, por favor vente con cuidado”… Colgamos
Llamo mi mamá: “Mamá, por favor no te espantes, no te pongas nerviosa, pero ya nació!!” “¿Qué? ¿Cómo? Y tu sola?? Ayyy hija pero debí de haberme ido contigo!! ¿Por qué no lo hice?… “Mamá, estamos bien, no te preocupes….Colgamos.
Creo que estuvimos cerca de 20 minutos más solos en casa esperando a que alguien llegara, el fulanito seguía dormido y yo tenía a zutanito entre mis brazos dándole de comer, estaba tranquila sintiendo lo maravilloso de todo el relajo del parto pero sobre todo disfrutando de esa conexión con zutanito. No podía creer, pero en verdad no podía creer nada de lo que pasó, no concebía como minutos antes tuve los dolores más fuertes que sentí jamás en la vida y ahora tan sólo me inundaba una tranquilidad y una paz indescriptible. Estaba embobada viendo a mi hijo desentendiéndome de todos y disfrutando ese momento…
Ahora, después de cuatro meses y de contar esta experiencia un par de veces no puedo evitar el emocionarme hasta las lágrimas. Tampoco puedo dejar de sentir una infinita gratitud hacia la vida y al universo no sólo por dejarme vivir esta experiencia, sino por regalarme (regalarnos) un chamaquito bien sano que ilumina mis días con su presencia (¡¡GRACIAS!!)
La crónica de Pá
- Martes 10 de enero de 2012
En algún momento nos quedamos solos de nueva cuenta Zutanito y yo…Lo observé con mucha atención, tratando de detectar y registrar cualquier elemento que me permitiera identificarlo…No encontraba detalle alguno: sin lunares, sin manchas, sin pecas, sin nada…Un bebé…genérico…
- Miércoles 11 de enero de 2012
la primer semana de zutanito…
el primer año de zutanito…
Al habla Eva: Martina update
Ayer fuimos por la mañana a La Paz para que en el hospital de día sedaran a Martina, dejándola completamente dormida, para quitarle las grapas y limpiarle las quemaduras. Parece que por fin hemos conseguido una cierta continuidad con una doctora, aunque aún no canto victoria. Esta mujer, que además tiene muchos años de experiencia, nos da bastante confianza y nos gusta cómo nos habla. Fue ella la que accedió a sedar a Martina para quitarle las grapas, y tiene un trato muy accesible; en definitiva, no da la sensación de que se va a ir corriendo en cuanto estás dos segundos pensando en la siguiente pregunta.
Al habla Eva: Martina update
Ayer fuimos por la mañana a La Paz para que en el hospital de día sedaran a Martina, dejándola completamente dormida, para quitarle las grapas y limpiarle las quemaduras. Parece que por fin hemos conseguido una cierta continuidad con una doctora, aunque aún no canto victoria. Esta mujer, que además tiene muchos años de experiencia, nos da bastante confianza y nos gusta cómo nos habla. Fue ella la que accedió a sedar a Martina para quitarle las grapas, y tiene un trato muy accesible; en definitiva, no da la sensación de que se va a ir corriendo en cuanto estás dos segundos pensando en la siguiente pregunta.
Monitoras de comedor desalienándose
Cuestión de corbatas
A los 16 años se escapó de casa para no ingresar en el seminario, se escondió en un barco atracado en Vigo y acabó en Buenos Aires, tratando con grupos subersivos. Allí conoció a un tal Orsini, pero no el de las bombas sino el de las corbatas.
Orsini era un anarquista italiano, barbudo, gordo y jovial que puesto que tenía apellido de terrorífico, no le quedó más remedio que hacerse anarquista. Su padre era un burgués cualquiera empeñado en que su hijo fuera un hombre de provecho. Le puso una tienda de comestible y, en cierta ocasión, le hizo llegar un paquete de corbatas rojas, todas iguales, para que las vendiera y se ganara el jornal. Orsini las repartió entre sus amigos. La policía creyó que se trataba de algún tipo de contraseña entre ellos. Más de uno, anarquista o no, fue detenido e interrogado por llevar una elegante corbata roja.
Con Dadá, el dandismo dejó ser cosa de solitarios, y se convirtió en consigna de la banda (o movimiento supraindividual). Dadá pretendía acabar con todo y estaba dispuesto a rellenar su arsenal con lo que hiciera falta, ya fuera una letra, un fonema, una máscara o una corbata (Dadá es la conciencia del mundo y la conciencia del mundo recurre a cualquier forma para asestar sus golpes). Así lo dice Richard Huelsenbeck en su “Avant Dadá”: El dadaísta ha retirado su mirada de la lejanía y le importa poseer unos zapatos bien ajustados y un traje impecable.
OTRO CUENTO (ANÓMALO) DE NAVIDAD.
Cansado de cabecear por las noticias económicas que veía o leía, decidió pasar a un rincón retirado de lo que jamás creyó que iban a contemplar sus ojos, la codicia insaciable se cobraba víctimas entre los que creía suyos, los que jugaban con los númer…
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Presentación de Ludica Mundi
Presentación de Ludica Mundi
Sin dejar de sonreír
Queremos reír, reír y hacer lo que nos manden los instintos.
(Graffiti en una ciudad alemana) |
(Canción de la película Annie, John Huston)
Hoy todo debe ser serio, la política en primer lugar, la vida cultural y universitaria en segundo lugar. La adustez ceremonial de los hombres públicos es constatable por doquier; la norma excluye el humor y su correlato: la risa estridente. Los políticos, los hombres de cultura, los intelectuales deben mostrar su consistencia dejando traslucir su seriedad fundante.
(«Espíritu de la pesadez, espíritu de la risa», Ángel Ganivet; citado por Quico Rivas en «Ciscarse de la risa» – Vacaciones en Polonia nº5)
¡ALFON LIBERTAD!
En Espinardo, los muros lo tienen claro. |
Asaltar los diccionarios
Que las palabras puedan tener efectos mágicos es algo que se puede discutir pero no negar de entrada. Un niño lo sabe bien, le basta con decir en cualquier momento HIJO DE PUTA, CABRÓN o, simplemente, MIERDA para que todo el mundo le preste atención, buena o mala pero atención al fin y al cabo. Los que ponen bombas confían en la metralla y el fuego pero no pueden evitar acompañarlas de un comunicado. La belleza y la conmoción de los comunicados de la Angry Brigade explotan más que las bombas que pusieron (*). Los que lanzan misiles también recurren a las palabras y se inventan sucias expresiones como «víctimas colaterales». Sus macabras manipulaciones nunca serán hermosas, alguna maldad será siempre horrible.
Dadá comprendió el poder de las palabras y, especialmente, su sumisión, de ellas, al Poder. Dadá era una fuerza anticivilizatoria que llegó a este mundo para acabar con todo, para ser amigo de todo látigo que azote al hombre sentado. Dadá dijo que era necesario oponerse al arte porque entendió que su engaño era una válvula de escape de seguridad moral. El arte como cómplice del sistema debía ser derruido, al igual que el propio sistema. Y las palabras eran parte esencial del arte.
Así, llevaron a cabo poemas fonéticos como los de Hugo Ball o poemas letristas como los de Raoul Hausmann.
Del primero:
Gadji beri bimba
plandridi lauli lonni cadori
gadjama bim beri glassala
Glandradi glassla tuffm i zimbrabim
blassa galassasa tuffm i zimbrabim
Del segundo:
KP´ ERI UM´ LP´ ERIOUM
NM´ PERIII pernoumum
bpretiberrerrebee onnooooooooooh gplanpouk
komnpout perikoul
rreeeeeEEEErreeeee A
oapderre mglpepadonou mt nou
tnoumt
Con estos poemas sonoros queremos renunciar al lenguaje devastado y vuelto imposible por el periodismo. Deberíamos retirarnos a la alquimia más profunda de la palabra e, incluso, abandonar la palabra, reservando así a la poesía su dominio más sagrado…
Mustapha Khayati, miembro de la Internacional Situacionista y, por tanto, descendiente directo de Dadá, escribió un artículo titulado «Las palabras cautivas, prefacio para un diccionario situacionista» en el que decía cosas como: Cuando el poder economiza el uso de sus armas, es al lenguaje a quien confía la responsabilidad de mantener el orden opresor o La crítica del lenguaje dominante, su desvío, va a convertirse en la práctica permanente de la teoría revolucionaria. También calificaba a nuestros adversarios como los amos del Diccionario.
Para los situacionistas, teoría y práctica eran lo mismo. Dadá reclamó la lucha por la vida cotidiana (¡¡¡DADÁ ESTÁ POR LA PROPIA VIDA DE CADA UNO!!!). Teniendo en cuenta todo esto, además de la máxima dadaísta de que cualquier puede ser dadaísta, propuse dedicar una sesión con el grupo de mujeres con el colaboro una vez a la semana a destruir el diccionario, nuestro pequeño acto de rebeldía cotidiana. Elegimos palabras al azar, palabras raras y jugamos a inventarnos su significado.
Algunos resultados:
Lampo: Interjección que se grita antes de abofetear a alguien. / Campo grande donde la gente va a descargar su furia.
Gnóstico: Persona diplomática y recta.
Rearme: Prenda de ropa interior que se pone el hombre en Nochebuena. / Enredadera gigante.
Azafate: Azafata pequeña.
(*) En los comunicados de la Angry Brigade, nuestra rabia está organizada, se podían leer cosas como: Hermanos y hermanas, ¿cuáles son vuestros deseos reales? ¿Estar sentado en la cafetería, con la mirada distante, vacía, aburrida, bebiendo un café que no sabe a nada… o quizás volarla o pegarle fuego. (Ninguna de sus bombas mataron a nadie: Atacamos la propiedad, no a la gente.)
Tres paseos psicogeográficos
(En el nº1 de «Internationale Situationiste», se incluye un artículo titulado «Definiciones». Ahí se puede leer lo que es la deriva y lo psicogeográfico:
Psicogeográfico. Relativo a la psicogeografía. Lo que manifiesta la acción directa del medio sobre la afectividad.
Deriva. Modo de comportamiento experimental ligado a las condiciones de la sociedad urbana: técnica de paso ininterrumpido a través de ambientes diversos.)
Primer paseo. Estábamos con mi hermana y mis dos sobris y nos fuimos a pasear por el centro de Murcia. Al acercarnos a la Avenida de la Libertad, donde está El Corte Inglés, uno de ellos, se nos empezó a encoger el estómago. Un paseo realizado una y mil veces nos sorprendía con un pellizco de miedo. Algunas sensaciones tienen mala fama y se ocultan pero lo que sentimos, entre otras cosas, fue miedo. Y es que recordamos lo que pasó el día de la última Huelga General y la carga de la policía contra unos pocos compañeros que se habían quedado charlando en la puerta de los malditos grandes almacenes. Por supuesto que había más sentimientos, como rabia, pero el miedo está ahí, lo aceptemos o no.
En la Avenida de la Libertad hay un efecto psicogeográfico que ya viene siendo un clásico. Cuando la remodelaron, colocaron un par de zonas de juegos infantiles con un rollo muy pijo. Y la gente que va allí cumplen con el papel que se espera de ellos y van vestidos de pijos, se comportan como pijos, hablan como tales. La conciencia de clase nos brota a lo loco cuando estamos en esos parques. Y, en este caso, no es precisamente miedo lo que sentimos.
Segundo paseo. A mediados de diciembre, nos dimos un paseo por Albacete. En este caso practicamos la deriva. Pero no sucedió nada. La ciudad parecía muerta, no transmitía nada. Si hubiera pasado por allí Jack Hawksmoor, el personaje de The Authority que habla con las ciudades, se hubiera muerto de aburrimiento. Tal vez si nos hubiéramos decidido a seguir la ruta de belenes la cosa hubiera sido distinta.
Tercer paseo. Volvíamos de Historietas. Este dato no es banal. Primero porque Historietas mola, my favourite shop, y segundo porque acababa de comprar el último disco de Los Marañones, que también mola. Era el 21 de diciembre, supuesto fin del mundo. Estaba ya oscuro y, de repente, se fue la luz en buena parte de la ciudad. Caminar por la ciudad entre una oscuridad inesperada dispara los efectos psicogeográficos. Los comentarios que se oían eran todos en el mismo sentido: fin del mundo, fin del mundo. Mis sensaciones tuvieron que ser moduladas con cierta calma porque iba con los dos hijos y se agobiaron. Mientras mis hijos se apresuraban por llegar al coche y la gente se acordaba de los mayas, yo imaginaba tantas y tantas posibilidades que ofrece la ciudad a oscuras.
Paris by Night, Asger Jorn |
Martina. A flor de piel.
El pasado 15 de diciembre, en una jornada de puertas abiertas en el colegio de los peques y donde Eva es maestra, un lamentable accidente debido a una enorme negligencia, evitable, se llevó de por medio nuestros planes y el 15% de la piel de mi hija con quemaduras de 2º grado. Su cuerpecito se llevó el impacto del todo el agua y la cera caliente de una enorme cacerola que deshacía cera al baño maría.
Sí, no tenía que haber ocurrido a ningún niño, y ocurrió. Podía haber sido cualquier niño, y fue Martina, nuestra valiente hija, que durante 2 años nos acompañó en la lucha contra la leucemia de su hermano.
En la vida podré olvidar la escena que contemplaron mis ojos cuando entré un minuto y medio después del accidente. Es muy doloroso que la peor situación que contemplas en tu vida, la más desgarradora y escandalosa a los ojos, sea con tu propia hija.
Pecho izquierdo, todo el estómago, antebrazo izquierdo, ambos muslos, anverso y reverso, mano derecha, barbilla.
Me duele profundamente decir o tener que pensar, que tenemos que estar contentos de que mi hija tuviese esos 20 cm. más de altura que la salvaron de que su cara o su visión quedaran marcadas para toda la vida. Jode mucho y duele mucho tener que estar contento por algo así.
Llevamos desde ese día en el hospital. Su sonrisa tardó en aparecer después de un primer día entre “¿voy a curarme? ¿me va a doler más?”… pero a las 24h. apareció. Una mezcla de su valor y de esa niña siempre buena que ha sido.
Desde entonces hemos convivido de nuevo entre el hospital con ella y Guzmán en casa. De nuevo la vida rota en dos familias en una.
Lágrimas, vendas, incertidumbre ante el posible injerto o no, visitas de amigos sin palabras e incomprensión ante lo sucedido, ira, rabia, dolor, miradas de extrema profundidad para una niña de 7 años, cuarto de tortu… de curas, gritos desgarradores, foto de su cuerpo, vista de su cuerpo en directo, desazón, desolación, vendas que despacito van desapareciendo, primeros pasos en la habitación, lágrimas y más lágrimas, pena, sonrisas increíbles de Martina, tocar fondo, despeinado, desencajado, reiki, imanes, Noche no precisamente ”buena”, familia arropando, más amigos, mails, wazzups, llamadas, apoyo, esperanza, menos vendas, más piel en carne viva, no aceptación, aprendizaje de palabras que desearía no conocer (“escaras”), cremas, temblores, picores, lágrimas, noches de insomnio, desolación, mucho más fondo, aceptación de la cirugía, fecha para la cirugía, preocupación por futuro apoyo psicológico para Martina, preocupación por las marcas imborrables que dejará en lo operable y lo no operable, búsqueda de la positividad…
Mi vida, mi amor, mi pequeña…
Hoy la operan por la mañana, durará una hora, le harán un injerto de piel en su antebrazo izquierdo. Y allí estaremos, esperando a ver su carita con sonrisa al salir.
Me jode, me jode enormemente que la vida haya puesto esto delante de nosotros cuando no habíamos empezado a disfrutar de la tranquilidad, de la normalidad.
Me jode que se haya cebado con mi princesa, mi chiquitita, mi niña.
Me jode estar tan abatido y tener que positivar y levantar la cabeza. Ya lo hice, y la vida me acaba de golpear con algo tan salvaje como esto.
Es cierto que la vida de Martina no está en riesgo, que por 20 cm. su rostro se ha salvado, que es algo que se cura aunque lleve un tiempo… Pero no consuela.
Y me jode tener que pensar en ello.
Es cierto que desgraciadamente tengo a gente cerca que cambiaría su situación por la mía y eso me hace sentir culpable. Y no me gusta sentirme así.
Y es cierto que hablando de culpabilidades, también me las echo por no haber estado ahí, junto a ella… donde debía de estar… con mi niña… no hubiera pasado… jamás.
Me jode ver una mirada de profundo abatimiento en los ojos de mi niña, de sólo 7 años, que no le corresponde.
Me jode que un enfermero nos amenace con “perder la habitación con cama” porque su hermano después de 2 años de quimio la visite porque allí no puede haber niños.
Me jode tener que llevar a Guzmán hoy a la revisión del endocrino y tener que dejar a Martina en otro hospital.
Me jode que después de pensar hace 2 años que no viviría unas navidades peores, ahora la vida nos regale estas.
Me jode pensar en para qués, en causalidades, y en que esto también se transformará en algo positivo. ¡Claro que lo hará! Pero me jode tanto, tanto, tanto. que no quiero asumir ahora mismo esa actitud.
Ojalá las lágrimas curasen las heridas, ojalá la calma apareciese siempre después de la tempestad, ojalá la vida fuera justa con quienes tratan de afrontarla en positivo…
Ojalá.
Me levantaré. Andaré. Andaremos. Y las marcas que nos deje la vida solo servirán para recordar lo que hemos superado. Seguro. Esto también pasará.
Pero hoy, dormiré una vez más recostado junto a la pared de piedra de aquí abajo, en el fondo del pozo. De donde no me apetece moverme mucho.
Gracias a todos los que estos días, enterandoos del tema, tratáis de hacernos sentir mejor. Gracias; acabará teniendo efecto.
Y os pido para ella cosas que son justas porque también las pedí para su hermanito. Visualizadla sin heridas físicas ni mentales, rezad por ella, enviadle reiki, envolvedla en un manto azul, imaginaros su brillante sonrisa con la que abrirá las puertas que se proponga en la vida.
Gracias por meterla en vuestros corazones.
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