Que las pequeñas batallas sean victorias felices

A veces olvidamos que esas personitas que tenemos a nuestro
cuidado son solamente niños, son inocentes y, en la mayoría de veces, lo único
que quieren o saben hacer es jugar y nosotros, ya bastante echados a perder,
creemos que tenemos que imponerle las cosas para que nos hagan caso, sin darnos
cuenta que el mismo tiempo que utilizamos en enojarnos, pelear y tratar de
obligar al chiriz a hacer algo, lo podríamos aplicar en jugar hasta que el niño
haga lo que necesitamos, logrando un resultado positivo para ambas partes:
nuestro hijo es feliz y nosotros nos llevamos un buen sabor de boca que seguro
nos durará todo el día. Si me preguntan creo que son más como gatitos, al menos
en mi caso.

Mi niña es extremadamente juguetona, a sus dos años y medio
todo lo que hace es jugando y, a veces, yo “no tengo el tiempo” para lidiar con
eso. Por las mañanas llegamos al carro, guardo su mochila y hago el esfuerzo
por sentarla en su sillita, ella se zafa y se pasa el asiento del piloto porque
quiere jugar a que es el papá y yo el hijo y va a manejar. Luego de algunos
enojos y frustraciones me di cuenta que podía controlar yo el juego haciéndole
cosquillas, tirándola al aire y diciéndole palabras que le causan gracia como “niña
traviesa” o “pícara”, ella reacciona con risas y su actitud es más dócil pues
simplemente ya jugamos un ratito que era lo que ella quería.

Otro escenario fue una ocasión en la que yo me estaba leyendo
algo en la Tablet, ella se acercó a mí y lo tomó, yo le dije que estaba leyendo
y su reacción fue decirme que ella me lo iba a leer, yo traté de ser paciente y
esperé mientras ella sacaba de su imaginación una linda historia que no pude
apreciar porque necesitaba continuar con mi lectura. Al ratito ella se levantó,
me devolvió la Tablet y se retiró, a los pocos minutos se acercó y volvió a insistir
en que yo dejara de leer, yo no entendía que estaba pasando y pensé que lo
único que ella quería era que yo le diera el dispositivo para ver los videos
infantiles que le encantan, así que opté por guardarlo un poco molesto. En esas
estaba cuando escuché que mi esposa le decía: “Vení, Isabel, vamos a jugar a tu
cuarto”, fue cuando entendí que mi niña sólo quería mi atención y jugar conmigo…
en ese momento me sentí morir del cargo de conciencia.

La moraleja de la historia es algo que leí en alguna
ocasión: Los niños tienen su mundo, en vez de querer sacarlos hacia el nuestro
mejor nosotros entremos al de ellos. Se los dejo de consejo y les deseo ¡una
feliz paternidad!

EscritorDeEscritorio

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Cuando vamos del Nombre al ¡No’mbre!

¿Qué tal, padres en proceso? Un proceso largo pero muy
satisfactorio, lleno de altibajos y sorpresas para las cuales seguramente no
estás preparado y te llevarán a enfrentarte a vos mismo, seguro llegarás a
conocer a tu “verdadero yo” y a convertirte en un padre hecho y derecho.

Hablemos del desarrollo de esa panza hermosa que envuelve a
tu retoño y toquemos la decimoprimera semana de gestación.

Para este momento el muchachito o muchachita está casi completamente
formado y tiene un tamaño similar al de un higo, aproximadamente 4 centímetros
de cabeza a rabadilla, y pesa más o menos 7 onzas. Además, se están formando
sus dientes dentro de las encías, listos para salir cuando sea el momento.
Algunos huesos ya se han endurecido y otros están en ese proceso. Debo hacer la
aclaración que los huesos del cráneo llegarán a endurecerse pero no a unirse
del todo ya que necesitan tener cierto juego para que en el momento del parto
puedan pasar por el cuello del útero y la pelvis. Además ya ha crecido su
repertorio de movimientos como por ejemplo que ahora ya se estira y se mueve
libremente en el líquido amniótico, aunque tu pareja aun no pueda sentirlo. Una
curiosidad de los fetos en este período es que les comienza a dar hipo.

Algo que tenés que saber es que tu pareja en este momento
puede comenzar a sentir dolores en el bajo vientre, similares a los “cólicos”
que padece durante su menstruación, esto sucede por varias razones: en primer
lugar el útero va creciendo y en segundo lugar las hormonas hacen que el
sistema digestivo se vuelva más lento lo que produce, además, incomodidad y
sensación de hinchazón.

Eso es en cuanto al desarrollo del bebé, siempre conviene
saber qué es lo que está pasando y cómo la está pasando tu pareja. Ahora
hablemos de los nombres para el o la bebé.

Existe la costumbre de ponerle dos nombres, pero hay parejas
que prefieren uno sólo, además están los nombres compuestos y excepciones como
aquellos que tienen tres. Algunos padres deciden el nombre del bebé de acuerdo
a la tendencia, es por eso que hay mucha gente con nombres y edades similares.
En épocas pasadas se nombraba a los infantes en honor a algún antepasado o
según el día en que nacieron de acuerdo a un santoral. Pero, si más bien desean
elegir algún nombre diferente o en base a su significado, existen libros y
sitios en la red que pueden ser consultados para este efecto, lo importante es
que estén conscientes que esta será la forma en que su hijo amado se va a identificar
por el resto de su vida así que si realmente le desean el bien, háganle el
favor y pónganle un nombre normal, pueden por ejemplo hacerse la pregunta de
cómo se sentirían ustedes si se hubieran llamado así.

Y pues ahí les dejo la propuesta, espero que la consideren.
Por el momento me despido y espero que nos leamos pronto.

¡Feliz paternidad!

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Cuando vamos del Nombre al ¡No’mbre!

¿Qué tal, padres en proceso? Un proceso largo pero muy
satisfactorio, lleno de altibajos y sorpresas para las cuales seguramente no
estás preparado y te llevarán a enfrentarte a vos mismo, seguro llegarás a
conocer a tu “verdadero yo” y a convertirte en un padre hecho y derecho.

Hablemos del desarrollo de esa panza hermosa que envuelve a
tu retoño y toquemos la decimoprimera semana de gestación.

Para este momento el muchachito o muchachita está casi completamente
formado y tiene un tamaño similar al de un higo, aproximadamente 4 centímetros
de cabeza a rabadilla, y pesa más o menos 7 onzas. Además, se están formando
sus dientes dentro de las encías, listos para salir cuando sea el momento.
Algunos huesos ya se han endurecido y otros están en ese proceso. Debo hacer la
aclaración que los huesos del cráneo llegarán a endurecerse pero no a unirse
del todo ya que necesitan tener cierto juego para que en el momento del parto
puedan pasar por el cuello del útero y la pelvis. Además ya ha crecido su
repertorio de movimientos como por ejemplo que ahora ya se estira y se mueve
libremente en el líquido amniótico, aunque tu pareja aun no pueda sentirlo. Una
curiosidad de los fetos en este período es que les comienza a dar hipo.

Algo que tenés que saber es que tu pareja en este momento
puede comenzar a sentir dolores en el bajo vientre, similares a los “cólicos”
que padece durante su menstruación, esto sucede por varias razones: en primer
lugar el útero va creciendo y en segundo lugar las hormonas hacen que el
sistema digestivo se vuelva más lento lo que produce, además, incomodidad y
sensación de hinchazón.

Eso es en cuanto al desarrollo del bebé, siempre conviene
saber qué es lo que está pasando y cómo la está pasando tu pareja. Ahora
hablemos de los nombres para el o la bebé.

Existe la costumbre de ponerle dos nombres, pero hay parejas
que prefieren uno sólo, además están los nombres compuestos y excepciones como
aquellos que tienen tres. Algunos padres deciden el nombre del bebé de acuerdo
a la tendencia, es por eso que hay mucha gente con nombres y edades similares.
En épocas pasadas se nombraba a los infantes en honor a algún antepasado o
según el día en que nacieron de acuerdo a un santoral. Pero, si más bien desean
elegir algún nombre diferente o en base a su significado, existen libros y
sitios en la red que pueden ser consultados para este efecto, lo importante es
que estén conscientes que esta será la forma en que su hijo amado se va a identificar
por el resto de su vida así que si realmente le desean el bien, háganle el
favor y pónganle un nombre normal, pueden por ejemplo hacerse la pregunta de
cómo se sentirían ustedes si se hubieran llamado así.

Y pues ahí les dejo la propuesta, espero que la consideren.
Por el momento me despido y espero que nos leamos pronto.

¡Feliz paternidad!

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Como tú me hables hoy, yo te hablaré mañana.

Es increíble ver cómo una personita que no tiene ni 18 meses de vida tiene ya tan definido su carácter. Lo obliga a uno a preguntarse qué tanta influencia ha tenido sobre esa persona y de qué modo esta influencia ha “sesgado” su carácter.

Al escribir esto viene a mi memoria el momento en que mi hija aprendió a decir “no”. Fue una de sus primeras palabras en ser pronunciadas y en venir acompañadas de un gesto de su manita que aún blande como sable cuando la utiliza. No siempre ha sido una respuesta como cuando uno le pregunta si quiere sentarse acá o escuchar tal canción, sino que muchas veces es una reacción a algo que simplemente no le gusta o interesa. Otras veces ha sido pronunciada con un tono (desgarrador, por cierto) de súplica, como cuando reconoce que ese señor es el que le pone las vacunas. Ahora que lo pienso es interesante y hasta alarmante que haya sido “no” y no “sí”, pero podemos analizar un poco por qué se da esto. A ver: Hay corrientes que defienden el “hablar en positivo” y estoy totalmente de acuerdo, incluso cada vez que puedo recurro a esto, pero a una chiquita de 15 meses hablarle en positivo todo el tiempo no es posible… ¿a qué me refiero? A que muchas veces la primer reacción de uno como padre es decirle, por ejemplo, ¡No, te podés caer! o ¡No, te podés quemar!, por supuesto ya pasado el peligro uno puede tomarse el tiempo y explicarle toda la situación “en positivo”. Además, cada vez que hace algo bien no se le celebra con un “sí”, sino más bien con “¡Eso!” o con un “¡Muy bien!”. Así pues, ocurre que como padres utilizamos el positivo “sí” más para discutirle el “no”, para dar alguna autorización o para convencerla de que haga algo como dejarse vestir o limpiar la nariz. En el caso de ella, usa el sí con una sonrisa en la boca, feliz de que hayamos entendido lo que nos quería decir y que complazcamos sus deseos y como padre, escuchar es “sí” de su boquita causa una tremenda satisfacción.

En fin, el consejo es siempre hablar en positivo al dirigirnos a nuestros hijos, a veces es muy difícil y hasta casi imposible, pero es bueno buscar la manera que ellos aprendan a comunicarse de una manera positiva y cariñosa, pueden haber muchos motivos pero hay que pensar en lo siguiente: Si les enseñamos a nuestros hijos a comunicarse de formas negativas o burlonas o simplemente a no comunicarse, el día de mañana, que queramos que ellos se comuniquen con nosotros, lo que vamos a encontrar va a ser ese mismo muro que nosotros levantamos. Pensemos que el “no” no es el enemigo sino el contexto en que se utilice y es ese contexto positivo el que debemos enseñar.

¡Feliz paternidad! 

EscritorDeEscritorio

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Como tú me hables hoy, yo te hablaré mañana.

Es increíble ver cómo una personita que no tiene ni 18 meses de vida tiene ya tan definido su carácter. Lo obliga a uno a preguntarse qué tanta influencia ha tenido sobre esa persona y de qué modo esta influencia ha “sesgado” su carácter.

Al escribir esto viene a mi memoria el momento en que mi hija aprendió a decir “no”. Fue una de sus primeras palabras en ser pronunciadas y en venir acompañadas de un gesto de su manita que aún blande como sable cuando la utiliza. No siempre ha sido una respuesta como cuando uno le pregunta si quiere sentarse acá o escuchar tal canción, sino que muchas veces es una reacción a algo que simplemente no le gusta o interesa. Otras veces ha sido pronunciada con un tono (desgarrador, por cierto) de súplica, como cuando reconoce que ese señor es el que le pone las vacunas. Ahora que lo pienso es interesante y hasta alarmante que haya sido “no” y no “sí”, pero podemos analizar un poco por qué se da esto. A ver: Hay corrientes que defienden el “hablar en positivo” y estoy totalmente de acuerdo, incluso cada vez que puedo recurro a esto, pero a una chiquita de 15 meses hablarle en positivo todo el tiempo no es posible… ¿a qué me refiero? A que muchas veces la primer reacción de uno como padre es decirle, por ejemplo, ¡No, te podés caer! o ¡No, te podés quemar!, por supuesto ya pasado el peligro uno puede tomarse el tiempo y explicarle toda la situación “en positivo”. Además, cada vez que hace algo bien no se le celebra con un “sí”, sino más bien con “¡Eso!” o con un “¡Muy bien!”. Así pues, ocurre que como padres utilizamos el positivo “sí” más para discutirle el “no”, para dar alguna autorización o para convencerla de que haga algo como dejarse vestir o limpiar la nariz. En el caso de ella, usa el sí con una sonrisa en la boca, feliz de que hayamos entendido lo que nos quería decir y que complazcamos sus deseos y como padre, escuchar es “sí” de su boquita causa una tremenda satisfacción.

En fin, el consejo es siempre hablar en positivo al dirigirnos a nuestros hijos, a veces es muy difícil y hasta casi imposible, pero es bueno buscar la manera que ellos aprendan a comunicarse de una manera positiva y cariñosa, pueden haber muchos motivos pero hay que pensar en lo siguiente: Si les enseñamos a nuestros hijos a comunicarse de formas negativas o burlonas o simplemente a no comunicarse, el día de mañana, que queramos que ellos se comuniquen con nosotros, lo que vamos a encontrar va a ser ese mismo muro que nosotros levantamos. Pensemos que el “no” no es el enemigo sino el contexto en que se utilice y es ese contexto positivo el que debemos enseñar.

¡Feliz paternidad! 

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El Colecho: ¿Conveniente para todos?

Platiquemos un poco del “colecho”. Si vos ya sos todo un papá primerizo seguramente te tocará practicarlo en un momento u otro, contra tu voluntad o no y por el motivo que sea. El colecho no es más que la práctica en la que un bebé o niño pequeño duerme con uno o dos de sus progenitores. Puede ser en la misma cama, en camas contiguas o en cuna y cama unidas. Esta solía ser una práctica común en siglos anteriores pero cambió en el momento en que las casas comenzaron a tener más de una habitación provocando que cada niño tuviera su propia cuna, aunque en algunas culturas, principalmente de oriente, se sigue practicando, incluso hasta que el niño llega a los 7 años. En otras partes del mundo se hace por necesidad ya que son regiones muy frías. 

Esta costumbre o práctica se está volviendo a introducir en occidente como parte de la renovada “crianza con apego”. Como en todas las teorías de crianza hay corrientes que lo recomiendan y corrientes que no, pero al final del día depende de las circunstancias y deben ser ustedes como pareja los que decidan si les sirve o no, siendo lo más importante la salud y bienestar de su hijo y la respuesta que él presente, puede que le guste a ratos o puede que nunca lo puedan volver a sacar de la cama. 

Cuando mi hija nació, optamos por tener su “moisés” en la misma habitación, lo que nos permitía estar pendientes de ella, además de ser muy cómodo para una mamá que da pecho. Fueron incontables los momentos de sobresalto que sufrimos cada vez que tosía o que sonaba como que se estaba ahogando o simplemente pasaba mucho tiempo callada, es natural levantarse de su cama y de un brinco llegar a su lado para ver si todo está bien o acercar el dedo a sus nariz para ver si aún está respirando, (era un ahuevón tras otro), seguramente esto ha sido algo por lo que todos los padres primerizos hemos pasado. Con el correr de los días, mi esposa se sintió más cómoda dando de mamar acostada, con la nena a su lado, lo que llevó a que pudiéramos compartir la cama por momentos, pero Isabel, mi hija, fue demostrando que no estaba cómoda de esa manera sino que prefería estar en su moisés, preferencia que ha durado hasta hoy en día en el que duerme solita en su cuna. Como siempre hay excepciones, por ejemplo cuando se queda dormida con su mamá durante largos períodos o cuando es mucho el frío y dormir con nosotros por un momento le ayuda a recuperar su temperatura, pero cuando se trata de pasar la noche, sigue prefiriendo su habitación. 

Para los padres es otra la historia. Es delicioso dormir con tu hijo al lado, es una sensación enorme de paz sentir su olor tan cerca, pero a la vez es un sueño intranquilo esperando no pasarles encima, no aplastarlos o incomodarlos; Y no digamos si el niño es intranquilo, seguramente te despertará de un cabezazo a la nariz, patada a la boca o derechazo al ojo, con todo el amor y la inocencia que poseen.

Termino diciendo que, en mi experiencia, sí es conveniente para todos compartir tiempo de sueño, especialmente para los padres, es increíble cómo se hincha el corazón lleno de paz y ternura. Por el momento dejamos hasta aquí la nota, ya seguiremos platicando de este tema.

¡Feliz paternidad! 

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El Colecho: ¿Conveniente para todos?

Platiquemos un poco del “colecho”. Si vos ya sos todo un papá primerizo seguramente te tocará practicarlo en un momento u otro, contra tu voluntad o no y por el motivo que sea. El colecho no es más que la práctica en la que un bebé o niño pequeño duerme con uno o dos de sus progenitores. Puede ser en la misma cama, en camas contiguas o en cuna y cama unidas. Esta solía ser una práctica común en siglos anteriores pero cambió en el momento en que las casas comenzaron a tener más de una habitación provocando que cada niño tuviera su propia cuna, aunque en algunas culturas, principalmente de oriente, se sigue practicando, incluso hasta que el niño llega a los 7 años. En otras partes del mundo se hace por necesidad ya que son regiones muy frías. 

Esta costumbre o práctica se está volviendo a introducir en occidente como parte de la renovada “crianza con apego”. Como en todas las teorías de crianza hay corrientes que lo recomiendan y corrientes que no, pero al final del día depende de las circunstancias y deben ser ustedes como pareja los que decidan si les sirve o no, siendo lo más importante la salud y bienestar de su hijo y la respuesta que él presente, puede que le guste a ratos o puede que nunca lo puedan volver a sacar de la cama. 

Cuando mi hija nació, optamos por tener su “moisés” en la misma habitación, lo que nos permitía estar pendientes de ella, además de ser muy cómodo para una mamá que da pecho. Fueron incontables los momentos de sobresalto que sufrimos cada vez que tosía o que sonaba como que se estaba ahogando o simplemente pasaba mucho tiempo callada, es natural levantarse de su cama y de un brinco llegar a su lado para ver si todo está bien o acercar el dedo a sus nariz para ver si aún está respirando, (era un ahuevón tras otro), seguramente esto ha sido algo por lo que todos los padres primerizos hemos pasado. Con el correr de los días, mi esposa se sintió más cómoda dando de mamar acostada, con la nena a su lado, lo que llevó a que pudiéramos compartir la cama por momentos, pero Isabel, mi hija, fue demostrando que no estaba cómoda de esa manera sino que prefería estar en su moisés, preferencia que ha durado hasta hoy en día en el que duerme solita en su cuna. Como siempre hay excepciones, por ejemplo cuando se queda dormida con su mamá durante largos períodos o cuando es mucho el frío y dormir con nosotros por un momento le ayuda a recuperar su temperatura, pero cuando se trata de pasar la noche, sigue prefiriendo su habitación. 

Para los padres es otra la historia. Es delicioso dormir con tu hijo al lado, es una sensación enorme de paz sentir su olor tan cerca, pero a la vez es un sueño intranquilo esperando no pasarles encima, no aplastarlos o incomodarlos; Y no digamos si el niño es intranquilo, seguramente te despertará de un cabezazo a la nariz, patada a la boca o derechazo al ojo, con todo el amor y la inocencia que poseen.

Termino diciendo que, en mi experiencia, sí es conveniente para todos compartir tiempo de sueño, especialmente para los padres, es increíble cómo se hincha el corazón lleno de paz y ternura. Por el momento dejamos hasta aquí la nota, ya seguiremos platicando de este tema.

¡Feliz paternidad! 

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Mi pareja, mi coach para ser padre.

Nosotros, como padres inexpertos, que cuando niños nos
entreteníamos con carritos, figuras de acción o una pelota de fut, beis, básquet,
que jugábamos luchitas o de correr o policías y ladrones, etc., nunca nos
imaginamos que en algún momento íbamos a necesitar algunas clases para cuidar
de nuestro hijo, que necesitaríamos cierto “finess” para manipular la cabellera
de nuestra hija, o que lo que significa “comida caliente” para el nosotros
puede ser “hirviendo” para nuestro niño. A comparación de nuestras parejas, que
parece que lo traen en la sangre, a nosotros nos hacen falta esas destrezas y
mucha práctica, nuestro consuelo es que tenemos a esos seres de luz que,
mientras crían a sus hijos nos van educando a nosotros. Ellas saben lo torpes y
toscos que podemos ser y a pesar de eso nos permiten cuidarlos, cargarlos y darles
de comer, saben de la insensibilidad que podemos padecer y aun así nos permiten
que veamos si la leche de la pacha y el agua del baño están a una temperatura
adecuada, saben que somos escandalosos y eso no evita que nos permitan arrullar
a la criaturita y velar su sueño. Entonces, si conocen todas nuestras deficiencias,
¿por qué nos contemplan tan tranquilamente mientras nos desarrollamos en
nuestro rol de padres? Pues en primer lugar hay que aclarar que no están tan
tranquilas, en segundo lugar lo hacen porque ellas están ahí para ayudarnos y
explicarnos cómo hacerlo, ellas son nuestras maestras en esos menesteres en los
que nosotros tenemos la habilidad igual a cero. Podríamos decir que son
nuestras “coaches” que nos están entrenando y es así, gracias a ellas, como
podremos llegar a tomar total confianza de nosotros mismos en el cuidado de
nuestros hijos, ya más adelante podremos ir experimentando con nosotros mismos
como padres y con nuestra interacción con nuestros hijos pero son estos
lineamientos básicos lo que debemos dominar.

En fin, dejémonos llevar de la mano por el camino de la
paternidad, escuchemos lo que nuestras parejas tienen que decirnos porque, la
verdad de las cosas, es que es la madre la persona que más conoce a su hijo.
Seguramente se nos hará más fácil salir bien librados si lo hacemos así.

Y no olviden que hoy es un buen día para acuchuchar a esa
mamá que tienen en la casa.

¡Feliz paternidad y feliz día, mamás!

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Mi pareja, mi coach para ser padre.

Nosotros, como padres inexpertos, que cuando niños nos
entreteníamos con carritos, figuras de acción o una pelota de fut, beis, básquet,
que jugábamos luchitas o de correr o policías y ladrones, etc., nunca nos
imaginamos que en algún momento íbamos a necesitar algunas clases para cuidar
de nuestro hijo, que necesitaríamos cierto “finess” para manipular la cabellera
de nuestra hija, o que lo que significa “comida caliente” para el nosotros
puede ser “hirviendo” para nuestro niño. A comparación de nuestras parejas, que
parece que lo traen en la sangre, a nosotros nos hacen falta esas destrezas y
mucha práctica, nuestro consuelo es que tenemos a esos seres de luz que,
mientras crían a sus hijos nos van educando a nosotros. Ellas saben lo torpes y
toscos que podemos ser y a pesar de eso nos permiten cuidarlos, cargarlos y darles
de comer, saben de la insensibilidad que podemos padecer y aun así nos permiten
que veamos si la leche de la pacha y el agua del baño están a una temperatura
adecuada, saben que somos escandalosos y eso no evita que nos permitan arrullar
a la criaturita y velar su sueño. Entonces, si conocen todas nuestras deficiencias,
¿por qué nos contemplan tan tranquilamente mientras nos desarrollamos en
nuestro rol de padres? Pues en primer lugar hay que aclarar que no están tan
tranquilas, en segundo lugar lo hacen porque ellas están ahí para ayudarnos y
explicarnos cómo hacerlo, ellas son nuestras maestras en esos menesteres en los
que nosotros tenemos la habilidad igual a cero. Podríamos decir que son
nuestras “coaches” que nos están entrenando y es así, gracias a ellas, como
podremos llegar a tomar total confianza de nosotros mismos en el cuidado de
nuestros hijos, ya más adelante podremos ir experimentando con nosotros mismos
como padres y con nuestra interacción con nuestros hijos pero son estos
lineamientos básicos lo que debemos dominar.

En fin, dejémonos llevar de la mano por el camino de la
paternidad, escuchemos lo que nuestras parejas tienen que decirnos porque, la
verdad de las cosas, es que es la madre la persona que más conoce a su hijo.
Seguramente se nos hará más fácil salir bien librados si lo hacemos así.

Y no olviden que hoy es un buen día para acuchuchar a esa
mamá que tienen en la casa.

¡Feliz paternidad y feliz día, mamás!

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“¡No te encaramés ahí que te podés somatar!”

Hace unos días hablaba con algunas personas acerca de la paternidad que me ha tocado vivir, y ha sido fantástica. La verdad tengo una hija que es una bendición, a pesar que ha requerido cuidados no ha sido una niña enfermiza, ni problemática, más bien es una niña, (como todos los niños del mundo, me imagino), ávida de conocimiento y experimentación. Siempre está viendo en dónde se puede meter, subir o esconder. Pone a prueba su misma tolerancia al dolor, sus sentidos y por supuesto a sus papás… es aquí donde salimos a bailar.  

Los dilemas en la vida de padre se van a presentar desde el primer día. Todo el camino está plagado de bifurcaciones que tenemos que sopesar antes de tomar una decisión, en este caso podría ser si apoyar a la niña a que se encarame sola a esa silla y cuando lo logre celebrarla y enseñarle que la precaución es la llave o definitivamente caer en un rotundo “¡NO TE SUBÁS ALLÍ QUE TE VAS A SOMATAR!” e inculcarle el miedo a la silla, a la caída, al somatón y a un dolor que no ha experimentado. Por supuesto, lo segundo es lo más fácil para nosotros como padres, sabemos que después de un par de estos alaridos el niño o niña ya no se va a subir a ningún lado y si lo hace y se cae le vamos a poder decir “yo te dije que te ibas a caer” y entonces ya no es nuestra culpa, mientras que en la primera opción vamos a tener que pasar supervisando -de cerca- todas los ascensos de nuestros chirices, (al menos mientras llegan a poder solos), y si hay alguna caída sentirnos culpables porque nosotros autorizamos a este niño a ser un “salvajote”. 

Ahora las consecuencias: Si la criatura se cae, ¿qué hacer? El primer impulso es salir corriendo levantarlo, besuquearlo todo y decirle “pobrecito mi bebé, tan mala la silla que te botó” y entonces fomentarle el echarle la culpa a otros por sus desgracias y acostumbrarlo a que alguien acudirá a levantarlo y consolarlo o que llore hasta que alguien lo haga. La otra opción es decirle amorosamente “vamos para arriba, no pasó nada, tú te puedes levantar” y esperar que eso refuerce su auto estima, que lo ayude a formar su carácter y que aprenda a que puede valerse por sí mismo, aunque por dentro estemos muriendo de ganas de correr a él, levantarlo y besuquearlo entero. Las acciones que tomemos, sin embargo, depende del grado de la caída, tampoco vamos a ser insensibles si el muchachito de verdad se llevó tremendo porrazo. 

Todo lo anterior se puede aplicar en cada momento de su vida, permanecer cerca y ayudarlos en la medida que no mancillemos su toma de decisiones, la formación de su carácter y la cimentación de su autoestima puede ser una práctica positiva pero dependerá de la manera en que cada pareja considere mejor para la educación de sus patojos. 

Te exhorto a que platiqués con tu pareja y que más o menos se compartan cómo quieren manejar este tipo de situaciones aunque seguramente en el momento en que sucedan su reacción será más instintiva pero poco a poco verán que no es tan grave como uno siente en su corazón. 

Ánimo papás, todo es parte del crecimiento, y… ¡Feliz paternidad! 

EscritorDeEscritorio

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“¡No te encaramés ahí que te podés somatar!”

Hace unos días hablaba con algunas personas acerca de la paternidad que me ha tocado vivir, y ha sido fantástica. La verdad tengo una hija que es una bendición, a pesar que ha requerido cuidados no ha sido una niña enfermiza, ni problemática, más bien es una niña, (como todos los niños del mundo, me imagino), ávida de conocimiento y experimentación. Siempre está viendo en dónde se puede meter, subir o esconder. Pone a prueba su misma tolerancia al dolor, sus sentidos y por supuesto a sus papás… es aquí donde salimos a bailar.  

Los dilemas en la vida de padre se van a presentar desde el primer día. Todo el camino está plagado de bifurcaciones que tenemos que sopesar antes de tomar una decisión, en este caso podría ser si apoyar a la niña a que se encarame sola a esa silla y cuando lo logre celebrarla y enseñarle que la precaución es la llave o definitivamente caer en un rotundo “¡NO TE SUBÁS ALLÍ QUE TE VAS A SOMATAR!” e inculcarle el miedo a la silla, a la caída, al somatón y a un dolor que no ha experimentado. Por supuesto, lo segundo es lo más fácil para nosotros como padres, sabemos que después de un par de estos alaridos el niño o niña ya no se va a subir a ningún lado y si lo hace y se cae le vamos a poder decir “yo te dije que te ibas a caer” y entonces ya no es nuestra culpa, mientras que en la primera opción vamos a tener que pasar supervisando -de cerca- todas los ascensos de nuestros chirices, (al menos mientras llegan a poder solos), y si hay alguna caída sentirnos culpables porque nosotros autorizamos a este niño a ser un “salvajote”. 

Ahora las consecuencias: Si la criatura se cae, ¿qué hacer? El primer impulso es salir corriendo levantarlo, besuquearlo todo y decirle “pobrecito mi bebé, tan mala la silla que te botó” y entonces fomentarle el echarle la culpa a otros por sus desgracias y acostumbrarlo a que alguien acudirá a levantarlo y consolarlo o que llore hasta que alguien lo haga. La otra opción es decirle amorosamente “vamos para arriba, no pasó nada, tú te puedes levantar” y esperar que eso refuerce su auto estima, que lo ayude a formar su carácter y que aprenda a que puede valerse por sí mismo, aunque por dentro estemos muriendo de ganas de correr a él, levantarlo y besuquearlo entero. Las acciones que tomemos, sin embargo, depende del grado de la caída, tampoco vamos a ser insensibles si el muchachito de verdad se llevó tremendo porrazo. 

Todo lo anterior se puede aplicar en cada momento de su vida, permanecer cerca y ayudarlos en la medida que no mancillemos su toma de decisiones, la formación de su carácter y la cimentación de su autoestima puede ser una práctica positiva pero dependerá de la manera en que cada pareja considere mejor para la educación de sus patojos. 

Te exhorto a que platiqués con tu pareja y que más o menos se compartan cómo quieren manejar este tipo de situaciones aunque seguramente en el momento en que sucedan su reacción será más instintiva pero poco a poco verán que no es tan grave como uno siente en su corazón. 

Ánimo papás, todo es parte del crecimiento, y… ¡Feliz paternidad! 

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Ser o no ser papá, la pregunta del millón.

Durante toda mi vida dije que no me iba a casar y mucho
menos tener hijos, total ¿para qué?, no estaba dispuesto a estar preocupándome
por cuidar o criar a alguien que no fuera yo, ya de por sí necesitaba bastante
cuidado y me causaba suficientes penas a mí mismo tal cual, como para andar
poniéndole atención a otro ser humano, a eso agreguemos lo caro que es casarse,
un parto y el subsecuente cuidado de un bebé, es decir, invertir o gastar en
alguien más limitaba mis recursos para mis gustos o hobbies. Aún no hemos
mencionado lo cansado que es el desvelo y lo que puede llegar a alterar los
nervios un llanto prolongado e incansable, lo desagradable de cambiar un pañal
con caca (de acuerdo al diccionario la caca es el excremento del niño), limpiar
ese cuerpecito indefenso y además exponerse a parar meado o embadurnado.
Siempre fui otro de esos que le huía a las palabras “tengo un retraso” o el muy
temible “no me ha bajado”, a las palabras “matrimonio”, “cónyuge” o “vida
marital”, no digamos a cotizar un anillo que no estuviera hecho de plata y cuyo
destino no fuera estar en mi mano. A todo esto debo agregar lo estresante que
es estar cuidando esa vidita tan frágil, que si hay que sostener su cabeza, que
si hay que tener cuidado con el ombligo, que si hay que ser delicado con su
mollerita, etc. En fin, yo no estaba hecho para esa vida de esposo y menos de
padre, ¡jamás!

De pronto me casé, cómo pasó no tengo ni rosca de idea,
hasta hoy una experiencia genial, interesante y demandante. Posteriormente vinieron
las pláticas sobre el siguiente paso lógico, luego la noticia con esas palabras
que tanto temí pero seguidas de una sensación de aprobación y gusto, luego los
cuidados, las caricias, las canciones y todo a una panza que crecía sin rostro,
sin voz. Y unos meses después mi vida tan tranquila, relajada y otros adjetivos
que no vienen al caso, se vio sustituida por paz espiritual, por amor
incontenible, por ternura extrema, por una sensación desbordante de esperanza.
Se sintió como que era momento de aplicar todo lo que hasta ese momento había
aprendido, como que el período de hijo se había terminado y me encontré en una
sala de partos viendo a mi hija en mis brazos y después de eso no supe nada,
solamente que quería seguir sosteniéndola por el resto de mi vida. Todas las palabras
de amor que le dije antes a alguien se vieron vacías y las que quería decirle a
mi hija no bastaban, dormirla en mis brazos cada vez que podía era demasiado
poco para todo el tiempo que quería estar con ella, sentir su olor y su
respiración era lo único que quería sentir en el mundo, en otras palabra no
había más que mi hija. Luego vinieron los retos, comenzando con el mayor de
todos: reinventarme y reencontrarme, desarrollar ciertas destrezas como limpiarla,
cambiarla, bañarla, darle de comer, diagnosticar la causa de su llanto, sacarle
el aire, chinearla y entonces ir forjando ese nexo que hoy en día me permite
quedarme sólo con ella y no palidear por no saber qué hacer en determinado
momento.

A la pregunta de si ser o no ser padre yo hoy diría serlo,
mil veces serlo y si vos te estás haciendo esta pregunta mi consejo es que lo
seás, sí te va a carrocear la gran diabla y sí a ratos te vas a preguntar a qué
carajos te metiste pero todo va a valer la pena, TODO.

¡Feliz paternidad!

EscritorDeEscritorio

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Ser o no ser papá, la pregunta del millón.

Durante toda mi vida dije que no me iba a casar y mucho
menos tener hijos, total ¿para qué?, no estaba dispuesto a estar preocupándome
por cuidar o criar a alguien que no fuera yo, ya de por sí necesitaba bastante
cuidado y me causaba suficientes penas a mí mismo tal cual, como para andar
poniéndole atención a otro ser humano, a eso agreguemos lo caro que es casarse,
un parto y el subsecuente cuidado de un bebé, es decir, invertir o gastar en
alguien más limitaba mis recursos para mis gustos o hobbies. Aún no hemos
mencionado lo cansado que es el desvelo y lo que puede llegar a alterar los
nervios un llanto prolongado e incansable, lo desagradable de cambiar un pañal
con caca (de acuerdo al diccionario la caca es el excremento del niño), limpiar
ese cuerpecito indefenso y además exponerse a parar meado o embadurnado.
Siempre fui otro de esos que le huía a las palabras “tengo un retraso” o el muy
temible “no me ha bajado”, a las palabras “matrimonio”, “cónyuge” o “vida
marital”, no digamos a cotizar un anillo que no estuviera hecho de plata y cuyo
destino no fuera estar en mi mano. A todo esto debo agregar lo estresante que
es estar cuidando esa vidita tan frágil, que si hay que sostener su cabeza, que
si hay que tener cuidado con el ombligo, que si hay que ser delicado con su
mollerita, etc. En fin, yo no estaba hecho para esa vida de esposo y menos de
padre, ¡jamás!

De pronto me casé, cómo pasó no tengo ni rosca de idea,
hasta hoy una experiencia genial, interesante y demandante. Posteriormente vinieron
las pláticas sobre el siguiente paso lógico, luego la noticia con esas palabras
que tanto temí pero seguidas de una sensación de aprobación y gusto, luego los
cuidados, las caricias, las canciones y todo a una panza que crecía sin rostro,
sin voz. Y unos meses después mi vida tan tranquila, relajada y otros adjetivos
que no vienen al caso, se vio sustituida por paz espiritual, por amor
incontenible, por ternura extrema, por una sensación desbordante de esperanza.
Se sintió como que era momento de aplicar todo lo que hasta ese momento había
aprendido, como que el período de hijo se había terminado y me encontré en una
sala de partos viendo a mi hija en mis brazos y después de eso no supe nada,
solamente que quería seguir sosteniéndola por el resto de mi vida. Todas las palabras
de amor que le dije antes a alguien se vieron vacías y las que quería decirle a
mi hija no bastaban, dormirla en mis brazos cada vez que podía era demasiado
poco para todo el tiempo que quería estar con ella, sentir su olor y su
respiración era lo único que quería sentir en el mundo, en otras palabra no
había más que mi hija. Luego vinieron los retos, comenzando con el mayor de
todos: reinventarme y reencontrarme, desarrollar ciertas destrezas como limpiarla,
cambiarla, bañarla, darle de comer, diagnosticar la causa de su llanto, sacarle
el aire, chinearla y entonces ir forjando ese nexo que hoy en día me permite
quedarme sólo con ella y no palidear por no saber qué hacer en determinado
momento.

A la pregunta de si ser o no ser padre yo hoy diría serlo,
mil veces serlo y si vos te estás haciendo esta pregunta mi consejo es que lo
seás, sí te va a carrocear la gran diabla y sí a ratos te vas a preguntar a qué
carajos te metiste pero todo va a valer la pena, TODO.

¡Feliz paternidad!

EscritorDeEscritorio

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Cuando la necesidad es más grande que la distancia.

Bueno, ya la semilla que sembraron hace nueve semanas se ha
convertido oficialmente en un feto. ¿Qué quiere decir esto? Que ya tiene todos
sus órganos básicos formados y listos para madurar, midiendo aproximadamente 1
pulgada, como 2.5 cms., si querés darte una idea mirá la falange de tu pulgar y
algo así viene siendo. Es un poco cabezón ´porque su cerebro se está
desarrollando rápidamente, conforme vaya pasando el tiempo irá ganando algunos detalles
como las uñas y demás.

Ninguna etapa del embarazo es más sencilla que la otra, en
ésta tu pobre pareja estará obligada a orinar a cada rato, seguramente la verás
pasar corriendo una y otra vez. En la historia de mi esposa y yo, la pobre
sufría con la distancia existente entre su lugar de trabajo y nuestra casa,
simplemente era un poquito más larga de lo necesario y al llegar entraba
tirando todo para poder llegar justo a tiempo al inodoro, lo único que me
quedaba era recoger lo tirado, servirle un vaso de agua y esperar por mi beso
de “hola” viendo tele. Esto pasa porque las hormonas están todas alborotadas y
obligan a los riñones a trabajar más rápido produciendo más orina, además
aumenta el flujo sanguíneo  aumentando
también el líquido en el cuerpo. Esto no cambiará en los próximos meses dado
que el útero crecerá presionando la vejiga. Algunas mamás tratan de no tomar
tanto líquido para evitar orinar tan seguido pero es importante que tu pareja
se mantenga hidratada así que ayudála con eso, una mejor medida es evitar
bebidas con efectos diuréticos y ante todo, recordá que cualquier molestia,
color u olor anormal es mejor consultarlo con un especialista.

Ahora platiquemos un cacho de las sorpresas que vienen con
la novena semana: En primera es muy posible que les toque ya el primer
ultrasonido… ¡NO TE LO PODÉS PERDER! Traten de planificarlo para un momento en
que puedan estar los dos y disfruten de esta experiencia juntos ya que será el
primer momento en que tengan una prueba fehaciente de la existencia de su
patojito o patojita: el latido de su corazoncito. Se van a dar cuenta de lo
rápido que va, eso es normal y no hay por qué asustarse. El ultrasonido también
es llamado ecografía o sonograma, y es una forma de diagnosticar el bienestar
del feto y de confirmar que sea sólo uno. Existe de tres dimensiones (3D) y
cuatro dimensiones (4D). Si te preguntás cuál es mejor opción la respuesta es
sencilla: El ultrasonido 3D es suficiente para los fines médicos pero si lo que
querés es un recuerdo de tu hijo en el útero podés hacerlo 4D, aunque es más
caro, de cualquier manera no olviden pedir impresiones del examen que les
servirán como recuerdo, para el álbum o la bitácora de su hijo.

Ok, creo que ya cubrimos los temas de hoy, por último les
dejo la pregunta: ¿Ya eligieron opciones de nombre?

¡Feliz paternidad!

EscritorDeEscritorio

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Cuando la necesidad es más grande que la distancia.

Bueno, ya la semilla que sembraron hace nueve semanas se ha
convertido oficialmente en un feto. ¿Qué quiere decir esto? Que ya tiene todos
sus órganos básicos formados y listos para madurar, midiendo aproximadamente 1
pulgada, como 2.5 cms., si querés darte una idea mirá la falange de tu pulgar y
algo así viene siendo. Es un poco cabezón ´porque su cerebro se está
desarrollando rápidamente, conforme vaya pasando el tiempo irá ganando algunos detalles
como las uñas y demás.

Ninguna etapa del embarazo es más sencilla que la otra, en
ésta tu pobre pareja estará obligada a orinar a cada rato, seguramente la verás
pasar corriendo una y otra vez. En la historia de mi esposa y yo, la pobre
sufría con la distancia existente entre su lugar de trabajo y nuestra casa,
simplemente era un poquito más larga de lo necesario y al llegar entraba
tirando todo para poder llegar justo a tiempo al inodoro, lo único que me
quedaba era recoger lo tirado, servirle un vaso de agua y esperar por mi beso
de “hola” viendo tele. Esto pasa porque las hormonas están todas alborotadas y
obligan a los riñones a trabajar más rápido produciendo más orina, además
aumenta el flujo sanguíneo  aumentando
también el líquido en el cuerpo. Esto no cambiará en los próximos meses dado
que el útero crecerá presionando la vejiga. Algunas mamás tratan de no tomar
tanto líquido para evitar orinar tan seguido pero es importante que tu pareja
se mantenga hidratada así que ayudála con eso, una mejor medida es evitar
bebidas con efectos diuréticos y ante todo, recordá que cualquier molestia,
color u olor anormal es mejor consultarlo con un especialista.

Ahora platiquemos un cacho de las sorpresas que vienen con
la novena semana: En primera es muy posible que les toque ya el primer
ultrasonido… ¡NO TE LO PODÉS PERDER! Traten de planificarlo para un momento en
que puedan estar los dos y disfruten de esta experiencia juntos ya que será el
primer momento en que tengan una prueba fehaciente de la existencia de su
patojito o patojita: el latido de su corazoncito. Se van a dar cuenta de lo
rápido que va, eso es normal y no hay por qué asustarse. El ultrasonido también
es llamado ecografía o sonograma, y es una forma de diagnosticar el bienestar
del feto y de confirmar que sea sólo uno. Existe de tres dimensiones (3D) y
cuatro dimensiones (4D). Si te preguntás cuál es mejor opción la respuesta es
sencilla: El ultrasonido 3D es suficiente para los fines médicos pero si lo que
querés es un recuerdo de tu hijo en el útero podés hacerlo 4D, aunque es más
caro, de cualquier manera no olviden pedir impresiones del examen que les
servirán como recuerdo, para el álbum o la bitácora de su hijo.

Ok, creo que ya cubrimos los temas de hoy, por último les
dejo la pregunta: ¿Ya eligieron opciones de nombre?

¡Feliz paternidad!

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¿Pacha o pecho? Una letra puede hacer mucha diferencia.

Uno de los temas obligatorios de tratar es la alimentación en los primeros días, me gustaría decir “lactancia” pero no todos los bebés maman, por diferentes motivos. Este es un tema delicado, álgido e incluso algo controversial, pero como hombres debemos empaparnos de él para saber qué está pasando, platicar con nuestras parejas y juntos tomar la mejor opción para los tres, especialmente para nuestro retoño.

Personalmente me declaro militante de la lactancia exclusiva. Este término se refiere a que el bebé va a tomar exclusivamente leche materna durante un tiempo prolongado, cuánto sea este tiempo dependerá de otras situaciones, aunque algunas tendencias hablan de dejar que el niño decida cuando destetarse solito. No siempre es necesario que el niño esté prendido del pecho ya que existen bombas llamadas “tiraleche” o “Sacaleche” que ayudan a la mamá a crear su “banco de leche” que se refiere a almacenar leche en el congelador para el momento que sea necesaria disponer de ella por medio de una pacha. Hay diferentes marcas con diferentes propuestas para su almacenaje y posterior descongelamiento, todas con ventajas y desventajas que trataremos luego. Para la mamá es muy práctico ya que no tiene que andar llevando y trayendo pachas, termo y la fórmula en sí, además es un momento muy especial entre madre e hijo dado que este último no sólo necesita su alimento sino también ese calor y contacto que solamente su madre le puede proporcionar. Además proporciona al lactante de todos los nutrientes que necesita para su desarrollo y ayuda a la madre a volver a su peso. Lamentablemente nunca falta alguien a quien le molesta que la señora se saque el pecho para alimentar a su hijo en cualquier lado, pero es cuestión de ignorarlos, en nuestra experiencia con mi esposa nunca nos hemos topado con alguien así. 

Cuando el bebé no puede mamar o la mamá no quiere dar pecho, (porque las hay) se opta por la “Fórmula” que es un sustituto de la leche materna recetado por el pediatra, también hay diferentes marcas y formulaciones ya que puede tener lactosa o no, en cuyo caso se usa la “leche de soya”. Las situaciones en las que se necesita optar por la fórmula pueden ser porque el bebé es alérgico a la leche, porque la mamá padece de diabetes, porque el bebé no recibe el pecho o porque el pecho padece de alguna condición adversa. Entre las desventajas de dar este substituto es que tienden a estreñir al bebé y es un poco aparatoso todo lo que conlleva la preparación de una pacha, una ventaja es que el papá puede compartir con su pareja las horas de alimentación dándole más tiempo de descanso.

Esos son los puntos generales de la alimentación de un bebé en sus primeros meses, sea cual sea la elección que vos y tu pareja tomen disfruten de ese momento pues es muy íntimo. En próximas entradas ahondaremos más en el tema.

¡Feliz hora de alimentación!

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¿Pacha o pecho? Una letra puede hacer mucha diferencia.

Uno de los temas obligatorios de tratar es la alimentación en los primeros días, me gustaría decir “lactancia” pero no todos los bebés maman, por diferentes motivos. Este es un tema delicado, álgido e incluso algo controversial, pero como hombres debemos empaparnos de él para saber qué está pasando, platicar con nuestras parejas y juntos tomar la mejor opción para los tres, especialmente para nuestro retoño.

Personalmente me declaro militante de la lactancia exclusiva. Este término se refiere a que el bebé va a tomar exclusivamente leche materna durante un tiempo prolongado, cuánto sea este tiempo dependerá de otras situaciones, aunque algunas tendencias hablan de dejar que el niño decida cuando destetarse solito. No siempre es necesario que el niño esté prendido del pecho ya que existen bombas llamadas “tiraleche” o “Sacaleche” que ayudan a la mamá a crear su “banco de leche” que se refiere a almacenar leche en el congelador para el momento que sea necesaria disponer de ella por medio de una pacha. Hay diferentes marcas con diferentes propuestas para su almacenaje y posterior descongelamiento, todas con ventajas y desventajas que trataremos luego. Para la mamá es muy práctico ya que no tiene que andar llevando y trayendo pachas, termo y la fórmula en sí, además es un momento muy especial entre madre e hijo dado que este último no sólo necesita su alimento sino también ese calor y contacto que solamente su madre le puede proporcionar. Además proporciona al lactante de todos los nutrientes que necesita para su desarrollo y ayuda a la madre a volver a su peso. Lamentablemente nunca falta alguien a quien le molesta que la señora se saque el pecho para alimentar a su hijo en cualquier lado, pero es cuestión de ignorarlos, en nuestra experiencia con mi esposa nunca nos hemos topado con alguien así. 

Cuando el bebé no puede mamar o la mamá no quiere dar pecho, (porque las hay) se opta por la “Fórmula” que es un sustituto de la leche materna recetado por el pediatra, también hay diferentes marcas y formulaciones ya que puede tener lactosa o no, en cuyo caso se usa la “leche de soya”. Las situaciones en las que se necesita optar por la fórmula pueden ser porque el bebé es alérgico a la leche, porque la mamá padece de diabetes, porque el bebé no recibe el pecho o porque el pecho padece de alguna condición adversa. Entre las desventajas de dar este substituto es que tienden a estreñir al bebé y es un poco aparatoso todo lo que conlleva la preparación de una pacha, una ventaja es que el papá puede compartir con su pareja las horas de alimentación dándole más tiempo de descanso.

Esos son los puntos generales de la alimentación de un bebé en sus primeros meses, sea cual sea la elección que vos y tu pareja tomen disfruten de ese momento pues es muy íntimo. En próximas entradas ahondaremos más en el tema.

¡Feliz hora de alimentación!

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“Mi amor, creo que ya te están creciendo”

Buenos días, padres en potencia, “papás embarazados” como
dicen algunos sitios de maternidad, ¿Cómo les está yendo? Para este momento ya
deben estar viendo algunos cambios en sus amadas parejas, tal vez no en la
pancita sino en partes más llamativas como los pechos, por ejemplo. Esto sucede
porque se ensanchan los conductos por donde la leche materna ha de pasar. Es un
buen momento para que la motivés a buscar brassieres más grandes, pensando en
su comodidad y por salud. Dependiendo de la confianza que se tengan podés
ofrecerte para acompañarla o sugerir que sea su mamá o su hermana la que se dé
a esta tarea. Además me imagino que sigue sufriendo de mucho cansancio así que no
seas desgraciado y echale la mano, nunca está de más hacerse
el útil, aunque por otro lado podés tirarte a su lado en la cama y acuchucharla
a lo descarado, se lo merece.

Siguiendo el desarrollo del embarazo hoy nos toca hablar
sobre la octava semana de embarazo, podríamos decir el final del segundo mes.

Para este momento, tu bebé ya tiene más definidos los dedos,
tanto de las manos como de los pies y la “cola embriónica” ya casi ha
desaparecido, además, ya están formados los tubos respiratorios que van desde
la garganta hasta los pulmones que siguen en desarrollo. Ha llegado al tamaño
de lo que conocemos en Guate como “piloy”. Tamaño aun pequeño como para que se
sientan sus constantes movimientos.

En su cerebro se están realizando las conexiones nerviosas que
forman los canales neurales primitivos. En sus brazos y piernas ya se formaron
las articulaciones por lo que ya goza de movimientos.

Entre los consejos que quiero compartirte en esta nota es la
planificación de “Baby-Showers”. Por supuesto el más esperado por nosotros
padres es el “Baby-Chupe”, sí, se vale y existe. Como su nombre lo indica es
una reunión, a menudo exclusiva para papás, en la que tus amigos llegan con cerveza,
ron, vodka, tequila, whisky o la bebida de su elección y algún regalo, definido
con anterioridad, para el retoño, sean pañales, pachas, ropa, etc. Pueden haber
juegos o no, vos decidís. Pero aparte de toda esta diversión también podés
ayudar a tu pareja organizando las fechas para los “Baby-Showers” ofrecidos
para ellas o en pareja.

Para comenzar definamos que estas reuniones son ofrecidas por
amistades o familiares. Podés hacer un listado de las cosas que necesitan, es
bueno que tomen en cuenta que los regalos pueden ser monetarios también. En
esta modalidad se pide una cuota en calidad de regalo. Pueden ser temáticos:
Pañales y toallas húmedas, ropa, baño, etc. Además en estas reuniones se realizan
juegos y existen lugares en donde venden cosas como loterías y demás.
Generalmente el primero es ofrecido por la mamá de tu pareja. 

Por suerte no es obligatorio para uno de papá asistir pero seguro te va a tocar cargar regalos al final.

Para la otra hablamos un poquito de vacunas o algún tema que
propongan.

¡Animo, papás que faltan muchas sorpresas aun!

EscritorDeEscritorio

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“Mi amor, creo que ya te están creciendo”

Buenos días, padres en potencia, “papás embarazados” como
dicen algunos sitios de maternidad, ¿Cómo les está yendo? Para este momento ya
deben estar viendo algunos cambios en sus amadas parejas, tal vez no en la
pancita sino en partes más llamativas como los pechos, por ejemplo. Esto sucede
porque se ensanchan los conductos por donde la leche materna ha de pasar. Es un
buen momento para que la motivés a buscar brassieres más grandes, pensando en
su comodidad y por salud. Dependiendo de la confianza que se tengan podés
ofrecerte para acompañarla o sugerir que sea su mamá o su hermana la que se dé
a esta tarea. Además me imagino que sigue sufriendo de mucho cansancio así que no
seas desgraciado y echale la mano, nunca está de más hacerse
el útil, aunque por otro lado podés tirarte a su lado en la cama y acuchucharla
a lo descarado, se lo merece.

Siguiendo el desarrollo del embarazo hoy nos toca hablar
sobre la octava semana de embarazo, podríamos decir el final del segundo mes.

Para este momento, tu bebé ya tiene más definidos los dedos,
tanto de las manos como de los pies y la “cola embriónica” ya casi ha
desaparecido, además, ya están formados los tubos respiratorios que van desde
la garganta hasta los pulmones que siguen en desarrollo. Ha llegado al tamaño
de lo que conocemos en Guate como “piloy”. Tamaño aun pequeño como para que se
sientan sus constantes movimientos.

En su cerebro se están realizando las conexiones nerviosas que
forman los canales neurales primitivos. En sus brazos y piernas ya se formaron
las articulaciones por lo que ya goza de movimientos.

Entre los consejos que quiero compartirte en esta nota es la
planificación de “Baby-Showers”. Por supuesto el más esperado por nosotros
padres es el “Baby-Chupe”, sí, se vale y existe. Como su nombre lo indica es
una reunión, a menudo exclusiva para papás, en la que tus amigos llegan con cerveza,
ron, vodka, tequila, whisky o la bebida de su elección y algún regalo, definido
con anterioridad, para el retoño, sean pañales, pachas, ropa, etc. Pueden haber
juegos o no, vos decidís. Pero aparte de toda esta diversión también podés
ayudar a tu pareja organizando las fechas para los “Baby-Showers” ofrecidos
para ellas o en pareja.

Para comenzar definamos que estas reuniones son ofrecidas por
amistades o familiares. Podés hacer un listado de las cosas que necesitan, es
bueno que tomen en cuenta que los regalos pueden ser monetarios también. En
esta modalidad se pide una cuota en calidad de regalo. Pueden ser temáticos:
Pañales y toallas húmedas, ropa, baño, etc. Además en estas reuniones se realizan
juegos y existen lugares en donde venden cosas como loterías y demás.
Generalmente el primero es ofrecido por la mamá de tu pareja. 

Por suerte no es obligatorio para uno de papá asistir pero seguro te va a tocar cargar regalos al final.

Para la otra hablamos un poquito de vacunas o algún tema que
propongan.

¡Animo, papás que faltan muchas sorpresas aun!

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El secreto es la observación

Hoy les quiero compartir uno de los tantos secretos de la paternidad. Nosotros, padres, no gozamos de ese vínculo que madre e hijo traen desde el embarazo, a nosotros nos lleva un poquito más de trabajo. Para una madre no es tan difícil entender las necesidades de su hijo, aprende desde antes a interpretar su lenguaje corporal, tal vez por ese mismo vínculo o tal vez porque tienden a pasar más tiempo juntos, sea como sea nosotros, padres, necesitamos desarrollar un poco más nuestras habilidades de observación e interpretación para poder entender a nuestro hijo y poder satisfacer sus necesidades y, más importante aún, poder solucionar un problema.

A continuación les comparto mi experiencia: Cuando mi hija acababa de nacer, antes de cumplir sus cuarenta días, solía despertarse llorando, (cosa que no es anormal en los recién nacidos), a lo que mi esposa reaccionaba dándole pecho. Por supuesto esto la calmaba y se quedaba dormida, al poco tiempo se volvía a despertar llorando, se le volvía a dar pecho y volvía a dormir y así era el ciclo, sin importar que fuera de día o de noche. Buscando solventarle un poco la carga, luego de su toma, yo cargaba a la nena, le sacaba el aire y trataba de dormirla, pero al poco tiempo de cerrar sus ojos yo notaba que la nena hacía un movimiento extraño, como si llamase basca, mientras que su cuerpecito se contraía, acto seguido rompía en llanto y esto sucedía cada vez que se le daba pecho, eventualmente estos síntomas venían acompañados de algo de vómito, pero suponíamos que era “rebalse”, (es decir que la nena tomaba más de lo que su estomaguito podía recibir). 

En ese tiempo, la dieta de mi esposa se componía básicamente de verdura y pollo cocidos y algunos atoles como “Trece Cereales” y “Maizena” que ella consumía por consejos de abuelitas ya que dicen que “espesa la leche”. Yo le comenté lo que había visto y ella comenzó a notarlo también y, por supuesto, nos preocupamos. En esos días le tocó su primera visita al pediatra, como padres primerizos teníamos un sinfín de dudas y entre ellas le compartimos nuestras observaciones al doctor. Él, inmediatamente, le buscó la lengua y pudo observar que estaba toda cubierta de blanco, (que nosotros creíamos que era simplemente leche), entonces se volteó hacia nosotros y nos dijo con expresión de haber encontrado el problema que la niña tenía reflujo, que seguramente había algo en la leche que se lo causaba, pero que al tomar pecho el paso de la leche le calmaba la molestia pero que la leche recién ingerida se lo volvía a producir, en otras palabras era un círculo vicioso. La solución era revisar la dieta de mi esposa y eliminar cualquier alimento que pudiera causar este reflujo, generalmente cosas “calientes” son los principales causantes, el ejemplo clásico es la canela, ingrediente incluido en “Trece Cereales”. Ese mismo día mi esposa dejó de tomar ese atol y al poco tiempo se resolvió el problema de reflujo de nuestra hija.

Recapitulando: La recomendación es la observación, que cualquier movimiento, sonido, color o situación que parezcan anormales sean consultados con la pareja y el pediatra, pues como reza el dicho: más vale prevenir. Además no hay que alarmarse, simplemente resolver pronto las dudas, no teman parecer padres sobreprotectores ante el doctor, es mejor evitar antes que se convierta en algo grave. ¡Les mando un fuerte abrazo y sigan disfrutando de su paternidad!

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El secreto es la observación

Hoy les quiero compartir uno de los tantos secretos de la paternidad. Nosotros, padres, no gozamos de ese vínculo que madre e hijo traen desde el embarazo, a nosotros nos lleva un poquito más de trabajo. Para una madre no es tan difícil entender las necesidades de su hijo, aprende desde antes a interpretar su lenguaje corporal, tal vez por ese mismo vínculo o tal vez porque tienden a pasar más tiempo juntos, sea como sea nosotros, padres, necesitamos desarrollar un poco más nuestras habilidades de observación e interpretación para poder entender a nuestro hijo y poder satisfacer sus necesidades y, más importante aún, poder solucionar un problema.

A continuación les comparto mi experiencia: Cuando mi hija acababa de nacer, antes de cumplir sus cuarenta días, solía despertarse llorando, (cosa que no es anormal en los recién nacidos), a lo que mi esposa reaccionaba dándole pecho. Por supuesto esto la calmaba y se quedaba dormida, al poco tiempo se volvía a despertar llorando, se le volvía a dar pecho y volvía a dormir y así era el ciclo, sin importar que fuera de día o de noche. Buscando solventarle un poco la carga, luego de su toma, yo cargaba a la nena, le sacaba el aire y trataba de dormirla, pero al poco tiempo de cerrar sus ojos yo notaba que la nena hacía un movimiento extraño, como si llamase basca, mientras que su cuerpecito se contraía, acto seguido rompía en llanto y esto sucedía cada vez que se le daba pecho, eventualmente estos síntomas venían acompañados de algo de vómito, pero suponíamos que era “rebalse”, (es decir que la nena tomaba más de lo que su estomaguito podía recibir). 

En ese tiempo, la dieta de mi esposa se componía básicamente de verdura y pollo cocidos y algunos atoles como “Trece Cereales” y “Maizena” que ella consumía por consejos de abuelitas ya que dicen que “espesa la leche”. Yo le comenté lo que había visto y ella comenzó a notarlo también y, por supuesto, nos preocupamos. En esos días le tocó su primera visita al pediatra, como padres primerizos teníamos un sinfín de dudas y entre ellas le compartimos nuestras observaciones al doctor. Él, inmediatamente, le buscó la lengua y pudo observar que estaba toda cubierta de blanco, (que nosotros creíamos que era simplemente leche), entonces se volteó hacia nosotros y nos dijo con expresión de haber encontrado el problema que la niña tenía reflujo, que seguramente había algo en la leche que se lo causaba, pero que al tomar pecho el paso de la leche le calmaba la molestia pero que la leche recién ingerida se lo volvía a producir, en otras palabras era un círculo vicioso. La solución era revisar la dieta de mi esposa y eliminar cualquier alimento que pudiera causar este reflujo, generalmente cosas “calientes” son los principales causantes, el ejemplo clásico es la canela, ingrediente incluido en “Trece Cereales”. Ese mismo día mi esposa dejó de tomar ese atol y al poco tiempo se resolvió el problema de reflujo de nuestra hija.

Recapitulando: La recomendación es la observación, que cualquier movimiento, sonido, color o situación que parezcan anormales sean consultados con la pareja y el pediatra, pues como reza el dicho: más vale prevenir. Además no hay que alarmarse, simplemente resolver pronto las dudas, no teman parecer padres sobreprotectores ante el doctor, es mejor evitar antes que se convierta en algo grave. ¡Les mando un fuerte abrazo y sigan disfrutando de su paternidad!

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“No estoy comiendo de más, es que ahora como por dos”

Y… ¿Cómo va el embarazo? Espero que todavía tranquilo. Pues siguiendo el desarrollo del bebé ya toca hablar de la séptima semana. En este período se le considera aun un embrión y tiene el tamaño de un garbanzo, ya está desarrollando sus manos y pies, además posee una pequeña cola que es una extensión de la columna vertebral. Tiene una piel delgada y transparente que deja ver sus venas. En su rostro ya desarrolló parpados y algo del color en los ojos y se deja ver la forma de su nariz. En su interior ya se formaron el hígado y el páncreas. A pesar de ser tan pequeño es bastante inquieto aunque no lo suficiente como para que tu pareja sienta estos movimientos. 

Seguramente las náuseas continúan y vos ya te volviste todo un pro en detectar ese malestar. Hay algunas madres que no padecen ni náuseas ni vómitos, algunas sólo en la mañana y otras todo el día, pero si ves que tu pareja vomita con todo lo que come, sería mejor que la llevaras con un doctor. En mi caso mi esposa trabaja, por lo que estos malestares le atacaban más que todo en el horario de oficina, a veces producidos por algún olor específico. Es bueno acotar que, durante el embarazo, algunos sentidos, como el olfato, se agudizan al punto que se tiene que dejar de usar colonias o lociones para que no moleste a las futuras madres.

Muy probablemente en este momento la pobre pasa hambre todo el día ya que necesita 300 calorías extras por día pero podés ayudarla a que esto no sea así. Por supuesto no es conveniente que, por calmar el hambre, esté comiendo cualquier cosa de la calle, vos podés, pero ella no. Procurá mantenerle paquetes de comida sana: fruta en trozos, galletas de avena, yogurts, jugos en cajitas, palitos de queso, zanahorias pequeñas, etc. En el caso de mi esposa llegó a tolerar de nuevo la lactosa y aprovechó su nueva condición al máximo. A veces el hambre y los antojos le llegarán en el momento que vos estés comiéndote tu hamburguesa o tus costillas, así que te verás obligado a regular un poco tu ingesta de deliciosas grasas y azúcares, al menos en su presencia. Esta condición seguirá por algunas semanas así que es un buen momento para compartir las horas de comida para interactuar y planificar algunas cosas, las que más les preocupen, puede ser por ejemplo hacer un listado de las cosas que van a ir necesitando, (más adelante les paso una lista que les puede servir), o averiguar quién les puede proporcionar algunas de estas cosas, cómo van a pintar el cuarto, fechas de baby-showers, una sesión de fotos, etc.Recordá que lo más importante ahorita es la comunicación y que estés ahí para tu pareja, no permitás que esos momentos se pasen de largo. Les deseo una feliz semana, para la próxima les comparto actividades que pueden hacer mientras esperan.

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“No estoy comiendo de más, es que ahora como por dos”

Y… ¿Cómo va el embarazo? Espero que todavía tranquilo. Pues siguiendo el desarrollo del bebé ya toca hablar de la séptima semana. En este período se le considera aun un embrión y tiene el tamaño de un garbanzo, ya está desarrollando sus manos y pies, además posee una pequeña cola que es una extensión de la columna vertebral. Tiene una piel delgada y transparente que deja ver sus venas. En su rostro ya desarrolló parpados y algo del color en los ojos y se deja ver la forma de su nariz. En su interior ya se formaron el hígado y el páncreas. A pesar de ser tan pequeño es bastante inquieto aunque no lo suficiente como para que tu pareja sienta estos movimientos. 

Seguramente las náuseas continúan y vos ya te volviste todo un pro en detectar ese malestar. Hay algunas madres que no padecen ni náuseas ni vómitos, algunas sólo en la mañana y otras todo el día, pero si ves que tu pareja vomita con todo lo que come, sería mejor que la llevaras con un doctor. En mi caso mi esposa trabaja, por lo que estos malestares le atacaban más que todo en el horario de oficina, a veces producidos por algún olor específico. Es bueno acotar que, durante el embarazo, algunos sentidos, como el olfato, se agudizan al punto que se tiene que dejar de usar colonias o lociones para que no moleste a las futuras madres.

Muy probablemente en este momento la pobre pasa hambre todo el día ya que necesita 300 calorías extras por día pero podés ayudarla a que esto no sea así. Por supuesto no es conveniente que, por calmar el hambre, esté comiendo cualquier cosa de la calle, vos podés, pero ella no. Procurá mantenerle paquetes de comida sana: fruta en trozos, galletas de avena, yogurts, jugos en cajitas, palitos de queso, zanahorias pequeñas, etc. En el caso de mi esposa llegó a tolerar de nuevo la lactosa y aprovechó su nueva condición al máximo. A veces el hambre y los antojos le llegarán en el momento que vos estés comiéndote tu hamburguesa o tus costillas, así que te verás obligado a regular un poco tu ingesta de deliciosas grasas y azúcares, al menos en su presencia. Esta condición seguirá por algunas semanas así que es un buen momento para compartir las horas de comida para interactuar y planificar algunas cosas, las que más les preocupen, puede ser por ejemplo hacer un listado de las cosas que van a ir necesitando, (más adelante les paso una lista que les puede servir), o averiguar quién les puede proporcionar algunas de estas cosas, cómo van a pintar el cuarto, fechas de baby-showers, una sesión de fotos, etc.Recordá que lo más importante ahorita es la comunicación y que estés ahí para tu pareja, no permitás que esos momentos se pasen de largo. Les deseo una feliz semana, para la próxima les comparto actividades que pueden hacer mientras esperan.

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Su primer viaje al mar

Hoy dejaré de lado el desarrollo del bebé y les compartiré
el primer viaje de mi hija a la playa. Nos levantamos inevitablemente temprano.
Habíamos dejado listo casi todo desde la noche anterior para evitar correr la
mañana siguiente, especialmente para no estresar a la nena. Luego de terminar
de prepararnos salimos alrededor de las 8:30. El viaje fue bastante tranquilo
con la excepción del momento en que necesitó del pecho y calor de su mami, pero
una vez satisfecha, todo siguió tranquilamente. Al llegar al hotel, había
pasado por poco su hora de desayuno así que fuimos al restaurante en donde
comió hash-brown (primera vez que lo probaba y le gustó mucho), huevito
revuelto, frijoles, algo de plátano frito, jugo de frutas, pancake, etc. Al
terminar fuimos a los cambiadores, su primera vez en calzoneta. Su mamá se tomó
el tiempo de buscarle una que le gustara y terminó comprando dos, creyendo que
nos decidiríamos por una y devolveríamos la otra, cosa que no sucedió ya que
las dos fueron muy útiles pensando en la diferente intensidad del sol a
distintas horas. Nos dirigimos a la playa, mi emoción de padre se me desbordaba
y ella iba loca viendo toda esa agua junta. Fue muy lindo llevarla mar adentro
y dejar que las olas llegaran a sus piernitas, a veces venían un poco más
fuertes y salpicaban su cara, sólo pude imaginarme cómo mi viejito se sintió
cuando era yo quien iba por primera vez al mar. Luego de un rato en éstas, ya
estaba llena de arena. Mi esposa también participó de una forma más delicada,
sentándola en la arena, explicándole qué era esa cosa negra y rasposa y
dejándola que las olas llegaran hasta ella. Al cabo de un rato de juegos nos decidimos
a cambiar de locación y meternos a la piscina, por lo que pasamos desaguándonos
a las regaderas. Buscamos la parte bajita, que tuviera algo de sombra y nos
metimos los tres, fue instantánea su sonrisa y por supuesto la de sus papás.
Ahí jugó, tragó agua, saludó a todo aquel que la volteaba a ver y chapoteó a
sus anchas, recorrió la piscina en los brazos de su mamita y recibió una buena
dosis de rayos de sol. Al rato nos fuimos por unos “snacks” y comió nachos con
salsa y disfrutó de su primer “helado de hielo”, podrán imaginarse la
chorreadera. Era el momento apropiado para un cambio de pañal, lo que dio paso
al cambio de calzoneta a una más apropiada para esas horas de sol más fuerte.
Almorzamos y volvimos a la piscina, seguía inquieta y feliz, jugó con el
flotador de otras niñas y con su tata. Unos minutos más tarde llegó el momento
de partir, pensando en el tráfico que se hace de vuelta y para evitar llegar a
la hora de frío en la ciudad. Luego del respectivo regaderazo comenzamos el
viaje de vuelta, bendita ella que pudo dormir todo el camino y seguir soñando
con esos momentos en el sol, seguro yo lo haré cuando me toque descansar.

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Su primer viaje al mar

Hoy dejaré de lado el desarrollo del bebé y les compartiré
el primer viaje de mi hija a la playa. Nos levantamos inevitablemente temprano.
Habíamos dejado listo casi todo desde la noche anterior para evitar correr la
mañana siguiente, especialmente para no estresar a la nena. Luego de terminar
de prepararnos salimos alrededor de las 8:30. El viaje fue bastante tranquilo
con la excepción del momento en que necesitó del pecho y calor de su mami, pero
una vez satisfecha, todo siguió tranquilamente. Al llegar al hotel, había
pasado por poco su hora de desayuno así que fuimos al restaurante en donde
comió hash-brown (primera vez que lo probaba y le gustó mucho), huevito
revuelto, frijoles, algo de plátano frito, jugo de frutas, pancake, etc. Al
terminar fuimos a los cambiadores, su primera vez en calzoneta. Su mamá se tomó
el tiempo de buscarle una que le gustara y terminó comprando dos, creyendo que
nos decidiríamos por una y devolveríamos la otra, cosa que no sucedió ya que
las dos fueron muy útiles pensando en la diferente intensidad del sol a
distintas horas. Nos dirigimos a la playa, mi emoción de padre se me desbordaba
y ella iba loca viendo toda esa agua junta. Fue muy lindo llevarla mar adentro
y dejar que las olas llegaran a sus piernitas, a veces venían un poco más
fuertes y salpicaban su cara, sólo pude imaginarme cómo mi viejito se sintió
cuando era yo quien iba por primera vez al mar. Luego de un rato en éstas, ya
estaba llena de arena. Mi esposa también participó de una forma más delicada,
sentándola en la arena, explicándole qué era esa cosa negra y rasposa y
dejándola que las olas llegaran hasta ella. Al cabo de un rato de juegos nos decidimos
a cambiar de locación y meternos a la piscina, por lo que pasamos desaguándonos
a las regaderas. Buscamos la parte bajita, que tuviera algo de sombra y nos
metimos los tres, fue instantánea su sonrisa y por supuesto la de sus papás.
Ahí jugó, tragó agua, saludó a todo aquel que la volteaba a ver y chapoteó a
sus anchas, recorrió la piscina en los brazos de su mamita y recibió una buena
dosis de rayos de sol. Al rato nos fuimos por unos “snacks” y comió nachos con
salsa y disfrutó de su primer “helado de hielo”, podrán imaginarse la
chorreadera. Era el momento apropiado para un cambio de pañal, lo que dio paso
al cambio de calzoneta a una más apropiada para esas horas de sol más fuerte.
Almorzamos y volvimos a la piscina, seguía inquieta y feliz, jugó con el
flotador de otras niñas y con su tata. Unos minutos más tarde llegó el momento
de partir, pensando en el tráfico que se hace de vuelta y para evitar llegar a
la hora de frío en la ciudad. Luego del respectivo regaderazo comenzamos el
viaje de vuelta, bendita ella que pudo dormir todo el camino y seguir soñando
con esos momentos en el sol, seguro yo lo haré cuando me toque descansar.

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¿Son antojos reales o se están aprovechando de tu nobleza?

Para todo esto ya debés estar más cómodo con la noticia de
tu nueva paternidad. Ya andan por la sexta semana, lo que significa que ya
pasaron más o menos mes y medio de los nueve que hay que esperar hasta que
tengás en brazos a tu bodoque. Tu pareja irradia felicidad y pasa el mismo
tiempo frente al espejo viéndose la panza que vos en tus días de gimnasio
viéndote los brazos. Tu hijo es una cosita del tamaño de una lenteja y poco a
poco va desarrollando sus órganos.

Vamos a hablar en serio: Tu pareja puede estar sufriendo de
algún tipo de malestar que por pena no te comunica, sin hacerla sentir presionada
es bueno que le hagás saber que estás dispuesto a ayudarla. Algunos de estos
malestares pueden ser normales de un embarazo sano, pero también pueden ser
señal de un embarazo de alto riesgo, por eso es importante estar pendiente
principalmente si hay sangrado.

Además de estos síntomas también algunas personas sufren de
“antojos”. Digo personas porque muchas veces son personas cercanas las que los
padecen, en experiencia propia me pasó cuando mi cuñada estaba esperando a mi
sobrina y yo no podía dejar de comer lácteos con sabor a fresa, incluso antes
que nos dieran la noticia. De cualquier forma se dice que los antojos son meros
caprichos, pero una explicación más bondadosa es que el cuerpo sufre la
necesidad de una vitamina o mineral específico y por eso “pide” que se le proporcione.
Si tu pareja resulta con antojos ya te jodiste, no es que esté tratando de
aprovecharse de vos, pero tratá de complacerlos lo antes posible, puede
traducirse en puntos para vos.

Ahora viene la parte divertida. Me imagino que para este
momento ya tenés pensado un chingo de cosas que querés hacer, cosas que comprar
y más de alguna actividad. El consejo es que lo apuntés todo, puede ser una
libreta específica para este fin o puede ser una bitácora o diario en la que
vayás llevando un registro de todo el proceso incluyendo fotos o cualquier otro
elemento; podés ir acomodándolo por etapas, por ejemplo en este momento estaría
de más meterte a comprar pintura para el cuarto si aún no sabés si es niño o
niña. Una bonita forma de llevar un registro del crecimiento de la panza de tu
pareja es tomar fotos semanales, puede ser en la misma locación o pueden jugar
con temas, colores, expresiones, etc. Lo dejo a su imaginación para que les
quede un bonito recuerdo. Por cierto, algo que es muy común es comprar cosas
que nunca se utilizan, esto pasa por distintas razones, así que te aconsejo que
te vayás preparando con lo esencial y dejés para después lo específico.

Es todo por hoy, seguí disfrutándote día a día y nos
encontramos la semana siguiente, vamos a hablar un poco de comida.

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¿Son antojos reales o se están aprovechando de tu nobleza?

Para todo esto ya debés estar más cómodo con la noticia de
tu nueva paternidad. Ya andan por la sexta semana, lo que significa que ya
pasaron más o menos mes y medio de los nueve que hay que esperar hasta que
tengás en brazos a tu bodoque. Tu pareja irradia felicidad y pasa el mismo
tiempo frente al espejo viéndose la panza que vos en tus días de gimnasio
viéndote los brazos. Tu hijo es una cosita del tamaño de una lenteja y poco a
poco va desarrollando sus órganos.

Vamos a hablar en serio: Tu pareja puede estar sufriendo de
algún tipo de malestar que por pena no te comunica, sin hacerla sentir presionada
es bueno que le hagás saber que estás dispuesto a ayudarla. Algunos de estos
malestares pueden ser normales de un embarazo sano, pero también pueden ser
señal de un embarazo de alto riesgo, por eso es importante estar pendiente
principalmente si hay sangrado.

Además de estos síntomas también algunas personas sufren de
“antojos”. Digo personas porque muchas veces son personas cercanas las que los
padecen, en experiencia propia me pasó cuando mi cuñada estaba esperando a mi
sobrina y yo no podía dejar de comer lácteos con sabor a fresa, incluso antes
que nos dieran la noticia. De cualquier forma se dice que los antojos son meros
caprichos, pero una explicación más bondadosa es que el cuerpo sufre la
necesidad de una vitamina o mineral específico y por eso “pide” que se le proporcione.
Si tu pareja resulta con antojos ya te jodiste, no es que esté tratando de
aprovecharse de vos, pero tratá de complacerlos lo antes posible, puede
traducirse en puntos para vos.

Ahora viene la parte divertida. Me imagino que para este
momento ya tenés pensado un chingo de cosas que querés hacer, cosas que comprar
y más de alguna actividad. El consejo es que lo apuntés todo, puede ser una
libreta específica para este fin o puede ser una bitácora o diario en la que
vayás llevando un registro de todo el proceso incluyendo fotos o cualquier otro
elemento; podés ir acomodándolo por etapas, por ejemplo en este momento estaría
de más meterte a comprar pintura para el cuarto si aún no sabés si es niño o
niña. Una bonita forma de llevar un registro del crecimiento de la panza de tu
pareja es tomar fotos semanales, puede ser en la misma locación o pueden jugar
con temas, colores, expresiones, etc. Lo dejo a su imaginación para que les
quede un bonito recuerdo. Por cierto, algo que es muy común es comprar cosas
que nunca se utilizan, esto pasa por distintas razones, así que te aconsejo que
te vayás preparando con lo esencial y dejés para después lo específico.

Es todo por hoy, seguí disfrutándote día a día y nos
encontramos la semana siguiente, vamos a hablar un poco de comida.

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Excepto por las náuseas, todo sigue igual.

Ya va  pasando la
sorpresa aunque seguramente aun no lo podés creer. No hay por qué ahuevarse,
falta mucho tiempo para que sea creíble, en mi caso aún me pasa que de vez en
cuando veo a mi hija y no me la creo, siento que es hija sólo de mi esposa o
que es una sobrina, es normal, no sos un mal padre por sentirte así.

Sólo para contarte, quién sabe por qué a los doctores miden
el embarazo en semanas y por supuesto a las señoras les encanta hablar así,
para este punto ya debieron pasar más o menos cinco semanas desde la última
menstruación de tu pareja (Sip, ese es el punto de partida de la cuenta y vas a
tener que aprenderte esa fecha), y tu hijo en este momento es un embrión en
pleno desarrollo y es del tamaño de una semilla de ajonjolí, más o menos.

Ahora tu esposa se ve diferente, igual pero diferente, aun
no se le nota la panza pero puede que esté padeciendo de algún tipo de
malestar, generalmente son vómitos que seguro te van a recordar a vos o a tus
cuates en tus tiempos de fiesta, la diferencia es que estos vómitos no huelen a
cerveza y alitas y no se quitan con una mineral o un café… Espero que hayás
entrenado bastante con tus borracheras. Además puede que se queje de dolor en
los pechos y fatiga, los cambios hormonales son obligatorios y puede que se
convierta en un ángel en un segundo y el otro sea un demonio. Vos tranquilo, lo
único que tenés que hacer es, con mucha paciencia decir que sí a todo y saldrás
bien librado.

Si tenés oportunidad de motivarla para que haga ejercicio,
hacélo, puede que ella te ignore pero le va a hacer bien y le va a servir para
el momento del parto, esto no quiere decir que vos tengás que hacer, así que
tranquilo, agarrá una de esas cervezas que ella ya no podrá tomar y sentate a
verla mientras te cuenta su día.

Para cerrar la nota de hoy te aconsejo que te ofrezcás como
voluntario para masajear sus adoloridos pechos y si una cosa lleva a otra
mantené en mente que ya estando embarazada no puede quedar embarazada otra vez
y ¡hay luz verde para todo!

En la próxima entrada: “¿Son antojos reales o se están
aprovechando de tu nobleza?”.

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Excepto por las náuseas, todo sigue igual.

Ya va  pasando la
sorpresa aunque seguramente aun no lo podés creer. No hay por qué ahuevarse,
falta mucho tiempo para que sea creíble, en mi caso aún me pasa que de vez en
cuando veo a mi hija y no me la creo, siento que es hija sólo de mi esposa o
que es una sobrina, es normal, no sos un mal padre por sentirte así.

Sólo para contarte, quién sabe por qué a los doctores miden
el embarazo en semanas y por supuesto a las señoras les encanta hablar así,
para este punto ya debieron pasar más o menos cinco semanas desde la última
menstruación de tu pareja (Sip, ese es el punto de partida de la cuenta y vas a
tener que aprenderte esa fecha), y tu hijo en este momento es un embrión en
pleno desarrollo y es del tamaño de una semilla de ajonjolí, más o menos.

Ahora tu esposa se ve diferente, igual pero diferente, aun
no se le nota la panza pero puede que esté padeciendo de algún tipo de
malestar, generalmente son vómitos que seguro te van a recordar a vos o a tus
cuates en tus tiempos de fiesta, la diferencia es que estos vómitos no huelen a
cerveza y alitas y no se quitan con una mineral o un café… Espero que hayás
entrenado bastante con tus borracheras. Además puede que se queje de dolor en
los pechos y fatiga, los cambios hormonales son obligatorios y puede que se
convierta en un ángel en un segundo y el otro sea un demonio. Vos tranquilo, lo
único que tenés que hacer es, con mucha paciencia decir que sí a todo y saldrás
bien librado.

Si tenés oportunidad de motivarla para que haga ejercicio,
hacélo, puede que ella te ignore pero le va a hacer bien y le va a servir para
el momento del parto, esto no quiere decir que vos tengás que hacer, así que
tranquilo, agarrá una de esas cervezas que ella ya no podrá tomar y sentate a
verla mientras te cuenta su día.

Para cerrar la nota de hoy te aconsejo que te ofrezcás como
voluntario para masajear sus adoloridos pechos y si una cosa lleva a otra
mantené en mente que ya estando embarazada no puede quedar embarazada otra vez
y ¡hay luz verde para todo!

En la próxima entrada: “¿Son antojos reales o se están
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¡Sos papá! ¿Quién diría?

Bueno, para este momento ya pasó el primer susto. Tu novia, esposa o amiga te confirmó su embarazo y resulta que vos sos el papá. Seguramente en algún momento de la vida dijiste que eso nunca iba a pasar, luego pensaste “¿Por qué no?” y ahora resulta que es en nueve meses conocerás a tu retoño. 

Estás en todo tu derecho de “freakear”, tenés todos los motivos para ahuevarte y para emocionarte y tener esos sentimientos encontrados que dicen que son para mujeres, pues vos también vas a sufrir un gran cambio en tu vida y estás autorizado a colapsar emocionalmente… Eso sí, tenés que mantenerte entero, (o al menos aparentarlo), por fuera porque la mamá de tu hijo va a ver en vos un faro o una roca que la ayude a pasar esta tempestad que ella está sintiendo. Llegó la hora de abrazarla y volcar todo tu interés y atención en ella. Te va a llevar tiempo asimilarlo, tomate todo el que sea necesario, seguro llorarás, llorá todo lo que sea necesario pero no olvidés que ella es la que más va a dar en esta relación que ahora es de tres.

Esta será tu primer noche de insomnio de muchas que vendrán y será la primera vez que acaricies su panza con más ternura que lujuria, este es el primer día de tu nueva vida, de hoy en adelante tu nuevo título será “papá” y vas a ver la vida como nunca creíste que la verías, van a venir muchísimas dudas y nadie tiene una respuesta correcta, no te frustrés, recordá que muchos hombres lo han hecho y han salido adelante.

Si estás leyendo esto y querés compartir y aportar algo para un nuevo papá, tomate el tiempo y el espacio, gracias, aquí nos hacemos ganas.

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