Consideraciones de hecho y de derecho a la custodia compartida impuesta
Diario de a bordo: Hoteles sin niños
Estimado Capitán: En esta planeta la gente es un poco rara. No toda la gente. Solo alguna, pero hace mucho ruido. Hoy he leído (que es como masticar, pero por los ojos) que se están poniendo de moda los hoteles sin niños. El sueño de Herodes. Según sus defensores son los mismos padres los que […]
Sigue leyendo ->El problema no es si ella trabaja, sino si tú eres capaz de quedarte en casa.
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· El estrés del trabajo no tiene por qué sumarse al de la crianza, y viceversa.· No tener tiempo para abarcar todo lo que queremos, problema que se multiplica cuando intentamos meter una familia en nuestro día a día.· Expertos y expertas en la materia nos explican algunos consejos para conciliar mejor nuestras diferentes facetas.Yo, padre (entre otras muchas cosas).© D.R.Levántate a las siete de la mañana, a tiempo de ducharte y desayunar antes de que se despierte el niño. A las ocho, ayúdale a vestirse mientras preparas tus cosas para el trabajo, preparas las suyas para la escuela infantil, jugad un rato con una sonrisa algo forzada (para que él no se entere de que en realidad estás al límite) y meteos en el coche, camino de un atasco que se repetirá a la vuelta de la escuela, justo a tiempo para tomar un último café en algún bar y comenzar tu magnífica jornada de ocho horas que a veces se prolonga hasta diez o doce.Cuando vuelves a ver a tu hijo, son las nueve y media de la noche. Él está medio dormido viendo ‘Ladybug’ en la tele y tú vuelves a esbozar tu media sonrisa para que él no se dé cuenta de que sigues al límite y le acuestas pensando en que la rueda no va a parar al día siguiente y que, bueno, al menos tiene a sus abuelos para que le cuiden y jueguen con él y le lleven al parque y se encarguen de toda la crianza que tú no puedes llevar a cabo como te gustaría.Que no puedes, no que no quieras. Y, por mucho que digan en ‘El Secreto’, querer y poder no siempre es lo mismo. Si la historia te suena, Begoña Ceballos, trabajadora social y psicóloga que trabaja en la actualidad en la Asociación Española Contra el Cáncer tiene una buena noticia para ti y para tu estrés:“Hay que cambiar de perspectiva. Es verdad que nadie nos enseña a ser padres pero no olvidemos que tenemos ‘ayudantes’. Nuestros propios hijos nos enseñan no sólo a ser padres sino a disfrutar más de la vida. Son una fuente inagotable de inspiración. Nos pueden ayudar de muchas maneras: a relajarnos a través de su terapia del juego, ablandar nuestras tensiones con su ternura, recordar nuestras ilusiones contagiándonos de las suyas…”.En pocas palabras, que el estrés del trabajo no tiene por qué sumarse al de la crianza y el de la crianza no tiene por qué sumarse al del trabajo. Que puedes disfrutar de tu hijo cuando tu jefe se ha pasado el día gritándote y puedes desconectar en la oficina cuando el niño se ha pasado la noche tosiendo y sin dejarte pegar ojo. Otro dato esperanzador:“Las nuevas generaciones están valorando más en los trabajos otro tipo de ventajas como horarios más flexibles, más tiempo de vacaciones… Pero sobre todo no compiten por ver quién sale más tarde del trabajo sino quién sale antes. Si cambiara esta creencia de que uno es más productivo por pasar más horas en el trabajo, nos beneficiaríamos todos. También es importante seguir incentivando el teletrabajo para ambos”.Es decir, después de todo, quizá el problema no es que “los dos padres trabajen” como se repite en ocasiones, con un regusto machista que viene a implicar en demasiadas ocasiones que lo ideal sería que la madre se quedara en casa… sino que trabajen de una manera más racional. “No tenemos tiempo para nada y eso genera frustraciones: no disfrutamos de la crianza, no disfrutamos de nuestro tiempo libre y no disfrutamos de nuestro trabajo”, insiste Óscar Bendicho, psicólogo terapeuta en el Instituto de Psicoterapia Gestalt. “Una de las soluciones sería seguir trabajando, pero reducirse la jornada”.¿Cuántos hombres se acogen a la reducción de la jornada?Aquí tenemos un problema serio: según datos de 2011, la reducción de jornada –que es un derecho del trabajador con hijos menores de ocho años a su cargo según el artículo 37.5 del Estatuto de los Trabajadores y cuyo horario no es necesario consensuar con la empresa según desarrolla el artículo 37.6 de dicho Estatuto- el 31% de las mujeres se acogen a la reducción frente a solo el 6% de los hombres. Esto las deja en una situación muy delicada ante el mercado laboral: no solo se enfrentan al prejuicio de “cuidado no se vaya a quedar embarazada y tengamos que darle una baja por maternidad” sino al de “¿y si una vez nacido el niño nos pide una reducción de jornada?”.Algunas empresas como Google, afortunadamente, no comparten este punto de vista. “Para Google es fundamental que trabajar y tener hijos no sea una doble carga”, afirma Anaís Figueras, responsable de comunicación. En consecuencia, la compañía ha decidido, a nivel mundial, ampliar el permiso de paternidad a doce semanas, con el fin de que “pueda haber un mejor y mayor reparto del tiempo con el bebé” dentro de las parejas. “De hecho, además de la extensión del permiso de paternidad a doce semanas, el regreso al trabajo (tanto seas madre como padre), puede ser durante dos semanas al 50% de la jornada, cobrando el salario íntegro”, añade Figueras.Debería estar claro a estas alturas que el estrés de la crianza no es resultado de la incorporación de la mujer al mercado de trabajo, aunque primero habría que definir qué es “trabajo”. Según Sara Jiménez, fundadora del proyecto Nace Una Familia y que ha trabajado como “doula” ayudando psicológicamente a muchos padres y madres perdidos en los primeros días de la crianza de su bebé. “El verdadero trabajo está en casa”, afirma. “Es el trabajo de la alimentación, la higiene, el estado emocional, los deberes del niño…”.No queda la cosa ahí. Esta incapacidad para conciliar ambos trabajos nos lleva directamente a la culpa: tanto Óscar Bendicho como Begoña Ceballos como Sara Jiménez coinciden en este punto: “Las mujeres tienen un mayor sentimiento de culpa, siempre”, y Sara lo ejemplifica a la perfección: “Si un niño se cae en el parque, lo normal es que la madre diga ‘se me ha caído el niño’ o, si pilla un catarro, ‘se me ha puesto malo el niño’. El padre lo vive desde otra distancia. “Se podría decir que, igual que la mujer ha conquistado el mercado laboral, el hombre aún no ha conquistado el hogar”.Las causas son culturales, sociales… Begoña coincide en este aspecto: “La sociedad en general valora más los éxitos laborales que la paternidad o la maternidad”, aunque por su experiencia en la AECC, advierte de que “cuando llegan los problemas de verdad, lo que más echan de menos los pacientes es no haber pasado suficiente tiempo con sus seres queridos”. Muy bien, pero, ¿cómo se hace eso? ¿Qué facilidades hay para poder pasar tiempo con los seres queridos, sentirse realizado en tu carrera profesional, disfrutar de tu ocio y no morir en el intento? Aparte de la reducción de jornada, que implica reducción de sueldo y un más que previsible enfrentamiento con tus superiores, muy pocas. Y, eso nos lleva a lo peor, a la culpa.“Nuestra generación tiene mucha presión porque desde pequeños nos han criado en una buena formación, en estudiar, tener una buena carrera. Relacionar el éxito con la carrera profesional, con escalar… Sobre todo en gente con estudios superiores”, se queja Sara. “Nuestros padres han puesto muchas esperanzas en nosotros, tanto en los hombres como en las mujeres. Ahora, queremos trasladar esa perfección a la vida personal, como padres. Algunos blogs de crianza nos meten aún más presión porque parece que a esas madres les da tiempo a todo, incluso a hacer actividades Montessori en su casa… Puede crear mucha frustración si no asumimos que no podemos abarcar con todo”.Lo importante es que el hombre trabaje en casaY no, no podemos. “La crianza a veces saca lo peor de nosotros mismos”, admite la propia Sara. «Tendríamos que relajarnos. Al fin y al cabo, el hombre es un animal social. Durante años hemos estado acostumbrados a vivir en familias donde en la misma casa estaban los primos, los tíos… y todo el mundo cuidaba de los demás sin que hubiera problema ninguno”. Ahora, si no cuidas al cien por cien de tu hijo siempre vas a tener la duda de si eres una “mala madre” o un “mal padre”, aunque Sara insiste en que la vara de medir en ambos casos no es la misma:“Si el niño va mal vestido al colegio, ya eres una mala madre. Pero el padre, a poco que haga, ‘es un padrazo’. Así está constituida la sociedad, incluso en la disparidad de las bajas por maternidad y paternidad que da el estado: la idea es que la madre es la que se encarga del niño y el padre es ‘una ayuda’”.Efectivamente, Google aparte, y aunque se ha ido progresando en los últimos años, las bajas por maternidad y por paternidad difieren muchísimo, lo que por un lado perjudica al padre que quiere pasar más tiempo con su hijo y por otro perjudica a la mujer, como decíamos antes, porque genera una cierta suspicacia entre sus posibles jefes. En concreto, ahora mismo, la situación está en dieciséis semanas para las madres y cuatro para los padres.Puesto que la situación es la que es, ¿qué podemos hacer para conciliar mejor y, sobre todo, para que las responsabilidades y culpas no sigan recayendo mayoritariamente en las mujeres y la crianza sea algo agradable y feliz para todos? No es fácil encontrar soluciones: apoyarse en la familia sin culpabilidades, como dice Sara Jiménez; reducir jornada, como apunta Óscar Bendicho; o ajustar prioridades, como sugiere Begoña Ceballos para que no haya arrepentimientos posteriores.¿Se puede hacer todo esto sin tiempo? Parece complicado. “Lo fundamental es el tiempo. Hay que tener tiempo para llevar una crianza tranquila. No disfrutas del ‘estar con la familia’: si el tiempo del baño es ‘a ver si se baña rápido y se duerme’ entonces no hay disfrute. Influye la capacidad. Pasa con los abuelos, que quieren disfrutar de sus nietos porque no han podido disfrutar de los hijos”, insiste Óscar. Y el tiempo cuesta dinero, por supuesto, y supone renunciar a tu vida privada, los objetivos de éxito que te han inculcado desde la infancia… No es fácil. “Lo importante no es que la mujer no trabaje fuera, sino que el hombre lo haga en casa. Si estamos maduros para asumir que vamos a hacer una familia, pues tenemos que asumir las responsabilidades que conlleva”, concluye Sara.¿Estamos dispuestos los padres a hacerlo? En muchos casos, sí. En otros, seamos sinceros, no. Nuestro sentimiento de culpa es menor, nuestras ambiciones personales están determinadas por la sociedad hacia otros ámbitos. No es poco habitual el caso del hombre que quiere tener varios hijos… a los que luego apenas ve. A corto plazo, parece que la cosa está bastante complicada y dar un solo paso atrás en la lucha de la mujer por conquistar terrenos de igualdad sería una injusticia más. Queda, por tanto, esperar que lo que decía Begoña al principio del artículo sea verdad: que las nuevas generaciones lo cambien todo. Y confiar en que les dejen, claro.
- Fuente: http://www.revistagq.com/noticias/articulos/problemas-conciliacion-familiar/26113
El problema no es si ella trabaja, sino si tú eres capaz de quedarte en casa.
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· El estrés del trabajo no tiene por qué sumarse al de la crianza, y viceversa.· No tener tiempo para abarcar todo lo que queremos, problema que se multiplica cuando intentamos meter una familia en nuestro día a día.· Expertos y expertas en la materia nos explican algunos consejos para conciliar mejor nuestras diferentes facetas.Yo, padre (entre otras muchas cosas).© D.R.Levántate a las siete de la mañana, a tiempo de ducharte y desayunar antes de que se despierte el niño. A las ocho, ayúdale a vestirse mientras preparas tus cosas para el trabajo, preparas las suyas para la escuela infantil, jugad un rato con una sonrisa algo forzada (para que él no se entere de que en realidad estás al límite) y meteos en el coche, camino de un atasco que se repetirá a la vuelta de la escuela, justo a tiempo para tomar un último café en algún bar y comenzar tu magnífica jornada de ocho horas que a veces se prolonga hasta diez o doce.Cuando vuelves a ver a tu hijo, son las nueve y media de la noche. Él está medio dormido viendo ‘Ladybug’ en la tele y tú vuelves a esbozar tu media sonrisa para que él no se dé cuenta de que sigues al límite y le acuestas pensando en que la rueda no va a parar al día siguiente y que, bueno, al menos tiene a sus abuelos para que le cuiden y jueguen con él y le lleven al parque y se encarguen de toda la crianza que tú no puedes llevar a cabo como te gustaría.Que no puedes, no que no quieras. Y, por mucho que digan en ‘El Secreto’, querer y poder no siempre es lo mismo. Si la historia te suena, Begoña Ceballos, trabajadora social y psicóloga que trabaja en la actualidad en la Asociación Española Contra el Cáncer tiene una buena noticia para ti y para tu estrés:“Hay que cambiar de perspectiva. Es verdad que nadie nos enseña a ser padres pero no olvidemos que tenemos ‘ayudantes’. Nuestros propios hijos nos enseñan no sólo a ser padres sino a disfrutar más de la vida. Son una fuente inagotable de inspiración. Nos pueden ayudar de muchas maneras: a relajarnos a través de su terapia del juego, ablandar nuestras tensiones con su ternura, recordar nuestras ilusiones contagiándonos de las suyas…”.En pocas palabras, que el estrés del trabajo no tiene por qué sumarse al de la crianza y el de la crianza no tiene por qué sumarse al del trabajo. Que puedes disfrutar de tu hijo cuando tu jefe se ha pasado el día gritándote y puedes desconectar en la oficina cuando el niño se ha pasado la noche tosiendo y sin dejarte pegar ojo. Otro dato esperanzador:“Las nuevas generaciones están valorando más en los trabajos otro tipo de ventajas como horarios más flexibles, más tiempo de vacaciones… Pero sobre todo no compiten por ver quién sale más tarde del trabajo sino quién sale antes. Si cambiara esta creencia de que uno es más productivo por pasar más horas en el trabajo, nos beneficiaríamos todos. También es importante seguir incentivando el teletrabajo para ambos”.Es decir, después de todo, quizá el problema no es que “los dos padres trabajen” como se repite en ocasiones, con un regusto machista que viene a implicar en demasiadas ocasiones que lo ideal sería que la madre se quedara en casa… sino que trabajen de una manera más racional. “No tenemos tiempo para nada y eso genera frustraciones: no disfrutamos de la crianza, no disfrutamos de nuestro tiempo libre y no disfrutamos de nuestro trabajo”, insiste Óscar Bendicho, psicólogo terapeuta en el Instituto de Psicoterapia Gestalt. “Una de las soluciones sería seguir trabajando, pero reducirse la jornada”.¿Cuántos hombres se acogen a la reducción de la jornada?Aquí tenemos un problema serio: según datos de 2011, la reducción de jornada –que es un derecho del trabajador con hijos menores de ocho años a su cargo según el artículo 37.5 del Estatuto de los Trabajadores y cuyo horario no es necesario consensuar con la empresa según desarrolla el artículo 37.6 de dicho Estatuto- el 31% de las mujeres se acogen a la reducción frente a solo el 6% de los hombres. Esto las deja en una situación muy delicada ante el mercado laboral: no solo se enfrentan al prejuicio de “cuidado no se vaya a quedar embarazada y tengamos que darle una baja por maternidad” sino al de “¿y si una vez nacido el niño nos pide una reducción de jornada?”.Algunas empresas como Google, afortunadamente, no comparten este punto de vista. “Para Google es fundamental que trabajar y tener hijos no sea una doble carga”, afirma Anaís Figueras, responsable de comunicación. En consecuencia, la compañía ha decidido, a nivel mundial, ampliar el permiso de paternidad a doce semanas, con el fin de que “pueda haber un mejor y mayor reparto del tiempo con el bebé” dentro de las parejas. “De hecho, además de la extensión del permiso de paternidad a doce semanas, el regreso al trabajo (tanto seas madre como padre), puede ser durante dos semanas al 50% de la jornada, cobrando el salario íntegro”, añade Figueras.Debería estar claro a estas alturas que el estrés de la crianza no es resultado de la incorporación de la mujer al mercado de trabajo, aunque primero habría que definir qué es “trabajo”. Según Sara Jiménez, fundadora del proyecto Nace Una Familia y que ha trabajado como “doula” ayudando psicológicamente a muchos padres y madres perdidos en los primeros días de la crianza de su bebé. “El verdadero trabajo está en casa”, afirma. “Es el trabajo de la alimentación, la higiene, el estado emocional, los deberes del niño…”.No queda la cosa ahí. Esta incapacidad para conciliar ambos trabajos nos lleva directamente a la culpa: tanto Óscar Bendicho como Begoña Ceballos como Sara Jiménez coinciden en este punto: “Las mujeres tienen un mayor sentimiento de culpa, siempre”, y Sara lo ejemplifica a la perfección: “Si un niño se cae en el parque, lo normal es que la madre diga ‘se me ha caído el niño’ o, si pilla un catarro, ‘se me ha puesto malo el niño’. El padre lo vive desde otra distancia. “Se podría decir que, igual que la mujer ha conquistado el mercado laboral, el hombre aún no ha conquistado el hogar”.Las causas son culturales, sociales… Begoña coincide en este aspecto: “La sociedad en general valora más los éxitos laborales que la paternidad o la maternidad”, aunque por su experiencia en la AECC, advierte de que “cuando llegan los problemas de verdad, lo que más echan de menos los pacientes es no haber pasado suficiente tiempo con sus seres queridos”. Muy bien, pero, ¿cómo se hace eso? ¿Qué facilidades hay para poder pasar tiempo con los seres queridos, sentirse realizado en tu carrera profesional, disfrutar de tu ocio y no morir en el intento? Aparte de la reducción de jornada, que implica reducción de sueldo y un más que previsible enfrentamiento con tus superiores, muy pocas. Y, eso nos lleva a lo peor, a la culpa.“Nuestra generación tiene mucha presión porque desde pequeños nos han criado en una buena formación, en estudiar, tener una buena carrera. Relacionar el éxito con la carrera profesional, con escalar… Sobre todo en gente con estudios superiores”, se queja Sara. “Nuestros padres han puesto muchas esperanzas en nosotros, tanto en los hombres como en las mujeres. Ahora, queremos trasladar esa perfección a la vida personal, como padres. Algunos blogs de crianza nos meten aún más presión porque parece que a esas madres les da tiempo a todo, incluso a hacer actividades Montessori en su casa… Puede crear mucha frustración si no asumimos que no podemos abarcar con todo”.Lo importante es que el hombre trabaje en casaY no, no podemos. “La crianza a veces saca lo peor de nosotros mismos”, admite la propia Sara. «Tendríamos que relajarnos. Al fin y al cabo, el hombre es un animal social. Durante años hemos estado acostumbrados a vivir en familias donde en la misma casa estaban los primos, los tíos… y todo el mundo cuidaba de los demás sin que hubiera problema ninguno”. Ahora, si no cuidas al cien por cien de tu hijo siempre vas a tener la duda de si eres una “mala madre” o un “mal padre”, aunque Sara insiste en que la vara de medir en ambos casos no es la misma:“Si el niño va mal vestido al colegio, ya eres una mala madre. Pero el padre, a poco que haga, ‘es un padrazo’. Así está constituida la sociedad, incluso en la disparidad de las bajas por maternidad y paternidad que da el estado: la idea es que la madre es la que se encarga del niño y el padre es ‘una ayuda’”.Efectivamente, Google aparte, y aunque se ha ido progresando en los últimos años, las bajas por maternidad y por paternidad difieren muchísimo, lo que por un lado perjudica al padre que quiere pasar más tiempo con su hijo y por otro perjudica a la mujer, como decíamos antes, porque genera una cierta suspicacia entre sus posibles jefes. En concreto, ahora mismo, la situación está en dieciséis semanas para las madres y cuatro para los padres.Puesto que la situación es la que es, ¿qué podemos hacer para conciliar mejor y, sobre todo, para que las responsabilidades y culpas no sigan recayendo mayoritariamente en las mujeres y la crianza sea algo agradable y feliz para todos? No es fácil encontrar soluciones: apoyarse en la familia sin culpabilidades, como dice Sara Jiménez; reducir jornada, como apunta Óscar Bendicho; o ajustar prioridades, como sugiere Begoña Ceballos para que no haya arrepentimientos posteriores.¿Se puede hacer todo esto sin tiempo? Parece complicado. “Lo fundamental es el tiempo. Hay que tener tiempo para llevar una crianza tranquila. No disfrutas del ‘estar con la familia’: si el tiempo del baño es ‘a ver si se baña rápido y se duerme’ entonces no hay disfrute. Influye la capacidad. Pasa con los abuelos, que quieren disfrutar de sus nietos porque no han podido disfrutar de los hijos”, insiste Óscar. Y el tiempo cuesta dinero, por supuesto, y supone renunciar a tu vida privada, los objetivos de éxito que te han inculcado desde la infancia… No es fácil. “Lo importante no es que la mujer no trabaje fuera, sino que el hombre lo haga en casa. Si estamos maduros para asumir que vamos a hacer una familia, pues tenemos que asumir las responsabilidades que conlleva”, concluye Sara.¿Estamos dispuestos los padres a hacerlo? En muchos casos, sí. En otros, seamos sinceros, no. Nuestro sentimiento de culpa es menor, nuestras ambiciones personales están determinadas por la sociedad hacia otros ámbitos. No es poco habitual el caso del hombre que quiere tener varios hijos… a los que luego apenas ve. A corto plazo, parece que la cosa está bastante complicada y dar un solo paso atrás en la lucha de la mujer por conquistar terrenos de igualdad sería una injusticia más. Queda, por tanto, esperar que lo que decía Begoña al principio del artículo sea verdad: que las nuevas generaciones lo cambien todo. Y confiar en que les dejen, claro.
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Carnaval de post: A vueltas con #stopniñofobia
Buenas tardes! Hoy me uno al carnaval de posts sobre un tema: niñofobia, o sea, si existe cierta tendencia en no admitir/mirarmal/etc a los niños o sus familias. Pues bien, os puedo decir que nos pasó un caso parecido al que le pasó a Andrés Palomino, y que detalla en esta tira cómica, tan propia … Continuar leyendo «Carnaval de post: A vueltas con #stopniñofobia»
Sigue leyendo ->El auge de la niñofobia
En los últimos años ha cobrado un gran auge la “Niñofobia”, una tendencia de algunos establecimientos que prohíbe la presencia de niños. Esta intolerancia de algunos adultos con respecto al comportamiento molesto de los infantes en espacios cerrados despertó una gran polémica, porque mientras los padres los acusan de discriminar, ellos alegan que tienen derecho a la tranquilidad y a “espacios libres de niños”.
Esta semana el tema volvió a incitar el debate cuando al ilustrador español Andrés Palomino, bloguero amigo del grupo Papás Blogueros, le prohibieron la entrada a un restaurante con sus dos mellizos. Molesto con la situación, Andrés la plasmó en una viñeta que generó opiniones enfrentadas y hasta notas en los medios. Seguir leyendo
El auge de la niñofobia
En los últimos años ha cobrado un gran auge la “Niñofobia”, una tendencia de algunos establecimientos que prohíbe la presencia de niños. Esta intolerancia de algunos adultos con respecto al comportamiento molesto de los infantes en espacios cerrados despertó una gran polémica, porque mientras los padres los acusan de discriminar, ellos alegan que tienen derecho a la tranquilidad y a “espacios libres de niños”.
Esta semana el tema volvió a incitar el debate cuando al ilustrador español Andrés Palomino, bloguero amigo del grupo Papás Blogueros, le prohibieron la entrada a un restaurante con sus dos mellizos. Molesto con la situación, Andrés la plasmó en una viñeta que generó opiniones enfrentadas y hasta notas en los medios. Seguir leyendo
Colaboración: Tu Bebé en Casa
Muy buenas ávidos lectores!
Hace algún tiempo que no escribo por motivos personales (que ya tod@s o casi tod@s sabréis) pero era hora de volver y qué mejor forma que hacerlo con una nueva colaboración, esta vez de la mano de «Tu bebé en casa»… en serio.. me parece que es una web IMPRESIONANTE que ofrece unos servicios (sobretodo para padres primerizos a mi entender… aunque le puede servir para cualquier pareja…) indispensables!
Sin más o dejo de la mano de Lidia que es la que nos habla de esta fantástica web con un proyecto GENIAL (con mayúsculas!!)…
Adelante Lidia:
Tu Bebé en Casa, el mejor regalo para padres y madres primerizos
Lo mejor de Tu Bebé en Casa
¿Te animas a pedir o regalar un pack de Tu Bebé en Casa? Solo tienes que entrar en www.tubebeencasa.com , mandar un mail a hola@tubebeencasa.com , llamar al 911 412 932 o contactar con ellos a través de su twitter (@tubebencasa) y ¡a disfrutar de tu bebé!
Lo que os decía, a que sí? súper chula la idea, original y perfecta para padres primerizos! a qué esperáis? Animáos y veréis como lo agradecéis!!
Colaboración: Tu Bebé en Casa
Muy buenas ávidos lectores!
Hace algún tiempo que no escribo por motivos personales (que ya tod@s o casi tod@s sabréis) pero era hora de volver y qué mejor forma que hacerlo con una nueva colaboración, esta vez de la mano de «Tu bebé en casa»… en serio.. me parece que es una web IMPRESIONANTE que ofrece unos servicios (sobretodo para padres primerizos a mi entender… aunque le puede servir para cualquier pareja…) indispensables!
Sin más o dejo de la mano de Lidia que es la que nos habla de esta fantástica web con un proyecto GENIAL (con mayúsculas!!)…
Adelante Lidia:
Tu Bebé en Casa, el mejor regalo para padres y madres primerizos
Lo mejor de Tu Bebé en Casa
¿Te animas a pedir o regalar un pack de Tu Bebé en Casa? Solo tienes que entrar en www.tubebeencasa.com , mandar un mail a hola@tubebeencasa.com , llamar al 911 412 932 o contactar con ellos a través de su twitter (@tubebencasa) y ¡a disfrutar de tu bebé!
Lo que os decía, a que sí? súper chula la idea, original y perfecta para padres primerizos! a qué esperáis? Animáos y veréis como lo agradecéis!!
De juguetes y arcoiris
Sin quererlo, Sara me está mostrando el enorme daño que las personas adultas le hacemos a nuestras niñas y niños cuando les metemos en sus cabecitas que hay colores y juguetes para niñas, y colores y juguetes para niños.Solo basta visitar las tiendas d…
Sigue leyendo ->CPSN: KID-FRIENDLY
Lo dicho, este viernes 26 de mayo espero a los mecenas barceloneses en Kaburi Rol & Games. Y a los madrileños, el 3 de junio en Epic Board Game Cafe. ¡Y a los no mecenas también!
Sigue leyendo ->Las rabietas y los espectadores
Es increíble la expectación que generan las rabietas de los niños. Y eso, como padres, dificulta bastante la gestión de las mismas.
La entrada Las rabietas y los espectadores aparece primero en Un papá en prácticas.
Sigue leyendo ->#WeekPic 23
Wish we could turn back time, to the good old daysWhen our momma sang us to sleep but now we’re stressed out Wish we could turn back time, to the good old days When our momma sang us to sleep but now we’re stressed out We used to play pr…
Sigue leyendo ->#WeekPic 23
Wish we could turn back time, to the good old daysWhen our momma sang us to sleep but now we’re stressed out Wish we could turn back time, to the good old days When our momma sang us to sleep but now we’re stressed out We used to play pr…
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