Animales en casa

Personalmente creo que las mascotas ayudan mucho al desarrollo emocional de nuestros enanos aparte de acompañarlos e iniciar a forjar en ellos la idea de responsabilidad sobre algo.

Tengo tres beagles que desde siempre fueron los dueños de la casa hasta que llegó mi pequeña. La llegada de nuestra hija inevitablemente los relegó un tanto en nuestra atención. Los primero seis meses si los mantuvimos alejados por prevención y como que esos meses son, los bebés, aun muy delicados. Pero después han interactuado regularmente y Abril siempre ha demostrado gran interés en ellos.

Las condiciones en mi casa se están dando para que Abril y los perros pasen más tiempo juntos y espero que así sea hasta que pueda ella, tener su propio compañero al que tenga que cuidar, alimentar, pasear, etc…

Eso sí, algunas reglas que deben tener claro son: lavarse bien las manos después de jugar con ellos y no molestarlos cuando comen. Después todo OK. Un dato adicional: no compren un cachorrito pensando en sus hijos pequeños. Los perros cuando cachorros juegan y dependiendo de la raza tienen más capacidad para hacer daño, aunque para ellos solo se trate de un juego y no tengan la intención de atacar a nuestros niños. Lo mejor es un perro de algunos dos años, maduro, más calmado (aunque no pasa para todas las razas. Algunos dicen que hay algunas razas recomendadas para niños como los beagles, bóxer, labradores o golden retriever sin embargo mucho influye la crianza del perro. Creo que debe escogerse de acuerdo a la edad de nuestros hijos y a las condiciones del lugar en que vivirán.

Traten bien a sus mascotas que ese mismo ejemplo seguirán sus hijos.

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Animales en casa

Personalmente creo que las mascotas ayudan mucho al desarrollo emocional de nuestros enanos aparte de acompañarlos e iniciar a forjar en ellos la idea de responsabilidad sobre algo.

Tengo tres beagles que desde siempre fueron los dueños de la casa hasta que llegó mi pequeña. La llegada de nuestra hija inevitablemente los relegó un tanto en nuestra atención. Los primero seis meses si los mantuvimos alejados por prevención y como que esos meses son, los bebés, aun muy delicados. Pero después han interactuado regularmente y Abril siempre ha demostrado gran interés en ellos.

Las condiciones en mi casa se están dando para que Abril y los perros pasen más tiempo juntos y espero que así sea hasta que pueda ella, tener su propio compañero al que tenga que cuidar, alimentar, pasear, etc…

Eso sí, algunas reglas que deben tener claro son: lavarse bien las manos después de jugar con ellos y no molestarlos cuando comen. Después todo OK. Un dato adicional: no compren un cachorrito pensando en sus hijos pequeños. Los perros cuando cachorros juegan y dependiendo de la raza tienen más capacidad para hacer daño, aunque para ellos solo se trate de un juego y no tengan la intención de atacar a nuestros niños. Lo mejor es un perro de algunos dos años, maduro, más calmado (aunque no pasa para todas las razas. Algunos dicen que hay algunas razas recomendadas para niños como los beagles, bóxer, labradores o golden retriever sin embargo mucho influye la crianza del perro. Creo que debe escogerse de acuerdo a la edad de nuestros hijos y a las condiciones del lugar en que vivirán.

Traten bien a sus mascotas que ese mismo ejemplo seguirán sus hijos.

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La velocidad relativa

Los libros ya no caben en mis estantes así que ayer recogí algunos y los llevé a la desechería. Nada que lamentar: eran libros que llegaron a casa sin que yo se lo pidiera, libros que nunca pude leer o, sencillamente, libros que me negué a abrir. Mientras hacía la selección de los descartados tuve en mis manos Paradiso, de José Lezama Lima. Me di cuenta de que ya hace casi 20 años que lo compré –el 25 de octubre de 1994, para ser exactos- y que durante todo este tiempo se me ha resistido tenazmente. Sé que empecé a leerlo en ese lejano octubre, nada más comprarlo, y no pasé de las primeras cuarenta páginas; luego, periódicamente, he insistido en su lectura varias veces y siempre he fracasado.

A Paradiso, en cualquier caso, siempre lo he relacionado con la velocidad o, para ser exactos, con la velocidad relativa, un concepto físico que intentaré exponer en unas breves palabras. Pocos meses después de abandonar por primera vez la lectura de Paradiso devoré La vuelta al día en ochenta mundos, de mi querido Julio Cortázar que, casualmente, dedica ahí un capítulo al libro de Lezama Lima. Cortázar se muestra asombrado por la novela y cuenta que “en diez días, interrumpiéndome para respirar y darle su leche a mi gato Teodoro W. Adorno, he leído Paradiso”. ¡Diez días, pensé yo! ¡Eso es un récord! Yo llevaba, por aquel entonces, ya casi cuatro meses con la novela del cubano y seguía atascado. Me confortó, eso sí, que Cortázar admitiera que “leer a Lezama es una de las tareas más arduas y con frecuencia más irritante que puedan darse”.

En fin, que siguieron pasando los meses, como ya sabéis, y en 1997 cayó en mis manos el Dietari de Pere Gimferrer. Casi se me salieron los ojos de sus órbitas –bueno, miento, no les ocurrió nada a mis ojos- al leer lo que sigue, en un párrafo de su anotación llamada Un cartel turístico: “Siempre recordaré que en un viaje en tren Madrid-Barcelona leí, entera, la primera edición cubana de Paradiso, de Lezama Lima”. ¡Dios mío! Aún suponiendo que la RENFE funcionara tan mal como acostumbra –la anécdota de Gimferrer sucedió, se deduce, a finales de los 60- el viaje de Madrid a Barcelona no podría haber durado más de 10 horas, tirando a largo, sumando apagones, huelgas y descarrilamientos. ¡Leer Paradiso en horas! ¡Increíble! Da la casualidad de que, en esa época en la que yo me torturaba con Paradiso, a Pere Gimferrer solía verle pasear por la barcelonesa calle Provença, los viernes al mediodía, mientras yo esperaba a unos amigos con los que solía almorzar ese día de la semana. Durante meses, viernes tras viernes, quise armarme de valor y detener a Gimferrer y espetarle a la cara: “Eso de que leyó Paradiso en un viaje en tren, ¿se lo inventó, no? ¿O fue en el Orient Express?”. Nunca me atreví: no sé si visteis nunca a Gimferrer pasear por la calle, lo cierto es que daba un poco de miedo.    

¿Vosotros habéis leído Paradiso? ¿En cuánto tiempo? ¿Más que mis veinte años, veinte años que siguen contando? Porque Paradiso, por supuesto, sigue en su estante, le salvé de la desechería, y no pienso morirme sin vencerle.
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La velocidad relativa

Los libros ya no caben en mis estantes así que ayer recogí algunos y los llevé a la desechería. Nada que lamentar: eran libros que llegaron a casa sin que yo se lo pidiera, libros que nunca pude leer o, sencillamente, libros que me negué a abrir. Mientras hacía la selección de los descartados tuve en mis manos Paradiso, de José Lezama Lima. Me di cuenta de que ya hace casi 20 años que lo compré –el 25 de octubre de 1994, para ser exactos- y que durante todo este tiempo se me ha resistido tenazmente. Sé que empecé a leerlo en ese lejano octubre, nada más comprarlo, y no pasé de las primeras cuarenta páginas; luego, periódicamente, he insistido en su lectura varias veces y siempre he fracasado.

A Paradiso, en cualquier caso, siempre lo he relacionado con la velocidad o, para ser exactos, con la velocidad relativa, un concepto físico que intentaré exponer en unas breves palabras. Pocos meses después de abandonar por primera vez la lectura de Paradiso devoré La vuelta al día en ochenta mundos, de mi querido Julio Cortázar que, casualmente, dedica ahí un capítulo al libro de Lezama Lima. Cortázar se muestra asombrado por la novela y cuenta que “en diez días, interrumpiéndome para respirar y darle su leche a mi gato Teodoro W. Adorno, he leído Paradiso”. ¡Diez días, pensé yo! ¡Eso es un récord! Yo llevaba, por aquel entonces, ya casi cuatro meses con la novela del cubano y seguía atascado. Me confortó, eso sí, que Cortázar admitiera que “leer a Lezama es una de las tareas más arduas y con frecuencia más irritante que puedan darse”.

En fin, que siguieron pasando los meses, como ya sabéis, y en 1997 cayó en mis manos el Dietari de Pere Gimferrer. Casi se me salieron los ojos de sus órbitas –bueno, miento, no les ocurrió nada a mis ojos- al leer lo que sigue, en un párrafo de su anotación llamada Un cartel turístico: “Siempre recordaré que en un viaje en tren Madrid-Barcelona leí, entera, la primera edición cubana de Paradiso, de Lezama Lima”. ¡Dios mío! Aún suponiendo que la RENFE funcionara tan mal como acostumbra –la anécdota de Gimferrer sucedió, se deduce, a finales de los 60- el viaje de Madrid a Barcelona no podría haber durado más de 10 horas, tirando a largo, sumando apagones, huelgas y descarrilamientos. ¡Leer Paradiso en horas! ¡Increíble! Da la casualidad de que, en esa época en la que yo me torturaba con Paradiso, a Pere Gimferrer solía verle pasear por la barcelonesa calle Provença, los viernes al mediodía, mientras yo esperaba a unos amigos con los que solía almorzar ese día de la semana. Durante meses, viernes tras viernes, quise armarme de valor y detener a Gimferrer y espetarle a la cara: “Eso de que leyó Paradiso en un viaje en tren, ¿se lo inventó, no? ¿O fue en el Orient Express?”. Nunca me atreví: no sé si visteis nunca a Gimferrer pasear por la calle, lo cierto es que daba un poco de miedo.    

¿Vosotros habéis leído Paradiso? ¿En cuánto tiempo? ¿Más que mis veinte años, veinte años que siguen contando? Porque Paradiso, por supuesto, sigue en su estante, le salvé de la desechería, y no pienso morirme sin vencerle.
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Paseando con esquis a Erata

El de hoy ha sido un viaje corto, intenso y conocido ya…pero también ha sido íntimo y en soledad.

Saliendo..

El aparcamiento de Cotefablo sin nadie, sol, bosque y la magia de llegar a la divisoria con Sobrepuerto con tantos pueblos y tantas historias contadas en las beiladas de cada casa..
Me acordé de Angelines y Susín, de las piedras, de las señales, de las gentes…

Mirando al valle del Ara

El cielo se fue cubriendo dándole ese aire enigmático a la montaña que te hace sentir aún más esa soledad buscada, ese silencio que te roba el viento al llegar arriba..

Ya no queda nada..

Suena el teléfono, y aparece el tiempo, hay que mirar el reloj y determinar la hora, calcular, cuando, como…ya casi me había olvidado….

En fin es hora de volver, de disfrutar de la nieve, el movimiento, de la llegada..
Nos vemos pronto.

El cielo amenaza..

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Paseando con esquis a Erata

El de hoy ha sido un viaje corto, intenso y conocido ya…pero también ha sido íntimo y en soledad.

Saliendo..

El aparcamiento de Cotefablo sin nadie, sol, bosque y la magia de llegar a la divisoria con Sobrepuerto con tantos pueblos y tantas historias contadas en las beiladas de cada casa..
Me acordé de Angelines y Susín, de las piedras, de las señales, de las gentes…

Mirando al valle del Ara

El cielo se fue cubriendo dándole ese aire enigmático a la montaña que te hace sentir aún más esa soledad buscada, ese silencio que te roba el viento al llegar arriba..

Ya no queda nada..

Suena el teléfono, y aparece el tiempo, hay que mirar el reloj y determinar la hora, calcular, cuando, como…ya casi me había olvidado….

En fin es hora de volver, de disfrutar de la nieve, el movimiento, de la llegada..
Nos vemos pronto.

El cielo amenaza..

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Si los niños se acostumbran

En nuestra vida diaria hay muchas cosas que forman parte de nuestra rutina, de nuestra cotidianidad, y hablamos entonces de que nos hemos acostumbrado o malacostumbrado. Curiosamente, la definición de malacostumbrarincluye la doble acepción de adquirir malos hábitos o de mimar en exceso.

En particular, cuando hablamos de los niños, las costumbres están basadas en el cariño, a veces incluso en mucho cariño, y unos pocos pequeños tienen la suerte de estar malacostumbrados, llevando a otros a pensar que en realidad han adquirido malos hábitos. Creo que me estoy liando; en el fondo, creo que la palabra está un poco pervertida ya cuando hablamos de los niños, y no se aplica el mismo criterio cuando se habla de otras relaciones, por ejemplo, de las parejas.

Si un recién nacido llora para que le cojan sus papás en brazos y le coges, te dicen que se malacostumbra(exceso de cariño, recordad); pero si fuera tu pareja quien te llora y te acercas, le das la mano y la consuelas, serás muy sensible (o insensible si no lo haces). Quizás la pregunta no sería tanto si los niños se acostumbran o no a los brazos, sino si cogerlos en brazos es bueno o malo.

Si un niño reclama tu atención para que juegues con él, para que le escuches, y tú coges la costumbrede estar pendiente y hacerle caso, al niño le malacostumbras; pero si es a tu pareja a quien escuchas, a quien acompañas, entonces eres atento, cercano o cariñoso.

De hecho, se considera que el bebé adquiere buenos hábitos cuando se queda tranquilo en la hamaca, cuando después va a la guardería y no llora; después pasará al colegio sin rechistar y se quedará en el comedor para seguir cogiendo buenas costumbres

Y los padres nos contentamos con que es lo mejor para ellos, y que los niños se acostumbran, cuando en el fondo lo que más deseamos es estar con ellos, verles crecer, hacerles reír y compartir las tardes de juegos, dándoles todo el cariño que podamos, incluso en exceso.

Y cuendo cambian las circuntancias y ya no es posible… sí, claro, los niños se acostumbran ¿y nosotros? ¿qué hacemos con nueztroz agujeditoz?

Dedicado a mis niñas y a todas las mamás (y los papás) que dejan a sus bebés para reincorporarse al trabajo

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Si los niños se acostumbran

En nuestra vida diaria hay muchas cosas que forman parte de nuestra rutina, de nuestra cotidianidad, y hablamos entonces de que nos hemos acostumbrado o malacostumbrado. Curiosamente, la definición de malacostumbrarincluye la doble acepción de adquirir malos hábitos o de mimar en exceso.

En particular, cuando hablamos de los niños, las costumbres están basadas en el cariño, a veces incluso en mucho cariño, y unos pocos pequeños tienen la suerte de estar malacostumbrados, llevando a otros a pensar que en realidad han adquirido malos hábitos. Creo que me estoy liando; en el fondo, creo que la palabra está un poco pervertida ya cuando hablamos de los niños, y no se aplica el mismo criterio cuando se habla de otras relaciones, por ejemplo, de las parejas.

Si un recién nacido llora para que le cojan sus papás en brazos y le coges, te dicen que se malacostumbra(exceso de cariño, recordad); pero si fuera tu pareja quien te llora y te acercas, le das la mano y la consuelas, serás muy sensible (o insensible si no lo haces). Quizás la pregunta no sería tanto si los niños se acostumbran o no a los brazos, sino si cogerlos en brazos es bueno o malo.

Si un niño reclama tu atención para que juegues con él, para que le escuches, y tú coges la costumbrede estar pendiente y hacerle caso, al niño le malacostumbras; pero si es a tu pareja a quien escuchas, a quien acompañas, entonces eres atento, cercano o cariñoso.

De hecho, se considera que el bebé adquiere buenos hábitos cuando se queda tranquilo en la hamaca, cuando después va a la guardería y no llora; después pasará al colegio sin rechistar y se quedará en el comedor para seguir cogiendo buenas costumbres

Y los padres nos contentamos con que es lo mejor para ellos, y que los niños se acostumbran, cuando en el fondo lo que más deseamos es estar con ellos, verles crecer, hacerles reír y compartir las tardes de juegos, dándoles todo el cariño que podamos, incluso en exceso.

Y cuendo cambian las circuntancias y ya no es posible… sí, claro, los niños se acostumbran ¿y nosotros? ¿qué hacemos con nueztroz agujeditoz?

Dedicado a mis niñas y a todas las mamás (y los papás) que dejan a sus bebés para reincorporarse al trabajo

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Hijos

Un regalo para todos los que somos padres, un regalo para todos los que somos hijos.
Me lo envió mi madre de regalo, algún día se lo regalaré yo a los mios.

Definición de Hijo, por José Saramago.

«Hijo es un ser que Dios nos prestó para hacer un curso intensivo de cómo amar a alguien más que a nosotros mismos, de cómo cambiar nuestros peores defectos para darles los mejores ejemplos y, de nosotros, aprender a tener coraje. Sí. ¡Eso es! Ser madre o padre es el mayor acto de coraje que alguien pueda tener, porque es exponerse a todo tipo de dolor, principalmente de la incertidumbre de estar actuando correctamente y del miedo a perder algo tan amado. ¿Perder? ¿Cómo? ¿No es nuestro? Fue apenas un préstamo… EL MAS PRECIADO Y MARAVILLOSO PRÉSTAMO ya que son nuestros sólo mientras no pueden valerse por sí mismos, luego le pertenecen a la vida, al destino y a sus propias familias. Dios bendiga siempre a nuestros hijos pues a nosotros ya nos bendijo con ellos.»

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Hijos

Un regalo para todos los que somos padres, un regalo para todos los que somos hijos.
Me lo envió mi madre de regalo, algún día se lo regalaré yo a los mios.

Definición de Hijo, por José Saramago.

«Hijo es un ser que Dios nos prestó para hacer un curso intensivo de cómo amar a alguien más que a nosotros mismos, de cómo cambiar nuestros peores defectos para darles los mejores ejemplos y, de nosotros, aprender a tener coraje. Sí. ¡Eso es! Ser madre o padre es el mayor acto de coraje que alguien pueda tener, porque es exponerse a todo tipo de dolor, principalmente de la incertidumbre de estar actuando correctamente y del miedo a perder algo tan amado. ¿Perder? ¿Cómo? ¿No es nuestro? Fue apenas un préstamo… EL MAS PRECIADO Y MARAVILLOSO PRÉSTAMO ya que son nuestros sólo mientras no pueden valerse por sí mismos, luego le pertenecen a la vida, al destino y a sus propias familias. Dios bendiga siempre a nuestros hijos pues a nosotros ya nos bendijo con ellos.»

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Cabezas huecas

(Título alternativo: Lo que tiene uno que escribir para poder subir una ilustración guapante.)

La Dominación también sueña, también acaricia sus utopías, oscuras y miserables, distopías desde nuestro punto de vista. La Dominación sabe que está rodeada de peligros, personas que quieren ser libres, amarse sin condicionantes, dar rienda suelta a sus subjetividades, jugar hasta perder el aliento. La Dominación se ve obligada a tener en marcha toda clase de sistemas de sumisión: medios de comunicación, educación, publicidad, militares, catedráticos, policías, parlamentarios… En palabras de Balzac: Todo poder es una conspiración permanente. Por no hablar de la terrible inquietud de que algún día algo falle y se vea liquidada. Ah, la Dominación, tan cansada y asustada pero triunfante, al fin y al cabo.

La Dominación aspira a convertirnos en borregos, marionetas productoras y consumidoras, ciudadanos obedientes con una papeleta de voto entre los dedos. La aspiración de la que hablamos ha sido reproducida hasta el aburrimiento en películas, tebeos, libros. Hasta en los dibujos animados de éxito popular. Para la Dominación, la persona ideal es como el pez de una de las películas de Bob Esponja, con un cubo embutido en la cabeza, dispuesto a obedecer todas las órdenes que le lleguen, en este caso de Plancton, el malo de turno. Personas con un cubo de cebo en lugar de cabeza, restos podridos de animales marinos en lugar de cerebro. La metáfora es tan atractiva que era imposible eludirla. La ficción no hace, con estas historias, más que usar dos de los significados del verbo «conjurar». La quinta acepción que el DRAE otorga a esta palabra es: Rogar encarecidamente, pedir con instancia y con alguna fórmula de autoridad una cosa. La sexta es: Impedir, evitar, alejar un daño o peligro. De esta manera, podemos ver a los trabajadores de la ficción como sádicos o quintacolumnistas de la Dominación o como magos que pronuncian sortilegios para evitar el desastre.

La Dominación, sin embargo, es efectiva. Sin descartar los servicios prestados por escritores, guionistas y artistas de todo pelaje, está consiguiendo, gracias a la tecnología, que su sueño sea más real que nunca. Lo que en tiempos fue denunciado como Pensamiento Único aspiraba, en realidad, a ser Pensamiento Cero. Nada por aquí, nada por allá. Mentes en blanco. Pizarras en las que escribir el destino que nos tiene preparado. La Dominación quiere mantener la situación atada y bien atada y qué mejor forma de conseguirlo que inducirnos a que seamos nosotras mismas las que hagamos esa labor. Así, somos las primeras en censurarnos, en no pensar tal cosa porque es muy arriesgada, en no hacer tal otra porque estaría mal vista, en pretender hacer la revolución vía internet. Somos nuestra propia policía para regocijo de la Dominación. Hay que reconocerle que sabe lo que se hace.

Hay una idea sobre la tecnología que Félix Rodrigo Mora enuncia de la siguiente manera: a mayor perfección del objeto técnico mayor degradación del sujeto que de él se sirve. No se trata de demonizar la tecnología porque según el razonamiento de Rodrigo Mora, la bondad o maldad de los ingenios depende del uso político que se haga de ellos, de su intencionalidad. Y según el adagio samurai, no es el arma sino el guerrero que la empuña. Sea como sea, la esencia de muchas expresiones concretas de la tecnología consiste en que el sujeto, al tiempo que se cosifica, debe transferir al objeto tecnológico buena parte de sus habilidades. Y eso nos lleva al meollo de esta entrada.

Las nuevas tecnologías, al igual que los dibujos animados o la Aritmética, también ofrece metáforas para continuar con el tema uno o dos párrafos más. La nube, sin ir más lejos. Dentro de poco, los discos duros de nuestros ordenadores estarán vacíos porque toda la información se depositará en grandes servidores, quedará flotando en la nube, es un decir, para que podamos acceder a ella cuando nos plazca. Lo mismo que pasará con las fotos o archivos de texto, sucede ya con las ideas, las opiniones e, incluso, los sentimientos. La Dominación elabora lo que debemos pensar, sentir, hacer y lo coloca en una nube que flota sobre nuestras cabezas huecas. De tal forma que cuando queremos saber qué opinar sobre este o aquel tema, escuchamos una tertulia radiofónica o leemos un periódico. Y cuando queremos saber cómo ser felices, vemos anuncios en la tele, para acertar con la bebida que nos hará especiales o la prenda de ropa que nos hará sobresalir de la masa. Dicho de otra manera:

«El Diablo de los Mares»,  Artiz.

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¿Por Qué El Sol Nunca Se Apaga?

¿Por qué el sol nunca se apaga? Ya se imaginan quien hizo la pregunta. Sí, esa misma, la Chiqui. Pero esta vez no fui yo su víctima.

Estaba en una fiesta compartiendo con unas amistades y una amiga comenzó a hablarme sobre las preguntas que hace mi hija. Me dice:

─»Oye, la Chiqui es cosa seria. No te quita el guante de la cara con sus preguntas”.─

Todos en la mesa comenzaron a reírse al recordar algunas de mis columnas e iniciamos un recuento de las más fuertes. Estuvimos un rato “muriéndonos” de la risa y ellos imaginándose mi cara en las diferentes situaciones.

De repente, como si supiera que hablábamos de ella, aparece mi princesa y pregunta:

─»¿De qué se ríen tanto?─

En ese momento se me ocurrió que pasaran por lo mismo que Yo y le digo:

─»Nada mi amor, que fulanita quiere que tú le hagas cualquier pregunta y ella te la va a contestar”.─

Jajajaja. La cara de mi amiga valía un millón. La Chiqui se puso pensativa y luego de unos segundos disparó:

─»Ok. ¿Por qué el sol nunca se apaga?

Hubo un silencio y todos mirábamos fijamente a su víctima. Nadie parpadeaba; ni siquiera respiraban. Mi amiga encogió sus hombros y le dice:

─»No sé. Pero fulano sí sabe la contestación.─ contestó mientras señalaba a un amigo.

Todos nos reímos a carcajadas menos la Chiqui, que esperaba con seriedad una respuesta. Entonces nuestro amigo aclaró un poco su garganta y dice:

─»Uhmm. Ehhh, bueno, el sol está lleno de gases que chocan entre ellos y forman una reacción termonuclear que genera enormes cantidades de energía en forma de luz y calor. Es como la barbacoa de tu Papá, que cuando abres la llave del gas y enciendes un fósforo se prende una llama”.─

Ohhh. Todos nos miramos sorprendidos pero a la misma vez como con ganas de confirmar la información con el genio mayor, Mr. Google©.  Pero la Chiqui siguió en búsqueda de la verdad  y le dice:

─ «Sí, pero a la barbacoa se le acaba el gas. Por lo que al sol se le tendrá que acabar en algún momento”─ ripostó la Chiqui.

Jajajaja. Tenga pa’ que se entretenga. Nos reímos a carcajadas y el pobre chico reaccionó diciendo:

─»Sí nena, pero eso va a ocurrir en millones de años. No te preocupes por eso”.

Si pensaron que ahí quedó todo, se equivocan. Para cerrar con broche de oro mi hija le dice:

─»Además, en mi clase de ciencia nos enseñaron que el fuego se apaga si no tiene oxígeno. ¿Cómo tú me explicas que si en el espacio no hay oxígeno el sol sigue prendido?─

Nadie paraba de reír y a nuestro amigo por poco hay que amarrarle la quijada con cinta adhesiva por lo sorpresiva que fue esa última pregunta.

Se los dije. “No es lo mismo llamar al diablo, que verlo venir”. Con esto quiero decir que no es fácil bregar con las preguntas de mis hijos y “para muestra, un botón basta”.

Una vez más digo: ¡Ser Padre está de Madre!

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¿Por Qué El Sol Nunca Se Apaga?

¿Por qué el sol nunca se apaga? Ya se imaginan quien hizo la pregunta. Sí, esa misma, la Chiqui. Pero esta vez no fui yo su víctima.

Estaba en una fiesta compartiendo con unas amistades y una amiga comenzó a hablarme sobre las preguntas que hace mi hija. Me dice:

─»Oye, la Chiqui es cosa seria. No te quita el guante de la cara con sus preguntas”.─

Todos en la mesa comenzaron a reírse al recordar algunas de mis columnas e iniciamos un recuento de las más fuertes. Estuvimos un rato “muriéndonos” de la risa y ellos imaginándose mi cara en las diferentes situaciones.

De repente, como si supiera que hablábamos de ella, aparece mi princesa y pregunta:

─»¿De qué se ríen tanto?─

En ese momento se me ocurrió que pasaran por lo mismo que Yo y le digo:

─»Nada mi amor, que fulanita quiere que tú le hagas cualquier pregunta y ella te la va a contestar”.─

Jajajaja. La cara de mi amiga valía un millón. La Chiqui se puso pensativa y luego de unos segundos disparó:

─»Ok. ¿Por qué el sol nunca se apaga?

Hubo un silencio y todos mirábamos fijamente a su víctima. Nadie parpadeaba; ni siquiera respiraban. Mi amiga encogió sus hombros y le dice:

─»No sé. Pero fulano sí sabe la contestación.─ contestó mientras señalaba a un amigo.

Todos nos reímos a carcajadas menos la Chiqui, que esperaba con seriedad una respuesta. Entonces nuestro amigo aclaró un poco su garganta y dice:

─»Uhmm. Ehhh, bueno, el sol está lleno de gases que chocan entre ellos y forman una reacción termonuclear que genera enormes cantidades de energía en forma de luz y calor. Es como la barbacoa de tu Papá, que cuando abres la llave del gas y enciendes un fósforo se prende una llama”.─

Ohhh. Todos nos miramos sorprendidos pero a la misma vez como con ganas de confirmar la información con el genio mayor, Mr. Google©.  Pero la Chiqui siguió en búsqueda de la verdad  y le dice:

─ «Sí, pero a la barbacoa se le acaba el gas. Por lo que al sol se le tendrá que acabar en algún momento”─ ripostó la Chiqui.

Jajajaja. Tenga pa’ que se entretenga. Nos reímos a carcajadas y el pobre chico reaccionó diciendo:

─»Sí nena, pero eso va a ocurrir en millones de años. No te preocupes por eso”.

Si pensaron que ahí quedó todo, se equivocan. Para cerrar con broche de oro mi hija le dice:

─»Además, en mi clase de ciencia nos enseñaron que el fuego se apaga si no tiene oxígeno. ¿Cómo tú me explicas que si en el espacio no hay oxígeno el sol sigue prendido?─

Nadie paraba de reír y a nuestro amigo por poco hay que amarrarle la quijada con cinta adhesiva por lo sorpresiva que fue esa última pregunta.

Se los dije. “No es lo mismo llamar al diablo, que verlo venir”. Con esto quiero decir que no es fácil bregar con las preguntas de mis hijos y “para muestra, un botón basta”.

Una vez más digo: ¡Ser Padre está de Madre!

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Tienes un email

Llevaba unos días tratando de encontrar las fuerzas para publicar un post y contar nuestra situación. Pero no encontraba las fuerzas suficientes que me ayudasen a escribir.

Hoy iba en el metro, he abierto el correo y me he encontrado un email que me ha hecho sonreir, y llorar a la vez. Vaya cuadro. Y es que recibir algo así es muy grande.

Asunto: GRACIAS
Quizá no os sirva de mucho, quizá recibiréis mil emails como este o del estilo, pero quiero que sepáis esto: Tengo 22 años, llegue hace cuatro a Madrid y NUNCA me he perdido uno de vuestros post. La verdad tengo una vida feliz, sin mucha complicaciones y con una familia que me quiere y que gracias a Dios me ha hecho fuerte y ver siempre el lado positivo, porque ellos si han vivido palos, de los que igual que vosotros han salido fortalecidos. Con esto quiero deciros que aunque no tenga que enfrentarme a grandes problemas, gracias a vuestro blog (que leía todos los días) conseguí la energía suficiente para aquellos días en los que sin saber por qué estas un poco más triste y lejos de tu familia, salir adelante, por que el leer tus palabras José , al leer con que cariño describes la fuerza de Guzmán y sus sonrisas , el impresionante apoyo de Martina a pesar de su corta edad y el amor incondicional de Eva me doy cuenta que cada día tengo que levantarme con una sonrisa porque si vosotros habéis superado lo de guzmán y ahora lo de Martina yo puedo enfrentarme a los pequeñísimos retos del día a día.
Sé que no puedo hablar del tema porque no soy yo quien lo vive y seguramente no me hago la mas mínima idea de lo que se siente pero quiero mandaros todo mi apoyo, soy creyente y rezare todos los días por vosotros por que se que podéis con esto y mucho más, pero merecéis una gran tregua y no está de más un poco de ayuda, así que a mi manera, tratare de devolveros lo que este maravilloso blog me ha aportado a mí y a tantos amigos a los que se lo he enseñado y ahora son fieles seguidores. GRACIAS por que con vosotros conocí la posibilidad de ser donante de médula y ahora digo orgullosa SOY DONANTE DE MEDULA y gracias de nuevo por vuestra fuerza y ejemplo. Muchísimo animo y tengo FE CIEGA en que esto os va a hacer aun más fuertes (aunque suene a tópico) .Se que sois como la familia de la película Los Increíbles, unos héroes discretos pero siempre listos y con fuerzas.
UN BESAZO.

Bea.

Gracias Bea por algo tan bonito. Y gracias a todos por los ánimos que todos nos habeis mandado estos días, en los mensajes, por mail, por teléfono, por guassaps, por facebook…

Siento no haber contestado a muchos, a casi todos. Hemos estado muy bajitos pero vamos levantando la cabeza poco a poco y encontrando energías donde no las hay.

Lo importante: Martina está mejor, muy bien de ánimos, ha vuelto al cole, le hemos puesto una prenda de presoterapia que llevará 2 años para los injertos, todavía no puede hacer deporte, pero todo llegará.

Guzmán, después de darnos un susto en el cardiólogo con que el extremo izquierdo de su porth-a-cath estaba dentro de la aurícula derecha del corazón y que había que desechar que se hubiera despegado de la válvula; ayer nos confirmaron que no está despegado, que es cierto que no es muy habitual que el cable sea tan largo para que llegue hasta ahí, pero que a priori, como ha estado más de dos años así y le queda hasta noviembre, se lo van a dejar.

Y a nosotros, con todo esto, y la lista acumulada de este mes y medio que parece que en lugar de hacerse más corta, crece, se nos hace muy poco estar yendo al psicólogo dos veces en semana…

Pero como es cierto que «un gran poder conlleva una gran responsabilidad» (Spiderman -una de mis fuentes de inspiración-), nuestra superpositividad ha de volver y aquí está para acompañarnos.

Así que todo esto también pasará y din duda nos hará más fuertes a los 4.

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Tienes un email

Llevaba unos días tratando de encontrar las fuerzas para publicar un post y contar nuestra situación. Pero no encontraba las fuerzas suficientes que me ayudasen a escribir.

Hoy iba en el metro, he abierto el correo y me he encontrado un email que me ha hecho sonreir, y llorar a la vez. Vaya cuadro. Y es que recibir algo así es muy grande.

Asunto: GRACIAS
Quizá no os sirva de mucho, quizá recibiréis mil emails como este o del estilo, pero quiero que sepáis esto: Tengo 22 años, llegue hace cuatro a Madrid y NUNCA me he perdido uno de vuestros post. La verdad tengo una vida feliz, sin mucha complicaciones y con una familia que me quiere y que gracias a Dios me ha hecho fuerte y ver siempre el lado positivo, porque ellos si han vivido palos, de los que igual que vosotros han salido fortalecidos. Con esto quiero deciros que aunque no tenga que enfrentarme a grandes problemas, gracias a vuestro blog (que leía todos los días) conseguí la energía suficiente para aquellos días en los que sin saber por qué estas un poco más triste y lejos de tu familia, salir adelante, por que el leer tus palabras José , al leer con que cariño describes la fuerza de Guzmán y sus sonrisas , el impresionante apoyo de Martina a pesar de su corta edad y el amor incondicional de Eva me doy cuenta que cada día tengo que levantarme con una sonrisa porque si vosotros habéis superado lo de guzmán y ahora lo de Martina yo puedo enfrentarme a los pequeñísimos retos del día a día.
Sé que no puedo hablar del tema porque no soy yo quien lo vive y seguramente no me hago la mas mínima idea de lo que se siente pero quiero mandaros todo mi apoyo, soy creyente y rezare todos los días por vosotros por que se que podéis con esto y mucho más, pero merecéis una gran tregua y no está de más un poco de ayuda, así que a mi manera, tratare de devolveros lo que este maravilloso blog me ha aportado a mí y a tantos amigos a los que se lo he enseñado y ahora son fieles seguidores. GRACIAS por que con vosotros conocí la posibilidad de ser donante de médula y ahora digo orgullosa SOY DONANTE DE MEDULA y gracias de nuevo por vuestra fuerza y ejemplo. Muchísimo animo y tengo FE CIEGA en que esto os va a hacer aun más fuertes (aunque suene a tópico) .Se que sois como la familia de la película Los Increíbles, unos héroes discretos pero siempre listos y con fuerzas.
UN BESAZO.

Bea.

Gracias Bea por algo tan bonito. Y gracias a todos por los ánimos que todos nos habeis mandado estos días, en los mensajes, por mail, por teléfono, por guassaps, por facebook…

Siento no haber contestado a muchos, a casi todos. Hemos estado muy bajitos pero vamos levantando la cabeza poco a poco y encontrando energías donde no las hay.

Lo importante: Martina está mejor, muy bien de ánimos, ha vuelto al cole, le hemos puesto una prenda de presoterapia que llevará 2 años para los injertos, todavía no puede hacer deporte, pero todo llegará.

Guzmán, después de darnos un susto en el cardiólogo con que el extremo izquierdo de su porth-a-cath estaba dentro de la aurícula derecha del corazón y que había que desechar que se hubiera despegado de la válvula; ayer nos confirmaron que no está despegado, que es cierto que no es muy habitual que el cable sea tan largo para que llegue hasta ahí, pero que a priori, como ha estado más de dos años así y le queda hasta noviembre, se lo van a dejar.

Y a nosotros, con todo esto, y la lista acumulada de este mes y medio que parece que en lugar de hacerse más corta, crece, se nos hace muy poco estar yendo al psicólogo dos veces en semana…

Pero como es cierto que «un gran poder conlleva una gran responsabilidad» (Spiderman -una de mis fuentes de inspiración-), nuestra superpositividad ha de volver y aquí está para acompañarnos.

Así que todo esto también pasará y din duda nos hará más fuertes a los 4.

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Moda secreta



Esta mañana he estado como público en un juicio. El juicio se ha suspendido y la palabra público no es muy acertada. Éramos varias decenas de personas que estábamos allí para apoyar a dos compañeros y dos compañeras denunciadas por la policía nacional. Entended que de las cuestiones legales no diga nada: (1) no me entero mucho y (2) puedo meter la pata y decir algo inconveniente para los compañeros. Pero hay algo que debe ser señalado con urgencia. Esto es:

Entre los policías secretas y los antidisturbios de paisano se lleva el color camel.

PD: Es posible que haya quien piense que algo así no justifica un post. No soy de esa opinión pero como querer contentar a todo el mundo es un defecto, diré algo más. Empezaré por dos cuestiones más de moda:

1. Las chaquetas color camel no se las han quitado ni cuando ha sido evidente que la calefacción estaba en marcha. Supongo que es la degeneración profesional: ellos se ponen lo que les toque ese día y ya no se lo quitan, pase lo que pase. Qué disciplinados son. Carne de orden.

2. ¿Un secreta que va de civil, se puede decir, en sentido estricto, que va de paisano? Visto lo visto, junto al camel de las chaquetas se llevan los vaqueros poligoneros de inditex.

Y ahora otro tema. Hay un pensamiento poco elaborado que da por hecho cosas como que un inmigrante no puede ser racista o que allá donde una mujer esté (política, empresas…) las cosas mejorarán. La prueba de que esto último no parece muy acertado la tenemos en el hecho de que una de las denunciantas iba peinada con una larga cola. Que una cuestión son las cuotas y su intento de introducir elementos de reparto equilibrado del poder y otra es que haya cosas sin arreglo, como la policía en sí misma.

La última. A los medios de comunicación les da mucha marcha últimamente decir que los parados no son simples números y poner rosto a la crisis. Ejercicios respetables si no fuera por el morbo que le ponen al asunto y los anuncios de coches de gran cilindrada que ponen después del enésimo testimonio dramático. Mientras que se intenta humanizar algunas estadísticas, más o menos bien, algunas cosas no pueden serlo de ninguna manera. Los compañeros acusados han sido llamados por su nombre y apellidos. Los policías acusadores con un número. Es a lo máximo que pueden aspirar mientras vistan uniforme y cumplan órdenes.

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La eficiencia nunca fue mi lema

Yo acaba de salir de una larga adolescencia y, contra todo pronóstico, una empresa contrató mis servicios como auxiliar de secretaría, o algo así. Mi puesto carecía de nombre exacto en el organigrama de la empresa (me llamaban “el chico”, “el chaval”, “ese” y, en las últimas semanas, “el atontado ese”) y el propio organigrama carecía de méritos para ostentar dicho nombre, pues solo éramos cuatro: el jefe, el señor Esmarats; su anciano padre, la señorita Flora y yo. Flora llevaba el peso de la empresa, más bien leve, mientras el señor Esmarats iba de un lado para otro molestando bastante y produciendo nada, la verdad, y su padre dormitaba todo el día en un rincón. Dormitaba tanto que, en ocasiones, Flora y yo llegamos a temer que hubiera muerto. “Voy a ir buscando el teléfono de Pompas Fúnebres”, llegó a decir un día Flora, cuyo lema era la eficiencia.

Mis ocupaciones eran varias: la primera de todos fue acercarme al estanco en busca de un paquete de Marlboro para el señor Esmarats. A veces, cuando Flora se iba a desayunar, incluso me ocupaba del teléfono. Digo a veces, porque muchos días cuando Flora se ausentaba yo dejaba sonar el teléfono, seguro como estaba de que la llamada –cualquier llamada- me acarrearía graves problemas. Esa actitud poco profesional pero muy práctica se acentuó desde la mañana en que llamó nuestro mayor cliente, el señor Tramullas y yo, ante la ausencia de Flora y del señor Esmarats, descolgué el teléfono con una inconsciencia solo explicablepor mi juventud. Para resumir, diré que Tramullas pretendía hacernos llegar, inmediatamente, unos importantes documentos.

-¿Tenéis fax? –dijo autoritario.
-¿Eh? –dije yo.

Bueno, creeréis que soy estúpido y muy lejos de la verdad no andáis, pero en mi disculpa diré que esta rica anécdota ocurrió hace ya décadas. La informática solo aparecía en las más novedosas películas americanas y algo tan simple como el fax acaba de desembarcar en las oficinas españolas. No en la del señor Esmarats, por supuesto. Y yo no sabía de qué me hablaba Tramullas. En mi joven mente atontada –hoy sería un fan del Facebook- fax solo sonaba a personaje de Vickie el Vikingo. Fax y Snorre. Hoy, buscando información sobre esa serie de dibujos animados, he descubierto que Fax ni siquiera se llamaba así. Faxe es su nombre exacto. Bueno, para mí siempre se llamará Fax y el caso es que el señor Tramullas pretendía imperiosamente mandarme sus documentos y, mientras le oía hablar –o gritar y maldecirme- al otro lado de la línea telefónica, yo pensaba en Vikie el Vikingo, en su padre Alvar, en Fax y Snorre. La llegada de Flora salvó la situación.
-El señor Tramullas, que no sé qué quiere –le dije a Flora, escabulléndome a ver si el viejo Esmarats seguía dormitando o, finalmente, nos había abandonado.
Me acordé de todo esto esta mañana, cuando con Umbrello y Fratello veíamos la tele a horas intempestivas. En TV3 han emprendido con la reposición (o deposición) de Vickie el Vikingo. Su estreno, según compruebo en la vikipedia la vikinga, ja ja ja, se produjo en 1975. Eran duros años, recuerdo, en los que solo existían dos canales de televisión. Cualquier estreno, así, era un éxito asegurado y únicamente eso explica que personajes como el propio Vickie, Heidi, Marco, Orzowei o el Algarrobo se convirtieran inmediatamente en trending topics ja jaja, que sembrado estoy hoy, en la España franquista o postfranquista cuando, en realidad, solo habrían merecido, como el propio Franco, un tiro en la nuca. Me acuerdo de otros personajes incomprensiblemente célebres de la televisión de la época (aquí admito que no todos merecían la ejecución): el doctor Jiménez del Oso, el árbitro Ortiz de Mendíbibil, el doctor Rosado o la periodista taurina Mariví Romero. Esta última siempre me hacía pensar en mi propia abuela con treinta años menos. Nunca se lo dije (a mi abuela), por si acaso se esfumaba una herencia que, finalmente, se reveló inexistente.
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La eficiencia nunca fue mi lema

Yo acaba de salir de una larga adolescencia y, contra todo pronóstico, una empresa contrató mis servicios como auxiliar de secretaría, o algo así. Mi puesto carecía de nombre exacto en el organigrama de la empresa (me llamaban “el chico”, “el chaval”, “ese” y, en las últimas semanas, “el atontado ese”) y el propio organigrama carecía de méritos para ostentar dicho nombre, pues solo éramos cuatro: el jefe, el señor Esmarats; su anciano padre, la señorita Flora y yo. Flora llevaba el peso de la empresa, más bien leve, mientras el señor Esmarats iba de un lado para otro molestando bastante y produciendo nada, la verdad, y su padre dormitaba todo el día en un rincón. Dormitaba tanto que, en ocasiones, Flora y yo llegamos a temer que hubiera muerto. “Voy a ir buscando el teléfono de Pompas Fúnebres”, llegó a decir un día Flora, cuyo lema era la eficiencia.

Mis ocupaciones eran varias: la primera de todos fue acercarme al estanco en busca de un paquete de Marlboro para el señor Esmarats. A veces, cuando Flora se iba a desayunar, incluso me ocupaba del teléfono. Digo a veces, porque muchos días cuando Flora se ausentaba yo dejaba sonar el teléfono, seguro como estaba de que la llamada –cualquier llamada- me acarrearía graves problemas. Esa actitud poco profesional pero muy práctica se acentuó desde la mañana en que llamó nuestro mayor cliente, el señor Tramullas y yo, ante la ausencia de Flora y del señor Esmarats, descolgué el teléfono con una inconsciencia solo explicablepor mi juventud. Para resumir, diré que Tramullas pretendía hacernos llegar, inmediatamente, unos importantes documentos.

-¿Tenéis fax? –dijo autoritario.
-¿Eh? –dije yo.

Bueno, creeréis que soy estúpido y muy lejos de la verdad no andáis, pero en mi disculpa diré que esta rica anécdota ocurrió hace ya décadas. La informática solo aparecía en las más novedosas películas americanas y algo tan simple como el fax acaba de desembarcar en las oficinas españolas. No en la del señor Esmarats, por supuesto. Y yo no sabía de qué me hablaba Tramullas. En mi joven mente atontada –hoy sería un fan del Facebook- fax solo sonaba a personaje de Vickie el Vikingo. Fax y Snorre. Hoy, buscando información sobre esa serie de dibujos animados, he descubierto que Fax ni siquiera se llamaba así. Faxe es su nombre exacto. Bueno, para mí siempre se llamará Fax y el caso es que el señor Tramullas pretendía imperiosamente mandarme sus documentos y, mientras le oía hablar –o gritar y maldecirme- al otro lado de la línea telefónica, yo pensaba en Vikie el Vikingo, en su padre Alvar, en Fax y Snorre. La llegada de Flora salvó la situación.
-El señor Tramullas, que no sé qué quiere –le dije a Flora, escabulléndome a ver si el viejo Esmarats seguía dormitando o, finalmente, nos había abandonado.
Me acordé de todo esto esta mañana, cuando con Umbrello y Fratello veíamos la tele a horas intempestivas. En TV3 han emprendido con la reposición (o deposición) de Vickie el Vikingo. Su estreno, según compruebo en la vikipedia la vikinga, ja ja ja, se produjo en 1975. Eran duros años, recuerdo, en los que solo existían dos canales de televisión. Cualquier estreno, así, era un éxito asegurado y únicamente eso explica que personajes como el propio Vickie, Heidi, Marco, Orzowei o el Algarrobo se convirtieran inmediatamente en trending topics ja jaja, que sembrado estoy hoy, en la España franquista o postfranquista cuando, en realidad, solo habrían merecido, como el propio Franco, un tiro en la nuca. Me acuerdo de otros personajes incomprensiblemente célebres de la televisión de la época (aquí admito que no todos merecían la ejecución): el doctor Jiménez del Oso, el árbitro Ortiz de Mendíbibil, el doctor Rosado o la periodista taurina Mariví Romero. Esta última siempre me hacía pensar en mi propia abuela con treinta años menos. Nunca se lo dije (a mi abuela), por si acaso se esfumaba una herencia que, finalmente, se reveló inexistente.
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Curtis Garland

Recupero el fragmento de un post que escribí hace tiempo. Sirva como homenaje al gran Curtis Garland:

La noche de América agonizante. Varias veces he dicho ya en este blog que idolatro a Juan Gallardo, a.k.a. Curtis Garland, a.k.a. mil nombres más, todos anglosajones. Empecé a sentir admiración tras leer su biografía, publicada por Morsa, y ver ese listado final en el que se citaban solo algunas de sus ¡2000 novelas! Después lo conocí en Barcelona y quedé más admirado. Después leí «La noche de América agonizante» y me puse a sus pies. Después encontré dos libros suyos en una ferie del libro viejo y de ocasión y disfruté leyéndolos como disfruto de los tebeos y de esos libros dedicados al alto objetivo de entretener.

«La noche de América agonizante» es un libro de ciencia ficción y espionaje en el que hay cosas que podrían haber escrito Stan Lee, Alan Moore, Grant Morrison, Frank Miller, Bryan Talbot… Máquinas del tiempo, tiranos continentales, espías honrados, amigos fieles, cochesvoladores, armas increíbles… Hay una idea que me gusta mucho y que sugiere que toda la ficción está almacenada en una caverna, como la de Platón, y el escritor se limita a traerla de vez en cuando al mundo de los libros. Gallardo sabe manejarse en esa oscura caverna sin necesidad de luz ni mapas, la conoce como la palma de su mano.

Los autores de bolsilibros, esos libritos que inundaban los quioscos y se vendían como churros, debían escribir una novela a la semana. Eso, paradójicamente, les hacía libres de la obligación de escribir la mejor novela en cada novela. Se dejaban llevar por las urgencias y la imaginación volaba libre y certera. 

Sobre todo esto, Javier Pérez Andújar escribe en el prólogo a «Yo, Curtis Garland»: Una de las diferencias más maravillosas que hay entre la literatura y la subliteratura, es que esta útlima sí que se compra para ser leída. Una novela de quiosco no se compra para quedar bien un día de Reyes, o para adornar una estantería o por dejarse influir por un prestigio publicitario, se compra con el modesto propósito de leerla y pasar el rato.

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Nueva compañera de viaje

Parece mentira pero ha pasado más de un año desde la última vez que escribí desde este lugar. No es disculpa pero entre tanto ha ocurrido en mi vida algo que los más cercanos conoceréis pero que igual algunos lectores desconocen, y es uno de esos viajes atemporales que implican una dirección en tu vida. El pasado 21 de Diciembre de 2011 nació Mara, nuestra hija y con ella todo se cubrió de una perspectiva hasta ahora desconocida que relativiza muchos de los valores existentes.

Como privado y personal no me extenderé más pero me parecía importante afirmarlo y haceros partícipes de semejante viaje en busca de la libertad.

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Nueva compañera de viaje

Parece mentira pero ha pasado más de un año desde la última vez que escribí desde este lugar. No es disculpa pero entre tanto ha ocurrido en mi vida algo que los más cercanos conoceréis pero que igual algunos lectores desconocen, y es uno de esos viajes atemporales que implican una dirección en tu vida. El pasado 21 de Diciembre de 2011 nació Mara, nuestra hija y con ella todo se cubrió de una perspectiva hasta ahora desconocida que relativiza muchos de los valores existentes.

Como privado y personal no me extenderé más pero me parecía importante afirmarlo y haceros partícipes de semejante viaje en busca de la libertad.

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¡¡¡Artista!!!

Mi hija es la más lista. No, no es un tópico, es la verdad. Nada de eso de que para los padres sus hijos siempre son los mejores, en mi caso es cierto e irrefutable. A ver si no cómo explicáis que con sólo dos añitos sea capaz de cantar el himno del Atleti con esa entonación casi perfecta. Los pelos como escarpias.
Al margen de esto, su capacidad artística es ilimitada. Lo mismo se pinta el ojo de verde con un rotulador como te llena una mesa de pegatinas o te planta las suelas de los zapatos en la pared blanca al más puro estilo “street art”.
Pero sin duda, lo más sorprendente y llamativo es su potencial como futura cantaora. Un vibrato al alcance de pocos, una capacidad para pasar del grave al agudo sin parangón, una interpretación sublime y una lírica capaz de emocionar al más pintado. Y si no me creéis, mirad, mirad…..

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¡¡¡Artista!!!

Mi hija es la más lista. No, no es un tópico, es la verdad. Nada de eso de que para los padres sus hijos siempre son los mejores, en mi caso es cierto e irrefutable. A ver si no cómo explicáis que con sólo dos añitos sea capaz de cantar el himno del Atleti con esa entonación casi perfecta. Los pelos como escarpias.
Al margen de esto, su capacidad artística es ilimitada. Lo mismo se pinta el ojo de verde con un rotulador como te llena una mesa de pegatinas o te planta las suelas de los zapatos en la pared blanca al más puro estilo “street art”.
Pero sin duda, lo más sorprendente y llamativo es su potencial como futura cantaora. Un vibrato al alcance de pocos, una capacidad para pasar del grave al agudo sin parangón, una interpretación sublime y una lírica capaz de emocionar al más pintado. Y si no me creéis, mirad, mirad…..

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(Yo creo en) Bruce Lee



Muchos años después, en otro lugar y con otros protagonistas, he vuelto a asistir a una conversación que ya escuché y que, en su momento, puse por escrito:


De pie junto a un banco, vio a El Cuevas. Estaba con dos chavales y parecían discutir airadamente. Al acercarse, pudo oír la conversación:
            ―Brus li está muerto. El mejor es Yaqui Chan ―decía José Manuel.
            ―¿Y eso qué más da? Brus li es una leyenda y le da mil vueltas a Yaqui Chan, al Van Dam y a ése que dices tú ―dijo El Cuevas.
            ―Yet li ―aclaró Jesús.
            ―El Van Dam sí que es un mierda. Una vez se encontraron por la calle Van Dam y Yet Li. Se miraron y empezaron a pelearse. El Yet Li hinchó al Van Dame. Así: fa´… fa´… ―José Manuel acompañó sus palabras de movimientos espasmódicos de brazos y pies, como si hiciera kung fu.
            ―Me da igual lo que digáis, Brus Li es el mejor ―El Cuevas defendía su postura con pasión.
            ―Ya me estás enrritando, compare, con el mierda de Brus Li. Pero si está muerto. Si ahora pelearan Brus Li y Yaqui Chan, ganaría Yaqui Chan.
            ―Claro, pichica, porque Brus Li está muerto.
            Manuel sintió ganas de intervenir pero se contuvo, pensó que no estaría a la altura de la conversación.
            ―Eres un comemierda ―le dijo José a El Cuevas―. Yaqui Chan tiene el récord del KO más rápido. Hace fa´… fa´ y te deja KO ―José Manuel repitió los movimientos espasmódicos dirigiendo los de los brazos contra el defensor de Bruce Lee.
            ―Como saque el espíritu de Brus Li te reviento a hostias.
            ―Eres un fantasma, te vas a comer toas mis mierdas por tu boca.
La conversación se movía por los derroteros habituales.
―Si Brus Li estuviera vivo sería el mejor ―terció Jesús―, pero como está muerto el mejor es Yaqui Chan. ¿Sabéis que mi papa le dio la mano a Brus Li?
―¿Qué dices? ―preguntó El Cuevas emocionado.
―Mi papa conoce a muchos famosos. La noche antes de que muriera el Torete,  mi padre estuvo de fiesta con él y se emborracharon juntos.
―Me estás vacilando.
―Que no, que es verdad ―dijo José Manuel―. Su papa ha viajao mucho, lo que pasa es que ahora ha acabao en Archipiélago.
            La conversación se fue apagando hasta que los dos chavales decidieron largarse. El Cuevas quiso decir la última palabra y les gritó:
―¡Brus li es el mejor!
―¡Comemierdas! ―le respondieron los otros dos desde lejos.
―Joder, Cuevas ―le dijo Manuel―, ¿cómo te metes en estos líos?
―Porque hay que defender en lo que uno cree y yo creo en Brus Li.
(Sigue aquí, por cierto).
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Moscas

  – [Mamá] Nico, ponte el abrigo, por si las moscas. – [Nico] ¿Qué? ¿Que van a venir las moscas? – [Mamá] No, Nico, es una expresión que quiere decir lo mismo que “por si acaso”. – [Nico] Ah, vale, me pongo el abrigo por si acaso vienen las moscas.

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Y comienzan los problemas…

En la visita del día siguiente según marcaba el horario, lo encontré conectado a un aparato que acababa en su naricita. Dos cánulas que se introducían en sus orificios nasales sujetadas con unas cinchas a su cabeza, y una especie de gafas de fieltro que le tapaban los ojos. Ya comenté en la anterior entrada que tenía cierta dificultad para respirar. Viendo esto puedes imaginar que la cosa no había ido a mejor…
Por lo demás, todo igual. Bueno, salvo por la pérdida de peso. TODOS los niños, sean a término o prematuros, pierden peso, que lo suelen  recuperar sobre los 7-10 días de vida. Lo que ocurre es que, en un prematuro, todavía te parece mas horrible. Si nace con 720 grs y va perdiendo, ¿que queda?. Sabed que rondó los 600 grs cuando menos peso, y ahí está.

¿Que demonios eran esos tubos, por que los llevaba y para que servían?.
La complicación inicial esperada y mas temida en un prematuro es la enfermedad de la membrana hialina (EMH).
La EMH es debida a la falta o ausencia de surfactante pulmonar. Es una proteína que hace que los alveolos (unas pequeñas bolsitas al final de los bronquios donde se produce el intercambio de oxígeno) queden despegados y pueda entrar el aire. Si falta, quedan colapsados y no puede pasar el aire (atelectasia alveolar difusa). Para prevenir o minimizar esta complicación se administran corticoides a la madre antes de que nazca (en los menores de 34 semanas de gestación), a ser posible 2 dosis en 24 horas. Esto va a prevenir bastante, pero no le exime de padecerla. La incidencia es inversamente proporcional a la edad de gestación y al peso al nacer (mas frecuente cuanto mas pequeño y mas inmaduro).
El tratamiento se basa en intentar optimizar la entrada de aire e ir ganando tiempo hasta que empiece a fabricarlo el neonato. ¿Cómo se consigue expandir los alveolos y las vías respiratorias mas pequeñas?.
Hay varias posibilidades. Se adaptan al estado de cada uno, pudiendo empezar por una por otra.
Básicamente se dispone de:
– tratamiento sustitutivo del surfactante: se administra surfactante artificial de forma endotraqueal (o sea, por un tubo que se mete por la nariz o la boca y llega hasta la traquea).
– soporte respiratorio: CPAP o ventilación mecánica.
CPAP (presión positiva continua en las vías aéreas): mediante unas cánulas nasales o un tubo nasofaríngeo (desde la nariz a la faringe) se administra aire a presión de forma continua, que puede ir enriquecido en oxígeno o no, dependiendo de las necesidades.
Ventilación mecánica: pacientes intubados (tubo por la nariz o la boca que llega hasta la traquea) conectados a un respirador (máquina que digamos respira por el según las características que se precisen, existiendo varias modalidades). Para esto es posible que se tenga que dejar adormilado al neonato para que esté bien adaptado (es decir, se deje llevar por la máquina), la cual cosa se consigue mediante diferentes medicaciones (sedantes, relajantes musculares).
– fármacos: administrados de forma endovenosa, ya sea umbilical (por el ombligo) o por una periférica (de la cabeza a los pies en cualquiera de ellas).
– oxígeno.
Con el tiempo se intenta deshabituar al neonato de toda esta maquinaria, y siempre de la forma mas precoz posible en función de la respuesta.

 Os presento a mi hijo durante su etapa en la UCI neonatal
Aquí lo veis, con su CPAP puesto. Necesitaba un poco de oxígeno, pero nada del otro mundo. Visto desde fuera como pediatra en ciernes, no me impresionaba de gravedad, ¡¡¡pero era mi hijo…!!!
Os puedo decir que se le veía cómodo, tranquilo. De vez en cuando abría los ojos, y descubrías una mirada triste que te helaba el corazón… Y no, no veía (uno a término tampoco ve), salvo luces y sombras. 
¿Y que tiene que ver con esto esas gafas de fieltro…?. Nada. 
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Y comienzan los problemas…

En la visita del día siguiente según marcaba el horario, lo encontré conectado a un aparato que acababa en su naricita. Dos cánulas que se introducían en sus orificios nasales sujetadas con unas cinchas a su cabeza, y una especie de gafas de fieltro que le tapaban los ojos. Ya comenté en la anterior entrada que tenía cierta dificultad para respirar. Viendo esto puedes imaginar que la cosa no había ido a mejor…
Por lo demás, todo igual. Bueno, salvo por la pérdida de peso. TODOS los niños, sean a término o prematuros, pierden peso, que lo suelen  recuperar sobre los 7-10 días de vida. Lo que ocurre es que, en un prematuro, todavía te parece mas horrible. Si nace con 720 grs y va perdiendo, ¿que queda?. Sabed que rondó los 600 grs cuando menos peso, y ahí está.

¿Que demonios eran esos tubos, por que los llevaba y para que servían?.
La complicación inicial esperada y mas temida en un prematuro es la enfermedad de la membrana hialina (EMH).
La EMH es debida a la falta o ausencia de surfactante pulmonar. Es una proteína que hace que los alveolos (unas pequeñas bolsitas al final de los bronquios donde se produce el intercambio de oxígeno) queden despegados y pueda entrar el aire. Si falta, quedan colapsados y no puede pasar el aire (atelectasia alveolar difusa). Para prevenir o minimizar esta complicación se administran corticoides a la madre antes de que nazca (en los menores de 34 semanas de gestación), a ser posible 2 dosis en 24 horas. Esto va a prevenir bastante, pero no le exime de padecerla. La incidencia es inversamente proporcional a la edad de gestación y al peso al nacer (mas frecuente cuanto mas pequeño y mas inmaduro).
El tratamiento se basa en intentar optimizar la entrada de aire e ir ganando tiempo hasta que empiece a fabricarlo el neonato. ¿Cómo se consigue expandir los alveolos y las vías respiratorias mas pequeñas?.
Hay varias posibilidades. Se adaptan al estado de cada uno, pudiendo empezar por una por otra.
Básicamente se dispone de:
– tratamiento sustitutivo del surfactante: se administra surfactante artificial de forma endotraqueal (o sea, por un tubo que se mete por la nariz o la boca y llega hasta la traquea).
– soporte respiratorio: CPAP o ventilación mecánica.
CPAP (presión positiva continua en las vías aéreas): mediante unas cánulas nasales o un tubo nasofaríngeo (desde la nariz a la faringe) se administra aire a presión de forma continua, que puede ir enriquecido en oxígeno o no, dependiendo de las necesidades.
Ventilación mecánica: pacientes intubados (tubo por la nariz o la boca que llega hasta la traquea) conectados a un respirador (máquina que digamos respira por el según las características que se precisen, existiendo varias modalidades). Para esto es posible que se tenga que dejar adormilado al neonato para que esté bien adaptado (es decir, se deje llevar por la máquina), la cual cosa se consigue mediante diferentes medicaciones (sedantes, relajantes musculares).
– fármacos: administrados de forma endovenosa, ya sea umbilical (por el ombligo) o por una periférica (de la cabeza a los pies en cualquiera de ellas).
– oxígeno.
Con el tiempo se intenta deshabituar al neonato de toda esta maquinaria, y siempre de la forma mas precoz posible en función de la respuesta.

 Os presento a mi hijo durante su etapa en la UCI neonatal
Aquí lo veis, con su CPAP puesto. Necesitaba un poco de oxígeno, pero nada del otro mundo. Visto desde fuera como pediatra en ciernes, no me impresionaba de gravedad, ¡¡¡pero era mi hijo…!!!
Os puedo decir que se le veía cómodo, tranquilo. De vez en cuando abría los ojos, y descubrías una mirada triste que te helaba el corazón… Y no, no veía (uno a término tampoco ve), salvo luces y sombras. 
¿Y que tiene que ver con esto esas gafas de fieltro…?. Nada. 
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