Lo tenía que confesar, no tengo una hija, tengo un pequeño diablillo al que no se le ocurre nada bueno. Haciendo mío el título de la mítica película «Este chico es un demonio» hoy os contaré algunas de las trastadas más sonadas de mi hija en tan solo 17 meses.
La cosa no queda ahí y es que hay que estar constantemente diciendo Valeria deja eso, Valeria deja lo otro y es una niña que te escucha, te entiende pero no te hace ni puñetero caso. Si le dices: «Valeria quita las manos de la televisión» ella se gira, te mira, sonríe y sigue tocando la televisión de manera desafiante, como si fuese una gracia. Y lo seguirá haciendo hasta que le de a ella la gana porque es así, la más chula del barrio. Desde meter los dedos en el ventilador, tirarnos todo lo que pilla al W.C., partirme los cigarros, montarse en la mesa y taconear… En fin es un auténtico caso.
Me encantaría ver a esas personas tan perfectas que dicen que no les gritan a sus hijos con una como la mía, una a la que sino le gritas no para, aunque luego cuando se echa a llorar le dices: «cariño es que eso no se hace, es que hay que gritarte para que pares, venga dame un besito» y ahí se acaba todo. No le gritas con maldad, le gritas cuando te ves que la pequeña gamberra no está viendo el peligro y al final va a salir amoratada por sus trastadas. Me los imagino muy calmados en todas las situaciones de su vida con sus hijos, diciéndoles en un susurro: «Mario Antonio mi vida, deja de patearle la cabeza a tu hermano corazón, eso no se hace» o «María Fernanda guapa, bájate del sofá que puedes caer y tener un traumatismo craneoencefálico y vamos a tener que acabar en urgencias». Yo se lo digo bien una vez, dos a la que hace tres y me la veo que al final se va a caer del sofá acabo pegándole un berrido que se sienta si o sí. ¿Soy el demonio? Seguramente, debería de estar preso y capado para no tener más descendencia.
En fin, que yo era muy calmado de pequeño, no daba ruido ninguno pero mi mujer si era otro demonio, así que está claro a quién ha salido la niña. Criar a una niña que no se está quieta con voz pausada y calmada es muy difícil y el que sea perfecto para nunca alzar la voz a sus hijos le doy mi enhorabuena, pero no se lo cree ni su madre. He dicho.
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