El circulo o zona de confort, es como se denomina a esa rutina, a esas tareas que realizamos mas o menos mecanicamente y a diario, a ese modo de reaccionar antes los mismos problemas de la misma manera, en un modo casi automático, que nos impide salir, hacer cosas diferentes, o conocer gente nueva, hay quien te ayuda a mantenerte dentro, pero la decisión de salir es tuya, solo tuya.
Como decía Einstein: Loco es el que hace siempre lo mismo, pero pretende resultados diferentes. Yo, mucho mas prosaicamente, digo que: Si ves siempre Titanic con la esperanza que esta vez el barco no se hunda , es que tienes que ver películas mas nuevas.
El verano en Copenhague daba sus últimos coletazos con unos impresionantes días de sol, creando la ilusión de unas agradables vacaciones, el espejismo se desharía pocos días después, pero ya nos estaríamos allí para verlo.
A pesar de habernos liado la manta a la cabeza y decidir irnos todos allí, la búsqueda de casa seguía infructuosa, a pesar de movilizar a toda persona que conociésemos e implicarla en la búsqueda ( en mayor o menor grado) a pesar de buscar, incluso, 50 kilómetros a la redonda, no solo de Cph, sino incluso de Malmo, no encontrábamos nada, pero el reloj seguia con su implacable tic-tac…
Volverse, volverse a casa y reorganizarse desde allí, la idea no es mala, es mas fácil que la otra opción, que es rendirse, esa palabra que me gusta tan poco, esa opción bastante mas difícil de asumir. Desde casa, buscar por internet trabajo y vivienda, y mientras seguir estudiando el idioma…el plan parece bueno, pero interiormente sabía que si no había funcionado aquí, in situ, mucho menos lo haría a 3000 kmts. Era solo una anestesia temporal.
Y después de mas de medio año sin ver a mis hijos, allí estábamos, en el anden de la estación, esperando el cercanías que nos lleva al aeropuerto, planeando como íbamos a meter las 6 maletas en el tren en el corto espacio de tiempo que mantiene las puertas abiertas, pensando que iba a hacer cuando viese esas caras sonrientes en la terminal del aeropuerto de Málaga, y te embarga una alegría enorme, algo que nace muy dentro, algo que por mas que intente describir, no sabría hacer, algo que quiero atesorar, pero que se ve empañado con oleadas de desazón, un regusto amargo me sube a ratos por la garganta, se llama derrota, la he intentado anestesiar, pero el efecto a ratos se desvanece, y percibo las cosas tal y como son, o peor aún, como serán en pocas semanas.
Sol, playa, besos y abrazos a raudales, casi tantos como necesitábamos, y los días pasando, y la preocupación aumentando, hoy en día es mas fácil encontrar el Santo Grial que encontrar un trabajo, y en el horizonte laboral no asomaba nada interesante, nada ni siquiera vano o futil, nada.
Pero un día surgió algo, una lucecita en medio de la oscuridad, algo que no habíamos pensado ni planeado, alguien se acordó de nosotros, un proyecto, algo a lo que sujetarse, no es en casa, pero sigue siendo bajo nuestra bandera rojigualda, esta vez vamos todos, no se queda nadie atrás,y hasta aquí puedo leer, como decía Maira. en breve mas.¡ Esto si que es un giro de guion!
Y me entrego con todas las fuerzas e ilusion de que soy capaz, pero empiezo a añorar tener un circulo de confort del que salirme de vez en cuando, solo por saber que se siente. Vivir fuera del circulo me empieza a cansar, aunque solo un poco.
Traducción: Adiós Copenhague.
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