Duro de pelar

Y no me refiero a la peli de Clint Eastwood ni a la aberración canción de Rebeca, si no a lo que nos cuesta dormir al peque últimamente. No importa lo que haya dormido de siesta, lo que haya jugado, lo que haya corrido… Cuando acaba de cenar siempre quiere «ugar» un poco más.

Hasta ahora le dejábamos jugar un ratito y él solo, cuando se sentía cansado, pedía ir a dormir, pero no se que pasa este verano que ahora ya puede estar frotándose los ojos y medio durmiéndose que ahí sigue, al pie del cañón. Ni que fuera un soldado de guardia.

Lamamá no tiene problemas porque se lo lleva a la habitación, le enchufa la teta y se duerme. Pero claro, la pobre no quiere dormirlo todos los días porque ahí en la cama con el peque se está tan agustito que al final se duerme ella también y, claro, a veces también le apetece relajarse un poco viendo la tele o haciendo sus DIY esos que están tan de moda (y que vienen tan bien)

Yo reconozco que me hago el longuis, que a mi me gusta echar una partidita al ordenador por las noches (enganchadísimo al Football Manager que estoy) y si me pongo a dormir a JoanPetit me cuesta la vida… ¡que yo no tengo tetas!, bueno, sí que tengo, más chiquititas, pero no las quiere (creedme que lo he probado)

A veces le convenzo para subir en el carro y salir a pasear juntos al perro y, en estos casos, tengo un 50% de posibilidades de que se quede frito. Depende si hay cosas interesantes con las que entretenerse por el camino como el vuelo de una mosca o preguntar 80 veces si Nahual ya ha hecho pipi y caca.

Lo que es imposible es dormirle con cuentos. Le llevo a la cama diciéndole que le voy a leer un cuento y luego a dormir y él, a priori, parece dispuesto: «Siiiiii, papá, onter de la lluna» así que le leo el cuento de ¿A que sabe la luna? uno de sus favoritos. Cuando acabo y espero una escena como las de las películas en plan: «Venga hijo, ahora a dormir, te arropo y te doy un beso, que tengas felices sueños» y el nene se queda con sus ojitos cerrados plácidamente; la realidad me pega una ostia un golpe en los morros porque el peque se pone a saltar en la cama y dice «Ara onde iven os monstros» y se va corriendo a por su otro cuento favorito Donde viven los monstruos y cuando acabo ese, se va a por otro de sus cuentos favoritos, y luego otro, y otro, y otro….

Total que al final decido dejarle ir a jugar y ya se acostará cuando Lamamá se vaya a la cama, le de la teta y se quede frito. Total, es verano y no tiene que madrugar

Lamamá y yo discutimos a veces por esto pero, en el fondo, le estoy totalmente agradecido a ella y a sus tetas por el efecto somnífero que tienen en JoanPetit, yo solo no podría…

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Duro de pelar

Y no me refiero a la peli de Clint Eastwood ni a la aberración canción de Rebeca, si no a lo que nos cuesta dormir al peque últimamente. No importa lo que haya dormido de siesta, lo que haya jugado, lo que haya corrido… Cuando acaba de cenar siempre quiere «ugar» un poco más.

Hasta ahora le dejábamos jugar un ratito y él solo, cuando se sentía cansado, pedía ir a dormir, pero no se que pasa este verano que ahora ya puede estar frotándose los ojos y medio durmiéndose que ahí sigue, al pie del cañón. Ni que fuera un soldado de guardia.

Lamamá no tiene problemas porque se lo lleva a la habitación, le enchufa la teta y se duerme. Pero claro, la pobre no quiere dormirlo todos los días porque ahí en la cama con el peque se está tan agustito que al final se duerme ella también y, claro, a veces también le apetece relajarse un poco viendo la tele o haciendo sus DIY esos que están tan de moda (y que vienen tan bien)

Yo reconozco que me hago el longuis, que a mi me gusta echar una partidita al ordenador por las noches (enganchadísimo al Football Manager que estoy) y si me pongo a dormir a JoanPetit me cuesta la vida… ¡que yo no tengo tetas!, bueno, sí que tengo, más chiquititas, pero no las quiere (creedme que lo he probado)

A veces le convenzo para subir en el carro y salir a pasear juntos al perro y, en estos casos, tengo un 50% de posibilidades de que se quede frito. Depende si hay cosas interesantes con las que entretenerse por el camino como el vuelo de una mosca o preguntar 80 veces si Nahual ya ha hecho pipi y caca.

Lo que es imposible es dormirle con cuentos. Le llevo a la cama diciéndole que le voy a leer un cuento y luego a dormir y él, a priori, parece dispuesto: «Siiiiii, papá, onter de la lluna» así que le leo el cuento de ¿A que sabe la luna? uno de sus favoritos. Cuando acabo y espero una escena como las de las películas en plan: «Venga hijo, ahora a dormir, te arropo y te doy un beso, que tengas felices sueños» y el nene se queda con sus ojitos cerrados plácidamente; la realidad me pega una ostia un golpe en los morros porque el peque se pone a saltar en la cama y dice «Ara onde iven os monstros» y se va corriendo a por su otro cuento favorito Donde viven los monstruos y cuando acabo ese, se va a por otro de sus cuentos favoritos, y luego otro, y otro, y otro….

Total que al final decido dejarle ir a jugar y ya se acostará cuando Lamamá se vaya a la cama, le de la teta y se quede frito. Total, es verano y no tiene que madrugar

Lamamá y yo discutimos a veces por esto pero, en el fondo, le estoy totalmente agradecido a ella y a sus tetas por el efecto somnífero que tienen en JoanPetit, yo solo no podría…

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El ataque de la abeja asesina

Bueno, a lo mejor el título es algo exagerado, en realidad la abeja no atacó, solo se paseó unos segundos por el interior del coche pero eso dio lugar a una divertida conversación con el peque.

La protagonista de nuestra historia también quería conducir.

Resulta que esta semana pasada estuve de vacaciones, por lo que he tenido tiempo de hacer cosas con JoanPetit. Un día decidí llevarlo al pinar que es una pinada estupenda que tenemos en el Grao de Castellón con columpios para los nenes, paelleros para cocinar y pasar el día, una piscina municipal y donde las ardillas campan a sus anchas haciendo de Oso Yogui para robar la comida a los excursionistas.

Cuando íbamos de camino el peque y yo en el coche (con  las ventanillas abiertas ya que mi troncomovil no tiene aire acondicionado), noto un pequeño impacto en mi mejilla y, al bajar la vista, descubro en mi pierna una abeja aun conmocionada por el golpe contra mi cara-dura. Conservando la calma (es decir al grito de ¡UNA ABEJA!, ¡UNA ABEJA!) paro el coche en la cuneta para intentar convencer al insecto de que será más feliz zumbando por el campo que en el interior de mi utilitario.

Mientras tanto, JoanPetit al oír mis gritos, empieza a mirar por todas partes y preguntando: «¿onde papá, onde?», yo le señalé a la invasora y le dije «ahí» y el nene miró a la abeja y, acto seguido, se me queda mirando con cara de «pero ¿qué habré hecho yo para que me toque un padre tan tonto?, ¿es que en otra vida fui el inventor del Farmville?» y me contesta «Papá eso no é una eja la eja hase Beeeeeee»

Y en ese momento me imaginé a un animal mitad abeja mitad oveja, algo así como el abejonejo del anuncio.

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El ataque de la abeja asesina

Bueno, a lo mejor el título es algo exagerado, en realidad la abeja no atacó, solo se paseó unos segundos por el interior del coche pero eso dio lugar a una divertida conversación con el peque.

La protagonista de nuestra historia también quería conducir.

Resulta que esta semana pasada estuve de vacaciones, por lo que he tenido tiempo de hacer cosas con JoanPetit. Un día decidí llevarlo al pinar que es una pinada estupenda que tenemos en el Grao de Castellón con columpios para los nenes, paelleros para cocinar y pasar el día, una piscina municipal y donde las ardillas campan a sus anchas haciendo de Oso Yogui para robar la comida a los excursionistas.

Cuando íbamos de camino el peque y yo en el coche (con  las ventanillas abiertas ya que mi troncomovil no tiene aire acondicionado), noto un pequeño impacto en mi mejilla y, al bajar la vista, descubro en mi pierna una abeja aun conmocionada por el golpe contra mi cara-dura. Conservando la calma (es decir al grito de ¡UNA ABEJA!, ¡UNA ABEJA!) paro el coche en la cuneta para intentar convencer al insecto de que será más feliz zumbando por el campo que en el interior de mi utilitario.

Mientras tanto, JoanPetit al oír mis gritos, empieza a mirar por todas partes y preguntando: «¿onde papá, onde?», yo le señalé a la invasora y le dije «ahí» y el nene miró a la abeja y, acto seguido, se me queda mirando con cara de «pero ¿qué habré hecho yo para que me toque un padre tan tonto?, ¿es que en otra vida fui el inventor del Farmville?» y me contesta «Papá eso no é una eja la eja hase Beeeeeee»

Y en ese momento me imaginé a un animal mitad abeja mitad oveja, algo así como el abejonejo del anuncio.

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Viernes dando la nota: Cargol treu banya

Hoy se me había olvidado el #VDLN, es lo que tiene estar de vacaciones… Ni siquiera había pensado una canción así que le he preguntado a JoanPetit que me dijera una canción y enseguida me ha cantado esta que cantan a la escoleta: Cargol treu banya.

Al ir a buscarla en youtube, me he encontrado con este grupo infantil: Mainasons, que se dedican a versionar canciones catalanas con ritmos modernos, en este caso reagge.

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Viernes dando la nota: Cargol treu banya

Hoy se me había olvidado el #VDLN, es lo que tiene estar de vacaciones… Ni siquiera había pensado una canción así que le he preguntado a JoanPetit que me dijera una canción y enseguida me ha cantado esta que cantan a la escoleta: Cargol treu banya.

Al ir a buscarla en youtube, me he encontrado con este grupo infantil: Mainasons, que se dedican a versionar canciones catalanas con ritmos modernos, en este caso reagge.

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Hay que perder esta barriga

Yo siempre había sido un tipo delgado, rozando la delgadez extrema… Hasta que encontré un trabajo que podía hacer sentado y ahí comenzó la debacle.

No es que ahora esté tan gordo que no pueda caminar pero lo cierto es que mi barriga empieza a alcanzar un tamaño considerable. Algunos «amigos» incluso la han comparado con la de Lamamá, pero claro, ella en un par de meses la perderá en el paritorio.

Nunca he sido muy amante de los gimnasios. Esos machotes musculados, pelados, haciendo pesas como si les fuera la vida en ello me imponen mucho respeto. Me recuerdan a mi tierna adolescencia cuando entraba a la discoteca rápidamente sin apenas mirar a los ojos al de seguridad no vaya a ser que me pida el carnet y me quede otro fin de semana sin ver a la chica que me gusta (y a la que, por supuesto, no voy a decir nada que me muero de la vergüenza)

Así que, pese a que siempre he dicho que correr es de cobardes, he rescatado las viejas zapatillas que compré cuando decidí apuntarme al equipo de futbito de mi hermano (al que solo me presenté a un partido), que después utilicé para jugar un par de partidas de padel aprovechando que un amigo tenia pista en la urbanización y que, desde entonces, vivían felizmente en el fondo del armario, igual que Willow (la de Buffy cazavampiros) en las primeras temporadas.

Así es como me veo cuando salgo a correr

He empezado con un entrenamiento suave. Camino, corro 1 ó 2 minutos y vuelvo a caminar. Poco a poco iré subiendo el ritmo. El motivo de este post es que como normalmente tengo menos fuerza de voluntad que Hank Moody ante una vagina, a ver si compartiéndolo con vosotros me animo a no dejarlo, al menos en unos meses.

Si hay algún o alguna runner entre los lectores y me quiere dejar algunos consejos, los acepto encantado ¡Faltaría más! pero recordad que mi intención no es presentarme a la próxima edición del Iron Man, solo decirle adios a mi barriga.

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Hay que perder esta barriga

Yo siempre había sido un tipo delgado, rozando la delgadez extrema… Hasta que encontré un trabajo que podía hacer sentado y ahí comenzó la debacle.

No es que ahora esté tan gordo que no pueda caminar pero lo cierto es que mi barriga empieza a alcanzar un tamaño considerable. Algunos «amigos» incluso la han comparado con la de Lamamá, pero claro, ella en un par de meses la perderá en el paritorio.

Nunca he sido muy amante de los gimnasios. Esos machotes musculados, pelados, haciendo pesas como si les fuera la vida en ello me imponen mucho respeto. Me recuerdan a mi tierna adolescencia cuando entraba a la discoteca rápidamente sin apenas mirar a los ojos al de seguridad no vaya a ser que me pida el carnet y me quede otro fin de semana sin ver a la chica que me gusta (y a la que, por supuesto, no voy a decir nada que me muero de la vergüenza)

Así que, pese a que siempre he dicho que correr es de cobardes, he rescatado las viejas zapatillas que compré cuando decidí apuntarme al equipo de futbito de mi hermano (al que solo me presenté a un partido), que después utilicé para jugar un par de partidas de padel aprovechando que un amigo tenia pista en la urbanización y que, desde entonces, vivían felizmente en el fondo del armario, igual que Willow (la de Buffy cazavampiros) en las primeras temporadas.

Así es como me veo cuando salgo a correr

He empezado con un entrenamiento suave. Camino, corro 1 ó 2 minutos y vuelvo a caminar. Poco a poco iré subiendo el ritmo. El motivo de este post es que como normalmente tengo menos fuerza de voluntad que Hank Moody ante una vagina, a ver si compartiéndolo con vosotros me animo a no dejarlo, al menos en unos meses.

Si hay algún o alguna runner entre los lectores y me quiere dejar algunos consejos, los acepto encantado ¡Faltaría más! pero recordad que mi intención no es presentarme a la próxima edición del Iron Man, solo decirle adios a mi barriga.

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Viernes dando la nota: Ciervos, corzos y gacelas

¡Feliz Viernes!

La semana pasada, algunas lectoras me comentasteis que nunca habíais oído nada de La Polla Records, así esta semana repito y os pongo otra de este gran grupo.

Pese al nombre y a su crítica social en la mayoría de sus letras, tienen también una canción que habla simple y llanamente de amor.

En el vídeo que os pongo, al final de la canción hay una entrevista a Evaristo (letrista y cantante) en la que nos dice porqué c…nes la canción se llama Ciervos, corzos y gacelas que no tiene nada que ver el título con el tema.. y a santo de qué se le ocurrió escribir una canción de amor.

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Viernes dando la nota: Ciervos, corzos y gacelas

¡Feliz Viernes!

La semana pasada, algunas lectoras me comentasteis que nunca habíais oído nada de La Polla Records, así esta semana repito y os pongo otra de este gran grupo.

Pese al nombre y a su crítica social en la mayoría de sus letras, tienen también una canción que habla simple y llanamente de amor.

En el vídeo que os pongo, al final de la canción hay una entrevista a Evaristo (letrista y cantante) en la que nos dice porqué c…nes la canción se llama Ciervos, corzos y gacelas que no tiene nada que ver el título con el tema.. y a santo de qué se le ocurrió escribir una canción de amor.

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Las cosas del bilingüismo

Antes de que naciera el peque decidimos que íbamos a darle una educación bilingüe. Estaréis pensando «que crack elpapadejoanpe que le habla a su hijo en inglés» Bueno, pues no exáctamente, mi nivel de inglés es del tipo «a cup of café con leche in Plaza Mayor», así que los idiomas que le enseñamos a JoanPetit son el castellano y el valenciano.

Cuando empiezas a leer sobre el tema, puedes observar que siempre se recomienda que cada uno de los padres le hable en uno de los dos idiomas; por lo que Lamamá le habla siempre en castellano y yo siempre me dirijo a él en valenciano.

Visto así, parece muy sencillo y lógico. De esta manera el nene no se hace ningún lío y empieza a distinguir las dos lenguas desde antes incluso de empezar a hablar. El problema viene cuando precisamente comienzan con sus primeras frases. Si ya les cuesta la pronunciación de muchas palabras y tienen que dominar su lengua de trapo, imaginad encima lo de hablar a cada uno de los papás en su lengua… ¡Menudo mareo!

El culpable de la confusión de JoanPetit

Luego pasa lo que pasa, el otro día, mientras el peque estaba sentado en su trono haciendo sus cosas, me señala el grifo y me pregunta «Papá ¿que es eso?» (me lo preguntó en perfecto castellano, pero bueno, estoy acostumbrado) y yo le respondí «l’aixeta» El niño me miro extrañado y sonríendo como diciendo que tonto es mi padre que se ha equivocado, me contestó «Noooooooo, es un guifo» A mi se me ocurrió contestarle «Si, mamá li diu grifo, pero papà li diu aixeta» Y ahí ya JoanPetit se hizo la picha un lío. Me miro, puso cara de extrañeza y preguntó «¿Y yo?»… Durante unos instantes me quedé en blanco, pero al final le dije «Tu li pots dir com vullgues, al cap i a la fí només es una llengua» (Llámalo como quieras, al fin y al cabo solo es una lengua). Frase con la que creía estar dándole una gran lección de respeto y tolerancia pero que no caló en él porque lo siguiente que me dijo fue «Papá ya etá, limpia el cul»

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Las cosas del bilingüismo

Antes de que naciera el peque decidimos que íbamos a darle una educación bilingüe. Estaréis pensando «que crack elpapadejoanpe que le habla a su hijo en inglés» Bueno, pues no exáctamente, mi nivel de inglés es del tipo «a cup of café con leche in Plaza Mayor», así que los idiomas que le enseñamos a JoanPetit son el castellano y el valenciano.

Cuando empiezas a leer sobre el tema, puedes observar que siempre se recomienda que cada uno de los padres le hable en uno de los dos idiomas; por lo que Lamamá le habla siempre en castellano y yo siempre me dirijo a él en valenciano.

Visto así, parece muy sencillo y lógico. De esta manera el nene no se hace ningún lío y empieza a distinguir las dos lenguas desde antes incluso de empezar a hablar. El problema viene cuando precisamente comienzan con sus primeras frases. Si ya les cuesta la pronunciación de muchas palabras y tienen que dominar su lengua de trapo, imaginad encima lo de hablar a cada uno de los papás en su lengua… ¡Menudo mareo!

El culpable de la confusión de JoanPetit

Luego pasa lo que pasa, el otro día, mientras el peque estaba sentado en su trono haciendo sus cosas, me señala el grifo y me pregunta «Papá ¿que es eso?» (me lo preguntó en perfecto castellano, pero bueno, estoy acostumbrado) y yo le respondí «l’aixeta» El niño me miro extrañado y sonríendo como diciendo que tonto es mi padre que se ha equivocado, me contestó «Noooooooo, es un guifo» A mi se me ocurrió contestarle «Si, mamá li diu grifo, pero papà li diu aixeta» Y ahí ya JoanPetit se hizo la picha un lío. Me miro, puso cara de extrañeza y preguntó «¿Y yo?»… Durante unos instantes me quedé en blanco, pero al final le dije «Tu li pots dir com vullgues, al cap i a la fí només es una llengua» (Llámalo como quieras, al fin y al cabo solo es una lengua). Frase con la que creía estar dándole una gran lección de respeto y tolerancia pero que no caló en él porque lo siguiente que me dijo fue «Papá ya etá, limpia el cul»

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Fin de semana con los compañeros de la guarde (episodio 2)

Como os contaba en esta entrada, el mes pasado estuvimos compartiendo un fin de semana con los compañeros de la escoleta de JoanPetit y sus papis. Si el primer día fue intenso, el segundo no se quedó atrás. Sentaos y poneos cómodos.

El domingo, después de desayunar, teníamos prevista una mañana para ver los animales. Los padres nos dividimos en dos grupos: unos iríamos con los peques a la granja mientras que otros se quedarían para preparar la masa de las rosquilletas que harían luego. A mi me tocó ir con el peque y a Lamamá hacer de panadera.

Lo primero fue ir a ordeñar a la vaca. De los peques solo se atrevieron los más valientes pero los papás (varones) nos lanzamos todos cuando nos tocó el turno, no sé si por eso de tocar una teta diferente a la de nuestras respectivas o qué pero el caso es que nos apuntamos la mayoría al ordeñe.

Aquí estoy sacando leche.

 Después vimos a las ovejas y a los corderitos donde los niños le dieron el biberón a los más chiquitines. A JoanPetit le encantó eso de alimentar al animalito.

El peque no quería soltar el bibe

Pero donde más disfrutaron los peques fue con las gallinas. Primero recogieron los huevos que habían puesto y contaron cuantos habían y después, les dieron de comer el maíz. ¡Se partían de risa cuando las gallinas les picoteaban las manos llenas de comida!. El peque recogía maíz del suelo y todo para repetir.

Pitas, pitas

Una vez acabada la visita a la granja, los nenes se pusieron el delantal y comenzaron la elaboración de las rosquilletas que luego nos comimos junto al postre y que estaban buenísimas.

Con Lamamá haciendo las rosquilletas.

Y así pasó un fin de semana muy divertido. Vamos a echar de menos a los compañeros de la escoleta el año que viene cuando el peque ya pase al cole de infantil… ¡Qué rápido crecen!

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Fin de semana con los compañeros de la guarde (episodio 2)

Como os contaba en esta entrada, el mes pasado estuvimos compartiendo un fin de semana con los compañeros de la escoleta de JoanPetit y sus papis. Si el primer día fue intenso, el segundo no se quedó atrás. Sentaos y poneos cómodos.

El domingo, después de desayunar, teníamos prevista una mañana para ver los animales. Los padres nos dividimos en dos grupos: unos iríamos con los peques a la granja mientras que otros se quedarían para preparar la masa de las rosquilletas que harían luego. A mi me tocó ir con el peque y a Lamamá hacer de panadera.

Lo primero fue ir a ordeñar a la vaca. De los peques solo se atrevieron los más valientes pero los papás (varones) nos lanzamos todos cuando nos tocó el turno, no sé si por eso de tocar una teta diferente a la de nuestras respectivas o qué pero el caso es que nos apuntamos la mayoría al ordeñe.

Aquí estoy sacando leche.

 Después vimos a las ovejas y a los corderitos donde los niños le dieron el biberón a los más chiquitines. A JoanPetit le encantó eso de alimentar al animalito.

El peque no quería soltar el bibe

Pero donde más disfrutaron los peques fue con las gallinas. Primero recogieron los huevos que habían puesto y contaron cuantos habían y después, les dieron de comer el maíz. ¡Se partían de risa cuando las gallinas les picoteaban las manos llenas de comida!. El peque recogía maíz del suelo y todo para repetir.

Pitas, pitas

Una vez acabada la visita a la granja, los nenes se pusieron el delantal y comenzaron la elaboración de las rosquilletas que luego nos comimos junto al postre y que estaban buenísimas.

Con Lamamá haciendo las rosquilletas.

Y así pasó un fin de semana muy divertido. Vamos a echar de menos a los compañeros de la escoleta el año que viene cuando el peque ya pase al cole de infantil… ¡Qué rápido crecen!

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Viernes dando la nota: Hoy es el futuro

Ya estamos aquí, otro viernes más (últimamente solo publico los viernes a ver si me pongo las pilas que al final me vais a abandonar por vago) con musiquita. Hoy os traigo una de La Polla, uno de mis top 10 de grupos 🙂

La canción, a decir verdad, tiene una letra muy delicada cosa rara en esta banda. No future, ese ha sido el eslogan del punk y La Polla Records lo refleja en este tema.

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Viernes dando la nota: Hoy es el futuro

Ya estamos aquí, otro viernes más (últimamente solo publico los viernes a ver si me pongo las pilas que al final me vais a abandonar por vago) con musiquita. Hoy os traigo una de La Polla, uno de mis top 10 de grupos 🙂

La canción, a decir verdad, tiene una letra muy delicada cosa rara en esta banda. No future, ese ha sido el eslogan del punk y La Polla Records lo refleja en este tema.

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Viernes dando la nota: La mano de Dios

Estamos en plena cita mundialista y aunque el fútbol-negocio no me atrae para nada (mi equipo del alma, el CD Castellón ahora en tercera, lo ha sufrido en propias carnes) siempre sigo el mundial porque  es fútbol en estado puro, aunque España haga el ridículo como este año.

Canciones futboleras hay muchas, pero una de las que más me gustan es esta, en la que se habla del mejor futbolista de la historia, Diego Armando Maradona: La mano de Dios que, por si alguien no lo sabe, se le conoce así por este gol que marcó con la mano en el mundial de Mexico 86.

Y aquí tenéis el tema de el «potro» Rodrigo en el que se canta la trayectoria del astro argentino nombrando incluso sus problemas con la cocaína:


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Viernes dando la nota: La mano de Dios

Estamos en plena cita mundialista y aunque el fútbol-negocio no me atrae para nada (mi equipo del alma, el CD Castellón ahora en tercera, lo ha sufrido en propias carnes) siempre sigo el mundial porque  es fútbol en estado puro, aunque España haga el ridículo como este año.

Canciones futboleras hay muchas, pero una de las que más me gustan es esta, en la que se habla del mejor futbolista de la historia, Diego Armando Maradona: La mano de Dios que, por si alguien no lo sabe, se le conoce así por este gol que marcó con la mano en el mundial de Mexico 86.

Y aquí tenéis el tema de el «potro» Rodrigo en el que se canta la trayectoria del astro argentino nombrando incluso sus problemas con la cocaína:


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Viernes dando la nota: Adivina Adivinanza

Me vais a permitir que aparque momentáneamente los Viernes dando la Nota temáticos porque este sábado es el cumple de Lamamá y, para celebrarlo, nos vamos de viaje con el peque a una preciosa ciudad española.

Así que os propongo un juego, la canción de hoy contiene una pista sobre dicha ciudad. Además es de los Enanitos Verdes, que a Lamamá le encantan ¿Sois capaces de adivinar a dónde nos vamos?

Creo que es bastante fácil.

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Viernes dando la nota: Adivina Adivinanza

Me vais a permitir que aparque momentáneamente los Viernes dando la Nota temáticos porque este sábado es el cumple de Lamamá y, para celebrarlo, nos vamos de viaje con el peque a una preciosa ciudad española.

Así que os propongo un juego, la canción de hoy contiene una pista sobre dicha ciudad. Además es de los Enanitos Verdes, que a Lamamá le encantan ¿Sois capaces de adivinar a dónde nos vamos?

Creo que es bastante fácil.

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