¡¡¡Artista!!!

Mi hija es la más lista. No, no es un tópico, es la verdad. Nada de eso de que para los padres sus hijos siempre son los mejores, en mi caso es cierto e irrefutable. A ver si no cómo explicáis que con sólo dos añitos sea capaz de cantar el himno del Atleti con esa entonación casi perfecta. Los pelos como escarpias.
Al margen de esto, su capacidad artística es ilimitada. Lo mismo se pinta el ojo de verde con un rotulador como te llena una mesa de pegatinas o te planta las suelas de los zapatos en la pared blanca al más puro estilo “street art”.
Pero sin duda, lo más sorprendente y llamativo es su potencial como futura cantaora. Un vibrato al alcance de pocos, una capacidad para pasar del grave al agudo sin parangón, una interpretación sublime y una lírica capaz de emocionar al más pintado. Y si no me creéis, mirad, mirad…..

Sigue leyendo ->

¡¡¡Artista!!!

Mi hija es la más lista. No, no es un tópico, es la verdad. Nada de eso de que para los padres sus hijos siempre son los mejores, en mi caso es cierto e irrefutable. A ver si no cómo explicáis que con sólo dos añitos sea capaz de cantar el himno del Atleti con esa entonación casi perfecta. Los pelos como escarpias.
Al margen de esto, su capacidad artística es ilimitada. Lo mismo se pinta el ojo de verde con un rotulador como te llena una mesa de pegatinas o te planta las suelas de los zapatos en la pared blanca al más puro estilo “street art”.
Pero sin duda, lo más sorprendente y llamativo es su potencial como futura cantaora. Un vibrato al alcance de pocos, una capacidad para pasar del grave al agudo sin parangón, una interpretación sublime y una lírica capaz de emocionar al más pintado. Y si no me creéis, mirad, mirad…..

Sigue leyendo ->

(Yo creo en) Bruce Lee



Muchos años después, en otro lugar y con otros protagonistas, he vuelto a asistir a una conversación que ya escuché y que, en su momento, puse por escrito:


De pie junto a un banco, vio a El Cuevas. Estaba con dos chavales y parecían discutir airadamente. Al acercarse, pudo oír la conversación:
            ―Brus li está muerto. El mejor es Yaqui Chan ―decía José Manuel.
            ―¿Y eso qué más da? Brus li es una leyenda y le da mil vueltas a Yaqui Chan, al Van Dam y a ése que dices tú ―dijo El Cuevas.
            ―Yet li ―aclaró Jesús.
            ―El Van Dam sí que es un mierda. Una vez se encontraron por la calle Van Dam y Yet Li. Se miraron y empezaron a pelearse. El Yet Li hinchó al Van Dame. Así: fa´… fa´… ―José Manuel acompañó sus palabras de movimientos espasmódicos de brazos y pies, como si hiciera kung fu.
            ―Me da igual lo que digáis, Brus Li es el mejor ―El Cuevas defendía su postura con pasión.
            ―Ya me estás enrritando, compare, con el mierda de Brus Li. Pero si está muerto. Si ahora pelearan Brus Li y Yaqui Chan, ganaría Yaqui Chan.
            ―Claro, pichica, porque Brus Li está muerto.
            Manuel sintió ganas de intervenir pero se contuvo, pensó que no estaría a la altura de la conversación.
            ―Eres un comemierda ―le dijo José a El Cuevas―. Yaqui Chan tiene el récord del KO más rápido. Hace fa´… fa´ y te deja KO ―José Manuel repitió los movimientos espasmódicos dirigiendo los de los brazos contra el defensor de Bruce Lee.
            ―Como saque el espíritu de Brus Li te reviento a hostias.
            ―Eres un fantasma, te vas a comer toas mis mierdas por tu boca.
La conversación se movía por los derroteros habituales.
―Si Brus Li estuviera vivo sería el mejor ―terció Jesús―, pero como está muerto el mejor es Yaqui Chan. ¿Sabéis que mi papa le dio la mano a Brus Li?
―¿Qué dices? ―preguntó El Cuevas emocionado.
―Mi papa conoce a muchos famosos. La noche antes de que muriera el Torete,  mi padre estuvo de fiesta con él y se emborracharon juntos.
―Me estás vacilando.
―Que no, que es verdad ―dijo José Manuel―. Su papa ha viajao mucho, lo que pasa es que ahora ha acabao en Archipiélago.
            La conversación se fue apagando hasta que los dos chavales decidieron largarse. El Cuevas quiso decir la última palabra y les gritó:
―¡Brus li es el mejor!
―¡Comemierdas! ―le respondieron los otros dos desde lejos.
―Joder, Cuevas ―le dijo Manuel―, ¿cómo te metes en estos líos?
―Porque hay que defender en lo que uno cree y yo creo en Brus Li.
(Sigue aquí, por cierto).
Sigue leyendo ->

Moscas

  – [Mamá] Nico, ponte el abrigo, por si las moscas. – [Nico] ¿Qué? ¿Que van a venir las moscas? – [Mamá] No, Nico, es una expresión que quiere decir lo mismo que “por si acaso”. – [Nico] Ah, vale, me pongo el abrigo por si acaso vienen las moscas.

Sigue leyendo ->

Y comienzan los problemas…

En la visita del día siguiente según marcaba el horario, lo encontré conectado a un aparato que acababa en su naricita. Dos cánulas que se introducían en sus orificios nasales sujetadas con unas cinchas a su cabeza, y una especie de gafas de fieltro que le tapaban los ojos. Ya comenté en la anterior entrada que tenía cierta dificultad para respirar. Viendo esto puedes imaginar que la cosa no había ido a mejor…
Por lo demás, todo igual. Bueno, salvo por la pérdida de peso. TODOS los niños, sean a término o prematuros, pierden peso, que lo suelen  recuperar sobre los 7-10 días de vida. Lo que ocurre es que, en un prematuro, todavía te parece mas horrible. Si nace con 720 grs y va perdiendo, ¿que queda?. Sabed que rondó los 600 grs cuando menos peso, y ahí está.

¿Que demonios eran esos tubos, por que los llevaba y para que servían?.
La complicación inicial esperada y mas temida en un prematuro es la enfermedad de la membrana hialina (EMH).
La EMH es debida a la falta o ausencia de surfactante pulmonar. Es una proteína que hace que los alveolos (unas pequeñas bolsitas al final de los bronquios donde se produce el intercambio de oxígeno) queden despegados y pueda entrar el aire. Si falta, quedan colapsados y no puede pasar el aire (atelectasia alveolar difusa). Para prevenir o minimizar esta complicación se administran corticoides a la madre antes de que nazca (en los menores de 34 semanas de gestación), a ser posible 2 dosis en 24 horas. Esto va a prevenir bastante, pero no le exime de padecerla. La incidencia es inversamente proporcional a la edad de gestación y al peso al nacer (mas frecuente cuanto mas pequeño y mas inmaduro).
El tratamiento se basa en intentar optimizar la entrada de aire e ir ganando tiempo hasta que empiece a fabricarlo el neonato. ¿Cómo se consigue expandir los alveolos y las vías respiratorias mas pequeñas?.
Hay varias posibilidades. Se adaptan al estado de cada uno, pudiendo empezar por una por otra.
Básicamente se dispone de:
– tratamiento sustitutivo del surfactante: se administra surfactante artificial de forma endotraqueal (o sea, por un tubo que se mete por la nariz o la boca y llega hasta la traquea).
– soporte respiratorio: CPAP o ventilación mecánica.
CPAP (presión positiva continua en las vías aéreas): mediante unas cánulas nasales o un tubo nasofaríngeo (desde la nariz a la faringe) se administra aire a presión de forma continua, que puede ir enriquecido en oxígeno o no, dependiendo de las necesidades.
Ventilación mecánica: pacientes intubados (tubo por la nariz o la boca que llega hasta la traquea) conectados a un respirador (máquina que digamos respira por el según las características que se precisen, existiendo varias modalidades). Para esto es posible que se tenga que dejar adormilado al neonato para que esté bien adaptado (es decir, se deje llevar por la máquina), la cual cosa se consigue mediante diferentes medicaciones (sedantes, relajantes musculares).
– fármacos: administrados de forma endovenosa, ya sea umbilical (por el ombligo) o por una periférica (de la cabeza a los pies en cualquiera de ellas).
– oxígeno.
Con el tiempo se intenta deshabituar al neonato de toda esta maquinaria, y siempre de la forma mas precoz posible en función de la respuesta.

 Os presento a mi hijo durante su etapa en la UCI neonatal
Aquí lo veis, con su CPAP puesto. Necesitaba un poco de oxígeno, pero nada del otro mundo. Visto desde fuera como pediatra en ciernes, no me impresionaba de gravedad, ¡¡¡pero era mi hijo…!!!
Os puedo decir que se le veía cómodo, tranquilo. De vez en cuando abría los ojos, y descubrías una mirada triste que te helaba el corazón… Y no, no veía (uno a término tampoco ve), salvo luces y sombras. 
¿Y que tiene que ver con esto esas gafas de fieltro…?. Nada. 
Sigue leyendo ->

Y comienzan los problemas…

En la visita del día siguiente según marcaba el horario, lo encontré conectado a un aparato que acababa en su naricita. Dos cánulas que se introducían en sus orificios nasales sujetadas con unas cinchas a su cabeza, y una especie de gafas de fieltro que le tapaban los ojos. Ya comenté en la anterior entrada que tenía cierta dificultad para respirar. Viendo esto puedes imaginar que la cosa no había ido a mejor…
Por lo demás, todo igual. Bueno, salvo por la pérdida de peso. TODOS los niños, sean a término o prematuros, pierden peso, que lo suelen  recuperar sobre los 7-10 días de vida. Lo que ocurre es que, en un prematuro, todavía te parece mas horrible. Si nace con 720 grs y va perdiendo, ¿que queda?. Sabed que rondó los 600 grs cuando menos peso, y ahí está.

¿Que demonios eran esos tubos, por que los llevaba y para que servían?.
La complicación inicial esperada y mas temida en un prematuro es la enfermedad de la membrana hialina (EMH).
La EMH es debida a la falta o ausencia de surfactante pulmonar. Es una proteína que hace que los alveolos (unas pequeñas bolsitas al final de los bronquios donde se produce el intercambio de oxígeno) queden despegados y pueda entrar el aire. Si falta, quedan colapsados y no puede pasar el aire (atelectasia alveolar difusa). Para prevenir o minimizar esta complicación se administran corticoides a la madre antes de que nazca (en los menores de 34 semanas de gestación), a ser posible 2 dosis en 24 horas. Esto va a prevenir bastante, pero no le exime de padecerla. La incidencia es inversamente proporcional a la edad de gestación y al peso al nacer (mas frecuente cuanto mas pequeño y mas inmaduro).
El tratamiento se basa en intentar optimizar la entrada de aire e ir ganando tiempo hasta que empiece a fabricarlo el neonato. ¿Cómo se consigue expandir los alveolos y las vías respiratorias mas pequeñas?.
Hay varias posibilidades. Se adaptan al estado de cada uno, pudiendo empezar por una por otra.
Básicamente se dispone de:
– tratamiento sustitutivo del surfactante: se administra surfactante artificial de forma endotraqueal (o sea, por un tubo que se mete por la nariz o la boca y llega hasta la traquea).
– soporte respiratorio: CPAP o ventilación mecánica.
CPAP (presión positiva continua en las vías aéreas): mediante unas cánulas nasales o un tubo nasofaríngeo (desde la nariz a la faringe) se administra aire a presión de forma continua, que puede ir enriquecido en oxígeno o no, dependiendo de las necesidades.
Ventilación mecánica: pacientes intubados (tubo por la nariz o la boca que llega hasta la traquea) conectados a un respirador (máquina que digamos respira por el según las características que se precisen, existiendo varias modalidades). Para esto es posible que se tenga que dejar adormilado al neonato para que esté bien adaptado (es decir, se deje llevar por la máquina), la cual cosa se consigue mediante diferentes medicaciones (sedantes, relajantes musculares).
– fármacos: administrados de forma endovenosa, ya sea umbilical (por el ombligo) o por una periférica (de la cabeza a los pies en cualquiera de ellas).
– oxígeno.
Con el tiempo se intenta deshabituar al neonato de toda esta maquinaria, y siempre de la forma mas precoz posible en función de la respuesta.

 Os presento a mi hijo durante su etapa en la UCI neonatal
Aquí lo veis, con su CPAP puesto. Necesitaba un poco de oxígeno, pero nada del otro mundo. Visto desde fuera como pediatra en ciernes, no me impresionaba de gravedad, ¡¡¡pero era mi hijo…!!!
Os puedo decir que se le veía cómodo, tranquilo. De vez en cuando abría los ojos, y descubrías una mirada triste que te helaba el corazón… Y no, no veía (uno a término tampoco ve), salvo luces y sombras. 
¿Y que tiene que ver con esto esas gafas de fieltro…?. Nada. 
Sigue leyendo ->

Papá, ¿por qué nadie ora por el diablo?



Foto de un niño en actitud reverente, sus ojos están cerrados, cabeza inclinada y las manos juntas para orar.
Foto: Flickr | manoj damodaran

¿Alguna vez has pensado en orar por el diablo? Yo nunca, pero mi hija sí. Resulta que la Chiqui estudia en un colegio católico y ya la están preparando para la primera comunión.

Como parte del proceso se les va hablando de diferentes temas y entre ellos está el de orar por los pecadores.

Un día llega del colegio y me hace una de sus famosas preguntas:

─Papá, ¿por qué nadie ora por el diablo?─

Por poco infarto. Las orejas se me pusieron calientes y en ese momento pensé “trágame tierra”. ¿Y ahora qué rayos hago?

─¿Por qué preguntas?─

─Porque mi maestra de religión dice que debemos rezar por los pecadores y su conversión y Yo pienso que si el que nos hace pecar es el diablo, pues tenemos que rezar por él para que no haya más pecado.─

─Humm, buen punto pero la verdad es que esa pregunta es demasiado fuerte y difícil de contestar. Yo creo que ni en Google® encuentro la respuesta. Necesito consultar y te dejo saber.─

Les confieso que de todas las preguntas que me ha hecho hasta ahora, creo que esta es la más compleja. Por tal razón, tuve que hacer una consulta teológica con un amigo sacerdote y de esa conversación esto fue lo que en palabras simples pudimos sacar para que la niña pudiera entender:

“El diablo, antes de ser malo, era un ángel bueno. Pasó por una prueba y eligió hacer lo malo en vez de lo bueno. Por esta razón solo puede hacer lo malo, porque fue su decisión. Lo que podemos hacer con nuestra oración es que Papa Dios limite su poder para que no le permita hacer tanto mal. Y de hecho, así Dios lo hace. Pero nosotros también debemos poner de nuestra parte. Si nos portamos bien, si obedecemos a nuestros padres, si cumplimos con nuestras tareas, limitamos su poder y hacemos que ese enemigo no haga tanto daño”.

¡De verdad que Ser Padre está de Madre! ☺

Y tú, ¿qué hubieses dicho?
Sigue leyendo ->

Papá, ¿por qué nadie ora por el diablo?



Foto de un niño en actitud reverente, sus ojos están cerrados, cabeza inclinada y las manos juntas para orar.
Foto: Flickr | manoj damodaran

¿Alguna vez has pensado en orar por el diablo? Yo nunca, pero mi hija sí. Resulta que la Chiqui estudia en un colegio católico y ya la están preparando para la primera comunión.

Como parte del proceso se les va hablando de diferentes temas y entre ellos está el de orar por los pecadores.

Un día llega del colegio y me hace una de sus famosas preguntas:

─Papá, ¿por qué nadie ora por el diablo?─

Por poco infarto. Las orejas se me pusieron calientes y en ese momento pensé “trágame tierra”. ¿Y ahora qué rayos hago?

─¿Por qué preguntas?─

─Porque mi maestra de religión dice que debemos rezar por los pecadores y su conversión y Yo pienso que si el que nos hace pecar es el diablo, pues tenemos que rezar por él para que no haya más pecado.─

─Humm, buen punto pero la verdad es que esa pregunta es demasiado fuerte y difícil de contestar. Yo creo que ni en Google® encuentro la respuesta. Necesito consultar y te dejo saber.─

Les confieso que de todas las preguntas que me ha hecho hasta ahora, creo que esta es la más compleja. Por tal razón, tuve que hacer una consulta teológica con un amigo sacerdote y de esa conversación esto fue lo que en palabras simples pudimos sacar para que la niña pudiera entender:

“El diablo, antes de ser malo, era un ángel bueno. Pasó por una prueba y eligió hacer lo malo en vez de lo bueno. Por esta razón solo puede hacer lo malo, porque fue su decisión. Lo que podemos hacer con nuestra oración es que Papa Dios limite su poder para que no le permita hacer tanto mal. Y de hecho, así Dios lo hace. Pero nosotros también debemos poner de nuestra parte. Si nos portamos bien, si obedecemos a nuestros padres, si cumplimos con nuestras tareas, limitamos su poder y hacemos que ese enemigo no haga tanto daño”.

¡De verdad que Ser Padre está de Madre! ☺

Y tú, ¿qué hubieses dicho?
Sigue leyendo ->

La pequeña y la gran pantalla

Parece esto un blog abandonado. Pero no es tanto así, no os creais. De hecho, vengo de vez en cuando a visitarlo, a releerme, a repasar, y a preguntarme mientras releo sin atender si esto sobrevivirá lo que deba. Me he propuesto firmemente retomar Nicoyyo. Pero eso no quiere decir nada. Sólo que me lo he […]

Sigue leyendo ->

Ocho años

Digan lo que digan, ocho años son muchos y eso a veces es un problema. Ocho son los años que le llevo a la Nueva y aunque mi siempre intacta lozanía disimule a la vista de terceros la considerable diferencia, lo cierto es que en ocasiones ese abismo generacional es… pues eso, un abismo. Como el otro día, cuando nos cruzamos por la calle con el Grasas, un hombrecillo que debe su apodo a su siempre brillante tupecillo y que trabaja de camarero en una cafetería del barrio que la Nueva y yo solo frecuentamos en verano, en los días más insoportables de agosto, cuando hasta los chinos se han ido de vacaciones.

-Siempre pienso que el Grasas –dijo la Nueva tras cruzarnos con él- se quedó anclado en algún momento del pasado.

Pensé que la Nueva tenía razón, como casi siempre. El Grasas es de un anticuado terrible. Original, eso sí. Viste original, sus gafas de sol son espeluznantes. Se peina original. Incluso lleva un peine en el bolsillo trasero del pantalón.

-No creo que tenga muchos más años que tú –prosiguió la Nueva- pero se quedó anclado en el pasado hace muchos años. Tantos, que ni siquiera sabría decir cuándo. No recuerdo que la gente se haya vestido así nunca.
-Bueno –dije yo. (Siempre digo “bueno” cuando voy a iniciar un sabio discurso desde la experiencia que me dan los ocho años de ventaja que le llevo a la Nueva)- Para mí que el Grasas se quedó anclado en 1978.
-¿Cómo puedes ser tan exacto? –me dijo la Nueva con admiración.
-Bueno –repetí- Es que el Grasas me recuerda mucho a Rocky Sharpe y los Replays.
-¿Eh? –dijo ella. La admiración que segundos antes la Nueva había sentido por mí acababa de tornarse en impenetrable incomprensión, como si a Umbrello y a Fratello les habláramos ahora del fax, las fiestas de guardar o el UHF.
-Sí, Rocky Sharpe y los Replays –dije- Un grupo de mi infancia. Al Grasas seguro que les gustaban antes de caer en coma o en alguna drogadicción o de que le encerraran en la cárcel, o una mezcla de todas esa cosas.
-Ah. Ni idea- dijo ella.
-No son tan antiguos –dije algo incómodo.
-No, claro –dijo.
-Ramalama ding dong –insistí absurdamente- Si hasta salen en youtube.
-Claro, claro -murmuró.

 En fin, pues eso. El Grasas. Rocky Sharpe. Ocho malditos años.

Sigue leyendo ->

Ocho años

Digan lo que digan, ocho años son muchos y eso a veces es un problema. Ocho son los años que le llevo a la Nueva y aunque mi siempre intacta lozanía disimule a la vista de terceros la considerable diferencia, lo cierto es que en ocasiones ese abismo generacional es… pues eso, un abismo. Como el otro día, cuando nos cruzamos por la calle con el Grasas, un hombrecillo que debe su apodo a su siempre brillante tupecillo y que trabaja de camarero en una cafetería del barrio que la Nueva y yo solo frecuentamos en verano, en los días más insoportables de agosto, cuando hasta los chinos se han ido de vacaciones.

-Siempre pienso que el Grasas –dijo la Nueva tras cruzarnos con él- se quedó anclado en algún momento del pasado.

Pensé que la Nueva tenía razón, como casi siempre. El Grasas es de un anticuado terrible. Original, eso sí. Viste original, sus gafas de sol son espeluznantes. Se peina original. Incluso lleva un peine en el bolsillo trasero del pantalón.

-No creo que tenga muchos más años que tú –prosiguió la Nueva- pero se quedó anclado en el pasado hace muchos años. Tantos, que ni siquiera sabría decir cuándo. No recuerdo que la gente se haya vestido así nunca.
-Bueno –dije yo. (Siempre digo “bueno” cuando voy a iniciar un sabio discurso desde la experiencia que me dan los ocho años de ventaja que le llevo a la Nueva)- Para mí que el Grasas se quedó anclado en 1978.
-¿Cómo puedes ser tan exacto? –me dijo la Nueva con admiración.
-Bueno –repetí- Es que el Grasas me recuerda mucho a Rocky Sharpe y los Replays.
-¿Eh? –dijo ella. La admiración que segundos antes la Nueva había sentido por mí acababa de tornarse en impenetrable incomprensión, como si a Umbrello y a Fratello les habláramos ahora del fax, las fiestas de guardar o el UHF.
-Sí, Rocky Sharpe y los Replays –dije- Un grupo de mi infancia. Al Grasas seguro que les gustaban antes de caer en coma o en alguna drogadicción o de que le encerraran en la cárcel, o una mezcla de todas esa cosas.
-Ah. Ni idea- dijo ella.
-No son tan antiguos –dije algo incómodo.
-No, claro –dijo.
-Ramalama ding dong –insistí absurdamente- Si hasta salen en youtube.
-Claro, claro -murmuró.

 En fin, pues eso. El Grasas. Rocky Sharpe. Ocho malditos años.

Sigue leyendo ->

de partos espontáneos y arribos extraordinarios…

hace un año llegó zutanito…



La crónica de Má

Con 38 semanas y 5 días esperábamos la llegada del segundo chamaco. Estábamos prácticamente a 10 días para cumplir el término del embarazo. Según mi doctora, el segundo hijo se adelanta así que el monitoreo semanal había comenzado un par de días antes. Mi segundo embarazo fue, a diferencia del primero, atropellado, lleno de síntomas, sustos y malestares, tooodo aquello que no sucedió con el fulanito parece que zutanito se lo cobró…

Ese día, martes 10 de enero, tuve una noche particularmente mala, desperté cansada, como con unos cólicos a los cuales no presté atención ya que entre los malestares de los cuales sufrí fue dolor de estomago por la comida, todo me hacía daño. Decidí  no llevar al fulanito a la escuela ya que el día anterior me lo entregaron con temperatura y no había mejorado así que por indicaciones del pediatra nos quedamos todos a descansar.

Como todos los días Pá me hacia la obligada pregunta: (digo obligada ya por lo adelantado del embarazo y porque esperábamos que en cualquier momento zutanito decidiera llegar) “¿Cómo te sientes?” “Bien, cansada pero bien, aunque tengo unos cólicos pero nada de importancia” contesté, creyendo que las contracciones se presentarían exactamente igual que con en primer embarazo…error…nunca las sentí igual…

Por ahí de las 3:45 de la tarde, después de mi rutina diaria,  arreglar un poco la casa, jugar con el fulanito y monitorear que su temperatura no subiera nos fuimos a comer, caldito de pollo, lo recuerdo bien, el fulanito se me quedó dormido en la cocina así que lo cargué y lo llevé a nuestro cuarto. Al terminar de comer comencé a peinarme ya que veríamos a unos amigos por la tarde.

Como a eso de 3:45 sentí un cólico más fuerte , mmm “creo que la comida me hizo mal, de nuevo” y seguí peinándome… otro cólico como a los 20 minutos… de nuevo como a los 10 minutos y la intensidad entre uno y otro aumentaba…”mmm esto no está bien”…

Mi doula fue unos días antes a casa para que juntas hiciéramos simulacro de parto por lo que tenia bien presente el cómo realizar cada respiración dependiendo de lo intenso de cada contracción, sin embargo, tuve que improvisar debido a que la manera en como estaba sintiendo las contracciones no fue como lo viví en mi parto anterior, así que tuve que cambiar por completo la dinámica de mi respiración. Dejé de lado la respiración de limpieza y tan solo me concentré en la respiración fuerte para dejar que el dolor fluyera y seguir con el proceso.

Al hacer esto pude darme cuenta que cuando sentía el dolor la panza se me ponía dura (es decir, contracción y panza dura se sincronizaban), al percatarme de ello y cuando las respiraciones funcionaron para sentirme mejor caí en cuenta de que mi trabajo de parto se estaba desarrollando.

Llamo a Pá: “Estoy teniendo contracciones, por favor llama a la doctora, espera (respiración…) creo que esto ya empezó”… Mientras entro al baño de mi cuarto siento la panza dura y el dolor llega de nuevo, respiro… veo como la toalla se mueve con mi aliento…siento alivio.

Llamada de Pá: “Sí, espera, te doy el numero de la doctora, espérame (inhalo, exhalo….) es ….. (inhalo, exhalo….)”
Las contracciones son cada vez más constantes, fuertes y pienso “¿cómo era eso de  2-2-10 o no sé que para saber que ya empezaron las contracciones buenas? (o sea esas con las que te aceptan en el hospital y no te regresan). Mejor anoto cada cuanto las tengo y cuanto duran”… mmmm viene otra…. (inhalo, exhalo….) sé que no las puedo parar….mmm no puedo escribir,  (de plano dejo lápiz y papel)…. (inhalo, exhalo….) tan solo puedo pensar que si esto está así, no se como será lo demás “¡Puf! va a estar del terror!” (Ingenuamente seguía creyendo que estaba en la fase inicial del trabajo de parto….)

Lo único que se me ocurre es ir al WC. Escucho que algo cae, no cabe duda que el cuerpo es sabio, debido al dolor de las contracciones no siento ninguna otra parte de mi cuerpo, me asomo y veo el tapón mucoso. (Este tapón mantiene sellado el cuello del útero, al expulsarlo es signo inminente del parto)

Otra contracción, respiro….de repente siento que algo se revienta dentro de mi… pude sentir como se rompió una membrana justo en mi entrepierna en la parte más fuerte de esta contracción…cae agua…”Conque así es como uno ´rompe fuente´…” (en mi primer parto no rompí fuente, y según esto una tiene hasta dos horas para poder llegar al hospital…bueno, no siempre es así)

Llamo a Pá: “Ya rompí fuente”… lo oigo ansioso, apurado, nervioso… siento dolor… (inhalo, exhalo….) me calma escucharlo pero entiendo que no puedo estar con él todo el tiempo, tiene que manejar hasta acá  y lo que menos quiero es que le pase algo ya sea por los nervios, distracción o lo que sea. Colgamos.
“¿Qué hago, voy con mi vecina? ¿Le pido que me acompañe? No, ni me puedo mover.”

Viene otra contracción (inhalo, exhalo…inhalo, exhalo….) contracción fortísima….percibo como el sudor me corre por el cuello, cae por el pecho y llega a mi panza que está completamente dura, mis músculos están contraídos, me descubro apretando mis manos contra el WC, agarro y suelto, agarro y suelto mientras respiro y siento el dolor… (inhalo, exhalo….) “Fuf, terminó”

Puedo descansar un poco, pero ¿cuánto? ¿Un par de minutos? Pensé: “¿Así va a estar esto? ¿Cómo voy a hacer para llegar al hospital? ¿Cómo me voy a mover, cómo me voy a subir al carro? Pts!! El movimiento del carro…. Voy a esperar mínimo media hora más en lo que llega alguien” (Pá ya se había comunicado con mis padres y los suyos, yo me desentendí y tan solo esperaba pero el tiempo se me hacía eterno)

Siento unas ganas inmensas de pujar, pero no quiero hacerlo ya que ello significa que estoy justo pujando para que salga el bebé y no quiero hacerlo, así que decido sólo respirar.
Llamo a Pá: contracción bien requeté fuerte…”(inhalo, exhalo….) necesito que alguien este conmigo (inhalo, exhalo….) ¡¡por favor!!”. Colgamos.

Llama la mamá de Pá: “Ya vamos en camino….”, “Ya arrojé tapón mucoso y rompí fuente”… Colgamos. Creí que al darle mi parte médico se apuraría, pero creo que más nunca supo que significaban esos síntomas.

Después de esta memorable contracción siento como comienzo a abrirme….” (literal: a abrirme) mmmm… “¿¡¡a poco ya estoy coronando!!?” (Es cuando aparece la cabeza del bebé  por el canal del parto)… me levanto del WC, doy unos pasos para tomar un espejo mientras digo en voz alta “No zutanito, espera, no nazcas ahora, espera por favor!!!” coloco el espejo entre mis piernas…veo como me abro y  alcanzo a percibir la cabeza de zutanito (cochino chamaco, ¡no me hizo caso!)

Instintivamente, sin pensarlo, regreso al WC, viene una contracción, una contracción muy, muy fuerte, la ultima contracción… LA contracción… siento mucho dolor…la panza se me pone muy dura pero esta vez como que se estira y se hace hacia abajo, tomo con una mano el filo de la pared que tengo del lado izquierdo y con la otra mano me jalo de la toalla que cuelga de la pared. Siento el dolor más intenso que jamás sentí en la vida, inhalo mientras me jalo con ambas manos y pujo con todas mis fuerzas… sale de mi zutanito y al sentir como llega también percibo como cesa el dolor y el cansancio.

Oigo como mi chamaquito va cayendo al agua, como en cámara lenta y antes de que terminara de caer ya lo estaba agarrando para abrazarlo… no pensé en nada pero sentí todo: era increíble sentir esa bolita de carne en mis manos, morada aún, calientita, resbalosa, chiquito, sentí una enorme ansiedad por verlo a la cara, mirarlo a los ojos, reconocerlo… darle la bienvenida, nombrarlo.  Me pregunto si es normal el color moradito que tiene. Lo  levanto y me percato de que aún tiene agua en la boca… pienso: “¡tiene que llorar! ¿Qué hago?” Lo volteo y le doy unas palmaditas en la espalda…”¡es tan chiquito!”…llora…mi corazón esta a todo…lo volteo y por fin nos vemos a los ojos…nos reconocemos.. sé que él también a su manera me saluda y se sabe bienvenido a este mundo…veo serenidad, mucha serenidad en su mirada e inmediatamente siento una paz muy grande (supongo es lo mas cercano a sentir el amor puro y en su máxima expresión, regalo de como sea que uno le llame: Dios, Universo, Energía….) sus ojos eran grandes, brillantes…todo se detuvo en ese momento y solo estábamos él y yo… reconociéndonos… viéndonos…saludándonos….y sintiéndonos sin palabras de por medio….todo eso en unos cuantos segundos.

Inmediatamente le doy de comer, me lo pego y él comienza a succionar. Nos conectamos…me siento tranquila…llegó mi chamaco y llegó bien, al menos por lo que percibí en esos segundos. Yo sabía que al darle de comer mi cuerpo produciría oxitocina, así la placenta saldría más rápido y mi útero se contraería previniendo una hemorragia. (sí, aunque no lo crean pensé esto)

Tomo la toalla, lo seco, después tomo mi bata y lo envuelvo en ella, trato de que su cuerpo y el mio estén siempre en contacto para mantenerlo calientito.

Llama la mamá de Pá: “Seguimos en camino pero ya no tardamos…” la interrumpo: “Ya nació…¿ puedes llamar una ambulancia?” recuerdo que la voz le tembló….Colgamos.

Llama Pá, no sé que me dice, lo interrumpo: “Ya nació, los dos estamos bien” “¿Cómo que ya nació?… “Sí, estamos bien, por favor vente con cuidado”… Colgamos

Llamo mi mamá: “Mamá, por favor no te espantes, no te pongas nerviosa, pero ya nació!!” “¿Qué? ¿Cómo? Y tu sola?? Ayyy hija pero debí de haberme ido contigo!! ¿Por qué no lo hice?… “Mamá, estamos bien, no te preocupes….Colgamos.

Creo que estuvimos cerca de 20 minutos más solos en casa esperando a que alguien llegara, el fulanito seguía dormido y yo tenía a zutanito entre mis brazos dándole de comer, estaba tranquila sintiendo lo maravilloso de todo el relajo del parto pero sobre todo disfrutando de esa conexión con zutanito. No podía creer, pero en verdad no podía creer nada de lo que pasó, no concebía como minutos antes tuve los dolores más fuertes que sentí jamás en la vida y ahora tan sólo me inundaba una tranquilidad y una paz indescriptible. Estaba embobada viendo a mi hijo desentendiéndome de todos y disfrutando ese momento…

Ahora, después de cuatro meses y de contar esta experiencia un par de veces no puedo evitar el emocionarme hasta las lágrimas. Tampoco puedo dejar de sentir una infinita gratitud hacia la vida y al universo no sólo por dejarme vivir esta experiencia, sino por regalarme (regalarnos) un chamaquito bien sano que ilumina mis días con su presencia (¡¡GRACIAS!!)



La crónica de Pá

  • Martes 10 de enero de 2012
Platicando por la mañana con Má, antes de salir con rumbo al trabajo, me comentó que en la madrugada había sentido cólicos…No le dio mucha importancia, así que yo tampoco se la di…
[Pensé entonces que aun cuando cada embarazo y parto es distinto, que seguramente la “sensación” de las contracciones sería similar; además, faltaban 10 días para la fecha aproximada del parto, y si se adelantaba, seguramente sería una semana o algo así, no más…]
Le comenté que ya sabía que me iba a poner (a vestir) el día que naciera Zutanito, así que por la noche al fin metería mi ropa en la maleta que nos llevaríamos al hospital…
[Ella ya había preparado su ropa y la de Zutanito desde alrededor de un par de semanas antes…Quizás sea una tontería, pero yo no había decidido aún, como lo hice con el Fulanito, como quería recibirlo; parte quizás intrascendente, pero de alguna manera importante para mí, al momento de conocer al fin a mi chamaco y presentarme con él…]
Aproximadamente 1:30pm
Después del medio día hablé con Má, como casi todos los días, para saber cómo estaban ella y los chamacos…Todos bien, sin novedad en el frente…
4:41pm
Recibí una llamada de Má…
            [Algo así como] “Los cólicos han aumentado, habla con la ginecóloga…
La oí respirar algo agitada…
Caí en cuenta que ya estaba haciendo ejercicios de respiración…
Eran contracciones…
Busqué en mi cartera la tarjeta de contacto de la ginecóloga…No la encontré…
            [En realidad no la vi, pues si estaba ahí…el cochino nervio…]
            “No encuentro la tarjeta… ¿Tienes el teléfono?
Má de inmediato buscó el número y me lo empezó a dar…
            “54…espera…pf, pf…
Cada par de dígitos una respiración…
            [“Esto en serio ya empezó…”]
[En algún momento, en esta llamada o en las posteriores, Má me dijo que el Fulanito estaba profundamente dormido, y que no se estaba enterando de qué estaba pasando…]
Colgué y le marqué a la ginecóloga…
            “¿Por qué no vinieron antes…?
            “Porque asumimos que los cólicos no eran de importancia…
            [“Carajo, por qué me regaña…”]
            “Vengan al hospital, los veo aquí…
Vamos para allá…
Colgué y le marqué a mi papá…
[Al trabajar lejos de casa, y al saber que el tráfico sería algo que podría complicar mi regreso a ella, habíamos previsto que mis padres, que viven cerca de nosotros, y/o el papá de Má, que trabaja relativamente cerca, serían quienes podrían asistirnos de manera más inmediata en caso de cualquier novedad…]
            “Pá, esto ya empezó…
Mi papá me empezó a hacer preguntas…Algo decía sobre quién debería ir…
Te estoy hablando a ti para que tu veas eso: ya seas tú, mi mamá o mi hermano [menor, el de en medio no vive en México], que algunos de ustedes vaya, pónganse de acuerdo; yo aún tengo que buscar al papá de Má…
Mi papá me dijo que daría aviso a mi mamá para que fuera a nuestra casa de inmediato…
Colgué y le marqué al papá de Má…no lo encontré; le marqué a la mamá de Má y le pedí que le diera aviso a su esposo…
Avisé en la oficina que me iba…
            “Esto ya empezó…
4:45pm
Recibí otra llamada de Má…
            “Necesito que alguien esté aquí conmigo…No quiero estar sola…
Estaba nerviosa, agitada, con la voz algo quebrada y llorosa…
Colgué y le marqué a mi madre…por algún motivo, marqué al teléfono de su casa y no de su celular…la encontré aún en su casa junto con mi hermano…
            [“¡Carajo!”]
            “¡¿Qué hacen todavía ahí?! ¡Necesito que alguien esté con Má, YA!
[“¡Carajo!”]
Colgué y marqué desde la oficina a la ginecóloga para dejar la línea de mi celular disponible; quería decirle algo a la doctora, no recuerdo qué…
4:46pm
Mientras estaba al teléfono con la ginecóloga recibí otra llamada de Má en mi celular; le pedí a la doctora que me esperara mientras yo escuchaba a Má…
            “Ya arrojé tapón mucoso…
Se lo dije a la ginecóloga…
            [La expulsión marca la inminencia del parto…]
Vengan al hospital de inmediato…
Vamos para allá…
Tomé mis cosas, salí de la oficina y bajé al estacionamiento…
Encendí el coche y tan pronto avance fue evidente que algo estaba mal…
Me bajé y vi que la llanta del lado del conductor estaba ponchada, con el rin casi pegando en el piso…
            [“¡Carajo! ¡¡Carajo!!”]
Después de patear un par de veces la llanta, regresé el coche al lugar que había estado ocupando…
Subí y a la gente de recepción les dije -entre medio vociferando y demandando- que necesitaba de manera urgente un taxi…
            “¡Lo necesito aquí YA!
Fui a entregarle las llaves de mi coche a un amigo de la oficina para que se hiciera cargo de él…
[Mi coche había quedado en frente de otros dos autos, a los que impediría la salida…]
Él me dijo que entre los dos podríamos cambiar rápido la llanta…
Tomamos el elevador para bajar al estacionamiento…
4:53pm
Saliendo del elevador recibí una llamada de Má…
            “Ya nació…
Me paralicé…
            “¡¿Cómo qué ya nació?!
Sentí dolor…una opresión en el pecho, después un vacío, un hueco que crecía ahí…
            [Según me comentó mi amigo de la oficina después, estaba transparente…]
A la par llegaron otras sensaciones: la aflicción, la congoja, la pena, el coraje; de no haber podido estar con Má para acompañarla y apoyarla, de que pasara por eso sola; por no haber estado presente al momento de la llegada de mi chamaco para recibirlo, para [re]conocernos…
Estamos bien, tu mamá ya le habló a una ambulancia…
Lágrimas, muchas lágrimas…
[Mi mamá había estado en contacto con Má mientras iba en camino a nuestra casa…Mi hermano iba manejando y al escuchar en una de las conversaciones que su sobrino ya había nacido pidió una ambulancia…]
            “Vente con cuidado…
En medio de la llamada con Má, y al verme pávido, mi amigo de la oficina me pidió las llevas del coche para empezar a cambiar la llanta…
Hablé de nueva cuenta con la ginecóloga…
¡¿Cómo qué ya nació?! ¿Por qué se esperaron, por qué no vinieron antes?
[“¡Carajo! ¡¿Por qué me regaña?!”]
            “Ya llamaron a una ambulancia, vamos para allá…
Colgué…no recuerdo a quién le marqué, ni con quién hablé…¿Mi papá, mi mamá, mi hermano? A alguien le comenté lo de la llanta de mi coche…Sólo a Má no se lo mencioné…
Cuando bajé al estacionamiento mi amigo de la oficina ya estaba terminando de cambiar la llanta…Me dijo que tomara la llanta ponchada y la pusiera en la cajuela…Me dio la llave y salí con rumbo a casa…
Tan pronto salí del estacionamiento recibí una llamada de mi mamá; al fin había llegado a nuestra casa…Efectivamente ya habían pedido una ambulancia…Me dijo que mejor tomara un taxi (no recuerdo si lo hizo porque supo lo de la llanta de mi coche o porque sabía que estaría nervioso)…
Colgué…avance un poco, me orillé…tenía que desahogarme para poder ir más tranquilo…le marqué a un amigo que ese día iría con una amiga en común a visitarnos a la casa, para decirle lo que había pasado…
[Curiosamente un par de años antes habíamos hablado con él para decirle que no podríamos acompañarlo en su cumpleaños porque nos habíamos estrenado como papás: el Fulanito nació el mismo día que él…]
Después de explicarle lo ocurrido le pedí que sólo me escuchara, necesitaba llorar un momento, desahogarme para realizar el viaje a casa con más calma…
Colgué y seguí mi camino…
En algún momento, sentí angustia…
            “¿Qué día es hoy? ¡Carajo! ¡No sé en qué día nació Zutanito!
[Es absurdo, pero en ese instante me resultaba apremiante saberlo…]
En el asiento del copiloto traía un periódico gratuito de ese día…Al estar lleno de publicidad, no encontré de manera inmediata el dato que buscaba…
            “¡Carajo! ¡¡Carajo!!
Tras manotear unos segundos el periódico, al fin vi la fecha: 10 de enero…
El saberlo de alguna manera me permitió estar más tranquilo…
En todo el camino a casa no aceleré demasiado, pues oía clarito la voz de mi papá: “Uno no debe ‘correr’ cuando trae la llanta de refacción…
En el camino estuve llamando al celular de Má…Al preguntarle si mejor los veía en el hospital, me dijo que la ambulancia no había llegado…Seguí con rumbo a casa…
En algún momento mi mamá y mi hermano fueron quienes contestaron el celular de Má…Le pedí a mi hermano que metiera cualquier ropa para mí en la maleta que llevaríamos al hospital… 
Aproximadamente 5:30pm
Llegué a casa…En la entrada había dos ambulancias, una en contraflujo, otra en el sentido de la calle, el coche de mi hermano, por lo menos una moto atravesada y una persona con una cámara de TV…Tengo idea de que también había una patrulla (de reojo vi una torreta encendida)…
Dejé mi coche más adelante (casi en la siguiente esquina), corrí de vuelta a la entrada de la casa, vi al portero y le encargué el auto…
Al entrar a la portería / recepción se abrió la puerta del elevador: en él venía Má con un par de paramédicos, uno de ellos cargaba a Zutanito…
            “¿Cómo estás? ¿Cómo está Zutanito?
Me sorprendió su serenidad, su entereza…
De repente vi también al papá de Má y al mío…
Como yo no había llegado, el papá de Má iba a ser quien iría con ella en la ambulancia; le tuve que decir un par de veces que sería yo quien los acompañaría…
Mi papá me abordó con preguntas…No recuerdo sobre qué, yo contestaba con monosílabos o de forma cortante…Sólo sé que la última pregunta no se la contesté, pues di un salto para subirme a la ambulancia…
[Ahora supongo que entre lo que me preguntaba es qué harían con el Fulanito…Finalmente mi papá, mi mamá y mi hermano se quedaron en casa con él…]
Mi hermano detuvo a la ambulancia y arrojó en el asiento del copiloto la maleta con nuestra ropa…Partimos con rumbo al hospital…
En la ambulancia de nuevo me sorprendió la serenidad y entereza de Má…Vi por primera vez a Zutanito, de manera muy breve, pues iba arropado por completo en los brazos de Má…Nos fuimos platicando todo el camino, como si nada…En algún momento el paramédico que iba atrás con nosotros describió lo sucedido «parto fortuito…trabajo de parto espontáneo”…
Aproximadamente 6:20pm
Al llegar al hospital el paramédico que iba atrás con nosotros en la ambulancia tomó a Zutanito de los brazos de Má y me lo entregó…
Lo sentí muy ligero…pensé que quizás sería porque estaba acostumbrado a los poco más de 10 kilos que pesaba el Fulanito, pero aún así, me pareció muy liviano…
[Por los ultrasonidos sabíamos que Zutanito venía más pequeño…]
Entramos a Urgencias, a Má se la llevaron a otro piso y yo me quedé abajo con Zutanito…
Algunas doctoras tomaron a Zutanito de mis brazos y empezaron a atenderlo…Lo vi muy pequeñito…A veces él estaba rodeado por un enjambre de médicos, en otros momentos estábamos sólo él y yo…
En algún momento apareció una pediatra que trabaja con el pediatra del Fulanito…Después de inspeccionar a Zutanito y de revisar lo registrado por el resto de los médicos, me dijo que estaba bien pero con muy bajo peso: 1 kilo 190 gramos…
Yo no entendía…
[“¡1 kilo 190 gramos! Eso era muy poco…¡Carajo! ¡¿Qué está pasando?!”]
Se me salieron las lágrimas…lo vi muy pequeñito…no entendía qué estaba pasando…La pediatra me abrazó y me aseguró que todo estaba bien…
Le pregunté a ella si podía ir a ver a Má; ella me comentó que no debía de alejarme de Zutanito hasta asegurarme que le hubieran puesto un identificador…


En algún momento nos quedamos solos de nueva cuenta Zutanito y yo…Lo observé con mucha atención, tratando de detectar y registrar cualquier elemento que me permitiera identificarlo…No encontraba detalle alguno: sin lunares, sin manchas, sin pecas, sin nada…Un bebé…genérico…

De nuevo el dolor: la opresión en el pecho, el vacío, el hueco que crecía ahí…Sentí que al no haber estado presente al momento de su llegada me había perdido ese momento de [re]conocimiento…
En otro momento entraron médicos y colocaron el identificador…Me pidieron hacer el trámite del alta de Má y Zutanito…Al salir de Urgencias me encontré a la mamá y a uno de los hermanos de Má …
Regresando con Zutanito los médicos me dijeron que nos moverían a Neonatología, y cuando nos pusieron en marcha, una enfermera me preguntó si me quería quedar con el pequeño trozo de cordón umbilical con el que había llegado Zutanito al hospital…Mientras caminaba a un lado de la camilla-incubadora le dije que no; ella insistió, volví a decir que no…Subimos a un elevador…
Llegando a Neonatología la pediatra me dijo que esperara en una pequeña sala…Al darme cuenta que mi celular estaba por quedarse sin pila, le marqué de un teléfono fijo a la mamá de Má y me contestó el hermano de Má…Así me enteré que a la mamá de Má le habían dado oportunidad de subir a acompañarla…Marqué a mi casa, donde se encontraban mi papá, mi mamá y mi hermano con el Fulanito…Ellos me hacían preguntas pero yo no podía contestar… Lágrimas, muchas lágrimas…Necesitaba desahogarme…
De repente, en el fondo escuché “2 kilos 190 gramos…” Acto seguido entró la pediatra para decirme que el primer peso del que me habían informado era un error…Me tranquilicé y, una vez estando Zutanito “identificado” y atendido, salí a buscar a Má…
Pregunté en un centro de información con enfermeras sobre dónde se encontraba Má, no encontré respuesta…Decidí buscarla en los cuartos…Para mi buena fortuna la encontré casi de inmediato…Había pasado a quirófano y la habían dormido por completo para hacer una revisión a detalle para asegurarse que la placenta había salido por completo y para coser unos pequeños desgarres…
Me pidieron bajar a realizar un trámite adicional del alta de Má y Zutanito en el hospital…La familia de Má ya estaba abajo (el papá de Má y su otro hermano ya habían llegado) y me estaban apartando lugares en las filas para el trámite del alta…
Aproximadamente 8:30pm
Subí con la familia de Má a la habitación que le asignaron…Hablé con mi familia y, además de finalmente ponerlos al tanto de lo que había pasado, me comentaron que el Fulanito estaba bien y echando relajo con ellos…
Llevaron a Má a la habitación; se veía cansada, pero serena…
Mientras bajé a cenar, los pediatras fueron a la habitación para comentarle a Má que Zutanito estaba bien, aunque pequeño, y que tenía bajos niveles de glucosa…Esto último lo iban a monitorear y nos informarían de los resultados al día siguiente…
  • Miércoles 11 de enero de 2012
La primera visita en Neonatología era a las 9am…Má y yo pasamos a esa hora a  visitar a Zutanito…
Poco después de las 10am el pediatra del Fulanito y de Zutanito llegó a la habitación de Má…Nos informó que Zutanito se iba a quedar hospitalizado: “tiene sus capacidades disminuidas”, dijo…No mantenía por sí mismo niveles aceptables de glucosa, su sangre tenía una densidad más espesa de lo usual y había indicios de una posible infección…Cuando Má preguntó por alguna fecha estimada para la salida Zutanito, el pediatra nos comentó que probablemente el sábado siguiente…
Má estaba entera y decidimos no pasar otra noche más en el hospital con el fin de ir a ver al Fulanito…Optamos por esperar a la visita de las 12pm de Neonatología para ver a Zutanito antes de salir del hospital…Cuando quisimos ingresar, no nos permitieron la entrada y nos pidieron esperar en nuestra habitación a una nueva visita de nuestro pediatra…
Poco después asistió la pediatra para decirnos que a Zutanito le pondrían un catéter, y que por eso no podíamos pasar…
Con el corazón chiquito tomamos una decisión: ir a casa por el Fulanito y pedirle a los papás de Má, que viven cerca del hospital, que nos permitieran quedarnos con ellos con el fin de asistir a todas las visitas de Neonatología que nos fuera posible…

la primer semana de zutanito…



el primer año de zutanito…

el primer año de fulanito y zutanito…

Sigue leyendo ->

de partos espontáneos y arribos extraordinarios…

hace un año llegó zutanito…



La crónica de Má

Con 38 semanas y 5 días esperábamos la llegada del segundo chamaco. Estábamos prácticamente a 10 días para cumplir el término del embarazo. Según mi doctora, el segundo hijo se adelanta así que el monitoreo semanal había comenzado un par de días antes. Mi segundo embarazo fue, a diferencia del primero, atropellado, lleno de síntomas, sustos y malestares, tooodo aquello que no sucedió con el fulanito parece que zutanito se lo cobró…

Ese día, martes 10 de enero, tuve una noche particularmente mala, desperté cansada, como con unos cólicos a los cuales no presté atención ya que entre los malestares de los cuales sufrí fue dolor de estomago por la comida, todo me hacía daño. Decidí  no llevar al fulanito a la escuela ya que el día anterior me lo entregaron con temperatura y no había mejorado así que por indicaciones del pediatra nos quedamos todos a descansar.

Como todos los días Pá me hacia la obligada pregunta: (digo obligada ya por lo adelantado del embarazo y porque esperábamos que en cualquier momento zutanito decidiera llegar) “¿Cómo te sientes?” “Bien, cansada pero bien, aunque tengo unos cólicos pero nada de importancia” contesté, creyendo que las contracciones se presentarían exactamente igual que con en primer embarazo…error…nunca las sentí igual…

Por ahí de las 3:45 de la tarde, después de mi rutina diaria,  arreglar un poco la casa, jugar con el fulanito y monitorear que su temperatura no subiera nos fuimos a comer, caldito de pollo, lo recuerdo bien, el fulanito se me quedó dormido en la cocina así que lo cargué y lo llevé a nuestro cuarto. Al terminar de comer comencé a peinarme ya que veríamos a unos amigos por la tarde.

Como a eso de 3:45 sentí un cólico más fuerte , mmm “creo que la comida me hizo mal, de nuevo” y seguí peinándome… otro cólico como a los 20 minutos… de nuevo como a los 10 minutos y la intensidad entre uno y otro aumentaba…”mmm esto no está bien”…

Mi doula fue unos días antes a casa para que juntas hiciéramos simulacro de parto por lo que tenia bien presente el cómo realizar cada respiración dependiendo de lo intenso de cada contracción, sin embargo, tuve que improvisar debido a que la manera en como estaba sintiendo las contracciones no fue como lo viví en mi parto anterior, así que tuve que cambiar por completo la dinámica de mi respiración. Dejé de lado la respiración de limpieza y tan solo me concentré en la respiración fuerte para dejar que el dolor fluyera y seguir con el proceso.

Al hacer esto pude darme cuenta que cuando sentía el dolor la panza se me ponía dura (es decir, contracción y panza dura se sincronizaban), al percatarme de ello y cuando las respiraciones funcionaron para sentirme mejor caí en cuenta de que mi trabajo de parto se estaba desarrollando.

Llamo a Pá: “Estoy teniendo contracciones, por favor llama a la doctora, espera (respiración…) creo que esto ya empezó”… Mientras entro al baño de mi cuarto siento la panza dura y el dolor llega de nuevo, respiro… veo como la toalla se mueve con mi aliento…siento alivio.

Llamada de Pá: “Sí, espera, te doy el numero de la doctora, espérame (inhalo, exhalo….) es ….. (inhalo, exhalo….)”
Las contracciones son cada vez más constantes, fuertes y pienso “¿cómo era eso de  2-2-10 o no sé que para saber que ya empezaron las contracciones buenas? (o sea esas con las que te aceptan en el hospital y no te regresan). Mejor anoto cada cuanto las tengo y cuanto duran”… mmmm viene otra…. (inhalo, exhalo….) sé que no las puedo parar….mmm no puedo escribir,  (de plano dejo lápiz y papel)…. (inhalo, exhalo….) tan solo puedo pensar que si esto está así, no se como será lo demás “¡Puf! va a estar del terror!” (Ingenuamente seguía creyendo que estaba en la fase inicial del trabajo de parto….)

Lo único que se me ocurre es ir al WC. Escucho que algo cae, no cabe duda que el cuerpo es sabio, debido al dolor de las contracciones no siento ninguna otra parte de mi cuerpo, me asomo y veo el tapón mucoso. (Este tapón mantiene sellado el cuello del útero, al expulsarlo es signo inminente del parto)

Otra contracción, respiro….de repente siento que algo se revienta dentro de mi… pude sentir como se rompió una membrana justo en mi entrepierna en la parte más fuerte de esta contracción…cae agua…”Conque así es como uno ´rompe fuente´…” (en mi primer parto no rompí fuente, y según esto una tiene hasta dos horas para poder llegar al hospital…bueno, no siempre es así)

Llamo a Pá: “Ya rompí fuente”… lo oigo ansioso, apurado, nervioso… siento dolor… (inhalo, exhalo….) me calma escucharlo pero entiendo que no puedo estar con él todo el tiempo, tiene que manejar hasta acá  y lo que menos quiero es que le pase algo ya sea por los nervios, distracción o lo que sea. Colgamos.
“¿Qué hago, voy con mi vecina? ¿Le pido que me acompañe? No, ni me puedo mover.”

Viene otra contracción (inhalo, exhalo…inhalo, exhalo….) contracción fortísima….percibo como el sudor me corre por el cuello, cae por el pecho y llega a mi panza que está completamente dura, mis músculos están contraídos, me descubro apretando mis manos contra el WC, agarro y suelto, agarro y suelto mientras respiro y siento el dolor… (inhalo, exhalo….) “Fuf, terminó”

Puedo descansar un poco, pero ¿cuánto? ¿Un par de minutos? Pensé: “¿Así va a estar esto? ¿Cómo voy a hacer para llegar al hospital? ¿Cómo me voy a mover, cómo me voy a subir al carro? Pts!! El movimiento del carro…. Voy a esperar mínimo media hora más en lo que llega alguien” (Pá ya se había comunicado con mis padres y los suyos, yo me desentendí y tan solo esperaba pero el tiempo se me hacía eterno)

Siento unas ganas inmensas de pujar, pero no quiero hacerlo ya que ello significa que estoy justo pujando para que salga el bebé y no quiero hacerlo, así que decido sólo respirar.
Llamo a Pá: contracción bien requeté fuerte…”(inhalo, exhalo….) necesito que alguien este conmigo (inhalo, exhalo….) ¡¡por favor!!”. Colgamos.

Llama la mamá de Pá: “Ya vamos en camino….”, “Ya arrojé tapón mucoso y rompí fuente”… Colgamos. Creí que al darle mi parte médico se apuraría, pero creo que más nunca supo que significaban esos síntomas.

Después de esta memorable contracción siento como comienzo a abrirme….” (literal: a abrirme) mmmm… “¿¡¡a poco ya estoy coronando!!?” (Es cuando aparece la cabeza del bebé  por el canal del parto)… me levanto del WC, doy unos pasos para tomar un espejo mientras digo en voz alta “No zutanito, espera, no nazcas ahora, espera por favor!!!” coloco el espejo entre mis piernas…veo como me abro y  alcanzo a percibir la cabeza de zutanito (cochino chamaco, ¡no me hizo caso!)

Instintivamente, sin pensarlo, regreso al WC, viene una contracción, una contracción muy, muy fuerte, la ultima contracción… LA contracción… siento mucho dolor…la panza se me pone muy dura pero esta vez como que se estira y se hace hacia abajo, tomo con una mano el filo de la pared que tengo del lado izquierdo y con la otra mano me jalo de la toalla que cuelga de la pared. Siento el dolor más intenso que jamás sentí en la vida, inhalo mientras me jalo con ambas manos y pujo con todas mis fuerzas… sale de mi zutanito y al sentir como llega también percibo como cesa el dolor y el cansancio.

Oigo como mi chamaquito va cayendo al agua, como en cámara lenta y antes de que terminara de caer ya lo estaba agarrando para abrazarlo… no pensé en nada pero sentí todo: era increíble sentir esa bolita de carne en mis manos, morada aún, calientita, resbalosa, chiquito, sentí una enorme ansiedad por verlo a la cara, mirarlo a los ojos, reconocerlo… darle la bienvenida, nombrarlo.  Me pregunto si es normal el color moradito que tiene. Lo  levanto y me percato de que aún tiene agua en la boca… pienso: “¡tiene que llorar! ¿Qué hago?” Lo volteo y le doy unas palmaditas en la espalda…”¡es tan chiquito!”…llora…mi corazón esta a todo…lo volteo y por fin nos vemos a los ojos…nos reconocemos.. sé que él también a su manera me saluda y se sabe bienvenido a este mundo…veo serenidad, mucha serenidad en su mirada e inmediatamente siento una paz muy grande (supongo es lo mas cercano a sentir el amor puro y en su máxima expresión, regalo de como sea que uno le llame: Dios, Universo, Energía….) sus ojos eran grandes, brillantes…todo se detuvo en ese momento y solo estábamos él y yo… reconociéndonos… viéndonos…saludándonos….y sintiéndonos sin palabras de por medio….todo eso en unos cuantos segundos.

Inmediatamente le doy de comer, me lo pego y él comienza a succionar. Nos conectamos…me siento tranquila…llegó mi chamaco y llegó bien, al menos por lo que percibí en esos segundos. Yo sabía que al darle de comer mi cuerpo produciría oxitocina, así la placenta saldría más rápido y mi útero se contraería previniendo una hemorragia. (sí, aunque no lo crean pensé esto)

Tomo la toalla, lo seco, después tomo mi bata y lo envuelvo en ella, trato de que su cuerpo y el mio estén siempre en contacto para mantenerlo calientito.

Llama la mamá de Pá: “Seguimos en camino pero ya no tardamos…” la interrumpo: “Ya nació…¿ puedes llamar una ambulancia?” recuerdo que la voz le tembló….Colgamos.

Llama Pá, no sé que me dice, lo interrumpo: “Ya nació, los dos estamos bien” “¿Cómo que ya nació?… “Sí, estamos bien, por favor vente con cuidado”… Colgamos

Llamo mi mamá: “Mamá, por favor no te espantes, no te pongas nerviosa, pero ya nació!!” “¿Qué? ¿Cómo? Y tu sola?? Ayyy hija pero debí de haberme ido contigo!! ¿Por qué no lo hice?… “Mamá, estamos bien, no te preocupes….Colgamos.

Creo que estuvimos cerca de 20 minutos más solos en casa esperando a que alguien llegara, el fulanito seguía dormido y yo tenía a zutanito entre mis brazos dándole de comer, estaba tranquila sintiendo lo maravilloso de todo el relajo del parto pero sobre todo disfrutando de esa conexión con zutanito. No podía creer, pero en verdad no podía creer nada de lo que pasó, no concebía como minutos antes tuve los dolores más fuertes que sentí jamás en la vida y ahora tan sólo me inundaba una tranquilidad y una paz indescriptible. Estaba embobada viendo a mi hijo desentendiéndome de todos y disfrutando ese momento…

Ahora, después de cuatro meses y de contar esta experiencia un par de veces no puedo evitar el emocionarme hasta las lágrimas. Tampoco puedo dejar de sentir una infinita gratitud hacia la vida y al universo no sólo por dejarme vivir esta experiencia, sino por regalarme (regalarnos) un chamaquito bien sano que ilumina mis días con su presencia (¡¡GRACIAS!!)



La crónica de Pá

  • Martes 10 de enero de 2012
Platicando por la mañana con Má, antes de salir con rumbo al trabajo, me comentó que en la madrugada había sentido cólicos…No le dio mucha importancia, así que yo tampoco se la di…
[Pensé entonces que aun cuando cada embarazo y parto es distinto, que seguramente la “sensación” de las contracciones sería similar; además, faltaban 10 días para la fecha aproximada del parto, y si se adelantaba, seguramente sería una semana o algo así, no más…]
Le comenté que ya sabía que me iba a poner (a vestir) el día que naciera Zutanito, así que por la noche al fin metería mi ropa en la maleta que nos llevaríamos al hospital…
[Ella ya había preparado su ropa y la de Zutanito desde alrededor de un par de semanas antes…Quizás sea una tontería, pero yo no había decidido aún, como lo hice con el Fulanito, como quería recibirlo; parte quizás intrascendente, pero de alguna manera importante para mí, al momento de conocer al fin a mi chamaco y presentarme con él…]
Aproximadamente 1:30pm
Después del medio día hablé con Má, como casi todos los días, para saber cómo estaban ella y los chamacos…Todos bien, sin novedad en el frente…
4:41pm
Recibí una llamada de Má…
            [Algo así como] “Los cólicos han aumentado, habla con la ginecóloga…
La oí respirar algo agitada…
Caí en cuenta que ya estaba haciendo ejercicios de respiración…
Eran contracciones…
Busqué en mi cartera la tarjeta de contacto de la ginecóloga…No la encontré…
            [En realidad no la vi, pues si estaba ahí…el cochino nervio…]
            “No encuentro la tarjeta… ¿Tienes el teléfono?
Má de inmediato buscó el número y me lo empezó a dar…
            “54…espera…pf, pf…
Cada par de dígitos una respiración…
            [“Esto en serio ya empezó…”]
[En algún momento, en esta llamada o en las posteriores, Má me dijo que el Fulanito estaba profundamente dormido, y que no se estaba enterando de qué estaba pasando…]
Colgué y le marqué a la ginecóloga…
            “¿Por qué no vinieron antes…?
            “Porque asumimos que los cólicos no eran de importancia…
            [“Carajo, por qué me regaña…”]
            “Vengan al hospital, los veo aquí…
Vamos para allá…
Colgué y le marqué a mi papá…
[Al trabajar lejos de casa, y al saber que el tráfico sería algo que podría complicar mi regreso a ella, habíamos previsto que mis padres, que viven cerca de nosotros, y/o el papá de Má, que trabaja relativamente cerca, serían quienes podrían asistirnos de manera más inmediata en caso de cualquier novedad…]
            “Pá, esto ya empezó…
Mi papá me empezó a hacer preguntas…Algo decía sobre quién debería ir…
Te estoy hablando a ti para que tu veas eso: ya seas tú, mi mamá o mi hermano [menor, el de en medio no vive en México], que algunos de ustedes vaya, pónganse de acuerdo; yo aún tengo que buscar al papá de Má…
Mi papá me dijo que daría aviso a mi mamá para que fuera a nuestra casa de inmediato…
Colgué y le marqué al papá de Má…no lo encontré; le marqué a la mamá de Má y le pedí que le diera aviso a su esposo…
Avisé en la oficina que me iba…
            “Esto ya empezó…
4:45pm
Recibí otra llamada de Má…
            “Necesito que alguien esté aquí conmigo…No quiero estar sola…
Estaba nerviosa, agitada, con la voz algo quebrada y llorosa…
Colgué y le marqué a mi madre…por algún motivo, marqué al teléfono de su casa y no de su celular…la encontré aún en su casa junto con mi hermano…
            [“¡Carajo!”]
            “¡¿Qué hacen todavía ahí?! ¡Necesito que alguien esté con Má, YA!
[“¡Carajo!”]
Colgué y marqué desde la oficina a la ginecóloga para dejar la línea de mi celular disponible; quería decirle algo a la doctora, no recuerdo qué…
4:46pm
Mientras estaba al teléfono con la ginecóloga recibí otra llamada de Má en mi celular; le pedí a la doctora que me esperara mientras yo escuchaba a Má…
            “Ya arrojé tapón mucoso…
Se lo dije a la ginecóloga…
            [La expulsión marca la inminencia del parto…]
Vengan al hospital de inmediato…
Vamos para allá…
Tomé mis cosas, salí de la oficina y bajé al estacionamiento…
Encendí el coche y tan pronto avance fue evidente que algo estaba mal…
Me bajé y vi que la llanta del lado del conductor estaba ponchada, con el rin casi pegando en el piso…
            [“¡Carajo! ¡¡Carajo!!”]
Después de patear un par de veces la llanta, regresé el coche al lugar que había estado ocupando…
Subí y a la gente de recepción les dije -entre medio vociferando y demandando- que necesitaba de manera urgente un taxi…
            “¡Lo necesito aquí YA!
Fui a entregarle las llaves de mi coche a un amigo de la oficina para que se hiciera cargo de él…
[Mi coche había quedado en frente de otros dos autos, a los que impediría la salida…]
Él me dijo que entre los dos podríamos cambiar rápido la llanta…
Tomamos el elevador para bajar al estacionamiento…
4:53pm
Saliendo del elevador recibí una llamada de Má…
            “Ya nació…
Me paralicé…
            “¡¿Cómo qué ya nació?!
Sentí dolor…una opresión en el pecho, después un vacío, un hueco que crecía ahí…
            [Según me comentó mi amigo de la oficina después, estaba transparente…]
A la par llegaron otras sensaciones: la aflicción, la congoja, la pena, el coraje; de no haber podido estar con Má para acompañarla y apoyarla, de que pasara por eso sola; por no haber estado presente al momento de la llegada de mi chamaco para recibirlo, para [re]conocernos…
Estamos bien, tu mamá ya le habló a una ambulancia…
Lágrimas, muchas lágrimas…
[Mi mamá había estado en contacto con Má mientras iba en camino a nuestra casa…Mi hermano iba manejando y al escuchar en una de las conversaciones que su sobrino ya había nacido pidió una ambulancia…]
            “Vente con cuidado…
En medio de la llamada con Má, y al verme pávido, mi amigo de la oficina me pidió las llevas del coche para empezar a cambiar la llanta…
Hablé de nueva cuenta con la ginecóloga…
¡¿Cómo qué ya nació?! ¿Por qué se esperaron, por qué no vinieron antes?
[“¡Carajo! ¡¿Por qué me regaña?!”]
            “Ya llamaron a una ambulancia, vamos para allá…
Colgué…no recuerdo a quién le marqué, ni con quién hablé…¿Mi papá, mi mamá, mi hermano? A alguien le comenté lo de la llanta de mi coche…Sólo a Má no se lo mencioné…
Cuando bajé al estacionamiento mi amigo de la oficina ya estaba terminando de cambiar la llanta…Me dijo que tomara la llanta ponchada y la pusiera en la cajuela…Me dio la llave y salí con rumbo a casa…
Tan pronto salí del estacionamiento recibí una llamada de mi mamá; al fin había llegado a nuestra casa…Efectivamente ya habían pedido una ambulancia…Me dijo que mejor tomara un taxi (no recuerdo si lo hizo porque supo lo de la llanta de mi coche o porque sabía que estaría nervioso)…
Colgué…avance un poco, me orillé…tenía que desahogarme para poder ir más tranquilo…le marqué a un amigo que ese día iría con una amiga en común a visitarnos a la casa, para decirle lo que había pasado…
[Curiosamente un par de años antes habíamos hablado con él para decirle que no podríamos acompañarlo en su cumpleaños porque nos habíamos estrenado como papás: el Fulanito nació el mismo día que él…]
Después de explicarle lo ocurrido le pedí que sólo me escuchara, necesitaba llorar un momento, desahogarme para realizar el viaje a casa con más calma…
Colgué y seguí mi camino…
En algún momento, sentí angustia…
            “¿Qué día es hoy? ¡Carajo! ¡No sé en qué día nació Zutanito!
[Es absurdo, pero en ese instante me resultaba apremiante saberlo…]
En el asiento del copiloto traía un periódico gratuito de ese día…Al estar lleno de publicidad, no encontré de manera inmediata el dato que buscaba…
            “¡Carajo! ¡¡Carajo!!
Tras manotear unos segundos el periódico, al fin vi la fecha: 10 de enero…
El saberlo de alguna manera me permitió estar más tranquilo…
En todo el camino a casa no aceleré demasiado, pues oía clarito la voz de mi papá: “Uno no debe ‘correr’ cuando trae la llanta de refacción…
En el camino estuve llamando al celular de Má…Al preguntarle si mejor los veía en el hospital, me dijo que la ambulancia no había llegado…Seguí con rumbo a casa…
En algún momento mi mamá y mi hermano fueron quienes contestaron el celular de Má…Le pedí a mi hermano que metiera cualquier ropa para mí en la maleta que llevaríamos al hospital… 
Aproximadamente 5:30pm
Llegué a casa…En la entrada había dos ambulancias, una en contraflujo, otra en el sentido de la calle, el coche de mi hermano, por lo menos una moto atravesada y una persona con una cámara de TV…Tengo idea de que también había una patrulla (de reojo vi una torreta encendida)…
Dejé mi coche más adelante (casi en la siguiente esquina), corrí de vuelta a la entrada de la casa, vi al portero y le encargué el auto…
Al entrar a la portería / recepción se abrió la puerta del elevador: en él venía Má con un par de paramédicos, uno de ellos cargaba a Zutanito…
            “¿Cómo estás? ¿Cómo está Zutanito?
Me sorprendió su serenidad, su entereza…
De repente vi también al papá de Má y al mío…
Como yo no había llegado, el papá de Má iba a ser quien iría con ella en la ambulancia; le tuve que decir un par de veces que sería yo quien los acompañaría…
Mi papá me abordó con preguntas…No recuerdo sobre qué, yo contestaba con monosílabos o de forma cortante…Sólo sé que la última pregunta no se la contesté, pues di un salto para subirme a la ambulancia…
[Ahora supongo que entre lo que me preguntaba es qué harían con el Fulanito…Finalmente mi papá, mi mamá y mi hermano se quedaron en casa con él…]
Mi hermano detuvo a la ambulancia y arrojó en el asiento del copiloto la maleta con nuestra ropa…Partimos con rumbo al hospital…
En la ambulancia de nuevo me sorprendió la serenidad y entereza de Má…Vi por primera vez a Zutanito, de manera muy breve, pues iba arropado por completo en los brazos de Má…Nos fuimos platicando todo el camino, como si nada…En algún momento el paramédico que iba atrás con nosotros describió lo sucedido «parto fortuito…trabajo de parto espontáneo”…
Aproximadamente 6:20pm
Al llegar al hospital el paramédico que iba atrás con nosotros en la ambulancia tomó a Zutanito de los brazos de Má y me lo entregó…
Lo sentí muy ligero…pensé que quizás sería porque estaba acostumbrado a los poco más de 10 kilos que pesaba el Fulanito, pero aún así, me pareció muy liviano…
[Por los ultrasonidos sabíamos que Zutanito venía más pequeño…]
Entramos a Urgencias, a Má se la llevaron a otro piso y yo me quedé abajo con Zutanito…
Algunas doctoras tomaron a Zutanito de mis brazos y empezaron a atenderlo…Lo vi muy pequeñito…A veces él estaba rodeado por un enjambre de médicos, en otros momentos estábamos sólo él y yo…
En algún momento apareció una pediatra que trabaja con el pediatra del Fulanito…Después de inspeccionar a Zutanito y de revisar lo registrado por el resto de los médicos, me dijo que estaba bien pero con muy bajo peso: 1 kilo 190 gramos…
Yo no entendía…
[“¡1 kilo 190 gramos! Eso era muy poco…¡Carajo! ¡¿Qué está pasando?!”]
Se me salieron las lágrimas…lo vi muy pequeñito…no entendía qué estaba pasando…La pediatra me abrazó y me aseguró que todo estaba bien…
Le pregunté a ella si podía ir a ver a Má; ella me comentó que no debía de alejarme de Zutanito hasta asegurarme que le hubieran puesto un identificador…


En algún momento nos quedamos solos de nueva cuenta Zutanito y yo…Lo observé con mucha atención, tratando de detectar y registrar cualquier elemento que me permitiera identificarlo…No encontraba detalle alguno: sin lunares, sin manchas, sin pecas, sin nada…Un bebé…genérico…

De nuevo el dolor: la opresión en el pecho, el vacío, el hueco que crecía ahí…Sentí que al no haber estado presente al momento de su llegada me había perdido ese momento de [re]conocimiento…
En otro momento entraron médicos y colocaron el identificador…Me pidieron hacer el trámite del alta de Má y Zutanito…Al salir de Urgencias me encontré a la mamá y a uno de los hermanos de Má …
Regresando con Zutanito los médicos me dijeron que nos moverían a Neonatología, y cuando nos pusieron en marcha, una enfermera me preguntó si me quería quedar con el pequeño trozo de cordón umbilical con el que había llegado Zutanito al hospital…Mientras caminaba a un lado de la camilla-incubadora le dije que no; ella insistió, volví a decir que no…Subimos a un elevador…
Llegando a Neonatología la pediatra me dijo que esperara en una pequeña sala…Al darme cuenta que mi celular estaba por quedarse sin pila, le marqué de un teléfono fijo a la mamá de Má y me contestó el hermano de Má…Así me enteré que a la mamá de Má le habían dado oportunidad de subir a acompañarla…Marqué a mi casa, donde se encontraban mi papá, mi mamá y mi hermano con el Fulanito…Ellos me hacían preguntas pero yo no podía contestar… Lágrimas, muchas lágrimas…Necesitaba desahogarme…
De repente, en el fondo escuché “2 kilos 190 gramos…” Acto seguido entró la pediatra para decirme que el primer peso del que me habían informado era un error…Me tranquilicé y, una vez estando Zutanito “identificado” y atendido, salí a buscar a Má…
Pregunté en un centro de información con enfermeras sobre dónde se encontraba Má, no encontré respuesta…Decidí buscarla en los cuartos…Para mi buena fortuna la encontré casi de inmediato…Había pasado a quirófano y la habían dormido por completo para hacer una revisión a detalle para asegurarse que la placenta había salido por completo y para coser unos pequeños desgarres…
Me pidieron bajar a realizar un trámite adicional del alta de Má y Zutanito en el hospital…La familia de Má ya estaba abajo (el papá de Má y su otro hermano ya habían llegado) y me estaban apartando lugares en las filas para el trámite del alta…
Aproximadamente 8:30pm
Subí con la familia de Má a la habitación que le asignaron…Hablé con mi familia y, además de finalmente ponerlos al tanto de lo que había pasado, me comentaron que el Fulanito estaba bien y echando relajo con ellos…
Llevaron a Má a la habitación; se veía cansada, pero serena…
Mientras bajé a cenar, los pediatras fueron a la habitación para comentarle a Má que Zutanito estaba bien, aunque pequeño, y que tenía bajos niveles de glucosa…Esto último lo iban a monitorear y nos informarían de los resultados al día siguiente…
  • Miércoles 11 de enero de 2012
La primera visita en Neonatología era a las 9am…Má y yo pasamos a esa hora a  visitar a Zutanito…
Poco después de las 10am el pediatra del Fulanito y de Zutanito llegó a la habitación de Má…Nos informó que Zutanito se iba a quedar hospitalizado: “tiene sus capacidades disminuidas”, dijo…No mantenía por sí mismo niveles aceptables de glucosa, su sangre tenía una densidad más espesa de lo usual y había indicios de una posible infección…Cuando Má preguntó por alguna fecha estimada para la salida Zutanito, el pediatra nos comentó que probablemente el sábado siguiente…
Má estaba entera y decidimos no pasar otra noche más en el hospital con el fin de ir a ver al Fulanito…Optamos por esperar a la visita de las 12pm de Neonatología para ver a Zutanito antes de salir del hospital…Cuando quisimos ingresar, no nos permitieron la entrada y nos pidieron esperar en nuestra habitación a una nueva visita de nuestro pediatra…
Poco después asistió la pediatra para decirnos que a Zutanito le pondrían un catéter, y que por eso no podíamos pasar…
Con el corazón chiquito tomamos una decisión: ir a casa por el Fulanito y pedirle a los papás de Má, que viven cerca del hospital, que nos permitieran quedarnos con ellos con el fin de asistir a todas las visitas de Neonatología que nos fuera posible…

la primer semana de zutanito…



el primer año de zutanito…

el primer año de fulanito y zutanito…

Sigue leyendo ->

de partos espontáneos y arribos extraordinarios…

hace un año llegó zutanito…



La crónica de Má

Con 38 semanas y 5 días esperábamos la llegada del segundo chamaco. Estábamos prácticamente a 10 días para cumplir el término del embarazo. Según mi doctora, el segundo hijo se adelanta así que el monitoreo semanal había comenzado un par de días antes. Mi segundo embarazo fue, a diferencia del primero, atropellado, lleno de síntomas, sustos y malestares, tooodo aquello que no sucedió con el fulanito parece que zutanito se lo cobró…

Ese día, martes 10 de enero, tuve una noche particularmente mala, desperté cansada, como con unos cólicos a los cuales no presté atención ya que entre los malestares de los cuales sufrí fue dolor de estomago por la comida, todo me hacía daño. Decidí  no llevar al fulanito a la escuela ya que el día anterior me lo entregaron con temperatura y no había mejorado así que por indicaciones del pediatra nos quedamos todos a descansar.

Como todos los días Pá me hacia la obligada pregunta: (digo obligada ya por lo adelantado del embarazo y porque esperábamos que en cualquier momento zutanito decidiera llegar) “¿Cómo te sientes?” “Bien, cansada pero bien, aunque tengo unos cólicos pero nada de importancia” contesté, creyendo que las contracciones se presentarían exactamente igual que con en primer embarazo…error…nunca las sentí igual…

Por ahí de las 3:45 de la tarde, después de mi rutina diaria,  arreglar un poco la casa, jugar con el fulanito y monitorear que su temperatura no subiera nos fuimos a comer, caldito de pollo, lo recuerdo bien, el fulanito se me quedó dormido en la cocina así que lo cargué y lo llevé a nuestro cuarto. Al terminar de comer comencé a peinarme ya que veríamos a unos amigos por la tarde.

Como a eso de 3:45 sentí un cólico más fuerte , mmm “creo que la comida me hizo mal, de nuevo” y seguí peinándome… otro cólico como a los 20 minutos… de nuevo como a los 10 minutos y la intensidad entre uno y otro aumentaba…”mmm esto no está bien”…

Mi doula fue unos días antes a casa para que juntas hiciéramos simulacro de parto por lo que tenia bien presente el cómo realizar cada respiración dependiendo de lo intenso de cada contracción, sin embargo, tuve que improvisar debido a que la manera en como estaba sintiendo las contracciones no fue como lo viví en mi parto anterior, así que tuve que cambiar por completo la dinámica de mi respiración. Dejé de lado la respiración de limpieza y tan solo me concentré en la respiración fuerte para dejar que el dolor fluyera y seguir con el proceso.

Al hacer esto pude darme cuenta que cuando sentía el dolor la panza se me ponía dura (es decir, contracción y panza dura se sincronizaban), al percatarme de ello y cuando las respiraciones funcionaron para sentirme mejor caí en cuenta de que mi trabajo de parto se estaba desarrollando.

Llamo a Pá: “Estoy teniendo contracciones, por favor llama a la doctora, espera (respiración…) creo que esto ya empezó”… Mientras entro al baño de mi cuarto siento la panza dura y el dolor llega de nuevo, respiro… veo como la toalla se mueve con mi aliento…siento alivio.

Llamada de Pá: “Sí, espera, te doy el numero de la doctora, espérame (inhalo, exhalo….) es ….. (inhalo, exhalo….)”
Las contracciones son cada vez más constantes, fuertes y pienso “¿cómo era eso de  2-2-10 o no sé que para saber que ya empezaron las contracciones buenas? (o sea esas con las que te aceptan en el hospital y no te regresan). Mejor anoto cada cuanto las tengo y cuanto duran”… mmmm viene otra…. (inhalo, exhalo….) sé que no las puedo parar….mmm no puedo escribir,  (de plano dejo lápiz y papel)…. (inhalo, exhalo….) tan solo puedo pensar que si esto está así, no se como será lo demás “¡Puf! va a estar del terror!” (Ingenuamente seguía creyendo que estaba en la fase inicial del trabajo de parto….)

Lo único que se me ocurre es ir al WC. Escucho que algo cae, no cabe duda que el cuerpo es sabio, debido al dolor de las contracciones no siento ninguna otra parte de mi cuerpo, me asomo y veo el tapón mucoso. (Este tapón mantiene sellado el cuello del útero, al expulsarlo es signo inminente del parto)

Otra contracción, respiro….de repente siento que algo se revienta dentro de mi… pude sentir como se rompió una membrana justo en mi entrepierna en la parte más fuerte de esta contracción…cae agua…”Conque así es como uno ´rompe fuente´…” (en mi primer parto no rompí fuente, y según esto una tiene hasta dos horas para poder llegar al hospital…bueno, no siempre es así)

Llamo a Pá: “Ya rompí fuente”… lo oigo ansioso, apurado, nervioso… siento dolor… (inhalo, exhalo….) me calma escucharlo pero entiendo que no puedo estar con él todo el tiempo, tiene que manejar hasta acá  y lo que menos quiero es que le pase algo ya sea por los nervios, distracción o lo que sea. Colgamos.
“¿Qué hago, voy con mi vecina? ¿Le pido que me acompañe? No, ni me puedo mover.”

Viene otra contracción (inhalo, exhalo…inhalo, exhalo….) contracción fortísima….percibo como el sudor me corre por el cuello, cae por el pecho y llega a mi panza que está completamente dura, mis músculos están contraídos, me descubro apretando mis manos contra el WC, agarro y suelto, agarro y suelto mientras respiro y siento el dolor… (inhalo, exhalo….) “Fuf, terminó”

Puedo descansar un poco, pero ¿cuánto? ¿Un par de minutos? Pensé: “¿Así va a estar esto? ¿Cómo voy a hacer para llegar al hospital? ¿Cómo me voy a mover, cómo me voy a subir al carro? Pts!! El movimiento del carro…. Voy a esperar mínimo media hora más en lo que llega alguien” (Pá ya se había comunicado con mis padres y los suyos, yo me desentendí y tan solo esperaba pero el tiempo se me hacía eterno)

Siento unas ganas inmensas de pujar, pero no quiero hacerlo ya que ello significa que estoy justo pujando para que salga el bebé y no quiero hacerlo, así que decido sólo respirar.
Llamo a Pá: contracción bien requeté fuerte…”(inhalo, exhalo….) necesito que alguien este conmigo (inhalo, exhalo….) ¡¡por favor!!”. Colgamos.

Llama la mamá de Pá: “Ya vamos en camino….”, “Ya arrojé tapón mucoso y rompí fuente”… Colgamos. Creí que al darle mi parte médico se apuraría, pero creo que más nunca supo que significaban esos síntomas.

Después de esta memorable contracción siento como comienzo a abrirme….” (literal: a abrirme) mmmm… “¿¡¡a poco ya estoy coronando!!?” (Es cuando aparece la cabeza del bebé  por el canal del parto)… me levanto del WC, doy unos pasos para tomar un espejo mientras digo en voz alta “No zutanito, espera, no nazcas ahora, espera por favor!!!” coloco el espejo entre mis piernas…veo como me abro y  alcanzo a percibir la cabeza de zutanito (cochino chamaco, ¡no me hizo caso!)

Instintivamente, sin pensarlo, regreso al WC, viene una contracción, una contracción muy, muy fuerte, la ultima contracción… LA contracción… siento mucho dolor…la panza se me pone muy dura pero esta vez como que se estira y se hace hacia abajo, tomo con una mano el filo de la pared que tengo del lado izquierdo y con la otra mano me jalo de la toalla que cuelga de la pared. Siento el dolor más intenso que jamás sentí en la vida, inhalo mientras me jalo con ambas manos y pujo con todas mis fuerzas… sale de mi zutanito y al sentir como llega también percibo como cesa el dolor y el cansancio.

Oigo como mi chamaquito va cayendo al agua, como en cámara lenta y antes de que terminara de caer ya lo estaba agarrando para abrazarlo… no pensé en nada pero sentí todo: era increíble sentir esa bolita de carne en mis manos, morada aún, calientita, resbalosa, chiquito, sentí una enorme ansiedad por verlo a la cara, mirarlo a los ojos, reconocerlo… darle la bienvenida, nombrarlo.  Me pregunto si es normal el color moradito que tiene. Lo  levanto y me percato de que aún tiene agua en la boca… pienso: “¡tiene que llorar! ¿Qué hago?” Lo volteo y le doy unas palmaditas en la espalda…”¡es tan chiquito!”…llora…mi corazón esta a todo…lo volteo y por fin nos vemos a los ojos…nos reconocemos.. sé que él también a su manera me saluda y se sabe bienvenido a este mundo…veo serenidad, mucha serenidad en su mirada e inmediatamente siento una paz muy grande (supongo es lo mas cercano a sentir el amor puro y en su máxima expresión, regalo de como sea que uno le llame: Dios, Universo, Energía….) sus ojos eran grandes, brillantes…todo se detuvo en ese momento y solo estábamos él y yo… reconociéndonos… viéndonos…saludándonos….y sintiéndonos sin palabras de por medio….todo eso en unos cuantos segundos.

Inmediatamente le doy de comer, me lo pego y él comienza a succionar. Nos conectamos…me siento tranquila…llegó mi chamaco y llegó bien, al menos por lo que percibí en esos segundos. Yo sabía que al darle de comer mi cuerpo produciría oxitocina, así la placenta saldría más rápido y mi útero se contraería previniendo una hemorragia. (sí, aunque no lo crean pensé esto)

Tomo la toalla, lo seco, después tomo mi bata y lo envuelvo en ella, trato de que su cuerpo y el mio estén siempre en contacto para mantenerlo calientito.

Llama la mamá de Pá: “Seguimos en camino pero ya no tardamos…” la interrumpo: “Ya nació…¿ puedes llamar una ambulancia?” recuerdo que la voz le tembló….Colgamos.

Llama Pá, no sé que me dice, lo interrumpo: “Ya nació, los dos estamos bien” “¿Cómo que ya nació?… “Sí, estamos bien, por favor vente con cuidado”… Colgamos

Llamo mi mamá: “Mamá, por favor no te espantes, no te pongas nerviosa, pero ya nació!!” “¿Qué? ¿Cómo? Y tu sola?? Ayyy hija pero debí de haberme ido contigo!! ¿Por qué no lo hice?… “Mamá, estamos bien, no te preocupes….Colgamos.

Creo que estuvimos cerca de 20 minutos más solos en casa esperando a que alguien llegara, el fulanito seguía dormido y yo tenía a zutanito entre mis brazos dándole de comer, estaba tranquila sintiendo lo maravilloso de todo el relajo del parto pero sobre todo disfrutando de esa conexión con zutanito. No podía creer, pero en verdad no podía creer nada de lo que pasó, no concebía como minutos antes tuve los dolores más fuertes que sentí jamás en la vida y ahora tan sólo me inundaba una tranquilidad y una paz indescriptible. Estaba embobada viendo a mi hijo desentendiéndome de todos y disfrutando ese momento…

Ahora, después de cuatro meses y de contar esta experiencia un par de veces no puedo evitar el emocionarme hasta las lágrimas. Tampoco puedo dejar de sentir una infinita gratitud hacia la vida y al universo no sólo por dejarme vivir esta experiencia, sino por regalarme (regalarnos) un chamaquito bien sano que ilumina mis días con su presencia (¡¡GRACIAS!!)



La crónica de Pá

  • Martes 10 de enero de 2012
Platicando por la mañana con Má, antes de salir con rumbo al trabajo, me comentó que en la madrugada había sentido cólicos…No le dio mucha importancia, así que yo tampoco se la di…
[Pensé entonces que aun cuando cada embarazo y parto es distinto, que seguramente la “sensación” de las contracciones sería similar; además, faltaban 10 días para la fecha aproximada del parto, y si se adelantaba, seguramente sería una semana o algo así, no más…]
Le comenté que ya sabía que me iba a poner (a vestir) el día que naciera Zutanito, así que por la noche al fin metería mi ropa en la maleta que nos llevaríamos al hospital…
[Ella ya había preparado su ropa y la de Zutanito desde alrededor de un par de semanas antes…Quizás sea una tontería, pero yo no había decidido aún, como lo hice con el Fulanito, como quería recibirlo; parte quizás intrascendente, pero de alguna manera importante para mí, al momento de conocer al fin a mi chamaco y presentarme con él…]
Aproximadamente 1:30pm
Después del medio día hablé con Má, como casi todos los días, para saber cómo estaban ella y los chamacos…Todos bien, sin novedad en el frente…
4:41pm
Recibí una llamada de Má…
            [Algo así como] “Los cólicos han aumentado, habla con la ginecóloga…
La oí respirar algo agitada…
Caí en cuenta que ya estaba haciendo ejercicios de respiración…
Eran contracciones…
Busqué en mi cartera la tarjeta de contacto de la ginecóloga…No la encontré…
            [En realidad no la vi, pues si estaba ahí…el cochino nervio…]
            “No encuentro la tarjeta… ¿Tienes el teléfono?
Má de inmediato buscó el número y me lo empezó a dar…
            “54…espera…pf, pf…
Cada par de dígitos una respiración…
            [“Esto en serio ya empezó…”]
[En algún momento, en esta llamada o en las posteriores, Má me dijo que el Fulanito estaba profundamente dormido, y que no se estaba enterando de qué estaba pasando…]
Colgué y le marqué a la ginecóloga…
            “¿Por qué no vinieron antes…?
            “Porque asumimos que los cólicos no eran de importancia…
            [“Carajo, por qué me regaña…”]
            “Vengan al hospital, los veo aquí…
Vamos para allá…
Colgué y le marqué a mi papá…
[Al trabajar lejos de casa, y al saber que el tráfico sería algo que podría complicar mi regreso a ella, habíamos previsto que mis padres, que viven cerca de nosotros, y/o el papá de Má, que trabaja relativamente cerca, serían quienes podrían asistirnos de manera más inmediata en caso de cualquier novedad…]
            “Pá, esto ya empezó…
Mi papá me empezó a hacer preguntas…Algo decía sobre quién debería ir…
Te estoy hablando a ti para que tu veas eso: ya seas tú, mi mamá o mi hermano [menor, el de en medio no vive en México], que algunos de ustedes vaya, pónganse de acuerdo; yo aún tengo que buscar al papá de Má…
Mi papá me dijo que daría aviso a mi mamá para que fuera a nuestra casa de inmediato…
Colgué y le marqué al papá de Má…no lo encontré; le marqué a la mamá de Má y le pedí que le diera aviso a su esposo…
Avisé en la oficina que me iba…
            “Esto ya empezó…
4:45pm
Recibí otra llamada de Má…
            “Necesito que alguien esté aquí conmigo…No quiero estar sola…
Estaba nerviosa, agitada, con la voz algo quebrada y llorosa…
Colgué y le marqué a mi madre…por algún motivo, marqué al teléfono de su casa y no de su celular…la encontré aún en su casa junto con mi hermano…
            [“¡Carajo!”]
            “¡¿Qué hacen todavía ahí?! ¡Necesito que alguien esté con Má, YA!
[“¡Carajo!”]
Colgué y marqué desde la oficina a la ginecóloga para dejar la línea de mi celular disponible; quería decirle algo a la doctora, no recuerdo qué…
4:46pm
Mientras estaba al teléfono con la ginecóloga recibí otra llamada de Má en mi celular; le pedí a la doctora que me esperara mientras yo escuchaba a Má…
            “Ya arrojé tapón mucoso…
Se lo dije a la ginecóloga…
            [La expulsión marca la inminencia del parto…]
Vengan al hospital de inmediato…
Vamos para allá…
Tomé mis cosas, salí de la oficina y bajé al estacionamiento…
Encendí el coche y tan pronto avance fue evidente que algo estaba mal…
Me bajé y vi que la llanta del lado del conductor estaba ponchada, con el rin casi pegando en el piso…
            [“¡Carajo! ¡¡Carajo!!”]
Después de patear un par de veces la llanta, regresé el coche al lugar que había estado ocupando…
Subí y a la gente de recepción les dije -entre medio vociferando y demandando- que necesitaba de manera urgente un taxi…
            “¡Lo necesito aquí YA!
Fui a entregarle las llaves de mi coche a un amigo de la oficina para que se hiciera cargo de él…
[Mi coche había quedado en frente de otros dos autos, a los que impediría la salida…]
Él me dijo que entre los dos podríamos cambiar rápido la llanta…
Tomamos el elevador para bajar al estacionamiento…
4:53pm
Saliendo del elevador recibí una llamada de Má…
            “Ya nació…
Me paralicé…
            “¡¿Cómo qué ya nació?!
Sentí dolor…una opresión en el pecho, después un vacío, un hueco que crecía ahí…
            [Según me comentó mi amigo de la oficina después, estaba transparente…]
A la par llegaron otras sensaciones: la aflicción, la congoja, la pena, el coraje; de no haber podido estar con Má para acompañarla y apoyarla, de que pasara por eso sola; por no haber estado presente al momento de la llegada de mi chamaco para recibirlo, para [re]conocernos…
Estamos bien, tu mamá ya le habló a una ambulancia…
Lágrimas, muchas lágrimas…
[Mi mamá había estado en contacto con Má mientras iba en camino a nuestra casa…Mi hermano iba manejando y al escuchar en una de las conversaciones que su sobrino ya había nacido pidió una ambulancia…]
            “Vente con cuidado…
En medio de la llamada con Má, y al verme pávido, mi amigo de la oficina me pidió las llevas del coche para empezar a cambiar la llanta…
Hablé de nueva cuenta con la ginecóloga…
¡¿Cómo qué ya nació?! ¿Por qué se esperaron, por qué no vinieron antes?
[“¡Carajo! ¡¿Por qué me regaña?!”]
            “Ya llamaron a una ambulancia, vamos para allá…
Colgué…no recuerdo a quién le marqué, ni con quién hablé…¿Mi papá, mi mamá, mi hermano? A alguien le comenté lo de la llanta de mi coche…Sólo a Má no se lo mencioné…
Cuando bajé al estacionamiento mi amigo de la oficina ya estaba terminando de cambiar la llanta…Me dijo que tomara la llanta ponchada y la pusiera en la cajuela…Me dio la llave y salí con rumbo a casa…
Tan pronto salí del estacionamiento recibí una llamada de mi mamá; al fin había llegado a nuestra casa…Efectivamente ya habían pedido una ambulancia…Me dijo que mejor tomara un taxi (no recuerdo si lo hizo porque supo lo de la llanta de mi coche o porque sabía que estaría nervioso)…
Colgué…avance un poco, me orillé…tenía que desahogarme para poder ir más tranquilo…le marqué a un amigo que ese día iría con una amiga en común a visitarnos a la casa, para decirle lo que había pasado…
[Curiosamente un par de años antes habíamos hablado con él para decirle que no podríamos acompañarlo en su cumpleaños porque nos habíamos estrenado como papás: el Fulanito nació el mismo día que él…]
Después de explicarle lo ocurrido le pedí que sólo me escuchara, necesitaba llorar un momento, desahogarme para realizar el viaje a casa con más calma…
Colgué y seguí mi camino…
En algún momento, sentí angustia…
            “¿Qué día es hoy? ¡Carajo! ¡No sé en qué día nació Zutanito!
[Es absurdo, pero en ese instante me resultaba apremiante saberlo…]
En el asiento del copiloto traía un periódico gratuito de ese día…Al estar lleno de publicidad, no encontré de manera inmediata el dato que buscaba…
            “¡Carajo! ¡¡Carajo!!
Tras manotear unos segundos el periódico, al fin vi la fecha: 10 de enero…
El saberlo de alguna manera me permitió estar más tranquilo…
En todo el camino a casa no aceleré demasiado, pues oía clarito la voz de mi papá: “Uno no debe ‘correr’ cuando trae la llanta de refacción…
En el camino estuve llamando al celular de Má…Al preguntarle si mejor los veía en el hospital, me dijo que la ambulancia no había llegado…Seguí con rumbo a casa…
En algún momento mi mamá y mi hermano fueron quienes contestaron el celular de Má…Le pedí a mi hermano que metiera cualquier ropa para mí en la maleta que llevaríamos al hospital… 
Aproximadamente 5:30pm
Llegué a casa…En la entrada había dos ambulancias, una en contraflujo, otra en el sentido de la calle, el coche de mi hermano, por lo menos una moto atravesada y una persona con una cámara de TV…Tengo idea de que también había una patrulla (de reojo vi una torreta encendida)…
Dejé mi coche más adelante (casi en la siguiente esquina), corrí de vuelta a la entrada de la casa, vi al portero y le encargué el auto…
Al entrar a la portería / recepción se abrió la puerta del elevador: en él venía Má con un par de paramédicos, uno de ellos cargaba a Zutanito…
            “¿Cómo estás? ¿Cómo está Zutanito?
Me sorprendió su serenidad, su entereza…
De repente vi también al papá de Má y al mío…
Como yo no había llegado, el papá de Má iba a ser quien iría con ella en la ambulancia; le tuve que decir un par de veces que sería yo quien los acompañaría…
Mi papá me abordó con preguntas…No recuerdo sobre qué, yo contestaba con monosílabos o de forma cortante…Sólo sé que la última pregunta no se la contesté, pues di un salto para subirme a la ambulancia…
[Ahora supongo que entre lo que me preguntaba es qué harían con el Fulanito…Finalmente mi papá, mi mamá y mi hermano se quedaron en casa con él…]
Mi hermano detuvo a la ambulancia y arrojó en el asiento del copiloto la maleta con nuestra ropa…Partimos con rumbo al hospital…
En la ambulancia de nuevo me sorprendió la serenidad y entereza de Má…Vi por primera vez a Zutanito, de manera muy breve, pues iba arropado por completo en los brazos de Má…Nos fuimos platicando todo el camino, como si nada…En algún momento el paramédico que iba atrás con nosotros describió lo sucedido «parto fortuito…trabajo de parto espontáneo”…
Aproximadamente 6:20pm
Al llegar al hospital el paramédico que iba atrás con nosotros en la ambulancia tomó a Zutanito de los brazos de Má y me lo entregó…
Lo sentí muy ligero…pensé que quizás sería porque estaba acostumbrado a los poco más de 10 kilos que pesaba el Fulanito, pero aún así, me pareció muy liviano…
[Por los ultrasonidos sabíamos que Zutanito venía más pequeño…]
Entramos a Urgencias, a Má se la llevaron a otro piso y yo me quedé abajo con Zutanito…
Algunas doctoras tomaron a Zutanito de mis brazos y empezaron a atenderlo…Lo vi muy pequeñito…A veces él estaba rodeado por un enjambre de médicos, en otros momentos estábamos sólo él y yo…
En algún momento apareció una pediatra que trabaja con el pediatra del Fulanito…Después de inspeccionar a Zutanito y de revisar lo registrado por el resto de los médicos, me dijo que estaba bien pero con muy bajo peso: 1 kilo 190 gramos…
Yo no entendía…
[“¡1 kilo 190 gramos! Eso era muy poco…¡Carajo! ¡¿Qué está pasando?!”]
Se me salieron las lágrimas…lo vi muy pequeñito…no entendía qué estaba pasando…La pediatra me abrazó y me aseguró que todo estaba bien…
Le pregunté a ella si podía ir a ver a Má; ella me comentó que no debía de alejarme de Zutanito hasta asegurarme que le hubieran puesto un identificador…


En algún momento nos quedamos solos de nueva cuenta Zutanito y yo…Lo observé con mucha atención, tratando de detectar y registrar cualquier elemento que me permitiera identificarlo…No encontraba detalle alguno: sin lunares, sin manchas, sin pecas, sin nada…Un bebé…genérico…

De nuevo el dolor: la opresión en el pecho, el vacío, el hueco que crecía ahí…Sentí que al no haber estado presente al momento de su llegada me había perdido ese momento de [re]conocimiento…
En otro momento entraron médicos y colocaron el identificador…Me pidieron hacer el trámite del alta de Má y Zutanito…Al salir de Urgencias me encontré a la mamá y a uno de los hermanos de Má …
Regresando con Zutanito los médicos me dijeron que nos moverían a Neonatología, y cuando nos pusieron en marcha, una enfermera me preguntó si me quería quedar con el pequeño trozo de cordón umbilical con el que había llegado Zutanito al hospital…Mientras caminaba a un lado de la camilla-incubadora le dije que no; ella insistió, volví a decir que no…Subimos a un elevador…
Llegando a Neonatología la pediatra me dijo que esperara en una pequeña sala…Al darme cuenta que mi celular estaba por quedarse sin pila, le marqué de un teléfono fijo a la mamá de Má y me contestó el hermano de Má…Así me enteré que a la mamá de Má le habían dado oportunidad de subir a acompañarla…Marqué a mi casa, donde se encontraban mi papá, mi mamá y mi hermano con el Fulanito…Ellos me hacían preguntas pero yo no podía contestar… Lágrimas, muchas lágrimas…Necesitaba desahogarme…
De repente, en el fondo escuché “2 kilos 190 gramos…” Acto seguido entró la pediatra para decirme que el primer peso del que me habían informado era un error…Me tranquilicé y, una vez estando Zutanito “identificado” y atendido, salí a buscar a Má…
Pregunté en un centro de información con enfermeras sobre dónde se encontraba Má, no encontré respuesta…Decidí buscarla en los cuartos…Para mi buena fortuna la encontré casi de inmediato…Había pasado a quirófano y la habían dormido por completo para hacer una revisión a detalle para asegurarse que la placenta había salido por completo y para coser unos pequeños desgarres…
Me pidieron bajar a realizar un trámite adicional del alta de Má y Zutanito en el hospital…La familia de Má ya estaba abajo (el papá de Má y su otro hermano ya habían llegado) y me estaban apartando lugares en las filas para el trámite del alta…
Aproximadamente 8:30pm
Subí con la familia de Má a la habitación que le asignaron…Hablé con mi familia y, además de finalmente ponerlos al tanto de lo que había pasado, me comentaron que el Fulanito estaba bien y echando relajo con ellos…
Llevaron a Má a la habitación; se veía cansada, pero serena…
Mientras bajé a cenar, los pediatras fueron a la habitación para comentarle a Má que Zutanito estaba bien, aunque pequeño, y que tenía bajos niveles de glucosa…Esto último lo iban a monitorear y nos informarían de los resultados al día siguiente…
  • Miércoles 11 de enero de 2012
La primera visita en Neonatología era a las 9am…Má y yo pasamos a esa hora a  visitar a Zutanito…
Poco después de las 10am el pediatra del Fulanito y de Zutanito llegó a la habitación de Má…Nos informó que Zutanito se iba a quedar hospitalizado: “tiene sus capacidades disminuidas”, dijo…No mantenía por sí mismo niveles aceptables de glucosa, su sangre tenía una densidad más espesa de lo usual y había indicios de una posible infección…Cuando Má preguntó por alguna fecha estimada para la salida Zutanito, el pediatra nos comentó que probablemente el sábado siguiente…
Má estaba entera y decidimos no pasar otra noche más en el hospital con el fin de ir a ver al Fulanito…Optamos por esperar a la visita de las 12pm de Neonatología para ver a Zutanito antes de salir del hospital…Cuando quisimos ingresar, no nos permitieron la entrada y nos pidieron esperar en nuestra habitación a una nueva visita de nuestro pediatra…
Poco después asistió la pediatra para decirnos que a Zutanito le pondrían un catéter, y que por eso no podíamos pasar…
Con el corazón chiquito tomamos una decisión: ir a casa por el Fulanito y pedirle a los papás de Má, que viven cerca del hospital, que nos permitieran quedarnos con ellos con el fin de asistir a todas las visitas de Neonatología que nos fuera posible…

la primer semana de zutanito…



el primer año de zutanito…

el primer año de fulanito y zutanito…

Sigue leyendo ->

Al habla Eva: Martina update

Sé que llevo días sin escribir. No encuentro la fuerza dentro, y se que me repondré y me levantaré y volveremos a ser una familia armoniosa y feliz. Pero me está costando mucho poder caminar de nuevo.
Mientras, el pedazo de mujer que tengo le manda cartas como esta a nuestros amigos. La quiero compartir con vosotros para que sepáis algo más del estado de Martina.
Besos y gracias por estar ahí.
Buenos días,

El día de Reyes lo pasamos en casa, y fue bueno para los niños. Nosotros, a las 13h, tuvimos que pasar el trago de limpiarle la herida del pecho. Menos mal que tomamos la buena decisión de llamar a una enfermera para que nos ayudase, no quiero dar explicaciones de por qué, el que quiera que imagine. La parte buena es que media hora después ella estaba ya calmada y volviendo a jugar con sus nuevos juguetes, como si nada. Otra cosa buena, según la psicologa de Martina en el hospital, es bueno que le duela, porque si no le doliera, sería una herida peor, más profunda.

Ayer fuimos por la mañana a La Paz para que en el hospital de día sedaran a Martina, dejándola completamente dormida, para quitarle las grapas y limpiarle las quemaduras. Parece que por fin hemos conseguido una cierta continuidad con una doctora, aunque aún no canto victoria. Esta mujer, que además tiene muchos años de experiencia, nos da bastante confianza y nos gusta cómo nos habla. Fue ella la que accedió a sedar a Martina para quitarle las grapas, y tiene un trato muy accesible; en definitiva, no da la sensación de que se va a ir corriendo en cuanto estás dos segundos pensando en la siguiente pregunta.


Ella nos dijo que finalmente deciden injertar a Martina en otra herida más. Es una noticia regular. Implica que la quemadura era muy profunda y que su piel no ha conseguido regenerarse por sí sola, que posiblemente haya cicatrices feas, pero que no se puede predecir.

Con todo esto, yo sé que tengo que estar agradecida de la suerte que hemos tenido. De que no se le quemara la cara, ni los ojos, ni su vida esté en peligro. De que todos sus deditos estén sanos. De estar en uno de los mejores hospitales para quemados de España. De tener buenos médicos. De que mi hija haga de esto pronto un capítulo de su pasado y siga adelante. 

La psicóloga del hospital se reunió ayer con nosotros cuando llegamos al hospital de día, y nos volvió a ver después. También estará mañana, cuando ingresemos. Es un apoyo grande para Martina, le habla con mucha claridad y le explica todo con franqueza y sinceridad. Con Jose y conmigo utiliza un tono al que hay que acostumbrarse; parece que nos regaña todo el tiempo, hasta para decir que la miremos a los ojos mientras me sueno los mocos y me limpio las lágrimas, porque según ella en su mirada sólo encontraremos ternura. Da consejos del tipo «tienes que estar bien». Sí, lo sé.

Mañana Martina entra en quirófano a las 8.30, y estará al menos dos días en planta. Hemos preguntado sobre la vuelta al cole, y habrá que esperar al menos 10 días, por el riesgo de infección que implica el injerto. Y después, ir viendo.

Saludos a todos,
Eva.
Sigue leyendo ->

Al habla Eva: Martina update

Sé que llevo días sin escribir. No encuentro la fuerza dentro, y se que me repondré y me levantaré y volveremos a ser una familia armoniosa y feliz. Pero me está costando mucho poder caminar de nuevo.
Mientras, el pedazo de mujer que tengo le manda cartas como esta a nuestros amigos. La quiero compartir con vosotros para que sepáis algo más del estado de Martina.
Besos y gracias por estar ahí.
Buenos días,

El día de Reyes lo pasamos en casa, y fue bueno para los niños. Nosotros, a las 13h, tuvimos que pasar el trago de limpiarle la herida del pecho. Menos mal que tomamos la buena decisión de llamar a una enfermera para que nos ayudase, no quiero dar explicaciones de por qué, el que quiera que imagine. La parte buena es que media hora después ella estaba ya calmada y volviendo a jugar con sus nuevos juguetes, como si nada. Otra cosa buena, según la psicologa de Martina en el hospital, es bueno que le duela, porque si no le doliera, sería una herida peor, más profunda.

Ayer fuimos por la mañana a La Paz para que en el hospital de día sedaran a Martina, dejándola completamente dormida, para quitarle las grapas y limpiarle las quemaduras. Parece que por fin hemos conseguido una cierta continuidad con una doctora, aunque aún no canto victoria. Esta mujer, que además tiene muchos años de experiencia, nos da bastante confianza y nos gusta cómo nos habla. Fue ella la que accedió a sedar a Martina para quitarle las grapas, y tiene un trato muy accesible; en definitiva, no da la sensación de que se va a ir corriendo en cuanto estás dos segundos pensando en la siguiente pregunta.


Ella nos dijo que finalmente deciden injertar a Martina en otra herida más. Es una noticia regular. Implica que la quemadura era muy profunda y que su piel no ha conseguido regenerarse por sí sola, que posiblemente haya cicatrices feas, pero que no se puede predecir.

Con todo esto, yo sé que tengo que estar agradecida de la suerte que hemos tenido. De que no se le quemara la cara, ni los ojos, ni su vida esté en peligro. De que todos sus deditos estén sanos. De estar en uno de los mejores hospitales para quemados de España. De tener buenos médicos. De que mi hija haga de esto pronto un capítulo de su pasado y siga adelante. 

La psicóloga del hospital se reunió ayer con nosotros cuando llegamos al hospital de día, y nos volvió a ver después. También estará mañana, cuando ingresemos. Es un apoyo grande para Martina, le habla con mucha claridad y le explica todo con franqueza y sinceridad. Con Jose y conmigo utiliza un tono al que hay que acostumbrarse; parece que nos regaña todo el tiempo, hasta para decir que la miremos a los ojos mientras me sueno los mocos y me limpio las lágrimas, porque según ella en su mirada sólo encontraremos ternura. Da consejos del tipo «tienes que estar bien». Sí, lo sé.

Mañana Martina entra en quirófano a las 8.30, y estará al menos dos días en planta. Hemos preguntado sobre la vuelta al cole, y habrá que esperar al menos 10 días, por el riesgo de infección que implica el injerto. Y después, ir viendo.

Saludos a todos,
Eva.
Sigue leyendo ->

Monitoras de comedor desalienándose

Según el “Diccionario político” de Haro Tecglen, alienación es un fenómeno por el cual el hombre se convierte en el extranjero de sí mismo, en ajeno a sí mismo… [para que esto se produzca] es preciso que ciertas fuerzas invisibles lo impulsen a este estado fuera de su naturaleza y de sus intereses hacia otros que no son los suyos, pero que ellos creen que lo son. Véase a la cajera del Mercadona enfrentándose a los compañeros del SAT que estaban expropiando carros llenos de comida.

El concepto de alineación presupone la existencia de una naturaleza humana, una forma de ser primigenia de la que nos arrancan a la fuerza. La naturaleza tiene mala prensa, huele a reacción. Pero hagamos una enumeración rápida de las virtudes de la infancia: espontaneidad, sinceridad, juego, imaginación, presencia, hegemonía de los deseos, rechazo al control… Todas ellas virtudes incompatibles con el estado de cosas de la Dominación. Y, hay que decirlo, virtudes muy respetables. Por eso la alienación se da desde el comienzo y en todas partes. Tiqqunlo dice así:

Cada cuerpo, para llegar a ser sujeto político en el seno del Estado moderno, debe pasar por el proceso de fabricación que lo convertirá en tal: debe comenzar por dejar de lado esas pasiones, impresentables, sus gestos, irrisorios, sus inclinaciones, contingentes, y debe dotarse en lugar de esto de intereses, que son con certeza más presentables y hasta representables. Es así por tanto que cada cuerpo, para llegar a ser sujeto político, debe empezar por proceder a su autocastración en sujeto económico.

De tal forma que, extirpadas las gónadas, como dijo Guy Debord, en ninguna parte existe el adulto dueño de su vida. De nuevo la cajera de Mercadona.

Fue Marx el que popularizó el término de alineación. Para Marx, el quid de la cuestión estaba en el trabajo y, en concreto, en la división del mismo. Al encargarse de una parte del trabajo, la persona deja de participar de la actividad total de la sociedad. La sociedad pierde su carácter humano pero no porque el trabajo esté dividido sino por la mera existencia del trabajo. No hay que trabajar. Hay que negarse a realizar las tareas que otros nos asignan: recordemos al niño peleando como gato panza arriba para no madrugar o para no hacer los deberes.

Pero, en fin, las cosas son como son y hay que trabajar. Hay que dar gracias si tienes un trabajo es la nueva frase de moda. El colmo de la alienación es desear un trabajo a toda costa, sean cuales sean las condiciones. Sin embargo, hay vida ahí fuera. Que se lo digan si no a las monitoras de comedor deAragón, que están dando un ejemplo emocionantísimo con su huelgaindefinida.

Las monitoras han abucheado a la consejera de Educación, Dolores Serrat

Las monitoras de comedor suelen responder a dos perfiles: chicas jóvenes que están terminando la carrera o madres de familia que trabajan algunas horas a la semana para sacarse un dinero. Se trata de un trabajo complicado y poco valorado. Hacer que los 15 ó 20 niños a tu cargo se coman toda la comida y no armen mucho revuelo es misión casi imposible. Cobran un sueldo ridículo y deben soportar que otras madres les exijan que consigan lo que ellas no pueden: que sus hijos se coman la verdura, el pescado, la fruta… Tienen contratos precarios y viven en la cuerda floja laboral. Sobre el papel, no son un colectivo con muchas papeletas para llevar a cabo una huelga indefinida. Pero ahí están, dándole en los morros a tanto trabajador pusilánime que hay por ahí suelto. De hecho, le están echando tanto valor que hasta están desobedeciendo los servicios mínimos. Tal vez estén formulando un nuevo lema a tener en cuenta: Lucho por un trabajo mejor porque el trabajo que tengo es tan horrible que no me importa perderlo. Dignidad es la palabra.

PD: La excusa más habitual para no ir a la huelga es el dinero. Enmarquemos este argumento en un par de citas. La primera es de Marx: La necesidad del dinero es pues la verdadera necesidad producida por la economía política, y la única necesidad que ella produce. Autocastrados, aceptamos trabajo a sueldo de quien se tercie porque nos han metido a fuego en el cerebro que el dinero es imprescindible y por ese mismo dinero asumimos cualquier imposición laboral. Algunos círculos no serán perfectos pero les falta poco. La segunda cita es de Hegel, al que recurren los franceses de Tiqqun para decir que el dinero es la vida de lo que está muerto, moviéndose en sí misma. Las monitoras de comedor de esta historia podrán acabar en el paro o ganar la batalla pero, sea como sea, están vivas, por fin.
Sigue leyendo ->

Cuestión de corbatas

En una entrevista radiofónica, dijo José Saramago que, en cuestión de corbatas, era implacable. Gran frase, sí señor. Pero hay que mostrarse reticente con el escritor portugués. Sus simpatías hacia el Partido Comunistas eran algo antipáticas. El PC, cualquiera que fuera su tercera sigla, B de Bolivia, E de España, F de Francia, etcétera, ha sido siempre un partido templado, pactista, ávido de poder, contrarrevolucionario a fin de cuentas y, por tanto, de derechas. Saramago, como escritor, tiene algo de todo eso. Forzó un poco el estilo al introducir los diálogos en el mismo párrafo de la narración, acabó, felizmente, con los guiones de las conversaciones entre personajes. Pero nada más. Con ese solo efecto especial, con una sola innovación, se sintió satisfecho y la repitió hasta el aburrimiento total. Sus libros acabaron pareciéndose demasiado los unos a los otros. Pero respetaba las corbatas y eso habla bien de él.


Mayakovsky, futurista ruso, poeta, pintor, soldado de la revolución, también apreciaba el valor de las corbatas. En sus memorias escribe: Por lo tanto, lo más notable y más hermoso de un hombre es su corbata. Él se hizo una con una cinta amarilla de su hermana. Me gustaría dedicarle un post al ruso, así que no diré mucho más. En todo caso, es interesante señalar que si bien Mayakovsky participó en la revolución rusa, con versos y balas, acabó peleando contra el estalinismo y su burocracia inhumana. Su última obra de teatro estrenada, “El baño”, va de eso.


Durante el siglo XIX, el dandi era un francotirador, un tipo que abofeteaba a la sociedad conjuntando prendas de forma inaudita, caminado con altivez, despreciando el trabajo asalariado… Elegancia e individualidad contra sumisión y abovinamiento. Pero a las personas les gusta juntarse entre ellas. El amor está en el aire. La bohemia, borracha pero bien vestida, aunó subjetividad y grupo. Ahí está, sin ir más lejos, Julio Camba.


A los 16 años se escapó de casa para no ingresar en el seminario, se escondió en un barco atracado en Vigo y acabó en Buenos Aires, tratando con grupos subersivos. Allí conoció a un tal Orsini, pero no el de las bombas sino el de las corbatas. 


Orsini era un anarquista italiano, barbudo, gordo y jovial que puesto que tenía apellido de terrorífico, no le quedó más remedio que hacerse anarquista. Su padre era un burgués cualquiera empeñado en que su hijo fuera un hombre de provecho. Le puso una tienda de comestible y, en cierta ocasión, le hizo llegar un paquete de corbatas rojas, todas iguales, para que las vendiera y se ganara el jornal. Orsini las repartió entre sus amigos. La policía creyó que se trataba de algún tipo de contraseña entre ellos. Más de uno, anarquista o no, fue detenido e interrogado por llevar una elegante corbata roja.



Con Dadá, el dandismo dejó ser cosa de solitarios, y se convirtió en consigna de la banda (o movimiento supraindividual). Dadá pretendía acabar con todo y estaba dispuesto a rellenar su arsenal con lo que hiciera falta, ya fuera una letra, un fonema, una máscara o una corbata (Dadá es la conciencia del mundo y la conciencia del mundo recurre a cualquier forma para asestar sus golpes). Así lo dice Richard Huelsenbeck en su “Avant Dadá”: El dadaísta ha retirado su mirada de la lejanía y le importa poseer unos zapatos bien ajustados y un traje impecable.


La revolución irá bien vestida o no será.  
Sigue leyendo ->

20 consejos para comenzar el Nuevo Año

Añadir leyenda

¿Ya hicieron su lista de resoluciones para el año nuevo?

Les confieso que Yo no. Ya tengo bastantes presiones diarias como para echarme encima mucha más. En su lugar, preparé una lista de veinte (20) consejos para disfrutar la vida*, que les entregué a mis hijos para que esta sea su guía en este nuevo año, y toda la vida,  y sean algo así como sus “resoluciones”.

 

Denle una miradita y traten de identificar aquellas cosas que estamos dejando de hacer y que pudieran darnos algo de las riquezas que la vida tiene para nosotros.

 

1-      Escucha buena música todos los días, es auténtico alimento para el alma.

2-      Al despertar cada mañana, hazte un propósito para el día.

3-      Vive con las tres E’s: energía, entusiasmo y empatía.

4-      Juega más que el año pasado.

5-      Lee más libros que el año pasado.

6-      Sueña más mientras estás despierto.

7-      Siéntate en silencio por los menos 10 minutos cada día y medita.

8-      Contempla la naturaleza al menos una vez al día y date cuenta de la majestuosidad del mundo que te rodea.

9-      Trata de hacer reír a por lo menos tres personas cada día.

10-   No dejes pasar la oportunidad de abrazar a quienes amas.

11-   Sonríe y ríe más.

12-   La vida es una escuela y estás aquí para aprender. Los problemas son lecciones y lo que aprendes de estos es para toda la vida.

13-   La vida es muy corta como para perder el tiempo odiando a alguien.

14-   Haz las paces con el pasado y así no arruinará tu presente.

15-   Nadie está a cargo de tu felicidad excepto tú mismo.

16-   No tienes el control de todo lo que te sucede, pero sí de lo que haces con ello.

17-   Aprende algo nuevo cada día.

18-   La envidia es una pérdida de tiempo; tú ya tienes todo lo que necesitas.

19-   Al acostarte en la noche da gracias por lo recibido y logrado en el día.

20-   Disfruta el viaje. Solo tienes una oportunidad.

 

 Ahí los tienen. Sáquenle el máximo y sean felices.

Aprovecho para darles las gracias por leerme, seguirme y  apoyarme durante este año.

 

*Estos consejos los he sacado de: La vida, mi esposa, mis padres, mis amigos, compañeros de trabajo, de la Iglesia, del facebook (jeje), en fin, que de todos he sacado un poquito.

Sigue leyendo ->

20 consejos para comenzar el Nuevo Año

Añadir leyenda

¿Ya hicieron su lista de resoluciones para el año nuevo?

Les confieso que Yo no. Ya tengo bastantes presiones diarias como para echarme encima mucha más. En su lugar, preparé una lista de veinte (20) consejos para disfrutar la vida*, que les entregué a mis hijos para que esta sea su guía en este nuevo año, y toda la vida,  y sean algo así como sus “resoluciones”.

 

Denle una miradita y traten de identificar aquellas cosas que estamos dejando de hacer y que pudieran darnos algo de las riquezas que la vida tiene para nosotros.

 

1-      Escucha buena música todos los días, es auténtico alimento para el alma.

2-      Al despertar cada mañana, hazte un propósito para el día.

3-      Vive con las tres E’s: energía, entusiasmo y empatía.

4-      Juega más que el año pasado.

5-      Lee más libros que el año pasado.

6-      Sueña más mientras estás despierto.

7-      Siéntate en silencio por los menos 10 minutos cada día y medita.

8-      Contempla la naturaleza al menos una vez al día y date cuenta de la majestuosidad del mundo que te rodea.

9-      Trata de hacer reír a por lo menos tres personas cada día.

10-   No dejes pasar la oportunidad de abrazar a quienes amas.

11-   Sonríe y ríe más.

12-   La vida es una escuela y estás aquí para aprender. Los problemas son lecciones y lo que aprendes de estos es para toda la vida.

13-   La vida es muy corta como para perder el tiempo odiando a alguien.

14-   Haz las paces con el pasado y así no arruinará tu presente.

15-   Nadie está a cargo de tu felicidad excepto tú mismo.

16-   No tienes el control de todo lo que te sucede, pero sí de lo que haces con ello.

17-   Aprende algo nuevo cada día.

18-   La envidia es una pérdida de tiempo; tú ya tienes todo lo que necesitas.

19-   Al acostarte en la noche da gracias por lo recibido y logrado en el día.

20-   Disfruta el viaje. Solo tienes una oportunidad.

 

 Ahí los tienen. Sáquenle el máximo y sean felices.

Aprovecho para darles las gracias por leerme, seguirme y  apoyarme durante este año.

 

*Estos consejos los he sacado de: La vida, mi esposa, mis padres, mis amigos, compañeros de trabajo, de la Iglesia, del facebook (jeje), en fin, que de todos he sacado un poquito.

Sigue leyendo ->

Presentación de Ludica Mundi

No quería acabar el año sin presentar el proyecto con el que comencé. Fue el día 2 de enero cuando me juntaba con un buen amigo para hablar y soñar un proyecto que conjugara dos elementos que son muy importantes en nuestros momentos vitales: lo lúdico y lo educativo. Ambos pensamos que el juego y la diversión tienen que ser los motores que llevan a los niños a aprender, a desarrollar sus inquietudes, en definitiva, a CRECER. Además, vemos que en el sistema educativo que conocemos, tanto en infantil, en primaria, como en secundaria, hace falta dejar atrás el modelo de aprender conceptos (muchas veces, basado en la memorización) para trabajar un desarrollo mucho más integral de la persona, un aprendizaje que potencie las capacidades y habilidades de cada niño.
Después de muchas reuniones y juegos, con un grupo de personas que llegamos a 15 y finalmente nos quedamos en 4, se hace realidad una parte del proyecto, con la presentación de la página web de Lúdica Mundi (www.ludicamundi.es). Por una parte, arrancamos con un blogdónde iremos contando experiencias y lanzando ideas sobre el juegoy la educación, un tema que nos apasiona y sobre el que queremos investigar, aprender y desarrollar.

A su vez, también hemos creado una tienda on-lineque ofrecerá los juegos de mesa que, después de una gran selección, hemos pensado que son los mejores que podíamos encontrar para empezar. Seguiremos buscando y probando nuevos juegos para ir ampliando esta selección inicial.

Espero que os interese y disfrutéis tanto como nosotros, y que os paséis por el blog para comentar los juegos que os han sorprendido.

Miguel Ángel dijo una vez: “El mayor peligro para la mayoría de nosotros no es que nuestras aspiraciones sean muy altas y las desaprovechemos, sino que son demasiado humildes y las alcanzamos”. Tenemos que aspirar alto y estar decididos a lograrlo.

¡Muchas suerte para el año 2013 que comenzamos!

Sigue leyendo ->

Presentación de Ludica Mundi

No quería acabar el año sin presentar el proyecto con el que comencé. Fue el día 2 de enero cuando me juntaba con un buen amigo para hablar y soñar un proyecto que conjugara dos elementos que son muy importantes en nuestros momentos vitales: lo lúdico y lo educativo. Ambos pensamos que el juego y la diversión tienen que ser los motores que llevan a los niños a aprender, a desarrollar sus inquietudes, en definitiva, a CRECER. Además, vemos que en el sistema educativo que conocemos, tanto en infantil, en primaria, como en secundaria, hace falta dejar atrás el modelo de aprender conceptos (muchas veces, basado en la memorización) para trabajar un desarrollo mucho más integral de la persona, un aprendizaje que potencie las capacidades y habilidades de cada niño.
Después de muchas reuniones y juegos, con un grupo de personas que llegamos a 15 y finalmente nos quedamos en 4, se hace realidad una parte del proyecto, con la presentación de la página web de Lúdica Mundi (www.ludicamundi.es). Por una parte, arrancamos con un blogdónde iremos contando experiencias y lanzando ideas sobre el juegoy la educación, un tema que nos apasiona y sobre el que queremos investigar, aprender y desarrollar.

A su vez, también hemos creado una tienda on-lineque ofrecerá los juegos de mesa que, después de una gran selección, hemos pensado que son los mejores que podíamos encontrar para empezar. Seguiremos buscando y probando nuevos juegos para ir ampliando esta selección inicial.

Espero que os interese y disfrutéis tanto como nosotros, y que os paséis por el blog para comentar los juegos que os han sorprendido.

Miguel Ángel dijo una vez: “El mayor peligro para la mayoría de nosotros no es que nuestras aspiraciones sean muy altas y las desaprovechemos, sino que son demasiado humildes y las alcanzamos”. Tenemos que aspirar alto y estar decididos a lograrlo.

¡Muchas suerte para el año 2013 que comenzamos!

Sigue leyendo ->

Sin dejar de sonreír

Queremos reír, reír y hacer lo que nos manden los instintos.

(Panfleto contra la concepción de la vida en la República de Weimar, Raoul Hausmann)


(Graffiti en una ciudad alemana)







(Canción de la película Annie, John Huston)


Hoy todo debe ser serio, la política en primer lugar, la vida cultural y universitaria en segundo lugar. La adustez ceremonial de los hombres públicos es constatable por doquier; la norma excluye el humor y su correlato: la risa estridente. Los políticos, los hombres de cultura, los intelectuales deben mostrar su consistencia dejando traslucir su seriedad fundante.

(«Espíritu de la pesadez, espíritu de la risa», Ángel Ganivet; citado por Quico Rivas en «Ciscarse de la risa» – Vacaciones en Polonia nº5)

Cafe frío,

sin dejar de sonreír

Sin azúcar,

sin dejar de sonreír

Agua sucia,

sin dejar, sin dejar de sonreír.


De un solo trago,

y sin dejar, sin dejar de sonreír,

sin dejar de sonreír.


Machacando,

sin dejar de sonreír.

Deshuesando

sin dejar de sonreír.

Con esmero

y sin dejar, sin dejar de sonreír.


Canibalizando,

sin dejar, sin dejar de sonreír,

sin dejar de sonreír.


Serpientes,

sin dejar de sonreír.

Con argucias,

sin dejar de sonreír.

Con veneno,

sin dejar, sin dejar de sonreír.


El domingo por la mañana,

elegante voy a la iglesia.

Con olor a hierro, con olor a sangre,

con olor a carne abierta


El domingo por la mañana,

elegante voy a la iglesia.

Con olor a hierro, con olor a sangre,

con olor a carne abierta.


(Sin dejar de sonreír, Surfin´Bichos)


(César Romero caracterizado como el Joker)

Sigue leyendo ->

¡ALFON LIBERTAD!


En Espinardo, los muros lo tienen claro.

COMUNICADO DE LA ASAMBLEA 15M ESPINARDO EXIGIENDO LIBERTAD PARA ALFON

La mañana del 14 de noviembre, Huelga General, Alfonso Fernández Ortega, conocido como Alfon, fue sorprendido por varios hombres que lo llevaron a la fuerza al interior de un coche. De allí lo condujeron a una habitación llena de cerrojos donde le hicieron toda clase de preguntas y le contaron historias fantásticas sobre él mismo. Algunos días después, lo trasladaron a un gran edificio y le dejaron caer encima el terrible peso de cuatro siglas: FIES.
Algunos de los hombres que intervienen en el párrafo anterior llevan uniforme de policía, otros de jueces, es probable que alguno lleve bata blanca de psicólogo, tal vez salga hasta un educador. Todos representan al Estado opresor, perdón por la redundancia, que ha encarcelado a Alfon acusándolo de llevar una mochila con material para fabricar explosivos. En la mochila no se han hallado las huellas de Alfon, que no llevaba guantes en el momento de su detención. El montaje policial para incriminar a Alfon salta a la vista. Es uno más de una larga historia llena de ejemplos (como el de la barcelonesa Laura Gómez, detenida en relación a la anterior Huelga General).
El Estado manda un mensaje a través del encarcelamiento de Alfon. Es un mensaje de matón: Aquí mando yo y no dejaré que me toquéis las pelotas más de lo que me dé la gana. El Estado elige a una persona al azar, la señala con el dedo y deja caer sobre ella todo el poder de su absurdo. Detenido por las razones que ellos precisen, sin necesidad de que se ajusten a la realidad o al marco legal (no se puede, por ejemplo, pedir prisión preventiva por motivos como la «alarma social» y así se ha hecho en el caso de Alfon). El Estado es dueño y señor de nuestras vidas, o eso pretende, y quiere ponerlo de manifiesto con estos actos kafkianos. A esto en la prisión se le llama indefensión aprehendida: te puede pasar lo que sea en el momento que sea sin que tú puedas hacer nada en un sentido o en otro.
El Estado se está cebando con Alfon. La prueba está en que se le haya aplicado la situación de preso FIES (ficheros de internos de especial seguimiento). Se trata de un régimen de aislamiento aplicado a presos relacionados con terrorismo o grandes delitos. Alfon puede llegar a pasar en su celda 23´5 horas al día y solo dispone de media hora para pasear por un patio, posiblemente cerrado en el techo con una reja. Ahora, incluso, se le ha amenazado con el traslado a Canarias. Si bien esto puede parecer una salvajada, desde la lógica del Estado es más que razonable. Al fin y al cabo, para el Estado no hay delincuente más peligroso que aquella persona que desea y actúa por un mundo nuevo.
La crueldad que el Estado está soltando sobre Alfon se extiende, en formas diversas, sobre las personas y colectivos en lucha. Ahí están las palizas policiales, las identificaciones, las multas (que ahora llegan a casa tras una simple identificación visual: que un poli diga que estabas en el sitio que sea es más que suficiente), contradenuncias a los que llevan a juicio a los policías torturadores… Nos quieren en silencio, dóciles, acobardados.
Pensamos en Alfon y se nos vienen a la cabeza las revueltas londinenses del verano de 1780. Una turba de miles de personas, hartas de malvivir, se lanzan a la calle dispuestas a acabar con la esclavitud y los privilegios. Seis de los siete presidios de Londres son destruidos y arden bellamente. Antes, las revueltas son inteligentes, se ha liberado a los prisioneros. No es probable que algo parecido ocurra aquí y ahora y la prisión de Soto del Real, nos tememos, seguirá intacta. En todo caso, acudiremos a la concentración convocada el próximo 28 de diciembre a las siete de la tarde frente a la Delegación del Gobierno (a.k.a. Gobierno Civil) exigiendo LIBERTAD PARA ALFON.
Animamos a todas las personas que lean esto a que difundan la situación de Alfon y se unan a la lucha por su libertad que, al fin y al cabo, también será la nuestra.
¡¡LIBERTAD PARA ALFON!!

¡¡ABAJO LOS MUROS DE TODAS LAS PRISIONES!!

Asamblea 15M Espinardo
Sigue leyendo ->

Asaltar los diccionarios

Que las palabras puedan tener efectos mágicos es algo que se puede discutir pero no negar de entrada. Un niño lo sabe bien, le basta con decir en cualquier momento HIJO DE PUTA, CABRÓN o, simplemente, MIERDA  para que todo el mundo le preste atención, buena o mala pero atención al fin y al cabo. Los que ponen bombas confían en la metralla y el fuego pero no pueden evitar acompañarlas de un comunicado. La belleza y la conmoción de los comunicados de la Angry Brigade explotan más que las bombas que pusieron (*). Los que lanzan misiles también recurren a las palabras y se inventan sucias expresiones como «víctimas colaterales». Sus macabras manipulaciones nunca serán hermosas, alguna maldad será siempre horrible.



Dadá comprendió el poder de las palabras y, especialmente, su sumisión, de ellas, al Poder. Dadá era una fuerza anticivilizatoria que llegó a este mundo para acabar con todo, para ser amigo de todo látigo que azote al hombre sentado. Dadá dijo que era necesario oponerse al arte porque entendió que su engaño era una válvula de escape de seguridad moral. El arte como cómplice del sistema debía ser derruido, al igual que el propio sistema. Y las palabras eran parte esencial del arte.


Así, llevaron a cabo poemas fonéticos como los de Hugo Ball o poemas letristas como los de Raoul Hausmann. 

Del primero:

Gadji beri bimba
plandridi lauli lonni cadori
gadjama bim beri glassala
Glandradi glassla tuffm i zimbrabim
blassa galassasa tuffm i zimbrabim

Del segundo:

KP´    ERI     UM´    LP´    ERIOUM
NM´      PERIII        pernoumum
bpretiberrerrebee onnooooooooooh gplanpouk
komnpout   perikoul
rreeeeeEEEErreeeee      A
oapderre     mglpepadonou   mt    nou
         tnoumt

Con estos poemas sonoros queremos renunciar al lenguaje devastado y vuelto imposible por el periodismo. Deberíamos retirarnos a la alquimia más profunda de la palabra e, incluso, abandonar la palabra, reservando así a la poesía su dominio más sagrado…


Mustapha Khayati, miembro de la Internacional Situacionista y, por tanto, descendiente directo de Dadá, escribió un artículo titulado «Las palabras cautivas, prefacio para un diccionario situacionista» en el que decía cosas como: Cuando el poder economiza el uso de sus armas, es al lenguaje a quien confía la responsabilidad de mantener el orden opresor o La crítica del lenguaje dominante, su desvío, va a convertirse en la práctica permanente de la teoría revolucionaria. También calificaba a nuestros adversarios como los amos del Diccionario.

Para los situacionistas, teoría y práctica eran lo mismo. Dadá reclamó la lucha por la vida cotidiana (¡¡¡DADÁ ESTÁ POR LA PROPIA VIDA DE CADA UNO!!!). Teniendo en cuenta todo esto, además de la máxima dadaísta de que cualquier puede ser dadaísta, propuse dedicar una sesión con el grupo de mujeres con el colaboro una vez a la semana a destruir el diccionario, nuestro pequeño acto de rebeldía cotidiana. Elegimos palabras al azar, palabras raras y jugamos a inventarnos su significado.

Algunos resultados:

Lampo: Interjección que se grita antes de abofetear a alguien. / Campo grande donde la gente va a descargar su furia.

Gnóstico: Persona diplomática y recta.

Rearme: Prenda de ropa interior que se pone el hombre en Nochebuena. / Enredadera gigante.

Azafate: Azafata pequeña.



(*) En los comunicados de la Angry Brigade, nuestra rabia está organizada, se podían leer cosas como: Hermanos y hermanas, ¿cuáles son vuestros deseos reales? ¿Estar sentado en la cafetería, con la mirada distante, vacía, aburrida, bebiendo un café que no sabe a nada… o quizás volarla o pegarle fuego. (Ninguna de sus bombas mataron a nadie: Atacamos la propiedad, no a la gente.)

Sigue leyendo ->

Tres paseos psicogeográficos


(En el nº1 de «Internationale Situationiste», se incluye un artículo titulado «Definiciones». Ahí se puede leer lo que es la deriva y lo psicogeográfico:

Psicogeográfico. Relativo a la psicogeografía. Lo que manifiesta la acción directa del medio sobre la afectividad.


Deriva. Modo de comportamiento experimental ligado a las condiciones de la sociedad urbana: técnica de paso ininterrumpido a través de ambientes diversos.)


Primer paseo. Estábamos con mi hermana y mis dos sobris y nos fuimos a pasear por el centro de Murcia. Al acercarnos a la Avenida de la Libertad, donde está El Corte Inglés, uno de ellos, se nos empezó a encoger el estómago. Un paseo realizado una y mil veces nos sorprendía con un pellizco de miedo. Algunas sensaciones tienen mala fama y se ocultan pero lo que sentimos, entre otras cosas, fue miedo. Y es que recordamos lo que pasó el día de la última Huelga General y la carga de la policía contra unos pocos compañeros que se habían quedado charlando en la puerta de los malditos grandes almacenes. Por supuesto que había más sentimientos, como rabia, pero el miedo está ahí, lo aceptemos o no. 


En la Avenida de la Libertad hay un efecto psicogeográfico que ya viene siendo un clásico. Cuando la remodelaron, colocaron un par de zonas de juegos infantiles con un rollo muy pijo. Y la gente que va allí cumplen con el papel que se espera de ellos y van vestidos de pijos, se comportan como pijos, hablan como tales. La conciencia de clase nos brota a lo loco cuando estamos en esos parques. Y, en este caso, no es precisamente miedo lo que sentimos.


Segundo paseo. A mediados de diciembre, nos dimos un paseo por Albacete. En este caso practicamos la deriva. Pero no sucedió nada. La ciudad parecía muerta, no transmitía nada. Si hubiera pasado por allí Jack Hawksmoor, el personaje de The Authority que habla con las ciudades, se hubiera muerto de aburrimiento. Tal vez si nos hubiéramos decidido a seguir la ruta de belenes la cosa hubiera sido distinta.



Tercer paseo. Volvíamos de Historietas. Este dato no es banal. Primero porque Historietas mola, my favourite shop, y segundo porque acababa de comprar el último disco de Los Marañones, que también mola. Era el 21 de diciembre, supuesto fin del mundo. Estaba ya oscuro y, de repente, se fue la luz en buena parte de la ciudad. Caminar por la ciudad entre una oscuridad inesperada dispara los efectos psicogeográficos. Los comentarios que se oían eran todos en el mismo sentido: fin del mundo, fin del mundo. Mis sensaciones tuvieron que ser moduladas con cierta calma porque iba con los dos hijos y se agobiaron. Mientras mis hijos se apresuraban por llegar al coche y la gente se acordaba de los mayas, yo imaginaba tantas y tantas posibilidades que ofrece la ciudad a oscuras.

Paris by Night, Asger Jorn


Sigue leyendo ->

Martina. A flor de piel.

La vida nos da pocas treguas. El 20 de Noviembre Guzmán tomó su última pastilla y soñábamos con pasar unas navidades tranquilas, en familia, relajadas. Hacíamos nuestros planes para algo tan sencillo o complicado como estar los 4 juntitos, yendo al teatro, viendo las luces por la calle, tragándonos alguna peli navideña… disfrutando de las comidas, las cenas, los amigos, los reyes… 

El pasado 15 de diciembre, en una jornada de puertas abiertas en el colegio de los peques y donde Eva es maestra, un lamentable accidente debido a una enorme negligencia, evitable, se llevó de por medio nuestros planes y el 15% de la piel de mi hija con quemaduras de 2º grado. Su cuerpecito se llevó el impacto del todo el agua y la cera caliente de una enorme cacerola que deshacía cera al baño maría.

Sí, no tenía que haber ocurrido a ningún niño, y ocurrió. Podía haber sido cualquier niño, y fue Martina, nuestra valiente hija, que durante 2 años nos acompañó en la lucha contra la leucemia de su hermano.

En la vida podré olvidar la escena que contemplaron mis ojos cuando entré un minuto y medio después del accidente. Es muy doloroso que la peor situación que contemplas en tu vida, la más desgarradora y escandalosa a los ojos, sea con tu propia hija.

Pecho izquierdo, todo el estómago, antebrazo izquierdo, ambos muslos, anverso y reverso, mano derecha, barbilla.

Me duele profundamente decir o tener que pensar, que tenemos que estar contentos de que mi hija tuviese esos 20 cm. más de altura que la salvaron de que su cara o su visión quedaran marcadas para toda la vida. Jode mucho y duele mucho tener que estar contento por algo así.

Llevamos desde ese día en el hospital. Su sonrisa tardó en aparecer después de un primer día entre “¿voy a curarme? ¿me va a doler más?”… pero a las 24h. apareció. Una mezcla de su valor y de esa niña siempre buena que ha sido.

Desde entonces hemos convivido de nuevo entre el hospital con ella y Guzmán en casa. De nuevo la vida rota en dos familias en una.

Lágrimas, vendas, incertidumbre ante el posible injerto o no, visitas de amigos sin palabras e incomprensión ante lo sucedido, ira, rabia, dolor, miradas de extrema profundidad para una niña de 7 años, cuarto de tortu… de curas, gritos desgarradores, foto de su cuerpo, vista de su cuerpo en directo, desazón, desolación, vendas que despacito van desapareciendo, primeros pasos en la habitación, lágrimas y más lágrimas, pena, sonrisas increíbles de Martina, tocar fondo, despeinado, desencajado, reiki, imanes, Noche no precisamente ”buena”, familia arropando, más amigos, mails, wazzups, llamadas, apoyo, esperanza, menos vendas, más piel en carne viva, no aceptación, aprendizaje de palabras que desearía no conocer (“escaras”), cremas, temblores, picores, lágrimas, noches de insomnio, desolación, mucho más fondo, aceptación de la cirugía, fecha para la cirugía, preocupación por futuro apoyo psicológico para Martina, preocupación por las marcas imborrables que dejará en lo operable y lo no operable, búsqueda de la positividad…

Mi vida, mi amor, mi pequeña…

Hoy la operan por la mañana, durará una hora, le harán un injerto de piel en su antebrazo izquierdo. Y allí estaremos, esperando a ver su carita con sonrisa al salir.

Me jode, me jode enormemente que la vida haya puesto esto delante de nosotros cuando no habíamos empezado a disfrutar de la tranquilidad, de la normalidad.
Me jode que se haya cebado con mi princesa, mi chiquitita, mi niña.
Me jode estar tan abatido y tener que positivar y levantar la cabeza. Ya lo hice, y la vida me acaba de golpear con algo tan salvaje como esto.
Es cierto que la vida de Martina no está en riesgo, que por 20 cm. su rostro se ha salvado, que es algo que se cura aunque lleve un tiempo… Pero no consuela.
Y me jode tener que pensar en ello.
Es cierto que desgraciadamente tengo a gente cerca que cambiaría su situación por la mía y eso me hace sentir culpable. Y no me gusta sentirme así.
Y es cierto que hablando de culpabilidades, también me las echo por no haber estado ahí, junto a ella… donde debía de estar… con mi niña… no hubiera pasado… jamás.
Me jode ver una mirada de profundo abatimiento en los ojos de mi niña, de sólo 7 años, que no le corresponde.
Me jode que un enfermero nos amenace con “perder la habitación con cama” porque su hermano después de 2 años de quimio la visite porque allí no puede haber niños.
Me jode tener que llevar a Guzmán hoy a la revisión del endocrino y tener que dejar a Martina en otro hospital.
Me jode que después de pensar hace 2 años que no viviría unas navidades peores, ahora la vida nos regale estas.
Me jode pensar en para qués, en causalidades, y en que esto también se transformará en algo positivo. ¡Claro que lo hará! Pero me jode tanto, tanto, tanto. que no quiero asumir ahora mismo esa actitud.

Ojalá las lágrimas curasen las heridas, ojalá la calma apareciese siempre después de la tempestad, ojalá la vida fuera justa con quienes tratan de afrontarla en positivo…

Ojalá.

Me levantaré. Andaré. Andaremos. Y las marcas que nos deje la vida solo servirán para recordar lo que hemos superado. Seguro. Esto también pasará.

Pero hoy, dormiré una vez más recostado junto a la pared de piedra de aquí abajo, en el fondo del pozo. De donde no me apetece moverme mucho.

Gracias a todos los que estos días, enterandoos del tema, tratáis de hacernos sentir mejor. Gracias; acabará teniendo efecto.

Y os pido para ella cosas que son justas porque también las pedí para su hermanito. Visualizadla sin heridas físicas ni mentales, rezad por ella, enviadle reiki, envolvedla en un manto azul, imaginaros su brillante sonrisa con la que abrirá las puertas que se proponga en la vida.

Gracias por meterla en vuestros corazones.

Sigue leyendo ->