Microfotorrelato. Hoy: El hechizo

La veía a diario, apoyada en la pared, con los ojos vendados, sosteniendo en las manos un ramito de flores, esperando no se sabe qué o a quién. La mayoría pensaba que a la muchacha se le había ido la cabeza, sin embargo él, que había leído muchos libros, sabía perfectamente lo que pasaba: la […]

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VIERNES DANDO LA NOTA #66: NO HAY NADA MÁS TRISTE QUE LO TUYO

En estos últimos días, semanas, incluso meses he recibido algunos mails, varios DMs en Twitter, muchos mensajes de whatsapp y telegram (hasta un SMS) preguntándome porque no publico posts.

Si os soy sincero, realmente, solo me lo ha dicho mi Santa, pero tranquilos, no os guardo rencor. Todos sabéis que estás cosas son así. Hay temporadas de sequía de ideas o falta de ganas para escribir. En realidad, mi caso es la falta de tiempo. me apetece publicar, tengo ideas, pero no encuentro el momento para hacerlo.
Es más, este post lo he escrito igual que cuando me pongo a ver una película por la noche (me duermo… me despierto y echo para atrás, me vuelvo a dormir… me vuelvo a despertar, la vuelvo a echar para atrás. Y así hasta el infinito y más allá). En varios días.

Un día cualquiera (venga, todos juntos ¡¡¡no sabes que hora es!!!) llegamos a casa del trabajo y tenemos una lista kilométrica de cosas por hacer. Hay que preparar la cena (a lo mejor toca bajar a comprar para hacerla), ver si hay que poner una lavadora (¿no odiáis ese momento en que no hay suficiente ropa y buscas y rebuscas porque tienes que ponerla porque están los polos del colegio?), ver si hay que destender una lavadora (¿no odiáis tener que emparejar calcetines?), ver si hay que poner el lavavajillas (¿no odiáis que no coloquen bien los platos, vasos y cubiertos?), ver si hay que vaciar el lavavajillas (¿no odiáis que porque no se han colocado bien queden restos de comida en los platos, vasos y cubiertos?).

Todo eso suma a que alguna de las peques tenga deberes o examen y claro, ponte a repasar con ellas. O mejor aún, a intentar convencerlas de que te dejen comprobar si es verdad eso que dicen que llevan el examen más que perfecto. Y por supuesto, está la pequeña, que quiere que juguemos con ella. Últimamente le ha dado por maquillarme y hay tardes que me veo tendiendo mientras el esmalte (que es para muñecas) se me va levantando y se va volando.

La verdad es que la mayoría de días no hemos hecho todo antes de cenar y claro, toca terminarlo después. Pero en estos días que anochece más tarde, el terminar de cenar se alarga muuuuuucho. Así que cuando por fin has terminado todo (o por lo menos lo mínimo para no sentirte muy culpable) y te puedes sentar en el sillón para poder teclear un poco o ver una serie o película, lo único que haces es luchar para que no se te cierren los ojos (cosa que no consigues casi nunca).

Y esta, a grandes rasgos, es mi «excusa» por esta ausencia tan larga. Pero ojo, con este post no quiero que penséis «NO HAY NADA MÁS TRISTE QUE LO TUYO» porque como dice esta canción «hay miles de cosas en el mundo que son mucho peor«

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VIERNES DANDO LA NOTA #66: NO HAY NADA MÁS TRISTE QUE LO TUYO

En estos últimos días, semanas, incluso meses he recibido algunos mails, varios DMs en Twitter, muchos mensajes de whatsapp y telegram (hasta un SMS) preguntándome porque no publico posts.

Si os soy sincero, realmente, solo me lo ha dicho mi Santa, pero tranquilos, no os guardo rencor. Todos sabéis que estás cosas son así. Hay temporadas de sequía de ideas o falta de ganas para escribir. En realidad, mi caso es la falta de tiempo. me apetece publicar, tengo ideas, pero no encuentro el momento para hacerlo.
Es más, este post lo he escrito igual que cuando me pongo a ver una película por la noche (me duermo… me despierto y echo para atrás, me vuelvo a dormir… me vuelvo a despertar, la vuelvo a echar para atrás. Y así hasta el infinito y más allá). En varios días.

Un día cualquiera (venga, todos juntos ¡¡¡no sabes que hora es!!!) llegamos a casa del trabajo y tenemos una lista kilométrica de cosas por hacer. Hay que preparar la cena (a lo mejor toca bajar a comprar para hacerla), ver si hay que poner una lavadora (¿no odiáis ese momento en que no hay suficiente ropa y buscas y rebuscas porque tienes que ponerla porque están los polos del colegio?), ver si hay que destender una lavadora (¿no odiáis tener que emparejar calcetines?), ver si hay que poner el lavavajillas (¿no odiáis que no coloquen bien los platos, vasos y cubiertos?), ver si hay que vaciar el lavavajillas (¿no odiáis que porque no se han colocado bien queden restos de comida en los platos, vasos y cubiertos?).

Todo eso suma a que alguna de las peques tenga deberes o examen y claro, ponte a repasar con ellas. O mejor aún, a intentar convencerlas de que te dejen comprobar si es verdad eso que dicen que llevan el examen más que perfecto. Y por supuesto, está la pequeña, que quiere que juguemos con ella. Últimamente le ha dado por maquillarme y hay tardes que me veo tendiendo mientras el esmalte (que es para muñecas) se me va levantando y se va volando.

La verdad es que la mayoría de días no hemos hecho todo antes de cenar y claro, toca terminarlo después. Pero en estos días que anochece más tarde, el terminar de cenar se alarga muuuuuucho. Así que cuando por fin has terminado todo (o por lo menos lo mínimo para no sentirte muy culpable) y te puedes sentar en el sillón para poder teclear un poco o ver una serie o película, lo único que haces es luchar para que no se te cierren los ojos (cosa que no consigues casi nunca).

Y esta, a grandes rasgos, es mi «excusa» por esta ausencia tan larga. Pero ojo, con este post no quiero que penséis «NO HAY NADA MÁS TRISTE QUE LO TUYO» porque como dice esta canción «hay miles de cosas en el mundo que son mucho peor«

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Psicologia CEIBE 2017-05-12 12:32:00

«Este ansia irracional de dominio, de control y de poder sobre la otra persona es la fuerza principal que alimenta la violencia doméstica entre las parejas». Luis Rojas Marcos
El maltrato psicológico en la pareja es un tipo de violencia, yo diría que el más generalizado y sobre todo, el más normalizado. Es este un tipo de violencia apenas detectable, difícil de probar aunque su poder lesivo puede ser infinitamente superior al de la violencia física, mucho más obvia y donde la víctima acaba por tomar medidas para defenderse o protegerse. Es sutil, intermitente pero constante, lo que deriva en una gran dependencia emocional en quien lo sufre de la mano de una lenta, pero segura destrucción de la autoestima de la víctima. Y es este su mayor poder de agresión, la progresiva anulación de la persona maltratada quien ya duda incluso de su propio valor como ser humano. La desvalorización y la culpa son los protagonistas emocionales de un fino trabajo de distorsión de la realidad donde la persona llega a creer que lo merece, que quién la va a querer a ella y qué ese es el precio por no estar sola o por no asumir el estigma de fracaso que contiene un divorcio.

Algunas pistas para poder identificarlo son ocultar algunas cosas por miedo a la reacción despreciativa o desproporcionada del otro: temor a contradecirlo, toma decisiones por ti, accedes a tener sexo sin querer, evitas opinar en público delante de él o ella, minimiza tus logros mientras que genera culpa por los errores, ocupa el rol de madre o padre que sabe lo que es bueno para ti sin ti, organiza tu tiempo libre sin consultar, mira tu móvil, sientes tensión o miedo a equivocarte, juzga lo que haces o dices o te pones, te responsabiliza de su estado de ánimo, te aparta poco a poco de aquellas relaciones que son solo tuyas (amigos, familia), en definitiva, vas dejando de ser tú para convertirte en una especie de fantasma que intenta encajar en un presunto modelo hecho a la medida de los deseos de la otra persona. Es terrorismo íntimo.
La mayoría de los estudios epidemiológicos son concluyentes, habiendo muchas más mujeres víctimas de violencia psicológica en el contexto de las relaciones de pareja. Algunas de las conclusiones extraídas por el primer estudio sobre violencia doméstica realizado por la OMS en el año 2005 son que la violencia más habitual en la vida de las mujeres es ejercida por la pareja, superando el índice de aquellas agresiones consumadas por conocidos o extraños.
Las consecuencias del maltrato psicológico sostenido son de toda índole, ya que somete a la persona a estrés crónico, lo que propiciará la aparición de enfermedades físicas o servirá como detonante de aquellas que solo estaban en estado latente. Algunos síntomas visibles que responden a la somatización de estrés emocional son ansiedad, problemas con el sueño y/o con la alimentación, cansancio crónico, cefaleas, tristeza, apatía, depresión, consumo de psicofármacos y alto riesgo de abuso del alcohol.
No hay un perfil específico de persona más vulnerable al maltrato, se da en todas las culturas y contextos socioeconómicos. Lo que sí que hay es un perfil de persona maltratada psicológicamente ya que el maltrato va configurando cambios en la personalidad de quien lo sufre, tales como inseguridad y baja o nula autoestima, percepción de impotencia para manejar el entorno, culpabilidad, sensación de fracaso vital, sentimientos ambivalentes, se subestima la gravedad del maltrato incluso justificándolo, se adopta la visión de la realidad de quien agrede, no se es consciente en muchos casos de ser víctima de maltrato psicológico. Esto es más frecuente de lo que se cree: hay grandes dosis de violencia normalizada en las relaciones, y especialmente en las de pareja.
Se van tolerando pequeñas humillaciones, sutiles desprecios, se permiten la violaciones de la intimidad mediante el permiso explícito o no de mirar mi móvil o mis redes sociales, me someto a tu juicio sobre mí, empiezo a pedir permiso (que no opinión) para tomar decisiones, aguanto tus estallidos de irritabilidad para no empeorarlos, acepto una y otra vez las disculpas y todo ello sostenido por la creencia de que el amor todo lo puede y si queremos que dure, es necesario ser flexible. Cuando nosotros decimos en terapia de pareja que el amor es condición necesaria pero no suficiente, las personas se sorprenden. Nos han hecho creer que una vez que uno ama, el resto está hecho y vamos a transitar durante el resto de nuestra vida por un fluido camino de rosas. Cuando aparecen formas tóxicas de vincularse, muchas personas las soportan en nombre del amor, y en nombre de ese presunto amor (que no lo es) se va degradando al otro, se le va anulando hasta el punto de que hay un día en que ese otro ya no sabe ni quién es ni en qué se ha convertido su vida.
En cuanto al perfil de la persona que maltrata psicológicamente, es paradójicamente alguien en extremo dependiente e inseguro, con escasa capacidad empática, muy controlador.
Es verdad que se recoge en las estadísticas un alto índice de maltratadores psicológicos que proceden de hogares donde fueron educados bajo modelos de relación basados en el maltrato y en el control, así como también el uso y abuso del alcohol favorecen la aparición de este patrón de conducta. Sin embargo, son algunas de las variables que explicarían solo parcialmente un patrón de comportamiento tóxico, ya que en última instancia todos somos libres de elegir cómo queremos ser y qué tipo de relaciones queremos construir.
Insisto en que las circunstancias influyen pero no determinan, luego nada justifica el maltrato hacia otros aún habiendo sido ellos mismos víctimas del mismo.
Olga Carmona


El País: 
http://elpais.com/elpais/2017/03/30/mamas_papas/1490879725_914376.html
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Psicologia CEIBE 2017-05-12 12:32:00

«Este ansia irracional de dominio, de control y de poder sobre la otra persona es la fuerza principal que alimenta la violencia doméstica entre las parejas». Luis Rojas Marcos
El maltrato psicológico en la pareja es un tipo de violencia, yo diría que el más generalizado y sobre todo, el más normalizado. Es este un tipo de violencia apenas detectable, difícil de probar aunque su poder lesivo puede ser infinitamente superior al de la violencia física, mucho más obvia y donde la víctima acaba por tomar medidas para defenderse o protegerse. Es sutil, intermitente pero constante, lo que deriva en una gran dependencia emocional en quien lo sufre de la mano de una lenta, pero segura destrucción de la autoestima de la víctima. Y es este su mayor poder de agresión, la progresiva anulación de la persona maltratada quien ya duda incluso de su propio valor como ser humano. La desvalorización y la culpa son los protagonistas emocionales de un fino trabajo de distorsión de la realidad donde la persona llega a creer que lo merece, que quién la va a querer a ella y qué ese es el precio por no estar sola o por no asumir el estigma de fracaso que contiene un divorcio.

Algunas pistas para poder identificarlo son ocultar algunas cosas por miedo a la reacción despreciativa o desproporcionada del otro: temor a contradecirlo, toma decisiones por ti, accedes a tener sexo sin querer, evitas opinar en público delante de él o ella, minimiza tus logros mientras que genera culpa por los errores, ocupa el rol de madre o padre que sabe lo que es bueno para ti sin ti, organiza tu tiempo libre sin consultar, mira tu móvil, sientes tensión o miedo a equivocarte, juzga lo que haces o dices o te pones, te responsabiliza de su estado de ánimo, te aparta poco a poco de aquellas relaciones que son solo tuyas (amigos, familia), en definitiva, vas dejando de ser tú para convertirte en una especie de fantasma que intenta encajar en un presunto modelo hecho a la medida de los deseos de la otra persona. Es terrorismo íntimo.
La mayoría de los estudios epidemiológicos son concluyentes, habiendo muchas más mujeres víctimas de violencia psicológica en el contexto de las relaciones de pareja. Algunas de las conclusiones extraídas por el primer estudio sobre violencia doméstica realizado por la OMS en el año 2005 son que la violencia más habitual en la vida de las mujeres es ejercida por la pareja, superando el índice de aquellas agresiones consumadas por conocidos o extraños.
Las consecuencias del maltrato psicológico sostenido son de toda índole, ya que somete a la persona a estrés crónico, lo que propiciará la aparición de enfermedades físicas o servirá como detonante de aquellas que solo estaban en estado latente. Algunos síntomas visibles que responden a la somatización de estrés emocional son ansiedad, problemas con el sueño y/o con la alimentación, cansancio crónico, cefaleas, tristeza, apatía, depresión, consumo de psicofármacos y alto riesgo de abuso del alcohol.
No hay un perfil específico de persona más vulnerable al maltrato, se da en todas las culturas y contextos socioeconómicos. Lo que sí que hay es un perfil de persona maltratada psicológicamente ya que el maltrato va configurando cambios en la personalidad de quien lo sufre, tales como inseguridad y baja o nula autoestima, percepción de impotencia para manejar el entorno, culpabilidad, sensación de fracaso vital, sentimientos ambivalentes, se subestima la gravedad del maltrato incluso justificándolo, se adopta la visión de la realidad de quien agrede, no se es consciente en muchos casos de ser víctima de maltrato psicológico. Esto es más frecuente de lo que se cree: hay grandes dosis de violencia normalizada en las relaciones, y especialmente en las de pareja.
Se van tolerando pequeñas humillaciones, sutiles desprecios, se permiten la violaciones de la intimidad mediante el permiso explícito o no de mirar mi móvil o mis redes sociales, me someto a tu juicio sobre mí, empiezo a pedir permiso (que no opinión) para tomar decisiones, aguanto tus estallidos de irritabilidad para no empeorarlos, acepto una y otra vez las disculpas y todo ello sostenido por la creencia de que el amor todo lo puede y si queremos que dure, es necesario ser flexible. Cuando nosotros decimos en terapia de pareja que el amor es condición necesaria pero no suficiente, las personas se sorprenden. Nos han hecho creer que una vez que uno ama, el resto está hecho y vamos a transitar durante el resto de nuestra vida por un fluido camino de rosas. Cuando aparecen formas tóxicas de vincularse, muchas personas las soportan en nombre del amor, y en nombre de ese presunto amor (que no lo es) se va degradando al otro, se le va anulando hasta el punto de que hay un día en que ese otro ya no sabe ni quién es ni en qué se ha convertido su vida.
En cuanto al perfil de la persona que maltrata psicológicamente, es paradójicamente alguien en extremo dependiente e inseguro, con escasa capacidad empática, muy controlador.
Es verdad que se recoge en las estadísticas un alto índice de maltratadores psicológicos que proceden de hogares donde fueron educados bajo modelos de relación basados en el maltrato y en el control, así como también el uso y abuso del alcohol favorecen la aparición de este patrón de conducta. Sin embargo, son algunas de las variables que explicarían solo parcialmente un patrón de comportamiento tóxico, ya que en última instancia todos somos libres de elegir cómo queremos ser y qué tipo de relaciones queremos construir.
Insisto en que las circunstancias influyen pero no determinan, luego nada justifica el maltrato hacia otros aún habiendo sido ellos mismos víctimas del mismo.
Olga Carmona


El País: 
http://elpais.com/elpais/2017/03/30/mamas_papas/1490879725_914376.html
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#ViernesDandoLaNota Celebrando!

Esta semana voy a compartir una canción en el viernes dando la nota a petición popular.

Sí, porque cangrejito me pidió el otro día que la pusiera y es que esta ha pasado a ser su canción favorita relegando al segundo lugar el «Cammon feel the noise» the Slade.

Como también es un artista que nos encanta a mamacangreja y a mi, he decidido que sea esta la canción que abandere mi #VDLN y sirva de pistoletazo de salida para un fin de semana en el que celebramos que hace 17 años me casé con mamacangreja (Te quiero amor).

Feliz fin de semana!!


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#ViernesDandoLaNota Celebrando!

Esta semana voy a compartir una canción en el viernes dando la nota a petición popular.

Sí, porque cangrejito me pidió el otro día que la pusiera y es que esta ha pasado a ser su canción favorita relegando al segundo lugar el «Cammon feel the noise» the Slade.

Como también es un artista que nos encanta a mamacangreja y a mi, he decidido que sea esta la canción que abandere mi #VDLN y sirva de pistoletazo de salida para un fin de semana en el que celebramos que hace 17 años me casé con mamacangreja (Te quiero amor).

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Todo lo que debes saber sobre el Zamak

El zamak es un material que se consigue a partir de una aleación de zinc con aluminio, magnesio y cobre. Tiene dureza y alta resistencia a la tracción. Es un material barato, 100% reciclable y posee buena resistencia mecánica y deformabilidad plástica, ideal para la bisutería. Gracias a estas propiedades, es un material de alta […]

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El espejo de mi hija

Sí, como padre yo juego un papel fundamental en la formación de mi niña. A pesar de mis errores, mi objetivo es que ella vea en mí el parámetro de hombre que debe permitir a su lado, ya sea amigos, compañeros o parejas casuales o permanentes, en caso q…

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¿Qué es el síndrome de Hellp?

El síndrome de Hellp es una extraña enfermedad que que se da durante el último trimestre de gestación e incluso en el postparto y que pone en riesgo la vida del bebé y de la madre.

Se la considera una variable de la preclampsia y es tan poco habitual (una de cada dos mil embarazadas lo padece), que muchas veces no lo detectan a tiempo. Seguir leyendo

Nota publicada en babyCenter en español en abril de 2017 https://espanol.babycenter.com/blog/mamas/sindrome-de-hellp-un-inesperado-peligro-del-embarazo/

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¿Qué es el síndrome de Hellp?

El síndrome de Hellp es una extraña enfermedad que que se da durante el último trimestre de gestación e incluso en el postparto y que pone en riesgo la vida del bebé y de la madre.

Se la considera una variable de la preclampsia y es tan poco habitual (una de cada dos mil embarazadas lo padece), que muchas veces no lo detectan a tiempo. Seguir leyendo

Nota publicada en babyCenter en español en abril de 2017 https://espanol.babycenter.com/blog/mamas/sindrome-de-hellp-un-inesperado-peligro-del-embarazo/

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