El privilegio de ser padre hoy

Nuestro compañero Sem Campón (de Y yo con estas barbas) reflexiona sobre paternajes ¿son? ¿se ejercen?… Desde #mesPADRE, en @papasblogueros, conectamos plenamente con sus palabras cuando nos habla de el privilegio de ser padre hoy en día.

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El privilegio de ser padre hoy

¿Qué le hace a uno ser padre? ¿Qué es SER padre? ¿Es lo mismo SER padre, que EJERCER de padre? ¿Padre se ES, o padre se EJERCE? ¿Quizás ambas cosas, necesariamente?

Tenía pensado escribir sobre diferencias.

Tenía pensado escribir sobre cómo los padres de la generación del mío, solían ser gente que fueron padres jóvenes y arriesgados, y cómo en mi generación los padres nos hemos vuelto mucho más cautelosos. Lo meditamos todo mucho más, porque entre otras cosas, somos padres mucho más mayores de lo que lo fueron los nuestros.

También, sobre cómo los padres de antes parecía que formasen familias numerosas como si compraran a los críos en un mercadillo, frente a los padres de ahora, que parece que plantearte ir a por el segundo muchas veces es como plantearte hacer un número de funambulismo sin red de protección.

Sobre cómo los padres de antes eran de currar fuera de casa el día entero; de volver casi a la hora de cenar, con los críos bañados y a mesa puesta. Y el mayor contacto con los críos se producía en esencia los fines de semana, frente a muchos de los padres de ahora a los que a diario ves tirando de carritos, meneando columpios en el parque, cambiando pañales en centros comerciales o haciendo de taxistas particulares en tal o cual extraescolar, merienda en mano.

Estaba pensando en todas estas diferencias, cuando he llegado a la conclusión de que todo ese discurso echaba un ligero tufo a rancio; de que en realidad, no sé un carajo de nada. Bueno… Salvo que ser padre, ser un BUEN padre, en el sentido más amplio, ha sido, y es, de toda la vida y a la hora de la verdad, algo complicado.

Lo que solamente podría atreverme a afirmar con certeza, poniendo la mano en el fuego, es que a día de hoy, los hombres, los padres, tenemos circunstancias actualmente muy favorables para desempeñar nuestro papel como tales. Las más favorables que un padre ha tenido jamás para ejercer su labor, diría. De ser padre, y ejercer de padre.

La medicina moderna y los avances en políticas sociales e igualdad han supuesto un paso de gigante en esta última generación, para que aumente la posibilidad de SER padre. (Biológica o legalmente hablando). Y luego, el contexto económico/sociológico/cultural actual es el que nos está permitiendo EJERCER esa paternidad también de una forma totalmente diferente. Más inmersa. Más profunda. Más consciente. Más buscada.

Y ahí es el punto al que yo quería llegar. Al del privilegio. Echo la vista atrás, hacia mi propio árbol genealógico familiar, y en comparación a todos los padres que me precedieron, siento que soy un verdadero privilegiado. Que las circunstancias del mundo en que vivo, y las que se me han ido dando en mi vida, están haciendo que yo pueda ejercer mi paternidad como jamás nadie en mi familia pudo haberlo hecho antes:

Desde el momento en que se me permitió acompañar de manera activa a mi pareja en el día de sus embarazos, y formarme en aquello en lo que me iba a convertir.

Desde que pude conocer en directo a mi pequeño embrión en sus primeras semanas de gestación, y así poder ir desarrollando un vínculo con él.

Desde que pude asistir a los partos siendo parte presente y activa del alumbramiento de mis pequeños, y sostenerlos en mis brazos desde el primer aliento de sus pequeños pulmones.

Desde que tuve la opción de implicarme y participar en el diseño, desarrollo y toma de decisiones de todo el entorno puericultural que les ha rodeado desde que llegaron a casa.

Desde que tuve la opción de informarme y preocuparme sobre cuáles eran las mejores opciones en relación a su salud y desarrollo alimentario (colecho, lactancia materna a demanda, BLW, porteo, etc), desarrollo educativo (escuelas infantiles, formatos educativos, etc) o afectivo (crianza respetuosa).

Desde que tuve la oportunidad de disfrutar de un mayor tiempo de permiso por el nacimiento de mis bebés, que me permitió empezar a establecer vínculos con ellos desde el primer momento.

Desde que evalué mis prioridades vitales y decidí dar un paso al frente y decir que sí a una reducción de jornada laboral para poder aprovechar y disfrutar de estar más tiempo con ellos.

Desde un ámbito sentimental, cuando abracé la idea y adopté la decisión de abrirme y compartir mis dudas, miedos, inquietudes, avances y alegrías, de forma pública, a través de un blog.

Yo no soy nadie para juzgar qué deben sentir los demás y cómo deben vivir sus paternidades. No soy nadie para decir si padre se ES o padre se EJERCE. Tengo mi idea, claro, y para mí me la reservo. Yo quiero pensar que en cada generación, cada padre hizo lo que pudo, lo que supo, lo que buenamente le dejaron o lo que tocaba, fruto del momento que le tocó vivir.

Pero de una cosa sí que soy consciente, y es de saber que vivimos un momento privilegiado, en el que muchos padres de mi generación buscamos, queremos, y podemos extraer una experiencia de PATERNIDAD mucho más completa y más real de lo que nadie ha experimentado antes que nosotros. Tenemos más medios, más consciencia, más implicación, más información. Tenemos más claro cómo queremos vivir nuestra experiencia como padres. Así que aprovechemos todas estas ventajas que nos trae vivir la época tan fantástica en la que nos encontramos, en la medida en que podamos, con voluntad, con valor y con consciencia.

Nos estábamos perdiendo algo tan formidable (y duro…) que hasta ahora era terreno exclusivo de las madres, y estamos descubriendo el maravilloso (y loco…) tesoro que estábamos dejando escapar. Y solamente espero que las generaciones que vayan viniendo, sigan queriéndolo y sigan luchando por más. Que sigan apostando por la experiencia de ser y ejercer como protagonistas activos en el ámbito doméstico de la crianza y de los cuidados.

Ser padre es mucho más que limitarse a traer un sueldo a casa. Ser padre es mucho más que comprar soluciones y poner parches a golpe de talonario.

Yo, desde luego, cuando me apunté para esto, firmé por el paquete completo. Firmé el poder ser parte activa y poder vivir cada pasito posible en directo, sin que tenga que venir un tercero a contármelo. Poder decidir y poder compartir. Y cada vez que pienso en eso, en todos los que quisieron y no pudieron hacerlo así, y en los que pudieron hacerlo pero no lo hicieron como hubieran soñado, ser padre hoy día me sigue pareciendo un maravilloso privilegio al que creo nunca podré dar suficientemente las gracias.

Lánzate, y aprovéchalo.

Lánzate, y aprovéchalo.

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