Doña Eva

Dos años antes de que enfermara Guzmán, Eva decidió cambiar de vida.

Después de un año sabático dedicado a criar a sus dos maravillosos hijos, se dio cuenta de que el marketing no era lo suyo y decidió inscribirse tras un impulso repentino de la noche anterior, a estudiar magisterio. Para ser maestra algún día.

Aquella fue la primera vez. 

El estudio, las clases, los compañeros que conoció, la incertidumbre del camino iban rellenando un hueco que parecía estar llamándola desde hace tiempo desde sus entrañas. Todo encajaba, todo se iba completando de forma natural y nuestros hijos creciendo. Y llegó Noviembre del 2010 y el mundo se removió desde el interior y sacudió nuestras vidas azotándonos el alma con tanta brusquedad que el agujero interior se hizo inmenso. 
Al día siguiente del diagnóstico, tras escuchar el tremendo “uno de los dos tiene que dejarlo todo durante un año para estar a su lado”, Eva llamó a la facultad para comentarles que se daba de baja durante el año.

Pasaron las semanas, comenzamos a digerir algo que todavía no hemos terminado del todo. Pasó el mes del hospital, conversaciones por teléfono a distancia entre los dos, momentos fugaces de comidas en restaurantes a 20 minutos para poder vernos, mirarnos, llorar y escucharnos. Y antes de salir del primer mes del hospital, Eva decidió volver a llamar a la Universidad para retraerse de lo dicho y matricularse cuatro asignaturas. No por el hecho de la perseverancia de sacarlo adelante, sino por lo importante que era saber que podía tener algo para mantenerle la cabeza ocupada.

Y lo hizo, ya lo creo que lo hizo. Entre visitas una semana si otra no al hospital, punciones de medula, intratecales, se sacó las cuatro asignaturas con sabor a jeringuillas, batas, neutrófilos y metotrexate.

El cuidado recibido por parte del colegio de los niños, el cariño, la preocupación y la sensibilidad con nuestra situación no tienen de vuelta suficientes palabras de agradecimiento. Llegaba el verano, Martina pasaba a primaria rodeada de amor y cargada de la fuerza que le dieron en infantil, Rosana, Leti… sus maestras del alma… en un año tan complicado como el que le había tocado vivir. Y Guzmán, poco a poco tomaba su relevo en infantil con el increíble regalo de heredar a sus maestras.

Empezaba un año (para mi los años siempre han sido los escolares) en el que dividiríamos el tiempo de Guzmán entre visitas al hospital para la quimio de turno, el cole con su timidez adquirida entre adultos y jeringuillas, y casa con mamá y la abuela. Cansadito y sin demasiadas fuerzas.

Y mientras tanto, Eva arrancaba, su último curso de magisterio. Madre mía con lo que habíamos vivido… Entre algún día de dudas viendo el final de ese trayecto y su marcada autoexigencia, (aquello que no era matrícula le parecia insuficiente) fueron pasando los días, las semanas, y los meses, y Guzmán ya sólo iba los martes al hospital para regularle la medicación y sus fuerzas poquito a poco creciendo.

Y llegaron las prácticas en un cole y el destino hizo que terminase sus últimas prácticas en de los niños. Dudas, y más dudas, indirectas y directas. Exámenes, notas. Y aprobada y titulada de magisterio con creces…

Y entonces surgió…
– “Eva, ¿a ti que te parecería trabajar en el colegio el año que vien?”
– “qqqqquuu?”
– “siendo la profe de los de primero deprimaria”………………………

Hoy han pasado cinco años desde que Eva decidió tomar una excedencia, cuatro desde que se decidió matricular de magisterio, y casi dos desde que Guzmán fue diagnosticado (ahí está el campeón, casi llegando). Y ayer 11 de Septiembre del 2012, un día después de que Martina haya empezado segundo de primaria, y un día antes de que Guzmán vaya a empezar su curso de infantil después de la energía recogida en verano, Rosana, ese ángel que nos ha acompañado en este camino, ha presentado a Eva como la nueva profesora de primaria a todos los niños del colegio.

Y hoy, cuando Eva estaba allí arriba, en ese escenario que llevaba tiempo esperándola, e iba diciendo los nombres de los niños uno a uno y estos pasaban y le daban una flor ha sido la segunda vez.

Después de aquella primera en aquella noche de hace ya cuatro años en la que decidió matricularse, ella estaba allí, de pie, pausada, con la mirada profundamente tranquila y conectada. Conectada a la vez a la tierra y al cielo, rellenando los huecos de las entrañas que faltaban por completar, como si siempre hubiese tenido una maestra dentro que llevaba años, décadas, siglos, buscando el camino y tratando de llegar allí.

Enhorabuena Eva. No puedo expresar con palabras el orgullo, la admiración, el amor tan profundo que siento por ti y mucho más intenso que es en un momento como el de ayer en el que las lágrimas no han dejado de brotarme en cada segundo en el que tu recuerdo me ha hecho volver a conectar.

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Doña Eva

Dos años antes de que enfermara Guzmán, Eva decidió cambiar de vida.

Después de un año sabático dedicado a criar a sus dos maravillosos hijos, se dio cuenta de que el marketing no era lo suyo y decidió inscribirse tras un impulso repentino de la noche anterior, a estudiar magisterio. Para ser maestra algún día.

Aquella fue la primera vez. 

El estudio, las clases, los compañeros que conoció, la incertidumbre del camino iban rellenando un hueco que parecía estar llamándola desde hace tiempo desde sus entrañas. Todo encajaba, todo se iba completando de forma natural y nuestros hijos creciendo. Y llegó Noviembre del 2010 y el mundo se removió desde el interior y sacudió nuestras vidas azotándonos el alma con tanta brusquedad que el agujero interior se hizo inmenso. 
Al día siguiente del diagnóstico, tras escuchar el tremendo “uno de los dos tiene que dejarlo todo durante un año para estar a su lado”, Eva llamó a la facultad para comentarles que se daba de baja durante el año.

Pasaron las semanas, comenzamos a digerir algo que todavía no hemos terminado del todo. Pasó el mes del hospital, conversaciones por teléfono a distancia entre los dos, momentos fugaces de comidas en restaurantes a 20 minutos para poder vernos, mirarnos, llorar y escucharnos. Y antes de salir del primer mes del hospital, Eva decidió volver a llamar a la Universidad para retraerse de lo dicho y matricularse cuatro asignaturas. No por el hecho de la perseverancia de sacarlo adelante, sino por lo importante que era saber que podía tener algo para mantenerle la cabeza ocupada.

Y lo hizo, ya lo creo que lo hizo. Entre visitas una semana si otra no al hospital, punciones de medula, intratecales, se sacó las cuatro asignaturas con sabor a jeringuillas, batas, neutrófilos y metotrexate.

El cuidado recibido por parte del colegio de los niños, el cariño, la preocupación y la sensibilidad con nuestra situación no tienen de vuelta suficientes palabras de agradecimiento. Llegaba el verano, Martina pasaba a primaria rodeada de amor y cargada de la fuerza que le dieron en infantil, Rosana, Leti… sus maestras del alma… en un año tan complicado como el que le había tocado vivir. Y Guzmán, poco a poco tomaba su relevo en infantil con el increíble regalo de heredar a sus maestras.

Empezaba un año (para mi los años siempre han sido los escolares) en el que dividiríamos el tiempo de Guzmán entre visitas al hospital para la quimio de turno, el cole con su timidez adquirida entre adultos y jeringuillas, y casa con mamá y la abuela. Cansadito y sin demasiadas fuerzas.

Y mientras tanto, Eva arrancaba, su último curso de magisterio. Madre mía con lo que habíamos vivido… Entre algún día de dudas viendo el final de ese trayecto y su marcada autoexigencia, (aquello que no era matrícula le parecia insuficiente) fueron pasando los días, las semanas, y los meses, y Guzmán ya sólo iba los martes al hospital para regularle la medicación y sus fuerzas poquito a poco creciendo.

Y llegaron las prácticas en un cole y el destino hizo que terminase sus últimas prácticas en de los niños. Dudas, y más dudas, indirectas y directas. Exámenes, notas. Y aprobada y titulada de magisterio con creces…

Y entonces surgió…
– “Eva, ¿a ti que te parecería trabajar en el colegio el año que vien?”
– “qqqqquuu?”
– “siendo la profe de los de primero deprimaria”………………………

Hoy han pasado cinco años desde que Eva decidió tomar una excedencia, cuatro desde que se decidió matricular de magisterio, y casi dos desde que Guzmán fue diagnosticado (ahí está el campeón, casi llegando). Y ayer 11 de Septiembre del 2012, un día después de que Martina haya empezado segundo de primaria, y un día antes de que Guzmán vaya a empezar su curso de infantil después de la energía recogida en verano, Rosana, ese ángel que nos ha acompañado en este camino, ha presentado a Eva como la nueva profesora de primaria a todos los niños del colegio.

Y hoy, cuando Eva estaba allí arriba, en ese escenario que llevaba tiempo esperándola, e iba diciendo los nombres de los niños uno a uno y estos pasaban y le daban una flor ha sido la segunda vez.

Después de aquella primera en aquella noche de hace ya cuatro años en la que decidió matricularse, ella estaba allí, de pie, pausada, con la mirada profundamente tranquila y conectada. Conectada a la vez a la tierra y al cielo, rellenando los huecos de las entrañas que faltaban por completar, como si siempre hubiese tenido una maestra dentro que llevaba años, décadas, siglos, buscando el camino y tratando de llegar allí.

Enhorabuena Eva. No puedo expresar con palabras el orgullo, la admiración, el amor tan profundo que siento por ti y mucho más intenso que es en un momento como el de ayer en el que las lágrimas no han dejado de brotarme en cada segundo en el que tu recuerdo me ha hecho volver a conectar.

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Hay un nuevo ángel en el cielo.

Hay ángeles que hablan a través de la voz de otros, incluso a veces a través de la tuya.

Hay ángeles que iluminan lúgubres caminos con faros y señales.
Hay ángeles que nos enseñan a levantarnos, a caminar, a vivir.
Hay ángeles que se dedican a ponernos el vello de punta a lo largo del cuello hasta la cabeza.
Hay ángeles que convierten en un segundo las lágrimas en sal y la sal en sonrisas.
Hay ángeles que hacen que en instantes donde nadie te rodea te sientas más acompañado que nunca.
Hay ángeles que hacen brotar las flores hasta en invierno.

Hay ángeles que te acompañan de por vida hasta que tu te conviertes en uno de ellos.

Desde el 23 de Agosto, a las tres de la tarde, hay un nuevo Ángel en el cielo. Hugo se ha ido y sigue estando aquí. Su sonrisa siempre acompañará a su mami y a los suyos.

Se nos ha ido un ángel al cielo para protegernos a nosotros. 

Nos veremos de nuevo Huguito, gracias por estar ahí, cuida de Guzmán y de todos los demás.

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Hay un nuevo ángel en el cielo.

Hay ángeles que hablan a través de la voz de otros, incluso a veces a través de la tuya.

Hay ángeles que iluminan lúgubres caminos con faros y señales.
Hay ángeles que nos enseñan a levantarnos, a caminar, a vivir.
Hay ángeles que se dedican a ponernos el vello de punta a lo largo del cuello hasta la cabeza.
Hay ángeles que convierten en un segundo las lágrimas en sal y la sal en sonrisas.
Hay ángeles que hacen que en instantes donde nadie te rodea te sientas más acompañado que nunca.
Hay ángeles que hacen brotar las flores hasta en invierno.

Hay ángeles que te acompañan de por vida hasta que tu te conviertes en uno de ellos.

Desde el 23 de Agosto, a las tres de la tarde, hay un nuevo Ángel en el cielo. Hugo se ha ido y sigue estando aquí. Su sonrisa siempre acompañará a su mami y a los suyos.

Se nos ha ido un ángel al cielo para protegernos a nosotros. 

Nos veremos de nuevo Huguito, gracias por estar ahí, cuida de Guzmán y de todos los demás.

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Abierto por vacaciones

Guzmán anda bien. Hoy está bien. Con todo lo que implica hoy, que es mucho. Lo único que a veces a uno le cuesta valorarlo. Quizás porque “sólo” tenga el valor de que estamos igual que ayer, y que antes de ayer y que hace un año, pero con un día, dos días o un año menos. Lo cual es mucho.

Deberíamos (mal verbo, ¿verdad?), deberíamos estar celebrando cada logro, cada éxito, cada pasito, cada sonrisa, cada minuto…

Y contentos estamos y mucho. Pero no deja de ser una felicidad contenida.

Sabemos que nos quedan tres meses de medicación, y después un año de chequeos. Sabemos que nuestra estadística desde el día uno (80%), no se ha movido y sigue siendo la misma y lo seguirá siendo durante un largo tiempo (confiamos en que siga). Sabemos que desde el primer mes en el que remitió la enfermedad todo este tratamiento es de mantenimiento. Desgraciadamente sabemos que una posible recaída no responde a una fecha concreta del tratamiento (ánimo, Hugo y familia, no hay día que pase que no pensemos en vosotros). Sabemos que los sustos nos acompañarán durante años cuando un virus, una fiebre, una palidez, una bajada de leucocitos, hemoglobina o plaquetas sacuda nuestras vidas… Sabemos, sabemos… y a menudo sabemos demasiado.

Y es que a veces el conocimiento y la razón son enemigos de aquello que te hace feliz. Quizás sea saber todas esas cosas, lo que mantenga contenida nuestra felicidad. Como agarrándola desde dentro del estómago con un ancla de varias toneladas que no te permiten entender por qué no sonríes como «debieras». Quizás haya que perder consciencia racional para conseguir conectar con el aquí y el ahora. O quizás sencillamente sea una quimera imposible de alcanzar salvo que uno se rape el pelo, se vista de naranja grana y se vaya a un monte en formato flor de loto.

Quizás esa sensación de tener la razón tan presente haya sido la que me ha hecho tardar en publicar un post. Y no me permita sacar una sonrisa de lado a lado cada vez que alguien me pregunta “¿qué tal Guzmán?”, y sólo pueda responder “hoy bien”, unido a una explicación algo menos larga que este post. 

Ahora estamos de vacaciones, momento en el que todos depositamos las expectativas de aquello que no hemos sido capaces de hacer durante todo un año, tanto a nivel de análisis, racionalización o conexión con los sentimientos de uno.

Y yo, por supuesto, no he sido menos. Mis vacaciones lo tienen jodido, a ver… 

Quiero en vacaciones estar con mi familia full-time para recuperar el tiempo perdido al que me esclaviza mi trabajo a diario. Quiero en vacaciones sentarme conmigo mismo para saber qué es eso que me turba que en los últimos meses me tiene cabizbajo. Quiero en vacaciones mirar a Martina y Guzmán y disfrutar con cada risa suya. Quiero organizar mis prioridades para cuando vuelva al mundo ¿real?. Quiero estar con Eva y sólo estar bien. Quiero encontrar dentro de mí una respuesta a cómo ordenar mi tiempo para arrancar la Fundación que estoy montando, compaginarla con la empresa que tengo y aun así que no me arrepienta porque me queda tiempo para estar con los míos…
En fin… creo que estas vacaciones me he puesto más deberes de la cuenta y no voy a ser capaz de volver al cole con ellos resueltos. Lo peor de eso es que recuerdo que cuando uno no los hacía en vacaciones tenía que hacerlos el último domingo deprisa, corriendo y mal… 
Así que veremos cuánto dan de si las vacas y si no la cagamos por tratar de encontrar en ellas la paz, la tranquilidad, la estabilidad y la felicidad que no encontré en los meses atrás. 
Y confío en que esto no me haga volver a esa recurrencia tan mía por la que, de tanto tensar la cuerda, me acabo yendo de culo al suelo. 
Prefiero cerrar los ojos y sentirme de mente y espíritu Abierto por Vacaciones, sabiendo que conectando con todo esto que sé que es importante y que está aquí y ahora, me va a permitir vislumbrar con más ciencia una respuesta a mis inquietudes. 
¡Así que a coleccionar postales veraniegas que es lo que toca! 
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Abierto por vacaciones

Guzmán anda bien. Hoy está bien. Con todo lo que implica hoy, que es mucho. Lo único que a veces a uno le cuesta valorarlo. Quizás porque “sólo” tenga el valor de que estamos igual que ayer, y que antes de ayer y que hace un año, pero con un día, dos días o un año menos. Lo cual es mucho.

Deberíamos (mal verbo, ¿verdad?), deberíamos estar celebrando cada logro, cada éxito, cada pasito, cada sonrisa, cada minuto…

Y contentos estamos y mucho. Pero no deja de ser una felicidad contenida.

Sabemos que nos quedan tres meses de medicación, y después un año de chequeos. Sabemos que nuestra estadística desde el día uno (80%), no se ha movido y sigue siendo la misma y lo seguirá siendo durante un largo tiempo (confiamos en que siga). Sabemos que desde el primer mes en el que remitió la enfermedad todo este tratamiento es de mantenimiento. Desgraciadamente sabemos que una posible recaída no responde a una fecha concreta del tratamiento (ánimo, Hugo y familia, no hay día que pase que no pensemos en vosotros). Sabemos que los sustos nos acompañarán durante años cuando un virus, una fiebre, una palidez, una bajada de leucocitos, hemoglobina o plaquetas sacuda nuestras vidas… Sabemos, sabemos… y a menudo sabemos demasiado.

Y es que a veces el conocimiento y la razón son enemigos de aquello que te hace feliz. Quizás sea saber todas esas cosas, lo que mantenga contenida nuestra felicidad. Como agarrándola desde dentro del estómago con un ancla de varias toneladas que no te permiten entender por qué no sonríes como «debieras». Quizás haya que perder consciencia racional para conseguir conectar con el aquí y el ahora. O quizás sencillamente sea una quimera imposible de alcanzar salvo que uno se rape el pelo, se vista de naranja grana y se vaya a un monte en formato flor de loto.

Quizás esa sensación de tener la razón tan presente haya sido la que me ha hecho tardar en publicar un post. Y no me permita sacar una sonrisa de lado a lado cada vez que alguien me pregunta “¿qué tal Guzmán?”, y sólo pueda responder “hoy bien”, unido a una explicación algo menos larga que este post. 

Ahora estamos de vacaciones, momento en el que todos depositamos las expectativas de aquello que no hemos sido capaces de hacer durante todo un año, tanto a nivel de análisis, racionalización o conexión con los sentimientos de uno.

Y yo, por supuesto, no he sido menos. Mis vacaciones lo tienen jodido, a ver… 

Quiero en vacaciones estar con mi familia full-time para recuperar el tiempo perdido al que me esclaviza mi trabajo a diario. Quiero en vacaciones sentarme conmigo mismo para saber qué es eso que me turba que en los últimos meses me tiene cabizbajo. Quiero en vacaciones mirar a Martina y Guzmán y disfrutar con cada risa suya. Quiero organizar mis prioridades para cuando vuelva al mundo ¿real?. Quiero estar con Eva y sólo estar bien. Quiero encontrar dentro de mí una respuesta a cómo ordenar mi tiempo para arrancar la Fundación que estoy montando, compaginarla con la empresa que tengo y aun así que no me arrepienta porque me queda tiempo para estar con los míos…
En fin… creo que estas vacaciones me he puesto más deberes de la cuenta y no voy a ser capaz de volver al cole con ellos resueltos. Lo peor de eso es que recuerdo que cuando uno no los hacía en vacaciones tenía que hacerlos el último domingo deprisa, corriendo y mal… 
Así que veremos cuánto dan de si las vacas y si no la cagamos por tratar de encontrar en ellas la paz, la tranquilidad, la estabilidad y la felicidad que no encontré en los meses atrás. 
Y confío en que esto no me haga volver a esa recurrencia tan mía por la que, de tanto tensar la cuerda, me acabo yendo de culo al suelo. 
Prefiero cerrar los ojos y sentirme de mente y espíritu Abierto por Vacaciones, sabiendo que conectando con todo esto que sé que es importante y que está aquí y ahora, me va a permitir vislumbrar con más ciencia una respuesta a mis inquietudes. 
¡Así que a coleccionar postales veraniegas que es lo que toca! 
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Esto sólo es el comienzo…

El viernes fuimos al Ministerio, entregamos las firmas y estuvo muy bien saludarnos, conocernos en persona a algunos, ver amigos y familia que con su calor nos apoyaban. Echamos de menos a pelones que no pudieron venir, pero estuvieron en nuestros corazones.

Fue un día muy emocionante, fueron bastantes medios y le dieron bastante cobertura, La Ser, Telecinco, Onda Madrid, Canal Nou… Y además en Twitter volvimos a ser 1er Trending Topic de España durante casi dos horas.

Es cierto que ni el Ministerio nos ha escuchado y que ni siquiera van a tener en cuenta nuestra reclamación, pero confío en que esto sólo acabe de empezar y contagiemos a más gente con nuestro grito. El sistema, tiene, debe de cambiar.

Me quedo con un mensaje que compartí con los pelones y con el deseo y el coraje de que ésta lucha sólo acabe de empezar.

Hoy empieza todo 

Hoy es el día en el que nuestra lucha se va a escuchar en todos lados.
Hoy nuestras voces conseguirán que surjan otras muchas.
Hoy muchos piensan que nuestra tarea termina lo que no saben es que no vamos a parar hasta que esto cambie de verdad.
Hoy empieza a cambiar el sistema de medula en españa porque esto solo es el comienzo.
Hoy no termina un camino.
Hoy solo empieza.
vamos chic@s!!!!!!

El sábado por la mañana la Fundación Carreras organizó por toda España durante el día mundial de la Leucemia el «Experimento Valora la Vida» Una iniciativa increible que un buen día se le ocurrio a Yolanda, una chica de 24 años de Madrid que superó un linfoma de Hodgkin y quiso poner en marcha esta iniciativa.
Las sensaciones repartiendo los folletos fueron un poco variopintas. Mientras nos sentimos muy bien haciendo una acción a la misma hora que 150 personas por toda España, que pensamos que llegaba a la sensibilidad de la gente, recibimos un poco de todo, lo que menos, gente que se diese le vuelta y hablase con nosotros para pedir información (en toda la mañana una familia), y lo que nos sorprendió mucho fue la cantidad de gente que aún leyendo el folleto en su mano lo trataba como si se tratase del telepizza. En fin, queda mucho por hacer, pero acciones como esta contribuyen a que día a día el camino sea más llano.
Este era nuestro folleto, que después del susto de la errata de «ya lo hemos superado», me reconcilié con el y me encantó leer esa frase una y otra vez.
Y estos fuimos nosotros repartiendo folletos.

Gracias a todos los que sois donantes de médula, y a los que tratais de difundir el mensaje de que se informe más y se mejoren los recursos.

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Esto sólo es el comienzo…

El viernes fuimos al Ministerio, entregamos las firmas y estuvo muy bien saludarnos, conocernos en persona a algunos, ver amigos y familia que con su calor nos apoyaban. Echamos de menos a pelones que no pudieron venir, pero estuvieron en nuestros corazones.

Fue un día muy emocionante, fueron bastantes medios y le dieron bastante cobertura, La Ser, Telecinco, Onda Madrid, Canal Nou… Y además en Twitter volvimos a ser 1er Trending Topic de España durante casi dos horas.

Es cierto que ni el Ministerio nos ha escuchado y que ni siquiera van a tener en cuenta nuestra reclamación, pero confío en que esto sólo acabe de empezar y contagiemos a más gente con nuestro grito. El sistema, tiene, debe de cambiar.

Me quedo con un mensaje que compartí con los pelones y con el deseo y el coraje de que ésta lucha sólo acabe de empezar.

Hoy empieza todo 

Hoy es el día en el que nuestra lucha se va a escuchar en todos lados.
Hoy nuestras voces conseguirán que surjan otras muchas.
Hoy muchos piensan que nuestra tarea termina lo que no saben es que no vamos a parar hasta que esto cambie de verdad.
Hoy empieza a cambiar el sistema de medula en españa porque esto solo es el comienzo.
Hoy no termina un camino.
Hoy solo empieza.
vamos chic@s!!!!!!

El sábado por la mañana la Fundación Carreras organizó por toda España durante el día mundial de la Leucemia el «Experimento Valora la Vida» Una iniciativa increible que un buen día se le ocurrio a Yolanda, una chica de 24 años de Madrid que superó un linfoma de Hodgkin y quiso poner en marcha esta iniciativa.
Las sensaciones repartiendo los folletos fueron un poco variopintas. Mientras nos sentimos muy bien haciendo una acción a la misma hora que 150 personas por toda España, que pensamos que llegaba a la sensibilidad de la gente, recibimos un poco de todo, lo que menos, gente que se diese le vuelta y hablase con nosotros para pedir información (en toda la mañana una familia), y lo que nos sorprendió mucho fue la cantidad de gente que aún leyendo el folleto en su mano lo trataba como si se tratase del telepizza. En fin, queda mucho por hacer, pero acciones como esta contribuyen a que día a día el camino sea más llano.
Este era nuestro folleto, que después del susto de la errata de «ya lo hemos superado», me reconcilié con el y me encantó leer esa frase una y otra vez.
Y estos fuimos nosotros repartiendo folletos.

Gracias a todos los que sois donantes de médula, y a los que tratais de difundir el mensaje de que se informe más y se mejoren los recursos.

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100.000 personas cambiaremos el 22/06 el sistema #donamedula

En Pelones Peleones esta es nuestra batalla y la de todos los que querais apoyarla. Llevamos tiempo preparándola y ahora es el momento de empujar. Os necesitamos a todos. Necesitamos toda vuestra energía. Gracias de antemano.

El próximo 22 de junio a las 11 de la mañana estaremos en la puerta del Ministerio de Sanidad para exigir mejoras en el sistema de donación de médula y cordón umbilical ¿TE VIENES? 100.000 personas hemos firmado una petición para exigir al Ministerio de Sanidad que haga una mejora en el sistema de donación de médula. La cita es el próximo 22 de junio. Nos presentaremos todos los que podáis en la puerta del Ministerio con estas firmas, si no nos atiende la Ministra lo harán muchos medios de comunicación. Desde las redes también gritaremos #donamedula y lo llevaremos a Trending Topic en twitter como ya hiciéramos en enero. Estos son nuestros argumentos: infografía #donamedula Comparte esta infografía en tu blog copiando este código: <a title="infografía #donamedula" href="http://www.pelonespeleones.com/2012/06/12/100-000-cambiaremos-el-2206-el-sistema-donamedula"><img title="infografía #donamedula" src="http://www.pelonespeleones.com/wp-content/uploads/2012/06/infografia2.jpg" alt="infografía #donamedula" width="650" height="906" /></a>

Es necesario

  1. Porque cada año más de 5.000 personas reciben el diagnóstico de leucemia sin contar otras enfermedades como linfomas, síndromes mielodisplásicos, mielomas o aplasias medulares, que pueden requerir para su curación un trasplante de médula.
  2. Porque en España, no aparece donante para 4 de cada 10 pacientes, la gran mayoría gracias a registros de otros países.
  3. Porque la proximidad genética y geográfica es importante para encontrar un donante.

Situación de donantes en España

  1. Porque estamos a la cola de donantes de médula ósea con sólo 90.000 donantes en 20 años siendo de los últimos países del mundo en donantes de médula ósea. Y no es por falta de solidaridad, sino por falta de información.
  2. Porque el Plan Nacional de Donación de Médula que quieren poner en práctica sigue siendo insuficiente. Duplicar el número de donantes de médula en 4 años, del 0.2% de la población al 0.4% de la misma, SIGUE MANTENIENDONOS A LA COLA DE DONANTES!!

¿Por qué NO funciona el sistema actual?

  1. Porque el procedimiento es fácil, indoloro, salva vidas y NADIE LO SABE
  2. Porque sólo se necesitan 12 minutos para estar informado ¡mira el vídeo!
  3. Porque estamos hartos de mentiras y medias verdades. Cómo ve el Sr. Matesanz la donación de médula y cómo la vemos nosotros, premio WTF al Sr. Matesanz, Rafael Matesanz
  4. Porque queremos que se mejoren las infraestructuras para la donación, acabar con las listas de espera, teléfonos que no se cogen, mala información o nula por parte del personal sanitario que muchas veces no sabe responder las preguntas del posible donante o no saben donde dirigirle para que haga efectiva la donación y en algunos casos incluso son disuadidos por este mismo personal que debería incentivar la donación (Testimonios).
  5. Porque en Castilla La Mancha han eliminado el servicio de donación de médula, dejando a más de 700 personas en listas de espera.
  6. Porque no interesa. No hacen falta grandes recursos económicos para informar a la gente (diferentes iniciativas que hemos llevado a cabo sin un duro:

Soluciones

  1. INFORMAR – porque somos muchos los que creemos que es imprescindible
  2. Que se hagan campañas informativas y de concienciación a nivel nacional sobre la donación de médula dando a conocer que es una donación en vida y el procedimiento de aféresis, método utilizado en el 80% de los casos y gran desconocido, con el cual no hace falta anestesia, ni es doloroso ni peligroso para el paciente.
  3. Que se publique información en los CAP, Centros de Atención Primaria dependientes de la Sanidad Pública sobre la posibilidad de donar médula ósea o sangre de cordón umbilical.
  4. Que se informe a los donantes de sangre en los lugares de extracción de sangre sobre la posibilidad de donar médula ya que ellos son los potenciales donantes al tratarse de sangre.
  5. Que se informe obligatoriamente a todas las embarazadas como norma y derecho de las mismas sobre la posibilidad de donar su cordón umbilical.
  6. INSISTIR EN HACERSE DONANTE a pesar de las trabas que el sistema impone.
  • Listas de espera de meses
  • Teléfonos que no se cogen
  • Personal sanitario que no sabe informar o incluso desinforma o no sabe donde dirigir al futuro donante (Médicos de cabecera o sanitarios de las unidades móviles de extracción de sangre) para que haga efectiva la donación.
  • DENUNCIAR cualquier situación como la ocurrida en Castilla La Mancha donde 700 personas están en lista de espera para hacerse donante.
  • La cita el 22/06 a las 11:00

    El colectivo Pelones Peleones hemos recogido 100.000 firmas para exigir al Ministerio de Sanidad una campaña informativa y de concienciación a favor de la donación de médula ósea y de cordón. Si consideras justa esta petición es que eres un Pelón Peleón. Te esperamos el próximo viernes 22 de junio, a las 11:00 #donamedula en la puerta del Ministerio de Sanidad (Paseo del Prado, 18, 28014 Madrid) Ver mapa más grande

    Hasta entonces ayúdanos a difundirlo en tus redes y blog, puedes utilizar la infografía anterior o estos banners.

    Solidarios hasta la médula. Dona vida en vida. #donamedula #donacordon

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    100.000 personas cambiaremos el 22/06 el sistema #donamedula

    En Pelones Peleones esta es nuestra batalla y la de todos los que querais apoyarla. Llevamos tiempo preparándola y ahora es el momento de empujar. Os necesitamos a todos. Necesitamos toda vuestra energía. Gracias de antemano.

    El próximo 22 de junio a las 11 de la mañana estaremos en la puerta del Ministerio de Sanidad para exigir mejoras en el sistema de donación de médula y cordón umbilical ¿TE VIENES? 100.000 personas hemos firmado una petición para exigir al Ministerio de Sanidad que haga una mejora en el sistema de donación de médula. La cita es el próximo 22 de junio. Nos presentaremos todos los que podáis en la puerta del Ministerio con estas firmas, si no nos atiende la Ministra lo harán muchos medios de comunicación. Desde las redes también gritaremos #donamedula y lo llevaremos a Trending Topic en twitter como ya hiciéramos en enero. Estos son nuestros argumentos: infografía #donamedula Comparte esta infografía en tu blog copiando este código: <a title="infografía #donamedula" href="http://www.pelonespeleones.com/2012/06/12/100-000-cambiaremos-el-2206-el-sistema-donamedula"><img title="infografía #donamedula" src="http://www.pelonespeleones.com/wp-content/uploads/2012/06/infografia2.jpg" alt="infografía #donamedula" width="650" height="906" /></a>

    Es necesario

    1. Porque cada año más de 5.000 personas reciben el diagnóstico de leucemia sin contar otras enfermedades como linfomas, síndromes mielodisplásicos, mielomas o aplasias medulares, que pueden requerir para su curación un trasplante de médula.
    2. Porque en España, no aparece donante para 4 de cada 10 pacientes, la gran mayoría gracias a registros de otros países.
    3. Porque la proximidad genética y geográfica es importante para encontrar un donante.

    Situación de donantes en España

    1. Porque estamos a la cola de donantes de médula ósea con sólo 90.000 donantes en 20 años siendo de los últimos países del mundo en donantes de médula ósea. Y no es por falta de solidaridad, sino por falta de información.
    2. Porque el Plan Nacional de Donación de Médula que quieren poner en práctica sigue siendo insuficiente. Duplicar el número de donantes de médula en 4 años, del 0.2% de la población al 0.4% de la misma, SIGUE MANTENIENDONOS A LA COLA DE DONANTES!!

    ¿Por qué NO funciona el sistema actual?

    1. Porque el procedimiento es fácil, indoloro, salva vidas y NADIE LO SABE
    2. Porque sólo se necesitan 12 minutos para estar informado ¡mira el vídeo!
    3. Porque estamos hartos de mentiras y medias verdades. Cómo ve el Sr. Matesanz la donación de médula y cómo la vemos nosotros, premio WTF al Sr. Matesanz, Rafael Matesanz
    4. Porque queremos que se mejoren las infraestructuras para la donación, acabar con las listas de espera, teléfonos que no se cogen, mala información o nula por parte del personal sanitario que muchas veces no sabe responder las preguntas del posible donante o no saben donde dirigirle para que haga efectiva la donación y en algunos casos incluso son disuadidos por este mismo personal que debería incentivar la donación (Testimonios).
    5. Porque en Castilla La Mancha han eliminado el servicio de donación de médula, dejando a más de 700 personas en listas de espera.
    6. Porque no interesa. No hacen falta grandes recursos económicos para informar a la gente (diferentes iniciativas que hemos llevado a cabo sin un duro:

    Soluciones

    1. INFORMAR – porque somos muchos los que creemos que es imprescindible
    2. Que se hagan campañas informativas y de concienciación a nivel nacional sobre la donación de médula dando a conocer que es una donación en vida y el procedimiento de aféresis, método utilizado en el 80% de los casos y gran desconocido, con el cual no hace falta anestesia, ni es doloroso ni peligroso para el paciente.
    3. Que se publique información en los CAP, Centros de Atención Primaria dependientes de la Sanidad Pública sobre la posibilidad de donar médula ósea o sangre de cordón umbilical.
    4. Que se informe a los donantes de sangre en los lugares de extracción de sangre sobre la posibilidad de donar médula ya que ellos son los potenciales donantes al tratarse de sangre.
    5. Que se informe obligatoriamente a todas las embarazadas como norma y derecho de las mismas sobre la posibilidad de donar su cordón umbilical.
    6. INSISTIR EN HACERSE DONANTE a pesar de las trabas que el sistema impone.
    • Listas de espera de meses
    • Teléfonos que no se cogen
    • Personal sanitario que no sabe informar o incluso desinforma o no sabe donde dirigir al futuro donante (Médicos de cabecera o sanitarios de las unidades móviles de extracción de sangre) para que haga efectiva la donación.
  • DENUNCIAR cualquier situación como la ocurrida en Castilla La Mancha donde 700 personas están en lista de espera para hacerse donante.
  • La cita el 22/06 a las 11:00

    El colectivo Pelones Peleones hemos recogido 100.000 firmas para exigir al Ministerio de Sanidad una campaña informativa y de concienciación a favor de la donación de médula ósea y de cordón. Si consideras justa esta petición es que eres un Pelón Peleón. Te esperamos el próximo viernes 22 de junio, a las 11:00 #donamedula en la puerta del Ministerio de Sanidad (Paseo del Prado, 18, 28014 Madrid) Ver mapa más grande

    Hasta entonces ayúdanos a difundirlo en tus redes y blog, puedes utilizar la infografía anterior o estos banners.

    Solidarios hasta la médula. Dona vida en vida. #donamedula #donacordon

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    Las cuentas de Guzmán

    El sábado Guzmán se fue con su hermana a dormir a casa de la abuela y se nos olvidó meterle el pañal con el que suele dormir en la maleta. Llevaba varios días amaneciendo con el pañal seco, y ya habíamos dicho que cuando él estuviera preparado probábamos sin pañal.

    La noche fue bien y amaneció seco, así que el domingo probamos en casa, con mucha ilusión por su parte, pero se mojó. El lunes volvió a estar seco, y el martes otra vez se mojó. 

    Anoche, antes de dormir, le dice Eva: Guzmán, ¿has hecho pis? Ya sabes que es muy importante, para que no se te salga por la noche. Y me dice, con esa lengua de trapo: «Uy, es verdad, voy corriendo mamá, porque como me hago pis un día sí y un día no, y hoy me toca no, es muy importante hacerlo».
    Y, tal y como había predicho, esta mañana ha amanecido seco 🙂
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    Las cuentas de Guzmán

    El sábado Guzmán se fue con su hermana a dormir a casa de la abuela y se nos olvidó meterle el pañal con el que suele dormir en la maleta. Llevaba varios días amaneciendo con el pañal seco, y ya habíamos dicho que cuando él estuviera preparado probábamos sin pañal.

    La noche fue bien y amaneció seco, así que el domingo probamos en casa, con mucha ilusión por su parte, pero se mojó. El lunes volvió a estar seco, y el martes otra vez se mojó. 

    Anoche, antes de dormir, le dice Eva: Guzmán, ¿has hecho pis? Ya sabes que es muy importante, para que no se te salga por la noche. Y me dice, con esa lengua de trapo: «Uy, es verdad, voy corriendo mamá, porque como me hago pis un día sí y un día no, y hoy me toca no, es muy importante hacerlo».
    Y, tal y como había predicho, esta mañana ha amanecido seco 🙂
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    Lingos

    Hace unos meses conocimos virtualmente a Sandra, una chica que hace cosas muy chulas que muestra en su blog Lingosworld. Cuando nos conoció nos ofreció mandarnos un LINGO para cada cada uno, porque resulta que son mágicos, que despiertan sonrisas, «como los churros» decía. Así que cada uno eligió un animalito. Guzmán un gatito, y Martina un delfín. Nos llegaron la semana pasada y tengo que confirmar que son mágicos; desde entonces no han parado de sonreír cada vez que los ven y los cogen. El gatito ya se llamaba Vito, pero al delfín le hemos tenido que bautizar, de hecho es delfina, la delfina Luna. Gracias, Sandra, por enviarnos sonrisas con formas de animales de colores tan chulos.

    Por cierto, Guzmán siempre dice que si sonríes al gatito, el gatito te sonríe.

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    Lingos

    Hace unos meses conocimos virtualmente a Sandra, una chica que hace cosas muy chulas que muestra en su blog Lingosworld. Cuando nos conoció nos ofreció mandarnos un LINGO para cada cada uno, porque resulta que son mágicos, que despiertan sonrisas, «como los churros» decía. Así que cada uno eligió un animalito. Guzmán un gatito, y Martina un delfín. Nos llegaron la semana pasada y tengo que confirmar que son mágicos; desde entonces no han parado de sonreír cada vez que los ven y los cogen. El gatito ya se llamaba Vito, pero al delfín le hemos tenido que bautizar, de hecho es delfina, la delfina Luna. Gracias, Sandra, por enviarnos sonrisas con formas de animales de colores tan chulos.

    Por cierto, Guzmán siempre dice que si sonríes al gatito, el gatito te sonríe.

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    Saca ese Gandalf que llevas dentro

    Cuando sientas que ese demonio que te persigue detrás pisándote los talones está a punto de cogerte. Ese demonio cargado de miedos, inseguridades, cargado de esos “¿lo conseguiremos?”, ese demonio cargado de fatalidades, pesimismo, debilidad, frustración y victimismo, ese demonio que tan cerca has sentido por las noches y que incluso ha habitado tu propia piel, ese demonio que te incomoda con su aliento cada vez que te asomas a un rayo de sol… 

    Cuando le sientas cerca y a punto de atraparte a ti y a toda esa compañía que hace tu travesía más liviana, la positividad, el coraje, las sonrisas, la fe, la conexión, el aquí y el ahora, recuerda que llevas un Gandalf dentro cargado de magia, luz y determinación y dile a ese demonio exactamente lo mismo que dijo él y que lo escuche bien alto: ¡¡NO PUEDES PASAR!!

    Quizás te caigas. Quizás te agarre y creas que desapareces. Pero no te equivoques. Si lo haces será para volver lleno de luz y poder.

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    Saca ese Gandalf que llevas dentro

    Cuando sientas que ese demonio que te persigue detrás pisándote los talones está a punto de cogerte. Ese demonio cargado de miedos, inseguridades, cargado de esos “¿lo conseguiremos?”, ese demonio cargado de fatalidades, pesimismo, debilidad, frustración y victimismo, ese demonio que tan cerca has sentido por las noches y que incluso ha habitado tu propia piel, ese demonio que te incomoda con su aliento cada vez que te asomas a un rayo de sol… 

    Cuando le sientas cerca y a punto de atraparte a ti y a toda esa compañía que hace tu travesía más liviana, la positividad, el coraje, las sonrisas, la fe, la conexión, el aquí y el ahora, recuerda que llevas un Gandalf dentro cargado de magia, luz y determinación y dile a ese demonio exactamente lo mismo que dijo él y que lo escuche bien alto: ¡¡NO PUEDES PASAR!!

    Quizás te caigas. Quizás te agarre y creas que desapareces. Pero no te equivoques. Si lo haces será para volver lleno de luz y poder.

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    El peso del tiempo. (Maratón inacabado)

    Imagínate que un día te levantas de golpe con un chillido de alguien que te grita enaltecidamente al oído. Te incorporas. Te pones de pie, te miras. De repente llevas ropa de deportista, un dorsal y delante de ti hay una calle con un circuito trazado donde pone km. 0. Entonces, mirándote atónito, vuelves a escuchar el grito que oíste. ¡¡Vamos!! ¡¡Corre!!. E instintivamente te pones a correr. No sabes muy bien que pasa. Pero tú corres. Es lo que debes hacer. Pongamos que el deporte no es algo que hayas practicado demasiado a lo largo de tu vida. Digamos que la última vez fue cuando jugabas al rescate en el patio del colegio. Y tú estás ahí, corriendo.

    Al principio, corres fuerte. Te ves vestido de deportista y te descubres corriendo; las endorfinas comienzan a dispararse y el subidón empieza a llegar. El problema es que cuando llegas a los 100m y vas a tope caes en la cuenta de que no sabes cuánto va a durar. Vaya, y ¿esto qué será? ¿una carrera de 100m, 400, un kilómetro…? Y cuando ves el cartel del primer kilómetro de la maratón, no te lo puedes creer. Tú, que no has corrido en tu vida. Que no has elegido correr. No has regulado al principio, has corrido dándolo todo y empiezas a fatigarte. Te planteas parar. Pero vuelves a escuchar. ¡¡¡CORRE!!! Y mucho más alto. Sabes que por algún motivo no puedes parar. Es un asunto grave. Importante. Sólo sabes que debes correr. Y así, sin quererlo, estás en el medio de algo que pensaste que nunca te tocaría en la vida.

    Y piensas con afán de superación: “si estoy en estas, esto lo voy a correr, lo voy a hacer, lo voy a conseguir por mis santos cojones, y además lo voy a hacer de puta madre”. Y consigues producir aún más endorfinas para que el cerebro mantenga durante unos kilómetros más engañado al cuerpo. No sabes muy bien por qué pero unos metros después del kilómetro 5 te entran ganas de llorar. Y lloras profundamente. Tú no quieres correr. Te duelen las piernas. No estás preparado. Tú no eres deportista. No quieres estar en esa carrera. Y levantas la vista y ves la calle atestada de gente. Tu familia gritando ¡¡¡¡¡¡VENGA QUE TÚ PUEDES!!!!!! ¡¡¡¡VAMOS CAMPEÓN!!!!! ¡¡¡¡¡¡VAMOS!!!!!! ¡¡¡¡¡VAMOS!!!!, y la risa de los tuyos alentándote te contagia. Te hace sonreír, secarte las lágrimas, apretar los dientes y seguir convencido de que vas a terminar.

    Sigues corriendo y ya no hay tanta gente. Pero empiezan a aparecer aquellos que no conoces, que te dan ánimos. Que te hacen superar el dolor en los brazos, las piernas. Que te dan una botella de agua cuando tienes sed. Que te sonríen y a los que sonríes… Y te dan energía para seguir.

    El tiempo pasa. Ves pasar los 10 kilómetros. En general positivo. Con más fuerzas de las que jamás pensaste que ibas a tener. Sufres, pero sigues y con la mejor de las actitudes. 15 kilómetros y sigues corriendo. 17, vuelves a desfallecer, pero ahí vuelven a estar todos. Y son más, muchos más, ayudando. Apoyando. Y sigues. Llegas a los 20. Piensas: “la mitad; esto está chupado”. Y sigues corriendo. 21, tu primer calambre en una pierna, 22 en un brazo, 23. A los 25, por mirar tanto hacia delante, tropiezas con una piedra que no ves en el camino, te caes, te caes mal, y te haces una herida en la rodilla. Todo el mundo vuelve a estar ahí. Y tú vuelves a correr y vuelves a pensar. Voy a conseguirlo. Vamos a conseguirlo. Y sigues corriendo.

    El cansancio es intolerable. Las piernas te empiezan a pesar, 27, la herida te vuelve a doler, 28, no entiendes por qué te ha tocado a ti correr, 29, y vuelves a pensar. Voy a conseguirlo. A los 30 aparece un dolor agudo que nunca habías tenido. Son las piernas, los pies con ampollas, los brazos… pero lo que más te duele es el alma. Y miras el cartel del kilómetro 30. “Todavía falta mucho para llegar al 42” -escuchas a tu cerebro. Estás muy cansado, agotado. No puedes más. Por otro lado, más bajito, escuchas una vocecita tenue que dice: “vamos, tú puedes, lo vas a conseguir”.

    Y más o menos, más “más” que menos, así estoy. En medio de un maratón. Donde sé que falta poco para llegar, pero el tiempo pasa, y según pasa y pasa, pesa y pesa. Yo no elegí que mi hijo tuviera leucemia y se la diagnosticaron. Sé que vamos a llegar al final. Sé que estamos en esa lucha de no caernos y quedarnos en el suelo. Sé que mi actitud es más veces positiva que negativa. Sé que este camino me ha traído momentos de conciencia que nunca en mi vida había tenido. Pero estoy cansado de correr. Y cada fatiga o momento de debilidad se acumula al anterior. No es que ahora esté mal. No. Hoy sigo corriendo. Y las sonrisas de Guzmán me siguen iluminando el día para olvidarme de mis miedos. Pero esos días en los que no están ahí, los miedos me pillan desprevenido. Y me da miedo no llegar. Pero también me da miedo llegar y mirar hacia atrás pensando sólo en lo dura que fue la carrera y no en lo bueno que aprendimos en ella. Me da miedo no aprovechar esto para todo lo bueno que está surgiendo también entre nosotros. Y el equilibrio se hace complicado.

    A un lado de la balanza esa sensación de piloto automático, de seguir corriendo sin que las piernas sean mías, las endorfinas que riegan mi cuerpo desde la cabeza hasta la punta de los dedos de los pies, haciéndome sentir más vivo que nunca, y creer, creer que voy a poder con esta carrera y con todo lo que se ponga por delante, creer que esta carrera nos va a cambiar a mejor para siempre. Y al otro lado, los calambres, el maldito flato que no me deja respirar, la camiseta empapada de sudor raspando su tejido sobre mi piel, el dolor en la planta de los pies, en las rodillas en cada zancada, y el cansancio que se apodera de la fe en lo que puedes llegar a hacer secuestrándola en una caverna…

    Porque me siento muy identificado con lo que ha escrito Ainara en su último post, y cuanto más cerca me siento de la meta, más noto el peso del tiempo.

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    El peso del tiempo. (Maratón inacabado)

    Imagínate que un día te levantas de golpe con un chillido de alguien que te grita enaltecidamente al oído. Te incorporas. Te pones de pie, te miras. De repente llevas ropa de deportista, un dorsal y delante de ti hay una calle con un circuito trazado donde pone km. 0. Entonces, mirándote atónito, vuelves a escuchar el grito que oíste. ¡¡Vamos!! ¡¡Corre!!. E instintivamente te pones a correr. No sabes muy bien que pasa. Pero tú corres. Es lo que debes hacer. Pongamos que el deporte no es algo que hayas practicado demasiado a lo largo de tu vida. Digamos que la última vez fue cuando jugabas al rescate en el patio del colegio. Y tú estás ahí, corriendo.

    Al principio, corres fuerte. Te ves vestido de deportista y te descubres corriendo; las endorfinas comienzan a dispararse y el subidón empieza a llegar. El problema es que cuando llegas a los 100m y vas a tope caes en la cuenta de que no sabes cuánto va a durar. Vaya, y ¿esto qué será? ¿una carrera de 100m, 400, un kilómetro…? Y cuando ves el cartel del primer kilómetro de la maratón, no te lo puedes creer. Tú, que no has corrido en tu vida. Que no has elegido correr. No has regulado al principio, has corrido dándolo todo y empiezas a fatigarte. Te planteas parar. Pero vuelves a escuchar. ¡¡¡CORRE!!! Y mucho más alto. Sabes que por algún motivo no puedes parar. Es un asunto grave. Importante. Sólo sabes que debes correr. Y así, sin quererlo, estás en el medio de algo que pensaste que nunca te tocaría en la vida.

    Y piensas con afán de superación: “si estoy en estas, esto lo voy a correr, lo voy a hacer, lo voy a conseguir por mis santos cojones, y además lo voy a hacer de puta madre”. Y consigues producir aún más endorfinas para que el cerebro mantenga durante unos kilómetros más engañado al cuerpo. No sabes muy bien por qué pero unos metros después del kilómetro 5 te entran ganas de llorar. Y lloras profundamente. Tú no quieres correr. Te duelen las piernas. No estás preparado. Tú no eres deportista. No quieres estar en esa carrera. Y levantas la vista y ves la calle atestada de gente. Tu familia gritando ¡¡¡¡¡¡VENGA QUE TÚ PUEDES!!!!!! ¡¡¡¡VAMOS CAMPEÓN!!!!! ¡¡¡¡¡¡VAMOS!!!!!! ¡¡¡¡¡VAMOS!!!!, y la risa de los tuyos alentándote te contagia. Te hace sonreír, secarte las lágrimas, apretar los dientes y seguir convencido de que vas a terminar.

    Sigues corriendo y ya no hay tanta gente. Pero empiezan a aparecer aquellos que no conoces, que te dan ánimos. Que te hacen superar el dolor en los brazos, las piernas. Que te dan una botella de agua cuando tienes sed. Que te sonríen y a los que sonríes… Y te dan energía para seguir.

    El tiempo pasa. Ves pasar los 10 kilómetros. En general positivo. Con más fuerzas de las que jamás pensaste que ibas a tener. Sufres, pero sigues y con la mejor de las actitudes. 15 kilómetros y sigues corriendo. 17, vuelves a desfallecer, pero ahí vuelven a estar todos. Y son más, muchos más, ayudando. Apoyando. Y sigues. Llegas a los 20. Piensas: “la mitad; esto está chupado”. Y sigues corriendo. 21, tu primer calambre en una pierna, 22 en un brazo, 23. A los 25, por mirar tanto hacia delante, tropiezas con una piedra que no ves en el camino, te caes, te caes mal, y te haces una herida en la rodilla. Todo el mundo vuelve a estar ahí. Y tú vuelves a correr y vuelves a pensar. Voy a conseguirlo. Vamos a conseguirlo. Y sigues corriendo.

    El cansancio es intolerable. Las piernas te empiezan a pesar, 27, la herida te vuelve a doler, 28, no entiendes por qué te ha tocado a ti correr, 29, y vuelves a pensar. Voy a conseguirlo. A los 30 aparece un dolor agudo que nunca habías tenido. Son las piernas, los pies con ampollas, los brazos… pero lo que más te duele es el alma. Y miras el cartel del kilómetro 30. “Todavía falta mucho para llegar al 42” -escuchas a tu cerebro. Estás muy cansado, agotado. No puedes más. Por otro lado, más bajito, escuchas una vocecita tenue que dice: “vamos, tú puedes, lo vas a conseguir”.

    Y más o menos, más “más” que menos, así estoy. En medio de un maratón. Donde sé que falta poco para llegar, pero el tiempo pasa, y según pasa y pasa, pesa y pesa. Yo no elegí que mi hijo tuviera leucemia y se la diagnosticaron. Sé que vamos a llegar al final. Sé que estamos en esa lucha de no caernos y quedarnos en el suelo. Sé que mi actitud es más veces positiva que negativa. Sé que este camino me ha traído momentos de conciencia que nunca en mi vida había tenido. Pero estoy cansado de correr. Y cada fatiga o momento de debilidad se acumula al anterior. No es que ahora esté mal. No. Hoy sigo corriendo. Y las sonrisas de Guzmán me siguen iluminando el día para olvidarme de mis miedos. Pero esos días en los que no están ahí, los miedos me pillan desprevenido. Y me da miedo no llegar. Pero también me da miedo llegar y mirar hacia atrás pensando sólo en lo dura que fue la carrera y no en lo bueno que aprendimos en ella. Me da miedo no aprovechar esto para todo lo bueno que está surgiendo también entre nosotros. Y el equilibrio se hace complicado.

    A un lado de la balanza esa sensación de piloto automático, de seguir corriendo sin que las piernas sean mías, las endorfinas que riegan mi cuerpo desde la cabeza hasta la punta de los dedos de los pies, haciéndome sentir más vivo que nunca, y creer, creer que voy a poder con esta carrera y con todo lo que se ponga por delante, creer que esta carrera nos va a cambiar a mejor para siempre. Y al otro lado, los calambres, el maldito flato que no me deja respirar, la camiseta empapada de sudor raspando su tejido sobre mi piel, el dolor en la planta de los pies, en las rodillas en cada zancada, y el cansancio que se apodera de la fe en lo que puedes llegar a hacer secuestrándola en una caverna…

    Porque me siento muy identificado con lo que ha escrito Ainara en su último post, y cuanto más cerca me siento de la meta, más noto el peso del tiempo.

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