“No lo cojas que se acostumbra”
“Cómetelo todo que te pondrás grande”
“Si duerme con vosotros no os lo podréis sacar de la cama”
“Dale el pecho (o el bibe) cada 3 horas”
Y no tengo dudas de que se os ocurrirán muchas más por el estilo: frases estereotipadas que cuestan horrores de quitar del pensamiento común de mucha gente pese a estar demostrado que no son correctas.
Afortunadamente, cada vez somos más los que abogamos por pensamientos más racionales y realistas, pero aún es muy común que en ciertos ámbitos más de uno muerda la lengua por no generar un conflicto. No es difícil de imaginar una situación de este tipo: Comida familiar con los abuelos, tíos y padres en la que se habla de algunos de los típicos tópicos que he comentado al principio del post: Que si le consientes mucho, que si lo estás malacostumbrando, que si no come nada, bla bla bla…
¿Cómo defiendes tus argumentos -por muy justificados que estén- cuando estás Solo ante el peligro? En cuanto abras la boca diciendo algo contrario a lo que se ha puesto sobre la mesa lo más probable es que te echen a los leones… Muchas veces, entonces, optarás por dejar pasar el tema y, los más cabezones osados, intentarán defender sus argumentos con hechos contrastados… es difícil salir victorioso y se tiene que hacer con muuuucho tacto; tampoco es necesario una guerra interna.
Qué difícil, ¿verdad? ¿Cómo desterrar esos pensamientos enquistados para que generaciones futuras dejen de transmitirlos? Pues básicamente exponiendo los hechos tal y como son y no callarse: No pasa nada porque cojas a tu hijo cuando quieras; no hay que comérselo todo, hay que comer lo que toca; no pasa nada si se hace colecho; los bebés comen a demanda, sea teta o biberón…
Personalmente tengo la esperanza que, de la misma manera que se instauraron en su día a fuerza de repetirlos, desaparezcan. Yo por mi parte, así hago, y os animo a todos a que lo hagáis. Cansa, sí, pero si somos muchos será más fácil menos difícil. No sé a vosotros, pero a mi me chirría mucho, muchísimo, escuchar algunos de estos comentarios entre padres jóvenes; no porque algo se haya hecho de cierta manera durante los últimos 30, 40 ó 50 años significa que esté bien hecho. Siempre se puede mejorar cosas y actitudes… Estoy convencido de que conseguiremos mejorar.
¿Cómo gestionáis vosotros estas situaciones ‘incómodas’? ¿Os ‘atreveis’ a discutir o lo consideráis una batalla perdida?
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