Con el método Lobaughan hablarás Lö-Båbiense

Hola, soy el Señor Lobo. Soluciono problemas.
¿Tu problema es que vives con un Lö-Båby que está aprendiendo a hablar? Con el método Lobaughan hablarás Lö-Båbiense.

Si tienes un Lö-Båby alrededor de 2 años que está desbloqueando el logro «Hablar» sabrás lo que es vivir con una pequeña Cotorra que desayuna, come, merienda y cena lengua.


Los Lö-Båby modelo Tertuliano de Sálvame se caracterizan porque no callan ni debajo del agua, lo hacen interrumpiendo, chillando y no se entiende el 95% de lo que dicen.


Es habitual ver padres atendiendo monólogos en Berebere de esas diminutas personas de 90cm. Y lo más incomprensible es que a veces parece que les contestan y todo, ¡manteniendo un diálogo! Pero en realidad lo que está sucediendo es algo así como:

– Paaapaa: Vull «Tilitos»
– Vols anar als «Caballitos»? 

Paaapaa: Quiero «Tilitos»
– ¿Quieres ir a los «Caballitos»?

Aquí es cuando tú, como padre, identificas los rasgos de la madre en tu hijo cuando te mira con esa cara que tanto te pone tu mujer: Torciendo el gesto y levantando una ceja en señal de que está pensando: «¿Qué coño dices?¡No te enteras de nada!» 

– ¡Nnnnnooooo! ¡Tilitos! Le Petit Terrorist vol Tilitos.
– Vols… «Palitos»?

¡Pilitos! Le Petit Terrorist quiere Tilitos. 
¿Quieres… «Palitos»?

En el siguiente paso del diálogo podemos ver dos nuevos conceptos para el análisis sintáctico de la oración:
– El Yo Mayestático. Muy recurrente entre Tronistas, Granhermanos y demás fauna y flora de Telecirco. Así como en pequeños Lö-Båby.
Paranomasia o Inicio del festival oclusivo. Repitiendo la misma palabra pero variando un fonema en búsqueda de la combinación correcta de la palabra.

– ¡¡¡Nnnnnnoooooooo!!!! ¡¡¡Le Petit Terrorist vol Vilitos!!! 
– Fill, no sé que vols…
– ¡¡¡Viliiitoooossss!!! ¡¡¡Vull Vilitooooooos!!!!! ¡¡¡Vilito ve!!!
– ¡Ah! ¡Un Calippo verd!
– ¡¡Chiiii!! ¡Dilito ve!  

¡¡¡Nnnnnnoooooooo!!!! ¡¡¡Le Petit Terrorist quiere Vilitos!!!
– Hijo, no sé que quieres… 
– ¡¡¡Viliiitoooossss!!! ¡¡¡Quiero Vilitooooooos!!!!! ¡¡¡Vilito ve!!!– ¡Ah! ¡Un Calippo verde! – ¡¡Chiiii!! ¡Dilito ve!

Así que no es oro todo lo que reluce. Los padres tenemos la capacidad de adivinar/intuir lo que nos dicen. Que difiere bastante de lo que es entender la mayoría de veces. 

Por lo que TODOS los padres tenemos nuestro diccionario Babyreference.com. En el diccionario hay palabras universales, que curiosamente, todos los Lö-Båbies utilizan, por ejemplo: Minni/Mumi (Dormir). Pero principalmente el diccionario es personificado para cada Lö-Båby

En el caso de Le Petit Terrorist hemos conseguido averiguar unos cuantos recursos lingüísticos basados en juegos de palabras, con los que él compone su idioma: 

Trilero: Consiste en coger las sílabas de una palabra y empezar a mezclarlas al ritmo de 

«¿Dónde está la pelotita?, 
¿Dónde está la lopetita?, 
¿Dónde está la lotipeta?» 

Y acabas hablando de lotipetas.

Aunque también está la variante Trilero Falsefriend, donde te las dan con queso cambiándote las palabras. Por ejemplo, ante la sentencia: «Papa, he PIXAT això» (Papa, he meado esto) yo salgo corriendo mocho en mano hasta que identifico que quería decir: «Papa, he TREPITJAT això» (Papa, he pisado esto).

La parte por el todo: Este es un juego de nivel pro tipo Saber y ganar. Le Petit Terrorist nos ofrece unos sonidos de los cuales nosotros tenemos que adivinar de que se trata. Está semana por ejemplo estamos resolviendo qué es «Laloc». Cada vez que subimos al coche dice: «Mama, Laloc«. A lo que Dory le pregunta: ¿Qué es laloc?. Y la respuesta obviamente es: «Laloc, mami. ¡Laloc!» Y se pone a llorar… Esos «»»maravillosos»»» (2) años…

El último que resolvimos era «Pala» que quiere decir Tapa. Averiguamos la equivalencia cuando un día le dijimos: «Tapa la botella, tápala». Tápala=Pala [Nivel 2 de psicología infantil]. 

La ruleta de la fortunaConsiste en omitir alguna letra la cual tienes que averiguar y pedirla. Por ejemplo: Vemei, Macaons. En este caso hay que pedir la R (Vermell/Rojo)(Macarrons/Macarrones). 

Por fortuna, el tema de vocales va sobrado y no me he visto en la tesitura de tener que comprarlas.

– El juego del ahorcado: Similar al juego anterior pero omitiendo sílabas enteras al azar. Por ejemplo: Pal·lons, Chup, Vió o Melada.  La pista sería:

Pa_ _ _lo 
_ _ _Chup
_ vió
Me_ _ _ lada

Y las respuestas: Pantalons/PantalonesKetchup, Avió/Avión y Mermelada. 

A veces cuando, si no se puede sacar por el contexto la representación gráfica puede ayudar a sacar la palabra. Por ejemplo, el otro día hablaba de Pinino.¿Pinino…? ¿Pinino…? Ni idea. Pero cuando después de ir a mear se fue corriendo Tita en mano al grito de «Pinino, pinino» por el pasillo con los pantalones (también conocidos como pal·lo) a la altura de los tobillos, averigüe que Pin_ _ ino era Pingüino. 

[Nota mental: Tengo que esperarme unos añitos para seguir contando chistes verdes a mi hijo]

Póker: Juego que consiste en aguantar tu Pokerface ante lo que ha dicho tu Lö-Båby. El objetivo es que no te vea reír mientras averiguas el significado de la palabra, ya que de lo contrario se crecerá y empezará a repetirla. Quizá quede un poco encriptado, así que procederé con algunos ejemplo ilustrativos de Pokerface:

Ejemplo #1
[Escenario: 17:30 de la tarde, jugando en el Parkelarre lleno de madres con otros Lö-Båbies]

– Papa, vull polles
– … [Pokerface, Pokerface]… Que vols qué?– Polles, vull fer polles. 

– Papa, quiero pollas– … [Pokerface, Pokerface]… ¿Que quieres qué?
– Pollas, quiero hacer pollas.

Polles (del lat. pullus)
1. f. malson. pene.
2. coloq Le Petit Terrorist. Bombolles/Burbujas

Ejemplo #2 
[Escenario: 11:30 de la mañana, paseando por una concurrida plaza con mucha gente]

Mama, capulla.
– … [Pokerface, Pokerface]… Que?
– Mama, la font capulla. 

– Mama, capulla.
– … [Pokerface, Pokerface]… ¿Que?
– Mama, la fuente capulla.

Capulla (Quizá de capillo, cucullus, capucho)
1. adj.coloq. Idiota.
2. loc. adj. coloq Le Petit Terrorist. Que em mulla/ Que me moja

Ejemplo #3
[Escenario: 9 de la mañana, dejándolo a la Líder de la Secta en la Guardherejía]

– Adéu carinyo. Em fas un petonet [Muac]
– Adéu… Puta.
– … [Pokerface, Pokerface]… Que?
– ¡La Puta, la puta!

– Adiós cariño. Me das un besito? [Muac]
– Adiós… Puta.
– … [Pokerface, Pokerface]… ¿Que?
– ¡La Puta, la puta!

Puta (De or. inc.).
1. adj. U. como calificación denigratoria.
2. loc. adj. coloq Le Petit Terrorist. Porta/Puerta

Por lo que mientras empiezo a prepararme para el diccionario de Penny, de momento tiene una entrada comodín «Mammma» todo lo mira, señala y dice: «Mammma«, excepto el agua y Toodles de La casa de Mickey Mouse (un honor para mi que diga Toodles antes que Papa…). Pero como es la pequeña y niña, apunta maneras y en breve dejará de copiar sonidos para hablar mejor que su hermano, que el pobre ha heredado mi material genético en su ácido desoxirribonucléico. Pero creo que las conversaciones que incluyan ácido desoxirribonucléico (y los chistes verdes) los dejaré para más adelante…

Sigue leyendo ->

Con el método Lobaughan hablarás Lö-Båbiense

Hola, soy el Señor Lobo. Soluciono problemas.
¿Tu problema es que vives con un Lö-Båby que está aprendiendo a hablar? Con el método Lobaughan hablarás Lö-Båbiense.

Si tienes un Lö-Båby alrededor de 2 años que está desbloqueando el logro «Hablar» sabrás lo que es vivir con una pequeña Cotorra que desayuna, come, merienda y cena lengua.


Los Lö-Båby modelo Tertuliano de Sálvame se caracterizan porque no callan ni debajo del agua, lo hacen interrumpiendo, chillando y no se entiende el 95% de lo que dicen.


Es habitual ver padres atendiendo monólogos en Berebere de esas diminutas personas de 90cm. Y lo más incomprensible es que a veces parece que les contestan y todo, ¡manteniendo un diálogo! Pero en realidad lo que está sucediendo es algo así como:

– Paaapaa: Vull «Tilitos»
– Vols anar als «Caballitos»? 

Paaapaa: Quiero «Tilitos»
– ¿Quieres ir a los «Caballitos»?

Aquí es cuando tú, como padre, identificas los rasgos de la madre en tu hijo cuando te mira con esa cara que tanto te pone tu mujer: Torciendo el gesto y levantando una ceja en señal de que está pensando: «¿Qué coño dices?¡No te enteras de nada!» 

– ¡Nnnnnooooo! ¡Tilitos! Le Petit Terrorist vol Tilitos.
– Vols… «Palitos»?

¡Pilitos! Le Petit Terrorist quiere Tilitos. 
¿Quieres… «Palitos»?

En el siguiente paso del diálogo podemos ver dos nuevos conceptos para el análisis sintáctico de la oración:
– El Yo Mayestático. Muy recurrente entre Tronistas, Granhermanos y demás fauna y flora de Telecirco. Así como en pequeños Lö-Båby.
Paranomasia o Inicio del festival oclusivo. Repitiendo la misma palabra pero variando un fonema en búsqueda de la combinación correcta de la palabra.

– ¡¡¡Nnnnnnoooooooo!!!! ¡¡¡Le Petit Terrorist vol Vilitos!!! 
– Fill, no sé que vols…
– ¡¡¡Viliiitoooossss!!! ¡¡¡Vull Vilitooooooos!!!!! ¡¡¡Vilito ve!!!
– ¡Ah! ¡Un Calippo verd!
– ¡¡Chiiii!! ¡Dilito ve!  

¡¡¡Nnnnnnoooooooo!!!! ¡¡¡Le Petit Terrorist quiere Vilitos!!!
– Hijo, no sé que quieres… 
– ¡¡¡Viliiitoooossss!!! ¡¡¡Quiero Vilitooooooos!!!!! ¡¡¡Vilito ve!!!– ¡Ah! ¡Un Calippo verde! – ¡¡Chiiii!! ¡Dilito ve!

Así que no es oro todo lo que reluce. Los padres tenemos la capacidad de adivinar/intuir lo que nos dicen. Que difiere bastante de lo que es entender la mayoría de veces. 

Por lo que TODOS los padres tenemos nuestro diccionario Babyreference.com. En el diccionario hay palabras universales, que curiosamente, todos los Lö-Båbies utilizan, por ejemplo: Minni/Mumi (Dormir). Pero principalmente el diccionario es personificado para cada Lö-Båby

En el caso de Le Petit Terrorist hemos conseguido averiguar unos cuantos recursos lingüísticos basados en juegos de palabras, con los que él compone su idioma: 

Trilero: Consiste en coger las sílabas de una palabra y empezar a mezclarlas al ritmo de 

«¿Dónde está la pelotita?, 
¿Dónde está la lopetita?, 
¿Dónde está la lotipeta?» 

Y acabas hablando de lotipetas.

Aunque también está la variante Trilero Falsefriend, donde te las dan con queso cambiándote las palabras. Por ejemplo, ante la sentencia: «Papa, he PIXAT això» (Papa, he meado esto) yo salgo corriendo mocho en mano hasta que identifico que quería decir: «Papa, he TREPITJAT això» (Papa, he pisado esto).

La parte por el todo: Este es un juego de nivel pro tipo Saber y ganar. Le Petit Terrorist nos ofrece unos sonidos de los cuales nosotros tenemos que adivinar de que se trata. Está semana por ejemplo estamos resolviendo qué es «Laloc». Cada vez que subimos al coche dice: «Mama, Laloc«. A lo que Dory le pregunta: ¿Qué es laloc?. Y la respuesta obviamente es: «Laloc, mami. ¡Laloc!» Y se pone a llorar… Esos «»»maravillosos»»» (2) años…

El último que resolvimos era «Pala» que quiere decir Tapa. Averiguamos la equivalencia cuando un día le dijimos: «Tapa la botella, tápala». Tápala=Pala [Nivel 2 de psicología infantil]. 

La ruleta de la fortunaConsiste en omitir alguna letra la cual tienes que averiguar y pedirla. Por ejemplo: Vemei, Macaons. En este caso hay que pedir la R (Vermell/Rojo)(Macarrons/Macarrones). 

Por fortuna, el tema de vocales va sobrado y no me he visto en la tesitura de tener que comprarlas.

– El juego del ahorcado: Similar al juego anterior pero omitiendo sílabas enteras al azar. Por ejemplo: Pal·lons, Chup, Vió o Melada.  La pista sería:

Pa_ _ _lo 
_ _ _Chup
_ vió
Me_ _ _ lada

Y las respuestas: Pantalons/PantalonesKetchup, Avió/Avión y Mermelada. 

A veces cuando, si no se puede sacar por el contexto la representación gráfica puede ayudar a sacar la palabra. Por ejemplo, el otro día hablaba de Pinino.¿Pinino…? ¿Pinino…? Ni idea. Pero cuando después de ir a mear se fue corriendo Tita en mano al grito de «Pinino, pinino» por el pasillo con los pantalones (también conocidos como pal·lo) a la altura de los tobillos, averigüe que Pin_ _ ino era Pingüino. 

[Nota mental: Tengo que esperarme unos añitos para seguir contando chistes verdes a mi hijo]

Póker: Juego que consiste en aguantar tu Pokerface ante lo que ha dicho tu Lö-Båby. El objetivo es que no te vea reír mientras averiguas el significado de la palabra, ya que de lo contrario se crecerá y empezará a repetirla. Quizá quede un poco encriptado, así que procederé con algunos ejemplo ilustrativos de Pokerface:

Ejemplo #1
[Escenario: 17:30 de la tarde, jugando en el Parkelarre lleno de madres con otros Lö-Båbies]

– Papa, vull polles
– … [Pokerface, Pokerface]… Que vols qué?– Polles, vull fer polles. 

– Papa, quiero pollas– … [Pokerface, Pokerface]… ¿Que quieres qué?
– Pollas, quiero hacer pollas.

Polles (del lat. pullus)
1. f. malson. pene.
2. coloq Le Petit Terrorist. Bombolles/Burbujas

Ejemplo #2 
[Escenario: 11:30 de la mañana, paseando por una concurrida plaza con mucha gente]

Mama, capulla.
– … [Pokerface, Pokerface]… Que?
– Mama, la font capulla. 

– Mama, capulla.
– … [Pokerface, Pokerface]… ¿Que?
– Mama, la fuente capulla.

Capulla (Quizá de capillo, cucullus, capucho)
1. adj.coloq. Idiota.
2. loc. adj. coloq Le Petit Terrorist. Que em mulla/ Que me moja

Ejemplo #3
[Escenario: 9 de la mañana, dejándolo a la Líder de la Secta en la Guardherejía]

– Adéu carinyo. Em fas un petonet [Muac]
– Adéu… Puta.
– … [Pokerface, Pokerface]… Que?
– ¡La Puta, la puta!

– Adiós cariño. Me das un besito? [Muac]
– Adiós… Puta.
– … [Pokerface, Pokerface]… ¿Que?
– ¡La Puta, la puta!

Puta (De or. inc.).
1. adj. U. como calificación denigratoria.
2. loc. adj. coloq Le Petit Terrorist. Porta/Puerta

Por lo que mientras empiezo a prepararme para el diccionario de Penny, de momento tiene una entrada comodín «Mammma» todo lo mira, señala y dice: «Mammma«, excepto el agua y Toodles de La casa de Mickey Mouse (un honor para mi que diga Toodles antes que Papa…). Pero como es la pequeña y niña, apunta maneras y en breve dejará de copiar sonidos para hablar mejor que su hermano, que el pobre ha heredado mi material genético en su ácido desoxirribonucléico. Pero creo que las conversaciones que incluyan ácido desoxirribonucléico (y los chistes verdes) los dejaré para más adelante…

Sigue leyendo ->

Orgulloso

Hace mucho que no me paso, y que no os lo digo, y que no os cuento, pero estoy orgulloso de Niña Bonita. La llevo a la guardería y se queda tan feliz, jugando y no llora como los otros niños. Las mamás me miran con envidia, sobre todo cuando voy a recogerla y me […]

Sigue leyendo ->

Review de tener un hijo tras 7 años de uso

Hoy hace 7 años del «unboxing» de Alonso.

¿Vas a tener un hijo? Aquí no te voy a contar el unboxing que 7 años después ya no es momento. Para eso hay otros blogs …y yo mismo ya he publicado mis artículos en septiembre de 2008.

De lo que se trata es de contarte mi experiencia durante los primeros años de uso de ese ‘producto’ que es la paternidad.

Si la paternidad fuese una mercancía sería sin duda la más valiosa del mundo… y lo mejor es que no es una mercancía que se pueda comprar. Es un DIY (Do It Yourself)… vamos, que te lo fabricas tu mismo. Tu… y tu pareja claro.

Este es el análisis de mi experiencia de la paternidad durante los 7 primeros años de uso continuado.

La preparación y las expectativas

He realizado un montón de compras e inversiones importantes en toda mi vida, he preparado exámenes y pruebas vitales para mi carrera, he planeado fiestas, viajes,… pero ni de lejos me había preparado tanto para algo como para ser padre.

..y total, ahora me pregunto ¿para qué?

 Bueno, la verdad es que no me arrepiento nada de haberlo planeado y preparado todo tanto. Lo cierto es que me lo he pasado genial y he disfrutado ese camino a pesar de los miedos y las incertidumbres.

Pero lo cierto es que ser padre te sorprende por mucho que lo hayas preparado.

Las expectativas son muchas y eso podría hacernos esperar un fracaso o una insatisfacción. Yo siempre digo que la fórmula de la satisfacción es:

Satisfacción = Resultado – Expectativas

Sin embargo, y contra todo pronóstico, no conozco a ningún padre que se haya sentido decepcionado con su hijo. (A lo mejor lo hay, pero no los conozco y seguro que son una muestra insignificante).

El «Unboxing»

Si, efectivamente, me estoy refiriendo al parto.

Cuando hablamos del parto lo evidente es una mujer dando a luz a un bebé… pero no nos equivoquemos: detrás de toda gran madre hay siempre un gran padre (o debería)

De acuerdo que en el acto físico del parto no es «imprescindible» la presencia del padre, pero cualquiera que haya podido estar «al pie del cañón» sabe que la figura del padre juega un papel importante nivel anímico y asistencial.

Además, para un padre, la primera mirada de su hijo es algo que NUNCA se olvida y marca ese Momento en el cual sabes que nunca volverás a ser el mismo.

Los comienzos siempre son duros… ¿o no?

Lo siento, me ha salido el acento gallego con este título, pero creo que representa muy bien lo que quiero decir.

Recuerdo que los meses anteriores y justo después de nacer Alonso todo el mundo me decía cosas como:

«Se te acabaron las noches tranquilas»
«A partir de ahora tu no importas»
«La que se te viene encima»

…y otras afirmaciones exageradas (por no decir «falsas» directamente)

Lo cierto es que todo cambió con el nacimiento de mi hijo, pero nunca he dormido tan feliz como desde que cada noche le doy un beso y un abrazo a mi hijo después de acostarlo en la cama.

Lo de que no soy importante me parece radicalmente equivocado. Desde el mismo momento de convertirte en padre te vuelves la persona más importante del mundo, pues de ti depende el futuro de lo que más quieres: tu hijo.

En fin,.. que todos esos mensajes catastróficos y malos augurios no sirven para más que para que después pienses: «¡Qué suerte tengo! Soy tan feliz y además no me ha pasado nada de eso»

La paternidad mejora con el tiempo

Otra mentira que te cuentan es eso de «aprovecha ahora que luego crecen y…»

…y ¿qué?

Luego crece y me sorprende cada día convirtiendo poco a poco a aquel bebé recién nacido en una persona cada vez más inteligente, autónoma y cariñosa. Veo que mi hijo es la mejor persona que podría haber deseado y que poco a poco va forjando su propia personalidad.

Es cierto, hemos pasado por momentos duros y otros muy duros, pero al final los buenos y buenísimos son infinitamente superiores en número y en intensidad… hasta tal punto que te cuesta recordar los malos momentos.

Mi experiencia como consumidor de «La Paternidad»

Así que si tengo que dar una valoración como consumidor de ese producto llamado «paternidad» no lo dudo y le doy un 5 de 5.

La paternidad no solo no ha perdido su valor como producto en estos 7 años sino que cada vez es mejor. Ha cumplido y está cumpliendo las expectativas con creces.

Si te estás planteando la paternidad ya tienes mi valoración: ¡Compra! 🙂

Con la paternidad todo ha cambiado: ahora es mejor.

Primera sonrisa de Alonso

Aún recuerdo su primera sonrisa, la dibujó la misma noche que nació y desde entonces he pasado cada minuto tratando de que no deje de sonreír.

Felicidades por tus 7 años Alonso… y gracias por estar ahí.

Sigue leyendo ->

Review de tener un hijo tras 7 años de uso

Hoy hace 7 años del «unboxing» de Alonso.

¿Vas a tener un hijo? Aquí no te voy a contar el unboxing que 7 años después ya no es momento. Para eso hay otros blogs …y yo mismo ya he publicado mis artículos en septiembre de 2008.

De lo que se trata es de contarte mi experiencia durante los primeros años de uso de ese ‘producto’ que es la paternidad.

Si la paternidad fuese una mercancía sería sin duda la más valiosa del mundo… y lo mejor es que no es una mercancía que se pueda comprar. Es un DIY (Do It Yourself)… vamos, que te lo fabricas tu mismo. Tu… y tu pareja claro.

Este es el análisis de mi experiencia de la paternidad durante los 7 primeros años de uso continuado.

La preparación y las expectativas

He realizado un montón de compras e inversiones importantes en toda mi vida, he preparado exámenes y pruebas vitales para mi carrera, he planeado fiestas, viajes,… pero ni de lejos me había preparado tanto para algo como para ser padre.

..y total, ahora me pregunto ¿para qué?

 Bueno, la verdad es que no me arrepiento nada de haberlo planeado y preparado todo tanto. Lo cierto es que me lo he pasado genial y he disfrutado ese camino a pesar de los miedos y las incertidumbres.

Pero lo cierto es que ser padre te sorprende por mucho que lo hayas preparado.

Las expectativas son muchas y eso podría hacernos esperar un fracaso o una insatisfacción. Yo siempre digo que la fórmula de la satisfacción es:

Satisfacción = Resultado – Expectativas

Sin embargo, y contra todo pronóstico, no conozco a ningún padre que se haya sentido decepcionado con su hijo. (A lo mejor lo hay, pero no los conozco y seguro que son una muestra insignificante).

El «Unboxing»

Si, efectivamente, me estoy refiriendo al parto.

Cuando hablamos del parto lo evidente es una mujer dando a luz a un bebé… pero no nos equivoquemos: detrás de toda gran madre hay siempre un gran padre (o debería)

De acuerdo que en el acto físico del parto no es «imprescindible» la presencia del padre, pero cualquiera que haya podido estar «al pie del cañón» sabe que la figura del padre juega un papel importante nivel anímico y asistencial.

Además, para un padre, la primera mirada de su hijo es algo que NUNCA se olvida y marca ese Momento en el cual sabes que nunca volverás a ser el mismo.

Los comienzos siempre son duros… ¿o no?

Lo siento, me ha salido el acento gallego con este título, pero creo que representa muy bien lo que quiero decir.

Recuerdo que los meses anteriores y justo después de nacer Alonso todo el mundo me decía cosas como:

«Se te acabaron las noches tranquilas»
«A partir de ahora tu no importas»
«La que se te viene encima»

…y otras afirmaciones exageradas (por no decir «falsas» directamente)

Lo cierto es que todo cambió con el nacimiento de mi hijo, pero nunca he dormido tan feliz como desde que cada noche le doy un beso y un abrazo a mi hijo después de acostarlo en la cama.

Lo de que no soy importante me parece radicalmente equivocado. Desde el mismo momento de convertirte en padre te vuelves la persona más importante del mundo, pues de ti depende el futuro de lo que más quieres: tu hijo.

En fin,.. que todos esos mensajes catastróficos y malos augurios no sirven para más que para que después pienses: «¡Qué suerte tengo! Soy tan feliz y además no me ha pasado nada de eso»

La paternidad mejora con el tiempo

Otra mentira que te cuentan es eso de «aprovecha ahora que luego crecen y…»

…y ¿qué?

Luego crece y me sorprende cada día convirtiendo poco a poco a aquel bebé recién nacido en una persona cada vez más inteligente, autónoma y cariñosa. Veo que mi hijo es la mejor persona que podría haber deseado y que poco a poco va forjando su propia personalidad.

Es cierto, hemos pasado por momentos duros y otros muy duros, pero al final los buenos y buenísimos son infinitamente superiores en número y en intensidad… hasta tal punto que te cuesta recordar los malos momentos.

Mi experiencia como consumidor de «La Paternidad»

Así que si tengo que dar una valoración como consumidor de ese producto llamado «paternidad» no lo dudo y le doy un 5 de 5.

La paternidad no solo no ha perdido su valor como producto en estos 7 años sino que cada vez es mejor. Ha cumplido y está cumpliendo las expectativas con creces.

Si te estás planteando la paternidad ya tienes mi valoración: ¡Compra! 🙂

Con la paternidad todo ha cambiado: ahora es mejor.

Primera sonrisa de Alonso

Aún recuerdo su primera sonrisa, la dibujó la misma noche que nació y desde entonces he pasado cada minuto tratando de que no deje de sonreír.

Felicidades por tus 7 años Alonso… y gracias por estar ahí.

Sigue leyendo ->

No son carrerasCuando nos enteramos de que estábamos esperando…

No son carreras

Cuando nos enteramos de que estábamos esperando una beba (nuestra primera) hace 3 años, nunca nos imaginamos todo lo que necesitaríamos aprender para dominar el complicado arte de la crianza.

Creo que nunca nos pasó por la cabeza y aunque estuvimos leyendo un excelente libro (El Cuidado de su Hijo Pequeño: Desde que nace hasta que tiene 5 años) que nos permitió darnos una idea y supuestamente sentirnos listos, nunca se compararía con lo que habríamos de enfrentar durante los siguientes meses… años… y como estamos viendo la cosa, también décadas.

La motivación de esta entrada en el blog llegó a mí después de darme cuenta de que cada vez que nuestra hija madura y crece, llegan nuevos retos y preocupaciones. A su vez, cuando salimos a la calle o convivimos con otras personas nunca ha faltado quien nos de un consejo o nos haga una observación con respecto a la crianza e hijos.

Desde el clásico: ‘¿No tendrá frío?‘ hasta el atrevido ‘Ya deberían destetarla‘. Así, nos ha tocado de todo.

Y es que pareciera que todos tienen prisa por que sus propios hijos (y los de otros) estén listos para enfrentar este mundo cruel con todo el conocimiento, madurez y experiencia para no quedar últimos en la repartición de vidas exitosas.

Sin embargo, me he dado cuenta que en muchos de los casos en los que uno comienza a asustarse y teme que su hijo no llegue a desarrollarse a tiempo como el ‘primito‘ o ‘el vecino’ que ya habla, camina o sabe sumar; o que tal vez parece que nuestro hijo podría estar comenzando a mostrar síntomas de un problema psicológico, genético o de aprendizaje; termina siendo que sólo se trataba de un hito que alcanzaría tarde o temprano, de la forma más natural posible y a su propio ritmo.

Por ello, me vi en la tarea de pensar y recopilar algunos de los errores o ‘barbarosidades’ que hemos cometido con nuestros hijos temiendo que fueran débiles o estuvieran presentando alguna desventaja o retraso en comparación con los demás bebés de su edad:


Presionarlos para… ¿nacer?

Este es el primero en el que caemos sin darnos cuenta. Tememos que nuestro bebé no sea capaz de abrirse camino a este mundo y creemos en todo lo que los doctores nos dicen (no digo que desconfiemos de ellos pero podemos cuestionarlos ya que no existen preguntas tontas y al final son nuestro bebé y esposa los que están en sus manos). Que si dicen que no se desarrolló bien el bebé, que tiene el cordón umbilical enredado, que exceso o falta de líquido amniótico, que si viene en posición podálica, que esto que lo otro… y de inmediato accedemos y nos vemos en la necesidad de decir: ‘Sí, sí, haga lo que tenga que hacer’ y entonces se desata el caos y se dejan venir la anestesia, inducción y pitocina en lugar de nuestra amiga la oxitocina, también la cesárea y un sin fin de cosas que ni siquiera sabíamos si todas eran necesarias. Todo ante el miedo de que exista peligro. Sin embargo, tanto el bebé como la madre están capacitados para nacer y dar a luz, pero hemos crecido creyendo que la mujer está enferma y debe ‘aliviarse’ en lugar de darnos cuenta que hay vida en ella y tiene la fuerza para traerla a este mundo.


Desesperarse porque no toman teta y recurrir rápidamente a la fórmula

Este también es muy común. Comenzamos pensando que a los bebés se les debe enseñar cómo prenderse de la teta y de alguna forma es cierto; sin embargo, después de ver a mi hijo recién nacido ‘escalar’ desde el vientre de su madre aún unido a ella por medio del cordón umbilical, acercarse hasta su pecho, pasarse de largo hasta el cuello de ella, repentinamente levantar la cabeza y girar todo su cuerpo de una hasta caer precisamente sobre el pezón, estoy convencido de que los bebés saben muchas cosas y vienen más preparados de lo que creemos. Por ejemplo, algo bien interesante es el oscurecimiento de los pezones y la aparición de la “linea nigra” durante el embarazo. Los bebés no ven muy bien al nacer y estos dos elementos aparecen misteriosamente sobre la piel de la madre para servir al bebé de señalamientos en alto contraste que podrá seguir al momento del nacimiento para escalar el cuerpo de mamá hasta sus pechos. Así, vemos que se trata de informarse, investigar y llamar a un consultor de lactancia (por ejemplo de la Liga de la Leche), intentar, intentar e intentar (de forma inteligente ya que podría terminar en una mamá con pezones muy lastimados) sin importar que hasta algunos de los ‘expertos’ digan que la mamá no produce suficiente leche (claro que no la tiene en muchos casos, necesita estimulación y ésta estimulación la obtiene solamente y cada vez que el bebé intenta prenderse y mamar). Algunas veces también se dice que el bebé no quiere tomar teta (ya que en ocasiones cuando se llevan al bebé a bañar después de la labor de parto en el hospital, le ofrecen leche en fórmula en grandes cantidades para alimentarlo y calmarlo durante las horas que está solo y le practican exámenes; cuando regresa con su mamá, ya ha probado la dulce fórmula y prefiere ésta sobre la de la madre). Es por eso que hay que recurrir a consultores, pediatras y familiares que sepan sobre el tema y hayan pasado ya por esta situación. Formarse una base de conocimientos y experiencias sólida y variada.

image

Obligarlos a dormir solos

Este también es popular. Nada más necesitamos platicar algo a algún familiar o vecino y nos lloverán recomendaciones y críticas. Siendo padres primerizos y sabiendo que nuestros padres y abuelos ya pasaron por eso, claro que no dudaremos en tomar sus consejos. ¿Pero qué tan buenos son?  Este es el momento donde debemos comenzar a cuestionar, investigar y decidir nuestra forma de crianza. Pero sobre todo, de forma unida como pareja seguir nuestro instinto.

Para el caso de la hora de dormir, el método convencional es que comiencen a dormir de inmediato en su cuna para volverlos “independientes” desde pequeños y darles la privacidad y el espacio que todos necesitamos. Aquí surge y se expresa nuevamente el temor de que nuestros hijos crezcan débiles y con desviaciones, por ello se les aparta lo más rápido posible. Sin embargo, como vimos en una publicación anterior en este mismo blog sobre el colecho, es muy importante que los hijos compartan y sientan la cercanía de sus padres durante los primeros años de vida para justamente alcanzar la fortaleza e independencia que irónicamente no llegan a obtener al apartarlos desde nacidos. Al final, los niños buscarán su propia independencia, sentirán necesidad de un cambio y comenzarán a pedir su propia cama y cuarto.

image

Presionarlos para comer

Con la lactancia suspendida o eliminada tras la insistencia y sugerencias de familiares, amigos y médicos, vemos a nuestros bebés ahora “listos” para una comida completa y “consistente”, comenzamos a temer que no crezcan ni altos ni fuertes y ahí es donde introducimos un sinfín de alimentos sólidos y cantidades enormes que primero su estómago aún no está capacitado para digerir y segundo, cuyo tamaño tampoco tiene para almacenar, pues el tamaño del estómago de un recién nacido es el de una aceituna. Más tarde, los niños ya de mayor edad son presionados a comer también grandes cantidades y con cubiertos. Cuando no logran comer como nosotros los adultos en la misma cantidad y con la misma etiqueta, llega ese temor de que siempre comerán como “cavernicolitas” y desnutridos. Existe algo que se llama Baby-Led Weaning o ablactación guiada por el bebé que consiste en dejar de lado papillas y purés permitiendo que los bebés se alimenten solos tomando con sus propias manos alimentos acordes a su edad como zanahorias completas o brócoli y que experimenten texturas y diferentes sensaciones a sus anchas sin presiones y sin comer más o menos de lo necesario. También es importante tranquilizarse si nuestros hijos no quieren dejar la teta y la prefieren por encima de los alimentos sólidos. Llegará el momento en el que comiencen a sentir ganas de alimentos variados y de otro tipo y paulatinamente dejarán la teta. Cabe destacar que no hay peligro de que desarrollen algún problema de salud o problema sexual de ser que la teta continúe más de lo pensado o lo recomendado por la Academia Americana de Pediatría, la cual recomienda leche materna durante el primer año de vida y la inserción complementaria de alimentos a los 6 meses de nacido.
Si quieres informarte más sobre este tema te recomiendo que leas el libro “Mi niño no me come” del pediatra Carlos González.

image

Forzarlos a caminar (Gatear/Sentarse solos y otros hitos psicomotrices)

Uno de los hitos más importantes y que tendemos más a comparar entre los hijos de Perenganita y Fulanito y los nuestros, es el de caminar. Parece como si este midiera que tan rápido nuestro hijo alcanzará a graduarse, obtener un trabajo y hacerse millonario. Recurrimos a la clásica andadera y al columpio (ese que parece bungie) para que caminen lo más pronto posible ignorando que en realidad no necesitan estos dispositivos y que al utilizarlos estamos dañando sus articulaciones y negándoles la oportunidad de descubrir este mundo a su ritmo y con sus propios recursos y que es justamente ahí donde encuentran motivación para alcanzar dos hitos previos: sentarse solos y gatear.

image

Presionarlos para hablar

Este hito es bastante interesante. Nosotros los adultos, usualmente medimos la inteligencia y consciencia de otros seres basándonos en la capacidad que tienen para expresarse y comunicarse. Aquí es donde caemos en un error común con nuestros hijos cuando creemos que no entienden muchas de las cosas que les decimos o pedimos; simplemente porque no responden de la forma que esperamos o no nos obedecen. Entonces comenzamos a presionarlos a que aprendan a hablar, y hablar correctamente. Sin embargo y de nuevo, ellos aprenden a su propio ritmo de acuerdo a qué tan buenos maestros tienen: Nosotros. Y es que de acuerdo a qué tanto platiquemos con ellos, de qué manera y con qué reciprocidad, será el tamaño de su vocabulario y la confianza que les dará la voluntad para hablar. Muchas veces pensamos que sus pláticas son poco interesantes, de poca utilidad o con poco sentido común y no los incluimos dentro de las conversaciones diarias de la familia. No les permitimos convertirse en un miembro activo y cuya opinión es valiosa para la familia. Eso les hace sentir que lo que pudieran decir no es importante y comienzan a reservarse sus opiniones y por lo tanto a disminuir tanto la iniciativa para entablar una conversación como la diversidad en su vocabulario. Leer cuentos y cantar canciones siempre serán de gran utilidad en esta etapa, pero si las cosas no salen como esperamos, tenemos que calmarnos y tener paciencia. El momento en que hablen como pericos llegará. 

image

Regañarlos y presionarlos para aprender a ir al baño

Este punto es bastante difícil ya que involucra mucha incomodidad entre los padres. El hecho de que nuestro hijo siga utilizando pañal a sus “increíbles” tres años es inconcebible; al mismo tiempo que en muchas guarderías en México no aceptan a niños que aún no sepan ir al baño solos. Sin embargo, manejar este proceso de forma adecuada es crucial para que los niños sepan manejar sus errores de una forma positiva cuando sean mayores. ¿Por qué? Simplemente imaginemos que un niño está comenzando a llegar a ese punto en que parece que va a dejar el pañal porque está avisando que quiere ir o porque le ha llamado la atención cuando nos ve ir al baño. Entonces comenzamos a dejar que ande sin pañal. De repente, ¡pum! se orina o hace caca y ¿cómo reaccionamos? ¿Lo regañamos? Regañarlo por algo que aún no controla o está aprendiendo a controlar y que es muy natural ya que forma parte de su fisiología, puede confundirlo y ocasionar que se sienta humillado y exhibido cuando nos ven exagerando la gravedad de la situación con ira o enojo y provocando que asocie sus futuras fallas con ansiedad y preocupación. Provocando que en lugar de enfocarse en una solución, se obsesione con el hecho de haber cometido un error. Es comparable con la situación en la que los niños se caen, se pegan y voltean a vernos para ver de qué forma reaccionamos ante lo que acaba de ocurrir. Si reaccionamos asustados y gritando, aunque se trate de un pequeño raspón reaccionarán asustados pensando: “Si mi súper mamá adulta está asustada, entonces yo niño debería reaccionar aterrado y llorar”. Por el contrario, si reaccionamos tranquilos y los consolamos explicándoles que se han caído, preguntando si hay dolor y que hay una solución como sobarlos o una curita, entonces sabrán apreciar y enfrentar de una forma más real y racional cualquier situación. Así, lo mismo pasa con los accidentes felices de chis o caca. Usualmente hacerse chis les resultará incómodo porque terminarán mojados y dependerá de nosotros la forma en que ellos se sentirán con esta situación: humillados y sin solución enfocados en su falla o en medio de un accidente que a todos nos pasa y que fácilmente puede ser resuelto.

Cuando a mi hija le comenzó a suceder, noté que en ella una mirada expectante mientras se acercaba a decirme lo que le había pasado. Las primeras veces me sentí molesto y le preguntaba por qué razón no me había avisado. Reaccionaba confundida y sin saber qué decir. Me recordó a mí mismo de niño. Sin saber qué responder cuando se me preguntaba por qué razón había hecho x o y cosa. Entonces entendí que no era la manera. Posteriormente, mi esposa le comenzó a decir a nuestra hija “No pasa nada, no te preocupes, te cambiamos y ya”. Entonces cada vez que pasaba, nuestra hija reaccionaba tranquila y diciendo: “No pasa nada papi… sólo me limpias y ya”. Así, me di cuenta de que esa es la manera en que me gustaría reaccionar ante mis problemas ahora como adulto: No precupándome y en cambio buscando una solución. También esto mismo me hizo recordar que mi madre me cambiaba cuando me pasaba lo mismo. Me subía al lavamanos sin regañarme y me lavaba las nalgas aún cuando yo ya tenía 5 años. Hoy, tengo 32 y ya no me hago en los calzones.

image

Presionarlos para saludar, despedirse, dar besos y convivir con terceros.

Socializar. Cuando se habla de socializar somos muy poco empáticos. Y es que nos sentimos más presionados por lo que otros padres, los abuelitos, la vecina o la señora de la tienda van a pensar de nuestro “grosero” hijo que no saluda, no dice gracias y no da beso al saludar o despedirse. Basamos los valores inculcados a un niño en la hipócrita etiqueta que nosotros los adultos utilizamos en nuestras relaciones. Sin embargo, nunca nos ponemos a pensar en que los niños también pueden decidir cuándo hablar, a quién saludar y aún más a quién dar un beso o a quién negárselo. Basta con pensar en la situación siguiente:
Estas acompañando a un amigo a la tienda de la esquina. Cuando llegan, la señora o el señor que atiende saluda a tu amigo y tu amigo te presenta con el o ella. Ella te saluda y te dice que le des un besito mientras se te acerca. ¿Qué haces? Te alejas y la señora te dice: Ay que feo te ves enojado. ¿Y qué piensas? Uuuuy, ahora resulta que soy guapo o feo por lo dadivoso que soy con mis besos. Bueno, pues eso lo viven los niños a diario y varias veces al día. Son forzados a hacer cosas que no quieren por la buena etiqueta. Les metemos en la cabeza que debemos acceder a hacer cosas que no queremos para ser aceptados por otros o para ser considerados agradables. Irónicamente, más adelante comenzamos a pedirles que no hablen con extraños. Nos extrañamos cuando leemos en las noticias que el 70% de los abusos sexuales en México son cometidos por familiares. Los regañamos cuando en su adolescencia intentan encajar accediendo a hacer cosas que no quieren como beber o fumar, o simplemente seguir a la bola. Todo el tiempo están recibiendo mensajes contrarios y confusos y tienen que lidiar con decisiones que no son tan fáciles de tomar con todas las enseñanzas y herramientas que les hemos dado.

Tal vez exagero en las consecuencias, pero si en algún momento te has preguntado por qué tienes x o y problema, complejo, ansiedad, obsesión, reacción o forma de ser, es fácil darse cuenta de que hemos sido forjados durante décadas basándonos en un marco de pensamientos que han quedado bien incrustados en nuestro ser.

Por suerte, nuestros hijos, a ratos y repentinamente, se convierten en espejos que reflejan nuestro interior, los miedos, las memorias, los éxitos, las emociones y todas las experiencias. Y de pronto, entendemos el porqué de tantas cosas y todo cobra sentido.

Hay un libro muy interesante que encontré y que creo es la mejor técnica de crianza responsable que he visto hasta ahora. El título en inglés es CTFD o Calm The F*ck Down escrito por David Vienna y que es español se llamaría algo así como SCUC. Por lo que si todo falla y las cosas no salen como quieres, sólo aplica la técnica SCUC:

-Que el compañerito de la escuela ya se sabe el alfabeto y el tuyo no… ¡Serénate Con Una Ch*ngada!

-¿Preocupado porque tu hijo se comporta en público de una forma que te resulta vergonzosa?… ¡Serénate Con Una Ch*ngada!

-Que tu hijo odia los vegetales… ¡Serénate Con Una Ch*ngada!

-Que a tu hijo le gustan los juguetes de niñas… ¡Serénate Con Una Ch*ngada!

Para aplicar la técnica SCUC, sólo sigue los siguientes pasos:

Paso 1: ¡Serénate Con Una Ch*ngada!

Paso 2: No hay paso 2.

En conclusión y como alguien me recomendara que debía agregar a esta entrada: Sigue tu instinto como padre y no dejes que las comparaciones y juicios de otros afecten la paz, satisfacción, felicidad y plenitud que tú y tu hijo han alcanzado.

Imágenes tomadas del blog: Naranjas y Zapatos

Sigue leyendo ->

Las sobras son para papá

Después de convertirme en papá no hay nada que me de mi hijo que podría darme asco. No sé cuándo sucedió este cambio, pero sin duda fue algo gradual. Primero lavarle un poco la baba o quitarle la tierra del piso, después una mordidita, y para cuando me di cuenta ya me estaba comiendo cualquier porquería que me metía en la boca. Seguir leyendo

Imagen: Child messy eating| Vector by Vector Open Stock
Nota publicada originalmente en BabyCenter en Agosto de 2015: http://espanol.babycenter.com/blog/mamas/las-sobras-son-para-papa-o-mama/

Sigue leyendo ->

Las sobras son para papá

Después de convertirme en papá no hay nada que me de mi hijo que podría darme asco. No sé cuándo sucedió este cambio, pero sin duda fue algo gradual. Primero lavarle un poco la baba o quitarle la tierra del piso, después una mordidita, y para cuando me di cuenta ya me estaba comiendo cualquier porquería que me metía en la boca. Seguir leyendo

Imagen: Child messy eating| Vector by Vector Open Stock
Nota publicada originalmente en BabyCenter en Agosto de 2015: http://espanol.babycenter.com/blog/mamas/las-sobras-son-para-papa-o-mama/

Sigue leyendo ->

Emotiva campaña de paternidad

Hoy me topé con un emotivo video sobre ser padre y admito que me emocioné. Al escuchar “Soy tu papá y estoy siempre para ti” me dio ganas de correr a abrazar a mi hijo (y lo hice), porque el spot animado retrata a todo tipo de padre y en todo tipo de situaciones y edades de sus hijos. Seguir leyendo

Nota publicada originalmente en BabyCenter en Agosto de 2015: http://espanol.babycenter.com/blog/mamas/emotiva-campana-de-paternidad-latinoamericana/

Sigue leyendo ->

Ayudas a las familias numerosas

El que piense que se trata de una guía explicativa de todas y cada una de las incontables ayudas de las que gozan en España las familias numerosas, se ha equivocado de sitio. En primer lugar porque con un párrafo ya bastaría para citarlas, pero, sobre todo, porque esta entrada no va de eso, sino que citaré alguna de las situaciones en las que nos encontramos a menudo.

Vaya por delante que tengo una mujer que a todas partes a donde va pregunta si hay descuento por familia numerosa. A mis hijos les avergüenza (cuando sean mayores y vean lo que cuesta todo, lo entenderán … espero), pero a mí, no. A mí me hace gracia. Se ha convertido en un latiguillo, lo usa casi de manera inconsciente. Cualquier día de éstos lo pedirá cuando le regalen algo:

Buenos días, señora, hoy, a los clientes habituales (debería ser Ikea o Mercadona), les ofrecemos gratis este producto. Solo por el hecho de ser clientes.

Ah, ¡qué bien!, y … ¿hacéis descuento por familia numerosa?

Las ayudas a las familias numerosas se limitan, básicamente, a las matrículas en los estudios universitarios de la Universidad Pública (las familias de categoría especial como la nuestra, solo paga las tasas), al transporte (sobre todo ferroviario) en el que nuestra familia tiene un descuento del 50% y en la rebaja del porcentaje a aplicar en algún tributo como el ITP en la adquisición de una vivienda que vaya a constituir la vivienda habitual (vamos, algo que haces cada día). Pero lo más divertido, sin duda, se da en los comercios. Ahí es donde A. formula con mayor perfección su pregunta descolocando -en la mayoría de las ocasiones- al dependiente o dependienta. Ejemplos (en algún caso, incluso, citaré sus nombres comerciales):

Kiabi: Es un comercio de moda a bajo precio. Desconocida por nosotros hasta este embarazo, en el que una madre del colegio le comentó a A. que allí había ropa premamá a buen precio. Fuimos allí convencidos deque se trataba de una tienda de ropa premamá, cuando descubrimos que no, que es para todo el mundo (y también hay un apartado de premamá). A la hora de pagar, A. hizo la pregunta de rigor y la chica le dijo que sí, que había un descuento, pero que debía sacarse la tarjeta de Kiabi. Le pasó un formulario y empezó a rellenarlo. En un momento dado, la dependienta preguntó -como quien no quiere la cosa- cuántos hijos teníamos. Le dijimos que 6 y 1/2 y cambió la cara y nos dio otro formulario, mientras comentaba que el descuento era entonces del 10%. Nos lo aplicaremos desde esa misma compra. Si hay que decir las cosas buenas, se dicen.

El pollo campero (o algo así): Es un sitio de comida rápida. Fuimos el mismo día (A. estaba en racha) con tres de nuestros hijos. Hicimos nuestro pedido y a la hora de pagar, A, hizo su pregunta. El dependiente puso cara de fastidio porque, según él, eso debíamos habérselo dicho antes de hacer el pedido. Volvió a introducir todos los datos. Ya sabéis, si sois familia numerosa y tenéis previsto comer allí, solo entrar en el establecimiento dad a conocer vuestra condición … no sé, quizá lo más práctico sería llevar un letrero colgando que diga eso, «Familia numerosa».

C&A: Fuimos ayer porque A. necesita algo de ropa (de embarazada) de cara al invierno. Al llegar a la caja, lo mismo de siempre:

A: ¿Hacéis descuento por familia numerosa?

D (Dependienta): Sí, los miércoles y los no sé qué …, pero un momento que pregunto. Bernardaaaaaa, los descuentos a las familias numerosas son los … Ah, ¿sí?, vale … Pues son del 15 al 22 de cada mes.

¡Vaya!, porque eran las 21 h y estábamos agotados, pero a punto estuve de decirle que nos esperábamos 3 horas para que nos lo aplicara

En la mayoría de comercios el descuento es miserable y en muchos casos es necesario hacerse socio, cliente vip o como quieran llamarle, debiendo rellenar un cuestionario y realizando unas compras por un importe mínimo.
Sin embargo, la que me marcó de por vida, fue una que viví con mi madre. La acompañé a comprar una billetera (no recuerdo si era para mí o para mi padre). Era una de esas tiendas de toda la vida, que huele a piel, en la que el propietario era un hombre mayor poco amable y huraño. Recuerdo que era de aquellos que se iba guardando las gomas de pollo en el brazo a modo de pulsera y que, es cierto, no viene a cuento que lo diga. El caso es que se decidió mi madre por una billetera y mientras sacaba su monedero para pagar hizo la pregunta del millón:

¿Hace descuento por familia numerosa?

¿Descuento por familia numerosa? (lo había entendido perfectamente, pero así le daba más énfasis). ¡Sí, hombre, sólo (en aquella época ‘solo’ se acentuaba) faltaría! … (y sin casi coger aire empezó un discurso) Deberíamos cobrarles más, con los pocos recursos que hay en el mundo y donde ellos se llevan más que los demás y …

No se preocupe, aquí tiene … y le dejó la billetera encima del mostrador y se fue
Sigue leyendo ->

Ayudas a las familias numerosas

El que piense que se trata de una guía explicativa de todas y cada una de las incontables ayudas de las que gozan en España las familias numerosas, se ha equivocado de sitio. En primer lugar porque con un párrafo ya bastaría para citarlas, pero, sobre todo, porque esta entrada no va de eso, sino que citaré alguna de las situaciones en las que nos encontramos a menudo.

Vaya por delante que tengo una mujer que a todas partes a donde va pregunta si hay descuento por familia numerosa. A mis hijos les avergüenza (cuando sean mayores y vean lo que cuesta todo, lo entenderán … espero), pero a mí, no. A mí me hace gracia. Se ha convertido en un latiguillo, lo usa casi de manera inconsciente. Cualquier día de éstos lo pedirá cuando le regalen algo:

Buenos días, señora, hoy, a los clientes habituales (debería ser Ikea o Mercadona), les ofrecemos gratis este producto. Solo por el hecho de ser clientes.

Ah, ¡qué bien!, y … ¿hacéis descuento por familia numerosa?

Las ayudas a las familias numerosas se limitan, básicamente, a las matrículas en los estudios universitarios de la Universidad Pública (las familias de categoría especial como la nuestra, solo paga las tasas), al transporte (sobre todo ferroviario) en el que nuestra familia tiene un descuento del 50% y en la rebaja del porcentaje a aplicar en algún tributo como el ITP en la adquisición de una vivienda que vaya a constituir la vivienda habitual (vamos, algo que haces cada día). Pero lo más divertido, sin duda, se da en los comercios. Ahí es donde A. formula con mayor perfección su pregunta descolocando -en la mayoría de las ocasiones- al dependiente o dependienta. Ejemplos (en algún caso, incluso, citaré sus nombres comerciales):

Kiabi: Es un comercio de moda a bajo precio. Desconocida por nosotros hasta este embarazo, en el que una madre del colegio le comentó a A. que allí había ropa premamá a buen precio. Fuimos allí convencidos deque se trataba de una tienda de ropa premamá, cuando descubrimos que no, que es para todo el mundo (y también hay un apartado de premamá). A la hora de pagar, A. hizo la pregunta de rigor y la chica le dijo que sí, que había un descuento, pero que debía sacarse la tarjeta de Kiabi. Le pasó un formulario y empezó a rellenarlo. En un momento dado, la dependienta preguntó -como quien no quiere la cosa- cuántos hijos teníamos. Le dijimos que 6 y 1/2 y cambió la cara y nos dio otro formulario, mientras comentaba que el descuento era entonces del 10%. Nos lo aplicaremos desde esa misma compra. Si hay que decir las cosas buenas, se dicen.

El pollo campero (o algo así): Es un sitio de comida rápida. Fuimos el mismo día (A. estaba en racha) con tres de nuestros hijos. Hicimos nuestro pedido y a la hora de pagar, A, hizo su pregunta. El dependiente puso cara de fastidio porque, según él, eso debíamos habérselo dicho antes de hacer el pedido. Volvió a introducir todos los datos. Ya sabéis, si sois familia numerosa y tenéis previsto comer allí, solo entrar en el establecimiento dad a conocer vuestra condición … no sé, quizá lo más práctico sería llevar un letrero colgando que diga eso, «Familia numerosa».

C&A: Fuimos ayer porque A. necesita algo de ropa (de embarazada) de cara al invierno. Al llegar a la caja, lo mismo de siempre:

A: ¿Hacéis descuento por familia numerosa?

D (Dependienta): Sí, los miércoles y los no sé qué …, pero un momento que pregunto. Bernardaaaaaa, los descuentos a las familias numerosas son los … Ah, ¿sí?, vale … Pues son del 15 al 22 de cada mes.

¡Vaya!, porque eran las 21 h y estábamos agotados, pero a punto estuve de decirle que nos esperábamos 3 horas para que nos lo aplicara

En la mayoría de comercios el descuento es miserable y en muchos casos es necesario hacerse socio, cliente vip o como quieran llamarle, debiendo rellenar un cuestionario y realizando unas compras por un importe mínimo.
Sin embargo, la que me marcó de por vida, fue una que viví con mi madre. La acompañé a comprar una billetera (no recuerdo si era para mí o para mi padre). Era una de esas tiendas de toda la vida, que huele a piel, en la que el propietario era un hombre mayor poco amable y huraño. Recuerdo que era de aquellos que se iba guardando las gomas de pollo en el brazo a modo de pulsera y que, es cierto, no viene a cuento que lo diga. El caso es que se decidió mi madre por una billetera y mientras sacaba su monedero para pagar hizo la pregunta del millón:

¿Hace descuento por familia numerosa?

¿Descuento por familia numerosa? (lo había entendido perfectamente, pero así le daba más énfasis). ¡Sí, hombre, sólo (en aquella época ‘solo’ se acentuaba) faltaría! … (y sin casi coger aire empezó un discurso) Deberíamos cobrarles más, con los pocos recursos que hay en el mundo y donde ellos se llevan más que los demás y …

No se preocupe, aquí tiene … y le dejó la billetera encima del mostrador y se fue
Sigue leyendo ->

Puzle de “Los Vengadores” de 100 piezas

Avanzamos en la realización de puzles en familia con este de “Los Vengadores” de 100 piezas. Este puzle tiene su complejidad, pues es para mayores de 7 años y requiere dedicarle al menos un par de horas.     Carlos disfruta mucho con esta actividad cuando la hacemos de forma colaborativa. Nosotros le ayudamos con […]

Sigue leyendo ->

Qué distintos somos

Ella es cuidadosa, prolija y considerada. Yo soy atolondrado, poco resolutivo y jodón. Agua y aceite. Será por eso que ella le cambia el pañal al bebé en 23 segundos y a mí me lleva 20 minutos. Será por eso que ella lava la ropa del pibito, hace la cama, lo baña, lo peina, lo hace dormir […]

Sigue leyendo ->

La vuelta al cole o ‘Herodes qué grande eres’

¿Conocéis esa sensación de culpa que te embarga cuando llega septiembre y llevas a los niños a su primer día de colegio? ¿Ese sentimiento de abandono que te llena de responsabilidad cuando te miran con esa carita como diciendo “por qué me dejas aquí solo” y te hace sentir mal padre/mala madre? Yo tampoco.

Madredelamorhermoso, qué largos son los veranos. Tres meses, tres largos meses con sus interminables días, sus calurosas noches, sus mañanas de piscina, sus tardes de playa, sus fines de semana de parque infantil… Los chinos inventaron torturas menos lentas y agónicas.

No sé si a alguno de vosotros se os habrá presentado la ocasión de “disfrutar” de unas largas vacaciones con dos niños a cuestas. Un día cualquiera en un destino costero cualquiera suele discurrir como sigue: por lo general, los niños se sincronizarán con el sistema solar para despertarse como motos con las primeras luces del alba. A partir de ese momento, todo irá a peor, obviamente. Si el día amanece despejado y Roberto Brasero pronostica no menos de 30 grados, prepárate y átate los machos. Te espera una larga jornada de sol pegándote en el melón, arena metida en orificios otrora impenetrables y riñones al jerez persiguiendo niños por la playa. Si tienes suerte y no te quitas las chanclas igual logras volver a casa sin puntos de sutura por pisadura de conchas. 
Ahora, que si Roberto Brasero pronostica alerta por tormentas localizadas échate a temblar, porque un día de verano metido en casa con dos niños sólo es equiparable al conflicto de la franja de Gaza. Y además, como en Gaza, siempre ganan los mismos.

Por descontado, después de tres horas sacudiéndote el salitre y la mala ostia, olvídate de dormir la siesta, poner los pies en alto o ver a Los Manolos. Si comes en casa, te tocará pelearte con uno de los dos delincuentes, a elegir, para que ingiera la ensalada campera, que “está muy fresquita y es muy saludable, que te pasas el día comiendo chuches y mierdas”.

Después, con suerte quizá consigas que se metan en la habitación a destrozar el mobiliario y los juguetes, a pelearse entre sí y a gritar como fans de Cristiano en la grabación de un anuncio de Abanderado.

Por la tarde, si se mantienen las previsiones climáticas, volverás a la playa con el hombro izquierdo dislocado por el peso de la bolsa-nevera y con el derecho a medio seccionar por ese cordoncito mínimo que algún lumbreras ha patentado como mecanismo infalible para colgarte la sombrilla. Tres horitas más de arena y sal provocándote irritaciones inguinales y erosionando tu pundonor, y estarás a punto de terminar el día. Ya sólo te queda volver a casa con los hombros para choped y bañar a las criaturas, intentado que la mezcla de agua, jabón, barro, arena, pequeños fragmentos de moluscos indeterminados y algún que otro elemento desconocido no termine por colapsar las tuberías. Te resta darle la cena a uno de los dos, a elegir, intentado que se coma la rodaja de salmón “que es de color naranja muy bonito y es muy saludable, que te pasas el día comiendo Aspitos, Kolorikis y mierdas de esas”.

Por fin llega el momento de acostarles, pobres, que están cansados, no sin antes leerles un cuento, si es que el escozor de los ojos te permite centrarte en las apasionantes aventuras de Robotito y Carcoma.

Pues esto, amigos, multiplicado por 90 es lo que viene a suponer unas vacaciones de tres meses con dos niños, sustituyendo en ocasiones la playa por la piscina comunitaria que no está el tema para demasiados dispendios. ¿Culpabilidad por llevarles al colegio/guardería? Hoy por hoy, los centros educativos se han convertido para mí en lugares sagrados de culto donde ir a rezar y agradecer al Santísimo que se hagan cargo de los niños durante unas horas. 
Feliz vuelta al cole, papis, disfrutadla…

Sigue leyendo ->

La vuelta al cole o ‘Herodes qué grande eres’

¿Conocéis esa sensación de culpa que te embarga cuando llega septiembre y llevas a los niños a su primer día de colegio? ¿Ese sentimiento de abandono que te llena de responsabilidad cuando te miran con esa carita como diciendo “por qué me dejas aquí solo” y te hace sentir mal padre/mala madre? Yo tampoco.

Madredelamorhermoso, qué largos son los veranos. Tres meses, tres largos meses con sus interminables días, sus calurosas noches, sus mañanas de piscina, sus tardes de playa, sus fines de semana de parque infantil… Los chinos inventaron torturas menos lentas y agónicas.

No sé si a alguno de vosotros se os habrá presentado la ocasión de “disfrutar” de unas largas vacaciones con dos niños a cuestas. Un día cualquiera en un destino costero cualquiera suele discurrir como sigue: por lo general, los niños se sincronizarán con el sistema solar para despertarse como motos con las primeras luces del alba. A partir de ese momento, todo irá a peor, obviamente. Si el día amanece despejado y Roberto Brasero pronostica no menos de 30 grados, prepárate y átate los machos. Te espera una larga jornada de sol pegándote en el melón, arena metida en orificios otrora impenetrables y riñones al jerez persiguiendo niños por la playa. Si tienes suerte y no te quitas las chanclas igual logras volver a casa sin puntos de sutura por pisadura de conchas. 
Ahora, que si Roberto Brasero pronostica alerta por tormentas localizadas échate a temblar, porque un día de verano metido en casa con dos niños sólo es equiparable al conflicto de la franja de Gaza. Y además, como en Gaza, siempre ganan los mismos.

Por descontado, después de tres horas sacudiéndote el salitre y la mala ostia, olvídate de dormir la siesta, poner los pies en alto o ver a Los Manolos. Si comes en casa, te tocará pelearte con uno de los dos delincuentes, a elegir, para que ingiera la ensalada campera, que “está muy fresquita y es muy saludable, que te pasas el día comiendo chuches y mierdas”.

Después, con suerte quizá consigas que se metan en la habitación a destrozar el mobiliario y los juguetes, a pelearse entre sí y a gritar como fans de Cristiano en la grabación de un anuncio de Abanderado.

Por la tarde, si se mantienen las previsiones climáticas, volverás a la playa con el hombro izquierdo dislocado por el peso de la bolsa-nevera y con el derecho a medio seccionar por ese cordoncito mínimo que algún lumbreras ha patentado como mecanismo infalible para colgarte la sombrilla. Tres horitas más de arena y sal provocándote irritaciones inguinales y erosionando tu pundonor, y estarás a punto de terminar el día. Ya sólo te queda volver a casa con los hombros para choped y bañar a las criaturas, intentado que la mezcla de agua, jabón, barro, arena, pequeños fragmentos de moluscos indeterminados y algún que otro elemento desconocido no termine por colapsar las tuberías. Te resta darle la cena a uno de los dos, a elegir, intentado que se coma la rodaja de salmón “que es de color naranja muy bonito y es muy saludable, que te pasas el día comiendo Aspitos, Kolorikis y mierdas de esas”.

Por fin llega el momento de acostarles, pobres, que están cansados, no sin antes leerles un cuento, si es que el escozor de los ojos te permite centrarte en las apasionantes aventuras de Robotito y Carcoma.

Pues esto, amigos, multiplicado por 90 es lo que viene a suponer unas vacaciones de tres meses con dos niños, sustituyendo en ocasiones la playa por la piscina comunitaria que no está el tema para demasiados dispendios. ¿Culpabilidad por llevarles al colegio/guardería? Hoy por hoy, los centros educativos se han convertido para mí en lugares sagrados de culto donde ir a rezar y agradecer al Santísimo que se hagan cargo de los niños durante unas horas. 
Feliz vuelta al cole, papis, disfrutadla…

Sigue leyendo ->

Matteo

Os prometí en mi anterior entrada que os explicaría la historia (hasta donde yo sé) de Matteo y … aquí estoy.

Lo conocí hace un tiempo cuando mi cuñado, sacerdote de la diócesis de Tortosa  y con muchísimas ganas de volver a tierra de misión (ya estuvo en las selvas peruana y hondureña), vino a vernos a casa y nos lo presentó. Nos contó algo de su historia y después volvimos a verlo en Semana Santa. Allí se hizo amigo de nuestros hijos (JP siente una especial devoción por él) y con una paciencia infinita pasaba largos ratos jugando con ellos a fútbol, baloncesto o lo que se terciara. Este verano he podido conocer algo más de su vida durante una sobremesa en la que me contó muchas cosas.

Matteo tiene 36 años y es de Venecia. Su madre, si bien era católica, no destacaba por su práctica religiosa y su padre, comunista convencido y comprometido (participaba en «reuniones» clandestinas), le enseñaba ruso desde pequeño. Las malas compañías hicieron que Matteo se adentrara en el mundo de las drogas, llegando a ser, no solo un gran consumidor, sino un traficante. Con veintipocos años tenía -y movía- mucho dinero y tres casas, una de ellas cerca de la frontera con Francia, lo cual le facilitaba mucho sus continuos viajes propios de la «profesión» o una posible huida. Viajaba también a países exóticos (Pakistán, India …) que, aunque le atraían mucho por su espiritualidad, eran obligados para «abrir mercado» En esa época se preocupaba también por su imagen, llegando a hacerse siete piercings en la cara. No sé si sus padres estaban al corriente de las actividades de su hijo, pero de lo que sí eran conscientes era del rumbo que había tomado su vida.

Un día, estando en ese inmueble de su propiedad próximo a la frontera francesa, mantuvo una discusión con un amigo de ese mundo. Al parecer, el amigo le «insinuó» que le podía dar esa casa a él y la reacción de Matteo fue de un enfado tal que, mientras gritaba como un energúmeno, empezó a golpear los cristales que encontraba a su paso. El piso estaba en la quinta planta y, tras romper éstos, bajó hasta la calle rompiendo todos los cristales de cada una de las plantas por las que pasaba. Evidentemente acabó hecho un ecce homo y tuvo que ser ingresado en un hospital para curarle sus múltiples heridas. Estando en el hospital -no sabe muy bien por qué-. decidió llamar a su madre y explicarle algo de su vida. Su madre le propuso volver a casa y así lo hizo él. Allí pasó un tiempo intentando dejar atrás lo que había sido su mundo en los últimos años. Un familiar de su madre le habló a ésta de la Comunità Cenacolo, concretamente de Medugorije, en Bosnia-Herzegovina. Y allí se fue Matteo. Estuvo un tiempo hasta que no aguantó más y se fugó, volviendo a recaer en en sus malos hábitos de su vida anterior. Regresó a casa y a la Comunità. La vida en estas casas se basan en el trabajo y en la oración, nada más (y nada menos) y viven de la Providencia. Lo que más me llamó la atención a mí fue la figura del custodio. Es una persona que ha pasado por lo mismo que el que llega por primera vez y que su misión es acompañar a éste a todas partes. Sí, sí, a todas partes. Sí, al baño también. Si lo piensas un poco, debe ser duro … pero también para el custodio. Tras estar cerca de 9 años en diversos centros de la Comunità (en varios ya como responsable), Matteo decide dar un nuevo sentido a su vida y es cuando aparece mi cuñado, a quien le propusieron acogerlo. Mi cuñado encantado y Matteo también. Durante este tiempo ha estado trabajando (los últimos meses en una granja de conejos a la que también dedicaré una entrada porque fuimos a visitarla) y hace unos meses nos anunció (lo hizo público el pasado 15 de agosto) que en septiembre ingresaba en el Seminario. Mientras me contaba su historia en esa sobremesa, le hice varias preguntas. Una de ellas fue que me explicara cómo es posible que un tipo como él, metido en ese mundo, llegue a un centro de la Comunità donde solo se trabaja y se reza (y con una lapa pegada a ti todo el día), deje todo aquello e inicie una nueva vida. Su respuesta fue muy sencilla: es un milagro.

Este verano visitamos el centro que tienen en Tarragona y sales de ahí impresionado. No pudimos asistir a ningún testimonio de alguno de los allí residentes porque era un día en el que había mucho visitante, pero conocimos a varios jóvenes (de todas partes) y como decía, impacta.

Aunque lo he resumido mucho, espero que haya quedado claro que lo que ha pasado con Matteo (y, gracias a Dios, no es el único) es un auténtico milagro. Si tuviera que destacar algún rasgo de Matteo, sin duda sería su espíritu de servicio. Está permanentemente pendiente de los demás. No sé si es por su etapa de custodio, pero lo cierto es que es así.

Bueno, mañana, 11 de septiembre, es el cumpleaños de JP (ya actualizo el esquema) y estoy un poco nervioso con lo que nos tendrá preparado nuestro Molt Honorable Artur Mas. Cada año se supera y después de manifestaciones, vías y demás actos festivos, no tengo ni idea qué le tendrá preparado este año a JP. A saber
Sigue leyendo ->

Matteo

Os prometí en mi anterior entrada que os explicaría la historia (hasta donde yo sé) de Matteo y … aquí estoy.

Lo conocí hace un tiempo cuando mi cuñado, sacerdote de la diócesis de Tortosa  y con muchísimas ganas de volver a tierra de misión (ya estuvo en las selvas peruana y hondureña), vino a vernos a casa y nos lo presentó. Nos contó algo de su historia y después volvimos a verlo en Semana Santa. Allí se hizo amigo de nuestros hijos (JP siente una especial devoción por él) y con una paciencia infinita pasaba largos ratos jugando con ellos a fútbol, baloncesto o lo que se terciara. Este verano he podido conocer algo más de su vida durante una sobremesa en la que me contó muchas cosas.

Matteo tiene 36 años y es de Venecia. Su madre, si bien era católica, no destacaba por su práctica religiosa y su padre, comunista convencido y comprometido (participaba en «reuniones» clandestinas), le enseñaba ruso desde pequeño. Las malas compañías hicieron que Matteo se adentrara en el mundo de las drogas, llegando a ser, no solo un gran consumidor, sino un traficante. Con veintipocos años tenía -y movía- mucho dinero y tres casas, una de ellas cerca de la frontera con Francia, lo cual le facilitaba mucho sus continuos viajes propios de la «profesión» o una posible huida. Viajaba también a países exóticos (Pakistán, India …) que, aunque le atraían mucho por su espiritualidad, eran obligados para «abrir mercado» En esa época se preocupaba también por su imagen, llegando a hacerse siete piercings en la cara. No sé si sus padres estaban al corriente de las actividades de su hijo, pero de lo que sí eran conscientes era del rumbo que había tomado su vida.

Un día, estando en ese inmueble de su propiedad próximo a la frontera francesa, mantuvo una discusión con un amigo de ese mundo. Al parecer, el amigo le «insinuó» que le podía dar esa casa a él y la reacción de Matteo fue de un enfado tal que, mientras gritaba como un energúmeno, empezó a golpear los cristales que encontraba a su paso. El piso estaba en la quinta planta y, tras romper éstos, bajó hasta la calle rompiendo todos los cristales de cada una de las plantas por las que pasaba. Evidentemente acabó hecho un ecce homo y tuvo que ser ingresado en un hospital para curarle sus múltiples heridas. Estando en el hospital -no sabe muy bien por qué-. decidió llamar a su madre y explicarle algo de su vida. Su madre le propuso volver a casa y así lo hizo él. Allí pasó un tiempo intentando dejar atrás lo que había sido su mundo en los últimos años. Un familiar de su madre le habló a ésta de la Comunità Cenacolo, concretamente de Medugorije, en Bosnia-Herzegovina. Y allí se fue Matteo. Estuvo un tiempo hasta que no aguantó más y se fugó, volviendo a recaer en en sus malos hábitos de su vida anterior. Regresó a casa y a la Comunità. La vida en estas casas se basan en el trabajo y en la oración, nada más (y nada menos) y viven de la Providencia. Lo que más me llamó la atención a mí fue la figura del custodio. Es una persona que ha pasado por lo mismo que el que llega por primera vez y que su misión es acompañar a éste a todas partes. Sí, sí, a todas partes. Sí, al baño también. Si lo piensas un poco, debe ser duro … pero también para el custodio. Tras estar cerca de 9 años en diversos centros de la Comunità (en varios ya como responsable), Matteo decide dar un nuevo sentido a su vida y es cuando aparece mi cuñado, a quien le propusieron acogerlo. Mi cuñado encantado y Matteo también. Durante este tiempo ha estado trabajando (los últimos meses en una granja de conejos a la que también dedicaré una entrada porque fuimos a visitarla) y hace unos meses nos anunció (lo hizo público el pasado 15 de agosto) que en septiembre ingresaba en el Seminario. Mientras me contaba su historia en esa sobremesa, le hice varias preguntas. Una de ellas fue que me explicara cómo es posible que un tipo como él, metido en ese mundo, llegue a un centro de la Comunità donde solo se trabaja y se reza (y con una lapa pegada a ti todo el día), deje todo aquello e inicie una nueva vida. Su respuesta fue muy sencilla: es un milagro.

Este verano visitamos el centro que tienen en Tarragona y sales de ahí impresionado. No pudimos asistir a ningún testimonio de alguno de los allí residentes porque era un día en el que había mucho visitante, pero conocimos a varios jóvenes (de todas partes) y como decía, impacta.

Aunque lo he resumido mucho, espero que haya quedado claro que lo que ha pasado con Matteo (y, gracias a Dios, no es el único) es un auténtico milagro. Si tuviera que destacar algún rasgo de Matteo, sin duda sería su espíritu de servicio. Está permanentemente pendiente de los demás. No sé si es por su etapa de custodio, pero lo cierto es que es así.

Bueno, mañana, 11 de septiembre, es el cumpleaños de JP (ya actualizo el esquema) y estoy un poco nervioso con lo que nos tendrá preparado nuestro Molt Honorable Artur Mas. Cada año se supera y después de manifestaciones, vías y demás actos festivos, no tengo ni idea qué le tendrá preparado este año a JP. A saber
Sigue leyendo ->

Un dibujo en la pizarra

Retomamos la actividad en el blog con este dibujo que descubrimos el otro día en la pizarra.     De vez en cuando se ponen a jugar con las pinturas y compiten por ver quien realiza el mejor dibujo. Este nos gustó especialmente, pues el niño no es muy dado a esta forma de expresión. […]

Sigue leyendo ->

Amor por los animales

Hace ya unos meses, a mediados de la primavera, les prometí a los peques que como regalo de fin de curso les cogería un animalito como mascota para que lo cuidáramos. Conforme ellos veían que se acercaba el final de las clases me lo iban recordando, hablábamos de coger unas cobayas, un conejito, algún hámster…
Sigue leyendo

Sigue leyendo ->

Qué hacer en caso de Ciberacoso?

Después de pasar un buen rato navegando por la red y buscando información sobre el Ciberacoso, llegas a una conclusión: No entiendo nada. Las  explicaciones sobre este tema son complicadas y parece que están escritas para un público científico especializado. Incluso la terminología relacionada con este tema llega un momento que parece hasta ridícula, Grooming, Sexting; por eso vamos a intentar simplificar las cosas un poco y acercar este tema a los niños que son los que verdaderamente nos preocupan. No podemos crear más brechas, ya tenemos bastante con la existente entre nosotros y los pequeños nativos digitales. A veces para avanzar hay que retroceder. A partir de ahora vamos a intentar dar una explicación sencilla, clara y directa de estos temas para que ni nuestros hijos ni nosotros perdamos la ilusión y la confianza en algo que es tan genial, Internet y las Redes Sociales. Por eso voy a procurar escribir de forma que estos temas puedan ser entendidos por las dos partes interesadas, los padres y los hijos.

Así que vamos a comenzar por el principio de todo, ¿Qué es el Ciberacoso?. Pues el Ciberacoso es el acoso de los matones por Internet y las Redes sociales, principalmente Facebook y Whatssapp. En el cole hay matones que “se meten” con los más débiles de la clase y en Internet también puedes sufrir su acoso si no sigues unas reglas básicas. En el caso de sufrir algún tipo de Ciberacoso hay que seguir de inmediato cuatro pasos básicos:

 Qué hacer en caso de Ciberacoso?
  1.  Preguntar a Mamá, Papá o a algún adulto en el que confíes. El tutor del cole, el profe de Karate o el monitor de natación. Sin tener miedo ni vergüenza tienes que explicarle a alguien lo que te está pasando.
  2. No contestar a las provocaciones, NUNCA. Si contestas a las provocaciones, los matones pensarán que están haciendo bien su “trabajo”.
  3. No jugar al “Quién es quién”. No intentes descubrir quién se esconde detrás del perfil o de los perfiles que te acosen. Eso es trabajo de la policía.
  4. “Cortar por lo sano” los canales por los que te estén acosando. Debes abrirte otro perfil de Facebook y tienes que pedir a Papá o Mamá que te cambien el número de teléfono.
Sigue leyendo ->