VERDAD

Tu madre sí que te esperaba. Te imaginaba. Ya había rodeado una pequeña mancha en el gotelé. Y llevaba más de tres meses haciendo unos patucos que tengo encima de mi escritorio. Debe haberte imaginado con los pies muy romos, porque los patuquitos acaban de una forma un tanto abrupta, redonda pero en un semicírculo […]

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