Planetario de Huesca, Espacio 0,42, una ventana al Universo.

Longitud 0,latitud 42. ¿de dónde son esas coordenadas?

En el año 2008, estuvimos un mes recorriendo algunos lugares de Argentina y Chile. Llegamos a un lugar increible, el valle de Elqui, y allí descubrimos que además de considerarse la cuna del Pisco, en esta zona se dan unas condiciones únicas para la observación astronómica. Como no podía ser de otro modo  una de las noches nos apuntamos a lo que fué una experiencia increíble. Subir en plena noche a la cima de una montaña y descubrir por dentro uno de esos grandes telescopios que resultan ser verdaderas ventanas al espacio. Fué allí donde descubrimos un «turismo de las estrellas» que viaja y en ocasiones paga cifras astronómicas por asomarse a esas originales ventanas.
Es por ello que nos alegramos en cuanto escuchamos la noticia de la creación de un planetario en Huesca, y concretamente en Walqa otro de esos proyectos de los que nos gusta su transfondo.
No hace mucho tuvimos ocasión de visitarlo y la verdad es que nos encantó.
La astronomía es una ciencia que se vive con pasión pero que en ocasiones es dificil transmitir por lo abstracto y distante que puede parecernos. Todos, incluidos los peques tenemos gran cantidad de imagenes en nuestras cabezas de ese espacio con lo cual ya es complicado sorprendernos.

En el planetario de Huesca lo consiguen desde el primer momento, ya el espacio y su espectacular fachada al atardecer nos hace sentir que entramos en un lugar especial. Su espectacular globo terráqueo a escala donde buscarnos, ya nos hace cambiar nuestro sistema de percepción y escalas.
En espiral nos adentramos en las entrañas de este lugar para viajar al exterior y cual sueño infantil volar entre planetas, satélites y estrellas, mientras aprendemos. Desplazarnos por la superficie de Marte o penetrar entre los anillos de Saturno son algunas de las proezas que lograremos. Por un segundo miro a mi alrededor y veo rostros iluminados con esas caras de sorpresa que perdimos en nuestra infancia.
Para terminar nos asomaremos a dos de esas ventanas que nos acercan a algunos de esos brillantes puntos de luz que tenemos cada día sobre nuestras cabezas.

El frío de la noche nos pone en contacto de nuevo con nuestras preocupaciones y nos hace descender a nuestro reducido mundo particular… Al salir en el silencio de los grandes momentos una pregunta ronda por nuestras cabezas…¿qué hay detrás de ese precioso cielo pirenaico?
Volveremos para seguir descubriendolo

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Planetario de Huesca, Espacio 0,42, una ventana al Universo.

Longitud 0,latitud 42. ¿de dónde son esas coordenadas?

En el año 2008, estuvimos un mes recorriendo algunos lugares de Argentina y Chile. Llegamos a un lugar increible, el valle de Elqui, y allí descubrimos que además de considerarse la cuna del Pisco, en esta zona se dan unas condiciones únicas para la observación astronómica. Como no podía ser de otro modo  una de las noches nos apuntamos a lo que fué una experiencia increíble. Subir en plena noche a la cima de una montaña y descubrir por dentro uno de esos grandes telescopios que resultan ser verdaderas ventanas al espacio. Fué allí donde descubrimos un «turismo de las estrellas» que viaja y en ocasiones paga cifras astronómicas por asomarse a esas originales ventanas.
Es por ello que nos alegramos en cuanto escuchamos la noticia de la creación de un planetario en Huesca, y concretamente en Walqa otro de esos proyectos de los que nos gusta su transfondo.
No hace mucho tuvimos ocasión de visitarlo y la verdad es que nos encantó.
La astronomía es una ciencia que se vive con pasión pero que en ocasiones es dificil transmitir por lo abstracto y distante que puede parecernos. Todos, incluidos los peques tenemos gran cantidad de imagenes en nuestras cabezas de ese espacio con lo cual ya es complicado sorprendernos.

En el planetario de Huesca lo consiguen desde el primer momento, ya el espacio y su espectacular fachada al atardecer nos hace sentir que entramos en un lugar especial. Su espectacular globo terráqueo a escala donde buscarnos, ya nos hace cambiar nuestro sistema de percepción y escalas.
En espiral nos adentramos en las entrañas de este lugar para viajar al exterior y cual sueño infantil volar entre planetas, satélites y estrellas, mientras aprendemos. Desplazarnos por la superficie de Marte o penetrar entre los anillos de Saturno son algunas de las proezas que lograremos. Por un segundo miro a mi alrededor y veo rostros iluminados con esas caras de sorpresa que perdimos en nuestra infancia.
Para terminar nos asomaremos a dos de esas ventanas que nos acercan a algunos de esos brillantes puntos de luz que tenemos cada día sobre nuestras cabezas.

El frío de la noche nos pone en contacto de nuevo con nuestras preocupaciones y nos hace descender a nuestro reducido mundo particular… Al salir en el silencio de los grandes momentos una pregunta ronda por nuestras cabezas…¿qué hay detrás de ese precioso cielo pirenaico?
Volveremos para seguir descubriendolo

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Un espacio para la espiritualidad de los niños.

Hoy, después de una agradable pero intensa sesión de Yoga con los niños he reflexionado sobre algunas cosas en las que llevo trabajando un tiempo. Los niños que vienen a mis clases no son distintos de aquellos que pueblan las escuelas en nuestras ciudades. Sus padres han confiado en el efecto que el Yoga provoca en los niños y por distintos motivos nos traen a sus hijos y confían en que este método les ayuda a estar más tranquilos y ellos mismos me lo constatan cada día. A menudo les propongo juegos de respiración, sensoriales y de relajación. Ellos son como esponjas y aceptan lo que les propongo con una entrega increíble. A veces me cuentan sus experiencias en la escuela hablando de notas, calificaciones y conocimientos. Me gusta escucharles aunque la dinámica de la clase vaya por otros derroteros, luego entran en ella y se entregan con todo su corazón.

Hoy por ejemplo venían rotos, una con la muñeca dolorida, otra con el tobillo tronzado, otra con una tos incesante. Al comenzar las posturas me dí cuenta de ello. Así que decidí hacer Reiki con ellos, dos de la niñas ya habían tenido experiencia con el Reiki. Así que hicimos una sesión de sanación que duró unos minutos en cada uno de ellos. La verdad es que entraron pronto en la relajación y doy fe que les resultó corta. Antes de eso hice con ellos una meditación para llenar la sala de buena energía y se estuvieron quietos los quince minutos que duró. No hicimos juegos apenas en toda la hora y la hora transcurrió entre el cuento, la meditación, el Reiki y la relajación, hablando bajito de sus emociones y de sus reflexiones. Y así nos dejamos llevar por la luna nueva que hoy entra…

El caso es que, pienso en el día a día de los niños y en su exposición a la multitud de estímulos provenientes de ordenadores, de la televisión, los centros comerciales, el bombardeo de datos, lógicas matemáticas, lingüísticas del cole, en un papel y tantas horas en clase sin salir exceptuando el recreo. Sus tareas, sus notas , sus calificaciones. Y el poco tiempo para su juego e interaccionar con la naturaleza. Y luego, como cuando, les ofreces un lugar para la relajación, para sentirse.Te das cuenta como lo aceptan y como lo viven. ¿Dónde está entonces el espacio para que los niños expongan su espiritualidad? ¿Dónde esta su espacio para sentirse niños? ¿Dónde está su espacio para sentir la conexión con el mundo?. Creo que deberíamos reflexionar sobre esto y dotar a su educación de un encuentro con su lado espiritual. Creo que muchos niños les cuesta relajarse porque no se les da una oportunidad. Por eso creo que a los niños como dice Osho* hay que dejar que salga su ser que lleva dentro y no seguir metiendo tantas y tantas cosas inservibles en sus pequeñitas cabezas. Hoy todo esto me ha hecho reflexionar.

(*) Osho. «El libro del niño» 2009 Editorial Debolsillo

Por que creo que una educación en contacto con la naturaleza nos da valores intento compartir siempre que puedo con mis hijas, con mi mujer y con mis amigos todo aquello que adoro y expreso con el corazón. Y por que creo y seguiré creyendo en el ser humano. Dichoso el que disfruta de los valores naturales y su sabiduría con los suyos.

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Un espacio para la espiritualidad de los niños.

Hoy, después de una agradable pero intensa sesión de Yoga con los niños he reflexionado sobre algunas cosas en las que llevo trabajando un tiempo. Los niños que vienen a mis clases no son distintos de aquellos que pueblan las escuelas en nuestras ciudades. Sus padres han confiado en el efecto que el Yoga provoca en los niños y por distintos motivos nos traen a sus hijos y confían en que este método les ayuda a estar más tranquilos y ellos mismos me lo constatan cada día. A menudo les propongo juegos de respiración, sensoriales y de relajación. Ellos son como esponjas y aceptan lo que les propongo con una entrega increíble. A veces me cuentan sus experiencias en la escuela hablando de notas, calificaciones y conocimientos. Me gusta escucharles aunque la dinámica de la clase vaya por otros derroteros, luego entran en ella y se entregan con todo su corazón.

Hoy por ejemplo venían rotos, una con la muñeca dolorida, otra con el tobillo tronzado, otra con una tos incesante. Al comenzar las posturas me dí cuenta de ello. Así que decidí hacer Reiki con ellos, dos de la niñas ya habían tenido experiencia con el Reiki. Así que hicimos una sesión de sanación que duró unos minutos en cada uno de ellos. La verdad es que entraron pronto en la relajación y doy fe que les resultó corta. Antes de eso hice con ellos una meditación para llenar la sala de buena energía y se estuvieron quietos los quince minutos que duró. No hicimos juegos apenas en toda la hora y la hora transcurrió entre el cuento, la meditación, el Reiki y la relajación, hablando bajito de sus emociones y de sus reflexiones. Y así nos dejamos llevar por la luna nueva que hoy entra…

El caso es que, pienso en el día a día de los niños y en su exposición a la multitud de estímulos provenientes de ordenadores, de la televisión, los centros comerciales, el bombardeo de datos, lógicas matemáticas, lingüísticas del cole, en un papel y tantas horas en clase sin salir exceptuando el recreo. Sus tareas, sus notas , sus calificaciones. Y el poco tiempo para su juego e interaccionar con la naturaleza. Y luego, como cuando, les ofreces un lugar para la relajación, para sentirse.Te das cuenta como lo aceptan y como lo viven. ¿Dónde está entonces el espacio para que los niños expongan su espiritualidad? ¿Dónde esta su espacio para sentirse niños? ¿Dónde está su espacio para sentir la conexión con el mundo?. Creo que deberíamos reflexionar sobre esto y dotar a su educación de un encuentro con su lado espiritual. Creo que muchos niños les cuesta relajarse porque no se les da una oportunidad. Por eso creo que a los niños como dice Osho* hay que dejar que salga su ser que lleva dentro y no seguir metiendo tantas y tantas cosas inservibles en sus pequeñitas cabezas. Hoy todo esto me ha hecho reflexionar.

(*) Osho. «El libro del niño» 2009 Editorial Debolsillo

Por que creo que una educación en contacto con la naturaleza nos da valores intento compartir siempre que puedo con mis hijas, con mi mujer y con mis amigos todo aquello que adoro y expreso con el corazón. Y por que creo y seguiré creyendo en el ser humano. Dichoso el que disfruta de los valores naturales y su sabiduría con los suyos.

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Viernes revival

A raiz de un comentario en un post bastante antiguo, hace unos días estuve releyendo entradas viejas del blog, uno ya lleva un temporadita, y van ya mas de 200. Me sorprendió que hay muchas que ni siquiera recordaba, van siendo eclipsadas por las  nuevas, lo nuevo siempre le quita protagonismo a lo viejo, la vida es así.
Entonces pensé que se merecian una nueva vida, y que, aunque hay lectores que leen este blog desde el principio (mil gracias) muchos, son mas recientes, y puede que no las hayan leido. Así que, ni corto ni perezoso, las he seleccionado y remasterizado, que las he corregido, vaya, y me propongo ir colgando una cada viernes, es lo que he pasado a denominar, ta chan, ta chan! Viernes revival!!  (sin cachondeito!) y durara hasta que se me acaben los post molones, o hasta que se me olvide, lo que pase antes.
Esta primera se llamo:

Sueños Raros

Todos tenemos sueños raros, es mas, yo creo, que casi nunca tenemos sueños normales, el subconsciente es juguetón y traicionero, y además, no juega con las mismas reglas que nosotros, él va a lo suyo, y despliega una amplia panoplia de situaciones estrafalarias e irreales, pero que, de alguna manera, están ahí y conscientemente no podemos, no queremos, o no nos atrevemos a contar. Por el mismo motivo los olvidamos rápidamente, a los pocos segundos de despertarnos, se desvanecen como si nunca hubiesen estado, muchas veces son hiper raros y disparatados y nos viene bien olvidarlos, pero otras veces, soñamos cosas fantásticas y maravillosas, que durante unos minutos nos han parecido completamente reales,  que nos encantarían atesorar, y que, en el mejor de los casos, se quedan almacenadas en la mente, difuminadas como una vieja película en blanco y negro que vimos hace años.
Todos tenemos sueños raros, pero, en el caso de los niños es todavía mejor, ya que, si su realidad puede ser totalmente distorsionada (¿o quizá la distorsionada es la nuestra?) sus fantasía alcanzan ya límites Kafkianos.
Hace no mucho, estaba charlando con Marco, que al igual que sus hermanos, cuando ve fotos de su madre y yo, de la época en la que vivíamos en Londres, se enfada y no entiende porque él no estaba, se lo explicamos muchas veces pero aun no entiende que había vida antes de que él naciera, y una mañana nos comento que había soñado con cuando estábamos en Londres, y que él lo había visto, yo le pregunte que si él estaba allí con nosotros, y contestó que no, claro, aún estaba en  la barriga de mami (faltaban 12 años para eso!) pero se asomo por el ombligo y lo vio todo!!!…como si fuese una mirilla de una puerta !!
Hace también unos días, Lucas nos habló de un sueño que había tenido, aún mas estrafalario, había soñado con el día de nuestra boda, (otro enfado porque ellos no estaban!!) y en el momento de darnos el beso, ellos salían de la barriga de su madre, haciendo la aparición estelar, al tiempo que todo el mundo se deshacía en aplausos!!(eso pasaría 9 años despues, en el hospital, y creo que no hubieron palmas!!)…solo imaginármelo, me da escalofríos, pero él estaba super contento, por fin había estado en nuestra boda.

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Viernes revival

A raiz de un comentario en un post bastante antiguo, hace unos días estuve releyendo entradas viejas del blog, uno ya lleva un temporadita, y van ya mas de 200. Me sorprendió que hay muchas que ni siquiera recordaba, van siendo eclipsadas por las  nuevas, lo nuevo siempre le quita protagonismo a lo viejo, la vida es así.
Entonces pensé que se merecian una nueva vida, y que, aunque hay lectores que leen este blog desde el principio (mil gracias) muchos, son mas recientes, y puede que no las hayan leido. Así que, ni corto ni perezoso, las he seleccionado y remasterizado, que las he corregido, vaya, y me propongo ir colgando una cada viernes, es lo que he pasado a denominar, ta chan, ta chan! Viernes revival!!  (sin cachondeito!) y durara hasta que se me acaben los post molones, o hasta que se me olvide, lo que pase antes.
Esta primera se llamo:

Sueños Raros

Todos tenemos sueños raros, es mas, yo creo, que casi nunca tenemos sueños normales, el subconsciente es juguetón y traicionero, y además, no juega con las mismas reglas que nosotros, él va a lo suyo, y despliega una amplia panoplia de situaciones estrafalarias e irreales, pero que, de alguna manera, están ahí y conscientemente no podemos, no queremos, o no nos atrevemos a contar. Por el mismo motivo los olvidamos rápidamente, a los pocos segundos de despertarnos, se desvanecen como si nunca hubiesen estado, muchas veces son hiper raros y disparatados y nos viene bien olvidarlos, pero otras veces, soñamos cosas fantásticas y maravillosas, que durante unos minutos nos han parecido completamente reales,  que nos encantarían atesorar, y que, en el mejor de los casos, se quedan almacenadas en la mente, difuminadas como una vieja película en blanco y negro que vimos hace años.
Todos tenemos sueños raros, pero, en el caso de los niños es todavía mejor, ya que, si su realidad puede ser totalmente distorsionada (¿o quizá la distorsionada es la nuestra?) sus fantasía alcanzan ya límites Kafkianos.
Hace no mucho, estaba charlando con Marco, que al igual que sus hermanos, cuando ve fotos de su madre y yo, de la época en la que vivíamos en Londres, se enfada y no entiende porque él no estaba, se lo explicamos muchas veces pero aun no entiende que había vida antes de que él naciera, y una mañana nos comento que había soñado con cuando estábamos en Londres, y que él lo había visto, yo le pregunte que si él estaba allí con nosotros, y contestó que no, claro, aún estaba en  la barriga de mami (faltaban 12 años para eso!) pero se asomo por el ombligo y lo vio todo!!!…como si fuese una mirilla de una puerta !!
Hace también unos días, Lucas nos habló de un sueño que había tenido, aún mas estrafalario, había soñado con el día de nuestra boda, (otro enfado porque ellos no estaban!!) y en el momento de darnos el beso, ellos salían de la barriga de su madre, haciendo la aparición estelar, al tiempo que todo el mundo se deshacía en aplausos!!(eso pasaría 9 años despues, en el hospital, y creo que no hubieron palmas!!)…solo imaginármelo, me da escalofríos, pero él estaba super contento, por fin había estado en nuestra boda.

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Fabricamos una colina, unos árboles, un tren y una playa.

¿Cómo os imagináis la vista de la playa desde el tren mágico de ClickPadres? Nosotros empezamos imaginando una colina, una playa y  mar salpicado de velas blancas.
Para haber la colina utilizamos una cartulina azul (Reciclada de una foto anterior), le damos forma de colina doblando uno de los lados repetidas veces. Tras comprobar que no se aguanta, buscamos unos trocitos de cartón un poquito más duro y lo grapamos por debajo de la cartulina para fijar la forma curva de la colina.                                                      

Pero, claro es de color azul. tenemos que darle aspecto de colina. Para eso hemos utilizado unos retales de papel Crepe que hemos encontrado en el laboratorio de ClickPadres. Este tipo de papel es fácilmente localizable en cualquier papelería y al comprobar la etiqueta del precio vemos que es bastante económico. El rollo de 0.50 x 2.5 mts cuesta 0.80 céntimos. Pegamos el papel Crepe verde a la parte curva de la cartulina y fabricamos un tren con cartulina marrón y unas vías con cartulina negra.

 Para hacer la playa utlizamos una cartulina naranja y para darle aspecto vivo y acuático al mar. Cubrimos la parte azul que nos queda de cartulina con papel Crepe de color azul. Lo dejamos un poco suelto para que la imagen de las olas quede más auténtica. 
Y, ¿Qué tal si «fabricamos» unos barcos con papel?. Nos animamos y «fabricamos» también toallas, bañistas que enganchamos sobre la arena de la playa.   Por último «fabricamos» algunos árboles con cartulina marrón de los recortes sobrantes y un poquito del papel Crepe verde que nos sobra (tenemos un montón) y los enganchamos a los lados de la vía. 


Bueno, así es como nos imaginamos en ClickPadres la vista de la playa desde el tren mágico. Y vosotros/as?  

Ya de vuelta en nuestra cabina, después de una revitalizante ducha, me siento en la butaca y oh!, los barcos, los árboles, las personas, todo! se va haciendo cada vez más pequeño. Sin notarlo nuestro tren mágico se ha despegado de sus vías y ahora mismo surca el cielo veloz como un rayo. ¿Cuál será la próxima parada?

Dubidubidubi, dubidubidubi!- Se escucha un teléfono móvil desde el otro lado de la pared. Una voz infantil responde a la llamada. Y aquí es dónde ya nos imaginamos (más o menos) nuestra próxima parada.

Chu-Chu!- Próxima parada: Smartphones y niños.

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Fabricamos una colina, unos árboles, un tren y una playa.

¿Cómo os imagináis la vista de la playa desde el tren mágico de ClickPadres? Nosotros empezamos imaginando una colina, una playa y  mar salpicado de velas blancas.
Para haber la colina utilizamos una cartulina azul (Reciclada de una foto anterior), le damos forma de colina doblando uno de los lados repetidas veces. Tras comprobar que no se aguanta, buscamos unos trocitos de cartón un poquito más duro y lo grapamos por debajo de la cartulina para fijar la forma curva de la colina.                                                      

Pero, claro es de color azul. tenemos que darle aspecto de colina. Para eso hemos utilizado unos retales de papel Crepe que hemos encontrado en el laboratorio de ClickPadres. Este tipo de papel es fácilmente localizable en cualquier papelería y al comprobar la etiqueta del precio vemos que es bastante económico. El rollo de 0.50 x 2.5 mts cuesta 0.80 céntimos. Pegamos el papel Crepe verde a la parte curva de la cartulina y fabricamos un tren con cartulina marrón y unas vías con cartulina negra.

 Para hacer la playa utlizamos una cartulina naranja y para darle aspecto vivo y acuático al mar. Cubrimos la parte azul que nos queda de cartulina con papel Crepe de color azul. Lo dejamos un poco suelto para que la imagen de las olas quede más auténtica. 
Y, ¿Qué tal si «fabricamos» unos barcos con papel?. Nos animamos y «fabricamos» también toallas, bañistas que enganchamos sobre la arena de la playa.   Por último «fabricamos» algunos árboles con cartulina marrón de los recortes sobrantes y un poquito del papel Crepe verde que nos sobra (tenemos un montón) y los enganchamos a los lados de la vía. 


Bueno, así es como nos imaginamos en ClickPadres la vista de la playa desde el tren mágico. Y vosotros/as?  

Ya de vuelta en nuestra cabina, después de una revitalizante ducha, me siento en la butaca y oh!, los barcos, los árboles, las personas, todo! se va haciendo cada vez más pequeño. Sin notarlo nuestro tren mágico se ha despegado de sus vías y ahora mismo surca el cielo veloz como un rayo. ¿Cuál será la próxima parada?

Dubidubidubi, dubidubidubi!- Se escucha un teléfono móvil desde el otro lado de la pared. Una voz infantil responde a la llamada. Y aquí es dónde ya nos imaginamos (más o menos) nuestra próxima parada.

Chu-Chu!- Próxima parada: Smartphones y niños.

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El tren mágico de ClickPadres. Fin de la primera jornada de nuestro viaje.

La semana pasada, en ClickPadres, comenzamos el viaje hacia la seguridad en Internet. Buf! Que complicado! Buf! Que pereza!. Pues no. Ni muchísimo menos. Nos lo estamos pasando realmente bien. Nos encontramos un mapa y decidimos lanzarnos a la aventura siguiendo sus indicaciones. Decidimos dar el primer paso. Ese primer paso que te lleva irremediablemente, un poquito más lejos. Por que algo que no podemos negar es que manteniéndonos inmóviles no vamos a llegar a ninguna parte. Si permanecemos quietos no vamos a alcanzar ningún objetivo, ni a corto ni a largo plazo.
“La aventura más apasionante comienza con un paso” (Alexandra David-Néel)
También celebramos el día de Sant Jordi con nuestro amigo Blas, el Dragón. Un pedazo de dragón gigante con un corazón proporcional a su volumen. Un dragón que aprendió que la amistad es algo muy importante. El bondadoso dragón aprendió con sus nuevos amigos que la lectura es algo apasionante. Cada libro que lees es una pequeña pieza de Tetris que poco a poco , con el paso de los años, forman tu personalidad, cultura y tu forma de entender a las personas y a el mundo que te rodea.
Esta semana hemos aprendido a abrocharnos el cinturón de nuestro tren mágico. ¿Cómo? Un tren con cinturón de seguridad. Exacto, más vale estar prevenidos. Al igual que en la vida offline, en el mundo online debemos ir un paso por delante es prevenir posibles accidentes o encuentros desafortunados de nuestros hijos durante su navegación por Internet y las Redes Sociales. Comprobamos como debemos seguir unas lógicas indicaciones 
         Ubicar siempre el PC familiar en una estancia común de la casa. El lugar dónde la familia realice su vida cotidiana.
         Controlar el tiempo de conexión de los peques a la red. Abusar de Internet provoca adicción. Controlar el tiempo de conexión en todos los gadgets, smartphones, tablets, PC y videojuegos.
         Antes de ni tan siquiera ponernos en marcha aprendimos que debemos instalar un mínimo programa de control parental para prevenir “sustos” a los más pequeños.
¿Qué tipo de energía mueve este tren? ¿De que se alimenta para poner en marcha su motor? La caldera de la máquina que mueve el tren mágico de  se ClickPadres carga con el convencimiento de que el mejor camino para evitar el Ciberacoso y los Delitos telemáticos  dirigidos a los menores, es sin lugar a dudas la educación activa compartida en las #TIC. La lucha contra los ciberdelitos es el polo negativo de la batería del tren de ClickPadres, mientras que el polo positivo es sin lugar a dudas el hecho de formar usuarios competentes y respetuosos en la red.
La primera noticia que leemos durante el viaje hace referencia a la pornografía infantil en la red. Menudo golpe. Un golpe del que nos reponemos confiando en la luz que despide ClickPadres y que nos llega desde el final del túnel. Menos mal, que agobio, solo pensarlo. A uno se le ponen los pelos de punta. Pornografía + Internet + Niños, una combinación realmente mala, la peor. Pero no por ser el tema desagradable, vamos a mirar hacia otro lado. Es hora de aceptar la realidad actual de la pornografía infantil en Internet. El tráfico de estos contenidos es a día de hoy frenético. Debemos aceptarlo y educar a nuestros hijos e hijas para mantenerlos lejos de estos terribles comportamientos.
La primera parada de nuestro viaje fue en el maravilloso pueblo de “Respeto”. Sin darnos apenas cuenta durante nuestra estancia aprendimos varias costumbres locales que resulta que podemos aplicar sin problemas durante nuestra navegación por Internet. Aprendimos cómo los niños de Respeto aprenden tres valores fundamentales en la escuela. Tres valores que refuerzan sus padres y madres en el día a día de los pequeños. La Tolerancia, la Amistad y el Respeto son los tres valores que nos llevamos con nosotros como souvenir para adaptarlos a nuestra navegación por la red. En primer lugar Respeto por uno mismo y por nuestras publicaciones , de igual modo Respeto por las publicaciones y opiniones ajenas expresadas en Internet. En segundo lugar, Reconocimiento de la Amistad auténtica como un valioso vehículo de aprendizaje compartido. Y como no, Tolerancia. Por que los niños no tienen prejuicios y si reciben la educación adecuada son tolerantes. No les contaminemos con fobias ignorantes del mundo adulto.
¿Cuál será la próxima parada del tren mágico de ClickPadres?
Nuestro tren sigue sinuosamente la línea de la costa, y en uno de los tramos de playa observamos a los bañistas divirtiéndose en un fantástico día de verano. Los barcos surcan el mar desplazándose suavemente sobre las olas. Oh! Mira, fíjate!  Un avión y un helicóptero!

Chu-Chu! Saludamos desde la colina!
         ¿Tendremos tiempo de bañarnos en la próxima parada, papá?
         Claro que sí hijo.
Y por dentro sentimos la misma infantil llamada de la arena de la playa y de los revolcones en las olas del mediterráneo. Que buenos recuerdos nos trae el aroma a sal del mar. Y que buenos y divertidos momentos pasamos con nuestros hijos ahora que somos papás y mamás. Gracias, Mar Mediterráneo!
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El tren mágico de ClickPadres. Fin de la primera jornada de nuestro viaje.

La semana pasada, en ClickPadres, comenzamos el viaje hacia la seguridad en Internet. Buf! Que complicado! Buf! Que pereza!. Pues no. Ni muchísimo menos. Nos lo estamos pasando realmente bien. Nos encontramos un mapa y decidimos lanzarnos a la aventura siguiendo sus indicaciones. Decidimos dar el primer paso. Ese primer paso que te lleva irremediablemente, un poquito más lejos. Por que algo que no podemos negar es que manteniéndonos inmóviles no vamos a llegar a ninguna parte. Si permanecemos quietos no vamos a alcanzar ningún objetivo, ni a corto ni a largo plazo.
“La aventura más apasionante comienza con un paso” (Alexandra David-Néel)
También celebramos el día de Sant Jordi con nuestro amigo Blas, el Dragón. Un pedazo de dragón gigante con un corazón proporcional a su volumen. Un dragón que aprendió que la amistad es algo muy importante. El bondadoso dragón aprendió con sus nuevos amigos que la lectura es algo apasionante. Cada libro que lees es una pequeña pieza de Tetris que poco a poco , con el paso de los años, forman tu personalidad, cultura y tu forma de entender a las personas y a el mundo que te rodea.
Esta semana hemos aprendido a abrocharnos el cinturón de nuestro tren mágico. ¿Cómo? Un tren con cinturón de seguridad. Exacto, más vale estar prevenidos. Al igual que en la vida offline, en el mundo online debemos ir un paso por delante es prevenir posibles accidentes o encuentros desafortunados de nuestros hijos durante su navegación por Internet y las Redes Sociales. Comprobamos como debemos seguir unas lógicas indicaciones 
         Ubicar siempre el PC familiar en una estancia común de la casa. El lugar dónde la familia realice su vida cotidiana.
         Controlar el tiempo de conexión de los peques a la red. Abusar de Internet provoca adicción. Controlar el tiempo de conexión en todos los gadgets, smartphones, tablets, PC y videojuegos.
         Antes de ni tan siquiera ponernos en marcha aprendimos que debemos instalar un mínimo programa de control parental para prevenir “sustos” a los más pequeños.
¿Qué tipo de energía mueve este tren? ¿De que se alimenta para poner en marcha su motor? La caldera de la máquina que mueve el tren mágico de  se ClickPadres carga con el convencimiento de que el mejor camino para evitar el Ciberacoso y los Delitos telemáticos  dirigidos a los menores, es sin lugar a dudas la educación activa compartida en las #TIC. La lucha contra los ciberdelitos es el polo negativo de la batería del tren de ClickPadres, mientras que el polo positivo es sin lugar a dudas el hecho de formar usuarios competentes y respetuosos en la red.
La primera noticia que leemos durante el viaje hace referencia a la pornografía infantil en la red. Menudo golpe. Un golpe del que nos reponemos confiando en la luz que despide ClickPadres y que nos llega desde el final del túnel. Menos mal, que agobio, solo pensarlo. A uno se le ponen los pelos de punta. Pornografía + Internet + Niños, una combinación realmente mala, la peor. Pero no por ser el tema desagradable, vamos a mirar hacia otro lado. Es hora de aceptar la realidad actual de la pornografía infantil en Internet. El tráfico de estos contenidos es a día de hoy frenético. Debemos aceptarlo y educar a nuestros hijos e hijas para mantenerlos lejos de estos terribles comportamientos.
La primera parada de nuestro viaje fue en el maravilloso pueblo de “Respeto”. Sin darnos apenas cuenta durante nuestra estancia aprendimos varias costumbres locales que resulta que podemos aplicar sin problemas durante nuestra navegación por Internet. Aprendimos cómo los niños de Respeto aprenden tres valores fundamentales en la escuela. Tres valores que refuerzan sus padres y madres en el día a día de los pequeños. La Tolerancia, la Amistad y el Respeto son los tres valores que nos llevamos con nosotros como souvenir para adaptarlos a nuestra navegación por la red. En primer lugar Respeto por uno mismo y por nuestras publicaciones , de igual modo Respeto por las publicaciones y opiniones ajenas expresadas en Internet. En segundo lugar, Reconocimiento de la Amistad auténtica como un valioso vehículo de aprendizaje compartido. Y como no, Tolerancia. Por que los niños no tienen prejuicios y si reciben la educación adecuada son tolerantes. No les contaminemos con fobias ignorantes del mundo adulto.
¿Cuál será la próxima parada del tren mágico de ClickPadres?
Nuestro tren sigue sinuosamente la línea de la costa, y en uno de los tramos de playa observamos a los bañistas divirtiéndose en un fantástico día de verano. Los barcos surcan el mar desplazándose suavemente sobre las olas. Oh! Mira, fíjate!  Un avión y un helicóptero!

Chu-Chu! Saludamos desde la colina!
         ¿Tendremos tiempo de bañarnos en la próxima parada, papá?
         Claro que sí hijo.
Y por dentro sentimos la misma infantil llamada de la arena de la playa y de los revolcones en las olas del mediterráneo. Que buenos recuerdos nos trae el aroma a sal del mar. Y que buenos y divertidos momentos pasamos con nuestros hijos ahora que somos papás y mamás. Gracias, Mar Mediterráneo!
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Tolerancia, Amistad y Respeto.


El tren se detiene, bajamos nerviosos y emocionados como los niños al descubrir algo nuevo. “Respeto” es un típico pueblo mediterráneo que se encuentra situado entre el mar y la montaña. Es un pueblo realmente precioso. La construcción de las casas con el paso del tiempo se ha integrando en el paisaje de tal forma que es difícil distinguir entre viviendas, parcelas, verjas, árboles y rocas.

Todos los lugareños dividen su jornada de trabajo entre el mar y los campos que rodean el pueblo. Hoy en día, “Respeto” funciona de una forma bastante autosuficiente. La agricultura, la ganadería y la pesca son el motor que mueve el día a día del pueblo.

Los habitantes de “Respeto” son las personas más amables que te puedes encontrar. Desde bien pequeños aprenden tres valores fundamentales en la escuela: Tolerancia, Amistad y Respeto;  por uno mismo y por los demás.
Más que aprender Tolerancia en la escuela, lo que de verdad aprenden es, a no perderla. Los niños no tienen prejuicios. Somos los adultos los que contaminamos de alguna manera sus pequeñas cabezas, arrastrados por la ignorancia, la incultura y el miedo a lo desconocido. Los profesores de la escuela del pueblo trabajan muy duro para que esa tolerancia se mantenga y no se pierda con la entrada al mundo adulto.
En el cole de “Respeto”, los niños y niñas aprenden el verdadero sentido y valor de la amistad y de cómo al igual que el amor, ésta también se ha de regar a diario para mantenerla viva y fresca.  
Y lo más importante, los escolares del pueblo, aprenden el significado real de la palabra: Respeto. Comenzando por conocerse y aceptarse uno mismo. De esta forma comienzan a conocer y aceptar su entorno y a sus semejantes.
“Respeto” se va haciendo cada vez más pequeño en el horizonte mientras siento que el tren acelera sobre las vías. Quizás es que ya no está enfadado. Quizás es que le está comenzando a gustar este viaje y quiere llegar cuanto antes a la siguiente parada. De todas formas, nos vamos de Respeto con muy buen sabor de boca. Nos vamos con algunas buenas recomendaciones que podemos aplicar sin problemas en el mundo online.
Para ser buenos ínternautas y navegar con seguridad podemos seguir en nuestra navegación las tres premisas que aprenden los niños de “Respeto”.
1- Tolerancia por las opiniones expresadas en la red. Detrás de cada publicación y fotografía siempre hay una persona de carne y hueso.
2- Amistad. Debemos transmitir a los menores que el hecho de tener un gran número de contactos no implica ser una persona  relevante o famosa. Conservaremos y confiaremos únicamente en nuestros contactos reales contrastados.
3- Por último que no menos importante, RESPETO. Respeto por las publicaciones y personas que no sean de nuestro agrado. Respeto por nuestras propias publicaciones. No por mostrar más tu vida privada vas a ser más conocido. El nivel de la privacidad de tus publicaciones ha de ser el mismo que el nivel de privacidad que mantienes en la vida real.
Hace unos días leí un buen ejemplo para ilustrar el tema de la privacidad de las publicaciones de los menores en la red, decía así: “No publiques ninguna fotografía en Internet que no te gustaría ver colgada en el tablón de anuncios de tu colegio o Instituto”.
Me trae de vuelta al mundo real desde mis pensamientos el movimiento de la puerta del vagón que queda delante mio, desde el otro lado llega el aroma de la cena. Eso le hace recordar a mi estómago que no hemos comido nada desde hace un buen rato, y el rugido de mi barriga resuena como un león haciéndose notar en medio de la sabana.

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Tolerancia, Amistad y Respeto.


El tren se detiene, bajamos nerviosos y emocionados como los niños al descubrir algo nuevo. “Respeto” es un típico pueblo mediterráneo que se encuentra situado entre el mar y la montaña. Es un pueblo realmente precioso. La construcción de las casas con el paso del tiempo se ha integrando en el paisaje de tal forma que es difícil distinguir entre viviendas, parcelas, verjas, árboles y rocas.

Todos los lugareños dividen su jornada de trabajo entre el mar y los campos que rodean el pueblo. Hoy en día, “Respeto” funciona de una forma bastante autosuficiente. La agricultura, la ganadería y la pesca son el motor que mueve el día a día del pueblo.

Los habitantes de “Respeto” son las personas más amables que te puedes encontrar. Desde bien pequeños aprenden tres valores fundamentales en la escuela: Tolerancia, Amistad y Respeto;  por uno mismo y por los demás.
Más que aprender Tolerancia en la escuela, lo que de verdad aprenden es, a no perderla. Los niños no tienen prejuicios. Somos los adultos los que contaminamos de alguna manera sus pequeñas cabezas, arrastrados por la ignorancia, la incultura y el miedo a lo desconocido. Los profesores de la escuela del pueblo trabajan muy duro para que esa tolerancia se mantenga y no se pierda con la entrada al mundo adulto.
En el cole de “Respeto”, los niños y niñas aprenden el verdadero sentido y valor de la amistad y de cómo al igual que el amor, ésta también se ha de regar a diario para mantenerla viva y fresca.  
Y lo más importante, los escolares del pueblo, aprenden el significado real de la palabra: Respeto. Comenzando por conocerse y aceptarse uno mismo. De esta forma comienzan a conocer y aceptar su entorno y a sus semejantes.
“Respeto” se va haciendo cada vez más pequeño en el horizonte mientras siento que el tren acelera sobre las vías. Quizás es que ya no está enfadado. Quizás es que le está comenzando a gustar este viaje y quiere llegar cuanto antes a la siguiente parada. De todas formas, nos vamos de Respeto con muy buen sabor de boca. Nos vamos con algunas buenas recomendaciones que podemos aplicar sin problemas en el mundo online.
Para ser buenos ínternautas y navegar con seguridad podemos seguir en nuestra navegación las tres premisas que aprenden los niños de “Respeto”.
1- Tolerancia por las opiniones expresadas en la red. Detrás de cada publicación y fotografía siempre hay una persona de carne y hueso.
2- Amistad. Debemos transmitir a los menores que el hecho de tener un gran número de contactos no implica ser una persona  relevante o famosa. Conservaremos y confiaremos únicamente en nuestros contactos reales contrastados.
3- Por último que no menos importante, RESPETO. Respeto por las publicaciones y personas que no sean de nuestro agrado. Respeto por nuestras propias publicaciones. No por mostrar más tu vida privada vas a ser más conocido. El nivel de la privacidad de tus publicaciones ha de ser el mismo que el nivel de privacidad que mantienes en la vida real.
Hace unos días leí un buen ejemplo para ilustrar el tema de la privacidad de las publicaciones de los menores en la red, decía así: “No publiques ninguna fotografía en Internet que no te gustaría ver colgada en el tablón de anuncios de tu colegio o Instituto”.
Me trae de vuelta al mundo real desde mis pensamientos el movimiento de la puerta del vagón que queda delante mio, desde el otro lado llega el aroma de la cena. Eso le hace recordar a mi estómago que no hemos comido nada desde hace un buen rato, y el rugido de mi barriga resuena como un león haciéndose notar en medio de la sabana.

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Y el parto en casa fue posible

Hace exactamente un año, el 2 de mayo de 2012, manteniamos una reunión con la que fue la matrona en el parto de los mellizos. Acudiamos a hablar con ella para que valorara una vez más la posibilidad de asistir nuestro parto en casa. No fue una reunión muy larga, pero los instantes previos a […]

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Aceptando «Realidades Virtuales».


Muy lentamente comenzamos el viaje sobre los raíles mientras nuestro tren parece quejarse al lanzar un agudo silbido. El aire limpio de la mañana que entra por la ventanilla despeina mi flequillo mientras ojeo el diario. Paso la página, y Plás!, tropiezo con una de esas desagradables y tristemente cada vez más habituales noticias sobre redadas policiales contra la pornografía infantil en la red. Otro triunfo policial contra los ciberdelitos, por suerte cada dia son más. Pero a pesar de aumentar el número de redadas policiales y denuncias, no hay suficientes policías y juzgados en el mundo para combatir todos los comportamientos delictivos que se producen diariamente en la red.
Una avalancha de preguntas cae a plomo sobre mi cabeza. De algunas conozco la respuesta, de otras no. Pero al leer este tipo de noticias  lo que de verdad siento, es indignación. No únicamente la triste indignación que se siente por los pederastas y pedófilos. Siento indignación y vergüenza ajena por la parte que nos toca como padres y madres. Puede resultar duro leer estas lineas pero es una evidente realidad que debemos aceptar.  
«Proporcionar a tus hijos el acceso a Internet sin educarlos previamente es igual que lanzarlos a un mar repleto de tiburones».
Ante la ausencia de una educación digital, es responsabilidad de los padres el educar a los más pequeños en el ámbito #3.0. Educar para prevenir posibles “accidentes” y educar para disfrutar con respeto de la red.
El tráfico de contenidos de abierto carácter pedófilo es enorme. No podemos dejar entrar a nuestros hijos en Internet y las Redes Sociales sin proporcionarles una educación al respecto. Es simplemente sentido común. El mismo sentido común que nos guía en la vida Offline y que por desgracia, muchísimas personas no lo acaban de aplicar de igual modo en el mundo Online.
La red no es la culpable de los comportamientos pedófilos, pero sí los facilita. En Internet los pederastas y pedófilos se sienten seguros tras el falso anonimato bajo el que actúan. En Internet este tipo de ciberdelincuentes encuentran a otros muchos “iguales” con lo que la percepción de la gravedad de sus actos disminuye y se normaliza.
Los padres y madres que estén dispuestos a involucrarse en la educación 3.0 de sus hijos deben aceptar y admitir la realidad actual de estos temas en la red. De esta forma aprendiendo y formándonos es como poco a poco avanzaremos en nuestro camino hacia la seguridad en la red para los peques.
Recorremos kilómetros entre bosques de pinos y poco a poco, el tren, nos acerca a la costa. El meláncolico aroma del mar recorre el vagón y me hace recordar escenas de pasados veranos. Chu-Chu! Delante nuestro se presenta el primer túnel, tranquilos, es cortito.

-Nos acercamos a una estación!- Se escucha desde las primeras filas. El tren comienza a reducir su marcha por que llegamos al pueblo de «Respeto».

– Coge la cámara y la chaqueta que bajaremos a visitarlo…

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Aceptando «Realidades Virtuales».


Muy lentamente comenzamos el viaje sobre los raíles mientras nuestro tren parece quejarse al lanzar un agudo silbido. El aire limpio de la mañana que entra por la ventanilla despeina mi flequillo mientras ojeo el diario. Paso la página, y Plás!, tropiezo con una de esas desagradables y tristemente cada vez más habituales noticias sobre redadas policiales contra la pornografía infantil en la red. Otro triunfo policial contra los ciberdelitos, por suerte cada dia son más. Pero a pesar de aumentar el número de redadas policiales y denuncias, no hay suficientes policías y juzgados en el mundo para combatir todos los comportamientos delictivos que se producen diariamente en la red.
Una avalancha de preguntas cae a plomo sobre mi cabeza. De algunas conozco la respuesta, de otras no. Pero al leer este tipo de noticias  lo que de verdad siento, es indignación. No únicamente la triste indignación que se siente por los pederastas y pedófilos. Siento indignación y vergüenza ajena por la parte que nos toca como padres y madres. Puede resultar duro leer estas lineas pero es una evidente realidad que debemos aceptar.  
«Proporcionar a tus hijos el acceso a Internet sin educarlos previamente es igual que lanzarlos a un mar repleto de tiburones».
Ante la ausencia de una educación digital, es responsabilidad de los padres el educar a los más pequeños en el ámbito #3.0. Educar para prevenir posibles “accidentes” y educar para disfrutar con respeto de la red.
El tráfico de contenidos de abierto carácter pedófilo es enorme. No podemos dejar entrar a nuestros hijos en Internet y las Redes Sociales sin proporcionarles una educación al respecto. Es simplemente sentido común. El mismo sentido común que nos guía en la vida Offline y que por desgracia, muchísimas personas no lo acaban de aplicar de igual modo en el mundo Online.
La red no es la culpable de los comportamientos pedófilos, pero sí los facilita. En Internet los pederastas y pedófilos se sienten seguros tras el falso anonimato bajo el que actúan. En Internet este tipo de ciberdelincuentes encuentran a otros muchos “iguales” con lo que la percepción de la gravedad de sus actos disminuye y se normaliza.
Los padres y madres que estén dispuestos a involucrarse en la educación 3.0 de sus hijos deben aceptar y admitir la realidad actual de estos temas en la red. De esta forma aprendiendo y formándonos es como poco a poco avanzaremos en nuestro camino hacia la seguridad en la red para los peques.
Recorremos kilómetros entre bosques de pinos y poco a poco, el tren, nos acerca a la costa. El meláncolico aroma del mar recorre el vagón y me hace recordar escenas de pasados veranos. Chu-Chu! Delante nuestro se presenta el primer túnel, tranquilos, es cortito.

-Nos acercamos a una estación!- Se escucha desde las primeras filas. El tren comienza a reducir su marcha por que llegamos al pueblo de «Respeto».

– Coge la cámara y la chaqueta que bajaremos a visitarlo…

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Adán y Eva… y su descendencia

¿Alguna vez se han preguntado cómo es posible que Adán y Eva hayan poblado la faz de la Tierra? Esa pregunta, un poco más compleja, me la hizo la Chiqui hace poco.


Resulta que yo iba manejando y  me dice:


─Papi, te tengo una pregunta.


De inmediato la interrumpo y le digo:


─Como ya te conozco y sospecho que será una pregunta que merecerá estudio, vamos a grabarla y así no se me olvida. ¿Te parece?


─Ok. Contestó


Preparé la grabadora del teléfono (descuiden, estaba detenido en una luz de tránsito) y le pedí que hiciera su pregunta. Aquí les comparto el audio para la escuchen.






Ahí la tienen. ¿Qué preguntita, verdad?


Bueno. Como ya una vez me había resultado interesante pasar la pregunta a otra persona, se me ocurrió volverlo a hacer y le dije:


─¿Por qué no le preguntas a tu maestra de religión? Le sugerí.

─Porque ya lo hice. Contestó riéndose.


Jajajajaja. Me entró un ataque de risa porque si la Chiqui me estaba haciendo la pregunta a mí, eso significaba dos cosas. O que la contestación no la satisfizo o que su maestra no le supo contestar.


Aún ahogado de la risa le digo:


─Cuéntame. ¿Qué te dijo la maestra?


─Lo que pasó es que cuando le pregunté, llegó otra maestra y  me dijo que mejor le preguntara a una Sor (monja) porque lo que ella me contestara me podía confundir más.


Como un bumerán, la pregunta regresó a mí.


─Chiqui. Si buscamos en la Biblia, encontraremos lo siguiente en el libro de Génesis:


“Sean fecundos y multiplíquense”.


O sea, que Dios les dio una orden directa a Adán y Eva. En otras palabras, sí se casaron entre hermanos y hermanas, sobrinos, sobrinas y así sucesivamente.  De esta forma se pobló la tierra, porque Dios así lo permitió─.




¿Y ustedes, qué opinan? 

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Adán y Eva… y su descendencia

¿Alguna vez se han preguntado cómo es posible que Adán y Eva hayan poblado la faz de la Tierra? Esa pregunta, un poco más compleja, me la hizo la Chiqui hace poco.


Resulta que yo iba manejando y  me dice:


─Papi, te tengo una pregunta.


De inmediato la interrumpo y le digo:


─Como ya te conozco y sospecho que será una pregunta que merecerá estudio, vamos a grabarla y así no se me olvida. ¿Te parece?


─Ok. Contestó


Preparé la grabadora del teléfono (descuiden, estaba detenido en una luz de tránsito) y le pedí que hiciera su pregunta. Aquí les comparto el audio para la escuchen.






Ahí la tienen. ¿Qué preguntita, verdad?


Bueno. Como ya una vez me había resultado interesante pasar la pregunta a otra persona, se me ocurrió volverlo a hacer y le dije:


─¿Por qué no le preguntas a tu maestra de religión? Le sugerí.

─Porque ya lo hice. Contestó riéndose.


Jajajajaja. Me entró un ataque de risa porque si la Chiqui me estaba haciendo la pregunta a mí, eso significaba dos cosas. O que la contestación no la satisfizo o que su maestra no le supo contestar.


Aún ahogado de la risa le digo:


─Cuéntame. ¿Qué te dijo la maestra?


─Lo que pasó es que cuando le pregunté, llegó otra maestra y  me dijo que mejor le preguntara a una Sor (monja) porque lo que ella me contestara me podía confundir más.


Como un bumerán, la pregunta regresó a mí.


─Chiqui. Si buscamos en la Biblia, encontraremos lo siguiente en el libro de Génesis:


“Sean fecundos y multiplíquense”.


O sea, que Dios les dio una orden directa a Adán y Eva. En otras palabras, sí se casaron entre hermanos y hermanas, sobrinos, sobrinas y así sucesivamente.  De esta forma se pobló la tierra, porque Dios así lo permitió─.




¿Y ustedes, qué opinan? 

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Cielo amarillo

Durante muchos años la gente daba por hecho que por abril aguas mil y que hasta el cuarenta de mayo no había que quitarse el sayo. En el diario, la información del tiempo era una breve nota no mayor que el jeroglífico o el chiste de la página de los pasatiempos y en la tele se ocupaban del tema amables señores que, convencidos de la levedad de su tarea, llegaban a jugarse el bigote por si erraban con su pronóstico de lluvia para el día siguiente. Lo perdían, claro. El tiempo era el Tiempo, a secas, pero con los años la cosa se complicó: los medios apostaron por darle a esta paraciencia más minutos y más páginas, y más minutos y más páginas, y los simpáticos Hombres del Tiempo se convirtieron en meteorólogos. La gente, que durante siglos había vivido sin necesidad de informarse del tiempo del día anterior –porque ya lo había sufrido-, del presente –bastaba con salir a la calle para enterarse- y del de mañana –para eso disponía de un puñado de refranes y de la observación del vuelo del grajo- acabó convenciéndose de que toda esa papanatada de isobaras, satélites, humedades relativas, máximas, mínimas y precipitaciones aportaba realmente algún valor, olvidando que en los viejos y serios periódicos de antaño esa charlatanería había convivido, sin que nadie se indignara por ello, con los pronósticos del astrólogo, de la quiniela o el problema de ajedrez.

La insistencia de los meteorólogos en errar en sus predicciones no ha hecho mella en la fe del populacho: recuerdo que, hace unos pocos años, nadie se tomó la molestia de embadurnar en plumas y alquitrán al charlatán que se ocupaba del tiempo en una televisión de por aquí cuando parloteó incesamente durante veinte minutos, mostrando soleados mapas y calurosas imágenes por satélite obviando que en ese preciso momento caía una bíblica tromba de agua sobre la ciudad que incluso dejó muertos en alguna vía urbana.

Pienso en todo esto a menudo. A la Nueva, que es una convencida creyente de las bondades de la meteorología la tengo harta con mis incendiarios discursos. Pero es que día tras día hallo nuevos argumentos con los que combatir a esa paraciencia. El de ayer fue hasta curioso: yo estaba leyendo una novela (Mr. Witt en el Cantón, de Ramón J. Sender) y di con una frase que me llamó la atención, más que nada por el año que en ella se menciona: “Era un mayo éste de 1873 amarillo como un octubre”. Media hora después, mientras ganduleaba en el sofá, en la tele interrumpieron precipitadamente la imprescindible información deportiva para anunciar… ¡que llovía abundantemente! Supongo que para darle empaque a esta absurda noticia, que cualquiera que no viva en un búnker ya conocía, la meteoróloga explicó que no debíamos sorprendernos mucho si veíamos que el cielo tenía un color amarillento, pues la borrasca provenía de norte de África y ese tono lo daban las partículas en suspensión provenientes del desierto. O algo así. En cualquier caso, di un salto del sofá, recordé el amarillento mayo de 1873 de Sender y me emocioné por poder vivir, en 2013, otro mayo (bueno, casi) amarillo. Salí al balcón desafiando a los elementos y miré al cielo y vi… el gris de siempre de los días de lluvia de siempre. Otra vuelta a la tuerca, pensé. Que vuelvan ya el grajo que vuela bajo y el Hombre del Tiempo y sus bigotes.

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Cielo amarillo

Durante muchos años la gente daba por hecho que por abril aguas mil y que hasta el cuarenta de mayo no había que quitarse el sayo. En el diario, la información del tiempo era una breve nota no mayor que el jeroglífico o el chiste de la página de los pasatiempos y en la tele se ocupaban del tema amables señores que, convencidos de la levedad de su tarea, llegaban a jugarse el bigote por si erraban con su pronóstico de lluvia para el día siguiente. Lo perdían, claro. El tiempo era el Tiempo, a secas, pero con los años la cosa se complicó: los medios apostaron por darle a esta paraciencia más minutos y más páginas, y más minutos y más páginas, y los simpáticos Hombres del Tiempo se convirtieron en meteorólogos. La gente, que durante siglos había vivido sin necesidad de informarse del tiempo del día anterior –porque ya lo había sufrido-, del presente –bastaba con salir a la calle para enterarse- y del de mañana –para eso disponía de un puñado de refranes y de la observación del vuelo del grajo- acabó convenciéndose de que toda esa papanatada de isobaras, satélites, humedades relativas, máximas, mínimas y precipitaciones aportaba realmente algún valor, olvidando que en los viejos y serios periódicos de antaño esa charlatanería había convivido, sin que nadie se indignara por ello, con los pronósticos del astrólogo, de la quiniela o el problema de ajedrez.

La insistencia de los meteorólogos en errar en sus predicciones no ha hecho mella en la fe del populacho: recuerdo que, hace unos pocos años, nadie se tomó la molestia de embadurnar en plumas y alquitrán al charlatán que se ocupaba del tiempo en una televisión de por aquí cuando parloteó incesamente durante veinte minutos, mostrando soleados mapas y calurosas imágenes por satélite obviando que en ese preciso momento caía una bíblica tromba de agua sobre la ciudad que incluso dejó muertos en alguna vía urbana.

Pienso en todo esto a menudo. A la Nueva, que es una convencida creyente de las bondades de la meteorología la tengo harta con mis incendiarios discursos. Pero es que día tras día hallo nuevos argumentos con los que combatir a esa paraciencia. El de ayer fue hasta curioso: yo estaba leyendo una novela (Mr. Witt en el Cantón, de Ramón J. Sender) y di con una frase que me llamó la atención, más que nada por el año que en ella se menciona: “Era un mayo éste de 1873 amarillo como un octubre”. Media hora después, mientras ganduleaba en el sofá, en la tele interrumpieron precipitadamente la imprescindible información deportiva para anunciar… ¡que llovía abundantemente! Supongo que para darle empaque a esta absurda noticia, que cualquiera que no viva en un búnker ya conocía, la meteoróloga explicó que no debíamos sorprendernos mucho si veíamos que el cielo tenía un color amarillento, pues la borrasca provenía de norte de África y ese tono lo daban las partículas en suspensión provenientes del desierto. O algo así. En cualquier caso, di un salto del sofá, recordé el amarillento mayo de 1873 de Sender y me emocioné por poder vivir, en 2013, otro mayo (bueno, casi) amarillo. Salí al balcón desafiando a los elementos y miré al cielo y vi… el gris de siempre de los días de lluvia de siempre. Otra vuelta a la tuerca, pensé. Que vuelvan ya el grajo que vuela bajo y el Hombre del Tiempo y sus bigotes.

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El tren de ClickPadres está a punto de efectuar su salida.


¿Estáis listos chicos/as? Chu-chu!! El tren destino a Internet y las Redes Sociales está a punto de efectuar su salida. 
-Es nuestro tren, que no se nos escape!.
No estamos hablado de un tren cualquiera, nuestro tren es un tren mágico. Abróchense los cinturones que vamos a despegar. ¿Pero cómo? ¿Despegar? Pues sí, ya os avisé que era un tren mágico.
Éste es el momento en el que una de las azafatas de a bordo, realiza la demostración del protocolo a seguir en caso de emergencia. Pues hoy vamos a realizar el papel de “azafatos” y antes de despegar, comenzaremos con el protocolo de actuación en caso de emergencia:
– «Bienvenidos a bordo, en caso de necesitarlo, nuestro supertren dispone de varias salidas de emergencia señaladas con un indicativo rojo fluorescente. Diríjanse siempre a la más cercana». 
¿Cómo podemos abrocharnos los cinturones de seguridad las papás y las mamás antes de comenzar el viaje hacia Internet y las Redes Sociales?, y mejor aún; ¿Cómo podemos abrochar el cinturón de los más pequeños? Pues antes de nada, antes de ni tan siquiera salir de la estación, vamos a establecer unas pautas de comportamiento 3.0 a seguir dentro de casa que de cara al futuro nos van a ser de muchísima utilidad.
Vamos a educar para prevenir y abusar de Internet engancha. Necesitamos establecer una comunicación directa, libre y sincera con los peques, para ser los primeros en detectar cualquier tipo de «Accidente» en nuestro viaje. Los padres y madres de hoy facilitamos totalmente el acceso a Internet a nuestros hijos. debemos mentalizarnos que este acceso debe ir acompañado de unas reglas e instrucciones por que de lo contrario el reulstado puede ser catastrófico. Pero parta evitar eso estamos precisamente aquí. El equipo ClickPadres, vosotros y nosotros, por que la unión hace la fuerza. Compartiendo y  participando activamente junto a tus hijos en su formación en Internet y las Redes Sociales es el camino que nos llevará a disfrutar y verlos disfrutar de la navegación por la Red.
El tiempo de conexión de los niños a Internet es uno de los puntos que establecermos como una de las reglas de oro del uso de las nuevas tecnologías en el hogar. Hablamos del tiempo de conexión real, el de todos los gadgets. No «vale» establecer un tiempo para el Pc doméstico ( Que «SIEMPRE» tendremos ubicado en el salón de casa, o en una estacia dónde se realice la vida cotidiana de la familia) y saltar como una rana a la tablet o al smartphone en la habitación.
Y por supuesto, antes de clicar dos veces encima del icono que nos llevará al «Mar de la Web»., debemos instalar un programa de contro parental. Internet y las Redes Sociales son una macedonia de humanidad. En Internet, al igual que en la vida real, podemos encontrar contenidos «Muy malos (Peligro)», «Malos (Nada recomendables)», «Regulares (Podemos filtrarlos)», «Buenos (Necesitamos conocerlos)» y «Muy Buenos (Altamente recomendables)». Por este motivo necesitamos como mínimo instalar un filtro que nos permita navagar de una forma más tranquila. Si instalamos en el ordenador un programa de control parental, podemos prevenir algún que otro encuentro desafortunado con contenidos que no sean apropiados para la edad de los intrépidos internáutas.
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El tren de ClickPadres está a punto de efectuar su salida.


¿Estáis listos chicos/as? Chu-chu!! El tren destino a Internet y las Redes Sociales está a punto de efectuar su salida. 
-Es nuestro tren, que no se nos escape!.
No estamos hablado de un tren cualquiera, nuestro tren es un tren mágico. Abróchense los cinturones que vamos a despegar. ¿Pero cómo? ¿Despegar? Pues sí, ya os avisé que era un tren mágico.
Éste es el momento en el que una de las azafatas de a bordo, realiza la demostración del protocolo a seguir en caso de emergencia. Pues hoy vamos a realizar el papel de “azafatos” y antes de despegar, comenzaremos con el protocolo de actuación en caso de emergencia:
– «Bienvenidos a bordo, en caso de necesitarlo, nuestro supertren dispone de varias salidas de emergencia señaladas con un indicativo rojo fluorescente. Diríjanse siempre a la más cercana». 
¿Cómo podemos abrocharnos los cinturones de seguridad las papás y las mamás antes de comenzar el viaje hacia Internet y las Redes Sociales?, y mejor aún; ¿Cómo podemos abrochar el cinturón de los más pequeños? Pues antes de nada, antes de ni tan siquiera salir de la estación, vamos a establecer unas pautas de comportamiento 3.0 a seguir dentro de casa que de cara al futuro nos van a ser de muchísima utilidad.
Vamos a educar para prevenir y abusar de Internet engancha. Necesitamos establecer una comunicación directa, libre y sincera con los peques, para ser los primeros en detectar cualquier tipo de «Accidente» en nuestro viaje. Los padres y madres de hoy facilitamos totalmente el acceso a Internet a nuestros hijos. debemos mentalizarnos que este acceso debe ir acompañado de unas reglas e instrucciones por que de lo contrario el reulstado puede ser catastrófico. Pero parta evitar eso estamos precisamente aquí. El equipo ClickPadres, vosotros y nosotros, por que la unión hace la fuerza. Compartiendo y  participando activamente junto a tus hijos en su formación en Internet y las Redes Sociales es el camino que nos llevará a disfrutar y verlos disfrutar de la navegación por la Red.
El tiempo de conexión de los niños a Internet es uno de los puntos que establecermos como una de las reglas de oro del uso de las nuevas tecnologías en el hogar. Hablamos del tiempo de conexión real, el de todos los gadgets. No «vale» establecer un tiempo para el Pc doméstico ( Que «SIEMPRE» tendremos ubicado en el salón de casa, o en una estacia dónde se realice la vida cotidiana de la familia) y saltar como una rana a la tablet o al smartphone en la habitación.
Y por supuesto, antes de clicar dos veces encima del icono que nos llevará al «Mar de la Web»., debemos instalar un programa de contro parental. Internet y las Redes Sociales son una macedonia de humanidad. En Internet, al igual que en la vida real, podemos encontrar contenidos «Muy malos (Peligro)», «Malos (Nada recomendables)», «Regulares (Podemos filtrarlos)», «Buenos (Necesitamos conocerlos)» y «Muy Buenos (Altamente recomendables)». Por este motivo necesitamos como mínimo instalar un filtro que nos permita navagar de una forma más tranquila. Si instalamos en el ordenador un programa de control parental, podemos prevenir algún que otro encuentro desafortunado con contenidos que no sean apropiados para la edad de los intrépidos internáutas.
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Encontrar huecos para jugar

Me ha encantado un artículo dando ideas para jugar con los niños que su publicó en nuestro blog amigo Ludica Mundi, así que rescato el artículo para aquellos que no lo hayan leído, que se puede encontrar en este enlace: Encontrar huecos para jugar:

Entre los padres y educadores ya es algo común el admitir la importancia del juego para el desarrollo y la educación de los niños.

Y sin embargo, se juega muy poco.

En las últimos estudios realizados sobre juego infantil se ha observado que los niños juegan mucho menos tiempo de lo que necesitarían para ir desarrollando algunas de las competencias más importantes que no están cubiertas por la mayoría de los colegios, como la capacidad de ser creativo o la pragmática.
Y se dedica muy poco tiempo en familia para fortalecer el vínculo compartiendo momentos buenos padres- hijos. Ya sabéis, el roce hace el cariño. Hay que rozarse, acariciarse, disfrutar juntos. Y todo esto de forma cotidiana.
¿Y, entonces, cómo lo hacemos?
La verdad es que resulta difícil encontrar momentos y espacios para jugar más, incluso siendo conscientes de lo necesario que es. Nuestra idea es recoger y proponer ideas y recursos para conseguir que se juegue más y mejor.
Os vamos a contar propuestas que nos estén funcionando para que en el mundo real, con la complicada vida que tenemos, podamos conseguir jugar, crecer y compartir:
El primer y gran truco, el que valoramos como clave y base para cualquier otro: La actitud de juego.

En general, no hacen falta juegos ni juguetes sino compañeros de juego y actitud lúdica. Querer pasarlo bien e implicarse un poco. Con esta idea en la cabeza podemos conseguir hablar el mismo lenguaje que nuestros hijos y hacer divertidas y emocionantes muchas de las actividades cotidianas que tenemos que hacer. Por ejemplo, podemos transformar:
– Los momentos cotidianos de ir en coche. Son ratos cortos de pocos minutos pero son cotidianos con lo que permiten ir enlazando situaciones y crear momentos especiales compartidos. De esos que se recuerdan. Ejemplos: con los peques, es el momento de cantar, contar chistes, buscar coches de colores o gente con sombrero, crear historias disparatadas, etc. Con los más mayores se pueden hacer planes, compartir y descubrir canciones, sumar números de matrículas, etc.
Hábitos diarios. Qué importante es hacer algo de magia y teatro y proponer las cosas de manera divertida: hacer un circuito para vestirse (carrera, pantalón, voltereta, camiseta, salto, calcetín, vuelta, …. bueno, ya cogéis la idea), comidas presentadas de forma divertida (cortar la tostada en forma de patatas fritas con mermelada en vez de ketchup o el puré de patata haciendo una cara), recoger todo para sorprender a mamá cuando llegue y parezca que ha sido magia, recoger todo antes de que termine una canción, etc, etc.
Cajas de juegos. Tener los juegos por temas (puzzles, instrumentos musicales, muñecos, disfraces, plastilinas, coches, deportes, etc, etc) en cajas que se puedan sacar en algunos momentos (no que estén disponibles siempre) y que orienten el juego cuando se saquen creando un momento especial pero con cierto orden para mantener la atención y la motivación en el momento.
Llevarnos juegos con nosotros. En algunas ocasiones (comidas fuera de casa, salas de espera, reuniones familiares, …) está bien tener en cuenta que los niños no pueden estar mucho tiempo «comportándose» si no están entretenidos y hay muchas opciones de llevar algo preparado para conseguirlo (juegos lata, puzzles, cuentos, etc). La bolsa de los juegos para llevar es un recurso de los que se agradecen.
Bailar y cantar. Usar la música, compartirla, hacerla, cantarla y bailarla. Sirve para muchos momentos y consigue experiencias muy interesantes de atención, de complicidad, de emoción… Es cierto que amansa y entretiene a las fieras y, además, es muy fácil que todos disfrutemos.

Partidas cortas. Igual que ver una serie o un capítulo de dibujos animados es un buen plan para que lo que planteemos no se alargue demasiado y tengamos que luchar para que se termine. Es importante que tengamos juegos que duren 5 ó 10 minutos para algunos momentos como después de cenar para tener un rato divertido y que sea esperado. A los niños (y a los papás en cuanto lo prueban) les encantan.
Ver cosas juntos. Buscar las cosas curiosas y compartir las emociones que provocan, fotos de la familia, vídeos de youtube, documentales curiosos, etc. Nos encanta compartir lo que vemos, disfrutar de su asombro, alimentar su curiosidad,…

– Hacer de cada situación inesperada una aventura. Si se va la luz de casa, no pensar en las dificultades o en que no se va a poder cocinar. La idea es planteárselo a los niños como una aventura, sacar las velas y las linternas, hacer una cena cavernícola y disfrutar de la emoción del momento. Seguro que los niños se lo pasan bien y recuerdan la situación como muy especial y divertida.

Estamos seguros de que tenéis un montón de ideas que hacéis con vuestros hijos, sobrinos, nietos, etc. que nos van a entusiasmar. ¿Nos las contáis?
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Encontrar huecos para jugar

Me ha encantado un artículo dando ideas para jugar con los niños que su publicó en nuestro blog amigo Ludica Mundi, así que rescato el artículo para aquellos que no lo hayan leído, que se puede encontrar en este enlace: Encontrar huecos para jugar:

Entre los padres y educadores ya es algo común el admitir la importancia del juego para el desarrollo y la educación de los niños.

Y sin embargo, se juega muy poco.

En las últimos estudios realizados sobre juego infantil se ha observado que los niños juegan mucho menos tiempo de lo que necesitarían para ir desarrollando algunas de las competencias más importantes que no están cubiertas por la mayoría de los colegios, como la capacidad de ser creativo o la pragmática.
Y se dedica muy poco tiempo en familia para fortalecer el vínculo compartiendo momentos buenos padres- hijos. Ya sabéis, el roce hace el cariño. Hay que rozarse, acariciarse, disfrutar juntos. Y todo esto de forma cotidiana.
¿Y, entonces, cómo lo hacemos?
La verdad es que resulta difícil encontrar momentos y espacios para jugar más, incluso siendo conscientes de lo necesario que es. Nuestra idea es recoger y proponer ideas y recursos para conseguir que se juegue más y mejor.
Os vamos a contar propuestas que nos estén funcionando para que en el mundo real, con la complicada vida que tenemos, podamos conseguir jugar, crecer y compartir:
El primer y gran truco, el que valoramos como clave y base para cualquier otro: La actitud de juego.

En general, no hacen falta juegos ni juguetes sino compañeros de juego y actitud lúdica. Querer pasarlo bien e implicarse un poco. Con esta idea en la cabeza podemos conseguir hablar el mismo lenguaje que nuestros hijos y hacer divertidas y emocionantes muchas de las actividades cotidianas que tenemos que hacer. Por ejemplo, podemos transformar:
– Los momentos cotidianos de ir en coche. Son ratos cortos de pocos minutos pero son cotidianos con lo que permiten ir enlazando situaciones y crear momentos especiales compartidos. De esos que se recuerdan. Ejemplos: con los peques, es el momento de cantar, contar chistes, buscar coches de colores o gente con sombrero, crear historias disparatadas, etc. Con los más mayores se pueden hacer planes, compartir y descubrir canciones, sumar números de matrículas, etc.
Hábitos diarios. Qué importante es hacer algo de magia y teatro y proponer las cosas de manera divertida: hacer un circuito para vestirse (carrera, pantalón, voltereta, camiseta, salto, calcetín, vuelta, …. bueno, ya cogéis la idea), comidas presentadas de forma divertida (cortar la tostada en forma de patatas fritas con mermelada en vez de ketchup o el puré de patata haciendo una cara), recoger todo para sorprender a mamá cuando llegue y parezca que ha sido magia, recoger todo antes de que termine una canción, etc, etc.
Cajas de juegos. Tener los juegos por temas (puzzles, instrumentos musicales, muñecos, disfraces, plastilinas, coches, deportes, etc, etc) en cajas que se puedan sacar en algunos momentos (no que estén disponibles siempre) y que orienten el juego cuando se saquen creando un momento especial pero con cierto orden para mantener la atención y la motivación en el momento.
Llevarnos juegos con nosotros. En algunas ocasiones (comidas fuera de casa, salas de espera, reuniones familiares, …) está bien tener en cuenta que los niños no pueden estar mucho tiempo «comportándose» si no están entretenidos y hay muchas opciones de llevar algo preparado para conseguirlo (juegos lata, puzzles, cuentos, etc). La bolsa de los juegos para llevar es un recurso de los que se agradecen.
Bailar y cantar. Usar la música, compartirla, hacerla, cantarla y bailarla. Sirve para muchos momentos y consigue experiencias muy interesantes de atención, de complicidad, de emoción… Es cierto que amansa y entretiene a las fieras y, además, es muy fácil que todos disfrutemos.

Partidas cortas. Igual que ver una serie o un capítulo de dibujos animados es un buen plan para que lo que planteemos no se alargue demasiado y tengamos que luchar para que se termine. Es importante que tengamos juegos que duren 5 ó 10 minutos para algunos momentos como después de cenar para tener un rato divertido y que sea esperado. A los niños (y a los papás en cuanto lo prueban) les encantan.
Ver cosas juntos. Buscar las cosas curiosas y compartir las emociones que provocan, fotos de la familia, vídeos de youtube, documentales curiosos, etc. Nos encanta compartir lo que vemos, disfrutar de su asombro, alimentar su curiosidad,…

– Hacer de cada situación inesperada una aventura. Si se va la luz de casa, no pensar en las dificultades o en que no se va a poder cocinar. La idea es planteárselo a los niños como una aventura, sacar las velas y las linternas, hacer una cena cavernícola y disfrutar de la emoción del momento. Seguro que los niños se lo pasan bien y recuerdan la situación como muy especial y divertida.

Estamos seguros de que tenéis un montón de ideas que hacéis con vuestros hijos, sobrinos, nietos, etc. que nos van a entusiasmar. ¿Nos las contáis?
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Blas, el Dragón.

Blas era un dragón. Pero no os penséis que era un dragón pequeñito, de esos que se enganchan a las paredes en Verano, no, no; Se podía decir que Blas era un dragón gigante. A pesar de su terrible y fiero aspecto, era el dragón más noble y bueno que jamás había existido, pero prefería evitar problemas con los demás viviendo alejado del resto del mundo. Su día a día transcurría en las cumbres de las montañas. Vivía en soledad y esto le había agriado el carácter hasta el punto de no querer ver a nadie. Sin darse cuenta se había convertido en un dragón uraño. Habían pasado ya tres años de la última vez que habló con alguien. Hace tres inviernos conoció a Pandora, un águila que pasó una temporada con él después de tener un pequeño accidente en la puerta de la cueva. Pandora era un poco corta de vista y de vez en cuando tenía algún problemilla de aterrizaje. Pasaron juntos un par de semanas. Una vez estuvo recuperada, antes de marcharse, le dijo a Blas:

– Por favor, guárdame esta caja hasta que pueda venir a recogerla- Y levantó el vuelo desapareciendo entre las nubes.
La cueva de nuestro dragón no era muy grande pero supo hacer un hueco para aquella caja sin problemas. Se olvidó de ella hasta que un día de verano, pintando y arreglando las paredes, sin darse cuenta la golpeó con la cola y la tiró. Al caer al suelo la tapa se abrió, Blas no pudo contener la curiosidad y poquito a poco fue asomando la nariz a su interior. La misteriosa caja que había dejado Pandora estaba llena hasta arriba de libros y cuentos. En el pasado había escuchado hablar acerca de esos “libros” de los humanos, pero Blas no sabía leer, ni tan siquiera había visto un libro antes. Cogió uno al azar. En la portada aparecía el dibujo de una ballena blanca y un barco. Léeme, parecía que susurraba Moby Dick desde el Océano. Lo abrió, pero no entendía nada de nada, únicamente veía símbolos negros sobre páginas blancas. Lo que le gustaban de verdad eran las imágenes de las portadas de los libros y las ilustraciones de los cuentos. Durante mucho tiempo se dedicó a clasificarlos según si eran animales, flores, plantas, juegos o colores. Pero Blas quería saber que significaban esos símbolos. Dia tras dia se concentraba sobre los textos esperando alguna respuesta a su curiosidad, pero nunca llegaba. Pasado un tiempo la frustración y el aburrimiento hicieron desistir de su empeño a nuestro gigante amigo verde. Pero la llama de la curiosidad sobre aquellos libros de los humanos que se acumulaban en su cueva ya no se apagaría nunca jamás. 
Un buen día, Blas se levantó como de costumbre y después de asearse, salió al exterior a respirar aire fresco y a buscar algunas frutas para almorzar (Blas no comía ni princesas ni nada parecido, era una costumbre horrible de algunos dragones que no podía soportar). Se encontraba recogiendo fresas y bayas silvestres cuando de repente, escuchó a lo lejos un rumor de voces de niños y niñas. No se lo podía creer!!! Un grupo de escolares del pueblo estaban de excursión y subían montaña arriba.
– Oh, Oh!- Pensó nuestro amigo verde.

Blas, el Dragón.

Los humanos siempre le habían causado problemas. Se escondió entre la maleza tratando de pasar inadvertido, pero su tremendo volumen era muy difícil de camuflar entre la escasa vegetación de la alta montaña. Aún así, su escondite le permitió, sin ser visto, escuchar la conversación de los niños y su profesora:

– Elena, Elena!- Llamaban los niños a su tutora. Pero la profesora hacía caso omiso a sus voces y continuaba subiendo la pendiente.
– Hasta que no lleguemos al campamento no podemos descansar- Contestó pasado un rato, cuando alcanzó un pequeño llano que hacía de balcón al inmenso paisaje que se divisaba desde aquella altura.
– Nos hemos perdido- Se escuchó entre el grupo de escolares.
– Esto nos pasa por no traernos el móvil!- Vociferó con fuerza Lidia, que lo estaba pasando realmente mal sin su más preciado tesoro.
Pasado un buen rato, cuando todo el grupo se hubo reunido, la profesora no tuvo más remedio que aceptarlo. Se habían perdido.
Entre tanto nuestro gigante amigo, que había sido testigo de toda la escena, continuaba oculto tras la maleza y las rocas. El Sol ya hacía rato que se había escondido y la temperatura comenzaba a bajar a toda velocidad.
– Deberíamos hacer un fuego, comienza a hacer mucho frío – Sugirió uno de los muchachos. Exactamente lo mismo pensó Blas, comenzaba a hacer frío de verdad y no había cogido la chaqueta antes de salir de casa. Sin darse cuenta, acostumbrado a la soledad, un tremendo estornudo de fuego salió de su nariz mientras atónitos, el grupo de niños y niñas contemplaban como se encendía la hoguera delante suyo.
– Hola, Buenas Noches- Carraspeó el dragón.
Al mismo tiempo todos los niños y niñas se levantaron del suelo dónde estaban sentados alrededor de las llamas y comenzaron a gritar y correr de un lado para otro como la pelotita del Pou rebotando contra las paredes.
Blas observó durante un par de minutos hasta que instintivamente lanzó un rugido acompañado de una tremenda llamarada.
– ¿Queréis hacer el favor de parar de correr y gritar un momento?- Les dijo al grupo de escolares que se quedaron quietos como estatuas al escuchar la voz del dragón. 
De repente, el único sonido que se escuchaba era el viento silbando entre las rocas cuando de la mochila de uno de los pequeños se resbaló un libro. El ruido seco que produjo al chocar contra el suelo, llamó la atención de Blas. El dragón recogió el libro y se lo acercó a los ojos. En la portada aparecía la figura de dos serpientes formando un circulo sobre un fondo dorado.
– ¿Te gusta? Te lo puedes quedar. Yo ya me lo he leído- Susurró tímidamente Pedro, dueño de aquella añeja copia de «La Historia Interminable«.
– Muchas gracias.-Y entonces, a Blas, se le encendió una bombilla. – Lo que me gustaría de verdad, es aprender a leer.
– Podemos enseñarte- Contestaron algunas de las niñas más atrevidas del grupo.
– Puedes venir al colegio con nosotros cada día y aprender.- Apuntó la profesora que continuaba escondida detrás de un improvisado camuflaje de ramas y hojas.
– Me gustaría muchísimo- La sonrisa de Blas se extendió rápidamente de oreja a oreja en su gran cara.. Por fín podría leer todos los libros y cuentos de Pandora que tenía en casa bien ordenaditos.
– Pero antes, ¿Nos puedes ayudar a volver al pueblo?- Le preguntó uno de los niños al dragón.
– Eso está hecho!- Contestó muy contento el gigantón.
Sin decir más, Blas extendió sus alas hacía el suelo y los niños y niñas comenzaron a subir a su lomo. En menos de lo que se tarda en decir: “cacahuete”, Blas dejó a los niños delante de la puerta de la escuela. Se despidió hasta el día siguiente y volvió volando a su cueva para preparar la mochila de la que iba a ser su primera clase. A partir de ese día, hubo un alumno más en la escuela del pueblo: Blas, el Dragón. Un dragón que ya nunca dejó de leer. 
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Blas, el Dragón.

Blas era un dragón. Pero no os penséis que era un dragón pequeñito, de esos que se enganchan a las paredes en Verano, no, no; Se podía decir que Blas era un dragón gigante. A pesar de su terrible y fiero aspecto, era el dragón más noble y bueno que jamás había existido, pero prefería evitar problemas con los demás viviendo alejado del resto del mundo. Su día a día transcurría en las cumbres de las montañas. Vivía en soledad y esto le había agriado el carácter hasta el punto de no querer ver a nadie. Sin darse cuenta se había convertido en un dragón uraño. Habían pasado ya tres años de la última vez que habló con alguien. Hace tres inviernos conoció a Pandora, un águila que pasó una temporada con él después de tener un pequeño accidente en la puerta de la cueva. Pandora era un poco corta de vista y de vez en cuando tenía algún problemilla de aterrizaje. Pasaron juntos un par de semanas. Una vez estuvo recuperada, antes de marcharse, le dijo a Blas:

– Por favor, guárdame esta caja hasta que pueda venir a recogerla- Y levantó el vuelo desapareciendo entre las nubes.
La cueva de nuestro dragón no era muy grande pero supo hacer un hueco para aquella caja sin problemas. Se olvidó de ella hasta que un día de verano, pintando y arreglando las paredes, sin darse cuenta la golpeó con la cola y la tiró. Al caer al suelo la tapa se abrió, Blas no pudo contener la curiosidad y poquito a poco fue asomando la nariz a su interior. La misteriosa caja que había dejado Pandora estaba llena hasta arriba de libros y cuentos. En el pasado había escuchado hablar acerca de esos “libros” de los humanos, pero Blas no sabía leer, ni tan siquiera había visto un libro antes. Cogió uno al azar. En la portada aparecía el dibujo de una ballena blanca y un barco. Léeme, parecía que susurraba Moby Dick desde el Océano. Lo abrió, pero no entendía nada de nada, únicamente veía símbolos negros sobre páginas blancas. Lo que le gustaban de verdad eran las imágenes de las portadas de los libros y las ilustraciones de los cuentos. Durante mucho tiempo se dedicó a clasificarlos según si eran animales, flores, plantas, juegos o colores. Pero Blas quería saber que significaban esos símbolos. Dia tras dia se concentraba sobre los textos esperando alguna respuesta a su curiosidad, pero nunca llegaba. Pasado un tiempo la frustración y el aburrimiento hicieron desistir de su empeño a nuestro gigante amigo verde. Pero la llama de la curiosidad sobre aquellos libros de los humanos que se acumulaban en su cueva ya no se apagaría nunca jamás. 
Un buen día, Blas se levantó como de costumbre y después de asearse, salió al exterior a respirar aire fresco y a buscar algunas frutas para almorzar (Blas no comía ni princesas ni nada parecido, era una costumbre horrible de algunos dragones que no podía soportar). Se encontraba recogiendo fresas y bayas silvestres cuando de repente, escuchó a lo lejos un rumor de voces de niños y niñas. No se lo podía creer!!! Un grupo de escolares del pueblo estaban de excursión y subían montaña arriba.
– Oh, Oh!- Pensó nuestro amigo verde.

Blas, el Dragón.

Los humanos siempre le habían causado problemas. Se escondió entre la maleza tratando de pasar inadvertido, pero su tremendo volumen era muy difícil de camuflar entre la escasa vegetación de la alta montaña. Aún así, su escondite le permitió, sin ser visto, escuchar la conversación de los niños y su profesora:

– Elena, Elena!- Llamaban los niños a su tutora. Pero la profesora hacía caso omiso a sus voces y continuaba subiendo la pendiente.
– Hasta que no lleguemos al campamento no podemos descansar- Contestó pasado un rato, cuando alcanzó un pequeño llano que hacía de balcón al inmenso paisaje que se divisaba desde aquella altura.
– Nos hemos perdido- Se escuchó entre el grupo de escolares.
– Esto nos pasa por no traernos el móvil!- Vociferó con fuerza Lidia, que lo estaba pasando realmente mal sin su más preciado tesoro.
Pasado un buen rato, cuando todo el grupo se hubo reunido, la profesora no tuvo más remedio que aceptarlo. Se habían perdido.
Entre tanto nuestro gigante amigo, que había sido testigo de toda la escena, continuaba oculto tras la maleza y las rocas. El Sol ya hacía rato que se había escondido y la temperatura comenzaba a bajar a toda velocidad.
– Deberíamos hacer un fuego, comienza a hacer mucho frío – Sugirió uno de los muchachos. Exactamente lo mismo pensó Blas, comenzaba a hacer frío de verdad y no había cogido la chaqueta antes de salir de casa. Sin darse cuenta, acostumbrado a la soledad, un tremendo estornudo de fuego salió de su nariz mientras atónitos, el grupo de niños y niñas contemplaban como se encendía la hoguera delante suyo.
– Hola, Buenas Noches- Carraspeó el dragón.
Al mismo tiempo todos los niños y niñas se levantaron del suelo dónde estaban sentados alrededor de las llamas y comenzaron a gritar y correr de un lado para otro como la pelotita del Pou rebotando contra las paredes.
Blas observó durante un par de minutos hasta que instintivamente lanzó un rugido acompañado de una tremenda llamarada.
– ¿Queréis hacer el favor de parar de correr y gritar un momento?- Les dijo al grupo de escolares que se quedaron quietos como estatuas al escuchar la voz del dragón. 
De repente, el único sonido que se escuchaba era el viento silbando entre las rocas cuando de la mochila de uno de los pequeños se resbaló un libro. El ruido seco que produjo al chocar contra el suelo, llamó la atención de Blas. El dragón recogió el libro y se lo acercó a los ojos. En la portada aparecía la figura de dos serpientes formando un circulo sobre un fondo dorado.
– ¿Te gusta? Te lo puedes quedar. Yo ya me lo he leído- Susurró tímidamente Pedro, dueño de aquella añeja copia de «La Historia Interminable«.
– Muchas gracias.-Y entonces, a Blas, se le encendió una bombilla. – Lo que me gustaría de verdad, es aprender a leer.
– Podemos enseñarte- Contestaron algunas de las niñas más atrevidas del grupo.
– Puedes venir al colegio con nosotros cada día y aprender.- Apuntó la profesora que continuaba escondida detrás de un improvisado camuflaje de ramas y hojas.
– Me gustaría muchísimo- La sonrisa de Blas se extendió rápidamente de oreja a oreja en su gran cara.. Por fín podría leer todos los libros y cuentos de Pandora que tenía en casa bien ordenaditos.
– Pero antes, ¿Nos puedes ayudar a volver al pueblo?- Le preguntó uno de los niños al dragón.
– Eso está hecho!- Contestó muy contento el gigantón.
Sin decir más, Blas extendió sus alas hacía el suelo y los niños y niñas comenzaron a subir a su lomo. En menos de lo que se tarda en decir: “cacahuete”, Blas dejó a los niños delante de la puerta de la escuela. Se despidió hasta el día siguiente y volvió volando a su cueva para preparar la mochila de la que iba a ser su primera clase. A partir de ese día, hubo un alumno más en la escuela del pueblo: Blas, el Dragón. Un dragón que ya nunca dejó de leer. 
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Un tren hacia los Nativos Digitales.


Después de la experiencia de las charlas de este pasado Fin de Semana, en ClickPadres, estamos convencidos de que debemos simplificar más el mensaje de la necesidad de una educación en Internet y las Redes Sociales. Hemos dado por sentado que la mayoría de padres y madres conocían un mínimo el funcionamiento del entorno digital. No es así. Hay muchos casos que necesitan ayuda a partir de cero. Nos encontramos el caso de unos padres que al no conocer el funcionamiento de las redes, intentaba proteger a sus hijos mediante vigilancia y prohibiciones. Ya hemos visto con anterioridad que esto en el caso de los menores e Internet no funciona. La prohibición sumada a la curiosidad innata de los menores puede ser una auténtica bomba de relojería. También hemos de tener en cuenta la extrema facilidad que tienen los menores de hoy día para acceder a la red.
También recibimos comentarios sobre la posibilidad de realizar futuras charlas dirigidas a los peques. Claro que sí! Vamos por buen camino. Los padres y madres poco a poco van aceptando las nuevas necesidades formativas de sus hijos. Durante la mañana hicimos especial énfasis en la importancia del currículum digital. Hemos de frenar la exagerada costumbre de los adolescentes de publicar tantísimas instantáneas de todos y cada uno de los momentos de su vida. En un futuro una desafortunada publicación fuera de contexto puede resultarnos perjudicial en nuestra búsqueda de empleo. Los chavales crecen y es importante que se metalicen de algo tan indispensable como es la privacidad de sus publicaciones en Internet y en las Redes sociales. La media actual de publicaciones de fotografías de los adolescentes en Facebookes de 50 a la semana.
Los padres y madres en la actualidad, facilitamos el acceso a Internet de nuestros hijos sin proporcionarles una educación al respecto. Por esto mismo, es indispensable seguir transmitiendo el mensaje de la necesidad urgente de una educación en Internet y las Redes sociales por parte de los menores.

En la próxima entrada comenzamos el viaje, sin prisas, saboreando cada curva del camino. Te esperamos en la estación de tren. Apúntante, disfrutemos educando a los peques!!

 

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Un tren hacia los Nativos Digitales.


Después de la experiencia de las charlas de este pasado Fin de Semana, en ClickPadres, estamos convencidos de que debemos simplificar más el mensaje de la necesidad de una educación en Internet y las Redes Sociales. Hemos dado por sentado que la mayoría de padres y madres conocían un mínimo el funcionamiento del entorno digital. No es así. Hay muchos casos que necesitan ayuda a partir de cero. Nos encontramos el caso de unos padres que al no conocer el funcionamiento de las redes, intentaba proteger a sus hijos mediante vigilancia y prohibiciones. Ya hemos visto con anterioridad que esto en el caso de los menores e Internet no funciona. La prohibición sumada a la curiosidad innata de los menores puede ser una auténtica bomba de relojería. También hemos de tener en cuenta la extrema facilidad que tienen los menores de hoy día para acceder a la red.
También recibimos comentarios sobre la posibilidad de realizar futuras charlas dirigidas a los peques. Claro que sí! Vamos por buen camino. Los padres y madres poco a poco van aceptando las nuevas necesidades formativas de sus hijos. Durante la mañana hicimos especial énfasis en la importancia del currículum digital. Hemos de frenar la exagerada costumbre de los adolescentes de publicar tantísimas instantáneas de todos y cada uno de los momentos de su vida. En un futuro una desafortunada publicación fuera de contexto puede resultarnos perjudicial en nuestra búsqueda de empleo. Los chavales crecen y es importante que se metalicen de algo tan indispensable como es la privacidad de sus publicaciones en Internet y en las Redes sociales. La media actual de publicaciones de fotografías de los adolescentes en Facebookes de 50 a la semana.
Los padres y madres en la actualidad, facilitamos el acceso a Internet de nuestros hijos sin proporcionarles una educación al respecto. Por esto mismo, es indispensable seguir transmitiendo el mensaje de la necesidad urgente de una educación en Internet y las Redes sociales por parte de los menores.

En la próxima entrada comenzamos el viaje, sin prisas, saboreando cada curva del camino. Te esperamos en la estación de tren. Apúntante, disfrutemos educando a los peques!!

 

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Éramos pocos…..

Traer a un niño a este mundo con la que está cayendo es una temeridad. Traer a dos es un suicidio. Pues bien, en un alarde de autoinmolación paternal, la orgullosa mamá de Adriana y el que suscribe, su no menos orgulloso padre, queremos anunciaros que viene en camino (Dios mediante) un nuevo miembro a la familia Rubio-Gutiérrez.
Tentado me hallo de cambiar el nombre a este blog por el de “Peripecias de un padre inconsciente”, pero no, lo dejaré tal cual, aunque el protagonismo en el futuro será compartido entre el pichón y el futuro polluelo.
Sobre el nuevo inquilino del vientre materno pocos datos podemos daros. Semana 13 de gestación, todo en orden por el momento salvo la madre que está hecha unos zorros, y aún por descubrir el sexo de la criatura (muchas posibilidades de que sea un retoño).
Seguiremos informando….
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